Mostrando entradas con la etiqueta Lectura. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Lectura. Mostrar todas las entradas

martes, 1 de enero de 2013

Los 10 mejores libros de mi 2012 (Parte 2)

Hace ya un par de semanas empecé mi lista Top Ten de los 10 libros que había leído durante el 2012 y más me habían gustado, y aquí la continuo para acabarla (¡por fin!). He tardado mucho más de lo que esperaba en publicar esta segunda parte, entre comidas, cenas, fiestas, regalos, compras de regalos... pero, al fin, ¡aquí está!

6. The great Gatsby, de F. Scott Fitzgerald

La verdad es que hacía tiempo que quería leer este clásico de la literatura, y durante el verano, me puse a ello. Como dije en la entrada anterior, lo leí justamente antes de Tokio Blues, lo cual agradecí al leer este segundo.

Debo reconocer que me esperaba una historia algo más "espectacular", después de haber oído tanto hablar sobre el libro, sin embargo, no me desagradó en absoluto. El final, a mi parecer, es una buena moraleja de la vida, a la misma vez que una crítica a la sociedad y al superficialismo de una época de la cual, en realidad, no sé mucho, pero parezco aprender algo leyendo The great Gatsby.

Sin embargo, las fiestas, la espectacularidad de la mansión de Gatsby, la perpleja personalidad de Daisy, el punto de vista del narrador, con el cual el lector se puede sentir fácilmente identificado, crean un ambiente perfecto lleno de sueños de color, ilusiones y juventud de los cuales todos, tanto personajes como lectores, despiertan al final.

La crudeza que se refleja en el hecho de que en el funeral de Gatsby no asista casi nadie, cuando su mansión estaba abarrotada de gente en cada fiesta, demuestra el desinterés del personaje por conocer realmente a sus invitados, por conocer su persona. La pasividad de Daisy al final, sin embargo, me confunde hasta límites insospechados.

Lo que más me ha gustado: La magia que se respira en las escenas otoñales en Nueva York que el narrador presencia, la capacidad del autor de hacernos estar en fiestas llenas de brillantina, cava, jazz y baile y sentir esas mariposas en el estómago de saber que algo importante va a suceder pero no cuándo, ni cómo, ni dónde, ni si será algo bueno siquiera...

Lo que menos me ha gustado: Como he comentado, sinceramente esperaba una historia con más espectacularidad, aunque claramente ese no parece el objetivo de la novela. Sin embargo, lo que menos me ha gustado, ha sido el final, por, como he dicho anteriormente, lo perpleja que me dejó la actitud de Daisy. Sencillamente, no fui capaz de entenderla.


7. Historias de amor y otros cuentos chinos, de José Fernández Cavia

O, como a mí me gusta llamarlo, "cuando descubres el lado poético de tu profesor de publicidad".

Este libro fue una grata sorpresa a principios de trimestre. Cuando buscaba libros del autor para un trabajo sobre la publicidad y los adolescentes, descubrí que mi profesor (el mismo que nos hablaba con tanta pasión y entusiasmo el año pasado sobre fundamentos de la publicidad, ¡ese mismo!) había escrito también algo de ficción, algo distinto a lo que estaba acostumbrada a leer de él. Y, entre lo enamorados que estamos todos los estudiantes de este profesor, el curioso nombre del libro y, mis ganas de leer algo diferente, lo cogí prestado de la biblioteca y me sumergí en  cada una de las diferentes historias que había en el viejo librito entre parada y parada de metro, cada mañana y cada mediodía, de casa a la uni, de la uni a casa.

Y, simplemente, me encantó. A pesar de que el primer "cuento" de todos me dejó algo perpleja y con un fuerte sabor agridulce entre las manos (consistía en una historia de unas pocas línieas en las que se relataba la muerte de una mosca, chafada, pero de una manera tan poética y deliciosa que ¡costaba creer que el final fuese algo tan cotidianamente repugnante...!), y de que algunas historias destacaban por su brutalidad o su toque macabro (el relato de un asesino, por ejemplo), me gustó muchísimo el estilo de cada una de ellas. Tenían algo totalmente diferente a la lectura cotidiana, a la usual, a la que todos estamos acostumbrados a leer, fruto de best sellers y libros publicitados. Este libro es, para mí, un pequeño tesoro (como me gusta llamar a los libros de esta categoría, "pequeños descubrimientos" que dejan grandes huellas en mí). La sinceridad, lo directo que es el autor, la repungnancia que sientes hacia un asesino (a la misma vez que, en lo más hondo de tu ser, reconoces que si estuvieras en una situación similar, quizás se te pasaría por la mente algo así, aunque supieras que rechazarías esa descabellada idea en menos de un segundo), lo fácil que es montarse uno mismo historias en su mente basadas en una realidad sólo a medias, la poesía que transmiten algunas palabras, algunas expresiones... En resumen, este libro casi me ha dejado más prendada aún de su autor, porque, en parte, me ha ayudado a descubrir algo que todos sabemos pero casi nunca tenemos en cuenta. Que detrás de cada profesor, de cada alumno, de cada persona que te cruzas en la calle, hay una persona, una mente creativa y una poesía que hierve por salir evaporada por nuestras manos, nuestras bocas, y condensarse en un folio, en un libro, una partitura...

