30 de abril de 2013

Después de un tiempo...


Después de un tiempo uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar el alma.
Y uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa seguridad y uno empieza a aprender...
Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos.
Y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno de mañana es demasiado inseguro para planes... y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad.
Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calor del sol quema.
Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores. Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende... y con cada día uno aprende.

Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.
Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de quererte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas. Con el tiempo te das cuenta de que si estás al lado de esa persona sólo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás deseando no volver a verla.

Con el tiempo entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas. Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida.
Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes.
Con el tiempo comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual.
Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir.
Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible.
Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios, multiplicados al cuadrado.

Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas.
Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.
Con el tiempo aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, ante una tumba, ya no tiene ningún sentido, ya es tarde, nunca dejes que algo te sea demasiado tarde.
Pero desafortunadamente, LO APRENDERÁS sólo con el tiempo...

Lleva tiempo en mi vida, recuerdo cuándo lo encontré, hoy sólo... me apetecía compartirlo.

28 de abril de 2013

El tormento se acerca y me habla, siento agrado y placer, la lluvia me toma por los labios pero me quema el cerebro, escapo del fondo del abismo y sigo viviendo en mi cuarto oscuro.

Ya sabía yo que los placenteros y apaciguadores efectos de mi revelación mariana de hace dos semanas no iban a durarme eternamente... y creo que la culpa la tiene esa película.
Esa chica y ese hombre, tan perdidos en sus respectivas vidas.
Esas conversaciones con otros en los que no sabes bien si no te escuchan, no te entienden o realmente no quieren entenderte.
Ese principio sin darse cuenta, ese tiempo escaso e intenso, ese fin.

"Todos queremos que nos encuentren", eso decía el cartel.
Y si te encuentran, pero cuando ya no toca?
Y si eres tú quien encuentra?
Y si no sabes qué hacer con lo que encuentras?
Pero no olvidemos que, en verdad, todo es incierto. A menudo nos engañan, a menudo -y eso es aún mejor- nos engañamos nosotros mismos y las peores, las peores mentiras de este mundo son las que nos contamos a nosotros mismos. Entonces? Cómo tiene alguien certezas? Cómo sabe uno que hace lo correcto? Cómo sabe uno que se equivoca? Cómo sabe que no vive, se alimenta de un sueño si todo es sueño? Cómo contrastar la realidad si todo depende de la perspectiva con la que se mire? Si tú misma tienes varias perspectivas según cual de tus yos sea la que observe!
Y esa maldita idea, esa que tanto le gusta a todo el mundo y que a mí tanto miedo me da. Ese dichoso "carpe diem". Si la vida son dos días, si hay que aprovecharla pues el tiempo se nos escurre entre los dedos como los relojes de Dalí, si nada es para siempre, pues el para siempre no existe, entonces... porqué aferrarte? Porqué renunciar a algo? Porqué anclarte a un trabajo, una ciudad, unos amigos, una familia, una pareja? Porqué no perseguir aquello que te hace feliz, aquello que te llena, sea un lugar, sea una persona, sea un estilo de vida fuera del convencional?
Y, si lo alcanzaras, si lo encontraras, si lo tuvieras, entonces cómo no aferrarte a ello? Cómo no temer su fin? Cómo si tú, cuando algo empieza, estás imaginando ya cómo terminará? Cómo no aferrarte con brazos, piernas y dientes a aquello que te hace sentir vivo? A aquello que llena de luz tus días que de por sí son tan oscuros?

Cuál es la filosofía? Cuál es la idea?
Vendarse los ojos y dejarse llevar por el voluble tiempo? Ceder a las ilusiones, los deseos y los sueños? Ser incauto e infantil?
Dejarse de tonterías y seguir con el plan trazado? El correcto, el seguro y tranquilo? Ser adulto y racional?

Y la frase, la maldita frase del gato "En cada cual está aquel que debe ser, si no lo es, feliz no puede ser" Cómo renunciar alguien a lo que es, a algo que tiene dentro sin, por ello, renunciar a sí mismo?

Cómo aceptar que tu vida es como un diente de león? Pequeñas porciones de ti, de realidad, de fantasía, pasado, presente, futuro, lo que crees ser, lo que deseas, lo que los demás creen que eres, lo que muestras, lo que no, lo que escondes, sueños, recuerdos, anhelos e ilusiones... todo unido por un hilo tan tan fino que un simple golpe de brisa puede desmoronarlo.


27 de abril de 2013

Everybody wants to be found...


- Estoy perdida, ¿eso tiene arreglo?
- No. Sí... Ya se arreglará.
- ¿De veras? Fíjate en ti.
-  Gracias.

-Lost in translation-

26 de abril de 2013

Agujetas de color de rosa


Sientes el abdomen algo duro, una ligera molestia en los costados y piensas "De qué tengo yo aguje... oh de eso!" y se te dibuja una sonrisa nada inocente en tus labios recordando la postura forzada de anoche.
Estás en el trabajo y al levantarte de la silla para ir a la impresora tus muslos y tus glúteos dan ese pequeño tirón, esos pinchazitos incómodos fruto del esfuerzo de mantener las piernas en aquella posición tanto rato.

Las agujetas del sexo son geniales.

25 de abril de 2013

Two wolves in the dark, running in the wind...



