viernes, 30 de junio de 2017

GATO ENCERRADO


 GATO ENCERRADO

¿Cuánto duran las horas del pecado
-si existiera el pecado-? Nunca tantas
como dicen que dura su condena
en un eterno infierno. ¿Cómo, entonces,
se compadece el crimen y el castigo?
Ese dios justiciero no es posible,
ni al crear el pecado, ni al buscarle
tan grave penitencia
en lugares tan míseros y sórdidos.

Aquí hay gato encerrado y sus rasguños

hay que mandarlos todos al olvido.

jueves, 29 de junio de 2017

PAISAJE CON FIGURA


PAISAJE CON FIGURA

Conserva en sus vestigios la cañada
murmullos de viejísimos rebaños
que pasaron rumiando sus cantares
por las laderas verdes de las sierras.

Los prados, los castaños y los robles,
vecinos sempiternos del musgo y la verdura,
reviven la tristeza y el recuerdo
que la brisa les manda; entre sus ramas
repiten dulces ecos con el aire.
Suena en el valle el agua y en su estrofa
llama a hacer oración. Está la tarde
queriéndose morir en el poniente.

Yo estoy en soledad y la conciencia
me lleva hasta el pasado sin remedio.
También soy trashumante y el recuerdo

me hace volar nostálgico a otros tiempos.

martes, 27 de junio de 2017

PAÍS DE EXTREMOS


Vivimos en el país del sobresalto y de los vaivenes. Creo que hasta estamos acostumbrados a ellos por su frecuencia y que los echamos de menos cuando se estira un período de tranquilidad y de cierta armonía. Parece como si no estuviéramos preparados para nada que no sea tensión y desequilibrio, guerra y altercados, empujones y exigencias. Solo hay que mirar la Historia para certificarlo: romanos y cartagineses, cristianos y musulmanes, reinos contra reinos, regiones contra regiones, sequía contra inundaciones, estío contra invierno, pleno empleo (bueno, este casi nunca) contra empleos temporales, iglesia contra razón, imposición casticista contra días mundiales de diversidad, millonarios contra indigentes, Magaluf contra clausuras…
Cualquier apartado se podría considerar y en cualquier campo podríamos pararnos a reflexionar.
No sucede nada contrario en el mundo de la creación literaria. No es casualidad que España sea el país del barroco y a la vez de la esencialidad y el casticismo mesetarios.
Los dos campos en los que nuestros creadores han destacado con mayor fuerza son exactamente la picaresca y la mística. En ambos se trata de una escapatoria de la realidad. Así, en el primer caso, la picaresca, se podría decir que es como una huida “por abajo”; y, en el segundo, la mística, una huida “por arriba”.
Pero tienen en común mucho más de lo que a simple vista pudiera creerse. ¿De qué realidad huyen? ¿Por qué huyen de esa realidad? ¿Cuál es la meta que aspiran alcanzar?
¿Quién está dispuesto a comentar esto en la ciudad estrecha, aunque sea en torno de una mesa y con cervecita de por medio? ¿Nadie ve que esto afecta a todo en la vida y no solo a la creación? ¿No hay algún representante público que se salga de eso de ganar o de perder y se avenga a algo más amplio y duradero?
Lázaro o el Buscón, nuestros dos pícaros de referencia, revientan la realidad agarrándola -cada uno en su grado- por el sitio que más le duele y mostrándola con toda su crudeza; para ellos no sirven las ocultaciones ni las medias tintas, las imposiciones sociales ni los remilgos religiosos que ocultaban lo que realmente les sucedía a casi todos los pobres ciudadanos.
Juan de la Cruz aspira a ascender hasta otra realidad en la que poco o nada tiene que decir la escala de valores en la que gastaba su vida del siglo. Así lo hizo hasta darle “a la caza alcance”. Otro tanto hacían Teresa de Jesús o Miguel de Molinos.
Estas expresiones artísticas, que tanto placer literario producen, segregan también un desasosiego que lleva a pensar si no sería mejor alguna línea  intermedia en la que más ciudadanos se sintieran menos intranquilos y algo más seguros.
Ahora comienza la etapa más calurosa del año (no álgida, coño, que álgida significa helada). Se vacían las ciudades y se llenan las playas; aumenta el empleo, que volverá a ser paro dentro de muy pocos meses; se llenan de ruidos las noches y se vacían de razones los días… Siempre extremos, o todo o nada.

Tal vez desde la creación literaria también podamos repensar qué es lo que más nos interesa. A leerla.

