Final Penal
Final Penal
Final Penal
La función del derecho penal está, a su vez, vinculada de una manera muy
estrecha a las concepciones sobre su legitimidad. Si se piensa que es una
función (legítima) del Estado realizar ciertos ideales de justicia, el derecho
penal será entendido como un instrumento al servicio del valor justicia. Por el
contrario, si se entiende que la justicia, en este sentido, no da lugar a una
función del Estado, se recurrirá a otras concepciones del derecho penal, en el
que éste será entendido de una manera diferente. Por lo general, en este
caso, se justificará el derecho penal como un instrumento socialmente útil.
A) Teorías Absolutas.
Según las Teorías Absolutas, la pena será legítima, según ellas, si es la
retribución de una lesión cometida culpablemente. La lesión del orden jurídico
cometida libremente presupone un abuso de la libertad que es reprochable, y por
lo tanto, culpable. El fundamento de la pena será exclusivamente la justicia o la
necesidad moral. Las teorías absolutas, en consecuencia, legitiman la pena si
ésta es justa.
La pena necesaria, para estas teorías, será aquella que produzca al autor un mal
(una disminución de sus derechos) que compense el mal que él ha causado
libremente.
Los representantes más caracterizados de esta concepción son Kant y Hegel.
Contra las teorías absolutas, o de la retribución, se argumenta básicamente que:
a) Carecen de un fundamento empírico y son, por lo tanto, irracionales.
b) Que la supresión del mal causado por el delito mediante la aplicación de una
pena es puramente ficticia porque, en realidad, el mal de la pena se suma al mal del
delito.
En favor de las teorías absolutas se puede sostener, sin embargo, que impiden la
utilización del condenado para fines preventivos generales, es decir, para intimidar a
la generalidad mediante la aplicación de penas ejemplares al que ha cometido un
delito.
En la actualidad, las teorías absolutas sólo pueden ser defendidas sobre estas
bases, es decir, por su sentido limitador de la gravedad de la pena aplicable.
B) Teorías Relativas.
Las "teorías relativas" procuran legitimar la pena mediante la obtención de un
determinado fin, o la tendencia a obtenerlo. Su criterio legitimante es la utilidad de la
pena. Si este fin consiste en la intimidación de la generalidad, es decir, en inhibir los
impulsos delictivos de autores potenciales indeterminados, se tratará de una "teoría"
preventivo-general de la pena. Si, por el contrario, el fin consiste en obrar sobre el
autor del delito cometido para que no reitere su hecho, estaremos ante una "teoría"
preventivo-especial o individual de la pena.
El representante más caracterizado de las "teorías" preventivo-generales es
Feuerbach.
La amenaza de la pena tendría precisamente esta función de disuadir. Pero ello
permite, como se ha objetado, elevar las penas indefinidamente, pues, cuanto más
grave sea el mal amenazado, más fuerte será el efecto intimidante. Por esto, la
prevención general requiere, en todo caso, límites que no se pueden extraer de su
propia lógica y que deben ser, por decirlo así, externos.
1) Prevención General: La prevención general no es cuestionada, bajo ciertas
circunstancias, en el momento de la amenaza de la pena. El problema es
diferente en el momento de la individualización de la pena, cuando se debe
fijar la pena merecida por el autor dentro del máximo y del mínimo; en este
caso, las consideraciones preventivo-generales que conduzcan a una pena
superior a la que corresponda por la gravedad del hecho carecen de
legitimidad, según la opinión más acorde con los principios constitucionales.
2) Prevención Especial: Su fundamento es siempre el mismo: la comisión de
un delito revela en el autor la amenaza de futuras lesiones del orden jurídico;
la pena debe servir para evitar esos futuros delitos, ya que el que se cometió
no puede desaparecer del mundo.
La pena, en consecuencia, "es prevención mediante represión”. Pero la
manera de llevar a cabo este programa requiere que la finalidad preventivo-
especial de la pena se investigue en función de las distintas categorías de
delincuentes y no, como hasta entonces, de manera uniforme para cualquier
autor.