Slow and steady -Of monsters and man-

The lights go out, I am all alone
All the trees outside are buried in the snow
I spend my night dancing with my own shadow
And it holds me and it never lets me go

[Chorus]
I move slow and steady
But I feel like a waterfall
Yeah, I move slow and steady
Past the ones that I used to know

My dear old friend, take me for a spin
Two wolves in the dark, running in the wind
I'm letting go, but I've never felt better
Passing by all the monsters in my head

[Chorus]

And I'm never ready
'Cause I know, I know, I know
That time won't let me
Show what I want to show

24 de abril de 2013

Lo que quieras que otro calle, mejor te lo callas tú antes.

Tengo que tomar decisiones importantes (en cuanto a lo laboral).
Mañana, después de las dos peores semanas que hemos pasado en los seis meses que trabajo para él, me espera una conversación importante con mi jefe, de la cual dependen muchas cosas.
Y sé todo lo que quisiera decirle, pero no sé cuánto le puedo decir en realidad.

Mucho que pensar y solo una noche por delante.

23 de abril de 2013

Las mujeres y los gatos hacen lo que les place; los hombres y los perros deberían relajarse y acostumbrarse a esa idea.


Tengo un dilema moral.
Yo quiero un gato. Siempre he querido tener un gato y mi padre nunca me dejó.
A C no le gustan. Me ponía la excusa de la alergia que quedó refutada (para su desgracia) cuando se hizo las pruebas correspondientes. Así que yo volví a querer mi gato.

Ahora me dice que si yo lo quiero que lo tenga. Que él nunca me va a decir que sí, pero que no puede decirme a todo que no (es que últimamente me dice que no a muchas cosas). Es decir, que si se lo impongo lo aceptará, pero que nunca me va a "dar permiso" para tenerlo.
Y me veo en la duda de imponer algo, cuando yo nunca impongo nada, o renunciar a algo que anhelo y que no me permiten por simple manía. Con lo fácil que sería decirme con tono de fastidio "Bueeeno, vaaaa, ten el gaaaato"!!!!

22 de abril de 2013

Lost the battle, win the war



Dime, estás mejor?

Sí, la verdad es que sí, sólo hace unos días que todo ha cambiado, pero estoy mejor. Eres... gracias.

Sabes que el trato no acaba de convencerme.

Sí, lo sé. Ni a mí, ni a ella... pero esto es lo mejor que tenemos y tendremos que hacer lo posible con ello.

Vale. A ver, he estado haciendo limpieza tras el terremoto, he recolocado los muebles y tirado las cosas rotas, pero hay otras de las que tenemos que hablar. Has estado unos meses a la deriva... Hay cosas que han cambiado y que me parecen bien, lo admito, esas van a permanecer. Me gusta cómo te relacionas ahora con las personas, por ejemplo. Pero hay otras... tenemos que hacer algo con ese caos. Sabes lo que tendríamos que hacer pero no quieres, no me dejas. Qué esperas que haga?

No, no estoy dispuesta a renunciar a eso. Yo... no puedo y no quiero. Y como le quites eso la otra se vuelve loca y volvemos a la guerra. No, no... el problema es mío, nuestro, está dentro, no lo provoca algo externo. Tendrás que contenerlo de algún modo, racionalízalo como mejor puedas, compartimenta, no sé, obra tu magia, pero eso es innegociable.

Las cosas que le he dejado a ella... ¿te parecen bien? Le hubiera cortado mucho más las alas, pero he seguido tus indicaciones. Tienes que estar conmigo en esto.

Lo estoy, tiene lo que necesita sí o sí... con menos se acabaría revelando como antes, con más seguro que nos metía en problemas. Cualquier cosa nueva contrólala, si cumple los requisitos se la das, sino no. Ahora tenemos una buena carta que jugar cuando se rebote. La culpabilidad la tortura.

Otra cosa...

No me gusta esa mirada. Qué quieres?

Porqué te dolió tanto que te dijera... bueno, que no eres así?

Porque sí lo soy. No es culpa suya, no sabe nada de mí, a pesar de lo mucho que sabe...

Se lo dirás? No me gusta cómo te has abierto últimamente... es peligroso.

No. Eso forma parte del feudo de la otra. No te metas.

No me meto, sólo te digo que tengas cuidado. Que luego cuando lloráis soy yo la que recoge los cristales rotos. Por cierto, ¿cómo lo ha materializado?

Es una casa de muñecas. Con lo que puede jugar lo mete dentro. Ha dicho que como te vea cerca te corta un dedo.

En el fondo es tierna, incluso yo la quiero, pero hay que contenerla. No me acercaré a su casita más que para darle nuevas cosas que meter dentro, pero como se le vaya la mano arrasaré con todo.

Que sí, que sí, que ya lo sé. Se supone que esto es una tregua, no la guerra fría... yo, lo siento. Tenía que haberte hecho caso antes.

Bueno, no te diré que ya te lo dije, pero acuérdate bien de estos días en el futuro, cuando la pequeña te seduzca con cuentos de hadas y mundos de algodón de azúcar.

21 de abril de 2013

El cuerpo, si se le trata bien, puede durar toda la vida



No suelo mimar mucho mi cuerpo.
Hace años que no nos llevamos demasiado bien, nos soportamos pues estamos unidos sí o sí, a la fuerza y el divorcio no es factible. Por eso a veces él me atormenta con dolores extraños o me niega cosas que quiero... y por eso yo a veces no me porto del todo bien con él.

