SL2842 2022

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MARTÍN EMILIO BELTRÁN QUINTERO

Magistrado ponente

SL2842-2022
Radicación n.° 77827
Acta 29

Bogotá, D.C., nueve (9) de agosto de dos mil veintidós


(2022).

Decide la Corte los recursos de casación interpuestos


por ambas partes contra la sentencia proferida el 3 de
diciembre de 2015 por la Sala Laboral del Tribunal Superior
del Distrito Judicial de Bogotá, la cual fue aclarada y
complementada el 8 de julio de 2016, en el proceso
ordinario laboral que ANA MARÍA ZIRENE SEGEBRE
promueve contra NACIONAL DE VALORES S.A., que fue
absorbida mediante fusión por SERVIVALORES GNB
SUDAMERIS S.A. COMISIONISTA DE BOLSA.

I. ANTECEDENTES

La citada accionante inició proceso ordinario laboral, a


fin de que se condene a la demandada Nacional de Valores
S.A. a cancelar lo siguiente: i) la indemnización por

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terminación unilateral y sin justa causa del contrato de


trabajo, la cual debe liquidarse acorde al salario realmente
devengado; ii) la reliquidación de las vacaciones y aportes al
sistema de seguridad social en salud y pensiones, teniendo
en cuenta «el salario básico integral y su componente
variable»; iii) el reajuste de la licencia de maternidad, acorde
a las sumas realmente percibidas; iv) la indemnización
moratoria «por el no pago oportuno a la finalización del
contrato de trabajo del salario integral realmente devengado
con el correspondiente factor prestacional», toda vez que la
accionada «actuó de mala fe pretendiendo defraudar a la
trabajadora al no cancelar de manera completa y oportuna el
salario al que tenía derecho con base en las comisiones
causadas y canceladas a su favor derivada de la actividad
como Promotor Comercial»; v) la indexación de las sumas
adeudadas; vi) lo que resulte probado ultra o extra petita; y
vii) las costas y agencias en derecho.

En sustento de sus pretensiones, adujo, básicamente,


que a través de un contrato a término indefinido comenzó a
laborar para la demandada el 11 de octubre de 1999; que
se desempeñó como promotora comercial; y que el 23 de
abril de 2010 finalizó el nexo laboral por «justa causa
imputable al empleador».

Expuso que se acordó que la remuneración sería


mediante salario integral, el cual estaba conformado por un
«sueldo básico» y un ingreso variable correspondiente a las
comisiones mensuales derivadas de las transacciones que
se realizan en la Bolsa de Valores de Colombia, la cual

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estaba condicionada a que cumpliera con una meta


individual mensual; que para liquidar las aludidas
comisiones le efectuaban descuentos por «servicios de
bolsa», los cuales no autorizó; y que solo hasta el año 2001
las referidas «comisiones por concepto de la actividad
comercial» le fueron tenidas en cuenta como base para las
cotizaciones al Sistema de Seguridad Social Integral y las
vacaciones.

Relató que a partir del año 2002, la demandada le


ordenó «como requisito sine qua non para que se le
reconociera el pago de su salario variable mensual», que
debía «solicitar préstamos ficticios que posteriormente eran
condonados con el monto de las comisiones derivadas de la
actividad comercial», a lo cual tuvo que acceder; que esos
«supuestos préstamos» nunca fueron descontados del
salario básico, superaban el tope de descuentos de ley y que
no firmó autorización para ello; y que las comisiones que ya
se cancelaban en forma trimestral o semestral eran
«disfrazadas» bajo el rubro de «bonificaciones por mera
liberalidad o no salariales», de las que «descontaba los
préstamos que con anterioridad le había obligado a solicitar».

Expresó que las citadas bonificaciones retribuían


directamente el servicio, al punto que se cancelaban si
obtenía unos resultados de producción netos por encima
del punto de equilibrio del trimestre, tal como quedó
estipulado en un «otro si» al contrato de trabajo que ella no
firmó, lo cual tuvo efectos a partir del 1 de marzo de 2009.

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Arguyó que en el segundo semestre de 2009 el valor de


las comisiones se redujo, en razón a las continuas
incapacidades generadas por su estado de embarazo y a
que disfrutó una licencia de maternidad que le impidió
lograr los negocios que le generaban una comisión
«cuantiosa»; que la aludida licencia de maternidad fue
cancelada por la EPS Sanitas entre el 21 de diciembre de
2009 y el 14 de marzo de 2010, la que se liquidó sin tener
en cuenta el salario variable; y que la asignación salarial
mensual realmente percibida en el año 2007 fue de
$15.879.766, en el 2008 $21.666.166 y en 2009 por valor
de $14.351.858.

Afirmó que cuando salió a disfrutar la aludida licencia


de maternidad, la demandada ordenó que abrieran un cajón
de su escritorio en el cual guardaba información personal y
sustrajeron sus documentos y objetos personales sin
autorización, los cuales fueron archivados; que reclamó a la
empleadora por tal proceder y esta negó el conocimiento de
esos hechos; que no le fue otorgado el tiempo de lactancia;
que también le suprimieron el beneficio de parqueadero, del
cual había disfrutado por más de nueve años; que pese a
que la empleadora dio la aquiescencia para que realizara
actividades propias de un operador de bolsa y le otorgó los
elementos para que las cumpliera, en abril de 2010 fue
retirada de una rueda de negocios; luego se le remitió
comunicación solicitándole que se abstuviera de actuar en
el mercado de valores; y después le asignaron un puesto de
trabajo diferente.

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Esgrimió que, en razón a todos los hechos acontecidos,


presentó el 23 de abril de 2010 su renuncia con justa causa
imputable al empleador; que en la liquidación final no le
reconocieron los días sábado 24 y domingo 25 de abril, pese
a que laboró toda la semana, lo que evidencia un actuar de
mala fe; y que no le fue cancelada la indemnización por
terminación del contrato de trabajo sin justa causa.

Al dar respuesta a la demanda, la sociedad accionada


Servivalores GNB Sudameris S.A. Comisionista de Bolsa se
opuso a las pretensiones condenatorias. En relación con los
hechos, aceptó los relacionados con la existencia del
contrato de trabajo a término indefinido, los extremos de la
relación laboral y el pacto de salario integral; de los
restantes adujo que no eran ciertos.

En su defensa, manifestó que la actora se vinculó


como «trader» y luego se desempeñó como promotora
comercial; que para el ejercicio de algunas funciones de su
cargo y en virtud de una regulación posterior, era necesario
que contara con una certificación AMV, pese a ello no
presentó los exámenes para tal fin; que en su remuneración
no se estipuló el pago de comisiones; que la accionante
solicitó unos préstamos; que los hechos aducidos para la
finalización del vínculo laboral no se configuraron, aunado
a que se benefició de los mismos y de bonificaciones
durante muchos años, sin elevar algún tipo de queja o
inquietud; y que dicha trabajadora no laboró el viernes 23
de abril de 2010.

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Propuso como excepción previa la de inepta demanda,


la que se declaró no probada en la audiencia celebrada el 5
de septiembre de 2011; y de fondo las de inexistencia de las
obligaciones y derechos reclamados, pago, compensación,
cobro de lo no debido, enriquecimiento sin causa,
prescripción, falta de legitimación en la causa y buena fe.

II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Juzgado Catorce Laboral del Circuito de Bogotá,


mediante sentencia del 17 de julio de 2015, declaró que
entre las partes existió un contrato de trabajo a término
indefinido, el cual se desarrolló del 11 de octubre de 1999 al
23 de abril de 2010, cuando finalizó por renuncia
voluntaria de la demandante; absolvió a la demandada de
todas las pretensiones; declaró probada la excepción de
prescripción respecto de los «derechos laborales» causados
con anterioridad al 9 de septiembre de 2007; e impuso
costas a la actora.