Si se parte de la base de que la protección de bienes jurídicos mediante la
pena requiere tres finalidades diversas: corrección, intimidación e
inocuización, cabría poner en relación estos fines con las tres diferentes
categorías de delincuentes que proporcionaba la antropología criminal.
a) Corrección del delincuente capaz de corregirse y necesitado de
corrección.
b) Intimidación del delincuente que no requiere corrección.
c) Inocuización del delincuente que carece de capacidad de corrección.
C) Teorías de la Unión.
Estas tratan de combinar los principios legitimantes de las teorías absolutas y de las
relativas en una teoría unificadora. Por lo tanto, se trata de teorías que procuran
justificar la pena en su capacidad para reprimir (retribución) y prevenir (protección)
al mismo tiempo. Dicho en otras palabras, la pena será legítima, para estas teorías,
en la medida en que sea a la vez justa y útil.
Las "teorías" de la unión deben admitir que el fin represivo y el preventivo de la pena
pueden no coincidir e inclusive ser antinómicos. La pena justa con respecto al hecho
cometido puede ser insuficiente con referencia al autor del mismo y las necesidades
preventivas que éste plantea a la sociedad.
Esto permite configurar dos orientaciones diversas de las "teorías" de la unión en su
versión moderna.
a) La primera de ellas da preponderancia a la justicia sobre la utilidad, es decir,
a la represión sobre la prevención. De acuerdo con esto, la utilidad de la pena
puede contemplarse legítimamente siempre y cuando no se requiera ni
exceder ni atenuar la pena justa.
— En suma: las normas son el objeto de protección de las normas penales. Los
valores superiores del ordenamiento jurídico (libertad, justicia, igualdad y pluralismo
político), así como los llamados fundamentos del orden político y la paz social y los
derechos fundamentales de ellos derivados, marcan los límites del legislador para la
creación de normas penales.
Los Principios Básicos del Derecho Penal.
A) El Principio de Legalidad.
La ley penal tiene una función decisiva en la garantía de la libertad. Esto quiere
decir que sin una ley que lo haya declarado previamente punible, ningún hecho
puede merecer una pena del derecho penal. Este precepto forma parte
indiscutiblemente de una garantía constitucional.
El o principio de legalidad adquirió carácter fundamental en el derecho penal como
principio constitucional y como principio propiamente penal, independiente de
cualquier teoría de la pena. La consecuencia práctica de este principio es la
siguiente: ninguna sentencia condenatoria se puede dictar aplicando una pena que
no esté fundada en una ley previa, es decir, una ley en la que el hecho imputado al
autor sea amenazado con pena.
El principio de legalidad se expresa en exigencias dirigidas al legislador y a los
tribunales.
Las fundamentaciones intentadas en la teoría son diversas. Aquí sólo es preciso
hacer referencia a las más importantes:
a) En primer lugar, se ha entendido que el principio de legalidad es un derivado
del principio de culpabilidad. Si la culpabilidad requiere que el autor haya
conocido (o al menos podido conocer) la norma vulnerada, ello sólo sería
posible, se afirma, si el hecho punible está contenido en una ley.
El conocimiento (potencial) de la punibilidad se debe considerar exigencia del
principio de culpabilidad y ello priva de contenido a la crítica reseñada.
a) Ley Cierta.
El principio de legalidad impone sus exigencias no sólo al juez que aplica la ley,
sino también al Parlamento que la dicta. En otras palabras: del principio de legalidad
surgen consecuencias para el dictado de la ley y para su aplicación. Las exigencias
referentes al Parlamento tienen por objeto reducir al mínimo razonable la posibilidad
de decisión personal de los tribunales en la configuración concreta del hecho que se
prohíbe. El cumplimiento de estas exigencias por parte de la ley dictada por el
Parlamento es presupuesto de la eficacia de la función garantizadora de la ley
penal. En este sentido, la ley dictada por el Parlamento sólo cumplirá con el principio
de legalidad si contiene una descripción de las prohibiciones y de las sanciones
previstas para su violación que pueda considerarse exhaustiva.