lunes, 26 de junio de 2017

PARA GUSTOS, LOS COLORES


Leo un artículo de Javier Marías en el que expresa su falta de entusiasmo por la figura literaria de Gloria Fuertes. Y leo también reacciones muy diversas ante esta opinión.
El caso de Gloria Fuertes no es más que un ejemplo concreto. Yo coincido con la opinión de Javier Marías, por más que cada día me siento con menos fuerzas para juzgar el trabajo y la creación de nadie y prefiero la alabanza o la discreción del silencio antes que la crítica negativa, sobre todo en terrenos tan pedregosos como el de la creación poética.
Mucho más me interesa la reflexión acerca del canon literario, porque afecta no a este caso particular sino a todos, también, por ejemplo, al del enjuiciador Javier Marías. ¿Existe realmente? ¿Cuál es? Porque, si existe, sería bueno definirlo hasta donde se pueda y atenernos a él. Entonces sí que sabríamos si algo merece las alabanzas o las críticas. No creo en la existencia de tal canon; sí en algo que se le aproxima y que viene definido por las opiniones de personas generalmente reconocidas en el manejo de técnicas y sentimientos que, mezclados, nos dan un resultado llamado obra literaria. Pero, ¿quiénes son esas personas reconocidas, de “reconocido prestigio”? ¿Quién les ha otorgado ese reconocimiento? Ojo, que tal vez se lo hayan concedido solo los estratos oficiales y académicos, tantas veces lejos de la realidad creativa y de la actividad a pie de obra.
Uno cree tener ya bastante camino andado y miles de libros a la espalda de la lectura. También muchos cientos de páginas poéticas escritas y publicadas en los vaivenes del viento y muchas más de prosa reflexiva. He de reconocer que, a estas alturas, no sé realmente definir qué es poesía. Y eso que creo ya al menos reconocer qué no es poesía. No me parece poco. Por eso me cuesta tanto emitir juicios que puedan parecer demasiado categóricos. Tal vez porque mis conocimientos y mis saberes no den para más, o quizás porque, en realidad, no es certero ser tajante en estos berenjenales.
Puede que sea cierto aquello de que “para gustos se hicieron los colores”. Tampoco me convence tal aserto pues  parece que renunciamos a encontrar un hito seguro, un indicador preciso, una guía orientadora que nos aporte alguna luz, para no dejarlo todo al dictado del gusto más inmediato. Y ahora recuerdo  -una vez más- aquella imbécil expresión de que “hay que respetar todas las opiniones”. No, no, lo que hay que respetar es a todas las personas, pero no todas las opiniones; muchas por impositivas, otras por faltas de rigor, no pocas porque proponen cosas que no vienen a cuento.

Dicho lo cual, un poema de Gloria Fuertes, en según qué contextos, resulta muy reconfortante. Yo mismo voy a leer alguno ahora mismo.

sábado, 24 de junio de 2017

VIAJES EN PRIMERA CLASE


Los calores extremos dificultan los viajes, pero no los anulan: no hay más que ver que en sus meses de asedio es cuando más gente se echa a la calle, se enfunda en sus asientos y se expone sin miedo a los antojos del sol y los calores.
Hay alguna otra forma de hacerlo con algo más de calma y menos empujones, sobre todo si se trata de irse a pasar el tiempo en otro tiempo. Quiero decir si uno quiere acercarse a conocer y contrastar la vida de otras épocas y los cambios producidos en la nuestra. Las herramientas son sencillas, poco costosas y no obligan a sudar la gota gorda de los calores ni de las aglomeraciones. Hoy, por ejemplo, me he ido hasta los finales del siglo dieciséis y comienzos del siglo diecisiete. He elegido la ciudad de Sevilla, compendio alucinado de todas las propuestas. Pues puedo asegurar que no hay calores sino muchos colores, y no todos vistosos. Cuánta gente en las calles y cuántas profesiones. No doy abasto a contarlas. Lo he hecho de la mano del escritor Juan Eslava Galán, que retrata a Cervantes, quien me ha mostrado un cuadro variadísimo de actividades varias en un imaginado patio de Monipodio en el que confluyen gentes y paisanos de toda ralea y condición. ¿Os presento a alguno de ellos? Ahí van: “cofrades de la cherinola, corchetes, alguaciles, jueces, procuradores, escribanos, alcaldes, confesores, defensores, coimas, rufos, padres, cotarreras, traineles, pagotes, murcios, birladores, golondreros, obispones, ondeadores, polinches, polidores, arrendadores, comendadores de bola, cicateros, prendadores, alcatiferos...” Y así hasta mil clases de personas y diez mil de oficios distintos.

Los veo a todos revueltos pero ordenados y fieles al vértice de mando, que saben muy bien con quién se juegan los garbanzos, y me parece que toda la ciudad pasa por aquel patio. Con mucho cuidado, doy un paso hacia el centro y converso ellos. Cuando salgo del patio, me palpo los bolsillos por si me falta algo. Es tributo obligado y no me quejo. Me voy a rumiar a mis adentros y pienso en trasladarme hasta ahora mismo. Hay muchas diferencias en oficios, muchas menos en intenciones. Ahora miro las playas, me traslado a las cárceles, me voy a las audiencias…, y prefiero quedarme al refugio de mis simples deseos y palabras. No es más que otro viaje. Simplemente. 

viernes, 23 de junio de 2017

FÁBULA PARA ENFADADOS: REBELIÓN EN LA GRANJA


REBELIÓN EN LA GRANJA

Si de cien aves solo
una puede surcar el ancho cielo
y otras noventa y nueve
no pueden con el peso de sus alas,
o si tal vez el águila
les prohíbe con sus garras extendidas
emprender ese vuelo,
¿cómo no ha de estallar el griterío,
el graznido estridente, el crotoreo
de todos los que observan impotentes
la certeza evidente de la desigualdad?

No comen en los mismos comederos,
ninguna ha practicado, como el águila,
con tanto educador los altos vuelos;
cuando enfermaron todas
de las fiebres aviares,
solo el águila tuvo buena cura;
nunca se permitió que dieran cuenta
de ninguna opinión ni decidieran
las formas de vivir en sus colonias,
y mucho menos, eso ni pensarlo,
que ninguna de ellas controlara
las normas de la granja.

En estas circunstancias,
el águila mostraba sus caprichos
sin ningún disimulo ante los pájaros:
privatizó los vuelos a su antojo,
sobornó cuervos dóciles
que imponían a la fuerza sus caprichos,
y todo era dominio y majestad
desde lo alto del trono.

