Modulo 2 Emocion
Modulo 2 Emocion
Modulo 2 Emocion
PID_00265542
Joaquim T. Limonero García David Casacuberta Sevilla Maria Álvarez Moleiro Tatiana Rovira Faixa
Doctor en Psicología y profesor Doctor en Filosofía y profesor de Doctora en Psicología y profesora Doctora en Psicología y profeso-
Titular de Psicología Básica de la Lógica y Filosofía de la Ciencia en agregada de la Unidad de Psicolo- ra lectora de la Unidad de Psicolo-
UAB. Dedica especial interés al es- la UAB. Centra su investigación gía Básica de la Universidad Autó- gía Básica de la Universidad Autó-
tudio de las emociones que gene- en la filosofía de la psicología y, noma de Barcelona. Imparte clases noma de Barcelona. Miembro del
ra la enfermedad y la proximidad más concretamente, en las impli- de diferentes asignaturas (Motiva- Grupo de Investigación en Estrés y
de la muerte, así como el papel caciones cientificofilosóficas de las ción y emoción, Educación para la Salut (GIES). Lleva a cabo investi-
que la inteligencia emocional y la emociones y los efectos cognitivos salud y Procesos psicológicos bá- gación básica y aplicada sobre los
competencia percibida tienen so- y sociales de los nuevos medios sicos). Lleva a cabo investigación procesos motivacionales y emocio-
bre los procesos de adaptación y electrónicos. básica y aplicada en motivación y nales implicados en el estrés y el
bienestar humano. emoción. En la actualidad, su in- afrontamiento.
vestigación se centra en la relación
entre la percepción de control y la
reactividad psicofisiológica asocia-
da a situaciones estresantes.
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Índice
Introducción............................................................................................... 5
Objetivos....................................................................................................... 7
Resumen....................................................................................................... 121
Actividades.................................................................................................. 125
Solucionario................................................................................................ 132
Bibliografía................................................................................................. 134
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Introducción
Objetivos
Los objetivos que hay que alcanzar mediante el estudio de este módulo son
los siguientes:
Las emociones están presentes en la vida de todas las personas, prácticamente Lectura recomendada
en todo lo que hacen. Estamos con un amigo porque estamos a gusto con él,
W. James (1884/1985). What
visitamos a nuestros padres porque los queremos, y vamos el fin de semana a is an emotion? Mind, 9,
la playa con ánimo de pasarlo bien. Nos enfadamos cuando no nos salen bien 188-205 [traducción: ¿Qué es
una emoción? Estudios de Psi-
las cosas, y nos alegramos y estamos satisfechos cuando triunfamos. Tenemos cología, 21, 57-73].
miedo a volar en avión o a ir a la consulta del dentista, y nos preocupamos
cuando nuestro hijo tiene fiebre o no va bien en la escuela. Nos sentimos afli-
gidos y doloridos cuando muere un familiar, o alegres cuando se casa un ami-
go. Hay días que podemos trabajar con interés, y otros con desgana… Éstas y
otras situaciones de la vida cotidiana ponen de manifiesto la influencia que las
emociones ejercen en nuestras vidas. Podemos afirmar que las emociones son
inherentes a la propia condición humana y que, en gran manera, determinan
su existencia.
«[...] el concepto de emoción es demasiado amplio, de tal manera que cada autor se ciñe
a aquellos aspectos de la emoción que son pertinentes en sus investigaciones.» (p. 263)
Es decir, la definición de emoción lleva implícita la posición teórica de la cual Lectura recomendada
se parte. De este modo, nos encontramos ante una considerable diversidad
Para profundizar sobre el te-
de aproximaciones o enfoques en el estudio de la emoción. Así, por ejemplo, ma, podéis consultar la refe-
desde una perspectiva biológica, los neurocientíficos se preocupan por cono- rencia siguiente:
D. Casacuberta (2000). ¿Qué
cer tanto los mecanismos cerebrales y hormonales, como los neurotransmi- es una emoción? Barcelona:
sores implicados en la emoción, sin tener en cuenta el componente subjeti- Crítica.
«[...] una agitación del ánimo acompañada de conmoción somática fuerte.» (p. 551)
«Mi tesis [...] es que los cambios corporales siguen directamente a la percepción del hecho
desencadenante y que nuestra sensación de estos cambios según se van produciendo es
la emoción.» (p. 59)
Entre las definiciones típicas de esta categoría, hay que destacar la que hizo
Schachter (1964):
Otros autores que indican la importancia de las expresiones faciales en la emo- Ved también
ción son, por ejemplo, Ekman, Tomkins o Izard.
Consultad los apartados 2 y 3
de este módulo.
Por su parte, la categoría�disruptiva o desorganizadora contiene definiciones
que ponen el énfasis en los aspectos disfuncionales o disruptores de la emo-
ción.
«[...] en el estado disruptivo llamado emoción, la víctima no sabe lo que hace. Junto a
esta condición disruptiva ocurren los fenómenos viscerales y vegetativos, por lo común
reconocidos como característicos de la condición emocional.» Kleinginna y Kleinginna
(1981b, p. 367)
«[...] las emociones son patrones organizados de respuesta facial que tienen como misión
importante la comunicación entre sujetos.» (p. 142)
«Una definición completa de emoción debe tener en cuenta estos tres componentes o
aspectos: (a) la experiencia o sentimiento de la emoción, (b) los procesos que ocurren en
el cerebro y en el sistema nervioso periférico, y (c) los patrones de conducta expresiva
observable, en particular la expresión facial.» (p. 4)
«[...] las emociones son usualmente activadas por estímulos externos y la expresión emo-
cional está dirigida hacia los estímulos del ambiente que activan estas emociones. Los
motivos son activados por estímulos internos y están naturalmente dirigidos hacia obje-
tos del medio ambiente.» (1981b, p. 376)
«La emoción es entendida como el principal sistema motivacional» (pág. 43). Más ade-
lante señala que las emociones o viceversa «[...] pueden amplificar, atenuar o inhibir los
estados motivacionales.» (p. 65)
«[...] no parece que haya una definición satisfactoria de emoción [...]. Si es tan difícil
definir la emoción, entonces, ¿por qué continuamos usando esta expresión?» (p. 84)
prende que existe una tendencia, desde 1970, a un número cada vez mayor de
definiciones que hacen referencia al aspecto multidimensional de las emocio-
nes, y también a un incremento en el número de definiciones que enfatizaban
el componente afectivo, cognitivo, fisiológico y expresivo de las emociones.
Como se puede apreciar, esta definición contiene gran parte de las ideas que
aparecen en la literatura de las emociones.
Para comprender las emociones se deben estudiar, por tanto, de forma con-
junta los tres sistemas de respuesta, ya que cada componente sólo refleja una
parte de la emoción. En este subapartado, analizaremos los diferentes compo-
nentes de la emoción descritos por Lang, y también la manera en que se pue-
den medir o evaluar estos componentes.
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Relación de los diferentes sistemas nerviosos implicados en la emoción: sistema nervioso central, sistema nervioso autónomo
(simpático y parasimpático) y sistema nervioso somático
Así, por ejemplo, cuando experimentamos miedo, nuestro corazón late con
fuerza, la respiración se acelera, se dilata la pupila, nos sudan las manos, nues-
tra musculatura se tensa, se produce segregación de adrenalina y un aumen-
to de glucosa en la sangre, etc. Como puede apreciarse, se produce un gran
número de cambios corporales destinados a preparar el organismo para hacer
frente a las demandas o exigencias del medio.
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Estas respuestas fisiológicas que acompañan las emociones son relativamente Autoinformes de
incontrolables, y sólo a veces el mismo sujeto u otras personas las perciben. percepción visceral
Desde el punto de vista empírico, la medición objetiva de estas respuestas fi- Las preguntas que se hacen es-
siológicas del organismo sólo es posible por medio de técnicas� de� registro tán relacionadas con las res-
puestas que se producen du-
psicofisiológicas, que a medida que se han perfeccionado los instrumentos de rante un experimento (por
ejemplo, sudoración, frecuen-
medida –polígrafo–, han podido analizarse con más precisión (consultad, por cia cardiaca, sequedad de bo-
ca, etc.).
ejemplo, Fernández-Abascal y Palmero, 1995; Villa, 1996, para una informa-
ción más detallada de las técnicas utilizadas). Asimismo, mediante autoinfor-
mes también se pueden analizar algunos de los cambios corporales que puede
percibir el sujeto (por ejemplo, Sanz, Limonero, Villamarín, y Álvarez, 1997).
Este componente de la emoción está muy influido por factores socioculturales Influencia de la cultura
y educativos que pueden modular la expresión emocional. De este modo, la sobre la emoción
expresión emocional varía a lo largo del desarrollo ontogenético de la persona, En Japón son raras las expre-
y son los adultos los que ejercen un control emocional mayor en comparación siones abiertas de cólera. No
se expresan en público, y
con los niños. Por otra parte, las reglas�sociales modulan la expresión emo- quien lo hace siente vergüen-
za.
cional porque facilitan o inhiben la manifestación de acuerdo con el contexto
en el cual tiene lugar la experiencia emocional. Así, por ejemplo, lloramos y
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Desde otro punto de vista, las emociones (especialmente, las emociones in-
tensas como el miedo) se han considerado elementos disruptores o desorga-
nizadores de la conducta en curso, por ejemplo, Skinner o Mandler; mientras
que, en otras ocasiones, se las ha asociado a un efecto activador o de tendencia
a la acción. En este caso, las emociones serían fenómenos intencionales, por
ejemplo, Tomkins. De este modo, la ira estaría asociada al ataque y el miedo
a las conductas de evitación. (Consultad el apartado de funciones de las emo-
ciones.)
Adivinad a qué emoción corresponde cada una de estas expresiones faciales. La cara 1 esuna expresión de alegría; la 2 de asco y
la 3de miedo. ¿Habéis acertado las diferentes expresiones faciales? Pensad por qué.
Por otro lado, hemos de tener en cuenta que los estados de ánimo, tanto los
positivos como los negativos, con mayor o menor intensidad, están siempre
presentes en la vida de las personas y pueden condicionar tanto los procesos
psicológicos como el comportamiento. De hecho, el estado emocional o afec-
tivo previo del sujeto condicionará o modulará los procesos cognitivos impli-
cados en el proceso emocional (Fridja, Manstead, y Bem, 2000), lo que da lugar
a una doble interacción entre afecto y cognición.
Este componente cognitivo-experiencial de la emoción, a diferencia de los dos Así, por ejemplo,...
componentes anteriores, pertenece a lo que se denomina conducta�encubier-
... a modo de ilustración de
ta�o�no�observable�directamente. Puesto que la emoción es una experiencia un cuestionario, el sujeto tiene
subjetiva, sólo podrá conocerse si se pregunta directamente al sujeto cuál es que responder a una serie de
preguntas según el grado de
su estado emocional. Por eso, para conocer este componente se pueden utili- acuerdo o de desacuerdo que
le generan las cuestiones plan-
zar autoinformes, tanto verbales como por medio de cuestionarios o listas de teadas. Por ejemplo, «estoy re-
lajado», «mis nervios están a
adjetivos. punto de estallar», «me siento
preocupado», etc.
• Expresiones faciales
• Expresiones verbales
• Pensamientos
que pueden llegar a producir una emoción, a los métodos experimentales para
producirlas, y también a los procesos de interpretación cognitiva implicados
en su experimentación.
ción.
Tabla 1. Clasificación de los métodos de inducción emocional y sus autores más representativos
Hipnosis. Bower,1981
Con este experimento se aportaron datos a favor de la idea de que cada emo-
ción presenta un patrón de reactividad fisiológico diferenciado. No obstante,
otros estudios no han observado tal diferenciación fisiológica.
Por su parte, Ekman (1992), que junto con Izard y Tomkins es uno de los au-
tores más representativos de este modelo discreto de las emociones, añade co-
mo características específicas: la actividad fisiológica diferenciada para cada
emoción –actividad del sistema nervioso autónomo–, y los antecedentes elici-
tadores universales diferentes para cada emoción básica.
Darwin (1872/1984) McDougall Allport Woodworth Plutchik Tomkins y Mc- Orgood (1966)
(1908/1960) (1924/1967) (1908/1960) (1962/1980a) Carter (1964)
Sclosberg
(1954/1971)
Culpa Pena
Orgullo Ansiedad
Darwin Fridja Izard Ekman, Friesen y Trevart- Oatley y John- Wat- Casacuber-
(1872/1984) (1969/1970)(1971/1977) Ellsworth (1972) hen son-Laird (1987) son ta (2000)
(1984) (1930)
Darwin Fridja Izard Ekman, Friesen y Trevart- Oatley y John- Wat- Casacuber-
(1872/1984) (1969/1970)(1971/1977) Ellsworth (1972) hen son-Laird (1987) son ta (2000)
(1984) (1930)
Orgullo Orgullo
Ironía
Escepticis-
mo
Así, por ejemplo, Izard (1977) presenta una lista de diez emociones básicas so-
bre la base de su teoría diferencial de las emociones agrupadas en tres dimen-
siones: positivas –interés, alegría–; neutras –sorpresa–; y negativas –angustia,
ira, asco, desprecio, vergüenza, culpa y miedo– (Izard, 1977). Tomkins (1980)
señala que hay ocho emociones primarias –interés, sorpresa, alegría, angustia,
miedo, vergüenza, asco y rabia–, de acuerdo con el hecho de que representan
patrones de respuestas innatas que se activan ante determinados estímulos y
se expresan, principalmente, por medio de la expresión facial.