Lo que más me ha gustado: Sin duda, una de las primeras historias, que, por cierto, fue premiada por (francamente, no lo recuerdo), algún concurso a nivel nacional, si la memoria no me falla demasiado. En ella, el protagonista, que es a su vez el narrador, empieza narrando, sentado sobre su cama vacía y sin afeitar, cómo se siente porque su amante no está. Y así, el protagonista, el narrador, el autor, juegan con el lector, haciéndole pensar que esa mujer misteriosa se ha ido, se ha marchado, no volverá. Al final incluso, el mismo protagonista dice que todos esos pensamientos tendrían sentido si ella hubiera muerto en algún trágico accidente o algo así. Sin embargo, son todo historias, un momento en el que se ha dejado llevar por la melancolía del ambiente que lo han llevado a pensar algo que en realidad no ha sucedido. Porque ella se ha marchado, sí, pero volverá dentro de poco. Y va a quedarse muy sorprendida si lo ve con esas pintas, esa postura, esa quietud, sentado, pensando y hablando solo en el borde de la cama.
Lo que menos me ha gustado: Lo que menos me ha gustado, han sido los escalofríos que me han causado algunas historias con cierto punto "macabro" en ellas. Historias que merecen un aplauso pero, a la vez, resultan espeluznantes.


8. El fuego de la vida, de Barbara Wood

Esta novela la compré por apenas 3 euros en el Mercat de Sant Antoni en el que venden "libros viejos" (y no tan viejos) los domingos por la mañana. Ya había leído un par de novelas de B. Wood, y las disfruté bastante. Lo mejor de ellas es que mezcla historias de una o varias vidas entrelazadas, protagonizadas por mujeres, en distintas épocas y situaciones. Por ejemplo, la anterior novela que había leído suya era Las vírgenes del paraíso, situada en una familia adinerada de El Cairo de  la segunda mitad del siglo pasado. En ella trataba de los tabúes de la cultura, de las mujeres, los hombres, la sexualidad, el amor efímero, las colonias... todo con un trasfondo histórico muy destacado. En esta novela, en cambio, la protagonista es una mujer (relata su vida desde bebé hasta mayor) que vive y viaja por tierras dominadas por el apogeo de un Imperio Romano que prácticamente todo lo domina. Desde las guerras germánicas hasta las reinas y princesas de tierras orientales, la larga vida de la protagonista pasa por diversas etapas y situaciones que constituyen su personalidad, siempre en busca de su primer amor.

Lo que más me ha gustado: Lo mejor, para mí, ha sido lo que Barbara Wood hace en sus novelas, mezclar amor y historia fantásticamente, sin que resulte excesivamente empalagoso pero con datos creíbles y quue parecen bien estudiados.

Lo que menos me ha gustado: Lo peor, en mi opinión, es que, a parte de que se me hizo un pelín largo (igual que desesperante la búsqueda de la protagonista a su enamorado, al que apenas conocía pero con el que tarda décadas en, al fin, reencontrarse), es que, al final, una de las diversas historias de las que se cruzan en la novela queda, para mi gusto, no resuelta: ¿encuentra su hija a su padre en las batallas germánicas?


9. El perfume, de Patrick Süskind

El perfume es un libro que quería leer antes de ver la película, como me ha pasado con tantos otros. 
Esta novela, cuyo personaje macabra tiene un olfato mucho más desarrollado de lo que cualquiera pudiera soñar, se puso mucho de moda no hará más de 2 o 3 años, a pesar de llevar ya más de 20 publicada.En ella, descubrimos la historia y la vida de un muchacho, Grenouille, desde su ácido nacer hasta su chocante final, y comprendemos, gracias a unas magníficas descripciones del autor, por qué el protagonista se convierte en un asesino, qué le empuja a ello y cuál es su obsesión. 
La historia me pareció muy interesante, y el personaje me pareció muy bien construido, a pesar de ser una novela un poquito determinista (como la madre "mataba" a sus hijos nada más nacer, sin moral, sin arrepentimiento, a él le sucede lo mismo), vemos cómo la falta de moral o de intención por preocuparse realmente por los sentimientos o los pensamientos del personaje hacen de este lo que acaba resultando.
Es una novela, además, para pensar, ya que a través de Grenouille vemos un mundo diferente, puesto que lo vemos desde sus ojos, y, al final, quizás logremos llegar a entender que lo que siempre ha buscado ha sido el amor, sentirse amado, y que la única manera que ha tenido para lograrlo es robar la esencia a muchachas hermosas y amadas para que la gente desarrolle esos sentimientos hacia él. Qué decepción, por tanto, cuando al final descubre que no tiene lo que quiere, que realmente sólo lo querrán por su olor, no sí mismo, y deja ser devorado por un grupo de personas que, según da a entender, jamás habían amado tanto.

Lo que más me ha gustado: Lo mejor de esta novela, para mí, ha sido la capacidad descriptiva de su autor, que me ha hecho sentir verdadera repugnancia hacia París debido a los pestilentos olores que había en la ciudad, así como la construcción del personaje.

Lo que menos me ha gustado: Lo que menos me ha gustado, pues, es que, a pesar de ser una novela que podríamos considerar en cierta manera "histórica", su género no es precisamente el que más me atrae. Las descripciones están tan bien hechas que en ocasiones ¡he tenido que parar de leer para que mi imaginación no se desatase e imaginara cosas tan desagradables!