Pero un día cualquiera,
los de más bajo vuelo, los más débiles,
decidieron volar hasta las nubes,
en busca de aquella águila triunfante.
Eran muchos y el cielo
se vistió con la fuerza de sus picos.
La reina de las aves sintió el pánico
de los que van seguros a la muerte.

Desde entonces la granja se mantiene

sin águilas ni cuervos en sus jaulas.

jueves, 22 de junio de 2017

FÓRMULA MÁGICA


Cuando se habla de civismo, suelo proponer un esquema de trabajo sencillo que deja al que lo escucha con la mirada cambiada y con los ojos al tresbolillo. En su mente seguro que se esconde a la vez la idea de que yo estoy bastante tarado. Y puede que tenga bastante razón. Se trataría -y digo trataría porque no se llevará a cabo nunca, por supuesto- de tener a todos los niños, sin excepción, durante una temporada imprecisa, subiendo y bajando las manos, a manera de adoración, y repitiendo en salmodia lo siguiente: “Somos siete mil millones, somos siete mil millones…”. Les suena de alguna práctica religiosa, ¿verdad? Así hasta que individualmente cada uno extrajera alguna consecuencia, la escribiera y estuviera obligado a conocerla y repetirla periódicamente. Estoy seguro de que, al principio, también pensarían en la locura del que tal ocurrencia hubiera tenido, pero que, al cabo de algún tiempo, empezarían a deducir conclusiones que cambiarían su comportamiento social de por vida. Imagínense a alguien dando voces por la noche, mientras resuena en su cabeza el sonsonete “somos siete mil millones, somos siete mil millones…” No puede ser, el mismo individuo se entregaría en un centro de salud mental.
Bueno, pues ahora resulta que me entero de que la fórmula ya no me sirve porque se me ha quedado corta en extensión. Se afirma públicamente que, para el año 2030 ya seremos ocho mil quinientos millones de seres en este pequeño planeta. Muchos más que los que maneja mi fórmula mágica.
Tengo para mí, no obstante, que, con solo cambiarle los números, la pócima no solo no decae sino que se refuerza. Dicho de otra manera, si hasta ahora das una patada a una piedra y salen habitantes de debajo (ya sé que hay geografías muy dispares), en adelante, con solo pensarlo, se levantarán desconocidos del suelo a pedir que no lo hagamos.
El asunto adquiere incluso visos de estrechamiento físico y de peligro de rozamientos no deseados. Pero esto no es lo más importante. Sí lo es todo el arsenal de comportamientos que de ello se deriva, toda la escala de valores que impone, toda la carga obligatoria que arrima a los conceptos de individual y colectivo y, en definitiva, todo lo que pone delante de nuestros ojos para que lo veamos y para que lo consideremos: ¿propiedad individual?, ¿derechos personales?, ¿Estados, regiones, nacionalismos?

No, no, más bien creo que la fórmula sale reforzada y apunta a una práctica del sube y baja de brazos y de cuerpo más largo y persistente.

miércoles, 21 de junio de 2017

LOS COLEGIOS SE REBELAN


Eso afirma en su titular un reportaje que publica un periódico hoy mismo. No lo hacen contra ningún consejero madrileño que pedía hace unos días construir abanicos de papel para combatir el calor asfixiante de estas últimas semanas de curso; lo hacen contra la metodología tradicional en la enseñanza, pegada a los libros, a los temas, a los exámenes, a los currículos y a toda la batería de normas que la legislación y la administración establecen y vigilan.
En el reportaje se hacen cruces y presentan los datos como si fueran de ahora mismo y estuvieran descubriendo la venida del espíritu. Qué torpes. Es verdad que el grueso de los educadores, y sobre todo de los centros, se ha movido en un sistema tradicional y pacato, pero desde siempre ha habido profesores que han echado su cuarto a espadas, han roto la baraja y han jugado su propia partida. Hay mucha literatura y mucho estudio serio al respecto; hay también muchos métodos de enseñanza que empujan en direcciones diversas; y hay mucha gente que sencillamente no se entera de casi nada. No seré yo el acusador porque tendría que darme golpes de pecho e imponerme penitencias a mí mismo en primer lugar.
El asunto me sugiere tantas consideraciones…
Sean cuales sean las mismas, y dando cabida a cualquier argumento, lo cierto es que hay mucho que mejorar. Y que merece mucho la pena hacerlo: nos jugamos el presente y el futuro en ello, y no hay mejor inversión ni más productiva que aquella que se realiza en la educación.
Recuerdo un viejo esquema que he desarrollado hace ya muchos años y que se resume así: a) ¿Es verdad que desarrollamos todas las potencialidades en los alumnos: conocimientos, actitudes, habilidades…? Supongamos que sí, que ya es suponer. b) ¿Realmente evaluamos bien el proceso educativo y clasificamos con certeza a nuestros alumnos? Dicho de otra manera más grosera y escueta: ¿Las calificaciones corresponden con exactitud a la suma de elementos evaluados? Complicado, pero démoslo por bueno. c) El mercado social recompensa de la misma manera y ofrece los puestos de más “responsabilidad” a aquellos que el sistema ha dicho que están mejor preparados y que se han esforzado más. Ni por asomo: a veces da la impresión de que la norma es precisamente la contraria. Pero seamos benevolentes y pensemos que sí. d) Si todo esto realmente discurriera por los caminos más positivos (esto no se lo cree nadie), ¿no estaríamos realmente contribuyendo a reproducir en la comunidad las diferencias, los desajustes, las desigualdades y las injusticias que ya existen y que nos llenan de enfado y de rebeldía? O sea, ¿no estaríamos sencillamente reproduciendo el mismo sistema, con los mismos defectos que tal vez queramos corregir?

