Sobre Impresionismo
Sobre Impresionismo
Sobre Impresionismo
Estilo pictórico que se origina en Francia, en la segunda mitad del siglo XIX. Se caracteriza por
su experimentación con la iluminación. Los cuadros impresionistas se construyen
técnicamente a partir de manchas de colores. Por ello, al observar los lienzos es necesario
tomar cierta distancia, para que aparezcan las luces, sombras y figuras.
El "alma" del impresionismo consistía en captar las diferentes impresiones de colores, luz y
movimientos de la naturaleza a lo largo del día, por lo que los artistas preferían pintar siempre
al aire libre.
Los impresionistas eliminaron los detalles y sugirieron las formas empleando los colores
primarios y los complementarios. Consiguieron ofrecer una ilusión de la realidad aplicando
directamente sobre el lienzo pinceladas de color cortas y yuxtapuestas.
Contexto histórico
Artistas
Monet
La esfera anaranjada del sol domina cromáticamente la pintura. Con un excepcional sentido de
los efectos de color, Monet logró que esta tonalidad cálida se asimile a los fríos azules y grises
predominantes. El efecto se logra evidentemente a través de los reflejos de la luz del sol sobre
el agua y en las tonalidades proyectadas entre las nubes.
Renoir
Renoir se identificó con los temas que le eran más cercanos: la escena parisina, los personajes,
las situaciones, la animación de la ciudad. Y no tardó en revelarse como un gran retratista, con
una sensibilidad notable por las jóvenes y los niños.
Se pone en relación con los pintores del S. XVIII que mostraban la sociedad galante del Rococó.
En sus creaciones muestra la alegría de vivir, incluso cuando los protagonistas son
trabajadores. Siempre son personajes que se divierten, en una naturaleza agradable.
El palco
El hombre que utiliza los prismáticos es el hermano del pintor; lo acompaña la modelo Niní. Es
notable en todos los retratos femeninos de Renoir su dedicación a los ojos y los labios, dejando
casi neutro el resto del rostro. La flor prendida en el escote del traje es un detalle de
sensibilidad pictórica.
Degas
Fue un refinadísimo dibujante y se caracterizó por no mostrar el mismo interés que otros
impresionistas por el color y la luz. Debido a una enfermedad progresiva que afecto su visión y
lo llevaría a la ceguera, Degas tendía a utilizar pinceladas rápidas casi podría decirse
estenográficas.
La bebedora de ajenjo
En esta obra, la sordidez de un bar refleja la falta de perspectivas de una joven turbada,
perdida en una soledad que la rodea inexorablemente.
Cassatt
Cassatt fue muy conocida en América. Hija de un banquero, la artista llegó a Paris en los años
70 para formarse académicamente. Discípula de Degas, pasó a formar parte del grupo de los
impresionistas.
El estilo de Cassatt se basa en un dibujo nítido y seguro que parece revelar el estudio de
estampas japonesas.
Niños en la playa
Se observa en la obra una especial atención al escalofrío de la emoción y la sutileza de la
psicología femenina. Cuando retrata juegos infantiles en la arena del litoral, la artista tiene la
delicadeza de ubicarse fuera de la escena para no molestar a las niñas y poder captar toda la
ternura de la situación.
Pissarro
Su pintura se caracteriza por una paleta de colores cálidos y la firmeza con la que consigue
captar la atmósfera por medio de un trabajo preciso de la luz. Lleva hasta las últimas
consecuencias el estudio de la luz y el color llegando al post-impresionismo y al puntillismo.
Sisley
Sus primeras imágenes mostraron una cierta influencia de la obra de Camille Corot, pero poco
a poco empezó a diferenciarlo, dando más importancia al color. Poseia una capacidad
sorprendente de observación. Sisley era capaz de captar los matices más sutiles de la luz,
habilidad que demuestra en sus cuadros de las estaciones del año.
También es muy singular el modo como consigue homogeneizar agua, tierra y cielo, inundando
sus paisajes de una paz trascendental.
Nieve en Louveciennes
Sisley nos da otra visión de París, interesándose más por lo idílico y pintoresco que por lo
topográfico. Su afición por los paisajes campestres le hace reflejar la ciudad del mismo modo
pacífico, sin figuras, siendo los protagonistas los reflejos luminosos del agua sobre el canal y la
suave luminosidad del celaje.