Por su parte, Ekman (1984), a partir de los datos obtenidos en los estudios so-
bre universalidad de la expresión facial, señala la existencia de seis emociones
básicas: tristeza, alegría, ira, miedo, asco y sorpresa, a las cuales posteriormente
añadió el interés. Y el autor que presenta el número más bajo de emociones,
sólo cuatro –alegría, angustia, miedo y rabia–, es Trevarthen (1984), que se ba-
sa en una perspectiva del desarrollo.
Asimismo, los estudios que ha realizado el grupo de Izard con bebés ponen de
manifiesto, según esta autora, la naturaleza innata y universal de las emocio-
nes (Izard, 1977; Izard y Malatesta, 1987). En síntesis, son numerosos los da-
tos que dan apoyo a la idea de la universalidad de la expresión facial (Ekman,
1992; 1994; Ekman y Friesen, 1978; Ekman y Oster, 1979; Iglesias, Naranjo,
Picazo, y Ortega, 1983; Izard, 1994; Scherer y Wallbott, 1994); no obstante,
Las normas sociales de regulación emocional
también hay detractores de esta idea, por ejemplo, Russell (1994). De hecho, influyen en la manifestación de las emociones.
Conviene señalar que estos estudios sobre las reacciones fisiológicas específi-
cas de las emociones tienen un claro inicio en los trabajos pioneros que llevó a
cabo Ax, en la década de los cincuenta. Por otra parte, el equipo de Ekman (Da-
vidson, Ekman, Saron, Senulis, y Friesen, 1990) ha analizado la actividad ce-
rebral durante la experiencia emocional y ha observado patrones diferenciales
de actividad cerebral; ha comprobado que el hemisferio derecho es más activo
durante las emociones negativas, y el hemisferio izquierdo, en las positivas.
A pesar de los datos positivos aportados por el grupo de Ekman, hay otros datos
que no avalan esta hipótesis. Alcaraz (1993), después de revisar numerosas
investigaciones sobre esta línea de investigación, concluye que la evidencia
experimental no apoya de forma clara el planteamiento de la especificidad
Los actores profesionales tienen un gran
autonómica en las emociones. dominio de la musculatura facial y pueden
expresar fácilmente diferentes emociones.
Por otra parte, el miedo es la emoción menos duradera pero genera, junto
con la ira, la mayor respuesta fisiológica asociada a la actividad del sistema
nervioso simpático, y en relación con la conducta verbal es la que presenta las
verbalizaciones más largas.
A partir de estos datos, los autores mencionados concluyeron que dichas emo-
ciones presentaban patrones diferenciales de respuesta en los tres niveles o
componentes de la emoción, y que además había diferencias culturales y geo-
gráficas en su elicitación y regulación, aunque eran efectos de menos cuantía.
Los autores que hemos descrito en los párrafos anteriores han destaca-
do el valor funcional y adaptativo de las emociones, y también la na-
turaleza innata de un número determinado de emociones básicas que
oscila, según los autores mencionados, entre seis y diez. Asimismo, han
destacado la base biológica de las emociones que sitúan en estructuras
neurales y el papel fundamental de la expresión facial en la experiencia
emocional.
Antes de finalizar este subapartado, debemos comentar que, aunque las emo-
ciones básicas son fundamentales en las primeras etapas de vida de un indivi-
duo, no describen el abanico amplio de emociones que una persona es capaz
de experimentar. A medida que el desarrollo del individuo avanza, las relacio-
nes con su entorno son más variadas y elaboradas. Se unen a los mecanismos
de las emociones primarias los mecanismos de las emociones�complejas (o
secundarias) que aparecen cuando somos conscientes de nuestras emociones;
por lo tanto, dependientes de procesos corticales (Damasio, 1994). Los celos,
el remordimiento o el orgullo serían ejemplos de emociones complejas. A di-
ferencia de las emociones básicas, las emociones complejas pueden ser difíci-
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Modelo dimensional de las emociones adaptado a partir de Russell (1980), Watson y Tellegen (1985). Podemos apreciar las
dimensiones de activación y placer-desplacer, propuestas por Russell, y la agrupación sugerida por Watson y Tellegen en la
dimensión afecto�positivo y afecto�negativo.
Las emociones parecidas se situarían unas cerca de las otras, y así se da a enten-
der que los estados emocionales similares, por ejemplo los que pertenecen al
afecto positivo, ocurren conjuntamente, de tal manera que cuando una perso-
na experimenta, por ejemplo, alegría, es posible que también manifieste otras
emociones relacionadas en diferentes grados de activación (por ejemplo, feli-
cidad, complacencia). Lo mismo sucedería con las emociones que pertenecen
al afecto negativo (Moltó, 1995).
• Tenso o estresado
• Entusiasmado
• Intranquilo preocupado
Las dos aproximaciones dimensional-discretas no tienen que verse como in- Lectura recomendada
compatibles, sino como complementarias, ya que cada emoción puede descri-
J. Moltó (1995). Psicología de
bir y ubicarse en un espacio afectivo concreto a lo largo de una dimensión las emociones. Entrela biología
emocional, y esta ubicación puede servir para diferenciar varios estados emo- y la cultura. Valencia: Alba-
tros.
cionales discretos (Ekman y Davidson, 1994). Así, por ejemplo, dentro de la
dimensión de activación, es posible distinguir entre los descriptores emocio-
nales euforia y alegría según la intensidad: el primero es más intenso que el
segundo. Lo mismo sucedería en el caso de, por ejemplo, sorpresa y ansiedad.
© FUOC • PID_00265542 38 Emoción
Dentro de la psicología de las emociones, hay ciertos términos que se han usa-
do como sinónimos de la palabra emoción. Los más utilizados en este sentido
han sido: afecto y estado de ánimo –mood state. Otros términos que también
se utilizan, aunque no con tanta frecuencia, son el de temperamento y el de
sentimiento. A pesar del hecho de que no hay definiciones aceptadas univer-
salmente de estos términos, intentaremos establecer, tanto como sea posible,
algunas precisiones conceptuales que pueden aportar claridad a esta confusión
terminológica.
Una de las distinciones más comunes entre los fenómenos afectivos es la que Ved también
se produce entre los estados�de�ánimo y las emociones. De acuerdo con Fridja
Consultad el apartado 5 de es-
(1993), los estados de ánimo se diferencian de las emociones a partir de los te módulo didáctico.
criterios que mencionamos a continuación. En primer lugar, los estados�de
ánimo no tienen especificidad, tienen carácter global y no tienen un objeto
específico. En este sentido, los sujetos están alegres o tristes sin saber por qué,
sin conocer la razón de su estado. Son típicas las expresiones del tipo «¡todo
me sale mal!» o «¡no hay nada que me interese!». Como se puede apreciar, el
componente principal de los estados de ánimo es el afecto (positivo o negati-
vo) que condiciona tanto el comportamiento de la persona como sus procesos
cognitivos.
Por su parte, las emociones tienen un objeto, se producen por un hecho in-
tenso concreto –interno (pensamiento) o externo (procedente del entorno)–
y, por lo tanto, son sobre algo. Así, de este modo, estamos alegres por algo y
nos enfadamos con alguien. Por otro lado, las emociones son intencionales
porque implican una relación sujeto-objeto, en la cual la conducta emocional
está orientada hacia algo concreto: se dirige hacia algo o se aleja. La emoción
© FUOC • PID_00265542 39 Emoción
En segundo lugar, los estados�de�ánimo tienen una duración mayor que las
emociones, pueden durar desde horas hasta días o, incluso, varias semanas; en
cambio, las emociones, dada la relación que tienen con el objeto o situación
que las provoca, suelen durar muy poco tiempo, unos cuantos segundos o mi-
nutos a menos que el estímulo «emocional» perdure en el tiempo (Golsmith,
1994; Clark y Watson, 1994).
En tercer lugar, los estados�de�ánimo son menos intensos que las emociones.
Como señala Davidson (1994), los estados de ánimo, al menos con una inten-
sidad débil, están siempre presentes en nuestras vidas y proporcionan el fondo
afectivo, el «color emocional» a todo lo que hacemos. De esta manera, por
ejemplo, una persona puede ir a comprar con alegría, enfadada o con desga-
na. De hecho, las emociones podrían concebirse como perturbaciones fásicas
(puntuales e intensas) que se sobreimponen a la actividad tónica de los esta-
dos de ánimo (que siempre están presentes). A partir de este razonamiento, es
plausible pensar que los estados de ánimo pueden influir en los procesos cog-
nitivos, especialmente en los relacionados con el procesamiento de la infor-
mación. Así, por ejemplo, las personas con estado de ánimo deprimido tienen
más accesibilidad a la información triste (recuerdos) que a la alegre (Bower,
1981; 1992; Ruiz, 1991). Por otra parte, los estados de ánimo también pueden
conceptualizarse como el resultado de una emoción residual o una emoción
que disminuye progresivamente de intensidad (Fridja, 1993).
Relación entre estado emocional y emoción. Un estímulo o situación produce una emoción intensa sobre un estado de ánimo
ya existente, pero esta emoción dura poco. La disminución de la emoción da lugar a la aparición del estado de ánimo, menos
intenso pero más duradero.
© FUOC • PID_00265542 40 Emoción
Un niño de tres años llora cuando lo riñe la puericultora, otro parece que se muestra
agresivo y pega a una niña, y un tercero manifiesta una conducta pasiva ante la misma
actuación del asistente. Estas diferencias de respuesta emocional ante situaciones simila-
res podrían explicarse mediante el temperamento.
«[...] los sentimientos de amor pueden dar origen a la emoción amor, provocada por un
acontecimiento particular, y una emoción puede ser elicitada por el pensamiento de una
persona hacia la cual hay un sentimiento de amor.» (p. 65)
En otras palabras, los sentimientos son las bases para las emociones cuando
sucede algo que implica un objeto.
Dado que la gran mayoría de los libros o textos sobre las emociones son an-
glosajones, conviene señalar la confusión que se produce cuando se traduce
del inglés el vocablo feeling por sentimiento, con el objetivo de referirse al
componente subjetivo-experiencial de las emociones.
© FUOC • PID_00265542 42 Emoción
Cuando mi bebé tiene esta expresión, yo Expresión facial del bebé en la diapositiva
acostumbro a...
Los datos obtenidos muestran que las madres reaccionan de acuerdo con la
expresión emocional manifestada. Así, por ejemplo, cuando el bebé manifes-
taba malestar físico, las respuestas más frecuentes de las madres –las de pun-
tuación mayor– fueron: «mostrarle afecto, amor, cogerlo» (17,0); «darse prisa,
cogerlo» (16,6); «sentirse triste, afligido, mal por el bebé» (16,1); y «distraerlo,
cambiarlo de lugar» (15,5) y la menos frecuente, «sentirse bien, con ganas de
sonreír» (2,8). Sin embargo, cuando los bebés expresaban interés, las respues-
tas de las madres fueron: «hablar, jugar, interactuar» (16,5); «sentirse bien, con
ganas de sonreír» (15,1) y «mantener la distancia, observarlo» (15,1), pero «no
se sentían irritadas, molestas, enfadadas» (2,2). Este estudio pone de manifies-
to que en las relaciones madre-hijo, los bebés pueden expresar desde el naci-
miento varios estados emocionales diferentes, principalmente por medio de la
expresión facial por el hecho de que no tienen lenguaje, y que las madres son
capaces de descodificar o identificar esta información emocional y reaccionar,
en la mayoría de los casos, de forma adecuada ante ésta.
Los estados emocionales positivos (felicidad, alegría) también facilitan la in- Ved también
teracción social porque promueven conductas prosociales. Las personas que
Consultad al respecto el apar-
se encuentran en un estado afectivo positivo tienen una probabilidad mayor tado 5.
de ser prosociales –más sociales, cooperadoras y más proclives a ayudar a los
demás– (Isen, 1984).
Los padres, los hermanos y otros miembros de la familia, y también los com-
pañeros y el resto de la gente llevan a cabo una regulación interpersonal de
las emociones del niño. En esta relación interpersonal se produce una doble
regulación: la conducta expresiva del niño influye en el comportamiento de
los demás, y la conducta de los demás afecta al modo en que el niño manifiesta
sus emociones y a su manera de comportarse. El niño aprende en su proceso
de regulación emocional que algunas conductas no se pueden llevar a término
en determinados lugares y que no puede expresar sus reacciones afectivas ante
determinadas personas.
inteligencia que implica la habilidad de las personas para atender y percibir las
emociones propias y ajenas de forma precisa y apropiada, la capacidad para
asimilarlas y comprenderlas de manera adecuada, y la habilidad para regular y
modificar nuestras emociones o estados de ánimo o el de los demás, así como
la habilidad para utilizar las emociones para facilitar el pensamiento (Mayer
y Salovey, 1997). En la tabla 2 se muestran con cierto detalle las principales
características de cada una de las dimensiones de la IE.
Inteligencia emocional
• Comprensión de las causas que originan las emociones y sus posibles con-
secuencias.
Inteligencia emocional
• Capacidad para supervisar y reflejar las emociones, reflexionar sobre las mis-
mas sin reprimirlas ni exagerarlas.
Durán, y Rey, 2005; Martínez Pons, 1997), el ajuste psicológico de los adoles-
centes (Fernández-Berrocal et al., 1998), la calidad de vida (Extremera y Fer-
nández-Berrocal, 2002), la depresión (Rodríguez y Romero, 2003), la ansiedad
(Latorre y Montañés, 2004), la fatiga subjetiva (Brown y Schutte, 2006), el li-
derazgo (Cadman y Brewer, 2001), el éxito académico (Brackett, Mayer, y War-
ner, 2004), el consumo de drogas (Limonero, Tomás-Sábado, Fernández-Cas-
tro, y Gómez-Benito, 2006; Trinidad y Johnson, 2002), las relaciones interper-
sonales (Lopes, Bracket, Nezlek, Schütz, Sellin, y Salovey, 2004; Schutte et al.,
2001), la satisfacción vital (Extremera y Fernández-Berrocal, 2005), el estrés
postraumático (Hunt y Evans, 2004) y la ansiedad ante la muerte (Limonero,
Tomás-Sábado, y Fernández-Castro, 2006), entre otros.