Que las metodologías se rebelen, que las actitudes cambien, que todo se cuestione y se preste a la mejora. Siempre mejor en grupo que individualmente, pues esta segunda forma está casi condenada al fracaso y al sufrimiento. Pero que todo esté al servicio de formar seres críticos y solidarios, comprometidos con la justicia y con la dignidad de los seres humanos, sea cual sea su capacidad. Lo demás podría quedarse en un artificio. Y, para escaparates, ya tenemos todo el calendario.

martes, 20 de junio de 2017

PÁJAROS DE ESTÍO



PÁJAROS DE ESTÍO

Van por el aire limpios y sencillos,
dejándose llevar por esas ondas
que el cielo, sorprendido, les ofrece.
Forman figuras únicas decorando el azul.
De pronto, una, y, al momento, otra,
y una más y otra y otra, como ráfagas  
 de un concierto de luz o de siluetas.

Son los felices pájaros de estío.

¿Quién se atreve a subir hasta tan alto
a danzar la embriaguez en simetría?
¿Quién osa perturbar tal perfección,
si todos los sentidos, extasiados,
miran tanta belleza hecha materia?

¡Qué caos y qué abandono
en los dominios claros de la luz!
¡Qué pequeñez la mía

ante esta majestad tan inocente!

lunes, 19 de junio de 2017

"Y SERÁN VIEJOS LOS JÓVENES" (M. Benedetti)


En un breve poema, Mario Benedetti escribía metafóricamente una “Carta a un joven poeta”. En ella esencialmente constataba tres cosas. La primera que existían los jóvenes poetas; la segunda que esa existencia certificaba la existencia anterior de los viejos poetas; la tercera que sería mucho peor que los jóvenes poetas se sintieran huérfanos.
La insistencia en matar al padre es constante en la renovación del arte, pero lo es también en todos los aspectos de la vida. Parece que todos tenemos la obligación de descubrir nuestro propio mediterráneo y de sentir orgullo por ello. No sé cuánto hay de exigencia biológica, de prurito cultural o de pose social en todo ese asunto.
Yo mantengo mis dudas al respecto. Sé que el mundo está hecho para ser violado y gozado con intensidad, sé que hay infinitas maneras de hacerlo y que ninguna es mejor que la que responsablemente se elige, y sé también que la peor manera de hacerlo es precisamente no intentarlo. Pero sé también que nada se explica si no es en su contexto, que yo soy solo un eslabón de una cadena y que, como decía Ángel González, “yo no soy más que el resultado, el fruto, / lo que queda, podrido, entre los restos; / esto que veis aquí, / tan solo esto: /un escombro tenaz, que se resiste / a su ruina, que lucha contra el viento, / que avanza por caminos que no llevan / a ningún sitio. El éxito / de todos los fracasos. La enloquecida / fuerza del desaliento”. (La cita debía ser más corta, pero… ¡me gusta tanto…!).
Pensaba en aplicar la consideración a lo sucedido en el congreso del PSOE este fin de semana; lo pensaba también para la propia creación, sea poética o de cualquier tipo; lo pensaba para lo que llamamos las distintas generaciones; lo pensaba para las familias; lo pensaba para los grupos de alumnos que terminan cursos y ciclos de formación; lo pensaba para las relaciones y consideraciones que esta sociedad tiene para con los más pequeños y para con los más ancianos; lo pensaba para las relaciones que se completan y se pierden; lo pensaba… Y me perdía en la aplicación porque se me llenaba la cabeza de dudas y de elementos que se cruzaban y se cruzan en mi mente hasta crear una red de relaciones en las que la sinapsis unas veces aprieta y otras afloja hasta dejar a cada elemento casi solitario y a la intemperie.

A ver si bajaran la asfixia y el calor y entonces…

sábado, 17 de junio de 2017

EL RITMO DE LOS DÍAS


EL RITMO DE LOS DÍAS

Casi siempre,
la vida es claroscuro
y venta al por menor;
hay tardes de tormenta
y jornadas que venden solo risas.

A pesar del calor y la sequía,
los castaños apuntan sus candelas,
las cigüeñas planean en el cielo,
y hay cantos de esperanza en las esquinas.

Son las horas, que pasan
dispuestas para el ritmo de los días;
en ellas me desgasto y me consumo

como pasto del fuego y del olvido.

viernes, 16 de junio de 2017

"EL QUE FUERA..."


