sábado, 13 de diciembre de 2014
Una tragedia que se repite en Buenos Aires
Desesperado, el
Perdedor de Unicornios se fue hasta el desarmadero de la avenida Warnes y lo
que vio le encogió el corazón:
a)
cebras
pintadas de negro
b)
caballos
pintados de cebra
c)
leones
con las melenas afeitadas y un cartel debajo que decía “cuidado con el puma”
d)
Etc.
El Perdedor de
Unicornios quiso meterse en el perímetro para buscar al suyo de color azul (a esa
altura probablemente rosa) pero lo interceptó un huraño mono con navaja que le
dijo con cara de pocos amigos y fuerte acento ruso: ¡¡¡xxxaxaxsxsxaxsxsxaxax!!!
Más desesperado
todavía, se fue hasta la Comisaría 33º a
hacer la denuncia, pero el gato policía lo paró en seco: “¿Ud. sabe cuántos unicornios se roban por día en la ciudad de Buenos
Aires? ¡Cientos! Hay una banda de
babilonios que los plastifican y los
venden como caballos de calesita en Copenhage, yo la denuncia no se la tomo y
el seguro tampoco lo hará”
Resignado, el
Perdedor de Unicornios volvió a su casa, sin saber qué decirle al hijo cuando le
pregunte por su mascota. Pese a todo, puso un cartel en la puerta de su casa
prometiendo que cien mil o un millón él pagará a quien tenga información, y yo
lo estoy buscando hasta en Babilonia. No lo busco por sentimentalismo, si yo odio los unicornios, especialmente a los
azules. Es que necesito el dinero.
sábado, 6 de diciembre de 2014
..........................................El paraíso de los desmemoriados................................
Los desterrados
Del paraíso de los desmemoriados
Vanas señas suelen dar
Allí el olvido
Es el deseo
De infinitos cuerpos sin dolor
Ansiosos
De un paraíso anónimo
Que olvide
Hasta el perdón
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