Foto intervenida
Fueron otros tiempos
distintos a la épica del narciso guerrero,
que vivía para su propia gloria
de escudos pulidos como el sol,
y lanzas suntuosas de bruñidos metales
a la hora de los honores.
Fueron otros tiempos,
de guerreros cazados
con la vida,
el amor,
del mundo hecho por todos
y la garganta encendida en el guaro,
para cantar con Jara,
en noches sin luna:
"Te recuerdo Amanda /la calle
mojada/ corriendo a la fábrica..."
o con Guarany:
"Si se calla el cantor calla
vida... de que sirve la vida sin el canto";
tiempos del mayo 68:
“Seamos realistas, hagamos lo
imposible”,
Fueron otras calendas
de sueño vivo,
porque al corazón lo tatuaba la utopía
de un mundo sin fronteras.
Hoy ni guerreros narcisos,
ni utópicos guerreros,
solo la competencia y el mercado