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miércoles, 1 de mayo de 2013

La mujer sexy vs la mujer sexual, de Flora Davis

Entre las mujeres suele suceder que las que parecen más declaradamente sexy y femeninas, sean con frecuencia las que menos responden a cualquier aproximación directa y personal. Birwhistell establece una diferencia bastante fácil de observar en prácticamente cualquier reunión. La mujer sexual puede empezar la noche apartada a un lado y con aspecto poco interesante; pero cuando habla con un hombre que le gusta, todo su rostro y hasta la postura de su cuerpo cambia. El hombre que llegue a percibid este hecho podrá sentir que, de alguna manera misteriosa, él le ha hecho hermosa. 

La mujer sexy, por otra parte, es la que lleva grandes escotes y está rodeada de hombres. Pero los hombres que la rodean están allí porque, en realidad, no les gustan las mujeres y consideran que ése es el lugar más seguro de la reunión. La mujer sexy está tan ocupada emitiendo la señal de <<soy una mujer... soy una mujer... soy una mujer...>> que no exige nada del hombre que está a su lado, excepto su total atención; está tan enfrascada en el desempeño de su papel, que no tiene ningún interés real en sus compañeros. En el fondo es una figura trágica. Probablemente de pequeña aprendió a ser una niñita dulce y condescendiente, para agradar a sus padres, que gozaban luciéndose con ella; al mismo tiempo esto le enseñó que con frecuencia las personas se tratan mutuamente como posesiones. A medida que creció, comenzaron a abordarla hombres que en el fondo no gustaban de las mujeres. Usaban su compañía simplemente para probar su hombría, haciendo de ella lo que las feministas llaman un objeto sexual. Al final se transforma en una mujer frágil y crispada, que presenta una imagen muy simple se sí misma y ofrece una mercancía muy simple. Puede que incluso diga <<A los hombres sólo les interesa una cosa...>> Pero en realidad es ella la que no tiene nada más que ofrecer. Nunca aprendió a responder o comunicarse con otro ser humano.

La comunicación no verbal - Flora Davis


Hace un par de días que estoy leyendo este libro, que nos recomendaron en clase. Y hasta el momento me está encantando, porque habla de cosas que parecen pasar desapercibidas en nuestro día a día y de las cuales, sin embargo, somos plenamente conscientes sin saberlo.

Ayer, en el metro, me llamó especialmente la atención este fragmento. No sólo porque siempre he pensado que la identidad de género en las culturas, cómo se contruye la personalidad y cómo aprendemos a ser quienes ¿debemos? ser en la sociedad es algo muy interesante, sino porque precisamente estos días ha estado en boquilla de todos -y más en la carrera- un anuncio que recientemente se ha empezado a emitir en televisión. 



Como veis, se trata del anuncio de Qé! Crack, muy criticado aunque también bastante defendido a la vez (sólo basta con mirar los comentarios en el vídeo colgado del canal de la marca de Youtube).

Para empezar, aclarar que no, no me gusta. Me parece horrible, si debo ser franca. Adaptar tendencias de Internet como el "Ola k ase" a un público juvenil al cual va dirigido el producto y que usa estas tendencias, vale. Pero la broma que surge de la confusión lingüística no me parece aceptable. En clase nos enseñan que recurrir a tópicos -sobre todo estereotipos de género- es algo que se utiliza demasiado a menudo, aunque se debería cambiar. Nos enseñan sociología y antropología, comunicación, nos enseñan a pensar y juzgar. Pero después enciendes el televisor y ves estas cosas. De hecho, si fuera un producto dirigido a un público más adulto, quizás pasaría más desapercibido, sería menos criticado.

Lo que a mí, y creo que a la mayoría de gente no le hace gracia, es enviar un mensaje tan confuso y sexista a un público que debe estar entre los 10 y los 16 años, cuando todavía los niños están aprendiendo a "ser chicos", y las niñas a "ser chicas". No me parece bien que supuestamente enseñemos a los niños a "ser respetuosos con las niñas" y a las niñas a que "deben ser respetadas por los niños" cuando después aparecen anuncios así en televisión, que acaban lanzando mensajes totalmente opuestos a los que supuestamente enseñamos. De todas maneras, ¿por qué enseñar a los pequeños antes a ser respetados por los demás o a respetar a los demás en vez de primero demostrarles que a quien más deben respetar es a sí mismos? En mi opinión, es ahí donde surge el problema. Si alguien sabe respetarse desde el principio, desde siempre, sabrá que de la misma manera el resto merece el mismo trato.

¿Qué relación tiene esto con el libro de Flora Davis? En La comunicación no verbal, Flora Davis dice una verdad enorme. Hoy en día no juzgamos a un niño por jugar con muñecas quizás, pero tampoco lo animamos a hacerlo. En cambio, sí que lo animamos a jugar con la pelota. A lo que me vengo a referir, es que todos, absolutamente todos y cada uno de nosotros, enseñamos a los más pequeños a ser lo que se supone que deben ser. Decimos estar en el siglo XXI, decimos ser modernos y abiertos de mente, y sin embargo, todavía tenemos muchos prejuicios calcados en nuestra mente, tatuados en nuestros pensamientos, impidiéndonos juzgar objetivamente cada acción, cada movimiento, cada elemento de esta sociedad...

domingo, 3 de marzo de 2013

¿Harlem Shake?