Actualmente, dista mucho de haber consenso en torno a lo que es una emo- Las emociones en la
ción, cuáles son sus funciones y qué efectos tienen en nuestros procesos cog- actualidad
nitivos. Existe un número muy importante de teorías que introduciremos bre- A pesar del hecho de que tra-
vemente en este apartado. dicionalmente los científicos
han descuidado el estudio de
las emociones a lo largo de su
historia, desde los años ochen-
En primer lugar, tenemos las teorías clásicas de la emoción, mejor dicho, los ta ha habido una explosión,
con avances fascinantes y un
primeros intentos de psicólogos pioneros para tratar de analizarlas desde la número considerable de mo-
psicología científica. A continuación, comentaremos las teorías cognitivoso- delos alternativos para com-
prender de manera más deta-
ciales. Los modelos que insisten en las emociones como procesos básicamente llada qué son y cómo actúan
las emociones.
cognitivos ponen un énfasis especial en su capacidad para regular interaccio-
nes sociales. Por último, en el apartado «Teorías evolutivas y de adaptación»
comentaremos los modelos que insisten en la universalidad de ciertos fenó-
menos emocionales y que los analizan desde criterios de selección natural.
Utilizamos clásico en sentido temporal, es decir, dentro de este subapartado William James
hablaremos de la teoría pionera de William James que quería explicar qué (1842-1910)
era una emoción y la crítica de su colega Cannon. Ambas teorías han sido, Filósofo y psicólogo norteame-
de una manera u otra, precedentes y ayudas para los psicólogos actuales a la ricano. Hermano del conoci-
do novelista Henry James. Nor-
hora de formular sus teorías. De hecho, todavía es sorprendente leer a James malmente conocido comoel
padre de la psicología por la
y comprobar su perspicacia a la hora de explicar qué es una emoción. enorme importancia que tu-
vieron sus trabajos a la hora
de instituir esta disciplina co-
4.1.1. Teoría de James-Lange mo ciencia. Dentro de la filoso-
fía, es uno de los impulsores y
principales representantes de
la corriente denominada prag-
En gran medida gracias a William James, la psicología se empieza a estudiar de matismo.
manera científica. Este pionero puso una de las primeras piedras de las ciencias
de la mente con sus Principios de psicología. Sin embargo, en este subapartado
lo que nos interesa especialmente es un artículo que publicó en el año 1881:
«¿Qué es una emoción?». En este artículo, James establece las bases de lo que
después se llamará teoría sensacionista de las emociones.
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Así, siempre según este modelo, «tengo miedo» es más o menos una manera
breve de decir: «ahora mismo percibo una sensación característica de peso en el
estómago, siento que se me acelera el corazón, mi expresión facial se modifica
también de forma característica, se me pone la piel de gallina y los pelos del
cuerpo se erizan...».
Si interpretamos a James de manera estricta, este autor dice, más o menos, que
tener una emoción no es más que percibir un estado interno determinado.
Según James:
«[...] los cambios corporales siguen directamente a la percepción del hecho desencade-
nante y nuestra sensación de esos cambios según se van produciendo es la emoción.»
Sin embargo, ahora sabemos que esta lectura es errónea. Hay experimentos que
muestran que personas incapaces de tener estas percepciones internas tam-
bién podían emocionarse. Pero, sobre todo, esta lectura presenta una dificul-
tad conceptual importante: desde siempre hemos supuesto que las emociones
hacen referencia a objetos externos (uno tiene miedo al ataque de un perro
feroz; otro está enamorado de Rosa, etc.), y sobre todo que las emociones cau-
san comportamientos. Si nos quedamos con la lectura estricta de James, una
frase muy natural como «tenía tanto miedo al perro que salió corriendo» se
convierte en algo sin sentido si la traducimos al sensacionismo: «su alta fre-
cuencia de pulsaciones, un movimiento peculiar en su sistema digestivo y la
dilatación de los poros de la piel hicieron que saliera corriendo».
Sin embargo, si no hacemos una lectura estricta, James apuntó una caracterís-
tica fundamental de las emociones que hay que tener en cuenta. No puede ha-
ber emoción sin algún tipo de sensación que lo acompañe. Cuando sumamos,
no tenemos ninguna sensación especial de «hacer una suma». Nos limitamos
a realizar un ejercicio mental de manera fría y razonada. No obstante, parece
bastante imposible tener miedo sin sentir algo al mismo tiempo.
Según la teoría de James y de Lange, cada emoción proviene de la percepción de patrones específicos de reactividad fisiológica
inducidos por estímulos específicos.
En la tercera crítica, señaló que las vísceras son estructuras poco sensibles, con
pocas terminaciones nerviosas y, por tanto, incapaces de proporcionar una
diferenciación precisa de los procesos fisiológicos.
En la cuarta objeción, Cannon señaló que las respuestas del sistema nervio-
so autónomo son muy lentas y tienen latencias muy largas, mientras que las
reacciones emocionales subjetivas ante estímulos apropiados son muy rápidas,
no pudiendo ser aquéllas la causa de éstas.
«[...] esta teoría plantea una serie de cuestiones básicas sobre la emoción que más de cien
años después siguen siendo los grandes temas de estudio de este campo de la psicolo-
gía» (p. 257).
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Cannon sostiene que los cambios corporales tienen como función general pre-
parar el organismo para la acción en situaciones de emergencia. Esta función
estaría mediada por la rama simpática del sistema nervioso autónomo y el
sistema nervioso somático, que estaría controlado, a su vez, por el tálamo. El
sistema nervioso periférico, que incluye a los dos anteriores, movilizaría los
recursos energéticos necesarios para la acción (lucha o huida), lo que significa
que las respuestas corporales no contribuyen a la diferenciación cualitativa de
las emociones; es decir, los cambios serían similares para las distintas emocio-
nes, variando sólo en intensidad (Vila y Fernández, 1990). Como indica Cano-
Vindel (1995), la emoción señala una situación de emergencia que activa al
organismo para afrontarla. De ahí que la teoría de las emociones de Cannon
se denomine también «teoría emergentista de las emociones».
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En este estudio se compararon siete situaciones diferentes fruto de diferentes René Descartes
combinaciones de las tres variables manipuladas. Lo que Schachter y Singer
Tres siglos antes, el filósofo, fí-
querían averiguar era hasta qué punto habían generado emociones que fueran sico y matemático René Des-
congruentes con la que exhibía el cómplice que los sujetos encontraban en la cartes había defendido un mo-
delo cognitivo de las emocio-
sala. Encontraron que los sujetos a los que se les administró el placebo (agua) nes dentro de su Tratado de las
pasiones humanas, pero a dife-
no presentaban sentimientos muy intensos. Lo mismo pasó con aquellos que, rencia del de Schachter y Sin-
ger, es un modelo puramente
a pesar de estar activados por el efecto de la adrenalina, habían estado bien cognitivo, sin espacio para las
informados de sus efectos secundarios. Sólo aparecieron respuestas afectivas sensaciones, de manera que es
poco razonable.
lo bastante intensas en los sujetos que, además de encontrarse muy activados
por haber recibido adrenalina, no tenían información adecuada de los efectos
de ésta (porque se les había dado información falsa o bien no se les había da-
do ninguna información). Y esta respuesta emocional era congruente con el
modelo de comportamiento observado. En general, los resultados parecieron
a ojos de sus autores bastante compatibles con sus hipótesis de partida, y éstas
se convirtieron en el núcleo de su teoría bifactorial de las emociones. Básica-
mente, en ésta afirman que toda emoción requiere la aparición de una fuerte
sacudida fisiológica en el cuerpo debido a la activación del sistema nervioso
simpático, y que el cerebro será informado de ésta. También en el cerebro se
pondrán en marcha unos mecanismos que intentarán emitir una explicación a
aquellos cambios corporales que producen sensaciones bastante inespecíficas;
si dispone de una explicación evidente, no aparecerá ninguna emoción. En
cambio, si no hay disponible ninguna explicación inmediata, entonces el ce-
rebro buscará activamente en el entorno que se está experimentando en el pre-
sente, o en las vivencias del pasado que hay en la memoria, un acontecimiento
que explique aquella conmoción de las propias vísceras. Eso quiere decir que
dos emociones diferentes (miedo y amor, por ejemplo) podrían compartir el
mismo sustrato fisiológico, pero la diferencia en el sentimiento experimenta-
do sería debida a la explicación que nuestro cerebro diera a aquel arousal.
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sultados indicaban que las fotos acompañadas del bip acelerado eran las valo-
radas como más eróticas. Por lo tanto, Valins concluyó que lo importante para
una emoción es la cognición, y que, aun siendo necesaria la participación de
un estímulo inductor, su modalidad era irrelevante, ya que tanto podía ser un
estímulo visceral (interno) como un estímulo auditivo (externo). De manera
que, según él, ni siquiera era necesaria la participación de cambios fisiológicos
para que apareciera una emoción: con un significado había suficiente.
Nikko Fridja, en su obra de 1986, The emotions, ofrecía una versión mejorada Un venerable precedente
del modelo original de Schachter-Singer. En síntesis, se trataba de disminuir
Más de dos mil años antes, el
la antiintuitividad y falta de apoyo experimental que tenía la teoría original y filósofo griego Aristóteles ha-
admite la posibilidad de que haya dos tipos de excitación fisiológica: una de bía defendido una teoría simi-
lar a la de Fridja: según este
caràcter placentero y una de tipo desagradable –en lugar de sólo una activación pensador, las emociones eran
estados mentales caracteriza-
fisiológica general indefinida. dos para producir o bien pla-
cer o bien dolor en los sujetos.
Para Fridja hay dos tipos de señales fisiológicas básicas: placer y dolor.
Estas señales fisiológicas informan de la utilidad o corrección de ciertos
acontecimientos y objetivos, y permiten así que las emociones dirijan
–al menos hasta cierto punto– nuestro comportamiento.
Fridja es también muy reconocido por señalar un aspecto básico de las emo-
ciones: que tener una emoción comporta necesariamente un cambio cogniti-
vo y fisiológico para prepararnos para la acción. Así, según Fridja, una emo-
ción implica tres fases diferenciadas:
b) evaluación del contexto relevante con el fin de considerar las acciones po-
sibles y
Por fortuna, podemos reunir todas las intuiciones geniales de Fridja sin tener
que negar la existencia de emociones básicas. En la primera objeción, podría-
mos responder que dividir una clase en dos subclases básicas no implica que
después no podamos establecer subdivisiones más detalladas. Así, podemos
dividir los animales entre seres de sangre fría y sangre caliente, pero eso no
implica que a continuación no podamos subdividir los segundos en más clases
como, por ejemplo, mamíferos y aves.
Para Peter Lang, al igual que para Fridja, las emociones son disposiciones o
tendencias para la acción action readness, es decir, estados que preparan al or-
ganismo para llevar a cabo una conducta adaptativa. En otras palabras, las
emociones surgieron como patrones de respuesta muy simples (disposiciones
biológicas): movimientos de aproximación o evitación hacia estímulos apeti-
tivos o aversivos, que tienen como función primordial la adaptación del indi-
viduo al medio.
• Significado que el estímulo tiene para las metas o los objetivos propios.
Siguiendo el ejemplo anterior, se correspondería con la importancia y las
implicaciones que tiene la reunión a la que se llega tarde, y que haría que
nos sintiéramos más o menos amenazados.
Uno de los modelos más representativos con relación a cómo la evaluación Ved también
cognitiva puede determinar la emoción que sentimos es el que formuló Ri-
Podéis ver el apartado 6.3.2
chard Lazarus y su equipo en la década de los setenta (Lazarus, 1966; Lazarus para una descripción más de-
y Folkman, 1984). En una primera aproximación a un modelo que relacionara tallada de esta formulación.
ción: una evaluación primaria, muy rápida y automática, que nos indicaba si
la situación podía ser relevante y por qué; y una evaluación secundaria, que
nos hacía valorar los recursos de que disponíamos para tratar de hacerle frente.
Dos fueron las grandes aportaciones de este modelo en sus primeras formula-
ciones, y que a su vez han sido el origen de las reformulaciones posteriores
que se han realizado para tratar de enriquecerlo:
• Por otro lado, fue el primero en poner de manifiesto los elementos críticos
de toda evaluación relacionada con las emociones: el procesamiento de las
características del estímulo y su significación (elementos presentes en la
evaluación primaria), y la percepción de los propios recursos para hacerle
frente (elementos presentes en la evaluación secundaria). Aun así, los pri-
meros estudios que trataron de encontrar apoyo empírico a estos postula-
dos pusieron en duda que la evaluación primaria y secundaria fueran eva-
luaciones secuenciales, y que la primaria fuera realmente tan automática
y casi inconsciente como postulaba el autor.
partir de aquí, empieza una evaluación más consciente en relación con la sig-
nificación que tiene aquel estímulo para nosotros, y a los recursos que tene-
mos, pero que no tiene por qué ser secuencial y ordenada.
Por otra parte, para incluir en el modelo esta idea de procesamiento dinámico
y constante de los estímulos emocionales, los autores añaden una tercera eva-
luación (la evaluación terciaria), que implica reevaluar la situación una vez se
han puesto en marcha las estrategias de afrontamiento escogidas.