Debe anotarse que frente a la prosperidad parcial de la


excepción de prescripción el a quo manifestó en sus
consideraciones:

En ese orden de ideas, a efectos de delimitar el objeto del litigio,


debe precisarse que cualquier derecho surgido de la relación de
trabajo y causado con anterioridad al 9 de septiembre de 2007 -
se encuentra prescrito-, acotándose que el citado fenómeno
extintivo de las obligaciones se propuso como excepción de
mérito con fundamento en el artículo 488 del CST, precepto
normativo que prevé la prescripción de los derechos laborales
reconocidos en ese estatuto, vencidos tres años desde que se
hicieron exigibles, término el cual a voces del artículo 151 del
Código Procesal del Trabajo puede ser interrumpido, por una
sola vez, y por un lapso igual, con la presentación del simple

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reclamo escrito por parte del empleado sobre un derecho


debidamente determinado y recibido por el empleador.

En el caso bajo examen, no se encuentra acreditada la


interrupción de la prescripción por un reclamo escrito de la
demandante, luego adoptándose como tal la fecha de
presentación de la demanda acaecida el 9 de septiembre de
2010, ciertamente los derechos laborales causados con
anterioridad al 9 de septiembre de 2007 se encuentran
prescritos.

III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

Por apelación de la demandante conoció la Sala


Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Bogotá, quien, con sentencia dictada el 3 de diciembre de
2015, complementada y adicionada el 8 de julio de 2016,
resolvió:

PRIMERO: COMPLEMENTAR Y ADICIONAR la parte resolutiva


de la sentencia proferida el 03 de diciembre de 2015, dentro del
proceso ordinario laboral promovido por ANA MARIA ZIRENE
SEGEBRE contra NACIONAL DE VALORES S.A., de
conformidad con lo expuesto, por lo tanto, para todos los
efectos quedará del siguiente tenor:

PRIMERO: REVOCAR la sentencia apelada y en consecuencia se


condena a la demandada al reconocimiento y pago de la
reliquidación de las vacaciones, aportes en seguridad social
integral (EPS, ARL, Fondo de Pensiones y Fondo de Solidaridad)
en los términos señalados en la parte motiva de la presente
providencia.

SEGUNDO: Se condena a la demandada al pago de


$13.069.583,15, por concepto de diferencia en el pago de las
vacaciones y la suma de $6.159.532,00 por concepto de
diferencia en el pago de la licencia de maternidad, sumas éstas
que deberán indexarse al momento del pago, de conformidad con
lo señalado en la parte considerativa de la presente sentencia.

TERCERO: CONDENAR a la demandada al pago de la


indemnización por despido sin justa causa, por la suma de
$49.381.824,07, la cual debe ser indexada al momento del pago.

CUARTO: En lo demás queda incólume la sentencia recurrida.

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QUINTO: Las costas de primera instancia a cargo de la parte


demandada y en favor de la parte actora.

SEXTO: Se condena en costas en esta instancia a la parte


demandada, y fíjense como agencias en derecho la suma de
$5.000.000,00.

El ad quem manifestó que acorde a lo argüido por la


apelante, le correspondía definir: i) si a la actora se le
adeuda «el pago del dominical y, en consecuencia, si tiene
derecho al pago del mismo y a la correspondiente
indemnización» moratoria; ii) si le cancelaron comisiones y
estas son o no constitutivas de factor salarial; y iii) si
procede la indemnización por despido indirecto.

Frente a la primera temática dijo que los trabajadores


que laboran todos los días de la semana tienen derecho al
descanso dominical remunerado, de allí que debía analizar
si la promotora del proceso prestó sus servicios el viernes
23 de abril de 2010, data en que finalizó el nexo laboral.

Indicó que si bien en la liquidación obrante a folio 354


del expediente se le cancelaron ocho días por la segunda
quincena de abril, es decir, como si hubiese laborado ese
día, lo cierto era que, la trabajadora en el interrogatorio de
parte confesó que presentó la carta de renuncia el referido
23 de abril a las 9:30 a.m. y posterior a ello salió de la
empresa, de modo que, al no haber laborado «la semana
completa» no había lugar «al pago ni tampoco en
consecuencia a sanción moratoria derivado del pretendido
incumplimiento».

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En lo que respecta al segundo aspecto objeto de


controversia, el juez colegiado aludió a los artículos 127 y
128 del CST; luego se refirió a los interrogatorios absueltos
por ambas partes, a lo manifestado por los testigos Rubiel
Mauricio Hincapié Salazar, Andrés Duarte Pérez, Gloria
Estella Pinilla de Torres, Martha Luz Mordecai Pueblo,
Javier Tomás Villadiego Cortina, Ana del Pilar Núñez
Marciales, Carmen Cecilia Otoya, Rafael Antonio Piedrahita,
Jaime Guarnizo Mosquera, Diva Fajardo Granados y Sara
Cecilia Mantilla Mantilla; y relacionó algunas probanzas de
carácter documental (f.o 3, 14 a 259, 383 a 525, 583 a 728
y 846 a 853), en las que constaba el contrato de trabajo, los
pagos efectuados a la actora, los préstamos solicitados por
la accionante, las bonificaciones canceladas y las
cotizaciones sufragadas a Sanitas EPS.

A partir de lo anterior, coligió que la promotora del


proceso, contrario a lo resuelto en primera instancia, según
los dichos de algunos de los testigos, percibía unas
comisiones, las que la empleadora decidió modificar en
cuanto a la forma de pago por su elevado costo, exigiendo la
suscripción de unos préstamos que luego compensaba bajo
la figura de bonificación por mera liberalidad; y además
destacó:

Igualmente se encuentra que también erró la Juez de instancia


cuando consideró que "a efectos de delimitar el objeto del litigio,
debe precisarse que cualquier derecho surgido de la relación de
trabajo y causado con anterioridad al 09 de septiembre de
2007- se encuentra prescrito"- ya que olvidó la Juez que en el
presente proceso se debaten derechos imprescriptibles como
son el pago de aportes al sistema de seguridad social y aun
cuando en el presente caso se demanda su reliquidación, la

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misma no prescribe tal y como lo ha señalado la H. Corte


Suprema de Justicia, por ejemplo como en la sentencias No.
35617 del 27 de enero de 2010 y 35554 del 08 de mayo de
2012, entre otras, por lo anterior, la Juez de instancia no debió
delimitar así el objeto del litigio toda vez que tal figura, esto es
la "fijación" del litigio tiene como fin establecer que hechos se
aceptan como ciertos, para excluirlos de prueba y por tanto del
debate, lo que lejos está de declarar probada de forma
anticipada una excepción como la de prescripción que requiere,
en este caso y se insiste del adelantamiento del juicio.
Manifestó que esas comisiones eran factor salarial,
pues esa connotación no depende de lo pactado por las
partes, ya que en el evento de retribuir el servicio e ingresar
al patrimonio del trabajador para su beneficio deben
considerarse como salario, y añadió:

Así las cosas es claro para esta Colegiatura, que la actora


devengó comisiones a lo largo de la relación laboral, las cuales
fueron disfrazadas por la empresa demandada, haciendo firmar
solicitudes de préstamos, préstamos que fueron certificados
mes a mes desde el año 2007, por la demandada, tal y como se
evidencia de la documental adosada a folios 233 a 234, siendo
claro para la Sala que riñe hasta con la lógica que un
empleador haga préstamos permanentes y que sin motivo
alguno no los cobre para luego después de manera curiosa
otorgar por el esfuerzo y colaboración bonificaciones producto
de una liberalidad, para que pague lo prestado. Vale también
destacar que no probó la demandada ni el desembolso de los
préstamos ni como manifestó en la contestación de la demanda
que se hubieren girado en favor de terceros.

Por lo precedente infirió que no se le adeudaba a la


actora valor alguno por comisiones.

Expuso que debía condenarse a la reliquidación de la


licencia de maternidad, como también de las cotizaciones
en materia de seguridad social integral, pues son
imprescriptibles, debiendo las entidades a las cuales se
encontraba afiliada la accionante efectuar las liquidaciones
correspondientes con sus intereses, teniendo en cuenta el

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cuadro adjunto a la sentencia correspondiente a los salarios


que «desde el año 2002» hasta el 2010, que para tal efecto
«se anexa a la presente providencia», pues antes el salario
variable sí era tenido en cuenta para el pago de aportes (f. o
864).