10. Como agua para chocolate, de Laura Esquivel

Esta novela de Laura Esquivel la tenía pendiente desde hacía tiempo, pues desde hacía tiempo quería ver la película (como sucede con el caso anterior), de la cual me habían hablado muy bien, pero no sin antes haber leído el libro, que cayó en mis manos la pasada primavera.

Qué decir... La verdad es que me sorprendió bastante. Primero, porque es una historia relatada de una manera diferente, pero bien hecha. Igual que One Day de David Nicholls lo intenta explicando la historia de sus dos protagonistas a través de un día concreto a través de 20 largos años, (fracasando plenamente, en mi opinión), Como agua para chocolate explica la historia de su personaje principal, Tita, fraccionando la novela en 12 meses, cada cual pertenece, además, a años distintos. A través de cada mes, el capítulo se presenta como si fuera una receta que Tita cocinará, y cuya comida está de fondo en cada uno de los capítulos.

Tita, cabe mencionar, es la menor de una familia mejicana que vive en época de revolución, sin padre y con una madre muy autoritaria que le prohíbe casarse porque, según la tradición, la menor de las hermanas debe privarse del amor para cuidar de su madre hasta su muerte, a pesar de que esto comporte que después la hija no tenga quién cuide de ella.

Así pues, Tita, enamorada de Pedro (y viceversa) ve su amor plenamente frustrado cuando, al pedirle la mano a su madre, esta se niega en redondo. Para permanecer cerca de ella, sin embargo, Pedro decide casarse con una de sus hermanas mayores, para poder estar al menos en la misma casa que ella, aunque atado a otra mujer.

A lo largo de la novela, pues, iremos odiando a unos personajes y compadeciendo a otros, maldiciendo a veces a unos que hacía poco nos gustaban, ya que, al suceder en un margen de tiempo muy largo, esta historia, como todas, en realidad, da muchas vueltas.
Lo que más me ha gustado: Lo mejor de esta novela, para mí, ha sido la original manera de repartir la hsitoria, la manera en que el estado de ánimo de Tita afecta las comidas que ella cocina (como cuando hace vomitar a su hermana en su boda porque la comida está "envenenada de su tristeza", o cuando su otra hermana se ve presa de una ola de lujuria terrible al comer la receta cocinada con las rosas que Pedro regala a Tita). A parte, el personaje de Chencha, podría decir que es mi favorito, de lo entrañable que se convierte.

Lo que menos me ha gustado: Lo peor, para mí, es en parte el final, que rompe bastante con el estilo de la novela. El final, para mi gusto, aunque muy poético, es algo totalmente surrealista, además de provocar la muerte de los dos protagonistas, que tanto tiempo se han estado buscando y, cuando al fin se encuentran, mueren consumidos por sí mismos.


Y ahora que hemos empezado el 2013... ¡A ver qué delicias literarias nos trae el año! :D


lunes, 17 de diciembre de 2012

Los 10 mejores libros de mi 2012 (Parte 1)

Todavía quedan dos semanitas, pero el 2012 ya se acaba... 

La verdad es que se me ha hecho un año muy largo. Pero no malo, por ello, simplemente largo. Ahora siento que todo lo sucedido el 2011 pasó hace una eternidad... Es curiosa la percepció del tiempo, lo lento que a veces pasa en algunas clases, en el metro, esperando en la cola del súper, y lo rápido que devoras las agujas del reloj en alguna exposición, tomando algo con los amigos o leyendo algún libro. Y, de hecho, de eso es de lo que va esta entrada, de libros. Como sabréis, me encanta leer, y he pensado que podría hacer una lista con los 10 libros que he leído este año y más me han gustado. Como en algunos casos he puesto partes deli libro que os estropearán la historia si no la habéis leído, las he puesto con letra blanca para que, si realmente queréis leer los spoilers, sólo tengáis que subrallar esas partes y poder así leer lo escrito, así: (Spoilers)
¡Allá vamos!

1. La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera

Esta novela, en mi opinión, merece un 10. Y, a pesar de no ser mi favorito entre todos los de este año, merece en primer puesto, ya que es un libro que me ha sorprendido muchísimo. A través de diversos personajes, que, por cierto, acaban estando en contacto unos entre otros de una manera u otra (al más popular estilo Love Actually), el autor desarrolla unas ideas y una filosofía que te hacen pensar en cada nueva frase que lees. 

La insoportable levedad del ser trata de las personas, de sus dudas, del porqué actuamos como actuamos, de la psicología de sus personajes, de miedos, de verdades, de la vida. Ambientada en Praga a finales de los años sesenta, explica muy bien la trama y vidas de los personajes con revoluciones, marchas y política de fondo.En mi opinión, es un libro con fantásticas citas, que, cogiendo como base un argumento de Nietzche (el eterno retorno), desarrolla una filosofía, unos razonamientos, un por qué de todo lo que sucede en el libro, con los personajes, entre ellos, etc. que nunca había visto.

Yo siempre acostumbro a doblar la parte superior o inferior de las hojas de los libros cuando en ellas hay frases o razonamientos que me gustan mucho o sorprendo. Sólo puedo decir que mi libro está prácticamente enterito doblado sobre sí mismo...