Una canción monótona y carente de sentido y gente en ataque epiléptico, bailando, moviéndose y dando vueltas de las más absurdas maneras y en los más insospechados disfraces. Sí, hoy toca hablar del Harlem Shake. 


¿Qué es realmente, de dónde ha salido? El "Harlem Shake" es, tal y como muy bien explica nuestra querida Wikipedia, "un fenómeno de Internet basado en vídeos virales que comenzó a ganar fama a finales de enero de 2013". Sin embargo, el "Harlem Shake original" no tiene, según lo que parece, nada que ver con lo que conocemos de él a día de hoy. En la versión viral, se muestra un primer plano, en el que encontramos a una o más personas en un espacio, sea abierto o cerrado, donde una de las personas (generalmente enmascarada, con un casco o algo similar) hace un bailecito que rompe con la rutina del resto del plano, bien porque es muy estático, o bien porque el resto de actores parecen hacer caso omiso del bailarín. De fondo, suena una canción, con mucho ritmo y la frase "con los terroristas" (la cual es repetida una y otra vez) y, en cierto punto de la canción, se corta el plano que había aparecido en primer lugar para mostrar uno segundo, de misma localización, pero donde, ahora, el resto de actores también bailan de manera extraña y con los más estrambóticos trajes al son de la música.

Leyendo un post en Mashable, "Youtube: Here's How "Harlem Shake" Went Viral", he descubierto que, el mismo manager de tendencias de Youtube, Kevin Allocca, reveló que se habían subido más de 12000 videos "Harlem Shake" y que se habían visto más de 44 millones de veces en una semana. En apenas 4 días, este fenómeno ya era un éxito.

Pero, lo que a todos nos intriga es... ¿por qué ha tenido tanto éxito? 


Como la mayoría de los videos virales, es algo que aún está por determinar: por su absurdidad, su humor, su carencia de sentido, su innecesidad de presupuesto, su música, su corta duración, ser publicado en el momento y el lugar correctos... En mi opinión, tiene que ver con el hecho de poderse convertir, por un cortísimo periodo de tiempo, en un "famosillo" en la red, ya que no es un solo video que compartes con todo el mundo y cuyos actores no cambian, sino que se trata de algo que, lo ves, te hace reír (o llorar), y piensas, "Eh! ¡Eso yo también puedo hacerlo y subirlo a la red!". También debe de estar relacionado, cómo no, con la diversión, con el hecho de poder hacer algo en poco tiempo que sea totalmente ameno y distinto a lo que estás acostumbrado a hacer, día a día, hora tras hora. Yo misma reconozco haber hecho mi propia versión con algunos amigos, para hacer algo bizarro, rompedor, y que además, al estar de moda, todo el mundo quiere hacer. 

Quién sabe. Lo que sí sabemos es que muchas universidades, marcas (¡e incluso agencias de publicidad!) ya se han subido al carro y se han apuntado a esta tendencia online. Es el caso, por ejemplo, de Facebook y Google.

En el viral de Facebook, vemos que, en realidad, no hay ningún distintivo de la marca en el video, es decir, que no sabríamos decir que para qué empresa trabajan los integrantes del video si no fuera por el título del video en Youtube:


Los trabajadores de Google, en cambio, sí se distinguen con facilidad:



La cuestión es, en estos casos... ¿Es esta una nueva manera de publicidad? No los virales tipo "Charlie bit me" o el "Gangnam Style" (o los mismos que generan las marcas con fines publicitarios), los cuales se pueden parodiar, sino la versión propia, hecha por cada uno, de manera casera y cuya idea es tomada de la original pero igualmente válida, compitiendo así con todas las demás versiones anteriormente creadas. Porque, tal como vemos en el segundo video, los trabajadores pasan delante de los muñecos de Android, pero en todo momento son identificables, así como en ningún momento se tapa el logotipo, en primer plano y en diagonal, de Google.

Esto nos plantea muchas cosas, como, ¿hasta qué punto está una empresa a seguir las tendencias para estar pendiente en la web? Ya que, por ejemplo, no imagino a ninguna institución política o empresa bancaria haciendo un video con una canción que canta "con los terroristas", pero, sin embargo, sí que veo en el fenómeno en sí algo divertido que encaja con algunos perfiles de empresas jóvenes, innovadoras y creativas, como las dos mostradas.

Al final, parece resultar que, como suele pasar, lo más disparatado y gracioso, es lo que más éxito tiene. Y si no me creéis, ¿por qué entonces hay ya hasta una aplicación en internet para aplicar el "Harlem Shake" a las páginas web...?

jueves, 4 de octubre de 2012

Los libros me enseñaron a pensar y el pensamiento me hizo libre...

Suena el despertador. Cinco minutos más... y a la ducha. Desayuno express, metro. Voy a la uni, hago mis clases, tomo mis apuntes, vuelvo al metro, llego a casa, hago la comida. Como, hago algo deberes, quizás una mini siesta, voy a francés o alemán, vuelvo a casa, ceno, algo más de estudio y fin del día. Después de horas de rutina, y antes de dormir, me gusta leer. Nunca faltan los libros en mi mesita de noche y, dependiendo del día, leo uno u otro, según el tipo de literatura que me apetezca.

Es algo que he aprendido a amar gracias a mi madre. Desde siempre la he visto leer, me ha llevado a bibliotecas y siempre me ha animado a hacerlo, no como deber, sino como hobby. Sé que no sería la misma si no hubiera leído desde niña, porque hoy no me interesarían los mismos temas e incluso ni siquiera me gustaría escribir, sean relatos cortos, redacciones o poesía.