Frente a las vacaciones consideró el ad quem que era


viable reliquidarlas a partir del 9 de septiembre de 2007,
toda vez que las causadas con antelación estaban
prescritas, lo que arrojó la suma de $13.069.583.

Luego se ocupó de la procedencia de la indemnización


por despido indirecto y destacó que no era objeto de
discusión que el nexo de trabajo finalizó por decisión
unilateral de la trabajadora (f.o 350 a 352), en la que expuso
unas causas atribuibles a la empleadora, tales como: la
vulneración a su privacidad al tomarle documentos y
objetos personales que estaban bajo llave en su escritorio
cuando disfrutaba de la licencia de maternidad; la no
concesión de la hora de lactancia; el retiro del parqueadero
que usaba por más de nueve años; el trato humillante al ser
separada de una rueda de negocios el 7 de abril de 2010; y
que «el sistema de remuneración que tiene la empresa,
favorece a la demandada pero no a sus empleados, además
de no estar autorizado por la ley, ya que para acceder al
pago de las comisiones debe solicitar préstamos y cada seis
meses se las legalizan» a través de las denominadas
bonificaciones de mera liberalidad, procedimiento que es
«ilegal y afecta gravemente los derechos irrenunciables del
trabajador como son sus aportes a pensión y su licencia de

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maternidad, situaciones que constituyen un incumplimiento


grave de la empresa».
Frente a los hechos enrostrados por la trabajadora, el
juez colegiado dijo:

Ahora bien, en relación con los argumentos esgrimidos por la


parte actora, en su comunicación, se encuentra que en el punto
anterior, se estudió ampliamente lo relacionado con el
incumplimiento de la demandada en el pago de sus
obligaciones, estableciéndose claramente que ésta omitió tener
en cuenta para el cálculo de las vacaciones, licencia de
maternidad y aportes al sistema de seguridad social integral lo
relacionado con las comisiones, por lo que para la resolución de
este punto se reiteran los argumentos esgrimidos en el punto
anterior, y en consecuencia se encuentra demostrada esta
causal de terminación del contrato de trabajo, la cual la ley las
consagras (sic) en los numerales 6 y 8 del literal b) del art. 62
del C.S.T. y de la S.S., la cual hace referencia al incumplimiento
de las obligaciones por parte del patrono.

En esa medida, huelga concluir que la trabajadora cumplió con


la carga de probar una de las justas causas de terminación
unilateral del contrato de trabajo que le imputó al empleador,
frente a lo cual cabe advertir que siendo éstas variables
independientes y autónomas en la justificación del despido, a la
trabajadora le bastaba con demostrar la ocurrencia de alguna
de ellas para que se tenga por acreditada la justedad del mismo.

De conformidad con lo anterior se habrá de revocar igualmente


la sentencia apelada y se condenará a la demandada al pago de
la suma de $49´381.824,07 por concepto de indemnización por
despido sin justa causa.

Con posterioridad y como consecuencia de la solicitud


de aclaración de la sentencia elevada por la parte actora, el
juez plural dispuso incluir en la parte resolutiva de la
decisión la condena impuesta por indemnización por
despido sin justa causa; así mismo señaló que no había
lugar a cancelar intereses por el pago deficitario de los
aportes en materia de seguridad social; y ordenó la
indexación de las condenas impuestas por indemnización
por despido indirecto y por la reliquidación de las

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vacaciones y de la licencia de maternidad.

IV. RECURSOS DE CASACIÓN

Interpuestos por las partes, concedidos por el Tribunal


y admitidos por la Corte, se procede a resolverlos. Por
cuestión de método, la Sala iniciará el estudio del
formulado por la parte demandada.

V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN DE NACIONAL


DE VALORES S.A., que fue absorbida mediante fusión
por SERVIVALORES GNB SUDAMERIS S.A.
COMISIONISTA DE BOLSA.

Pretende que se case la sentencia de segundo grado


para que, en sede de instancia, se confirme el fallo del a
quo. En subsidio de lo anterior y en el evento de considerar
que procede el pago de la indemnización por despido sin
justa causa, se «liquide en los términos de ley».

Con tal propósito formula dos cargos, que son


replicados, los cuales se resolverán en el orden propuesto.

VI. CARGO PRIMERO

Acusa la sentencia de vulnerar la ley por la vía directa,


en la modalidad de aplicación indebida de los artículos 62 y
64 del CST.

Expresa que en razón a la orientación del ataque no

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discute las conclusiones fácticas a las que arribó el ad


quem y expone lo siguiente:

En cuanto se refiere a los hechos que de acuerdo con la


sentencia configuran la causal para la terminación del contrato
de trabajo que se dio por probada, de acuerdo con la propia
sentencia el pago de comisiones, mediante préstamos después
compensados con bonificaciones, comenzó en Junio de 2002
(Fl. 1135 casi 8 años antes de la renuncia de la demandante) y
finalizó en Abril de 2009 (Fl. 1137 cerca de un año antes de la
renuncia de la demandante).

En ese orden de ideas, resulta claro que transcurrió un periodo


de tiempo bastante amplio y más que razonable entre la fecha
de ocurrencia de los hechos que fundamentaron la renuncia
motivada presentada por la demandante (entre Junio de 2002 y
Abril de 2009) y la fecha en que ésta alegó la existencia de una
justa causa para finalizar su contrato de trabajo (Abril 23 de
2010 (Fl. 1114).

Expone que la jurisprudencia de esta Corte ha exigido


que los hechos que sirvan de soporte para invocar una justa
causa de terminación del contrato de trabajo, deben
alegarse en forma oportuna, de modo que no quede duda
que realmente son la razón que genera la finalización del
nexo laboral, pues no pude pretenderse que el motivo se
mantenga indefinido en el tiempo.

Indica que el principio de oportunidad también aplica


tratándose de un despido indirecto, tal como se plasmó en
la sentencia CSJ SL2412-2016, de la cual cita un pasaje.

Colige que en la decisión cuestionada se aplicaron de


forma indebida las disposiciones denunciadas, pues se
tuvieron en cuenta unos hechos que «en el mejor de los
casos», ocurrieron «un año antes de la presentación de la
renuncia motivada, lo que permite concluir que dichas

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normas resultaban para abril de 2010 inaplicables respectos


de los hechos alegados por la demandante como justa causa
para la finalización de su vínculo laboral».

Por otra parte, especifica que en el evento en que se


considere que sí procede la indemnización por despido
indirecto, fue liquidada desconociendo el contenido del
artículo 64 del CST. Al efecto expone lo siguiente:

[…] a pesar que en la sentencia se deja expresa claridad sobre el


salario devengado por la demandante al momento de
terminación de su contrato de trabajo y que dicho monto era
superior a 10 smlmv; se le da aplicación al momento de liquidar
la indemnización por despido de la demandante al literal a) del
artículo 64 del C.S.T., es decir la tabla indemnizatoria aplicable
a trabajadores que devengan menos de 10 smlmv, en vez de
aplicar el literal b) de la misma norma que corresponde a
trabajadores con salarios iguales o superiores a 10 smlmv.

Arguye que, conforme a los salarios relacionados en la


sentencia confutada, el percibido por la actora al momento
de su finalización correspondía a la suma de $6.695.000, el
cual sirve de base para la cuantificación de dicha
indemnización, de este modo, aplicando el literal b) del
artículo 64 del CST, el valor a cancelar corresponde a
$36.376.156, que equivale a 163 días de salario por los 10
años, 6 meses y 13 días que duró el nexo de trabajo.

Agrega que la anterior equivocación no corresponde a


un simple error de transcripción o aritmético, sino a la
aplicación equivocada de las tablas indemnizatorias
previstas en la ley.

VII. LA RÉPLICA

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La demandante se opone a la prosperidad del


ataque, para lo cual esgrime que no existe extemporaneidad
en los motivos aducidos para la terminación del contrato de
trabajo, pues las causales expresadas por la trabajadora
fueron de ocurrencia reciente, además que lo relacionado
con el no pago completo de la seguridad social corresponde
a una obligación de tracto sucesivo que se generó durante
todo el nexo laboral.