Lo que más me ha gustado: A parte de los razonamientos y el increíble desarrollo psicológico de los perspnajes, lo que más me ha agradado de esta novela han sido lso "Pequeños diccionarios de palabras incomprendidas". Estos pequeños diccionarios aparecen en algunos capítulos, muy pocos en verdad, y explican qué significa para cada uno de los personajes cada palabra y por qué. Esto dice pues, mucho de los personajes, ya que cada uno percibimos cada cosa de una manera distinta. Por ejemplo, a mí un tobogán me puede recordar a un juguete que siemrpe dejaba en casa de mi abuela de pequeña y que guardo como un tesoro en mi habitación desde que murió, siendo así "tobogán" una palabra que me haga tener una buena aunque también triste y melancólica percepción del concepto, mientras que, a un amigo, que de pequeño se cayó desde el tobogán y se rompió allí la nariz, la cual le ha quedado torcida, la palabra ""tobogán" le rebocará a unas percepciones más bien tristes, con rabia o versgüenza.

Lo que menos me ha gustado: Al hablar de una época política muy concreta en la historia de Europa de la cual no he estudiado mucho, me he sentido bastante desinformada en algunos aspectos. Es decir, a pesar de que el autor explica bastante bien algunas revoluciones y porqué alguna gente actúa como lo hace, no he llegado a entender, en ocasiones, el por qué verdadero, es decir, qué había mal en la política que causara tantas revoluciones. Sin embargo, al estar los hechos históricos, a lo largo de la novela, en un segundo plano, tampoco era muy relevante ni difícil de seguir el hilo.


2. Tokio Blues, de Haruki Murakami

Este sí, definitivamente, ha sido mi libro favorito este año. Y de hecho, no sólo de este año, sino que lo incluyo a mi lista de libros favoritos junto con otros como La mecánica del corazón o Orgullo y prejuicio.

Como sucedía con el caso anterior, tengo la sensación de que esta novela también es muy psicológica. Sin embargo, es una psicología más silenciosa. En otras palabras: mientras que en La insoportable levedad del ser el narrador era omnisciente y explicaba cada detalle de cada acción y pensamiento de los personajes, en Tokio Blues hay silencios en los que sabes que entre los personajes se está produciendo mucha química con una sola mirada o con un simple paseo en silencio, sabes que hay muchos pensamientos en el aire, y puedes deducir cuáles, pero no llegas a saber cuáles. En ese sentido, me ha recordado mucho a las escenas silenciosas entre el protagonista y la chica de la película de Drive

Es una novela muy triste, pero que, en ocasiones también te hace pensar mucho. La mente, los problemas psicológicos, la paz, el silencio, las luces de Tokio, la peculiar personalidad del personaje... Todo ello crean un ambiente que, con un Tokio de los años sesenta de fondo, crean, para mi gusto, un libro excelente. En mi opinión, además, es una genial idea compartir las canciones que los personajes cantan, escuchan o en las que piensan en ciertos puntos de la historia, ya que, mientras lees la novela, puede escuchar tú también esas mismas canciones y, así, sentirte más cercano a todo lo que siente el protagonista, cómo lo ve todo...

Lo que más me ha gustado: A pesar del amargo final de algunos personajes, el momento final en el que Reiko y el protagonistta hacen el amor, después de un precioso ritual en honor a la muerte de Naoko, es precioso. Sin embargo, me quedo con el final absoluto de la novela que, si la habéis leído, es bastante ambiguo y no sabes exáctamente a qué se refiere. ¿Llama a Midori y se siente perdido nada más dejar a Reiko en la estación, despidiéndose de ella para siempre, o la llama y se siente desubicado en el mismo punto en el que empieza en el libro, con 37 años y en el aeropuerto de algua ciudad del mundo?

Lo que menos me ha gustado: Una de las cosas que no me ha gustado ha sido un pequeño detalle, que ni siquiera es muy relevante: en algunos puntos del libro, el autor hacía referencia, a través del protagonista, a libros concretos, que ayudan mejor a entender esas situaciones de las que se habla en concreto si los has leído antes. Tales libros son The Great Garsby y La Montaña Mágica. A pesar de que yo había leído El gran Gatsby justo antes de Tokio Blues, sentí que si hubiera leído La Montaña Mágica habría entendido mucho mejor en vínculo entre uno de los personajes y este libro debido a la trama de la novela. Sin embargo, insisto en que es un pequeño detalle, no es indispensable, ni mucho menos, leerse estos dos libros antes de Tokio Blues para entender la trama que Murakami desarrolla.

 
3. Poesía Completa de Idea Vilariño

Cambiando un poco, este libro no es ninguna novela. Se trata de una recopilación de poemas de Idea Vilariño, una poetisa uruguaya que, desde que descubrí hace algún tiempo su obra, se ha convertido en mi poeta preferida. 

La poesía es algo muy personal para mí, por lo que no creo que los poemas de Vilariño vayan a gustar a todo el mundo, de la misma manera que no a todo el mundo le gusta Bukowski o Byron. En mi opinión, la poesía es el arte más subjetivo de la escritura, la más difícil de criticar objetivamente. 