Para mí no existen los libros mejores o peores, especialmente para niños, siempre que lean. Cada tipología o género de literatura tiene unas características, y, aunque como más variedad leas (creo que es) mejor, ninguna puede ser mejor que otra. Como hoy ha comentado un profesor en clase... En el fondo ¿Qué es tener la razón? ¿Qué es realmente mejor y qué es peor? En temas tan subjetivos, no existe punto intermedio. ¿Qué música es mejor? ¿Qué lectura es peor? Al final, supongo que todo acaba reduciéndose a lo que te hace sentir. Qué es aquello con lo que más te identificas, con lo que más te evades. En tiempos de crisis, la gente necesita ese tipo de evasión.

Sin embargo, no conozco mucha gente a la que realmente le guste leer, pero me da la sensación de que, con lo cara que se está volviendo la cultura, va a ser lo que nos quede. Los libros son caros, sí, en las librerías y grandes almacenes. Pero siempre quedarán los Encantes, los marchés aux puces, mercadillos, tiendas de segunda mano, e incluso puntos de reciclaje. Porque, en mi opinión, un libro jamás pasa de moda. Tiene un estilo o refleja una época quizás, pero una vez encuentras aquellos autores o estilos que más te gustan, puedes leer uno escrito hace 300 años como uno escrito hace 3 meses.

iguiendo esta filosofía, hoy he leído un artículo en el País (a parte de la noticia del momento sobre los Erasmus que seguramente acabe afectándome...) sobre una iniciativa en Madrid llamada "Libros Libres". Se trata de una librería en la ciudad en la que los libros ni se compran ni se venden, están ahí para todo el mundo, y todo lo que está dentro del local es gratuito. Piden una suscripción de 12 euros al año (¡un euro al mes por una cantidad ilimitada de libros!) aunque, si se quiere contribuir con algo más, mejor. Sin embargo, si no se puede pagar ese dinero, ni siquiera es necesario. Otras maneras de conrtibuir son llevar libros, café, comida... ¡Todo lo que se quiera y pueda!

La verdad es que me parece una fantástica idea. En una época en la que se exigen precios baratos y, además, muchos realmente los necesitan, tener acceso a libros, a cultura, historia, lenguas, etc. de manera gratuita puede fomentar la pasión por la lectura y hacer de nosotros, personas más ricas, más abiertas, más libres. Es, además, una organización que puede hacerse muy familiar y cercana, puede convertirse perfectamente en un lugar no sólo donde leer o tomar un café, sino en un local donde debatir sobre grandes temas, sacar conclusiones, soñar, crear, imaginar. Francamente, siento que el mundo cada vez se queda con menos imaginación, y cosas así son las que pueden ayudarnos a crecer, a madurar, a vivir. Y digo vivir, sí, porque, para mí, cada libro es una experiencia. Será una experiencia nefasta o una maravillosa, pero de cada libro aprendemos algo, aunque sea sólo que ese autor, ese género o ese libro en particular no nos guste.

Así que, sólo me queda pedir a mis lectores madrileños que, si les apasiona la lecura, apoyen esta iniciativa, ya que necesitan algunos suscriptores más para que resulte viable económicamente. Para más información, su página web es http://www.librerialibroslibres.org/

Librería Libros Libros de Madrid

Quizás si tiene éxito en la capital, ¡acaben haciendo algo similar en Barcelona! (¡Aunque conmigo se arruinaban, hehe!)
                                         
                                                ¿No sería genial?



PD: el título "Los libros me enseñaron a pensar y el pensamiento me hizo libre..." es una frase que le cojo prestada a mi artista favorito Santi, cuyo blog (http://lifadrim.blogspot.com.es/), por cierto, ¡recomiendo infinitamente!



     

martes, 18 de septiembre de 2012

Amsterdam experience

El viernes pasado, volví de Amsterdam. Y después de un finde de intercambio de fotografías y morriña del viaje, por fin voy a subir algunas de las fotillos que tomamos. Qué decir de Amsterdam... Como la mayoría de ciudades a las que voy, me dejó enamorada. Es una ciudad pequeña, tolerante, muy abierta y tremendamente preciosa.


Gracias a una exhaustiva búsqueda en internet, comparación de precios y paciencia, mucha paciencia, encontramos los mejores precios tanto de vuelo como de estancia. Nos alojamos en un albergue de la ciudad llamado "Hotel Amigo" (sí, así, en castellano). La verdad, es que por un precio tan barato como el que pagamos y por ser un albergue, esperábamos poca cosa. Sin ermbargo, me impresionó gratamente lo limpio que estaba todo, la facilidad de comunicación de la gente con la que compartimos la habitación y las facilidades de las que disponía el albergue. 

Respecto a los compañeros de habitación, conocimos a dos chicas de Corea del Sur que estaban de interrail, así como una neoyorquina llamada Princess que también estaba de interrail, pero había decidido viajar ella sola después de graduarse en Estados Unidos. Me impresionó lo divertida que era y, en cierta manera, hasta la "valentía" de viajar sola a través de todo un continente totalmente desconocido para ella sin nadie que la acompañara en caso que le sucediera cualquier cosa. Como en octubre vendrá a Barcelona, acordamos verla y enseñarle la ciudad. Por último, había dos chicos londinenses que, tras acabar su posgrado, habían decidido viajar hasta París y Ámsterdam para, en cierta manera, celebrarlo.