La cuestión de cuándo un precepto contiene todos los presupuestos que
condicionan la pena puede ser contestada desde dos puntos de vista distintos,
según que se piense que se trata de una enumeración expresa de los elementos, o
bien que se admita que ésta puede ser implícita. En este último caso estaría
cumplida la exigencia del principio de legalidad siempre que la ley brindara los
criterios que permitieran deducir el elemento de la infracción de que se trate.
No hay leyes vagas, deben ser claras y concisas.
b) Ley Estricta.
La teoría y la práctica admiten en forma generalmente unánime que una
consecuencia fundamental del principio de legalidad es la prohibición de la analogía.
La analogía suele distinguirse de la interpretación extensiva; mientras ésta importa
la aplicación más amplia de la ley hasta donde lo consiente el sentido literal de la
misma, se entiende por analogía la aplicación de la ley a un caso similar al legislado
pero no comprendido en su texto.
Un amplio consenso científico estima que la prohibición de la analogía sólo rige
cuando se trate de la llamada analogía "in malampartem", es decir, la que resulte
extensiva de la punibilidad. La analogía in bonam partera, por el contrario, estaría
legitimada en la interpretación de la ley penal.
Prohibición de analogía, elaboración para el caso concreto.
c) Ley Escrita.
La ley formal es la única fuente del Derecho Penal.
La exclusión del derecho consuetudinario rige (como la prohibición de la analogía)
en la fundamentación de la punibilidad. Esto hace referencia al proceso legislativo
que formula las leyes.
d) Irretroactividad de la Ley Penal. Ley Previa.
Esto hace referencia a que la ley debe ser anterior al hecho.
El principio de legalidad prohíbe una aplicación retroactiva. En la práctica, esta
consecuencia del principio de legalidad conduce al problema de los límites de la ley
penal.
En principio, la prohibición de irretroactividad de la ley sólo requiere la existencia de
una ley previa. De allí no se deduce indubitablemente si la garantía se refiere a la
punibilidad o incluye también a la perseguibilidad. La respuesta depende de la
naturaleza jurídica que se otorgue a la prescripción.
La Constitución se refiere a que "nadie puede ser condenado o sancionado por
acciones u omisiones que en el momento de producirse no constituyan delito".
La prohibición de aplicación retroactiva de la ley penal alcanza no sólo a las penas,
sino también a las medidas de seguridad.
El Principio de Culpabilidad.
a)
Los fundamentos del principio de culpabilidad son el derecho al libre desarrollo de la
personalidad y la dignidad de la persona.
El principio de culpabilidad excluye la legitimidad de toda pena que no tenga por
presupuesto la culpabilidad del autor y que exceda la gravedad equivalente a la
misma. De esta manera, el principio de culpabilidad se propone evitar que una
persona pueda ser tenida por un medio para la realización de algún fin, es decir, se
propone evitar la vulneración de la dignidad de la persona.
La esencia de la culpabilidad no reside en el carácter del autor, ni en la conducta de
su vida, sino en la posibilidad de haber actuado de otra manera en el caso concreto
(culpabilidad por el hecho).
b)
El principio de culpabilidad tiene una doble incidencia en el sistema de
responsabilidad penal: por un lado condiciona el sí de la pena; por el otro el cuánto
de la misma. Dicho con otras palabras: sólo es punible el autor, si ha obrado
culpablemente; la gravedad de la pena que se le aplique debe ser equivalente a su
culpabilidad.
Por lo tanto, desde la primera perspectiva, es decir, desde la de los presupuestos de
la pena, el principio de culpabilidad determina las siguientes consecuencias:
a) No es admisible la responsabilidad por el mero resultado (responsabilidad
objetiva), sin que medie dolo o imprudencia.
b) Se debe reconocer el error sobre los hechos y, al menos, sobre la antijuridicidad.
c) Sólo puede ser responsable quien tenga las condiciones espirituales para cumplir
con el derecho.
A) Delitos de Lesión.
En los que la acción debe haber causado la lesión al bien jurídico mediante el daño
ocasionado a un determinado objeto (por ejemplo, arts. 89 y ss. del Código penal;
en estos casos la lesión del bien jurídico “integridad corporal y salud” tiene lugar a
través de la lesión que se produce en el objeto protegido: el cuerpo de una
persona).
