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jueves, 17 de diciembre de 2015

Despidiendo el "Año Alicia"


Se termina poco a poco el 2015 y con él se van muchas efemérides, entre las que destaca el 150º aniversario de la publicación de Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas, la obra cumbre del diácono (siempre hay hombres de fe en esto de la literatura) y matemático, Frances Lutwige Dodgson, o lo que es lo mismo, Lewis Carroll. Concebida en su inicio como una historia para agradar a las tres pequeñas Liddell (incluida Alice) durante un paseo en barca por el Támesis, el libro se considera hoy día como uno de los clásicos de la literatura infantil (a pesar de que el autor incluyese en él una carga satírica importante), lo que la ha llevado a convertirse en inspiración para innumerables artistas, se haya traducido a innumerables lenguas o haya inspirado óperas, videojuegos, series de televisión, videoclips o películas animadas o con actores de carne y hueso.


David Pintor

Leí los originales (ya saben que hay muchas adaptaciones) de Alicia y A través del espejo (obras de las que proceden las escenas más conocidas del país de las maravillas) hace años, cuando iba en metro de un lado a otro de Madrid. Todo era extraño, un tanto exótico, un tanto bizarro, pero tenía una originalidad especial que, aunque pareciera "nonsense" o cuentos de hadas, estaba en otro apartado literario.


Arthur Rackham


Sir John Tenniel

El caso es que el impacto de esta obra sobre nuestra cultura es más que notable, algo que se ha dejado sentir durante este año, uno en el que se han desarrollado actividades a lo largo y ancho de todo el mundo teniendo como protagonistas al gato de Chesire, el Conejo Blanco, el Sombrerero, la Liebre de Marzo o la Reina de Corazones. De entre todas ellas me gustaría destacar en este espacio las que, a mi juicio, son las más atractivas, especiales y reseñables para que todos los amantes del extraño viaje que Alicia comenzó hace siglo y medio, disfruten a lo grande. 



Por ejemplo pueden echar mano de la serie de sellos que la Royal Mail (el Correos británico) en colaboración con el ilustrador Graham Baker-Smith ha editado este año con algunas de las escenas más conocidas de la historia y que pueden adquirir por diez libras esterlinas aquí para regalárselos a algún fan incondicional.


Anthony Browne


Szegedi Katalin


Julia Sardá

También han sido muchas las exposiciones que, dispersas por toda la geografía del globo, han recogido escenas de este libro, como son la caída por la madriguera o el juego de cricket. En nuestro país pueden visitar la que estará (a partir de hoy hasta marzo del 2016) en el Museo ABC de Ilustración y que lleva por título Feliz NO Cumpleaños. 150 Años en el País de las Maravillas y donde podrán disfrutar de los trabajos originales de ilustradores como Rebecca Dautremer, Benjamin Lacombe, Ana Juan, Iban Barrenetxea, Ester García, Gabriel Pacheco, Carmen Queralt, Javier Zabala, Adolfo Serra o Emilio Urberuaga, así como de material de la colección privada de Antonio Escamilla Cid.


Debemos destacar también el 150 Alice Project, un proyecto interdisciplinar en el que se aúnan conferencias, charlas y exposiciones, y en el que, además, ciento cincuenta artístas de todo el mundo dar su personal visión sobre el universo de una Alicia que ha trascendido a las modas. Para más información tienen este lugar y este otro.


Aunque son incontables los recursos que pueden encontrar en la red sobre este tema, les recomiendo echar un vistazo a tres:
- La exposición con la que la Tate Gallery (Liverpool) se adelantó a esta celebración entre el 2011 y el 2012 y que ha vagado por media Inglaterra y parte de Europa dando buena cuenta de la historia de Alicia y de su presencia en el ideario de los grandes maestros del arte y la pintura como Dalí, Magritte o Blake.


David Delamare

- La selección de las mejores Alicias ilustradas que Maria Popova ha seleccionado para la conocidísima revista cultural “on-line” Brain Pickings, y por las que merece la pena perderse un buen rato con una taza de té al lado.
- El recorrido cronológico por un sinfín de portadas que nos ofrecen desde la página web Flavorwire en su exposición virtual EvolutionAlice: A book cover odyssey.


Y como despedida, solo decirles que, además de hacer disfrutar a los sentidos con todas estas sugerencias (que no es poco), pueden acercarse a una librería y echar mano de cualquiera de las ediciones de este clásico (en castellano me decantaría por la que Edelvives ha sacado a la luz con las preciosistas imágenes de Sir John Tenniel, el primer ilustrador de Alicia), y trasladarse a un mundo que, aunque poco creíble, bien vale soñarlo.


viernes, 12 de diciembre de 2014

Celebrando cien años de Platero

Juan Ramón Alonso

Tal día como hoy hace cien años (1914) se publicaba una de las obras cumbres de la LIJ nacional. Aunque su autor, Juan Ramón Jiménez, negara que la escribiera para los niños, Platero y yo se ha convertido a lo largo del tiempo en una de las imágenes de nuestra infancia (sobre todo de la mía, en la que no había tanto videojuego, ni teléfono móvil de cuarta generación).
Y hoy, desde Moguer (Huelva), cuna del premio Nobel, hasta el SLIJ de Madrid, pasando por las ondas de Radio Nacional de España o el omnipresente Google, se celebra la efeméride de la publicación de una de las obras más traducidas a los diferentes idiomas del mundo.
Platero, además de ese burro que retoza por nuestros campos, literales o imaginados, es el símbolo de un tiempo pasado en el que lo rural, todavía vivía en España, en el que el aire todavía olía a siega, a fritillas tempranas, a calles que sonaban a juegos de verano… una imagen que, esperemos, dure otros cien años más. Para que no olvidemos que la España de ayer también tuvo infancia, para que el espíritu de los niños que fuimos perdure en la memoria.

Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro. Lo dejo suelto y se va al prado y acaricia tibiamente, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: ¿Platero?, y viene a mí con un trotecillo alegre, que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...