En cuanto a qué vimos de la ciudad, diré que en cinco días nos dio tiempo a verlo todo, o al menos prácticamente todo lo "indispensable". Gracias a que el primer día nos perdimos (algo así como que nos dirigíamos al centro de la ciudad y acabamos en la dirección totalmente opuesta, en la periferia) vimos calles y partes de la ciudad que se salían de lo turístico, y que nos permitieron ver más de cerca la esencia real de Ámsterdam. Por la noche, fuimos al Barrio Rojo, famoso por sus tiendas eróticas a cada dos pasos, entre ventanales donde las prostitutas se exhiben y los múltiples Coffeshops que se pueden recorrer a lo largo de las amplias calles (a pesar de que estaban en obras).

En los alrededores a la calle principal de rojas ventanas, estaba la famosa Condonería de Ámsterdam, en una larga calle en la que también se podían encontrar infinitos bares gays y más Coffeshops, entre ellos, el Hunter's, uno de los más famosos. En la Condonería había gran variedad de preservativos, francamente, jamás pensé que podría haber tantos. Tenían un gordo catálogo dividido por funciones y tamaños entre los que buscabas en más adecuado para ti y tu pareja, incluso te asesoraban abiertamente. Esa fue una de las cosas que también me encantó de la ciudad. La mentalidad tan abierta que tienen sus habitantes, tanto nativos como inmigrantes, y en todas partes. 

El tema de la sexualidad y las drogas está tan presente en la ciudad que parecía haber desaparecido en ella como tabú. Además, la gente te ve parada en la calle con el mapa en la mano y el sello TURISTA en la frente y en seguida se acercan a preguntarte si necesitas ayuda y guiarte, así como preguntarte sobre tu país y cultura. Claro que generalizar nunca me ha gustado, pero en base a las muchas experiencias de ese tipo que tuvimos com bastantes holandeses, no puedo hacer otro comentario acerca de ellos excepto remarcar lo realmente majos -no hay otra palabra- que son (eso siempre y cuando no ocupes todo su carril bici mientras andas a pie, debo decir).

El segundo día fuimos a una iglesia protestante del siglo XVII donde se hallaba la torre más alta de la ciudad, desde la cual antiguamente se vigilaba todo Ámsterdam para avisar en caso de fuego para que este no se propagara tan rápidamente. Subimos a ella en una visita guiada en la cual explicaban la historia de la torre y llegabas sólo hasta la mitad, pero desde donde ya se podía ver toda la ciudad que, por su homogeneidad en cuanto a edificios y estilo de viviendas y calles, se veía preciosa y llena de encanto a la orilla de los diferentes canales que la cruzan.

Por la tarde, fuimos a las famosas letras de "I amsterdam" situadas delante del Rijksmuseum y enfrente las cuales hay una enorme esplanada de hierba sobre la cual nos tumbamos a descansar, charlar, jugar con los perros que pasaban por allí junto con sus amos y, finalmente cenar pronto un sándwich a lo picnic en el parque. 

Mientras nos hacíamos fotos delante de las letras, nos encontramos, además, a nuestros compañeros de habitación británicos. Nos hizo bastante gracia y nos hicimos bastantes fotos juntos, y, además, nos dio la oportunidad de dejarles nuestra cámara para que tomaran una foto de los tres que viajábamos juntos. Al final no entramos al museo, porque nos recomendaron mejor en de Van Gogh, ya que muchas exposiciones estaban cerradas y el precio era elevado para el poco material que tenian en exposición entonces. Sin embargo, y aunque lo planeamos en un principio, tampoco acabamos yendo al museo Van Gogh...

El tercer día fuimos al mercado de las flores y al museo de Heineken, al cual llaman "The Heineken Experience". En el mercado de las flores podías encontrar gran variedad de tulipanes sobre todo, pero también muchas otras plantas de las cuales escogí una para mi madre, que teóricamente consiste en un bulbo que debes dejar a media luz (es decir, en un interior) y del que, sin agua ni tierra, sale una flor rosa de apariencia bastante exótica. Por ahora lleva dos días en el comedor y no ha empezado a abrirse aún, si al final crece ya compartiré alguna foto de la bizarra flor... 

En cuanto a la Heineken Experience, debo decir que los 17 euros de entrada quedaron amortizados a lo largo del recorrido. A pesar de que al principio puede ser una visita un poco más aburrida ya que es sólo historia de la cerveza, poco a poco se va volviendo más interesante. Primero, te explican cómo se elabora la cerveza, e incluso más adelante te permiten probar la primera mezcla que hacen de la cual surgirá la cerveza basada en agua y trigo cocinado. El sabor era ciertamente extraño, recordaba a la miel pero, en vez de ser dulce, era más bien amargo. También mostraban los materiales con los que se elaboraba la cerveza y, más adelante, te dan una pequeña cerveza con la cual te explican el por qué de su color y sabor y por qué la espuma blanca de la cerveza es tan importante. 