A veces parezco el baúl de las causas perdidas o el cajón de sastre  (o desastre) donde cabe todo y del que tiro y sale una ristra de pequeñas prendas guardadas no se sabe por qué. Algunas se me repiten y no me dejan tranquilo, me hacen revisarlas y me saludan como si fueran viejas amigas que vuelven a darme la murga.
Hoy se me ha aparecido una de mi devoción. Se trata de esa expresión que arrasa ya con todo y que ha venido a ocupar espacios que, a mi parecer, no le corresponden: “El que fuera…”. El que fuera ministro con Suárez; el que fuera embajador en China; el que fuera periodista de ABC; el que fuera…
La Nueva gramática de la lengua española, en su sección 24.1.2c, p. 458 y anteriores, nos ofrece alguna pista acerca de los valores de esta forma del imperfecto de subjuntivo y de sus correspondencias con tiempos del indicativo, aunque creo que algo más claro se podía haber expresado. A esas páginas remito en general.
De nuevo lo obvio: la lengua es un ser vivo que se renueva continuamente, que tiene como primer objetivo la comunicación a cualquier precio, que tiene como segundo precepto el de la economía, etc. Todo lo damos por sabido y lo firmamos.
Se trata de algo más sencillo; el asunto es que los cambios sean reglados y no impulsados por quienes actúan al reclamo del primer sonido que oigan o según la dirección del viento que les sea más favorable. En este caso, con perdón, estoy mirando y señalando directamente a muchos periodistas.
En términos gruesos y reducidos, el indicativo es el modo verbal de la certeza en la cabeza del hablante, y el subjuntivo es el territorio de la duda y de la subordinación a otras formas verbales principales. Si Solchaga fue ministro con Felipe González, por ejemplo, ¿dónde está la duda?, ¿es que no hay certeza de ello? ¿Por qué entonces “el que fuera ministro…” y no “el que fue”? ¿Pero a quién le queda duda de ello? Y ahora nadie está juzgando la utilidad mayor o menor de su ministerio. Así que, cuando haya certeza, “el que fue jugador de tal equipo”, “el que fue cantante de tal grupo”, “el que enseñó en tal centro”. ¿Está claro?
Bien sé que el subjuntivo plantea dificultades con frecuencia. No las aumentemos nosotros. Entre otras cosas porque vamos a tener que volver al formulario verbal del subjuntivo, y muchas personas no dominan ni el indicativo. Los periodistas sabrán qué quieren hacer con todos nosotros, pues en sus manos estamos. Lo malo es que lo oímos a gentes de todo color y preparación. Ayer mismo encontraba este uso extraño en un profesor universitario. Cachis.
No quiero ser purista de nada, creo que la vida y la verdad están llenas de aristas y de tonos grises, ya he dicho que la lengua es un sistema vivo y en continuo cambio… Pero no hagamos las cosas más difíciles de lo que son. Hagamos una vida sencilla y defendamos un sistema lingüístico también sencillo para su interpretación y traslado a los demás. Seguro que, así, la comunicación resultará más sencilla y la convivencia algo más soportable.

Venga, vamos.

miércoles, 14 de junio de 2017

CONTINÚA LA LEYENDA


El contexto religioso ha centrifugado casi todos los respiraderos de esta cultura peninsular en la que vivo. Y mucho más en concreto en la ciudad estrecha. Por ese tamiz han pasado todas las costumbres, todos los usos y casi todas las ideas, o la falta de ideas. No estoy seguro de que sea la religión la única culpable de que esto sea así; más bien me parece que son los mantenedores y los atizadores de los contextos los que más a gusto se han sentido con que esto sea así, único, unidireccional. Porque ya decía Ortega que “en tanto que hay alguien que crea en la idea, la idea vive”. Y, añado yo: sea esta buena o menos buena. Si solo se deja regar un tipo de ideas, estas se llevan toda el agua que llega por el cauce y seca el resto de las plantas.
Mañana es Jueves de Corpus, uno de esos tres jueves “que relumbran más que el sol”. Las conveniencias modernas lo han desplazado en muchos sitios al domingo siguiente. Poco importa: las implicaciones y la sensibilidad siguen siendo las mismas.
En Béjar esta fiesta se ha revestido con los adornos de los festejos en la semana anterior y con la famosa procesión de los hombres de musgo. Agradezco el esfuerzo de los que se preocupan de preparar esta octava festiva, pero miro el calendario y se me caen un poco los palos del sombrajo:
16 de junio: Fiesta barroca: Escenificación  a cargo de los grupos de teatro Colectivo Teatro Telar y Puntos Suspendidos, del recibimiento que hizo la Villa de Béjar y su jurisdicción a la óptima Señora Duquesa Dª. María Alberta de Castro Portugal y Borja nupcial del Sr. Duque D. Manuel, e hija de los Condes de Lemos en el año 1685. Se recrearán las danzas, poemas, etc. en los escenarios naturales primitivos, tal y como se realizó en el Siglo XVII. Incorporando grandes novedades por parte de los actores.
Sábado, 17 de junio: Según el programa, ofrecido por el Ente Público de Bejar, desde las 12 horas de la mañana hasta pasada la media noche en las murallas medievales, Béjar vuelve a la época medieval con la Recreación de la Leyenda de los Hombres de Musgo, mercado de artesanos y concierto de reconciliación, trabajando su artesanía en vivo y en directo durante todo el día.
Domingo 18: Procesión del Corpus, con la presencia de los Hombres de musgo.
Que el Corpus es tal vez la mejor representación religiosa barroca no me ofrece ninguna duda. Que la relación de la casa ducal con los habitantes de Béjar y todas las tierras del ducado fue la de unos potentados explotadores con unos vasallos explotados, tampoco. Que representar adoraciones y festejos de bienvenida a este tipo de personas y personajes es un acto anacrónico, de connotaciones clasistas y fuera de todo lugar, por más que esté revestido de elementos teatrales y literarios bien interpretados, otro tanto de lo mismo. Que sigamos con los hombres de musgo dando vueltas a una reconquista de la que no sabemos nada de nada, salvo la imposibilidad de que de esta manera se pudiera “conquistar” una ciudad, ídem de lienzo. Que nos empeñemos en festejar conquistas y dominios de unos sobre otros y en separar buenos de malos, ni te cuento. Que todo lo hagamos en una mezcla de elementos religiosos, legendarios, teatrales y, sobre todo, de interés comercial (interés nacional para que se nos llenen los bares de turistas y hagamos el agosto anticipadamente en los negocios) me parece una alquimia casi insuperable, pero no sé si preparada para pasar el filtro del Jesús del templo y los mercaderes.
Cada uno tiene la escala de valores que posee y que ha ido creando. Con ella sabrá responder a todo lo que se sucede a su alrededor. A mí algunas de estas actuaciones me provocan demasiadas dudas.