Frente a la liquidación de la indemnización por


despido indirecto, asegura que no se advierte una
equivocación del juez plural.

VIII. CONSIDERACIONES

En el sub lite, conforme se desprende de la


sustentación de este cargo orientado por la senda directa,
los problemas puestos a escrutinio de la Sala consisten en
dilucidar, en primer lugar, si el fallador de segundo grado
se equivocó al no advertir que la determinación de dar por
terminado el vínculo laboral por parte de la trabajadora
por razones imputables al empleador, fue inoportuna, en
tanto no existió inmediatez entre la ocurrencia de los
hechos endilgados y la calenda en que se adoptó la
decisión del finito contractual; y en segundo lugar, solo en
el evento en que se considere que el ad quem acertó al
reconocer la indemnización por justa causa, entrar a
verificar si su cuantificación corresponde a las pautas y
parámetros fijados por el legislador.

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Como se recuerda, el juez colegiado, en punto a lo que


es objeto de discusión en esta acusación, consideró que en
el plenario estaba acreditado que la accionante tomó la
determinación de finalizar el vínculo laboral, quien esgrimió
que el empleador incurrió en diferentes causales,
consistentes en: que violó su privacidad; que no le concedió
la hora de lactancia a que tenía derecho; que le fue retirado
el parqueadero que tenía asignado desde hacía más de
nueve años; que recibió un trato humillante el 7 de abril de
2010 cuando fue separada de una rueda de negocios; y que
el sistema de remuneración no estaba autorizado, era ilegal
y afectaba sus derechos irrenunciables, entre ellos, los
aportes al sistema de seguridad social integral. Luego el
Tribunal estableció que la última situación estaba
debidamente acreditada y se enmarcaba en los numerales 6
y 8 del literal b) del artículo 62 del CST, sin que fuera
necesario demostrar algún otro hecho imputado al
empleador. Por lo anterior, condenó al pago de la
indemnización por despido indirecto.

Previo a efectuar el estudio correspondiente, conviene


recordar que el despido indirecto o autodespido producto de
la determinación del trabajador, se configura cuando el
empleador incurre en alguna o algunas de las causales
previstas en el literal b) del artículo 7 del Decreto 2351 de
1965, que modificó el artículo 62 del CST, así se expuso en
sentencia CSJ SL14877-2016, rad. 48885, en la que se dijo
que: «El despido indirecto producto de la renuncia del
trabajador, se configura cuando el empleador incurre en

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alguna o algunas de las cuales previstas en el literal B del


art. 7º del Decreto 2351 de 1965 que modificó el art. 62 del
CST».

Por otra parte, si bien se ha señalado que, frente a un


despido, basta con acreditar la terminación del contrato de
trabajo para impetrar judicialmente los efectos de su
finalización injusta; para el caso del «despido indirecto»,
también le corresponde al trabajador demostrar que la
decisión de poner fin al vínculo obedeció, se itera, a justas
causas o motivos atribuibles al empleador.

Ahora, para que esa modalidad de despido produzca


los efectos indemnizatorios legales, no solo es necesario que
tal decisión por iniciativa propia del trabajador obedezca
efectivamente a los motivos consignados por causas
imputables al empleador, previstos en la ley, sino que los
mismos también deberán ser comunicados de manera clara
y precisa a la empresa. Adicionalmente, las razones que
justifican esa decisión de terminar el nexo de trabajo deben
ser expuestas por el empleado con la debida oportunidad, a
fin de que no haya lugar a duda acerca de las razones que
dieron origen a la ruptura del contrato. Lo anterior quedó
condensado en sentencia CSJ SL, 26 jun. 2012, rad. 44155,
en la que se dijo:

El despido indirecto o autodespido es el resultado del


comportamiento que de manera consciente y por iniciativa
propia hace el trabajador a fin de dar por terminada la relación
laboral, por justa causa contemplada en la ley, imputable al
empleador. Esta decisión debe ser puesta en conocimiento a
este último, señalando los hechos o motivos que dieron lugar a
la misma, además de ser expuestos con la debida oportunidad a

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Radicación n.° 77827

fin de que no quede duda de cuáles son las razones que dieron
origen a la finalización de la relación laboral.

Y en decisión CSJ SL2412-2016, a la que alude la


censura en el cargo, se señaló:

Empero, existen ocasiones en la que pese a que es el trabajador


quien toma la determinación de dar por terminado el vínculo
laboral, se habla de despido –indirecto-. Ello tiene ocurrencia
cuando el empleador ha incurrido en conductas que se
enmarcan dentro de las taxativamente señaladas en el lit. b del
art. 62 del CST y, a consecuencia de ello, el trabajador se ve
forzado a concluir su contrato laboral de manera anticipada.

Ahora, para que esa modalidad de despido produzca los efectos


legales, no solo es necesario que tal decisión obedezca a los
motivos consignados, en principio, en la ley, sino que ellos,
deberán ser necesariamente comunicados de manera clara,
precisa y por escrito al empleador.

Adicionalmente, las razones que justifican esa terminación,


deben ser expuestas con la debida oportunidad, a fin de que no
haya lugar a duda acerca de las razones que dieron origen a tal
terminación.

Y es que en realidad, la decisión de finiquitar el vínculo


contractual en esas condiciones debe realizarse dentro de un
término prudencial, razonable, de suerte que no exista duda de
que el motivo que se alega como originario del mismo, en
realidad lo es; es decir, que se evidencie el nexo causal entre
uno y otro, lo que lógicamente, no implica que el despido
indirecto deba darse de manera inmediata o coetáneamente con
el hecho generador del mismo.

No obstante lo anterior, eventualmente pueden ocurrir


situaciones en que resulte imposible cumplir con ese postulado
de término razonable y, en tales eventos, le corresponderá,
precisamente al trabajador, demostrar que dicha dilación no fue
injustificada

Emerge entonces que la razón por la cual se ha exigido


el cumplimiento de la inmediatez está originada en que el
tiempo transcurrido en demasía entre la ocurrencia de los
hechos y la decisión de finiquitar el vínculo laboral, rompe
el nexo causal que debe existir entre el motivo alegado y la
terminación unilateral del contrato, de allí que, debe

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 77827

transcurrir un tiempo razonable.

Partiendo del anterior marco conceptual respecto al


despido indirecto o autodespido, la censura cuestiona,
como ya se dijo, la falta de oportunidad entre el momento
en que ocurrió el hecho alegado y la data en que la
promotora del proceso adoptó la decisión de finalizar el
vínculo de trabajo, pues consideró que entre uno y otro
hecho transcurrió un año.

Al respecto, debe decirse que lo argüido por la


sociedad recurrente sobre la inmediatez de la determinación
de la trabajadora, no puede estimarse como un argumento
novedoso que solo se plantea en la esfera casacional, en la
medida que cuando se dio respuesta al escrito inaugural
adujo que la accionante se benefició durante muchos años
de las bonificaciones reconocidas, sin que hubiera alegado
algún tipo de reparo con anterioridad a su renuncia.

Sin embargo, la fundamentación de la censura no es


exacta frente a los hechos colegidos por el ad quem, en la
medida que parte del supuesto de que esa clase de
remuneración con bonificaciones «finalizó en Abril de 2009»;
lo cual no es cierto, ya que lo considerado por el Tribunal
fue que no se habían demostrado más pagos de esa
naturaleza con posterioridad a ese mes, pero no que esa
forma de retribuir el servicio se hubiese modificado o
cesado en ese año 2009.