Respecto a los elementos de evaluación que se añaden al modelo a fin de pre- Lectura complementaria
decir emociones discretas, la reformulación incluye variables que añaden ma-
Una lista detallada de los nú-
tices sobre todo a la evaluación primaria (significación que tiene aquella situa- cleos de temas relacionados
ción para nosotros una vez la valoración más automática ya nos la ha hecho con las emociones se puede
encontrar en:
detectar como relevante): E. G. Fernández-Abascal, M.
D. Martín, y M. P. Jiménez
(2003). Emoción y motivación:
• En primer lugar, hay que tener en cuenta la congruencia motivacional que La adaptación humana. Ma-
aquella situación tiene para nosotros, definida como consistente o no, con drid: Centro de Estudios Ra-
món Areces.
nuestros deseos y metas. En este sentido, si la vemos como congruente
(nos ayuda o nos aporta alguna cosa que nos gusta), experimentaremos
emociones positivas; si la vemos como incongruente (es un obstáculo para
nuestro desarrollo a cualquier nivel), experimentaremos emociones nega-
tivas.
Así pues, dentro de los modelos que ponen el énfasis en cómo el procesamien-
to emocional de estímulos determina la emoción que experimentamos en ca-
da situación, el modelo de Lazarus y sus colaboradores da un marco para en-
tender cómo, después de una primera evaluación automática que nos indica
que un estímulo puede tener importancia, las personas valoramos si es con-
gruente o no con nuestros deseos y metas, y tratamos de ubicar la situación
en algún esquema propio que nos ayude a decidir de manera rápida y oportu-
na las opciones de actuación que tenemos, generándonos al mismo tiempo la
emoción relacionada con este esquema. Por otra parte, percibir que tenemos
más o menos recursos para superar obstáculos o conseguir objetivos deseados
puede matizar la intensidad de la emoción experimentada.
En su reconocido artículo de 1980 «Feeling and thinking: Preferences need Ved también
no inferences», el psicólogo social Robert Zajonc ponía graves objeciones al
En la sección 6.3.2 de este mó-
modelo cognitivo según lo hemos explicado hasta ahora. Resumiendo, Zajonc dulo se describen ampliamen-
decía aproximadamente que no todos los «reconocimientos», no todas las va- te las implicaciones de la teo-
ría de Lazarus y Folkman en el
loraciones son iguales. En una relación, uno puede decir «esta persona es fan- estudio de los mecanismos de
estrés.
tástica», y generar entonces una lista de propiedades que expliquen esta valo-
ración: puede decir que es doctor en dos carreras diferentes, que sabe hablar
seis idiomas, que ha ganado campeonatos europeos de atletismo, etc., pero
simplemente puede decir que «le ha causado buena impresión» sin ser capaz
realmente de dar una lista de propiedades objetivas que permitan a los demás
saber si pueden fiarse de esta valoración. En el primer caso, hablamos de una
valoración cognitiva strictu sensu, que implica creencias, implica pensar. En el
segundo, aunque también ha habido una valoración, no parece que haya más
que una sensación para dar apoyo a nuestra afirmación.
Esto implica, por ejemplo, que estas preferencias que no implican inferencias no
se registran de forma consciente. De aquí podríamos sospechar que, de hecho,
estas emociones son previas a cualquier cognición y que, por lo tanto, puede
haber emociones sin que esté la contraparte racional de la cognición.
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Zajonc demostró en varios experimentos que las preferencias pueden crearse ¿Cómo son los
por razones nada cognitivas. En uno de estos experimentos, se presentaba a experimentos?
unos sujetos experimentales varias imágenes nuevas, primero de un tipo y En los experimentos diseñados
después de otro, pero los sujetos experimentales tendían a preferir las que se por Zajonc, los sujetos podrían
encontrar más interesante la
habían visto primero. Esta preferencia se mantenía incluso si los estímulos se caligrafía árabe que los ideo-
gramas chinos simplemente
habían presentado de manera subliminal, es decir, a una velocidad tan alta porque la caligrafía árabe ha-
bía aparecido primero. Esto se
que los sujetos eran incapaces de percibirlos conscientemente. comprobaba con facilidad por-
que otro grupo experimental
que primero veía los ideogra-
mas chinos y después la cali-
Por lo tanto, si Zajonc tiene razón, las emociones no pueden ser cogni- grafía árabe encontraba mu-
cho más interesantes los ideo-
ciones, ya que son capaces de producir preferencias sin que haya ningún gramas chinos. A la hora de la
verdad, lo único que contaba
tipo de valoración cognitiva detrás. Si las emociones no son cognicio- era el orden. ¡Lo que se había
nes, entonces todo el camino empezado desde el modelo de Schachter visto primero era lo que resul-
taba más interesante!
y Singer se tendría que abandonar y empezar de nuevo.
Sintaxis espontánea
No obstante, los experimentos de Zajonc no son tan devastadores para un
Una frase pasiva como la si-
modelo cognitivo de las emociones como él pensaba. Las ciencias cognitivas guiente: «La casa todavía se es-
nos ofrecen muchos casos de procesos mentales, que implican claramente cog- tá construyendo», es una fra-
se completamente normal, pe-
niciones, pero en los cuales no parece que haya proceso consciente de eva- ro, en cambio, la siguiente: «El
descubrimiento todavía se está
luación. Pensemos en el lenguaje. Nosotros somos capaces de decir, ante un haciendo», nos suena automá-
enunciado, si es gramaticalmente correcto o incorrecto. Sin embargo, no so- ticamente extraña. Tiene que
haber algo erróneo, pero po-
mos siempre capaces de decir por qué, especialmente si alguna vez hemos re- cos pueden explicar la razón,
que deriva del conocimiento
cibido educación lingüística formal. implícito que tenemos de las
reglas sintácticas del español.
De hecho, con el fin de expli-
Esto, no obstante, no soluciona ni mucho menos todo el problema. Evidente- car por qué este enunciado es
«extraño» necesitaríamos tan-
mente, todos sentimos que hay algo peculiar cuando preferimos un estímulo tas páginas como las de este
subapartado y, no obstante,
simplemente porque lo hemos visto primero, y aún peor si no lo hemos visto todos «sentimos» de manera
realmente, sino que tan sólo ha sido una percepción subliminal. Necesitamos automática que el enunciado
no es español correcto.
un modelo más esmerado para comprender primordialmente este fenómeno.
La teoría atribucional de Weiner (1980/1985) aplicada a las emociones, se in- Ved también
teresa por comprender cómo nuestra tendencia a buscar las causas que expli-
Podéis ver el apartado 4.2.5
quen lo que nos pasa puede estar determinando la emoción que experimen- del módulo de motivación pa-
tamos en una situación. ra una descripción general del
concepto de atribuciones cau-
sales y sus efectos en la moti-
vación.
¿Por qué cuando suspendemos un examen a veces nos sentimos tristes, otras
veces culpables, o muy enfadados? Desde la teoría atribucional se considera
que estas diferentes emociones son el resultado de considerar que el fracaso
que hemos obtenido se explica por razones muy diferentes. Si creemos que el
profesor nos ha suspendido porque nos tiene manía, lo más probable es que
experimentemos un sentimiento de rabia hacia él. Si, en cambio, pensamos
que hemos suspendido porque no habíamos estudiado lo suficiente, segura-
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mente nos sentiremos culpables. Así pues, y tal como ilustra el ejemplo, la
teoría de la atribución postula que serán las inferencias que hacemos sobre por
qué ha pasado lo que ha pasado las que explicarán cómo nos sentimos.
Entender que las personas hacemos atribuciones, y que son éstas las respon-
sables de las emociones, nos ayudará a entender, predecir y controlar procesos
emocionales, siempre y cuando seamos capaces de describir qué tipo de atri-
buciones hacemos y cómo se relacionan con las emociones. Si hay tantas po-
sibles causas como personas y situaciones, no podremos llegar a predecir cómo
nos sentiremos, y por lo tanto tampoco tendremos herramientas para trabajar
las emociones que estemos experimentando. De aquí que una de las grandes
aportaciones de la teoría atribucional de Weiner sea precisamente el desarrollo
de un modelo teórico que agrupa y resume todas las posibles causas de acon-
tecimientos inesperados en unas pocas dimensiones, y las relaciona con las
emociones que más habitualmente se presentan en este tipo de situación.
Así, Weiner (1986) postula que las diferentes causas se pueden reducir a tres
dimensiones independientes que las caracterizan: el locus de causalidad, la con-
trolabilidad y la estabilidad, siendo las dos primeras dimensiones las más direc-
tamente implicadas en la emoción.
Así pues, toda causa de un hecho inesperado tendrá un nivel de locus de cau-
salidad (será interna o externa), un nivel de controlabilidad (será controlable o
incontrolable) y un nivel de estabilidad (estable o inestable). Según qué com-
binación de locus de causalidad y de controlabilidad tenga la atribución, la
emoción experimentada será diferente, tal como muestran los cuadros que se
presentan a continuación para los acontecimientos inesperados positivos y
negativos:
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Por una parte, aunque es cierto que a toda causa atribuida se le puede adjudi-
car un valor en cada una de las dimensiones mencionadas, y que en la clasifi-
cación de algunas causas todo el mundo se pondría de acuerdo, hay razones
que pueden explicar los acontecimientos que no todo el mundo clasificaría de
la misma manera (Krantz y Rude, 1984). Así, por ejemplo, atribuir un éxito a
la habilidad propia en relación con la tarea a realizar podría ser considerado
incontrolable por alguien, al creer que la habilidad es un factor con un fuer-
te componente innato, y controlable por otra persona, al considerar que con
trabajo y práctica la habilidad se puede cambiar.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que muchos de los acontecimientos
inesperados pueden estar multicausados, y cada causa puede tener, en este sen-
tido, una clasificación atribucional diferente, dando lugar a la experiencia de
emociones mezcladas o combinadas. Además, las atribuciones también pue-
den cambiar a lo largo del tiempo, y no son las mismas razones las que nos ex-
plican un hecho inesperado cuando éste se acaba de producir, que cuando ya
hemos tenido un tiempo para hacer una elaboración más profunda del mismo.
• Por una parte, se utiliza un grupo de jueces externos para determinar cómo
clasificar atribucionalmente las causas relatadas por las personas en rela-
ción con la controlabilidad, locus de causalidad y estabilidad. Esta opción
puede ser muy útil cuando se hacen estudios en los que se quiere compro-
bar los postulados de la teoría, pero es poco práctica cuando se trata de
valorar individualmente cómo se explica la emoción que está sintiendo
una persona.
• Por otra parte, se ha optado por pedir a la propia persona que indica la
causa a la cual atribuye el fenómeno que especifique si la encuentra con-
trolable o incontrolable, externa o interna, estable o inestable, ya sea por
medio de entrevistas o de cuestionarios (Russell, 1980). Esta opción, ade-
más de servir para estudios que comprueban los postulados de la teoría,
presenta la ventaja de permitir un análisis más individualizado de los mis-
mos y puede aportar, por lo tanto, información más práctica a la hora de
diseñar estrategias de cambio.
En este sentido, más allá de que no se haya podido ver la relación directa en-
tre las dimensiones atribucionales y una mejor o peor adaptación a aconteci-
mientos importantes del entorno, no quiere decir que no exista una influen-
cia indirecta (por medio de las emociones y otras variables, sobre todo moti-
vacionales, como por ejemplo las expectativas). Además, en sí misma, la teo-
ría atribucional expuesta tiene un valor añadido, dado que aporta herramien-
tas de intervención a los profesionales de la psicología para cambiar aquellas
emociones negativas que pueden estar afectando al bienestar de la persona,
pues es más fácil cambiar la dimensión atribucional que el sentimiento que
está experimentando (Vázquez, Díez-Alegría, Nieto-Moreno, Valiente, y Fuen-
tenebro, 2006).
Como ya hemos dicho, las emociones son sistemas cognitivos que permiten
reajustar la importancia relativa que damos a ciertos objetivos y facilitan el
cambio de unos planes por otros cuando cambiamos también los objetivos.
Como también se ha dicho en varias ocasiones, buena parte de los cambios
generados por las emociones a la hora de enfrentarse con los planes nuevos
y objetivos es automática. Es decir, no dependen en lo más mínimo de la vo-
luntad del sujeto para activarse. Por mucho esfuerzo que pongamos en ello,
si estamos enfadados, nuestro cuerpo empezará a liberar adrenalina, el riego
sanguíneo se redistribuirá y nuestra atención tenderá a dirigirse ante la causa
inmediata de nuestra ira de forma automática e inconsciente.
© FUOC • PID_00265542 74 Emoción
Este hecho permite a muchos investigadores pensar que las emociones deben Sartre y las emociones
ser, en buena medida, fruto de la selección natural y que, por lo tanto, el mo- voluntarias
delo darwinista de la evolución de las especies puede ser muy útil a la hora El filósofo existencialista Jean-
de analizar las emociones. Paul Sartre defendió en su li-
bro Bosquejo de una teoría de
las emociones un modelo de lo
que son las emociones que tu-
vo bastante éxito. En contra de
Si pensamos un poco, esta propuesta no es nada insensata: es obvia la las apreciaciones tradicionales
del psicoanálisis sobre el tema,
utilidad biológica del miedo, que nos prepara de forma automática e Sartre defendía, como argu-
inmediata para enfrentarnos a un peligro –o bien para huir de él–. El mentamos aquí, que las emo-
ciones deben estudiarse des-
hecho de que –de acuerdo con lo que muestran investigaciones recien- de una perspectiva teleológica,
es decir, pensando en sus fun-
tes– compartamos nuestra vida emocional con un buen grupo de ma- ciones. Sin embargo, esta teo-
ría se abandonó rápidamente,
míferos superiores que parece que tienen emociones de manera similar ya que insistía mucho en el he-
a las nuestras también es un argumento de peso para sospechar sobre cho de que las emociones son
un proceso voluntario, cuan-
su origen biológico –y, por lo tanto, evolutivo. do toda la evidencia fisiológica
muestra precisamentelo con-
trario.