Pero me gustan los días en que salgo de la ducha y tengo el tiempo y las ganas de mimarme.
Me seco despacio con la toalla, embadurno mis manos en crema y masajeo mis piernas cansadas, mi torso, mis pechos, mis hombros siempre agarrotados, me contorsiono tratando de llegar a esos puntos de la espalda a los que no llegaré, y desciendo por mis brazos.
Observo mis pocas pecas, a veces descubro una nueva. Me encuentro con viejas cicatrices que me relatan historias de una niña gamberra.
Luego me quito la toalla empapada del pelo y lo peino despacio, desenredándolo con cuidado, me encanta estirarlo con el peine y verlo recuperar sus curvas habituales, enredarse sobre sí mismo, hacer tirabuzones y el color oscuro que muestra al estar mojado. Hacía años que no estaba tan largo.

Después de una de estas sesiones de mimos siempre parece que hagamos las paces, que volvamos a ser amigos, mi cuerpo y yo (hasta el próximo conflicto).

20 de abril de 2013

Un día en la naturaleza siempre hace bien




Hoy he ido de excursión con mis amigos a un pueblo del interior, es un sitio pequeño, precioso.
Un pequeño pueblecito enclaustrado en una montaña, lleno de casitas de montaña, de paredes de piedra, tejados de tejas y ventanas y puertas de madera oscura.
Por el centro del pueblito discurre el río, dividiéndolo en dos y estructurando, junto con las enormes rocas que lo bordean, la pequeña población.

Hoy hacía un precioso día de primavera.
Gracias a algún milagro de la naturaleza no me ha atacado la alergia (pretendía tomarme un antiestamínico preventivo antes de salir, pero me olvidé), he paseado por el campo, he visto una cascada, he mojado mis manos en el agua cristalina y helada que descendía por la montaña, he saltado de piedra en piedra por el río, he visto una salamandra, he alimentado a unos gansos (que casi pican a uno de mis amigos jajaja), me he quedado fascinada observando a un águila planear, he trepado a un árbol, he caminado por un puente colgante... lo que más me ha fascinado son los árboles en flor. Como este.


19 de abril de 2013

They don't think what the say before they open their mouths


La gente suele hablar sin pensar y sin darse cuenta del daño que hacen.
Claro que hay personas malas que tiran a herir pero muchas veces los comentarios son bienintencionados y esos son los peores. Porque si al menos hubiera tras ellos mala leche podrías cabrearte, replicar mordazmente y salir airoso, pero cuando la intención es buena duelen, se cuelan y llegan adentro.
A menudo la gente es tonta, simplemente estúpida y critica todo aquello que no encaja con lo "socialmente aceptable", luego si les preguntases directamente, si entrases al trapo, normalmente se retractarían, se avergonzarían y volverían a la pose políticamente correcta, pero de entrada, mientras nadie destaca el punto hiriente de su discurso hablan y hablan, sueltan por sus bocas las más absolutas lindezas y, como encima sus interlocutores opinen igual... la cosa puede ser bizarra.

Una cosa con la que pido, imploro, que se tenga cuidado es con lo que se le dice a los niños, por favor, que ellos no saben discernir las paparruchas de la realidad y se puede hacer mucho daño...

Todo esto viene a una conversación que mantenían cuatro mujeres (he tenido que pensar bien qué palabra poner para definirlas...) en el bus esta mañana. Yo iba con los cascos con mi musicoterapia matutina cuando he visto que la mujer sentada frente a mí las miraba con cara de horror. Me ha podido la curiosidad y le he dado al pause para descubrir que andaban descuartizando a la cuñada de una de ellas porque tiene dos hijas preadolescentes y las niñas están gordas, pero vamos, hablaban como si la madre las hubiera cedido para experimentos científicos o regalado a una mafia de trata de blancas. Y me consuela no ser la única escandalizada porque cuanto más hablaba una más la animaban las otras y ha sido realmente vergonzoso. Yo no soy nadie para increpar a cuatro desconocidas, pero le he tenido que morder mucho la lengua a Ficticia. Que una niña, aunque tenga doce años, si mide un metro sesenta no pasa nada porque pese 61kg, no hay que ponerla a pan y agua y atarla a la bici estática, ni negarle las comidas que le gustan (porque oh sacrilegio! Le encanta el chocolate!).
En serio, de verdad, estoy harta de ver cómo un gran porcentaje de chicas con algún trastorno alimenticio tiene en casa un padre o una madre que de pequeños los criticaban por estar gordos (no digo que ese sea el único motivo para desarrollarlo), cómo una cantidad brutal de adolescentes tienen una autoestima pésima por las bromas supuestamente inocentes e inocuas de sus padres, hermanos y demás fauna familiar. Eso de curtir a los niños a críticas para prepararlos para el mundo creo que ya está más que pasado de moda.
Y yo no lo consiento, perdón pero no, delante mío no. Cuando estuvo aquí mi tía (la burgalesa) casi me la como porque le dijo a mi sobrino, no olvidemos que tiene seis años y además, es una raspilla, "tú cariño, sobre todo, come siempre de todo, pero nunca te pongas gordo". Le puse la mano en su mano haciéndola callar y le dije que fuera la última vez que le decía eso al niño. Nadie replicó ante mi salida de tono, así que supongo que estarían de acuerdo.