Y poco o nada creo que tiene esto que ver con la hermosísima liturgia barroca, embriagadora para todos los sentidos; sobre todo al aire libre y en primavera.

martes, 13 de junio de 2017

DEL SILENCIO AL OLVIDO


Una ocupación circunstancial me ha llevado esta mañana a dos pueblos próximos, Puerto de Béjar y Cantagallo. He paseado un rato por sus calles. Lo suficiente como para darme cuenta de que el silencio reina entre sus calles y de que el mundo tiene en sus parajes el tiempo detenido. Es tiempo de calores y de sol de justicia, pero es tiempo también de despoblación y hasta de desaparición de muchas de estas poblaciones pequeñas. Tenía como ocupación visualizar si existía alguna obra en curso. Apenas una pequeña ampliación de la pequeña residencia de ancianos en Puerto. De la residencia de ancianos, siempre llena y pequeña para todas las necesidades y demandas. En Cantagallo, nada de nada, calma chicha.
Me siguen contagiando el encanto estos lugares tan propicios al pensamiento y al paseo tranquilo. Pero esta es solución solo personal y para un rato. En cuanto la mente se echa a andar, las imágenes y las implicaciones de la soledad -falta de servicios, no renovación de la población, soledad y más soledad…- me golpean en la mente.
No sé cómo es posible que haya gente que solo mida la riqueza en términos de dinero y de PIB. Son tantas las variables que componen la vida de una persona y de una comunidad… Para lo bueno y para lo malo. Porque yo me declaro amante de los pequeños pueblos y de las comunidades reducidas, busco el silencio como mejor contexto para reflexionar y huyo de las multitudes como el gato del agua. Pero estas poblaciones pequeñas si no aumentan es que disminuyen, no cabe el término medio. Y muchos, demasiados, están condenados a la desaparición y al olvido. No es el caso inminente de estos dos pueblos pero sí noto que muestran síntomas de que la fuerza y el nervio, el murmullo de los niños y el son de las personas mayores se ha espaciado, y de que los ecos de la naturaleza se están haciendo murmullo y vocerío ganando todo el espacio y el tiempo.
Me gustaría que todo fuera solo un sueño en mí y en los pueblos, un rato de calma y de sosiego, de escondite del sol y de los calores. En estos y en todos los pueblos.

Las voces que se escuchan estaban hoy en otros sitios, en el Congreso de los Diputados. Las oí después. Quiero seguir oyendo también las de las gentes que sienten y padecen en lugares pequeños, con sus alegrías y con sus fatigas a cuestas, con su historia sencilla y cotidiana, igual de importante y verdadera.

lunes, 12 de junio de 2017

NADAL. DIEZ


En nuestra cultura, el número diez es el de la excelencia, el de la perfección, el del resultado más favorable, el de la admiración, el de la recompensa.
Estamos en días de fin de curso y las notas se miden también en la escala que llega hasta el diez. Cuando se alcanza, todo es satisfacción y alegría, contento y hasta orgullo.
Pero los cursos no solo son académicos; lo son de todo tipo: económicos, deportivos…
Ayer Rafael Nadal (tal vez el mejor deportista español de todos los tiempos) alcanzó el final de un ciclo que engloba nada menos que diez veces la excelencia en el deporte del tenis en tierra batida. Diez veces diez en París. Matrícula de honor por unanimidad. Enhorabuena.
Hay algo más importante que lo estrictamente deportivo y estoy seguro de que muchos querrían felicitar a Nadal no tanto por sus trofeos como por todo lo que propicia el contexto en el que se producen. Yo me encuentro entre ellos.
Un deportista de élite no es más que un ser humano dotado por la naturaleza con unas condiciones especiales, que ha procurado desarrollar con su esfuerzo. Hay muchas personas que, con el mismo esfuerzo o con más, nunca podrían conseguir los mismos resultados. De modo que la admiración, solo en su justo punto, sin cicatería pero también sin aspavientos.
Además, existen talentos de muchos tipos, con extraordinarios esfuerzos incluidos y resultados fantásticos para la comunidad, que se diluyen en el olvido y en la nada.
Nuestro mundo es un mundo de escaparate y de pasarela. Sin tener nada para vender y sin poner un puesto en el mercadillo correspondiente no eres nada. Así andamos y ejemplos los puede poner cualquiera.
Entonces, ¿en qué la excelencia de Nadal? Yo no se la veo tanto en la manera de practicar deporte ni en los trofeos conseguidos como en su comportamiento ante los demás. Él es un vencedor, y nuestra escala de valores común casi le exige sacar pecho por la calle; los propagadores y comentaristas deportivos promueven su alabanza y casi su idolatría; los espectadores del circo poseen un ídolo ante el que hincar la rodilla y hacer la ola pare rendirse sin condiciones. Toda la parafernalia y la tramoya brilla en una exageración barroca para que aparezca como un deus ex machina haciendo milagros u otras cosas más visibles y tentadoras.
No conozco su trayectoria vital, y supongo que, como todos, tendrá sus debilidades y sus deficiencias. Pero se mueve bien en el escaparate y al menos sabe disimular bien sus tentaciones de divismo. En la medida en que se conduce como un ciudadano “normal”, me produce satisfacción, pues creo que sirve de ejemplo para muchas personas, para casi todas las personas, pues casi todas se van a quedar en el camino y nunca van a poder alcanzar éxitos como los suyos en la vida. Y, sin embargo, lo sienten como uno más, como uno de los suyos y entre ellos mismos.
¿No pueden estar por encima de todo el sentido común y la buena voluntad, el entender que cada uno posee cualidades diferentes, que el esfuerzo produce recompensas pero que las cualidades no son en todos las mismas, que cada cual tiene un sitio en la comunidad y todos son importantes y que nunca el éxito personal debe hacernos apartar de la conciencia de que el éxito dura lo que dura y nada más?