Inspirado en estos hallazgos, casi cien años más tarde, el psicólogo Ekman
decidió estudiar las expresiones emocionales con el fin de demostrar que las
emociones son rasgos biológicos generales presentes en todos los humanos.
Ekman y sus colegas contactaron con una cultura aborigen de Nueva Guinea
que se había descubierto recientemente: los forel. En un primer experimento
se buscaron nativos que no hubieran tenido ningún contacto con personas
occidentales y se les explicó una pequeña historia, traducida por un intérprete.
Se trataba de una narración que tuviera poder de provocar emociones carac-
terísticas: una persona se adentra en un bosque y se encuentra con un animal
salvaje; un familiar próximo acaba de morir; un viejo amigo nos visita después
de mucho tiempo sin saber de él, etc. La historia estaba narrada de manera
que se evitara específicamente cualquier término emocional, y se limitaba a
describir los hechos. A continuación, se mostraban al nativo varias fotografías
© FUOC • PID_00265542 75 Emoción
Sin embargo, este argumento, que es correcto, no es completo, tal y como han
demostrado muchas de las investigaciones que, recientemente, han intentado
determinar el papel que juegan en las emociones otras estructuras neurobio-
lógicas más recientes desde el punto de vista filogenético como son las estruc-
turas neocorticales. De ellas se desprende que, si bien los sistemas cerebrales
subcorticales desempeñan un papel fundamental en los aspectos evaluativos y
reactivos primarios y automáticos de la emoción, los aspectos más cognitivos
de la emoción, incluidos la experiencia subjetiva y la regulación voluntaria
de la reactividad emocional, dependen de sistemas localizados en diferentes
áreas de la corteza cerebral (Aguado, 2005).
© FUOC • PID_00265542 78 Emoción
Uno de los autores que más ha contribuido a dilucidar las bases neurobiológi-
cas de las emociones es el neurólogo portugués Antonio Damasio. Según Da-
masio, la experiencia afectiva global se compone de tres elementos: los proce-
sos de valoración del estímulo, las reacciones corporales y viscerales con las
que el sistema nervioso responde a dicha valoración y la forma en la que el ce-
rebro percibe esos cambios corporales y viscerales. A este último elemento, es
decir, a la experiencia de los cambios corporales y viscerales. Damasio lo llama
«sentimiento», y sobre la base de este concepto elabora la hipótesis conocida
como «hipótesis del marcador somático».
En síntesis, podríamos decir que autores como Antonio Damasio (2004) han
puesto en evidencia que además de un eje de influencia «de arriba abajo», en
virtud del cual los procesos cognitivos superiores determinan la experiencia
emocional (Palmero, 2003), existe una influencia «de abajo arriba», de tal ma-
nera que la activación emocional puede influir y condicionar la actividad de
los procesos cognitivos superiores.
El modelo propuesto por Jeffrey Gray (Gray, 1994; Moltó, 1995), a partir de
una extensa variedad de datos recogidos básicamente en investigaciones sobre
aprendizaje animal, postula la existencia en el cerebro de los mamíferos de tres
sistemas motivacionales/emocionales capaces de procesar tipos específicos de
información: el sistema de inhibición conductual (BIS, según la nomenclatu-
ra inglesa), el sistema de aproximación conductual (BAS) y el sistema de lu-
cha-huida (FFS).
El sistema de inhibición conductual (BIS) es el más estudiado por Gray. Según él,
este sistema es activado por tres tipos de estímulos diferentes: estímulos con-
dicionados asociados con un castigo, estímulos condicionados asociados con
una no recompensa y estímulos nuevos. Una vez activado por los estímulos
adecuados, el sistema produce un patrón de respuestas caracterizado por la
inhibición conductual, el incremento del nivel de arousal y el aumento de la
atención hacia los estímulos ambientales. La activación de este sistema se en-
cuentra, también, asociada a la experiencia de estados emocionales negativos,
como por ejemplo, la ansiedad, el miedo, la tristeza o la frustración.
© FUOC • PID_00265542 80 Emoción
El concepto clave para entender el funcionamiento del BIS es, según Gray
(1994), el concepto de comparador. El comparador es un mecanismo que pre-
dice cuál será el próximo evento más posible, y compara dicha predicción con
el evento real. Cuando la predicción y el estímulo real coinciden, el control
conductual lo ejercen mecanismos cerebrales inespecíficos. Cuando se produ-
ce una discrepancia entre la predicción y el estímulo real, el comparador asu-
me el control de la conducta, y se produce el patrón de respuesta característico
de la activación del BIS que acabamos de describir.
Para cada uno de los tres sistemas, Gray ha descrito de modo detallado las es-
tructuras cerebrales que los sustentan. Una descripción detallada de los mis-
mos puede encontrarse en Gray (1982, 1987, 1991; todos ellos citados en Gray,
1994). Igualmente, al aplicar su modelo a los humanos, Gray (1987) propu-
so que las diferencias individuales en el funcionamiento del BIS y del BAS
daban lugar a dos dimensiones de personalidad: la ansiedad o neuroticismo
(susceptibilidad al castigo) y la impulsividad (susceptibilidad a la recompen-
sa). Se trata de dos dimensiones ortogonales, es decir, independientes entre
sí, que inicialmente fueron concebidas como rotaciones de las dimensiones
propuestas por la teoría de la personalidad de Eysenck. De esta manera, la an-
siedad se extendería desde el cuadrante neurotiocismo-introversión, que co-
rrespondería a niveles máximos de ansiedad, al cuadrante estabilidad-extra-
versión, que correspondería a los niveles mínimos de ansiedad. Por su parte,
la impulsividad se extendería desde el cuadrante neuroticismo-extraversión,
en el que se enmarcarían los máximos niveles de impulsividad, al cuadrante
estabilidad-intraversión, en el que se enmarcarían los niveles de mínima im-
pulsividad (Moltó, 1995).
© FUOC • PID_00265542 81 Emoción
A modo de conclusión, podemos decir que el modelo propuesto por Gray per-
mite relacionar la dimensión emocional de afecto positivo-afecto negativo con
el funcionamiento de dos sistemas cerebrales –recompensa y castigo– encar-
gados de regular la conducta y la experiencia emocional (Moltó, 1995). Se tra-
ta, sin lugar a dudas, de uno de los modelos más influyentes de la actualidad;
muestra de ello es el gran número de investigaciones empíricas que este mode-
lo ha generado en los últimos años (Corr, 2004). Sin embargo, no está exento
de críticas. Se ha criticado especialmente el origen del modelo, dado que ha
sido desarrollado a partir de la investigación animal, así como la falta de ins-
trumentos de medida adecuados para el BIS y para el BAS. En este sentido, en
nuestro país la colaboración entre los equipos del doctor Torrubia, en la Uni-
versidad Autónoma de Barcelona, y el doctor Moltó, en la Universidad Jaume I
de Castellón, ha dado lugar al SPSRQ o Cuestionario para medir la susceptibilidad
al castigo y la susceptibilidad a la recompensa (Torrubia y Tobeña, 1984; Torrubia,
Ávila, Moltó, y Segarra, 1993). Se trata de un cuestionario desarrollado a partir
del modelo de Gray para evaluar las dimensiones de personalidad de ansiedad
e impulsividad, relacionadas con el funcionamiento del BIS y el BAS.
Reflexión
María, desde hace cinco meses, está muy contenta y feliz. Está embarazada de su primer
hijo. Su relación con su pareja va mejor que nunca, aunque a veces tiene la sensación
de que él ya no la encuentra tan atractiva como antes, ya que su cuerpo se deforma cada ¿Cuáles son los procesos psico-
día más. Desde la notificación de su embarazo, cuando pasea por la calle se da cuenta lógicos que están influidos por
el estado emocional positivo
de que hay muchas mujeres embarazadas, y también muchas madres que pasean a sus
de María?
bebés. A menudo, le vienen a la memoria recuerdos de su infancia, cuando jugaba con
su hermana pequeña y su madre les dedicaba toda su atención. También recuerda los
cuentos e historias que le explicaban sus abuelos, sobre todo su abuela. Pone más empeño
que antes en su trabajo, y cree que si se continúa esforzando, es posible que consiga una
mejora de sus condiciones laborales. La mayor parte del tiempo lo pasa pensando en
cómo será su futuro bebé, si será niño o niña, si se parecerá a ella o a su marido, si el
parto será doloroso o, al contrario, todo irá bien, etc. Ya tiene preparada una maleta por
si tiene que ir rápidamente al hospital, aunque incluso faltan unos cuatro meses para el
parto. Planea cómo decorará la habitación de su bebé, y si será capaz o no de cuidarlo
correctamente. Piensa que posiblemente podrá tener ayuda de su madre que vive cerca,
pero no de sus suegros, que viven a más de 50 km. Por otra parte, mira el calendario y
parece que la fecha prevista para el parto, la tercera semana de octubre, no llega nunca.
Esta última semana del mes de junio se le ha hecho eterna, parecía como si los días fueran
más largos de lo normal...
Antonio, que está enamorado de Ana, ve la vida de color de rosa. Manuel, que está de-
primido, lo ve todo de color negro. Joaquín, que es un optimista, ve el lado bueno de
las cosas –la botella está medio llena– y Andrés, que es un pesimista, su lado malo –la
botella está medio vacía.
En este tipo de problemas se presenta una vela, una caja de cerillas y una caja
de chinchetas y se pide al sujeto que cuelgue la vela en la pared de manera
que pueda arder correctamente. Para solucionar este problema, se debe dejar
de lado la fijeza funcional de los objetos, y atribuirles una función diferente.
En concreto, la solución se consigue cuando se clava la caja de cerillas en la
pared con una chincheta, y se usan las cerillas para encender la vela. Una vez
que se ha encendido la vela, la cera se empieza a fundir, y esta cera fundida Solución al experimento de Duncker.
Un ejemplo ilustrativo extremo del efecto del estado de ánimo sobre la creati-
vidad nos lo proporciona la enfermedad�maniacodepresiva. Redfield (2000),
en una revisión exhaustiva del tema, señala la relación que existe entre la ge-
nialidad y la prevalencia de la enfermedad maniacodepresiva entre los artis-
tas. Se sabe que algunos artistas como, por ejemplo, Schuman, Allan Poe, Van
Gogh o Lord Byron sufrieron esta enfermedad.
Así, por ejemplo, en el caso del compositor alemán Robert Schuman, durante En la enfermedad
sus fases�maníacas, que incluirían aproximadamente los periodos que van de maniacodepresiva
1840 a 1841 y de 1849 a 1851, produjo el número más alto de obras musica- Durante la fase maníaca de la
les –más de 80–, mientras que en las fases�depresivas, que podrían fecharse enfermedad, los individuos se
sienten eufóricos, duermen
de 1831 a 1835, de 1843 a 1946, y desde 1954 hasta su muerte, en 1856, su menos, tienen mucha energía,
se incrementa su autoestima,
producción fue relativamente escasa. Su productividad estaba asociada a su sus ideas fluctúan con mucha
rapidez de un tema a otro y su
estado de ánimo. productividad se dispara; en
cambio, en las fases depresivas
presentan un patrón opuesto,
se sienten deprimidos, presen-
tan ideas y actos suicidas, no
tienen energía y su productivi-
dad decae o desaparece.
Creatividad y enfermedad. Relación entre la producción musical y el padecimiento de episodios de manía o depresión. El caso El genio de Van Gogh sufrió la
del compositor Robert Schuman. enfermedad maniacodepresiva.
© FUOC • PID_00265542 84 Emoción
Las personas que tienen un estado de ánimo positivo, por ejemplo, por haber
conseguido un objetivo o una meta determinada deseada, si ésta se ha conse-
guido por méritos propios (por ejemplo, esfuerzo, capacidad), hará que en el
futuro se planteen retos superiores. El estado de ánimo positivo incrementa
las expectativas de autoeficacia, las posibilidades subjetivas de éxito y la sen-
sación de control de la situación, y disminuye el riesgo percibido.
Mujeres Hombres
Moneda 8 0 6 2
Ninguna 0 16 1 8
Relación entre estado de ánimo positivo y conducta prosocial de ayuda. Número de personas que ayudaron dependiendo de si
se encontraban o no una moneda. Figura adaptada.
© FUOC • PID_00265542 85 Emoción
¿Cuál es el mecanismo por medio del cual el afecto positivo favorece la con-
ducta prosocial? En el trabajo de revisión realizado por Carlson, Charlin y Mi-
ller (1988), estos autores proponen varios mecanismos de actuación. En primer
lugar, parece que el afecto positivo influye sobre varios procesos cognitivos
(memoria, razonamiento, juicio, etc.) y genera un sesgo en éstos, lo cual faci-
lita de este modo la conducta prosocial. Así, por ejemplo, cuando una persona
está alegre, tiene más facilidad de acceder a recuerdos positivos, suele ser más
optimista, juzgar los acontecimientos como más positivos, es más amistosa,
sociable y cooperadora. En este sentido, se produce una alteración –positiva–
de la percepción o valoración de los demás.