18 de abril de 2013

Siéntela, siéntete, gózala... la... la


 Hoy tuve un sueño.
Estaba yo, tumbada al sol primaveral, en un prado verde lleno de esas pequeñas margaritas blancas que en la realidad parecen haber tomado cualquier zona verde de la ciudad y que me tienen fascinada.
Recostaba la cabeza en el costado de mi lobo triste, que estaba tumbado de lado y era más grande que la última vez que vino a verme, no sé si porque él ha crecido, porque yo me he vuelto más pequeña o un poco de ambos... Su respiración lenta y profunda me mecía y el calor de su cuerpo me reconfortaba, mientras yo le leía fragmentos de un libro de poesía.
Cuando las palabras que recitaba no le gustaban bufaba y se removía... si, por el contrario, le agradaban, ronroneaba como un gatito, haciéndome sonreír.
Cuando terminé el libro levantó la cabeza como pidiendo más.
Me giré de lado y, acariciando su pelaje castaño, paseando los dedos despacio, lentamente, por su pelo, empecé a cantarle despacio y flojito esas canciones, las que considero nuestras, y él cerró los ojos y, poquito a poco, se durmió.

17 de abril de 2013

I never thought that what would take me out was hiding down below.


Cuando vi esta foto recuerdo que pensé en esas épocas convulsas, muy convulsas, por las que a veces paso y en que llega un momento que tonteo con la idea de mandarlo todo a paseo, cuando miras al abismo y quieres que te engulla, que te devore y te da igual que todo termine.

Hoy la veo de otra forma.
Hoy sé que si saltase a ese abismo, si al mirarlo cayera por un traspiés o por voluntad propia, tras esa fracción de tiempo de ingravidez en el estómago, caería al agua, mansa o revuelta, quizá me lastimaría por el impacto contra la superficie o por alguna roca oculta en el fondo marino, pero tarde o temprano saldría a la superficie y, de allí otra vez, poco a poco, volvería a subirme a lo alto del despeñadero.
También sé que esa capacidad de curación, de resurgir, de levantarme cuando me caigo, no procede de nadie. Puedo apoyarme en otras personas, y lo hago y tengo mucho que agradecer, pero esa... fuerza, llámalo x, sólo reside en mí.

A veces nos aferramos a cosas que en verdad no son tan importantes, por cómo está montado el mundo en el que vivimos, por otras personas o por necesidades falsas o erróneas. No es fácil darse cuenta de ello, pero resulta liberador cuando sucede.
Y sé que no siempre mantendré esta certeza, porque cuando la vida aprieta lo fácil es olvidarla, pero siempre intentaré recordarla.

16 de abril de 2013

El dolor si no se convierte en verdugo es un gran maestro.




Es curioso... las cosas que pueden herirte. Crees estar a salvo escudada en tu urna de cristal, tras tu perfecto y cuidado muro. Tras tu raciocinio. Pero aún así, sigue viviendo en ti un corazón latente y, si algo es bien sabido por todo el mundo, es que un corazón que late, puede sufrir.

Había escrito "odio que la gente me haga sentir..." pero carece de sentido. Soy yo la que siento, soy yo la que dejo que las cosas me afecten, ya sea porque genero expectativas allá donde no debo, ya sea por mi pésima autoestima...
Ayer me hablaban de amor propio y yo me reí. Odio que me hablen como si me conocieran, apenas nadie lo hace, y más aún cuando quien lo hace apenas ha compartido conmigo fracciones de tiempo laboral durante unas tres semanas. No, no presupongas, como haces, que "tú y yo somos iguales" y si me dices que crees que soy de una forma y yo te digo que no no me digas "pues no me lo creo" porque haces que me muerda la lengua y así no vamos bien. No te fíes de la chica alegre, de risa fácil, comunicativa, tímida y tranquila. No te creas que sólo soy eso. A la edad que tienes ya deberías saber que la gente suele ocultar más en su interior, así como yo veo que tras tu actitud cuadriculada se esconde miedo, aunque aún no tengo claro a qué, que entre tanta teoría te falta práctica, y que tras esa voz suave y esa sonrisa amable no siempre hay solicitud, los ojos te delatan.
Pero bueno, ese es otro tema, la cuestión es que no son los demás, la gente hace daño, eso lo sé, porque es torpe, egoísta/egocéntrica o malvada, el daño que inflijan en mí tan sólo depende del valor que yo otorgue a sus actos.
Sé todas esas cosas y más, entonces, ¿porqué no las aplico?
Creo que, en gran parte, se debe a este tiempo que la pequeña f ha estado al aire libre, bricando a sus anchas por doquier. Sigo recogiendo los destrozos de su libertad, es lógico, las daños de una catástrofe natural no se limpian y reparan en una semana.
Es peligrosa, si no la necesitara creo que me aliaría con la otra y la decapitaríamos en algún momento, pero la necesito, aunque me haga tropezar.
Aunque me traiga de cabeza.
Aunque haga que me plantee cosas que jamás creí que llegase si quiera a plantearme, aunque haya golpeado de lleno ciertas ideas, valores.
Aunque me haga descubrir que ante circunstancias en las que siempre había pensado que actuaría de una forma concreta, estoy actuando de otra completamente opuesta.
Aunque me enseñe que hay cosas que yo creía que no eran ciertas o posibles, sí lo son.
Aunque haga que ideas que creía inamovibles, innegociables, certeras como el aire que ahora mismo entra en mis pulmones...
O tal vez sea la pelirroja que, en esta extraña tregua en la que las partes gobernantes aún andan definiendo fronteras, ha quedado un poco a su aire y a ella le encanta la polémica, oh sí, la adora.
Los conflictos internos son buenos, siempre lo he creído y no me asustan. Es bueno replantearse, siempre, lo que uno cree que sabe, porque así descubrimos cosas nuevas y recordamos lo voluble que es todo, incluso aquello que nos parece seguro y estable. Nuestros pilares. Es sólo que, a veces, necesitaría un poco más de paz.
Pero bueno, para eso también tengo mis medios.