A partir de aquí, todo se vuelve más lúdico e interactivo, puedes hacerte videos y fotos con temática de Heineken y Holanda y enviarlas por e-mail, jugar a una especie de "Guitar Hero" pero a lo DJ, ver anuncios de diferentes épocas de la marca... Por último, tienes dos cervezas gratuitas antes de la salida las cuales puedes tomar en un espacio muy bien adaptado que crea un buen ambiente de local nocturno. A la salida, además, si vas en busca de la tienda de Heineken que está a unas manzanas de la fábrica, te regalan un abridor de Heieneken. De toda la experiencia, lo único que nos decepcionó fue que pensábamos que cogiendo el último tour, de las 5 y media, veríamos de sobras el museo, pero como cerraban a las 7, nos faltó tiempo para disfrutarlo mejor todo.

La mañana del cuarto día la pasamos entera en el mercado de antigüedades de Waterlooplein. No teníamos planeado ir, pero una de las veces que pasamos por delante con el tram me fijé y decidimos ir algún día porque tenía muy buena pinta. Había de todo, ropa (tanto nueva como de segunda mano, y a buen precio toda), bisutería y joyería, souvenirs, libros (¡los cuales costaban entre uno y tres euros!), entre los cuales, a pesar que, obviamente, la mayoría estaban en holandés, encontré bastantes en francés y alguno en castellano. De estos últimos me los había leído casi todos, excepto un libro de Ensayos y Artículos de Oscar Wilde que compré por tan sólo un euro. Pasamos toda la mañana allí porque había mucho por ver y, a pesar de que muchas de las "antigüedades" eran más bien trastos viejos, si sabías buscar y tenías paciencia encontrabas verdaderas gangas

Esa tarde hicimos otro picnic en Vondelpark, famoso parque de la ciudad que, como todos los demás, destaca por su amplio espacio y el verdor que lo rodea. Había muchos lagos y gran variedad de aves que campaban a sus anchas por el parque. De postre, unas frambuesitas y algo de lectura de la que habíamos adquirido por la mañana, y tumbados sobre el césped, bajo el sol que nos calentaba en un día más bien frío, veíamos la gente pasar, reír, disfrutar del día, fumando de una pipa, bebiendo y charlando, jugando con barcos en los lagos, leyendo, durmiendo... Todo el parque estaba envuelto de cierto aire bucólico que nos dejó prendados del lugar nada más entrar en él.


El último día compramos los souvenirs que nos faltaban y, a pesar de que teníamos planeado hacer un tour gratuito que empezaba en la Plaza Dam y recorría los lugares más relevantes de la ciudad, acabamos no yendo porque empezó a llover muchísimo y, encima a mí se me había perdido en paraguas...

Ese día, sin embargo, acabamos de disfrutar los últimos rinconces por descubrir o ya descubiertos de Ámsterdam y ya por la tarde, cogimos nuestras maletas del albergue y nos dirigimos finalmente hacia el aeropuerto, para volver a nuestra cálida Barcelona... (porque sí, hizo MUCHO frío, ¡incluso granizó una mañana!).


En resumen, Ámsterdam es una ciudad que recomiendo enormemente visitar, aunque, como ya digo, me cuesta ser objetiva, ¡prácticamente todos los sitios a los que voy me acaban encantando!

Quizás más adelante publique más fotografías del viaje y de la ciudad que tomamos a lo largo de esos cinco días.

Y ahora sí, goede nacht!

PD: Para ver las fotografías en grande, ¡sólo tenéis que clickar sobre ellas!           

martes, 28 de agosto de 2012

La sociedad del saco

Mil temores cruzan tu mente a diario. ¿Y si llego tarde? ¿Y si pierdo el tren? ¿Y si le dijera algo la mujer con la que me cruzo cada día? ¿Y si me atropellaran? ¿Y si hiciera el ridículo? ¿Y si cayera al suelo? ¿Y si de repente pasara algo terrible? ¿Y si suspendiera? ¿Y si hubiera olvidado algo?

Aprendemos a tener miedo desde pequeños. Algunos lo superan, otros muchos apenas lo sienten. Pero la gran mayoría lo siente al acecho, día tras día, sobre sus hombros. Desde el temor más ridículo hasta el más justificado, desde el terror de quedarse sin casa, familia, y llegar a la desgracia, hasta el simple detalle imperceptible de no saber si sonreír o no a esa persona con la que, sin conocerla, te pasarías horas hablando.

El mundo no va bien. ¿Acaso alguna vez lo ha ido? Y eso explica el estrés, las crisis, las fobias, todo lo que acumulamos en nuestro interior y que no todos somos capaces de exteriorizar. Las enfermedades del nuevo milenio, decían. Y así crecemos, cada uno con sus preocupaciones, según su edad, su estilo de vida, su nivel económico, su educación, su residencia. Quién sabe cuáles serán las verdaderas variables que determinarán si una persona será atrevida o miedosa.

Yo, por ejemplo, soy miedosa. Tengo miedo a la oscuridad, terror a los insectos, siento repugnancia hacia la sangre. ¿Suena a tópico, verdad? Es posible. Pero, por encima de todo, tengo miedo a no superar los miedos más superficiales que me acechan en el día a día. ¿Dejaré algún día de ser vergonzosa? ¿Por qué no hago lo que quiero si lo tengo delante de mis narices? ¿Seré capaz de enfrentarme algún día a esa persona? ¿Seré capaz de besar a aquella otra?