Relación entre ansiedad y sesgo atencional. A medida que se acerca la fecha del examen, las personas con niveles altos de
ansiedad presentan un sesgo atencional más alto comparado con sujetos que tienen niveles bajos de ansiedad. Cuatro meses
antes del examen, no se aprecian diferencias entre las personas con niveles bajos y altos de ansiedad rasgo.
Del mismo modo, en relación con la percepción, los sujetos con niveles altos
de ansiedad tienen más tendencia a interpretar los estímulos ambiguos como
amenazadores que como neutros. Asimismo, los individuos ansiosos también
manifiestan un sesgo perceptivo en relación con los estímulos internos proce-
dentes de su reactividad fisiológica. Malinterpretan su reactividad fisiológica
(por ejemplo, palpitaciones, sudoraciones, etc.) como indicadora de situacio-
nes amenazadoras, fenómeno que constituye la base de los ataques de pánico.
© FUOC • PID_00265542 87 Emoción
En el caso de la depresión, los datos no son tan concluyentes como en la an- Lectura recomendada
siedad. Algunos estudios muestran la presencia de sesgo de la atención y de
R. Bayés, J. T. Limonero,P. Ba-
otros, no. Sin embargo, en lo que concierne a los procesos perceptivos o inter- rreto, y M. D. Comas (1997).
pretativos, se ha observado que los sujetos depresivos hacen consistentemen- A way to screen suffering in
palliative care. Journal of Pa-
te interpretaciones más negativas de estímulos ambiguos que los individuos lliative Care, 13 (2), 22-26.
control. Los interpretan de manera más amenazadora. Señalan también una
mayor probabilidad de futura ocurrencia de sucesos negativos que positivos.
La percepción del paso del tiempo no sólo se puede aplicar en este ámbito de
la enfermedad, sino también en situaciones de la vida cotidiana. Preguntaos
si encontráis pesada o, al contrario, agradable la lectura de este apartado. Si
os resulta pesada, habréis mirado posiblemente más de una vez el reloj, pen-
sando que es un trabajo tedioso; en el caso contrario –esperamos que sea el
vuestro–, no. Si estamos con una compañía agradable, el tiempo vuela, pero
si la compañía no lo es o estamos con ella por obligación, el tiempo parece
que se haya detenido. Lo mismo sucede cuando estamos concentrados en un
trabajo que significa un reto y/o que nos gusta, o ante un trabajo obligado que
nos desagrada. Viajad ahora en el tiempo y recordad cuando erais pequeños,
estabais en la escuela y queríais salir a jugar al patio. ¡Que rápido pasaba el
recreo y qué largas se hacían las tardes!
El estudio de la relación que existe entre los estados emocionales y los fenó-
menos amnésicos ha generado un gran volumen de investigación científica.
Estas investigaciones aportan bastantes pruebas para suponer que el estado
emocional influye sobre la memoria. Las investigaciones que se realizan se
pueden sintetizar en los supuestos siguientes:
© FUOC • PID_00265542 88 Emoción
Efecto del recuerdo dependiente del estado emocional (triste-alegre): recuerdo libre.Consultad
los resultados obtenidos por Bower, el máximo exponente de estos estudios.
Peu de la imatge
La tercera hipótesis se refiere a los pensamientos� congruentes. Los pensa- Debéis saber que...
mientos de un individuo –asociaciones, interpretaciones y juicios– tienden a
... cuando estamos tristes, ten-
ser congruentes temáticamente con su estado emocional. Uno de los métodos demos a recordar en más me-
empleados consiste en inducir un estado de ánimo (positivo o negativo) y so- dida episodios tristes de nues-
tras vidas, con lo que todavía
licitar a los sujetos que recuerden acontecimientos sobre su vida –memoria nos entristecemos más.
Por su parte, Seligman (Petri, 1991) pone de relieve cómo algunas conductas Reflexión
parece que se aprenden con más facilidad que otras, y propone el concepto de
¿Podría en la actualidad llevar-
preparación�biológica. A partir de esta concepción, Seligman propone que el se a término una investigación
desarrollo de las fobias es un ejemplo de aprendizaje preparado –determina- como la que realizaron Wat-
son y Rayner con el pequeño
Albert?
© FUOC • PID_00265542 91 Emoción
Es más fácil condicionar una respuesta de miedo a las arañas –relevancia filo-
genética– que a una escoba. Por otra parte, las fobias son muy resistentes a la
extinción, se aprenden con una exposición mínima al estímulo fóbico, y la
mayoría de ellas se produce en relación con objetos de origen natural. En este
sentido, Öhman (1993), por medio de numerosos experimentos sobre condi-
cionamiento, ofrece datos que dan apoyo a la tesis de Seligman. Este autor ha
observado que es más fácil generar miedo asociado a estímulos preparados –
relevantes para la supervivencia del individuo– (serpientes, arañas y caras con
expresión de enfado) que a estímulos neutros (flores, setas y caras con expre-
sión facial neutra).
El fenómeno de la evitación también puede explicar algunas de las conduc- Las supersticiones...
tas «normales» o «atípicas» que manifiestan las personas. Para Mowrer, la res-
... se mantienen por las con-
puesta de evitación está motivada por el miedo y reforzada por su reducción. secuencias reforzadoras de las
El miedo está concebido como un impulso que motiva al organismo. Es una conductas de evitación. Por
ejemplo, cruzar los dedos an-
emoción negativa o aversiva, de modo que su reducción puede proporcionar tes de que nos informen de
una supuesta mala noticia, pa-
un reforzamiento negativo (Villa y Fernández, 1985; Cándido et al., 1990). ra evitar que ésta se produzca.
Hebb relaciona los diferentes estados psicológicos con la activación�fisiológi- Debéis saber que...
ca (Hebb, 1955). Según este autor, la perturbación emocional y la consiguien-
... el trastorno obsesivo-com-
te desorganización de la conducta ocurriría cuando se sobrepasa un determi- pulsivo comporta obsesio-
nado nivel de activación. Como se desprende del gráfico, a medida que au- nes–pensamientos persistentes
sobre un tema– y compulsio-
menta la activación se organiza la conducta y emergen las emociones positi- nes –necesidad irresistible de
hacer o mantener una conduc-
vas (por ejemplo, interés). Si se sobrepasa un determinado nivel�óptimo�de ta.
activación, la conducta se desorganiza y aparecen las emociones negativas
(por ejemplo, ansiedad). (Recordad la similitud de esta teoría con la Ley de
Yerkes-Dodson estudiada en el tema de la motivación en la que se relaciona
la activación y el nivel de rendimiento.)
Por medio del ejemplo siguiente ilustraremos la idea de Hebb aplicada a una
de las tareas que deben realizar los estudiantes, al menos una vez al año: los
exámenes. Cuando un estudiante está poco motivado ante los exámenes, es
posible que estudie a duras penas, mientras que si tiene mucha motivación (o
ansiedad), las preocupaciones y los miedos por aprobar esta asignatura impe-
dirán la concentración y, por lo tanto, el aprendizaje. Durante el examen, se
incrementará su activación y no rendirá como lo tendría que hacer, ya que no
ha podido estudiar en unas condiciones emocionales o de activación idóneas.
No obstante, si el estudiante en cuestión presenta niveles moderados de acti-
vación, su aprendizaje mejorará y posiblemente también su rendimiento.
Sin embargo, Öhman encontró una clara relación entre la precisión en per-
cepción somatosensorial y la precisión en la predicción de choque eléctrico.
Öhman argumenta que la amígdala participa en la organización de una serie
de respuestas fisiológicas (sudoración, aumento de la tensión muscular, taqui-
cardia, aumento de la presión arterial, etc.). El córtex somatosensorial, que
genera las experiencias conscientes de la actividad del cuerpo, es lo suficiente-
mente sensible como para captar parte de esta reactividad fisiológica; aunque
los sujetos no son conscientes, los rostros utilizados en la fase de condiciona-
miento quedan, de manera preconsciente, sometidos a un marcaje somático.
Por lo tanto, de esta manera, algunos sujetos se dotaban de una pista, una
prueba circunstancial indirecta de un acontecimiento que, conscientemente,
no conocían.
«Reflexiónese sobre lo extraordinario que es todo esto: un animal que no conoce a sus
enemigos de manera innata o instintiva es enseñado por otros individuos de su especie,
con más edad y experiencia, sobre qué y a quién ha de tener como enemigos. Es una
verdadera tradición, conocimientos adquiridos que se transmiten de padres a hijos».
Pero hay dos áreas del cerebro relacionadas con el componente afectivo del
dolor, el sufrimiento, que se activan por igual en los dos: el córtex insular y el
córtex cingulado anterior. Los resultados de este experimento apuntan a que
la persona que empatiza no sólo comprende el sufrimiento del otro, sino que
de manera genuina lo está experimentando, aunque la materia prima, es decir,
la experiencia sensorial de dolor en sí misma no esté presente.
recreado una ilusión óptica llamada abismo visual, pero de manera que éste
no resultara demasiado profundo y, por lo tanto, se creaba una situación de
ambigüedad sobre el grado de amenaza de la situación.
En una segunda fase del procedimiento, los animales pasan a una prueba de
evitación discriminada, en la cual tienen que aprender a evitar un choque
eléctrico, que se avisa previamente con un sonido, saltando de un comparti-
mento a otro.
sonido avisador ni huía del choque. Por lo tanto, la clave del resultado no es-
taba en la experiencia estresora en sí (el choque), sino en el grado de control
que el animal tenía ante éste.
Varios estudios han intentado clarificar por qué una vivencia muy desagrada-
ble, cuando no se dispone de ningún control de la misma, produce este efecto
sobre el comportamiento, postulando dos mecanismos: un efecto de desmo-
tivación (estrategia adaptativa, ya que cuando se hace patente la inutilidad
instrumental del comportamiento, lo mejor es no malgastar energía), o bien
una interferencia sobre los mecanismos de aprendizaje (es decir, un déficit
cognitivo), debido a que el sujeto hubiera aprendido a generalizar la falta de
control experimentado ante una situación en las otras situaciones y contextos.
Las evidencias experimentales obtenidas indican que ambos efectos explican
parcialmente la indefensión aprendida, pero el más potente y fundamental
parece ser el segundo.
En los humanos, el fenómeno parece más complejo. Aparte de que, al igual que
en otras especies, algunas personas están inmunizadas contra la indefensión
(que se intenta inducir en contexto experimental), y de que la inmunización se
puede inducir mediante experiencias previas de control sobre acontecimientos
desagradables, a veces la indefensión se generaliza a cualquier situación futura,
mientras que en otras el efecto se circunscribe a situaciones similares a aquéllas
en que se había experimentado la falta de control. Además, a veces el efecto
es transitorio, pero otras veces la indefensión se cronifica y es resistente al
cambio. Para dar una explicación a la amplia variabilidad individual observada
en humanos, Seligman hizo en 1978 una reformulación de su teoría en la que
propuso las atribuciones causales como elemento nuclear de esta variabilidad.
Esta reformulación plantea una restricción en las condiciones que se tienen
que producir para generar indefensión aprendida: no sólo se tiene que exponer
a una situación muy aversiva, sino que hay que hacer una atribución interna,
incontrolable y global de su causa.
Los ordenadores procesan los datos con un modo único. El cerebro, en cambio,
modifica, para cada estado emocional, su forma de procesar la información
entrante. Desde el punto de vista de cómo los diferentes módulos del cerebro
procesan estos datos, las emociones se caracterizan por dos grandes efectos: de
© FUOC • PID_00265542 99 Emoción
viosos porque acabamos de ver una película de miedo, es más probable que,
ante un ruido extraño e inesperado cerca de nuestra habitación, llegue a nues-
tra conciencia el esquema anticipatorio ladrón que el esquema viento.
Una prueba utilizada para evaluar estos sesgos la encontramos en los experi-
mentos de homófonos. Las palabras homófonas son aquellas que, escribién-
dose diferente y teniendo un diferente significado (neutro frente a negativo),
suenan igual; por ejemplo, las palabras inglesas pain («dolor») y pane («cris-
tal»). La tarea consiste en que el sujeto escucha la palabra por unos auriculares
y justo después apunta en un papel lo que ha escuchado. Los resultados de
los experimentos efectuados indican que cuando se induce un estado afectivo
negativo, las personas escriben un mayor porcentaje de palabras negativas. Es
decir, ante la ambigüedad, manifiestan un sesgo catastrofista.
Según los resultados experimentales, cuando las personas están felices encuentran que la figura inferior izquierda es la que más
se parece al modelo superior. Contrariamente, cuando las personas están tristes, es más probable que escojan la figura inferior
derecha como la más similar al modelo.
Eso quiere decir que la enfermedad no es un hecho eminentemente biológi- Debéis que saber que...
co, sino que es un fenómeno multifactorial en el cual además de los facto-
... en el Estado español los ti-
res biológicos (vulnerabilidad genética del organismo, estado general orgáni- pos principales de cáncer, por
co y agentes patógenos variados) intervienen los factores psicosociales. Así, morbididad y mortalidad, son
el cáncer de pulmón –relacio-
por ejemplo, por lo que respecta a los factores de riesgo de las enfermedades nado con el tabaquismo–, el
cáncer de colon –relacionado
cardiovasculares, el tabaquismo, el sedentarismo y el estrés son factores psi- con la dieta baja en fibras ve-
getales– y el cáncer de mama
cológicos importantes que intervienen junto con la hipertensión, los niveles –que es curable siempre que
elevados de colesterol, la obesidad, etc. se detecte a tiempo. Estos tres
tipos de cáncer podrían preve-
nirse y, de este modo, dismi-
Influencia de factores psicosociales en la salud nuiría su incidencia, si las per-
sonas dejaran de fumar, tuvie-
ran una dieta variada rica en fi-
bra vegetal (verduras y fruta) y
Juan es un escritor que no puede cumplir con los objetivos que le ha impuesto su editor: pobre en grasas, y se hicieran
publicar una novela el próximo verano. Desde la fecha del encargo, de eso ya hace nueve revisiones médicas periódicas.
meses, sólo ha escrito tres capítulos, de los veinte que tiene previstos. Durante todo este
tiempo no encontraba un tema adecuado para su personaje, el detective Tragón. Desde
hace un mes que a duras penas puede dormir, está irritado, tiene las ideas confusas, le
duele la cabeza continuamente, piensa que no podrá cumplir el plazo pactado y que
tendrá que devolver el adelanto económico que le dieron en su día. Está ansioso, fuma
más que nunca, bebe mucho café y coñac –como su personaje–, come poco y mal, no
se concentra, no puede escribir más de dos páginas seguidas, da golpes a su ordenador,
lo insulta, y sus amigos...