15 de abril de 2013

Rammstein


Oh dios mío!

No diré que ha sido el mejor concierto de mi vida ya que mis preferencias musicales suelen ir más por otros derroteros y, además competir contra mi fanatismo por Coldplay es complicado, pero sin ninguna duda es uno de los mejores a los que he asistido.
Me resulta, en estos tiempos en los que vivimos en que importa más tu estética y tu apariencia que tu calidad musical para triunfar, tan tan tan placentero ver a un grupo en directo y que suenen bien! Y Rammstein suenan bien, sí señor, suenan muy bien, tenía mis temores con esos cambios de registro de Till Lindemann, pero sí, lo bordan.
Además, el espectáculo de fuego y pirotecnia que organizan vale muchísimo la pena.
También, como mis gustos musicales suelen ser menos eléctricos y percutidos, la sensación de que te vibra hasta el tuétano fue algo nuevo y delicioso.
No tocaron mi canción favorita suya, cosa que era muy probable, pero con Mein herz brent en esta nueva versión que han hecho más pausada, cantada simplemente acompañada del piano me arrancaron un cachito de este corazón maltrecho mío y se lo llevaron con ellos a Alemania.
Además, he de decir, que en los conciertos es el único momento en que me siento parte de la masa, del tumulto humano, adoro esos momentos, cuando las luces iluminan al público y ves cientos de brazos alzados, como los tuyos; cuando los músicos dejan de cantar y de tocar y se oye un coro de voces anónimas cantando a coro la letra de algún himno que no representa nada más que cierta idolatría por quien está subido al escenario. Es, para mí, una especie de catarsis.

Y, aquí dejo, mi canción favorita del grupo, Donaukinder (especial atención a la guitarra del 4'...).

14 de abril de 2013

Un domingo como otro cualquiera.


Hoy hace seis años que Niño Bonito y yo salimos juntos. Tal día como hoy, esta noche, me pedía una oportunidad. Recuerdo la pregunta "¿Tú quieres intentarlo?" y se sigue dibujando en mi rostro una sonrisa.

Deberíamos estar felices y contentos celebrando nuestro aniversario. Habíamos hecho planes entre ayer y hoy (ya que hoy trabaja hasta las 16.00) y los hemos seguido. Pero todo está siendo un poco descafeinado por la muerte de Quim. Esta tarde vamos al velatorio que, la verdad, no es un ambiente muy festivo. Pero la vida no entiende de fechas (ni la muerte), de celebraciones, ni de calendarios. Las cosas suceden sin más y tienes que adaptarte.
Como me suele decir mi lobo triste, hoy relativizo más que nunca. Compartimento mi tiempo según mis obligaciones y aislo las emociones que provocan cada una de ellas de las otras.
Domingo por la mañana, luce el sol, la primavera sigue dándolo todo, me he levantado demasiado tarde (muy demasiado), he cumplido las tareas domésticas necesarias, he llamado a una amiga a la que no había conseguido localizar para darle la mala noticia (y mira que es dificil, decirlo eh? No hay frase más simple "x ha muerto" pero más difícil de pronunciar), he hecho una tarea del trabajo otra vez trabajando el fin de semana, me he reído muy mucho con mi gatito durante un rato, he hecho terapia vía whatsapp con M -una de mis compis- para volver mañana a la oficina con mejor ánimo (o al menos no un desánimo total) después de un viernes muy muy malo e incluso he planeado una excursión para el próximo finde.
Medio día (a una hora de la llegada de mi niño bonito) y sólo me queda alimentar mi cuerpo y darme una ducha. Hasta tengo tiempo que escribir una entrada absurda en el blog!

Lo mejor de hoy es que esta noche vamos al concierto de Rammstein y, si no fuera por esta sensación de absurdo, estaría pegando brincos de emoción. Nada mejor que una buena sesión de metal industrial -así lo definen, no es cosa mía- y un directo brutalmente bueno para aplacar las malas sensaciones después de un drama.

13 de abril de 2013

Qué poca cosa es la vida, qué cerca está la locura...

 La muerte es como es, inevitable e innegable.
A veces se la ve venir e incluso se implora su llegada. A veces la buscamos.
A veces da un susto, juega con nosotros pensando que al final pasará de largo, para luego volver a por quien se olvidó.

No importa lo joven que uno sea. A veces morimos, sin más.
Y podemos buscarle motivos, razones, pero todos sabemos que las causas o causantes no importan. Lo único patente es que ayer había alguien que hoy ya no está.

