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descendente (liderazgo personalista), de abajo arriba o ascendente (movimiento
social) o ambas (partido político)” (p. 65). Respecto a las dinámicas identitarias,
autores como Aboy Carlés han planteado características tales como la condición
cambiante; la presencia de límites que establecen un contorno identitario y
diferenciador entre identidades; la movilidad de los límites, lo cual genera
yuxtaposiciones y subsunciones de identidades (Aboy Carlés, 2004, p. 22).
La cuestión del liderazgo populista es el cuarto eje que proponen los autores.
En este aspecto, Mudde y Rovira reconocen el papel del liderazgo en los procesos
políticos en general, particularmente en el populismo, otorgándole rasgos
determinados como carisma, poder, representación única y directa del pueblo,
e independencia de instancias de control. Esta caracterización se inscribe en un
trasfondo que refleja una visión anómala del liderazgo: “los caudillos populistas
suelen gobernar basándose en un ‘culto al líder’, que lo retrata como a una
figura masculina y potencialmente violenta” (p. 89). Los autores no profundizan
en aspectos de liderazgo que consideramos clave para la comprensión del
populismo; por ejemplo, el papel de líder en la unificación de las demandas;
la necesaria representación personal y encarnada de las mismas; la cuestión
de la representación afectiva y no solamente conceptual de las demandas; la
unificación estable y simbólica que propicia el liderazgo (Villacañas, 2017, p.
61), entre otras. El tratamiento que se le otorga a la cuestión del liderazgo en
los enfoques ónticos como el de Mudde y Rovira no explicitan, conceptual ni
metodológicamente, el lugar central que ocupa la noción de liderazgo carismático,
ni los efectos que este tipo de liderazgo ejerce sobre las masas.
En quinto orden, Mudde y Rovira se centran en las relaciones entre populismo
y democracia y sus efectos en procesos de democratización / desmocratización.
Respecto a este tópico los autores establecen una distinción entre democracia
y democracia liberal para colegir la relación conflictiva del populismo con la
democracia liberal. En esta discusión, nuevamente, la postura de los autores
se decanta por una perspectiva negativa del populismo, cuando afirman, por
ejemplo: “El populismo (…) rechaza en lo fundamental las nociones de pluralismo
y, por lo tanto, los derechos de las minorías, así como las llamadas garantías
institucionales que deben protegerlos” (p. 109). En esta misma línea, de una
manera implícita los autores parten de una matriz de análisis liberal, evitando
referencias al papel jugado por populismos latinoamericanos, los realmente
existentes, en la construcción de institucionalidad democrática. En efecto, la
relación entre populismo e instituciones se ha venido instalando desde la última
década como una promisoria línea de investigación desde América Latina en
la perspectiva de discutir con la concepción liberal del populismo y resaltar la
capacidad instituyente e institucional de los procesos políticos populistas (Aboy
Carlés, 2010; Melo, 2010; Biglieri y Cadahia, 2021; Ramírez Gallegos y Stoessel,
2018).
Como corolario, Mudde y Rovira tematizan acerca de las formas de contención
del populismo analizando lo que ellos plantean como la oferta y demanda del
populismo. De acuerdo con estos autores, determinados contextos posibilitan
la politización de asuntos públicos por parte de actores populistas, y en otros
casos, por los aspectos culturales específicos de cada formación social. Es decir,
desde esta perspectiva es la misma sociedad la que demanda intervenciones de
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tipo populista para la gestión de problemas no resueltos. En esta discusión,
nuevamente, se deja entrever el posicionamiento político de los autores:
Y lo que es más importante, dado que el populismo suele formular las preguntas
oportunas, pero ofrece las respuestas erróneas, el objetivo último no debería limitarse
a la destrucción de la oferta populista, sino también al debilitamiento de la demanda
populista. Solo la segunda opción reforzará realmente la democracia liberal (p. 150).
Bibliografía
Referencias
Aboy, C. G. (2004). Repensando el populismo. En K. Weiland et al., Releer los
populismos. Ediciones Centro Andino de Acción Popular.
Aboy, C. G. (2010). Las dos caras de Jano: acerca de la compleja relación entre
populismo e instituciones políticas. Pensamiento Plural, 7, 21–40.
Biglieri, P. y Cadahia, L. (2021). Siete ensayos sobre populismo. Herder Editorial.
Cadahia, L., Coronel, V., Guanche, J. y Stoessel, S. (2020). Hacia una nueva lógica
del populismo: de la ruptura de las instituciones a la institucionalidad populista.
Recerca. Revista de Pensament i Anàlisi, 25(1), 25-46.
Laclau, E. (2012). La razón populista. Fondo de Cultura Económica.
Mudde, C. y Kaltwasser, C. R. (2019). Populismo: una breve introducción. Alianza
Editorial.
Melo, J. (2010). Ostracismo, resurrección y utopía: breve nota sobre política, populismo
y posestructuralismo. Pensamiento Plural, 7, 57-75. https://doi.org/10.15210/p
p.v0i7.3644
Ramírez Gallegos, F. y Stoessel, S. (2018). El incómodo lugar de las instituciones en la
“populismología” latinoamericana. Estudios Políticos, 52, 106-127. https://doi.or
g/10.17533/udea.espo.n52a06
Villacañas, J. L. (2017). Populismo. La Huerta Grande.