ART 19: “Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al
orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están solo reservadas a
Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados”.
Si bien se suele hacer alusión a esta disposición constitucional de manera global
como “principio de reserva”, en realidad, en ella encontramos dos límites impuestos
al Legislador que no han de superponerse ni confundirse:
1) PRINCIPIO DE ACTO: es el requisito de exteriorización de las decisiones de
voluntad y se deduce del término “acciones” que emplea el art. 19 CN.
Todo aquello que no constituya la exteriorización de una decisión de acción —por
más que se le atribuya cualidad pública o lesiva de intereses sociales—, goza del
privilegio que otorga el límite impuesto por el principio de acto y, en consecuencia,
por esa sola razón, carecerá de legitimidad su configuración como materia de
prohibición. Ej. Una norma penal que tipificara como delito el creer en los dogmas
de determinada religión, sería inconstitucional.
En este orden de ideas, las normas penales que consideraran delito a ideas,
pensamientos, sentimientos o rasgos de carácter o personalidad serían contrarias al
principio de acto o de exteriorización contenido en la disposición constitucional en
estudio, incluso cuando terceras personas pudieran sentirse ofendidas por esas
ideas, pensamientos, creencias, etc. o los consideraran aberrantes.
Como afirma Magariños, “Determinados rasgos de carácter o de personalidad, o
bien ciertas ideas o pensamientos, pueden sin duda afectar los sentimientos,
convicciones o creencias de alguna persona e inclusive las de un grupo mayoritario,
en tanto se tome conocimiento de ellos. En consecuencia la protección de los ‘actos
internos’ en esa clase de hipótesis, no se halla en el principio de lesividad o en la
exigencia del carácter público de los actos, sino en el principio de exteriorización
Sin embargo, esta concepción de lesividad como lesión o puesta en peligro concreto
de un bien jurídico ha sido criticada sosteniendo que el carácter “lesivo” de un
comportamiento (si es que se quiere mantener esta denominación ya tradicional
entre nosotros) depende de su potencial para cuestionar la vigencia de una norma
válida, en una sociedad determinada. Normas válidas son todas aquellas en las
cuales los miembros de una sociedad depositan expectativas, orientando su
comportamiento social en función de ellas, sólo esas normas determinan realmente
la comunicación y estructuran las condiciones en función de las cuales se organiza
lo social; y por ende únicamente a afianzar este tipo de normas debe orientarse el
sistema jurídico (cfr. Yapur, cit.).
Allí donde una prohibición se estructura sobre un comportamiento que no atenta
contra una de estas normas, el Estado estará invadiendo el “ámbito privado”, pues
utilizará su poder coercitivo fuera de los casos en los que este resulta necesario
para garantizar el entendimiento público. Cuáles resultan entonces normas válidas y
cuáles no lo son (e implican por ello pura violencia estatal contra los ciudadanos), es
algo que no puede establecerse en de modo absoluto, ni determinarse en base a un
cálculo racional, sino que dependerá del tipo de sociedad en el que nos
encontremos y del momento histórico, social y cultural que ella se encuentre
atravesando; se trata de un contexto dinámico que depende de múltiples factores
que constituyen un proceso de “legitimación histórica” , pero que puede resumirse
señalando que una sociedad tolera como acciones privadas aquellas a las que está
acostumbrada y en cambio rechaza como comportamientos que ponen en juego sus
condiciones de existencia aquellos comportamientos que adoptan formas o
modalidades desajustadas o que tienen lugar en los márgenes de lo social (cfr.
Yapur, cit.).
En el marco de esta concepción, que un delito sea de peligro “abstracto”, no
significa que por esa sola razón (es decir, por ser de peligro abstracto) sea
inconstitucional a la luz del principio de reserva en sentido estricto.
LA VALIDEZ DE LA LEY PENAL.
a) Concepto de “territorio”.
El concepto de territorio al que aquí nos referimos viene definido por el derecho
internacional.