Es por ello que Idea a mí me gusta tanto. Me siento terriblemente identificada con sus poemas, sus poesía dedicada a su amor imposible, Juan Carlos Onetti, me derriten, me deshacen, me descomponen, a la vez que me llenan, me hacen sentir una ternura y una esperanza que pocos autores han conseguido hacerme sentir. La poesía de Idea Vilariño está llena de momentos rotos, de corazones destrozados, de sueños en las aceras y de brevedad de palabras y versos que dicen más que el más largo de los ensayos. 

Lo que más me ha gustado: De largo, mi poema favorito, "Sabés", que, a mi modo de verlo, habla de lo no-dicho, de las palabras calladas que, por silenciarlas, nunca sabremos si hicimos mal por no decirlas, o si realmente hubiéramos errado al haberlas compartido.

Lo que menos me ha gustado: Lo que menos me ha gustado de este libro, ni siquiera tiene que ver con él realmente, sino con cómo llegar hasta él. La verdad es que me costó un poco encontrarlo en tiendas, y, a pesar de que busqué en varias, al final tuve que acabar pidiéndola. Me supo mal porque, para mí, Idea es una maestra de la poesía, y el hecho de que cueste llegar al libro muestra lo poco quela gente sabe de ella y, por tanto, lo mucho que se pierden.   


4. El nombre del viento, de Patrick Rothfuss

Este libro me ha sorprendido gratamente. La verdad es que hacía bastante tiempo que no leía nada de fantasía, de mundos semejantes a épocas medievales, de héroes, magia y nuevas criaturas, sentía que ya se me pasó la época "Memorias de Idhún" y compañía. Sin embargo, bastante gente me había hablado bastante bien del libro, y todos los que lo habían leído lo recomendaban, así que decidí probar, y no me arrepentí en absoluto. De hecho, estas Navidades pediré que me regalen la segunda parte, porque realmente acabó muy interesante...

Esta novela narra la historia, en primera persona, de Kvothe, un personaje misterioso cuya vida se va construyendo a medida que nos va narrando, detalle a detalle, todo lo que ha vivido y cómo ha llegado a ser quien es. Al principio del libro, algo confuso, el personaje es totalmente anónimo, desconocido, se hace pasar por otra persona y reniega del mito que una vez fue. Sin embargo, la llegada de un escribano a la posada donde trabaja, lo convence para narrar su vida y relatar las dificultardes por las que ha tenido que pasar a lo largo de la vida, a quién conoció, qué enemigos hizo a lo largo del camino...

En mi opinión, el autor rompe bastante los esquemas y crea un mundo de fantasía donde la magia tiene una explicación, se estudia como la química, y, además, es un buen libro para demostrar que la vida, a pesar de que la historia se desarrolle en un mundo de fantasía, es mucho más dura de lo que estamos acostumbrados, que hay gente que pasa hambre y que cuando alguien sepa luchar y defenderse es a veces sinónimo de haber recibido muchas palizas. En ese sentido, me ha agradado mucho, porque, además, mi hermano pequeño se ha viciado incluso más que yo a la historia, y las duras situaciones por las que el protagonista debe pasar día a día le han hecho pensar.

Lo que más me ha gustado: A parte de la sorpresa, que es un género que ya tenía demasiado mascado y que, sin embargo, ha logrado reengancharme, lo que más he disfrutado de este libro han sido ciertos momentos en los que el autor ha sabido relatar perfectamente las vivencias en primera persona, haciéndote capaz de sentir realmente rabia en primera persona, sentir odio hacia un personaje que no existe pero al que sientes que no podrías ver ni en pintura. Esa capacidad de crear sentimientos tan fuertes hacia personajes es difícil de conseguir, y por ello aplaudo al autor. Otra cosa, además, que me gustó del libro, es que está distribuído a raíz de una muy buena y original idea: el protagonista debe relatar su historia, y para ello tardará tres días, por lo tanto, cada día que pase en su vida contando su pasado es un libro de la trilogía.

Lo que menos me ha gustado: Como he comentado anteriormente, el principio resulta un poco caótico. Las primeras páginas no llegas a entender muy bien de qué va la cosa, no captas la relación entre la historia que la sinopsis te promete y los personajes y seres fantásticos (de los cuales, por cierto, no había oído hablar nunca, por lo que deduzco que es posible que sean fruto de la misma imaginación del autor y no recurrencia a las típicas criaturas de la mitología clásica). Debes tener paciencia y, a partir de la llegada del escribano a la posada, entiendes todo lo anterior.


5. La primera noche, de Marc Levy

Por último en esta primera parte del Top Ten, hablo de un libro de Marc Levy que, de hecho, leí muy a principios de este año. La primera noche es la continuación de El primer día, que me dejó totalmente enganchada debido a su interesantísimo final, y cuya historia me encantó, y decidí pedir para las pasadas Navidades. 

Este libro, por tanto, continúa con las vidas de Adrian y Keira, después de un trágico final en el que  no llegamos a saber si ella muere en un accidente o no. La historia, pues, sigue con la trama del libro anterior, en el cual, los protagonistas, que se logran reencotnrar después de muchos años, buscan respuestas a grandes preguntas, como conocer los inicios de la vida del ser humano en la Tierra y los orígenes del universo. Ciertamente es un tema bastante delicado para tratar en una novela de amor "comercial" (reconozcámoslo, Marc Levy es un Nicholas Sparks a la francesa, muy buenos en lo suyo, pero de novela comercial), pero el final no es un grandísimo desastre, como esperaba.