De ahí que, con relación a la inmediatez, debe tenerse

SCLAJPT-10 V.00
20
Radicación n.° 77827

en cuenta que la retribución con el pago de comisiones, sin


que se considerara con incidencia en la cancelación de los
aportes a la seguridad social, se mantuvo hasta la fecha de
terminación de la relación laboral, pues no existe prueba en
el plenario sobre una modificación en la forma de
remunerar el servicio, cuya connotación salarial fue lo que
se invocó por la trabajadora en la carta de autodespido; y si
bien es cierto que transcurrió un tiempo considerable entre
abril de 2009 y la fecha de retiro, 23 de abril de 2010, en
un principio podría pensarse que el despido indirecto
fundado en este motivo fue inoportuno; sin embargo, la
Sala debe destacar que es un hecho indiscutido, dada la
orientación directa del cargo, que la actora invocó en la
carta con la cual puso fin al vínculo otras razones que
asevera, desde la demanda inicial, acaecieron de manera
posterior a abril de 2009 cuando se pagó la última
comisión, lo que permite concluir que dicha comunicación
con destino a la empleadora se hizo en su debida
oportunidad.

En ese orden de ideas, hechas las anteriores y


necesarias precisiones, en atención a la senda jurídica bajo
la cual se edificó el ataque, no es objeto de discusión los
siguientes aspectos fácticos que tuvo por acreditado el juez
plural en el proceso: i) que los hechos que dieron lugar a la
terminación del contrato laboral por parte de la
demandante, consistieron en el incumplimiento de la
demandada en el pago de las obligaciones, pues se omitió
tener en cuenta las comisiones como salario; ii) que la
anterior situación se presentó desde «el año 2002» y esa

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 77827

modalidad de pago se mantuvo hasta la culminación del


contrato de trabajo, lo cual tuvo su causa en el despido
indirecto invocado por la trabajadora; y iii) que la
finalización del vínculo se produjo el 23 de abril de 2010.

De acuerdo con el anterior itinerario y contrastado con


el criterio jurisprudencial existente respecto a la inmediatez,
que no significa simultaneidad, se colige que la decisión de
dar ruptura al nexo de trabajo, en el caso en particular, no
fue extemporánea, pues conforme a la establecido por el
juez colegiado, el incumplimiento del empleador en sus
obligaciones permaneció hasta la terminación de vínculo,
con independencia de que se hubiera presentado durante
alrededor de ocho años y, por ende, no existe duda de la
relación de causalidad entre el motivo esgrimido para
proceder la actora con la renuncia provocada o
autodespido.

Aquí resulta oportuno recordar, que la Corte ha


considerado que tratándose de conductas continuadas del
empleador en el incumplimiento de sus obligaciones que se
mantienen hasta el final de la relación, como aquí ocurre, la
paciencia o tolerancia del trabajador frente a las mismas no
obstaculiza su alegación como causa justificativa de la
ruptura contractual. Así se expuso en la sentencia CSJ
SL11253-2015, en la que se dijo:

Por otra parte, para ahondar en razones, la fundamentación


dada para invocarla no es exacta, por cuanto las causas
comprobadas atribuibles al empleador que llevaron al
extrabajador a renunciar no solo fueron que lo hayan dejado sin
funciones, sino el trato degradante propiciado al rebajarle su

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 77827

jerarquía y desmejorarle su puesto de trabajo, condiciones estas


que, conforme a la establecido por el tribunal, permanecieron
hasta el final de la relación, por tanto, a pesar de que el
demandante toleró la situación por cerca de dos años, no
incurrió en yerro fáctico evidente el ad quem al no deducir de
tal situación la falta de inmediatez, pues en ningún momento
puede predicarse que su paciencia se debió a que hubiere
consentido o condonado el mal trato recibido, sino que lo hizo
porque no tenía otra alternativa más a la de seguir laborando
para la empresa, por su condición de asalariado.

Resta agregar que la sentencia o antecedente a la que


aludió la censura en el cargo, de la cual incluso transcribió
un pasaje, resolvió un caso diferente al que aquí se estudia,
en tanto en esa ocasión se trató de un trabajador que pese
a conocer «desde Julio 25 de 2001» de la omisión de la
empleadora en el pago de unos precisos periodos en materia
pensional anteriores al año 1984, solo finalizó el contrato de
trabajo después de transcurridos «más de 6 años y 7 meses»
de estar enterado de esa situación, sin que hubiera
acreditado las razones que justificaran esa decisión tardía
de finalizar el contrato de trabajo, lo cual difiere, se insiste,
de lo que tuvo por acreditado en el presente asunto el juez
colegiado, pues el desconocimiento de las comisiones como
factor salarial, fue una circunstancia sucesiva que
permaneció hasta la finalización del vínculo.

En ese orden de ideas, el juez de apelaciones no se


equivocó al considerar procedente el pago de la
indemnización por despido indirecto o autodespido.

Resuelto lo anterior, le corresponde a la corporación


definir como segundo problema jurídico, si el Tribunal erró
al aplicar indebidamente el literal a) del artículo 64 del CST,

SCLAJPT-10 V.00
23
Radicación n.° 77827

con la modificación introducida por el artículo 28 de la Ley


789 de 2002, para efectos de tasar la indemnización por
despido indirecto.

Para la censura, en el caso en particular, la


liquidación de dicha indemnización debía efectuarse acorde
al literal b) de la referida disposición, por percibir la
trabajadora un salario superior a los 10 SMLMV y, por ello,
se equivocó la alzada en el monto de la condena impuesta.

Dada la senda directa seleccionada para orientar el


ataque, no hay discusión frente a los siguientes supuestos
fácticos: i) que el contrato de trabajo a término indefinido,
que genera la indemnización por despido sin justa causa,
estuvo vigente entre el 11 de octubre de 1999 al 23 de abril
de 2010; y ii) que el último salario promedio devengado por
la promotora del proceso correspondió a la suma de
$6.695.000 (f.o 1144 cuadro liquidación anexa a la
sentencia de segundo grado).

El precepto legal mencionado señala:

ARTICULO 64. TERMINACION UNILATERAL DEL CONTRATO


DE TRABAJO SIN JUSTA CAUSA. En todo contrato de trabajo
va envuelta la condición resolutoria por incumplimiento de lo
pactado, con indemnización de perjuicios a cargo de la parte
responsable. Esta indemnización comprende el lucro cesante y
el daño emergente.

En caso de terminación unilateral del contrato de trabajo sin


justa causa comprobada, por parte del empleador o si éste da
lugar a la terminación unilateral por parte del trabajador por
alguna de las justas causas contempladas en la ley, el primero
deberá al segundo una indemnización en los términos que a
continuación se señalan:

En los contratos a término fijo, el valor de los salarios

SCLAJPT-10 V.00
24
Radicación n.° 77827

correspondientes al tiempo que faltare para cumplir el plazo


estipulado del contrato; o el del lapso determinado por la
duración de la obra o la labor contratada, caso en el cual la
indemnización no será inferior a quince (15) días.

En los contratos a término indefinido la indemnización se


pagará así:

a) Para trabajadores que devenguen un salario inferior a diez


(10) salarios mínimos mensuales legales:

1. Treinta (30) días de salario cuando el trabajador tuviere un


tiempo de servicio no mayor de un (1) año.

2. Si el trabajador tuviere más de un (1) año de servicio


continuo se le pagarán veinte (20) días adicionales de salario
sobre los treinta (30) básicos del numeral 1, por cada uno de los
años de servicio subsiguientes al primero y proporcionalmente
por fracción;

b) Para trabajadores que devenguen un salario igual o superior


a diez (10), salarios mínimos legales mensuales.

1. Veinte (20) días de salario cuando el trabajador tuviere un


tiempo de servicio no mayor de un (1) año.

2. Si el trabajador tuviere más de un (1) año de servicio


continuo, se le pagarán quince (15) días adicionales de salario
sobre los veinte (20) días básicos del numeral 1 anterior, por
cada uno de los años de servicio subsiguientes al primero y
proporcionalmente por fracción.

PARÁGRAFO TRANSITORIO. Los trabajadores que al momento


de entrar en vigencia la presente ley, tuvieren diez (10) o más
años al servicio continuo del empleador, se les aplicará la tabla
de indemnización establecida en los literales b), c) y d) del
artículo 6o. de la Ley 50 de 1990, exceptuando el parágrafo
transitorio, el cual se aplica únicamente para los trabajadores
que tenían diez (10) o más años el primero de enero de 1991.