A veces soy tímida. De pequeña lo era mucho, muchísimo. Pero con el tiempo he aprendido a superar la timidez en muchas situaciones. Me gusta saber de la gente, acercarme a ella y tratar de conocerla. Saber qué opinan, qué esperan. Me gusta descubrir las vidas de las personas. Qué piensan, qué sienten, qué viven. Sin embargo, en muchas otras ocasiones de las anteriormente nombradas, la vieja costumbre me supera. ¿Y si algún día encontrase alguien a quien vale la pena realmente hablar? ¿Te puede gustar alguien sin saber quién es? ¿Se puede ser capaz de saber si alguien encajará contigo sólo con la rutina que compartís? ¿Cuánto se puede saber de alguien basándose solamente en sus gestos, su mirada, y esas palabras contadas que cruzáis por cortesía en su trabajo? Y, si la encuentras fuera del ámbito usual, te paralizas, dejas de verla como una persona normal para verla como la persona que podría ser. Y eso es lo peor. Pensar en quién puede convertirse alguien sin saber cómo es.

Al final, acaba resultando lo mismo. El miedo vence. El miedo a un simple saludo que resulte en la total indiferencia, el miedo a un hilo de voz roto que presagie torpeza. El miedo con el que vivimos siempre y que se acaba apoderando de tu vida diaria.

Y yo pregunto, ¿cómo vencer ese miedo? No el miedo a hablarle a alguien por primera vez. No el miedo a perder el trabajo, ni el miedo a morir. El miedo a vivir. Porque, reconozcámoslo, eso es lo que más nos aterra de todo, como bien dice el poema de Eduardo Galeano…

“El hambre desayuna miedo. El miedo al silencio aturde las calles. El miedo amenaza:

Si usted ama, tendrá sida.
Si fuma, tendrá cáncer.
Si respira, tendrá contaminación.
Si bebe, tendrá accidentes.
Si come, tendrá colesterol.
Si habla, tendrá desempleo.
Si camina, tendrá violencia.
Si piensa, tendrá angustia.
Si duda, tendrá locura.
Si siente, tendrá soledad.”

Cada vez que lo leo, pienso, ¿hace falta decir algo más? Y a la vez me aturde el pensamiento de cómo nosotros mismos creamos nuestros peores miedos. Nosotros, la sociedad, un término que engloba una idea abstracta de la cual siempre nos quejamos pero de la cual también formamos parte. Y con ello no quiero decir que esté a favor de fumar ni del cáncer. Quiero decir que, a menudo, guiamos más nuestras acciones por miedo a las consecuencias, que tendemos a ver negativas, que no por la satisfacción que nos puedan dar en el acto. “Si duda, tendrá locura. Si siente, tendrá soledad”. Si vive, tendrá miedo.

domingo, 30 de octubre de 2011

Divorciada de la normalidad.


¿Por qué tengo ganas de llorar? Todo parece ir bien. Hago fluir estas palabras sin saber muy bien por qué. ¿Por qué, de repente, siento este vació dentro de mí? Me acecha, es como un miedo que me apuñala en el estómago, eriza la piel de mi espalda y sube hasta mi garganta. Es como un grito ahogado en mi boca que suena y resuena, y chilla, pero sólo lo oyen mis sordos oídos. Siento ganas de escapar. ¿De qué? Es que ni siquiera lo sé. Estoy confusa en un momento de mi vida en el que todo parece ir bien. ¿Soledad? Ah, mi fiel compañera. Pero esta vez es diferente. Quizás ya me he acostumbrado a esa sensación que me desgarra el alma y ahora sólo oigo los ecos mudos de mi dolor. Me paso el día de aquí a allí, sin saber dónde voy sabiendo aún y así a dónde me dirijo. Supongo que ese es mi problema. Voy a la deriva, mis pies caminan, pero mi corazón quedó perdido en el sanatorio una de las veces que lo llevé para que encontrasen una cura. Puede que no la hubiese y que estuviese tan roto, tan confuso, tan loco, que lo tirasen a la basura. Ya no era un corazón bonito. ¿Y quién no quiere un corazón bonito?


      

domingo, 18 de septiembre de 2011

Y seré tuya, tuya, tuya... sólamente tuya.

River Flows in You, de Yiruma, en mi iPod. Si mi vida tuviera banda sonora, desearía que fuese a base de violín y, sobre todo, piano. Ojalá supiera tocarlo. Más aún que la guitarra. Es un instrumento tan dulce, tan sensible a cómo se toque... Refleja lo que se siente a través de tus dedos. Por lo que he escuchado y sé, vamos, creo que es así. Hablo desde la ignorancia, pues nunca he creído demasiado adecuado hablar subjetivamente sobre algo de lo que no has experimentado nada.

[...]

Después de haber despejado mi cama del montón de ropa que parecía esconderla, ya puedo sentarme sobre ella y arrinconarme contra la pared como siempre. Yiruma sigue conquistando mis oídos y seduciendo a mis lágrimas. Que ¿por qué lloro? Por lo de siempre. Por todo. Por nada. Porque a veces, simplemente, apetece llorar. Porque soy estúpida. Por este dulce piano. Porque las lágrimas mojan mi pelo castaño empañando mis oscurísimos ojos. Por este sentimiento de incerteza y vacío en mi interior. Porque necesito encontrarme desde hace tiempo, y sé que sólo lo haré yéndome lejos, lo más lejos que pueda. Y no hablo de distancia física, sino de alejarme de todo lo que me hace ser como soy aquí y ahora.
Lloro por la soledad. Por una soledad a la que acudo cuando sé que no hay nadie cerca de mí para hacerme sentir el amor apasionado que a veces necesito. Aunque siempre llego a la misma conclusión, debo repetirme que debería dejar de ver y leer tonterías románticas, utópicas historias de amor. Pero no puedo. Son mi evasión, mi efímera manera de tener lo que quiero, lo que necesito. Y a la mierda el mundo. Si la sociedad sucumbe al egoísta capitalismo, yo prefiero ser vítima de un agoísmo por amor que dar preferencia a la reputación, al "qué dirán", la política, las estúpidas guerras y su oro negro, el terrorismo. Todo lo que nos afecta de una manera tan indirecta que, al dinal de la vida, no suele llegar a ser más que un aspecto superficial de nuestras vivencias, memorias, de nuestro carácter y de la penitud de nuestra vida.


