Resumen: El municipio de Monterde, en la Comunidad de Calatayud, con-serva dos representaciones de arte macabro en forma de pintura mural. La pri-mera de ellas está datada a principios siglo XVI y se encuentra en la ermita de la Virgen...
moreResumen: El municipio de Monterde, en la Comunidad de Calatayud, con-serva dos representaciones de arte macabro en forma de pintura mural. La pri-mera de ellas está datada a principios siglo XVI y se encuentra en la ermita de la Virgen del Castillo, en el intradós del arco que separa el ábside de la nave lateral Sur. La segunda imagen se halla en la iglesia parroquial de Monterde y es posterior, probablemente del siglo XVII. El objetivo de este estudio es hacer un primer acercamiento a la pintura macabra conservada en Monterde así como la posible relación de ésta con otras manifestaciones de la tradición macabra local. Palabras clave: Arte macabro, muerte activa, Monterde, Calatayud. Abstract: The town of Monterde in the Community of Calatayud, has two mural paintings that depict macabre themes. The first of them is dated in the early years of the 16th Century and it can be found in the Virgen del Castillo chapel, placed in the intrados of the arch between the nave and the South aisle. The second painting is located in Monterde's parish church and it is from a later date, probably the 17th Century. The aim of this paper is to do a preliminary approach to the paintings of Monterde and their possible relation to the local macabre traditions. Introducción El arte macabro se caracteriza por representar la muerte regodeándose en las ca-racterísticas más tangibles y desagradables de la putrefacción. Este tipo de imágenes surgieron en Europa en el siglo XIV a raíz de las constantes hambrunas, conflictos béli-cos y oleadas de Peste Negra. La imaginería macabra se enriqueció especialmente en el siglo XV y su éxito se prolongó hasta la Edad Moderna. El objetivo de estas piezas era recordar al espectador la constante amenaza de la muerte y así persuadirle a la confe-sión y al arrepentimiento para no ser sorprendido por la muerte en pecado. La muerte, además, se consideraba una igualadora entre las clases sociales ya que llega lo mismo a ricos que a pobres. El arte macabro consta de ciertos temas iconográficos propios como la Danza de los Muertos, el Encuentro de los tres vivos y los tres muertos, el Triunfo de la Muerte y los sepulcros de transi. No obstante, también son habituales las representaciones de la Muerte activa, personificaciones de la muerte que penetran en el espacio del espectador mediante sus atributos e inscripciones. Este es precisamente el tema que se representa en las imágenes conservadas en Monterde. En cuanto a las representaciones macabras en la Península Ibérica, su descubri-miento y estudio ha sido más tardío que en otros países europeos. Menéndez Pelayo afirmó que el arte español no producía este tipo de imágenes porque no encajaban con el carácter hispano. Su categórica afirmación suscitó muy pronto el debate. Desde los años 80, el tema ha despertado un creciente interés de investigadores como Frances