Conforme a la norma en cita, se infiere que se aplica el


literal b) de dicho precepto para asuntos en los que la
vinculación laboral fue a través de un contrato de trabajo a
término indefinido y con un salario superior a 10 salarios
mínimos legales mensuales vigentes; presupuestos que aquí
se cumplen, en tanto, el contrato era a término indefinido y

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 77827

el salario percibido para el año 2010 correspondía a la


suma de $6.695.000, año en el cual el salario mínimo legal
según el Decreto 5053 de 2009 correspondía a la cantidad
de $515.000 y, por tanto, diez salarios ascendían a
$5.150.000.

Lo anterior quiere decir que, le asiste la razón a la


censura en este preciso reproche, en la medida que el
fallador de alzada debió aplicar el referido literal b), es decir,
por el primer año de servicios se pagan 20 días de salario y,
por cada año subsiguiente, 15 días de salario adicionales y
proporcional por fracción.

En otras palabras, al haber trabajado la actora del 11


de octubre de 1999 al 23 de abril de 2010, esto es, 10 años,
6 meses y 12 días, le corresponde una indemnización por
despido unilateral y sin justa causa derivado del
autodespido, el equivalente a 163 días de salario, lo que
totaliza $36.376.167 y no los $49.381.824,07 que
equivocadamente fijó el ad quem y, por ende, cometió el
yerro jurídico endilgado.

Por manera que, se casará la sentencia recurrida,


únicamente en cuanto el Tribunal liquidó equivocadamente
la indemnización por despido, al no aplicar el literal b) del
artículo 64 del CST, que era el que regía la situación objeto
de debate.

IX. CARGO SEGUNDO

SCLAJPT-10 V.00
26
Radicación n.° 77827

Denuncia la sentencia de segundo grado de vulnerar la


ley por la vía directa, por aplicación indebida de los
artículos 488 del CST y 151 del CTPSS.

La parte impugnante expone que, las normas


denunciadas señalan que las acciones emanadas de las
leyes sociales prescriben en tres años, contados a partir de
su exigibilidad.

Sostiene que no discute la postura jurisprudencial


relativa a la imprescriptibilidad de los aportes en materia
pensional, de allí que no «discutirá la decisión de no aplicar
el término de prescripción de tres años respecto de los
aportes a pensión que se ordenó realizar en la sentencia
atacada», circunscribiendo su disenso a que se hubiera
condenado a reliquidar las cotizaciones en materia de salud
y riesgos laborales, en dicho sentido aduce lo siguiente:

Es cierto que los aportes en riesgos laborales permiten


eventualmente acceder a la pensión de invalidez o
sobrevivientes frente a accidentes laborales o enfermedades
profesionales que deriven en pérdidas definitivas de la
capacidad laboral por encima del 50%, sin embargo, este no es
el caso, pues no se solicita por parte de la demandante el
reconocimiento de pensión de origen profesional.

Siendo claro que en el presente evento no se materializaron


accidentes laborales o enfermedades laborales que permitan
acceder a una pensión a cargo de dicho sistema, no hay
fundamento para afirmar que no aplica la regla general de
prescripción respecto de los aportes a riesgos laborales de la
demandante.

En cuanto a los aportes al sistema general de salud, éstos en


ningún caso financian el reconocimiento de pensiones a cargo
del sistema de seguridad social, por lo que no hay razón
valedera para afirmar que se trate de obligaciones de carácter
imprescriptible como Afirma el Ad Quem en su sentencia, de
manera que frente a los aportes en salud también debe

SCLAJPT-10 V.00
27
Radicación n.° 77827

aplicarse el término general de prescripción de tres años


contemplado en las dos disposiciones legales que se denuncian
como aplicadas indebidamente.

Por lo dicho, solicita que se aplique el término


prescriptivo frente a esos aportes de riesgos laborales y
salud, más no pensión, lo que implica que solo procede el
pago de las cotizaciones para esas contingencias que se
generaron entre el 9 de septiembre de 2007 y el 23 de abril
de 2010.

X. LA RÉPLICA

La promotora del proceso se opone a la prosperidad


del ataque, para tal fin esgrime que lo decidido por el
fallador de alzada se acompasa con la jurisprudencia de la
Corte Suprema de Justicia sobre la imprescriptibilidad de
los aportes en materia de seguridad social integral, sin
excluir alguno de sus subsistemas.

XI. CONSIDERACIONES

En el presente asunto la temática que somete el


recurrente a consideración de la Sala, consiste en
determinar jurídicamente si tratándose de cotizaciones en
materia de salud y riesgos laborales opera el término
prescriptivo de tres años consagrado en los artículos 488
del CST y 151 del CPTS, sin que resulte aplicable o
extensible la jurisprudencia que la Corte tiene fijada
respecto a la imprescriptibilidad de los aportes en pensión.

En este orden, el problema jurídico a dilucidar se

SCLAJPT-10 V.00
28
Radicación n.° 77827

contrae en establecer si el juez plural se equivocó, al


estimar que era imprescriptible el pago de los aportes a
riesgos laborales y salud.

Al respecto, la Corte en la sentencia de instancia CSJ


SL, 8 may. 2012, rad. 35554, consideró la improcedencia de
impartir condena por pagos deficitarios en materia de
salud, pues el reconocimiento de las prestaciones que ese
subsistema cubre, está ligado a las semanas cotizadas y no
al IBC. Al efecto en la aludida decisión se dijo:

En cuanto al déficit en los aportes a salud debe decirse que no


corren la misma suerte, por las razones que a continuación se
indican, y de las cuales, cabe decir, no hay que discernir lo
referente a la excepción de prescripción planteada por el
demandado.

En el sub examine, se itera, el empleador efectuó los aportes en


salud, en el entendido de la base salarial devengada por la
actora sin que fueran incluidas las comisiones. Téngase en
cuenta que ese fue el origen de la controversia que se fincó
entre las partes.

Bajo ese horizonte, es de resaltar que, ante una eventual


contingencia en la salud de la demandante, ésta se encontraba
con cobertura total de todos los riesgos - enfermedad común o
profesional, accidente de trabajo o maternidad-, lo que no
sucedió en este interregno.

Ahora bien, si hacemos alusión al tema de las preexistencias,


reguladas por el artículo 164 de la Ley 100 de 1993, vemos que
éstas aluden a los períodos mínimos de cotización y no al IBC
en sí mismo.

Por otro lado, no es aplicable el parágrafo del artículo 3 del


Decreto 510 de 2003, dado que sus efectos no son retroactivos.

Acompasando, tenemos que no hay lugar a proferir condena a


posteriori, por aportes en salud, pues ellos tienen razón de ser
durante la relación laboral y no después; téngase en cuenta que
lo que requiere el sistema, son semanas cotizadas y, no cuantía
de las mismas.

SCLAJPT-10 V.00
29
Radicación n.° 77827

Y también esta corporación estimó que, tratándose de


la omisión de los aportes en salud, lo que procede «es la
reparación de perjuicios que el trabajador acredite haber
sufrido por esa omisión del empleador, o el reintegro de los
gastos que se vio obligado a llevar a cabo por no tener la
atención y cubrimiento» (CSJ SL3009-2017).

Posturas estas que llevarían, en principio, a considerar


a que nada se opone a declarar la prescripción de aquellos
aportes en salud que se reclamaron después de tres años de
haberse hecho exigibles, tal como lo sostiene la censura.

Sin embargo, en decisión más reciente la Corte expuso


que, en materia de salud, la cancelación de las cotizaciones,
son obligatorias «así no se hubiera disfrutado el servicio,
debido al carácter contributivo del sistema, a la necesaria
financiación de cuentas de solidaridad como la del FOSYGA
y a la posible afectación de las prestaciones que debe
reconocer el sistema» (CSJ SL1064-2018).

Línea de pensamiento que fue refrendada en la


sentencia CSJ SL2484-2018, en la que se adoctrinó el
carácter imprescriptible de las cotizaciones en salud, pues
sobre el particular se indicó lo siguiente:

Se aclara que tal medio exceptivo no afecta el reclamo de las


cotizaciones en pensiones y salud, toda vez que la
jurisprudencia de la Corporación ha doctrinado que son
imprescriptibles las peticiones relacionadas con el salario por
los mencionados aportes, toda vez que con esos valores se
liquidan las prestaciones económicas que reconoce el sistema y,
por tanto, son un aspecto jurídico esencial de las mismas (CSJ
SL4439-2017). (Subraya la Sala).