Si algún día Nadal pierde estas cualidades de normalidad, sus excelentes dieces se convertirán en suspensos. Ojalá no ocurra nunca. 

sábado, 10 de junio de 2017

LA REALIDAD DEL ARTE

           
En algunos contextos se enseña lo que se llaman los estilos artísticos, esos cánones que marcan la pauta y sirven de referencia para los creadores y que, al cabo de no mucho tiempo, se rompen en pedazos buscando nuevas formas siempre de acercarse a la realidad a través del arte. Es también una manera de simplificar la realidad de lo que sucede para tratar de entendernos, porque, en el fondo, la creación es una mezcla rara de individualidad y de contexto. Sirve también para otras muchas cosas no tan ideales pero que necesita el sistema para seguir andando y que no se nos venga todo abajo: enseñanzas, trabajos, cánones, ventas…
No sé muy bien a cuántas personas les interesa ese asunto de los estilos. Tal vez a menos de los que pensamos. En todo caso, lo mejor es siempre ejemplificarlos sobre el terreno, con los sentidos actuando y percibiendo la realidad de lo que se está definiendo.
En algunas artes (pintura, escultura, música…) resulta tal vez más frecuente: entendemos el gótico mirando una catedral, o el cubismo contemplando un cuadro de Picasso. En literatura corremos el peligro de teorizar sin la práctica de la lectura de textos. Cuántas veces sucede en las clases, cuántas teorías sin el sabor de la comida en el plato.
Lo pensaba hoy mientras leía la primera de las novelas que Valle Inclán dedica a las guerras carlistas, Los cruzados de la Causa. Son buenos ejemplos del modernismo literario. Quien quiera saber cómo se representa el paisaje en el modernismo que lea y saboree líneas como estas:
“En un vaho de niela aparecía y desaparecía el Faro Ruano. La goleta pasó bajo él, ciñendo el viento, y, apenas doblada la punta del playazo, rectificó el rumbo, y con todas las luces apagadas hizo proa a la ensenada de Lantañón, paraje desierto al socaire de los Picos Lantaños. El arenal, de guijas ásperas y amarillentas, invadía parte del robledo, un bosque de maleza y carballos retorcidos, con los troncos descortezados, y los nudos grandes, lisos y redondos como calaveras. Algunos árboles muy viejos, arraigados entre peñascales, se inclinaban sobre el mar, y sufrían el salsero de las olas que entraban en los socavones del monte. A corta distancia del mar, comenzaban los molinos, que parecían esparcidos por esa mano ingenua que dispone los nacimientos de Navidad: Casucas viejas con emparrados en las puertas, prendidas sobre una quebrada del monte por donde baja el río, un río saltante y espumante que tiene, en la paz dorada de los días, la música del cristal, y remansos de ensueño bajo la sombra verde de los mimbrales. Pero entonces el río, embarrado, amarillento, tenía la voz soturna del monte y de los lobos”.

A partir del texto ya caben todas las consideraciones, todas las posibilidades, todos los esquemas; sin él, nada tiene sentido. Qué diferencia, por ejemplo, con la descripción de la naturaleza en un texto realista. Pero, para verlo, hay que ir también a los ejemplos de literatura realista.

jueves, 8 de junio de 2017

NOSTALGIA DEL TACTO


NOSTALGIA DEL TACTO

¿Cómo revive el tacto entre las manos
si no hay piel de otros cuerpos?

Cuerpos tersos y blandos, semejantes
a la masa que hiñe el panadero;
volcanes del color de la canela
aguardando las brasas de los labios…

Y en las limpias llanuras de su superficie
tocar, rozar, herir hasta que brote
la sangre más caliente y, cauce abajo,

todo se torne lava, gozo, fuego.