Con esto queremos decir que, aunque las enfermedades son hechos or-
gánicos, dependen en gran manera de nuestra conducta, de lo que la
gente hace, piensa y siente. Las personas podrían mejorar y mantener su
salud si evitasen las conductas de riesgo y llevasen a término conductas
saludables.
Hoy día nadie pone en duda el poder que ejercen las emociones en nuestro
bienestar diario y en la salud. Las emociones pueden alegrarnos el día o pue-
den arruinárnoslo. Incluso podemos experimentar en un periodo de tiempo
relativamente corto ambas experiencias emocionales. Las emociones no son
las (únicas) culpables, ya que éstas son producto de la interacción con nuestro
entorno, del modo de interpretar las situaciones y de cómo se afrontan.
Desde tiempos pasados, se ha especulado sobre la relación entre las emociones TLectura recomendada
y el estado de salud de los sujetos. De hecho, hay una locución popular que
J. Fernández-Castro y S. Edo
plasma esta idea: «tal persona murió de pena». Sin embargo, hasta mediados de (1994). Emociones y salud.
los años setenta, fecha en la que se descubrieron los mecanismos mediante los Anuario de Psicología, 61,
52-32.
cuales las emociones podían enfermar al organismo, no se estudia con detalle. Este artículo, escrito con un
Ader, en 1974, puso los cimientos de lo que con posterioridad se conocería estilo ameno, reflexiona so-
bre la influencia de las emo-
como psiconeuroinmunología, al descubrir que el sistema inmunológico de los ciones positivas y negativas
individuos, implicado en la defensa del organismo ante las agresiones externas sobre la salud.
La psiconeuroinmunología estudia las interacciones entre el sistema nervioso Debéis saber que...
(central y periférico), el sistema inmunológico y el sistema endocrino (Ader,
... las emociones negativas
Felten y Cohen, 1991). Los datos aportados desde este ámbito confirman que pueden favorecer la vulnerabi-
las situaciones ambientales y sociales que generan estados emocionales nega- lidad ante las enfermedades en
general, y constituyen un ries-
tivos en los individuos como, por ejemplo, el estrés o la ansiedad, son capa- go inespecífico para la salud.
Por otra parte, las emociones negativas también pueden distorsionar la con- Lectura recomendada
ducta de los enfermos, tal como sucede con algunos enfermos oncológicos so-
E. G. Fernández-Abascal y F.
metidos a quimioterapia (Fernández-Castro y Edo, 1994). Cuando se presen- Palmero (Ed.) (1999). Emocio-
tan los posibles efectos secundarios de la quimioterapia –vómitos, náuseas, nes y salud. Barcelona: Ariel.
Es un libro excelente, que,
diarreas, pérdidas de cabello, etc.– son tan desagradables que algunas perso- como su nombre indica, tra-
nas deciden abandonarla a pesar del hecho de que eso los conduce inexora- ta con detalle el papel de las
emociones en la salud.
blemente hacia la muerte.
En los subapartados anteriores hemos analizado el papel de las emociones so- Por ejemplo,...
bre la salud; en éste, nos ocuparemos de un fenómeno emocional más com-
... el estrés psicológico ralen-
plejo, como es el estrés y las repercusiones positivas y negativas que tiene so- tizala cicatrización de las heri-
bre el bienestar de la persona. das.
provoca que se use con significados diferentes según el punto de vista de cada
autor, e incluso el uso del vocablo estrés se ha popularizado en la sociedad, lo
cual contribuye, todavía más, a generar confusión.
Por otra parte, conviene señalar que el estrés forma parte de nuestras vidas, y
está implicado en los mecanismos psicológicos de la adaptación humana. Es
un proceso adaptativo y de emergencia necesario para la supervivencia de la
persona. Sin embargo, a pesar de lo que muchos creen, el estrés no es una emo-
ción, sino el proceso por el cual el individuo responde a los acontecimientos
ambientales y psicológicos que percibe como amenazadores o desafiadores.
1) Una situación ambiental, por ejemplo esperar un hijo o las molestias que Ejemplo de definición
nos ocasiona el vecino que vive encima de nosotros. Esta idea de conceptua-
Labrador (1992) considera que
lizar el estrés como una condición o estímulo ha dado lugar a la creación de una persona está en situación
varias escalas que contienen listas de acontecimientos potencialmente estre- estresante cuando tiene que
hacer frente a situaciones que
santes. La más conocida de todas estas escalas es la de experiencias recientes, implican demandas que son
difíciles de hacer. Es decir, que
elaborada por Holmes y Rahe, en 1967. En esta escala se señalan situaciones el individuo se encuentre es-
tresado depende tanto de las
positivas y negativas –boda, enfermedad, cambio de domicilio, divorcio, hi- demandas del medio como de
poteca, vacaciones, etc.– que implican que los individuos deben readaptarse, sus propios recursos para ha-
cerles frente.
y son, por lo tanto, potencialmente generadoras de estrés.
73 Divorcio
65 Separación matrimonial
63 Condena penitenciaria
53 Lesión o enfermedad
50 Contratación de matrimonio
47 Despido laboral
45 Reconciliación matrimonial
Escala de Holmes y Rahe (1967). Hechos que Holmes y Rahe señalaron como acontecimientos vitales estresantes.
© FUOC • PID_00265542 107 Emoción
45 Jubilación
44 Embarazo
39 Dificultades sexuales
39 Reajuste laboral
20 Cambio de residencia
20 Cambio de colegio
13 Vacaciones
12 Navidad
Escala de Holmes y Rahe (1967). Hechos que Holmes y Rahe señalaron como acontecimientos vitales estresantes.
© FUOC • PID_00265542 108 Emoción
Escala de Holmes y Rahe (1967). Hechos que Holmes y Rahe señalaron como acontecimientos vitales estresantes.
Este SGA tiene tres fases: la primera es la reacción�de�alarma, que tiene como Las personas...
objetivo activar el organismo y prepararlo para actuar, por ejemplo, mediante
... con depresión presentan
el aumento de la frecuencia cardiaca y respiratoria, secreción de adrenalina, una actividad más baja del sis-
tensión muscular, etc. En la segunda fase, llamada fase�de�resistencia, el cuer- tema inmune y son, por lo tan-
to, más vulnerables a la enfer-
po intenta hacer frente a la situación generadora de estrés o adaptarse, man- medad.
Etapas del síndrome general de adaptación –SGA– propuesto por Seyle en 1956.
Puesto que el estrés forma parte de nuestras vidas, y está implicado en los Ejemplos de definiciones
mecanismos psicológicos de la adaptación humana, podemos formularnos la de estrés
El estrés entendido como una situación amenazadora (pérdida del puesto de Ved también
trabajo, enfermedad, problemas conyugales, etc.) se conceptualizaría como es-
Consultad el apartado 1 y el 3
trés�negativo (o distress) y puede disminuir el bienestar de la persona (social, del módulo de «Motivación».
emocional, biológico, espiritual). Si el estrés se mantiene o se prolonga en el
tiempo, puede tener efectos negativos importantes para la salud. En este caso,
el estrés bueno –estrés agudo o puntual– si se prolonga en el tiempo –estrés
crónico–, puede acabar agotando las reservas o recursos de la persona (Whea-
ton, 1996), y generar, como en el caso del estrés malo, alteraciones que po-
drían afectar a la totalidad de las dimensiones de la persona (social, psicológi-
ca-emocional, fisiológica y espiritual), y hacer que disminuya su bienestar.
Esta sobreactivación de las respuestas cognitivas, fisiológicas y motrices tiene Ved también
un efecto desorganizador del comportamiento, especialmente, cuando a pesar
Consultad el apartado 5.6 del
de este exceso de activación, no se encuentra una conducta adecuada para módulo de «Motivación».
hacer frente a la situación.
© FUOC • PID_00265542 110 Emoción
Creemos que la mejor manera de tratar el fenómeno del estrés es considerarlo Debéis saber que...
un proceso, tal como hacen Lazarus y Folkman (1984) y como, posteriormen-
... en los primeros meses que
te, Fernández-Castro y Edo (1996) lo han reformulado y modificado. En este vienen después de la muerte
proceso tendremos en cuenta los diferentes elementos que hemos expuesto del cónyuge, se incrementa
la probabilidad de que el otro
en el subapartado anterior, y recalcaremos el factor más relevante de todos cónyuge también muera.
éstos, los procesos cognitivos que hay entre las condiciones ambientales y las
reacciones fisiológicas.
Proceso de estrés. En el proceso de estrés se distingue el núcleo del estrés, y los moduladores sociales y personales que pueden
disminuir e incrementar sus consecuencias.
1)�El�núcleo�del�estrés
En esta concepción del estrés como proceso, el núcleo del estrés está formado
por varios factores: situación, apreciación, fuentes del estrés, afrontamiento,
reacción orgánica y estado afectivo.
a)�La�situación�estresante�y�las�fuentes�de�estrés
b)�La�apreciación�o�la�valoración�primaria�y�la�valoración�secundaria
Lazarus y Folkman (1984) enfatizan la importancia de los procesos cognitivos Ved también
(valoración) en la experimentación del estrés. Estos autores diferencian dos
Consultad el apartado 4.2.3 de
tipos de evaluaciones o valoraciones –apreciación–: este módulo.
felicidad).
Ved también
– Estresante, puede significar una amenaza (se prevén daños o pérdidas
Consultad el apartado 5 del
que todavía no han ocurrido), daño o pérdida (el individuo ha recibi- módulo «Motivación».
do ya un perjuicio, por ejemplo, lesión, pérdida de estima), y se viven
negativamente o, al contrario, un reto (oportunidad para mejorar o
Ved también
demostrar sus capacidades y dominar la situación); en este1 caso, se
vive positivamente, y la situación estresante actúa como motivadora. Consultad el apartado 4.4.1.
de este módulo.
c)�Afrontamiento
© FUOC • PID_00265542 114 Emoción
Son muchas las situaciones estresantes y muchas las maneras de hacerles fren-
te. Ante fuentes similares de estrés, unas personas se ponen en alerta y vigi-
lantes, mientras que otras intentan negar la situación, distraerse u olvidar. Asi-
mismo, otras pueden actuar de forma directa y activa para cambiar la situa-
ción, y otras la pueden aceptar con resignación.
Las estrategias más frecuentes son las siguientes: Debéis saber que...
Afrontamiento y adaptación
Si se repasan los trabajos que han querido dar respuesta a esta pregunta, lo
primero que destaca es que no todos ellos utilizan el mismo criterio para va-
lorar la adaptación. Así, por ejemplo, en algunos casos se equipara adaptación
con nivel de rendimiento obtenido, otros con bajos niveles de ansiedad o de-
presión, con medidas de bienestar y calidad de vida, o de estado de salud ge-
neral. Ésta es una de las primeras dificultades en el estudio de la relación entre
afrontamiento y adaptación, ya que una estrategia puede ser buena según un
criterio, pero en cambio no serlo para otro. Así, evitar una situación estresan-
te como podría ser para alguien hacer una presentación delante de público,
aunque nos puede aportar bienestar a corto plazo, nos puede hacer perder la
opción de sacar un mejor rendimiento en una asignatura, o de conseguir una
promoción laboral.
Por eso, cuando se trata de decidir si las estrategias son o no son adaptativas,
habrá que tener en cuenta hasta qué punto esta estrategia ayuda a mantener el
equilibrio personal, y por lo tanto valorar también cómo afecta su aplicación
a todos los ámbitos que sean significativos para la persona implicada (laboral,
personal, de relaciones sociales, etc.).
Eso implica que se haga realmente difícil establecer una lista cerrada de estra-
tegias adaptativas o desadaptativas. Aun así, en líneas generales, los estudios
indican que el uso de estrategias más activas (con las cuales las personas ha-
cen todo aquello que pueden para solucionar la situación, aunque realmente
no aporte grandes resultados) permite una mejor adaptación. Ahora bien, en
algunas circunstancias –en las cuales no se puede hacer demasiado para cam-
biar las cosas, y focalizarse en la situación puede comportar una excitación
emocional innecesaria–, estrategias más defensivas (como evitar pensar en la
situación) pueden ser beneficiosas.
Lo que también se ha visto es que hay unos tipos de estrategias que pocas veces
permiten obtener buenos resultados, y que son aquellas que lo que provocan
es que pensemos demasiado en nuestra situación y en cómo nos sentimos,
sin dejarnos avanzar (como por ejemplo darle muchas vueltas al problema, o
quejarse y lamentarse de forma reiterada e improductiva).