...

domingo, 24 de julio de 2011

cansancio

Cada día odio más esta monotonía. Harta de inventar excusas que no tienen dónde ir. Cansada de preguntas formuladas sin sentido, sin respuestas, las cuales aparecen cada vez más y más. Quiero dejar estos días y volver al único lugar donde me siento bien, donde pertenezco. Parece mentira que unas simples puestas de sol y dos objetos más sean los suficientes para hacerme feliz... y para ayudarme a olvidar. Porque eso es lo que quiero, lo que necesito, olvidarlo todo, hallar el lugar adecuado donde quedarme sentada durante horas, mirando a la nada, esperando a algo misterioso sin saber qué es, ni si quiera si aparecerá. Volver días atrás, semanas, meses... Todo antes de que empezara a darme cuenta de cómo es la vida. Es muy bonito ser una niña, una niña a la que le gusta ser mayor, pero cuando se es mayor ya no parece ser tan bonito jugar a serlo. De repente un día despiertas, y a partir de ese instante sabes que algo está a punto de cambiar. Pasan días, y más días, y más días... Hasta que, sin darte cuenta ya han pasado tres años y eres completamente distinta a cómo eras cuando despertaste aquel día en el que supiste que ibas a cambiar.

Todo está entrelazado, todo lo que existe está atado mediante lazos o cadenas a algo, algunas veces, creemos que no pueden estar atados por nada, son dos cosas increíblemente opuestas, pero no nos damos cuenta de que hay un fino, resistente y transparente hilo de pescador por en medio. Día tras día descubres que nada tiene principio y quizás nada tenga final, porque hay demasiadas preguntas que ni la ciencia ni los mitos pueden resolver con certeza. Día tras día te das cuenta de que tienes más miedo a continuar, caminar a través de un bosque oscuro en el que hay pozos ciegos en los que sabes que caerás. Día tras día cuesta más ser como eres. Día tras día descubres que para encontrar la felicidad hay que fijarse en todo, en lo más enorme y lo más diminuto, en lo más molesto y lo más agradable, en lo más ruidoso y en lo más silencioso.

Día tras día, descubres, que las personas más felices son las que no sólo ven con los ojos, las que se fijan, miran hacia todas partes, buscan detalles, y descubren esos hilos de pescador invisibles para otros que los lleva de lo diminuto, a lo enorme; de lo molesto, a lo agradable; de lo ruidoso, a lo silencioso; de lo triste, a lo feliz.

lunes, 11 de julio de 2011

Hoy


Hoy, no tengo ganas de nada.
Me encanta vivir en este mundo de hipocresía.




lunes, 4 de julio de 2011

reflexiones nocturnas


El otro día me crucé con un amigo que justo volvía del Erasmus. Tras una pequeña charla, concluyó su experiencia diciendo que había un claro antes y un indudable después del Erasmus. Que hacía un máster y volvía a Francia. Y no me extraña, tal como está la situación en España. Vaya mierda tener que irte de tu país, tus raíces, tu familia, tu vida; para poder vivir. No vivir mejor, sino vivir. Porque estar devorado por una rutina agobiante que sólo te permite pensar en si llegarás a fin de mes porque la escoria de políticos que has votado quizás se estén quedando con tu dinero... Eso no es vivir.


En todo el mundo hay problemas. Maldito capitalismo. Pero es que, ¿a caso otro sistema económico funcionaría? No nos engañemos, el comunismo es utópico. Un capitalismo mal disfrazado que se desnuda en cuanto el abuso de poder de quien está en el Estado es demasiado evidente.

Quizás me equivoque, pero me queda mucho por ver para rectificarme aún. Eso me gusta de mí. No soy radical, simplemente tengo opinión. Y estoy dispuesta a cambiarla si es que considero que debo rectificarla después de haber escuchado unos buenos argumentos que me abran los ojos.

Tengo unas ganas locas de independizarme, viajar, trabajar. Sí, intentar comerme el mundo antes de que él me haya devorado a mí sin yo apenas haberme dado cuenta. Alemania, China, Francia, India, Italia, Noruega, Kenya, Canadá, Brasil, Marruecos, Australia, Chile... Hay tanto, tantísimo que ver y tanto de lo que aprender. No sé si llegaré a pisar todos o alguno de los incontables países que pasan ahora por mi mente. No sé qué será de mí ni mucho menos qué será del mundo. ¿Acabaremos como en el Planeta de los Simios? No la he visto, pero mi madre me la explicó hace no mucho. De todas maneras tiene un final predecible. El hombre es un lobo para el hombre, vaya novedad. Porque sí, el peor enemigo de la humanidad no es otro que el mismo ser humano.