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 77827

En ese orden, no se equivocó el juez plural al condenar


al pago de los aportes en materia de salud que fueron
realizados de forma deficitaria por la empleadora, sin tener
en cuenta prescripción alguna, pues, conforme al
precedente que se acaba de transcribir, su reclamación se
puede efectuar en cualquier tiempo.

Ahora bien, cuestión distinta ocurre en materia de


riegos profesionales o laborales, pues frente a este
subsistema se ha estimado que ni siquiera procede el pago
de las cotizaciones dejadas de cancelar ni su reajuste. En
efecto, en la aludida decisión CSJ SL, 8 may. 2012, rad.
35554, se puntualizó:
Finalmente, no se accederá a la reliquidación de las
cotizaciones al sistema de riesgos profesionales, como quiera
que la finalidad de éstos es cubrir las posibles contingencias de
los riesgos propios del trabajo, es decir, los accidentes y las
enfermedades profesionales que se pudieran presentar en
vigencia de la relación laboral, por lo que, en la actualidad,
finalizada la de la demandante desde el 6 de abril de 1999, no
resulta procedente impartir condena por este concepto.

Postura que se mantiene, tal como se dijo en la citada


sentencia CSJ SL1064-2018, en la que se indicó:

En lo que tiene que ver con el sistema de riesgos profesionales,


la falta de pago de las cotizaciones genera otras consecuencias
legales, de manera que no es procedente su pago, como sí
sucede con el sistema de pensiones, en el cual la omisión afecta
la configuración del derecho a la pensión, y con el sistema de
salud, cuyos aportes resultan obligatorios, como ya se dijo.

En ese orden de ideas, en correspondencia con lo


solicitado por la censura en el desarrollo del cargo, en
donde reclamó que se aplique la prescripción sobre esos
aportes a riesgos laborales y no su desestimación, se casará

SCLAJPT-10 V.00
31
Radicación n.° 77827

la sentencia únicamente en cuanto no declaró probado ese


medio exceptivo respecto a esta clase de aportes.

Sin costas en el recurso extraordinario de casación


dada la prosperidad parcial de ambos cargos.

XII. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN DE LA


DEMANDANTE ANA MARÍA ZIRENE SEGEBRE.

Solicita que se case parcialmente la sentencia del


Tribunal, en cuanto absolvió a la demandada de la
indemnización moratoria consagrada en el artículo 65 del
CST y, en sede de instancia, revoque el fallo del a quo que
negó ese pedimento, así mismo se incrementen las agencias
en derecho señaladas por el juez colegiado.

Con tal propósito formula un cargo, que es replicado


por la sociedad accionada.

XIII. CARGO ÚNICO

Acusa la decisión de vulnerar la ley sustancial por la


vía directa, en la modalidad de aplicación indebida de los
artículos 65 del CST y 29 de la Ley 789 de 2002.

Como sustento del cargo, aduce que el juez de


segundo grado se equivocó al no condenar a la
indemnización moratoria «solicitada en la demanda por la
falta de pago completo de las cotizaciones a los entes de
seguridad social», en particular en materia pensional.

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Radicación n.° 77827

Sostiene que la pensión de vejez o de jubilación se ha


considerado como una «prestación social», de allí que si el
empleador no cotiza conforme al salario realmente percibido
por el trabajador, se genera a su cargo la indemnización
moratoria consagrada en el artículo 65 del CST, empero el
colegiado omitió exponer «en la parte motiva de su sentencia
razón alguna para no aplicar el artículo 65 […] que para
efectos de la modalidad de casación, como lo ha señalado
esa Honorable Corporación constituye una aplicación
indebida de la norma».

Transcribe el parágrafo 1 del artículo 29 de la Ley 789


de 2002 y afirma que en sentencia CSJ SL, 17 jul. 2013,
rad. 42120, se explicó que la finalidad de esa disposición es
garantizar el pago oportuno de los aportes al sistema de
seguridad social y parafiscales, postura que se acompasa
con la exposición de motivos del proyecto que dio lugar a la
referida ley.

Explica que «lo consagrado por la norma tiende a la


coerción como mecanismo para la viabilidad del sistema
precisamente por lo que podría denominarse como sanción al
moroso»; y luego estima que:

[…] en el caso presente el Honorable Tribunal ha debido aplicar


el artículo 65 de C.S.T. en armonía con lo dispuesto por el
parágrafo 1º del artículo 29 de la Ley 789 de 2002, porque la
sociedad demandada no pagó en forma correcta durante el
periodo comprendido del 1° de enero de 2002 a la fecha de la
terminación del contrato de trabajo, 7 de abril de 2010, las
cotizaciones para el régimen de la pensión de vejez en forma
correcta y con el verdadero salario devengado por la
demandante, incurriendo con ello en la mora en el pago de

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Radicación n.° 77827

dichas cotizaciones con una conducta de mala fe, como lo


señaló el propio Tribunal en la parte motiva de su sentencia,
pero además en el presente caso también son aplicables las
sentencias de esa Honorable Corporación por cuanto nunca se
acreditó por parte de la demandada el informe que la Ley exige
al trabajador dentro de los 60 días siguientes a la terminación
del contrato el estado de pago de las cotizaciones de Seguridad
Social y parafiscalidad sobre los salarios de los últimos 3 meses
anteriores a la terminación del contrato y que como lo ha
señalado la jurisprudencia al no cumplirse debe generar la
indemnización moratoria del artículo 65 del C.S.T.

XIV. LA RÉPLICA

La sociedad demandada se opone a la prosperidad del


cargo. Aduce que la recurrente propone una discusión que
nunca se planteó en las instancias, toda vez que en el litigio
no alegó la falta de información sobre el estado de aportes
en materia de seguridad social y parafiscales, en la medida
que, si bien reclamó la indemnización moratoria prevista en
el artículo 65 del CST, ello tenía como fundamento un
supuesto pago deficitario del salario.

En ese orden de ideas, el Tribunal, al resolver el


recurso de apelación, analizó fue si había lugar a dicha
sanción en razón que supuestamente no se canceló el
descanso dominical, pedimento que fue negado; que en el
desarrollo de la acusación se hace alusión al haz
probatorio; y que la recurrente reclama la aplicación de las
disposiciones denunciadas, pese a que el submotivo de
ataque consistió en la aplicación indebida.

Añade que, en todo caso, en el plenario aparece el


estado de cotizaciones al sistema de seguridad social y

SCLAJPT-10 V.00
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Radicación n.° 77827

parafiscales, el cual lo conoció la accionante; que la


empresa no le adeuda salarios ni prestaciones sociales; y,
que si bien, se ordenó el reajuste de unas cotizaciones, ello
no conlleva la procedencia de la indemnización moratoria,
máxime que ese pago de aportes se efectúa con intereses,
por lo que no es viable imponer una doble sanción como se
reclama.

XV. CONSIDERACIONES

El ataque se dirige a controvertir la decisión del juez


de segundo grado, consiste en no condenar al pago de la
indemnización moratoria «por la falta de pago completo de
las cotizaciones a los entes de seguridad social», súplica
que, en decir de la demandante recurrente, resultaba
procedente por dos razones, la primera estriba en que la
pensión de vejez es una prestación social, de allí que la
cancelación deficitaria de las cotizaciones da lugar a la
imposición de la referida sanción y, en segundo lugar, la
empleadora no acreditó dentro de los 60 días siguientes a la
finalización del contrato de trabajo el estado de pago de las
cotizaciones al sistema de seguridad social y parafiscales.

En ese orden de ideas, le corresponde a la Corte definir


si en el presente asunto resulta procedente el
reconocimiento y pago de la indemnización moratoria a
cargo de la sociedad demandada, esto es, si la colegiatura
se equivocó al no haber impuesto dicha sanción por el pago
deficitario de aportes a la seguridad social.