© FUOC • PID_00265542 117 Emoción
2)�Moduladores�del�estrés
Los factores�sociales moduladores del estrés están relacionados con los aspec- Di cómo eres y te diré si
tos siguientes: enfermarás
3)�Consecuencias�del�estrés
© FUOC • PID_00265542 119 Emoción
Conviene señalar que el estrés debe considerarse un proceso natural por me-
dio del cual los individuos se adaptan de forma adecuada a su entorno. Así,
por ejemplo, estar tenso antes de casarse es una reacción normal. No obstan-
te, cuando las respuestas de estrés son excesivamente intensas, prolongadas
y frecuentes, pueden producirse varios trastornos psicofisiológicos. Al princi-
pio, los trastornos son relativamente leves –falta de concentración, pérdida de
hambre, sensación de fatiga– y son señales de aviso o de peligro que emite el
organismo para prevenir el desarrollo de problemas más importantes.
Los efectos negativos de la activación fisiológica reiterada producida por el es- Recordad que...
trés afectan a los tres sistemas de respuesta: fisiológicos, cognitivos y conduc-
... las consecuencias del estrés
tuales. Como hemos comentado con anterioridad, el estrés favorece la vulne- dependen tanto de la aversión
rabilidad�del�organismo a los agentes patógenos al disminuir sus defensas, y, o virulencia de la fuente de es-
trés como de los mecanismos
por lo tanto, incrementa las posibilidades de enfermar. Así, por ejemplo, hay que utilice la persona para ha-
cer frente a la situación.
suficiente evidencia que pone de manifiesto la relación entre estrés y sufrir una
gripe o resfriado (Cohen, 1996). Sin embargo, conviene señalar que para eso
es necesario que el organismo esté en contacto con un número suficiente de
agentes patógenos causantes, y que el estrés disminuya las defensas biológicas
del organismo –inmunocompetencia–, lo que incrementa la vulnerabilidad, y
favorece la probabilidad de enfermar, en este caso de resfriarse.
Resumen
Zajonc significó una ruptura cuando mostró cómo podían generarse preferen-
cias emocionales sin necesidad de que hubiera ningún tipo de valoración cog-
nitiva. Estos resultados, sin embargo, fueron mucho menos nocivos para el
modelo cognitivo de lo que parecía desde un principio, por el hecho de que
LeDoux mostró cómo, de hecho, hay dos vías fisiológicas para la emoción.
Una es directa y –como argumentaba Zajonc– no se precisa ningún tipo de re-
presentación consciente ni cognición strictu sensu. No obstante, también hay
una segunda –muy importante– que sí que necesita del neocórtex y que, por
lo tanto, implica la realización de cogniciones y pensamiento consciente.
Tampoco debemos olvidar los modelos evolutivos, que intentan analizar las
emociones como procesos mentales resultado de la selección natural. En este
sentido, debemos recordar los trabajos pioneros de Charles Darwin sobre las
expresiones faciales y los resultados experimentales de Ekman y su equipo, que
muestran con muy poco espacio para la duda, la universalidad de los códigos
faciales para expresar emociones.
Se define el estrés más bien como un proceso en el cual hay varios factores
implicados: el núcleo del estrés, los moderadores y las consecuencias del es-
trés. En el núcleo del estrés hay, por una parte, las situaciones potencialmente
estresantes y, por la otra, los procesos evaluativos o valoraciones en relación
con estas situaciones. Como fruto de estas apreciaciones, la situación puede
catalogarse de estresante, irrelevante o benigna. En el caso de que el resultado
de la valoración sea estresante, estas situaciones pasan a ser fuentes de estrés.
Esta percepción la generan, por una parte, reacciones orgánicas y, por la otra,
se ponen en marcha mecanismos para hacer frente a esta situación. Todo este
proceso genera un estado emocional que incidirá, positiva o negativamente,
en la salud y en el rendimiento. No obstante, las consecuencias son fruto de
este estado emocional y del efecto de los moduladores personales y sociales
que pueden incrementar o disminuir el efecto del estrés.
© FUOC • PID_00265542 125 Emoción
Actividades
1. Elaborad un dietario de las emociones que experimentáis durante una semana. En este
dietario deben constar las emociones que experimentáis todos los días: tipo e intensidad –
valorada de cero a diez–. Al final del día debéis hacer un balance emocional global, y al final
de la semana un balance total. ¿Cuál es vuestra tendencia emocional durante esta semana?
2. Buscad un par de ejemplos para cada una de las funciones de las emociones. Identificad
los elementos que intervienen y cómo éstos afectan a las emociones. Justificad vuestras res-
puestas.
5. Tal como hemos visto explicado en el modelo de James-Lange, tener algún tipo de sensa-
ción vinculada es como mínimo condición necesaria para sentir una emoción. En el subapar-
tado de percepción hemos discutido también la existencia de percepciones de estados inter-
nos que está fuertemente relacionada con la existencia de emociones. Intuitivamente, ¿di-
ríais que la necesidad de sentir algo es obligatorio para sentir una emoción? Una valoración
puramente intelectual del tipo «aquí hay peligro. Es mejor que me vaya» sin sentir nada, ¿se
puede considerar emoción?
6. Cuando hemos explicado el modelo de Schachter y Singer hemos dicho que éste se basa
en una evidencia empírica muy significativa. Después hemos comentado que, a la hora de
la verdad, esta evidencia no era tan clara como podía parecer en un principio. Considerad el
experimento original, tal como se describe en el apartado donde se trata la teoría bifactorial.
Pensad hipótesis alternativas que expliquen los resultados experimentales sin tener que ad-
mitir, como postula la teoría de la cognición-excitación, que sólo hay un tipo de excitación
indeterminada responsable de todas las emociones.
7. El modelo de Fridja insiste en el hecho de que las emociones nos preparan para un cambio
de acción. Considerad estas cinco emociones básicas: miedo, tristeza, alegría, repugnancia
y enfado, e intentad describir qué tipo de cambios de acción implican. Para cada emoción
pensad un ejemplo donde este cambio de acción aparezca bien claramente.
8. Considerad los experimentos de Zajonc sobre cómo se producen las preferencias mediante
imágenes subliminales y reflexionad sobre su uso en una campaña electoral. ¿Creéis que se-
rían efectivos a la hora de decidir el voto de los indecisos? Valorad también las implicaciones
morales que tendría un sistema de crear preferencias en una sociedad democrática.
9. ¿Hasta qué punto es correcto atribuir emociones a los animales? Pensad, por una parte, en
experiencias que hayáis tenido con animales domésticos y comparadlas con las emociones
animales tal como aparecen en el mundo del cine. Elaborad listas de las similitudes y dife-
rencias entre las emociones humanas y las animales.
10. Analizad empíricamente el efecto del estado emocional sobre la memoria. El experimento
consiste en elegir a tres sujetos experimentales individualmente (ya sabéis, familia, amigos)
y explicadles durante diez minutos una historia muy triste, por ejemplo sobre enfermedad,
muerte, desesperanza, etc. Debéis ser muy ricos en las descripciones que hagáis, por eso es
aconsejable elaborar primero un guión. Después de la historia, decid al sujeto que escriba
veinte palabras, las primeras que le vengan a la cabeza. Con posterioridad, preguntadle por
su estado emocional y contad el porcentaje de palabras de cariz triste. Comparad el resultado
con dos compañeros de vuestro curso. Este experimento se puede hacer más completo si
primero evaluáis también el estado emocional antes de explicar la historia. Os dejamos total
libertad para llevarlo a término.
11. Buscad a una persona de vuestro entorno que esté enferma, por descontado, de una en-
fermedad leve, por ejemplo, la gripe o dolor muscular, y preguntadle por los acontecimientos
que ha tenido durante la semana previa al caer enfermo, y poned énfasis en los aspectos
emocionales. Intentad relacionar los resultados con la relación entre emociones, comporta-
miento y salud.
© FUOC • PID_00265542 126 Emoción
Ejercicios de autoevaluación
1. Con respecto al concepto de emoción, encontramos que...
6. ¿Cuál de las afirmaciones siguientes no son una característica diferencial de las emociones
llamadas básicas?
10. ¿Cuál de las emociones siguientes no es una emoción básica según Ekman?
a) El pesimismo.
b) El miedo.
c) El asco.
d) La sorpresa.
11. En los estudios hechos por Huebner e Izard (1988), se observó que...
a) las expresiones faciales de las madres funcionaban como señales de comunicación espe-
cífica para los niños.
b) la expresión emocional del bebé no generaba respuestas conductuales en las madres o
cuidadoras.
c) los bebés sólo son capaces de expresar reacciones emocionales aprendidas previamente.
d) las expresiones faciales de los bebés son reconocidas fácilmente por las madres o cuida-
doras.
14. En los experimentos realizados sobre el efecto del estado emocional sobre la memoria
se desprende que...
c) En la toma de decisiones, la influencia del estado de ánimo depende del tipo de tarea que
se debe realizar.
d) En el problema de la vela de Duncker se concluye que el estado emocional no tiene nin-
guna incidencia en la resolución de este problema.
17. ¿Qué diferencia principal podemos encontrar entre los modelos de Cannon y James?
a) En el modelo de James, las emociones se generan en el cerebro, mientras que para Cannon,
las genera el cuerpo.
b) En el modelo de James, las emociones las genera el cuerpo, mientras que en el modelo de
Cannon, se generan en el cerebro.
c) Tanto Cannon como James son sensacionistas; por lo tanto, las diferencias son detalles.
d) Ninguna de las respuestas anteriores es correcta.
18. ¿En qué se diferencian básicamente el modelo de Schachter y Singer del de Fridja?
19. Según la teoría de la doble vía de LeDoux, en referencia al miedo, la vía principal (tála-
mo-córtex-amígdala), es..., mientras que la vía secundaria (talámico-amigdalina) es...
20. Si la versión dura de la hipótesis del feedback facial fuese correcta, forzando voluntaria-
mente la actividad de determinados músculos de la cara...
22. ¿En qué sentido podemos decir que el modelo de LeDoux soluciona las paradojas del
modelo cognitivo presentadas por Zajonc?
a) Cuando postula dos vías diferentes de procesamiento de las emociones, una de éstas no
cortical, se admite que en ciertos casos hay emociones sin cognición previa.
b) Cuando postula dos vías diferentes de procesamiento de las emociones, ambas corticales,
se demuestra que todas las emociones tienen que ser cogniciones.
c) Cuando postula dos vías diferentes de procesamiento de las emociones, una de éstas no
cortical, se demuestra que puede haber emoción sin ninguna sensación que la acompañe.
d) Cuando postula dos vías diferentes de procesamiento de las emociones, pero ninguna de
las dos es cortical, se demuestra que a la hora de la verdad, las emociones no pueden ser
cogniciones.
23. Dentro del modelo de Lazarus de evaluación primaria, cuando decimos que un hecho es
incongruente con una emoción, lo que queremos manifestar es que...
a) las emociones son básicamente un producto cultural, aunque tengan una base biológica.
b) las emociones son un constructo social.
c) los patrones de expresión facial de las emociones son universales.
d) Ninguna de las respuestas anteriores es correcta.
26. ¿Qué diferencia básica encontramos en la manera de sentir las emociones occidentales
y japoneses?
a) Fridja es cognitivista.
b) Fridja defiende la presencia de sensaciones en las emociones.
c) Fridja defiende la existencia de dos tipos de excitaciones.
d) Fridja defiende la existencia de emociones básicas.
a) cuando muestra que las emociones pueden generar preferencias sin necesidad de cogni-
ciones.
b) porque defiende una posición sensacionista absoluta.
c) porque refuta el modelo de la doble vía de LeDoux.
d) Ninguna de las respuestas anteriores es correcta.
© FUOC • PID_00265542 130 Emoción
a) Aunque no los habían visto nunca, los americanos reconocen correctamente la emoción
que habían querido mostrar los forels.
b) Puesto que no los habían visto nunca, los americanos eran incapaces de reconocer qué
emoción querían mostrar los forels.
c) Sólo los americanos que conocían un poco la cultura forel fueron capaces de asociar co-
rrectamente las emociones en cada expresión facial.
d) Las respuestas b y c son correctas.
32. Según Seligman, una persona cuyo estilo atribucional se caracteriza por atribuciones in-
ternas, estables y globales ante los fracasos, y por atribuciones externas, inestables y especí-
ficas ante los éxitos, presenta un factor de riesgo para...
a) la ira crónica.
b) la ansiedad.
c) la depresión.
d) Ninguna de las anteriores es verdadera.
a) no se diferencia.
b) Schacther cree que hay emociones básicas, pero Singer no.
c) Singer cree que hay emociones básicas, pero Schachter no.
d) ambos creen en la existencia de emociones básicas, pero el número de emociones básicas
que postulan es diferente.
35. Tradicionalmente, la cultura occidental ha negado cualquier valor cognitivo a las emo-
ciones; ahora sabemos que eso...
d) es verdadero. Tal como defendía Cannon, las emociones no son más que procesos subje-
tivos generados por el cerebro.
39. La discusión y posterior pelea con un compañero de trabajo que hace semanas que nos
da la lata es...
Solucionario
Ejercicios de autoevaluación
1.�b
2.�d
3.�c
4.�d
5.�d
6.�b
7.�d
8.�b
9.�c
10.�a
11.�d
12.�d
13.�b
14.�b
15.�c
16.�d
17.�b
18.�c
19.�b
20.�c
21.�a
22.�a
23.�b
24.�c
25.�d
26.�c
27.�d
28.�a
29.�b
30.�d
31.�a
32.�a
33.�d
© FUOC • PID_00265542 133 Emoción
34.�a
35.�a
36.�d
37.�c
38.�b
39.�a
40.�a
© FUOC • PID_00265542 134 Emoción
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