Anoche
escribí algo, de madrugada, que llegué a publicar… Y que esta
mañana al releerlo lo he suprimido. (Mi amigo Alfred llegó a
comentarlo. Gracias.)
Y
es que tema para escribir no acabo de tenerlo claro… Sí que
podría, de cien temas llegado el caso, pero… ¿son relevantes?
Cierto
que tampoco se trata aquí de disertar sobre cualquier cosa. Ya son
años en estos espacios de compartir, la mayoría de los que nos
relacionamos nos conocemos bien. El aprecio, el respeto y la amistad
brillan con vuestras presencias. Y no “virtualmente” como suele
decirse, sino en profundidad. Pues como bien sabemos, la pantalla no
es una valla que separe nada, al contrario. Gracias a ella, por la
magia que conlleva solemos abrirnos más.
Y
lo experimentamos muchos de nosotros. Aquí se forjan amistades,
relaciones entre personas, entrañables. ¡Y más! Aquí hay almas
que se abren como nunca pensaron que podrían hacerlo en un têt a
têt.
Que
alguien haya tenido alguna experiencia en un sentido incómodo, no es
el tema aquí. Por ello estas palabras quedan difuminadas…
Si
en los trigales que representan las vidas de cada uno no ha
crecido la cizaña, lo inadecuado, no merece ni tan siquiera
nombrarla.
¡Quédate con lo que realmente tienes, eres! Y no pongas tu atención en lo que otros atraen o almacenan.