Esta novela (o, mejor dicho, su primera parte), así pues, la recomendaría sólo a gente a la que le gustan las aventuras y las historias de amor, a pesar de que no resulta empalagosa ni demasiado "ñoña". La verdad es que, lo que más me gustó del libro quizás, fue la capacidad que tuvo éste de hacerme viajar con él. Al ser un libro de aventuras en el que los protagonistas buscan respuestas sobre los orígenes de todo en diferentes partes del mundo, viajas con ellos, descubriendo piedras que brillan y te muestran el por qué de la vida. A pesar de que anteriormente había leído en francés otro libro de Levy que no me había gustado demasiado, estos dos me agradaron muchísimo, precisamente por eso, porque a través de un puñado de páginas viajé (¡como si a mí no me gustara viajar!) y estuve intrigada en Ámsterdam, pasando miedo en China y sintiendo mucha pena en África. Sin embargo, debo decir que La primera noche no hace juicio a su primera parte, ya que, en mi opinión, acaba siendo un poco "alargar la historia por alargar", por lo que me decepcionó un poquito, ya que venía con muy buen sabor de boca con El priemr día y mis grandes esperanzas en la continuación acabadon algo amargadas al seguir con la lectura.

Lo que más me ha gustado: Como acabo de comentar, lo que más me gustó del libro fue viajar con él, estar escalando realmente una inalcanzable e inhóspita montaña en China antes de hacer un trasbirdo en el metro de la Sagrera, y que resulta una historia de amor algo diferente, una lectura muy amena y con bastantes toques de humor que la hacen muy divertida. En concreto, la protagonista, Keira, me encantó.

Lo que menos me ha gustado: También he comentado, que tocaba temas muy delicados. Eso fue una de las cosas que menos me gustaron, que la base de la novela fuera que los protagonistas buscaban los orígenes del ser humano y del universo, los cuales son un poco puntiagudos y difíciles de resolver. Sin embargo, aunque en final, para mi gusto, es algo seco, no es un terrible desastre como temía. A pesar de todo, como he dicho antes, lo que menos me ha gustado del libro ha sido que, en comparación al primero, deja bastante que desear. Hay cierto punto de la lectura, cuando ya llevas casi la mitad del libro, en el que descubres que gran parte de lo que Adrian, el protagonista, había vivido, en realidad había sido un sueño de un largo coma. Ese punto me desesperó bastante y me hizo tener la sensación de que el autor estaba alargando el libro sin sentido, alargándolo por alargar.


¡Espero que os haya gustado esta entrada!
Próximamente publicaré los 5 siguientes títulos que he leído este año y que incluyo en mi Top Ten... :)

martes, 11 de diciembre de 2012

on restera



Ya estamos en la recta final... El jueves tengo mi último examen y, ¡adiós universidad! Al menos hasta volver de las vacaciones... ¡Qué ganas de Navidad! Tengo una larga lista de libros pendientes aún por leer..

lunes, 15 de octubre de 2012

Almost blue

Hoy ha sido, como casi todas, una tarde de domingo melancólica. No ha llovido, a pesar de que me hubiera gustado. Así que, una vez hechas ya las prácticas de márketing de la uni, y a pesar de que alguien prefería saltar desde la estratosfera, me he encerrado en mi cuarto, con las luces apagadas, la persiana medio bajada, a escuchar algo de Chet Baker con el dulce sonido de la lluvia (¡bendito sea internet y la web de Rainy Mood!) mientras leía algo. Y, a pesar de que estaba inmersa en las páginas de La insoportable levedad del ser, ha venido a mi mente esos momentos tan indescriptibles de tarde de domingo que describía el protagonista de Tokio Blues junto a su enigmática Naoko. Así que, antes de irme a dormir, que ya es tarde, aquí os dejo un fragmento que me atreviría a decir que es de mis favoritos de este libro...  

"Me pregunté si trataba de decirme algo. Quizás era incapaz de expresarlo con palabras. No, antes de traducirlo al lenguaje hablado, tendría que haberlo comprendido ella misma. Por eso no hallaba las palabras. En esas ocasiones, Naoko jugueteaba con el pasador del pelo, se secaba las comisuras de los labios y me clavaba su mirada ausente. De haber podido, hubiese deseado abrazarla, pero siempre me quedé con la duda y desistí. Temía herirla. Seguimos paseando por las calles de Tokio, y ella seguía buscando las palabras en el vacío."


Tokio Blues, Haruki Murakami


jueves, 4 de octubre de 2012

Los libros me enseñaron a pensar y el pensamiento me hizo libre...

Suena el despertador. Cinco minutos más... y a la ducha. Desayuno express, metro. Voy a la uni, hago mis clases, tomo mis apuntes, vuelvo al metro, llego a casa, hago la comida. Como, hago algo deberes, quizás una mini siesta, voy a francés o alemán, vuelvo a casa, ceno, algo más de estudio y fin del día. Después de horas de rutina, y antes de dormir, me gusta leer. Nunca faltan los libros en mi mesita de noche y, dependiendo del día, leo uno u otro, según el tipo de literatura que me apetezca.