Al menos a mí siempre me quedará escribir. Unos tienen imposibles sueños o instrumentos con los que evadirse, otros se refugian en las fórmulas matemáticas. A otros les basta con cerrar los ojos. A mí dadme boli y papel para saber y recordar quién soy.

Me encantan estas reflexiones nocturnas. Me encanta poder hablar de otras cosas que no sean amor. Así siento que no soy la típica lela adolescente compadeciéndose porque "Oh, hoy no me ha mirado". Y si tanto odio a esas adolescentes es porque yo fui una, la peor de todas. Pero eso se acabó. Tengo cerebro de mujer y no voy a malgastarlo.
 

viernes, 1 de julio de 2011

A woman of your kind is rare

 
Adelante, te doy permiso. Tienes pase privado para entrar en mi mundo, mi galaxia. Un lugar oscuro de pasillos e iluminado por las ventanas. En muchos rincones estás tú. En otras habitaciones selladas están otros que quisiera olvidar. Hay sitios gélidos de odio y otros con reconfortantes sofás y colores inexistentes donde guardo cariño y mis ideales. Allí está cada mujer que ha sufrido, cada símbolo de la paz, cada tonalidad de color lila. Cada persona que quiero. Cada gota de lluvia y cada luna.

Atrévete a adentrarte en mi mundo. Sumérgete en mí, báñate en el chocolate de mi mirada. Piérdete y no seas capaz de escapar. Quizás no sea interesante, pero tengo algo de misterioso en cuanto empiezas a conocerme a fondo. Y eso te atrae. Te asusta pero te gusta. El misterio es seductor.

Escápate de mis complejos, adora cada una de mis curvas como hago. A la mierda la idea de belleza de la sociedad. Soy mucho más que eso y lo sé. Tú también deberías saberlo, ¿o es que no te atreves a contradecir la masa? Me gusta mi pelo. Me gusta mi ombligo y me gustan mis pechos. Me gustan mis pies y la cicatriz que invade el lado izquierdo de uno de ellos. Adoro mis dientes no-blancos. Pero me gusta el blanco ocular que rodea y abraza mi iris.

Me gusta la canción Venice Queen que me empuja a seguir escribiendo. Me gusta Bebe. Me gusta John Mayer. Me gustan mil estilos diferentes. Me gusta mi poesía urbana, me gusta ser Luna de Coco. Me gustas tú.
¿Te atreves a seguir invadiendo mi universo?

  

verdad verdadera

 
No hay nada más parecido a un machista de derechas
que un machista de izquierdas...

Mujeres Creando
  
 

jueves, 30 de junio de 2011

Sus soldados son flores de madera y mi ejército no tiene banderas, sólo un corazón...

Y muere a todas horas gente dentro de mi televisor; quiero oír alguna canción que no hable de sandeces y  que diga que no sobra el amor y que empiece en sí y no en no. Y dejar de lado la vereda de la puerta de atrás por donde te vi marchar como una regadera que la hierba hace que vuelva a brotar y ahora es todo campo ya...

    

 

jueves, 19 de mayo de 2011

Báilame el agua

Me quejo y me quejo. Me quejo de todo y ni siquiera sé de qué quejarme. Me quejo de la gente y me quejo de la vida. Y la verdad no es más que una. Soy egoísta. Pido siempre más y sin saber lo que quiero. Mil preguntas que se vuelven absurdas invaden mi mente, como una tormenta caótica en alta mar. Nadie lo ve, pero no por ello no sucede.

Y lo más egoísta  de todo ésto, es que mientras estas preguntas intentan atormentarme, ahí fuera hay gente sintiendo frío del de verdad en esta noche de invierno. Estoy rodeada de todo lo que quiero y más de lo que necesito, y sigo quejándome... ¿Cómo puedo ser así? Me doy asco. Y me da más asco aún que en esta enorme ciudad, en este preciso instante, nadie piensa en lo mismo que yo. Nadie, a las dos de la madrugada de un domingo se pone a pensar sorbe el egoísmo, el materialismo, el consumismo que nos ahoga. Ni siquiera durante el resto del día. Sólo sabemos pedir, pedir más y más, insaciables. Y de lo único que deberíamos ser insaciables, es de sentimientos... Emborracharnos de amor.

"Panis et circis" es lo que la gente quiere. No necesita, quiere. Queremos ignorancia, queremos ocio que nos haga llorar por una película para sentirnos así menos desgraciados; queremos reír en el teatro para evadirnos de nuestros problemas cotidianos, que son, en el fondo, los mismos reflejados en las comedias teatrales.

Es fácil decir que somos marionetas. Que alguien nos pone aquí para poder ver así su propia comedia, siendo nosotros los actores ignorantes de su papel. Es demasiado fácil. Yo no creo en que nuestras vidas dependan de nadie, nada superior; y lo digo abiertamente. Somos lo que hacemos, al fin y al cabo.

Miro a mi alrededor intentando ver qué hago, para descubrir quién soy. Me paro y observo las fotos de mi habitación y me doy cuenta de que en el fondo no son nada. Risas y fiestas, abrazos y borracheras que no son más que memorias que me arrancan una sonrisa en recordarlas... Pero son memorias que se acabarán. Memorias que se borrarán. Y después no quedará nada, nada... El mismo recuerdo será el encargado de borrarse a sí mismo de la faz de la Tierra. Y es que en el fondo, nadie quiere estar en este mismo mar de locos...

Mar con agua, mar de vida. Mar que es mar, y todo lo quita...