miércoles, 7 de junio de 2017

ACLARANDO, QUE ES GERUNDIO


Parece que ya todos velan armas en una calma chicha, ante el punto al que ha llegado eso que llaman el Procés en Cataluña. Cualquiera que no estuviera ciego lo podía ver acercarse y precipitarse con agua de tormenta. Se trata, me parece evidente, del asunto más delicado -no sé qué otro eufemismo utilizar- de la última época histórica (¿Cuántos años le ponemos?).
Alguna vez he resumido mi opinión. Qué osadía, en treinta o cuarenta líneas. Pues, aun así, me atrevo de nuevo: a) Jurídicamente la razón se vence de parte del Estado Español; b) Emocional y psicológicamente no hay quien pueda poner puertas al campo ni torcer la voluntad de tanta gente. ¿Qué criterio debe prevalecer? ¿Cómo se conjugan ambos? Esta puede ser la clave. Desde la cerrazón, desde luego que no.
Pero oigo con mucha frecuencia algo así como que hay que buscar un nuevo “encaje” de Cataluña en el resto de España. Entonces yo me quedo siempre aguardando alguna concreción de esta idea, que, así genéricamente formulada, no tiene por qué ser ni buena ni mala. De ese estado de idiotez me viene a sacar cualquier ocupación, hasta que vuelvo a la misma situación de estupidez cuando vuelvo a escuchar la maldita frase genérica.
¿En qué consiste eso de “encajar” a Cataluña en el resto de España? Misterio. A veces juro que interrogo y hasta increpo a la persona de la que procede la afirmación para que diga algo que me ayude a visualizar ese “encaje”. Siempre obtengo el silencio por respuesta. Y me enfado por ese silencio.
A modo de ejemplo, y por si alguien me quisiera ayudar, voy a proponer algunos hechos concretos. “Encajar” a Cataluña en el resto de España podría consistir en lo siguiente:
1.- Bailar la sardana en Cataluña tres veces al día más que en los demás territorios.
2.- Bailar la sardana en Cataluña tres veces al día menos que en los demás territorios.
3.- Cobrar en Cataluña un tres por ciento más el IVA.
4.- Cobrar en Cataluña un tres por ciento menos el IVA.
5.- Que en Cataluña los vehículos circulen por la izquierda.
6.- Que en Cataluña los vehículos circulen por la derecha.
7.- Que en Cataluña el sol salga por occidente.
8.- Que en Cataluña el sol salga por oriente.
9.-Que en cualquier territorio de Cataluña exista el derecho de autodeterminación.
10.- Que en cualquier territorio de Cataluña no exista el derecho de autodeterminación.
Y así hasta la náusea. Poco importa que sea sobre asuntos intranscendentes o enjundiosos, que produzcan desigualdades a favor de los más ricos o cargas sobre las espaldas de los más desfavorecidos.
Por favor, ¿quién quiere proponer asuntos reales para que yo sepa a qué atenerme?

Mientras tanto, el cielo se carga de nubes y negrea. Suenan incluso los truenos. Y estos son siempre signo de tormenta.

lunes, 5 de junio de 2017

TUS OJOS


TUS OJOS

Cuídate bien la vista y no olvides
que los ojos tienen libertad plena
de ver en cada ceja un orco iris
o el anuncio sombrío de una tormenta,
los árboles cimbreados por el viento
o el bosque en su quietud cuando se duerme.

Si alguna vez decides
detener en mis ojos tu mirada,
no dividas mis sueños
ni dejes mi pupila mirando al infinito;
cércame para siempre
con el blando arco iris que todo lo consume.
Entonces no habrá tiempo y todo será luz,
será inútil el mantra de “dos ojos

 son para conservarlos de por vida”.

viernes, 2 de junio de 2017

OCHO ROSAS BLANCAS


OCHO ROSAS BLANCAS
(Sara cumple ocho años)

Son ocho rosas blancas que florecen
en un jardín que brilla
con luz muy transparente y encendida.
No hay abrojos ni restos de cizaña,
solo rumores ciertos
de que todo germina en la alegría.

Ya es tiempo de que riegues con tus aguas
en el fértil jardín de tu memoria;
verás que todo crece y que esas rosas
harán ramo de flores y de espinas.
Tú estás en la más niña primavera
y en ti todo es canción, cántico, fiesta.
Cuando suceda el tiempo de la espina,
pon tu ánimo a la flor, deja que el blanco
te pueda siempre y que el dolor te olvide.

Así, Sara Gutiérrez y Fernández,
serás princesa y reina
de un reino donde reine la alegría.

¿Me dejas que te mire cómo riegas

ese jardín hermoso en que te miras? 

HOY QUISE SER PARDAL


HOY QUISE SER PARDAL

Es tiempo de pardales y estorninos
este junio tan niño y primerizo.

Igual que en mi niñez yo era pequeño
y saciaba mi sed en cualquier sitio,
así el pardal se acerca temeroso,
con su mínimo peso y con sus alas
plegadas, caminando muy despacio,
hasta el agua parada en cualquier charco,
donde bebe y al fresco se solaza.
Luego levanta el vuelo, se va al aire,
traza curvas, celebra
todo lo que de hermoso tiene el mundo
y se pierde en el bosque, entre otros pájaros
.
Qué docta sencillez, cuánta armonía,
qué redonda la luz para ese vuelo
de la celebración de cada día.

Hoy lo vi en la mañana luminosa
y quise ser pardal y ser cual ave

que vuela en sencillez cerca del aire. 

jueves, 1 de junio de 2017

IMAGÍNATE


IMAGÍNATE
(Para Miguel Ángel, que hoy cumple
muchos años)

Imagínate un día como este.
Se ha despedido mayo, empieza junio,
hay calor en la calle, hay luz más clara,
la vida se derrama y se alza entera
por todas partes, como mar tranquilo
que llega en marea alta hasta la playa.

¿No sientes ya el deseo de asomarte
a ver lo que sucede por las plazas?
Mira, todo te aguarda, los testigos
batirán bien las palmas y, al sentirte,
alzarán una copa bien repleta
para brindar por darles tu presencia.

Llegaste una mañana como esta,.
Yo te esperaba ansioso, que, hasta entonces,
solo fuiste del vientre de tu madre.
Te tomé entre mis brazos, fuiste carne
de mi carne también.
Y el misterio del tiempo se hizo carne
y habitó entre nosotros para siempre.

Hoy eres tú quien debe recordarse.
Cuántos pasos al sol, cuánto camino
andado al por menor, pasito a paso;
y cuánto amor vertido: la familia,
los padres, los estudios, los amigos,
esa sonrisa siempre a flor de labios,
tu bondad, la inequívoca certeza
nada menos de que eres “buena gente”…;
un reguero de luces que iluminan
las páginas de un libro bien escrito.

Déjame ser testigo entusiasmado

de la letra de todos los capítulos.