La ley del Estado es aplicable también a los hechos cometidos en buques o
aeronaves que lleven su bandera.
2) En el punto de vista contrario se afirma que "las fuerzas naturales que operan
según la ley de causalidad son la herramienta en la mano del hombre, el
medio para realizar su objetivo. El hombre obra mientras estas fuerzas
operan; ha obrado tan pronto como éstas han alcanzado su meta". El lugar
de comisión debe ser, por lo tanto, aquel en que "la serie causal en curso
alcanza el objeto amenazado". Por otra parte, se agrega, el Estado donde se
produce el resultado debe poder sancionar la perturbación del orden que ha
sufrido. En realidad, esta teoría difícilmente puede superar las objeciones que
se le hicieron desde el punto de vista contrario.
3) En la actualidad puede considerarse dominante la teoría de la ubicuidad.
Según ella el delito debe reputarse cometido tanto donde se produce el
resultado como allí donde se ha ejecutado la acción. El fundamento teórico
de la teoría de la ubicuidad reside en la unidad que constituyen, típicamente
considerados, la acción y el resultado, lo que impediría su separación y
consideración aislada. La teoría de la ubicuidad establece que los delitos de
omisión se deben reputar cometidos en el lugar en el que se hubiera debido
ejecutar la acción.
- Solo si tengo una acción imputable al tipo penal, luego me pregunto si esa acción
provocó de modo prohibido el resultado, o no, si el resultado no se produjo o se
produjo por otra causa.
Cuando uno pregunta cuales son los elementos permanentes del tipo objetivo de un
delito de resultado:
Sujeto activo
Sujeto pasivo
Acción
Resultado,
- Acción y resultados vinculados por relaciones de tres caracteres:
1) el nexo causal,
2) la imputación de la acción al tipo penal (Flecha para arriba, la acción se relaciona
con el tipo y a través de la relación con el tipo, el resultado le es atribuible)
3) la imputación del resultado a la acción.
2) Tipo Subjetivo
Para definir al dolo se van a usar dos elementos: el elemento cognitivo y el
volitivo, conocimiento de la voluntad. La visión de la catedra es sobre el
elemento cognitivo.
Esta discusión se ve reflejada en las teorías de la representación (enfocadas al
elemento cognitivo) y en la de la voluntad (no descarta el conocimiento).
Elemento cognitivo: Conocer la acción jurídicamente prohibida y además
conocer las consecuencias, la teoría de la voluntad dice que además tengo que
querer este resultado.
Las de representación se conforman con saber que estoy haciendo y saber las
consecuencias de la acción que voy a cometer.
— El error sobre los elementos del tipo excluye el dolo en todos los casos, ya que
éste requiere el conocimiento de los elementos del tipo objetivo. Por tanto, un error
de tipo tendrá en todos los casos, por consecuencia, la exclusión de la pena del
delito doloso. Si el error sobre los elementos del tipo hubiera sido vencible (evitable),
"la infracción será castigada, en su caso, como imprudente.
El error sobre los elementos del tipo es evitable cuando el autor, observando el
cuidado exigido, hubiera podido conocer correctamente las circunstancias ignoradas
o falsamente representadas. La relación entre observancia del cuidado y
conocimiento o correcto conocimiento debe ser prácticamente segura. Por otra
parte, la determinación del cuidado exigido debe hacerse en función de la capacidad
individual en las circunstancias concretas de la acción, pues el texto legal dice que a
tales fines deberá atenderse a las "circunstancias del hecho y (a) las personales del
autor".
Distinción entre Tipo Subjetivo y Tipo Objetivo.
La distinción entre el tipo objetivo y el tipo subjetivo supone una diferencia en el
ámbito de estos conceptos. En el tipo subjetivo se incluyen aquellas “circunstancias
determinantes del injusto... que pertenecen al ámbito subjetivo y mundo de las
representaciones del autor”. El tipo objetivo lo forman, por contra, los elementos
que, respecto al mundo interior del autor, describen el mundo exterior.