Es algo que he aprendido a amar gracias a mi madre. Desde siempre la he visto leer, me ha llevado a bibliotecas y siempre me ha animado a hacerlo, no como deber, sino como hobby. Sé que no sería la misma si no hubiera leído desde niña, porque hoy no me interesarían los mismos temas e incluso ni siquiera me gustaría escribir, sean relatos cortos, redacciones o poesía.

Para mí no existen los libros mejores o peores, especialmente para niños, siempre que lean. Cada tipología o género de literatura tiene unas características, y, aunque como más variedad leas (creo que es) mejor, ninguna puede ser mejor que otra. Como hoy ha comentado un profesor en clase... En el fondo ¿Qué es tener la razón? ¿Qué es realmente mejor y qué es peor? En temas tan subjetivos, no existe punto intermedio. ¿Qué música es mejor? ¿Qué lectura es peor? Al final, supongo que todo acaba reduciéndose a lo que te hace sentir. Qué es aquello con lo que más te identificas, con lo que más te evades. En tiempos de crisis, la gente necesita ese tipo de evasión.

Sin embargo, no conozco mucha gente a la que realmente le guste leer, pero me da la sensación de que, con lo cara que se está volviendo la cultura, va a ser lo que nos quede. Los libros son caros, sí, en las librerías y grandes almacenes. Pero siempre quedarán los Encantes, los marchés aux puces, mercadillos, tiendas de segunda mano, e incluso puntos de reciclaje. Porque, en mi opinión, un libro jamás pasa de moda. Tiene un estilo o refleja una época quizás, pero una vez encuentras aquellos autores o estilos que más te gustan, puedes leer uno escrito hace 300 años como uno escrito hace 3 meses.

iguiendo esta filosofía, hoy he leído un artículo en el País (a parte de la noticia del momento sobre los Erasmus que seguramente acabe afectándome...) sobre una iniciativa en Madrid llamada "Libros Libres". Se trata de una librería en la ciudad en la que los libros ni se compran ni se venden, están ahí para todo el mundo, y todo lo que está dentro del local es gratuito. Piden una suscripción de 12 euros al año (¡un euro al mes por una cantidad ilimitada de libros!) aunque, si se quiere contribuir con algo más, mejor. Sin embargo, si no se puede pagar ese dinero, ni siquiera es necesario. Otras maneras de conrtibuir son llevar libros, café, comida... ¡Todo lo que se quiera y pueda!

La verdad es que me parece una fantástica idea. En una época en la que se exigen precios baratos y, además, muchos realmente los necesitan, tener acceso a libros, a cultura, historia, lenguas, etc. de manera gratuita puede fomentar la pasión por la lectura y hacer de nosotros, personas más ricas, más abiertas, más libres. Es, además, una organización que puede hacerse muy familiar y cercana, puede convertirse perfectamente en un lugar no sólo donde leer o tomar un café, sino en un local donde debatir sobre grandes temas, sacar conclusiones, soñar, crear, imaginar. Francamente, siento que el mundo cada vez se queda con menos imaginación, y cosas así son las que pueden ayudarnos a crecer, a madurar, a vivir. Y digo vivir, sí, porque, para mí, cada libro es una experiencia. Será una experiencia nefasta o una maravillosa, pero de cada libro aprendemos algo, aunque sea sólo que ese autor, ese género o ese libro en particular no nos guste.

Así que, sólo me queda pedir a mis lectores madrileños que, si les apasiona la lecura, apoyen esta iniciativa, ya que necesitan algunos suscriptores más para que resulte viable económicamente. Para más información, su página web es http://www.librerialibroslibres.org/

Librería Libros Libros de Madrid

Quizás si tiene éxito en la capital, ¡acaben haciendo algo similar en Barcelona! (¡Aunque conmigo se arruinaban, hehe!)
                                         
                                                ¿No sería genial?



PD: el título "Los libros me enseñaron a pensar y el pensamiento me hizo libre..." es una frase que le cojo prestada a mi artista favorito Santi, cuyo blog (http://lifadrim.blogspot.com.es/), por cierto, ¡recomiendo infinitamente!



     

jueves, 27 de septiembre de 2012

Funtasteac!

Ya es otoño y llega a Barcelona ese aire fresquito que de noche te hace taparte con las sábanas con más ganas, el tiempo de tejanos, botas, hojas caídas y colores marrones y, sobre todo, té, ¡mucho té calentito!

Ayer, via Facebook, me topé con una gran idea de una marca de té llamada "BOH". Trataba de una gráfica en la que se ve una bolsita de té con una imagen que lleva a pensar en la agresividad o la inquietud pero, al introducirse ésta en el agua caliente y dejar que la sustancia llene de su contenido la taza, la figurita que antes parecía agresiva, se convierte en una más relajada, de formas más suaves y sin ese toque de ferocidad.

La gráfica, que vi gracias a la página de Facebook de "WE LOVE ADVERTISING", es la que pongo a continuación, en la que se ven los diferentes ejemplos de las formas utilizadas: de una tormenta a una dulce nube, de una llamarada a una inocente llamita, de un volcán, a una relajante montaña, y así sucesivamente.