Hoy ha muerto un amigo. Hace apenas dos horas que lo sé.
Tuvo un derrame cerebral el martes. Ayer parecía que estaba bien. Estaba consciente y hablaba.
Y hoy ha muerto.
Así, sin más. Ayer estaba, ahora ya no.
Sé que me repito pero es que esa idea lleva dos horas dándome vueltas en la cabeza.
La vida sigue, el mundo gira, la gente vive su vida, sigue luciendo un sol radiante.
Esta mañana hablaba de plantas que renacen, de primaveras, de lagartijas... Ahora hay una persona menos en mi mundo.

Me sueno tan absurda a mí misma que no sé si reír como una loca o llorar con desconsuelo, así que no hago nada. Escribo a ver si así detengo esa idea que amenaza con marearme y poco más me queda por hacer ahora mismo.

Lo que me duele es que sé que no fue feliz.
Vivía preso de una depresión que lo tomó hace años consumiéndolo, atado a un cuerpo que detestaba, atenazado por complejos, miedos y temores que lo encerraban en casa. Mil veces intentamos sacarle de ahí pero no era amistad lo que él deseaba...
Ahora es cuando quisiera creer en un más allá, un cielo, un algo... donde pensar que él será feliz, por fin.

Quim... Quimet... sempre t'enyorarem.

Doña Primavera, de aliento fecundo, se ríe de todas las penas del mundo...

Yo soy más de invierno. Me gusta el frío, pasear por las calles de la ciudad con la bufanda subida hasta las orejas, las manos enguantadas hundidas hasta el fondo de los bolsillos del abrigo. A veces incluso un gorro.
Me gusta la lluvia, he perdido el miedo a las tormentas -aunque los rayos siguen dándome repelús- pasear bajo un paraguas, el olor de la humedad, el sonido de las gotas al caer, cuando el mundo duerme.
El otoño también me agrada. Cuando todo se vuelve marrón con ese aire melancólico que precede a la llegada del frío. Los plataneros que abarrotan las calles de Barcelona dejan caer sus hojas y las avenidas están llenas de una alfombra crujiente. 
Pero he de reconocer que incluso a mí que la primavera me resulta insufrible por las malditas alergias (que llegarán en mayo) y el recuerdo innegable de que se acerca el verano, estos días me están enterneciendo. No sé porqué, pero ver ayer a los árboles así desde el autobús me hizo sentir algo, algo bonito, bien adentro.


O no sé, llevo toda la semana quedándome fascinada con las florecitas blancas que han brotado en las zonas verdes a los lados de la autopista.
Me entristece, en parte, porque es pronto. Los últimos años siempre pasa lo mismo. Marzo o Abril engañan a las plantas y a las personas con unos días excesivamente cálidos y luego vuelve a hacer frío haciendo que los humanos se resfríen y las plantas pierdan todas las flores nacidas prematuramente.
La calidez tiende a engañar no sólo en la naturaleza, también en las personas... pero ese es otro tema.

12 de abril de 2013

I'll see you when I fall asleep



"Si existe alguna magia en este mundo debe de estar en el intento de comprender a alguien al compartir algo. Lo sé, es casi imposible lograrlo, pero... ¿Qué importa eso? En el intento debe de estar la respuesta."
-Antes del amanecer-

10 de abril de 2013

La edad no determina la madurez, la sonrisa no siempre es felicidad, la lágrima no siempre es nostalgia

Escribo estas palabras mientras lucho contra el sueño que amenaza con tomarme. Morfeo me llama, pero voy a estafarle unos minutos.
Sé que no pasa nada, sólo es el cansancio propio del bajón de adrenalina cuando se acaba el estrés (de mi vida pragmática), lo sé, necesito dormir como no he dormido en los últimos ocho días y hoy lo haré, porque he terminado la ardua tarea y, además, he vuelto a ver algo de luz al fondo de mi túnel (de mi debacle emocional).

Hoy, tras meses de agitación convulsa y de una de las peores semanas de mi vida, mis yos han llegado a un acuerdo. Lo bueno de ser tres es que cuando hay que tomar una decisión la cosa nunca queda en tablas. La semana pasada recluimos al corazón, no costó mucho, hasta ella reconocía su culpa (es irreflexiva, tonta e impulsiva, pero lo sabe) así que caminó dulce y sumisa hasta la celda donde la metimos, pero poco a poco, ha ido reclamando atención (muerde a los carceleros, chilla, araña las paredes, golpea la puerta...) y, la verdad es que reconozco que la necesitamos, aunque sea un poco. Lo que está claro es que no podemos seguir como los últimos meses ya que, visto lo visto, si dejo sueltas a las dos acabaré loca antes de que acabe el año.
Así que he sacado a la pequeña del calabozo, las he sentado frente a frente y he hecho una propuesta que no han podido rechazar.

La pequeña f tendrá su feudo, único, exclusivo y delimitado, además del usufructo del blog.
Para todo lo demás (incluyendo filtrar lo que llega hasta ella y el contenido de ciertas publicaciones) nos sometemos al dominio de la razón. Hay que reconocer que con ella nos ha ido siempre mejor.
Me da igual tropezar mil veces y pelarme las rodillas por las caídas, pero cuando se daña a terceros hay que tomar medidas drásticas. Y yo he hecho daño. A alguien a quien quiero. Así que se acabó.