«El que pusiere en peligro la vida o la salud de otro, sea colocándolo en situación de
desamparo, sea abandonando a su suerte a una persona incapaz de valerse y a la
que deba mantener o cuidar o a la que el mismo autor haya incapacitado, será
reprimido con prisión de 2 a 6 años.
La pena será de reclusión o prisión de 3 a 10 años, si a consecuencia del abandono
resultare grave daño en el cuerpo o en la salud de la víctima.
Si ocurriere la muerte, la pena será de 5 a 15 años de reclusión o prisión.»
a) LO PRIMERO QUE RESULTA EVIDENTE DEL TEXTO ES QUE NOS
ENFRENTAMOS A UNA FIGURA DE PELIGRO CONCRETO.
LA FIGURA REPRIME A QUIEN:
«…pusiere en peligro la vida o la salud de otro»
ES DECIR A UN TIPO PENAL EN EL QUE, EL LUGAR DEL RESULTADO ES OCUPADO
POR UN CONTEXTO DE CONDICIONES A PARTIR DE LAS CUALES PUEDE
INFERIRSE EL RIESGO DE QUE SE PRODUZCA UNA LESIÓN DE UN BIEN JURÍDICO.
LA MATERIALIZACIÓN EVENTUAL DE UN RESULTDO DE LESIÓN (MUERTE O LESIÓN
GRAVE DE LA VÍCTIMA, SÓLO OPERA EN EL CASO COMO CIRCUNSTANCIA
AGRAVANTE EN LAS FIGURAS CALIFICADAS DEL 2DO Y 3ER PÁRRAFO.
b) EL SEGUNDO ASPECTO A CONSIDERAR ES QUE LAS FORMAS COMISIVAS
TÍPICAS INCLUIDAS EN LA LEY (MAL QUE LES PESE A QUIENES
PRENTENDEN MOSTRARLAS COMO EL PARADIGMA DE LOS DELITOS DE
OMISIÓN) DESCRIBEN COMPORTAMIENTOS ACTIVOS:
«…sea colocándolo en situación de desamparo, sea abandonando a su
suerte a una persona…»
COLOCAR EN SITUACIÓN DE DESAMPARO PRESUPONE QUE EL AUTOR,
MEDIANTE UN COMPORTAMIENTO ACTIVO, SACA A LA VÍCTIMA DEL SITIO EN
EL QUE RECIBE «AMPARO», Y LO CONDUCE A OTRO EN EL QUE CARECERÁ
DE ÉL (EXPOSICIÓN DE PERSONA).
ABANDONAR IMPLICA REALIZAR UN COMPORTAMIENTO ACTIVO DE
ALEJARSE DEL SITIO EN EL QUE SE ACOMPAÑA A LA VÍCTIMA, DEJÁNDOLA
SOLA (ABANDONO DE PERSONA).
B) Clasificación de los Tipos Penales.
- Cumplimiento de un Deber.
- Ejercicio de un Derecho.
c) Culpabilidad.
Para poder alcanzar la conclusión de que el autor debe ser sancionado por ese
ilícito, que el autor merece una pena por ese ilícito, debemos poder sostener que el
ilícito le es imputable como un fracaso individual, como una decisión del autor
contraria al orden jurídico.
Para poder afirmar que el autor ha decidido de modo deliberado y libre quebrantar el
orden jurídico, quebrantar una regla, no ha mostrado una vocación suficiente de
respetar el derecho, uno tiene que poder afirmar que el ilícito, la realización de una
acción típica antijurídica y culpable es su responsabilidad, no puede ser derivado
como responsabilidad de un tercero o no puede ser interpretado como una
desgracia.
Características.
Del artículo se desprende que debe analizarse la tipicidad objetiva y el dolo. Pero no
se consuma el delito, por una causa ajena a su voluntad.
El tipo del delito tentado es incongruente. Está el dolo completo pero los hechos no
son los que el autor quiso realizar. Las razones por las cuales el delito no se
consuma, el legislador le puede poner pena al delito tentado.
A pesar de que en la tentativa el dolo está completo y el aspecto externo está
incompleto. Siempre partimos por el tipo externo, vemos una conducta que
comunica una no aceptación de la vigencia de la norma.