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Radicación n.° 77827

A efectos de resolver la acusación, la Sala juzga


pertinente recordar que el fundamento esgrimido por la
parte demandante en la demanda inaugural para reclamar
la aludida indemnización que prevé el artículo 65 del CST,
consistió en lo siguiente:

Para efectos de la indemnización moratoria prevista en el


artículo 29 de la Ley 789 de 2002, tal y como ha quedado
probado, la empresa no actuó de buena fe, ya que el contrato de
trabajo terminó el día 23 de abril de 2010 y desde esa época
hasta la fecha de la presentación de esta demanda, la sociedad
demandada no le ha pagado a mi poderdante el valor completo
de sus salarios.
(El subrayado es de la Sala).

Y en correspondencia con lo anterior, solicitó que se


condenara:

A pagar a favor de mi poderdante la indemnización moratoria


prevista en el artículo 65 del Código Sustantivo del Trabajo,
modificado por el artículo 29 de la Ley 789 de 2002, por el no
pago oportuno a la finalización del contrato de trabajo del
salario integral realmente devengado con el correspondiente
factor prestacional, ya que la empresa demandada actuó de
mala fe pretendiendo defraudar a la trabajadora al no cancelar
de manera completa y oportuna el salario al que tenía derecho
con base en las comisiones causadas y canceladas a su favor
derivada de la actividad como Promotor Comercial.
(Subraya la Sala).

Nótese entonces que la discusión que surgió al interior


del proceso se centró, según el marco que fijó la parte
actora, de manera exclusiva, en si resultaba procedente el
pago de la indemnización moratoria por haberse
presentado, en su decir, un pago deficitario de su salario
con el dominical teniendo en cuenta la fecha hasta la cual
laboró y el no considerar las comisiones causadas, tópicos
que precisamente resolvió el juez de apelaciones, quien al

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respecto argumentó:

Del pago del dominical e indemnización moratoria:

Es claro para la Sala que tienen derecho al descanso dominical


remunerado, los empleados que hayan laborado todos los días
de la semana, por lo que para este caso es básico establecer si
así sucedió, es decir si se prestó el servicio el día 23 de abril de
2010, día que correspondía al viernes de la semana en que
terminó el contrato.

A folio 354 se encuentra la copia de la liquidación, en la cual se


indica como fecha de finalización de la relación laboral, el día
23 de abril de 2010, en la que se deja constancia de la
cancelación de 8 días de la segunda quincena del mes de abril
del año en comento, es decir, en la liquidación se cancela hasta
el día viernes, inclusive.

No obstante de la revisión de las pruebas allegadas al


informativo, se encuentra que pese a que la demanda canceló
este día, como si lo hubiera trabajado la demandante, lo cierto
es, que la actora al momento de absolver interrogatorio de parte
confesó que la carta de renuncia la presentó a las 9.30 am y
que posterior a ello salió de la empresa demandada, por lo que
es claro que no laboró este día, razón suficiente para confirmar
la absolución impartida por la juez de primer grado en relación
con este punto, sin más consideraciones por innecesarias, toda
vez que fácilmente se concluye no se la semana completa y por
tanto no hay lugar al pago ni tampoco en consecuencia a
sanción moratoria derivado del pretendido incumplimiento.

Del mismo modo, en cuanto a las comisiones


reclamadas concluyó que no se adeudaba ninguna suma a
la demandante, por ende, no era del caso imponer condena
alguna.

Lo transcrito muestra, a juicio de la Sala, que los


fundamentos que ahora plantea la recurrente en casación
para el nacimiento de la referida indemnización moratoria
no fueron debatidos ni estaban en tela de juicio, de allí que
no es dable en esta sede extraordinaria modificar lo alegado

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en la demanda inicial, puesto que con ello se vulneraría el


derecho de defensa, contradicción y el debido proceso de la
parte demandada, al argüir aspectos que resultan
novedosos, que no fueron objeto de reclamación ni de
controversia en las instancias.

Lo hasta aquí expuesto se corrobora con el silencio


guardado por la accionante frente a lo estudiado por la
alzada, al resolver el recurso de apelación, puesto que, si
consideraba que no se resolvió una de las temáticas de la
litis, debió hacer uso de los remedios procesales que prevé
el artículo 311 del CPC, hoy 287 del CGP, aplicables por
remisión analógica del artículo 145 del CPTSS y que era la
herramienta jurídica viable para remediar la supuesta
omisión.
Por lo dicho, el cargo se desestima.

Las costas en el recurso extraordinario estarán a cargo


de la parte demandante recurrente y a favor de la sociedad
accionada opositora. Se fijan como agencias en derecho la
suma de $4.700.000, que se incluirán en la liquidación que
se practique conforme a lo dispuesto en el artículo 366 del
CGP.

XVI. SENTENCIA DE INSTANCIA

En instancia, son suficientes las consideraciones


vertidas en la esfera casacional al resolver la demanda de
casación formulada por la sociedad demandada, respecto de
la cual parte de la acusación fue fundada, en lo que

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concierne al valor de la indemnización por despido indirecto


y lo referente a la prescripción de los aportes a riesgos
laborales.

En consecuencia, se mantendrá la revocatoria del fallo


del a quo, con la modificación del quantum de la
indemnización por despido sin justa causa que impuso la
alzada, la cual, teniendo en cuenta que la demandante
percibía un salario superior a los 10 SMLMV, asciende solo
a la cuantía de $36.376.167.

Por otra parte, respecto a la procedencia de la


prescripción del mayor valor de las cotizaciones al sistema
de riesgos laborales, que fue lo solicitado por la empleadora
en el recurso extraordinario de casación, a ello se limita el
presente pronunciamiento.
Por consiguiente, encuentra la Corte, que la demanda
inicial se radicó el 9 de septiembre de 2010 (f.° 326), de
modo que están afectados por tal fenómeno los aportes a
ese subsistema de riesgos laborales causados con
anterioridad al 9 de septiembre de 2007. De allí que se
mantendrá revocatoria de la decisión de primer grado,
declarando parcialmente la prescripción en los términos
antedichos.

En lo demás, se confirma la decisión del a quo, con las


modificaciones introducidas por el Tribunal y que no fueron
objeto de casación.

Las costas de segunda instancia no se causan y las de

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primer grado quedan a cargo de la parte demandada.

XVII. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley, CASA
la sentencia proferida 3 de diciembre de 2015
complementada y aclarada el 8 de julio de 2016 por la Sala
Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Bogotá, dentro del proceso ordinario laboral seguido por
ANA MARÍA ZIRENE SEGEBRE contra NACIONAL DE
VALORES S.A. que fue absorbida mediante fusión por
SERVIVALORES GNB SUDAMERIS S.A. COMISIONISTA
DE BOLSA, solo en cuanto al valor de la condena impuesta
por indemnización por despido sin justa causa y por no
haber declarado parciamente prescrito el derecho al pago
del mayor valor de los aportes adeudados en materia de
riesgos laborales. NO SE CASA EN LO DEMÁS.

En sede de instancia, se RESUELVE:

PRIMERO: CONDENAR a la demandada al pago de la


indemnización por despido sin justa causa por la suma de
TREINTA Y SEIS MILLONES TRESCIENTOS SETENTA Y
SEIS MIL CIENTO SESENTA Y SIETE PESOS
($36.376.167) M/CTE.

SEGUNDO: DECLARAR parcialmente probada la


excepción de prescripción respecto al pago de los aportes en

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materia de riesgos laborales causadas con antelación al 9


de septiembre de 2007.

TERCERO: CONFIRMAR en lo demás la decisión del a


quo, con las modificaciones introducidas por el Tribunal y
que no fueron objeto de casación.

CUARTO: COSTAS como quedó dicho en la parte


motiva de este proveído.

Notifíquese, publíquese, cúmplase y devuélvase el


expediente al tribunal de origen.

MARTÍN EMILIO BELTRÁN QUINTERO

DOLLY AMPARO CAGUASANGO VILLOTA

OLGA YINETH MERCHÁN CALDERÓN

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