No es el equilibrio con tanto anhelaba yo y ninguna de las dos ha obtenido la autocracia que quería.
Todas hemos ganado, todas hemos perdido. Cada una de ellas conserva lo que más quiere y yo ganaré paz. Estamos todas contentas.
No me he atrevido a hacerlas firmar el armisticio o el tratado de paz, con una tregua, por ahora, me vale.



9 de abril de 2013

Maybe I'm a bad, bad, bad... bad person. Well, baby I know


Love Love Love -Of Monsters and Men- 

Well, maybe I'm a crook for stealing your heart away
And maybe I'm a crook for not caring for it
Yeah, maybe I'm a bad, bad, bad... bad person
Well, baby I know
(...)
And these fingertips
Will never run through your skin
Those bright blue eyes
Can't only meet mine across the room
Filled with people that are less important than you


No acostumbro a hacer reseñas, pero esta es una excepción. Of monster and men, han robado mi corazón. Cuando encuentro consuelo en letras como las suyas, sus ritmos deliciosos con ese aire acústico en la mayoría de canciones, cuando escucho un disco en una de mis noches de insomnio y cada una de las pistas que lo componen va acariciando un corazón o quizá por la voz de Nanna con ese acento tan característico... creo que debo decírselo al mundo.

8 de abril de 2013

"Una palabra es suficiente para hacer o deshacer la fortuna de un hombre." -Sófocles-




Con palabras soñé despierta o expliqué mis sueños al despertar.
Con palabras tejí una red que me protegía del tedio del mundo y la desidia de la vida.
Con palabras hice daño, rompiendo todo lo demás y a mí misma.
Con palabras me expliqué y con ellas también me reprendieron.
Con esa palabra lloré como una chiquilla, al sentir, con ella, que no todo está perdido.
Con palabras traté de expresar el dolor que sentía y con ellas asusté a alguno que otro que me aprecia.
La ausencia de palabras me hizo sentir desesperación.
Con palabras me ofrecieron consuelo.
Algunas palabras se me ahogan y no las puedo pronunciar.
Cuatro palabras me han acariciado y mecido entre sus brazos, hoy, de esa forma que tanto necesitaba mi corazón estúpido, confuso y asustado.
Con palabras, a veces cantadas, trato de arreglar lo que rompí.
Pues palabras son lo único que tengo en mi haber. Palabras son lo único que puedo darte.

Y las temo, temo horrores a las palabras porque tienen poder, porque se me cuelan por los recovecos sin que sepa cómo y llegan a dónde no tienen que llegar. Tan sólo lo encerré hace un par de días y hoy han conseguido llegar hasta él y acariciarlo... las palabras son peligrosas.
Pero a lo que temo, a lo que más temo, es a las personas que saben utilzarlas, emplearlas y hacer de ellas lo que quieren. Moldearlas a su antojo convirtiéndolas en sus aliadas, vestirlas de dulce bombón o de daga afilada.

6 de abril de 2013

Betty said she prayed today for the sky to blow away or maybe stay she wasn't sure.

Well I met an old man dying on a train
No more destination no more pain
Well he said: "One thing, before I graduate
Never let your fear decide your fate."

Iba a pedir perdón, pero yo siempre digo a la gente cuando lo hace -tras haber publicado algo depresivo y luego querer rectificar por las reacciones provocadas- que no debe hacerlo, que para esto algunos tenemos los blogs, para sacar fuera todo eso que nos tortura, las cosas que se nos agarran al cuello y nos asfixian, porque no se las podemos (o queremos) decir a nadie pero aún así tenemos que verbalizarlas, liberarlas, para que dejen de pudrirse en nuestro interior y, al airearse, quizá duelan algo menos. Así que no, no voy a pedir perdón...

Lo que haré es dar las gracias, porque hay quien(es) se ha preocupado y me ha transmitido esa preocupación de un modo u otro y eso es bonito. Me maravilla cómo alguien puede sentirse así por mí. Así que gracias, por hacerme sentir un poco menos sola y un poco más querida.

Todo acabará saliendo bien. Tarde o temprano de todo se sale.
A veces las heridas se cierran y no queda más que un vano recuerdo de que un día estuvieron ahí, otras dejan marcas de diferente notoriedad y algunas dejan para siempre una fea cicatriz.
Pero, sea como sea, acaban cerrando.


5 de abril de 2013

No se puede dedicar el alma a acumular intentos.

 
De todo se aprende en esta vida.
De estos últimos días también he extraído conocimientos, claro.

He constatado que, a veces, puedo seguir siendo muy estúpida.
Que mi conciencia sigue siendo implacable.
He recuperado viejas y gastadas emociones o sensaciones.
A mis 28 años he descubierto que mi cuerpo puede somatizar de modos que no conocía, que yo también puedo perder el sueño y el apetito.
Que llorar y conducir a la vez no son una buena combinación.
O que el rímel waterproof no se corre.

Pero también sé que tras la tormenta llega la calma, tarde o temprano.
Como sé lo que tengo que hacer para no volver a estar así.

4 de abril de 2013






Mira el pecho abierto, tu corazón inmóvil,
está a punto de partirse en millones de colores
y vas a morir en este momento.
Serás afortunado si no deja de doler. 

3 de abril de 2013

No hay peor crueldad que la falsa esperanza.