Cuando alguien apunta a otro en la cabeza, es una conducta comunicativamente
relevante de homicidio. Por ende empezamos con el aspecto externo.
Desarrollo del Iter Criminis. (Camino del Delito). Etapas
C) Ejecución: El autor realiza los actos ejecutivos para llevar a cabo el hecho.
es imputable, ya que estamos ante un comportamiento que excede la esfera
privada.
Desistimiento en la Tentativa.
Dentro de los actos de ejecución, es decir, en la etapa ejecutiva del Iter Criminis; se
pueden distinguir dos tipos de tentativa según el nivel de desarrollo alanzado en la
implementación del plan del autor:
A) Tentativa Acabada: Cuando el autor, según su plan, realizo todos los actos
necesarios para que se consuma el delito y solo falta que se produzca el
resultado, pero este no se produce por causas ajenas a la voluntad del autor.
- Hay Desistimiento cuando el resultado no se produce por voluntad del autor. Luego
de la consumación, no hay posibilidad de desistir. El autor, cuando haya
desistimiento, no estará sujeto a pena. (Art. 43 CP).
- Requisitos del Desistimiento:
A) En la Tentativa Inacabada: El autor tiene que omitir continuar con las acciones
tendientes a la consumación; El desistimiento debe ser voluntario; Debe ser
definitivo.
B) En la Tentativa Acabada: Se acotan las posibilidades de desistir casi al mínimo
porque para desistir, el autor tendría que volver a dar marcha atrás a todo lo que
hizo; y así despejar todos los peligros que el introdujo para evitar que se produzca el
resultado. No debe subsistir un riesgo que el autor no pueda manejar.
El desistimiento excluye la pena de forma personal y es una excusa absolutoria
posterior al hecho. El desistimiento no afecta la punibilidad de todos aquellos
hechos que se hubiesen cometido en la ejecución del hecho delictivo.
b) Culpabilidad Insignificante.
C) Teoria Formal Objetiva: Solo puede considerarse autor a aquel que realiza
de propia mano el verbo típico, choca con el concepto de coautoría.
D) Teoria Material Objetiva: Tiene como meta diferenciar los aportes por la
trascendencia que cada uno de los intervinientes realiza en el hecho. No
distingue entre autor y partícipe necesario.
E) Teoria del Dominio del Hecho (La que está en uso actualmente): Es la
finalidad del hecho la que permite definir el concepto de acción. Es el autor
quien da sustento a la comisión del hecho y es quien tiene dominio sobre su
producción. Tiene el señorío respecto del hecho.
3 Formas de asumir el dominio del hecho:
A) Una persona tiene dominio del hecho porque ejecuta el mismo de propia
mano, realizando todas las acciones típicas.
d) Muchas veces ocurre que se denomina como autoría mediata a los casos en
donde existen algún tipo de error en el tipo objetivo en la ejecución de la
acción. Falta de comportamiento típico.
Punibilidad.
El delito, además de ser una acción típica, antijuridica y culpable, debe ser punible.
El comportamiento del sujeto debe estar atado a la posibilidad efectiva de que sea
sancionado.
En algunos casos la acción no es objeto de sanción, por ejemplo en:
A) Excusa Absolutoria.
Se trata de excusas personales, no se extiende a los demas participes. Se trata de
circunstancias puramente objetivas. Por ejemplo, están exentos de responsabilidad
por encubrimiento quien haya obrado en favor de su cónyuge.
B) Condiciones Objetivas de Punibilidad.
Se trata de casos donde la constatación de la pena no está relacionada con el
actuar del autor. Circunstancias que hacen que el autor sea punible por un hecho
que no depende de él. Por ejemplo, instigación al suicidio.
Concursos.
En el Código Penal se dan 2 órdenes distintos:
A) Concurso Real: Se da cuando una persona comete varios delitos
independientes entre sí, se intenta dar una única pena que refleje el conjunto
de las infracciones. Nuestra legislación sostiene que debe haber unificación
de las sanciones.
- La diferencia tiene que ver si estamos frente a 1 hecho o frente a varios hechos.
Tipos de Concursos.