 
Tal como comentaban en Facebook, me parece una genial idea para convertir algo tradicional y que la gente suele asociar a "aburrido" en un nuevo concepto, divertido, muy creativo y diferente, dando cierta jovialidad y originalidad a la marca, a la vez que es capaz de transmitir el mensaje del anuncio, el de asociar el té a algo relajante, a ese momento del día que te dedicas exclusivamente a ti para desconectar durante cinco minutos con algo tan económico y sencillo como lo es el té.

De esta manera, en mi opinión, la marca no sólo es la primera (al menos, la primera que yo haya visto hasta el momento, desde el punto de vista de consumidora) que usando la creatividad da un giro a la imagen típica y monótona del té con tópicos como "es bebida para abueletes", "es agua manchada", "es para cuando enfermo y me apetece algo calentito", etc. para darle una visión más desenfadada y moderna, sino que convierte un "ritual" relajante que ya muchos tienen en algo más ameno todavía. Una genial manera, a mi gusto, de hacer publicidad transmitiendo valores a la marca sin tener que hablar directamente del producto, de sus características, sabor, etc., tal como hacen tantísimas otras marcas ultimamente.

Me atrevería a decir, incluso, que con esta acción tan simple como la de las formas de las bolsitas de té, además, incluso la marca podría abrirse a un nuevo target, como podría ser el de los niños, ya que a éstos (tomando, como primer ejemplo, a mi hermano pequeño) estas "tonterías", les encantan, ya que se parecen más a un juego que a lo que realmente es, beber té.

Y, hablando de todo un poco... ¡sé de una que se va a preparar un rico rico Earl Grey con leche para leer un ratito antes de dormir!

Bona nit!
     

martes, 4 de septiembre de 2012

Summertime and the livin' is easy

Summertime, summertime... Llega setiembre y el verano empieza a morir. Se acaban los días de largo sol y empieza a entrarnos la morriña otoñal.

Vacaciones en la playa, esa es la descripción de mi pasado agosto -a pesar de que, como dije anteriormente, estos últimos días estuve en la ciudad para estudiar- que tanto he disfrutado. Mar, gaviotas y el puerto de Segur de Calafell. Silencio a última hora de la tarde y sentir el sol tostando tu piel mientras estás tumbada en la playa, jugando con las olas, o leyendo algo nuevo. Con Judit, una amiga con la que suelo veranear en la zona, compartiendo sueños y quejándonos de esos temas de la universidad de los que siempre acabamos hablando.

Summertime, summertime... Como diría Rubén Darío de la juventud, ya te vas para no volver. Y es que cada verano es el único, está ahí y no se volverá a repetir. Sentimos en el aire (un aire casi estático además de sofocante en Barcelona, debo decir) algo que nos despierta los nervios a flor de piel como en la primavera y nos hace querer ser eternos como el otoño. Decidimos mitificar el tiempo y sentirnos jóvenes, porque, de eso va el verano, de ser jóvenes. De salir de noche, tomar algo, bañarse de noche, mirar la lluvia de estrellas de agosto, echarse una siesta, comer paella y migas con la mejor compañía, jugar con la arena, estirarse sobre la hierba, reír, olvidar, y coger fuerzas para los próximos nueve meses, hasta que una nueva estación de días eternos venga a nosotros.

Personalmente, no he hecho nada mientras he estado de veraneo en la playa. Leer, sobre todo, y tomar el sol. Sentía que necesitaba una desconexión absoluta del mundo exterior, apagar el móvil, tumbarme sobre la toalla, llegar a casa cubierta de sal marítima, dormir hasta tarde y después de comer, tomar helados sobre la arena y beber algún que otro cóctel por la noche en nuestro lugar favorito, el Sunset Beach Essence, donde, por cierto, tienen mi cerveza favorita, la Mongozo de Coco, tan difícil de encontrar. Nos pasamos horas en la terraza viendo la poca gente que queda de madrugada pasear antes de volver a casa escuchando los suaves rugidos nocturnos del mar.

Eso es lo bueno de Segur de Calafell. Que, a pesar de que a mediados de mes hay bastante gente, en general, durante todo el verano, es un lugar tranquilo. Por la tarde, pasadas las seis, ya casi no queda nadie en la playa. Y esa es mi hora favorita. Empieza a levantarse una suave brisa que hasta te hace tener frío (considerando que tu única prenda de vestir no es otra que el traje de baño), el mar está vacío y puede observárselo con tranquilidad. No hay apenas ruido y podrías pasarte la eternidad así, sentada frente a las olas, escuchando música melancólica y sientiendo el olor a salitre en tus labios.


El verano me ha dado ese tiempo necesario para parar y reflexionar. Escribir algo, tener más ideas para este blog, ponerme al día en ese montón de libros que tenía por leer (de los que, por cierto, quizás hable en el futuro), jugar con mi hermano pequeño y hasta aprender a hacerme trenzas de esas que tanto están de moda, las "trenzas de espiga" o "fishtail" de la cual me he enamorado y casi casi no me puedo deshacer.

Mañana, por fin, haré el examen de recuperación que tanto queiro quitarme de encima y, afortunadamente, tendré veinte días más de vacaciones antes de volver a empezar la universidad de los cuales pienso exprimir hasta el último instante: viajar a Amsterdam, celebrar las fiestas de la Mercè, pasar unos últimos días en la playa que, ahora sí, estará desierta, desierta para mí...