Oh terror! Me habían vuelto a salir alas. Comenzaron como una pelusilla suave, un no sé qué en los homoplatos que me hacía cosquillas. Hasta que de repente me las he vi ahí, un grupito de plumas suaves, delicadas, pero que crecían con fuerza, las dejé por un tiempo a ver qué pasaba... todo se ha vuelto un caos, como antes.
Así que no, no las quiero.
Las alas duelen, liberan mi corazón y vuela, vuela alto el muy cabrón olvidándose de lo mucho que duele caer y que cuánto más arriba suba peor será cuando se estrelle contra el suelo explotando, abriéndose por esas costuras que tan harta estoy de coser, zurzir y pespuntear.
Dejando ir todo lo que encierra, todas esas cosas que lo alimentan cuando está sano, esas palabras, esos gestos, esas sensaciones, las canciones, las poesías, los sueños, las fantasías... pero que se pudren, enquistan y supuran cuando todo se tuerce, a veces las peores por mi propia causa, cuando la cálida corriente que lo elevaba deja de sostenerlo y se precipita contra el asfalto de esta gran ciudad en la que vivo sin que nadie se de cuenta, sin que otros oídos que los míos sientan el estruendo atronador, sin que otros pies se tambaleen ante el terremoto. 

Así que no, no las quiero. Me las arranco en previsión. Y habrá quien me diga que es miedo y diré que sí, que el miedo me da prudencia y la prudencia me da tranquilidad, que sigo creyendo que si no subo tan alto no me haré tanto daño al caer.


1 de abril de 2013

Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos.


La memoria es algo temible y que detesto.
La necesito, claro, las amnesias ya sean retrógradas o anterógradas, son muy incómodas, pero es algo indomable. Por mucho que cada vez comprenda mejor los mecanismos que subyacen a ella, las zonas cerebrales implicadas, los tipos, características y complejidad de los procesos que la conforman... no puedo dominarla.
Hay cosas que quiero recordar, cosas que cuando las vivo quiero grabar a fuego en mi mente.
Hay una cosa que necesito desesperadamente recordar, con esa necesidad visceral que me provoca un vacío en el estómago que duele y me sume en la peor sima de mi fosa Mariana particular. Pero no lo consigo. He buscado y rebuscado en mi cerebro, he intentado encontrar un hilo del que tirar, he motivado mi cerebro con otros elementos que pudieran despertar alguna asociación inconsciente... pero no. Ese clip de audio debe de haber sido borrado completamente del disco duro.
Hay algo, una posibilidad... existe un video donde quizá, y solo quizá, podría estar esa voz que desespero por recordar, pero yo no lo tengo. Podría obtenerlo, pero para ello tendría que manipular completa y conscientemente a una persona. Y mis malditos y estúpidos escrúpulos no me lo permiten.
Así que nada, sigo anhelando.
También hay recuerdos que a veces afloran sin que yo sepa porqué, a veces son imágenes, a veces palabras, a veces porque sí, a veces por tontas y curiosas asociaciones...
En ocasiones no pasa nada, aflora, lo recibo y ya.
Otras se da ese maravilloso momento en que lo que salta a mi consciencia es algo divertido que me hace reír irremediablemente y los demás me miran como si estuviera loca.
Otras recuerdo algo precioso, bonito, especialmente en estos últimos tiempos, que me hace sonreír con esa carita de tonta que también, a veces, tengo.
Otras, muchas, el recuerdo me perturba y eso se lo achaco a que alguna de mis yos está loca y me odia.

Lo curioso de esto es que siempre, desde muy jovencita, he tenido verdadero pavor a perder la memoria (la episódica). La amnesia es un recurso muy trillado en el cine y yo empecé a devorar películas adultas muy pronto, supongo que ahí empezó, y en la necesidad de conservarla, a ella que con el tiempo es sólo eso: recuerdos. Si hubiera sabido mejor cómo funciona la memoria, entonces, habría ejercitado más mi mente para aferrarme a ellos, para soldarlos con saña a alguna de mis neuronas. Pero no lo sabía, no sabía que los rostros con el tiempo se desdibujan, el tacto y las voces se borran, que lo que más perdura son los olores ni que, cuanta más carga emocional, más fuerte el recuerdo por obra y gracia de la amígdala. Eso lo sé ahora, no entonces. Además era muy pequeña. Qué le vamos a hacer! (Conseguir el video, susurra mi pelirroja interior).
Me parece curioso ese temor. Siempre, hasta que me independicé, escribí diarios y hay una verdadera ristra de páginas en las que hago recopilaciones y memorándums de cosas que No Puedo Olvidar, sobre todo en la adolescencia y la época postrubeniana.
Ya no me obsesiona, pero sigo pensando que sería un faenón olvidar toda tu historia vital o una parte importante, no sé, imagina tu vida con un vacío de los últimos tres años. No reconocer a la gente que se haya subido a tu tren en ese tiempo, no saber qué ha pasado con aquellos que recuerdas y ya no están, porqué os distanciasteis, qué pasó, qué fue lo último que os dijisteis. Tendrías que fiarte de lo que otros te contasen, reconstruir ese vacío con piezas prestadas. Hay cosas que podría recuperar, en la era digital hay mucha información registrada en uno u otro formato pero hay cosas impagables que atesoro en mi mente que no podría recuperar como esas conversaciones, algunas sensaciones y mis secretos.
Sería aterrador que todo el mundo supiera cosas de ti que tú no sabes.