Hermida - Jornadas Antropologia Filosofica
Hermida - Jornadas Antropologia Filosofica
Hermida - Jornadas Antropologia Filosofica
Introducción
Este trabajo presenta una línea de ruta para el análisis de las categorías de poder y política, en tanto
conceptos centrales para el Trabajo Social, presentando una serie de críticas en relación al
tratamiento que las teorías modernas le han dado a a estos conceptos. De estas críticas, inspiradas
en el pensamiento post-etructural y el enfoque decolonial, se derivan reflexiones para pensar una
intervención -otra en Trabajo Social. El objetivo entonces no es ofrecer un análisis conceptual
pormenorizado de la producción de un corpus de autores sino trazar una cartografía posible, claves
para un viaje -otro, en el camino de una intervención social, por los territorios que nos esperan
cruzando los bordes de la Modernidad.
1
Licenciada en Servicio Social por la UNMDP. Doctaranda del Doctorado en Trabajo Social UNR. Becaria Tipo II
CONICET. Profesora Adjunta y ATP en la FCSySS de la UNMDP.
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La influencia en el origen del Trabajo Social de otras corrientes como el pragmatismo y el interaccionismo
simbólico ha sido trabajada por Miranda Aranda (2004)
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En Latinoamérica, la llegada del marxismo al Trabajo Social se da con el movimiento de Reconceptualización
(1965-1975) interrumpido por las dictaduras cívico-militares de la región. Un resurgimiento de las lecturas
marxistas se da en la década del 90, a partir de producciones de autores del Servicio Social brasileño, cuyo mayor
exponente es José Paulo Netto.
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Confrontar con Travi (2006)
pueden ser vistas desde su perfil disciplinador como también desde un lugar de intervención en
favor de derechos como son la educacion y la salud. Es esta contradicción entre control y
emancipación, propia de la Modernidad, la que se encuentra en el origen mismo de la profesión y la
acompaña hasta el presente, la que nos pone en situación de interrogarnos, haciéndonos poner el
foco en las preguntas sobre el poder y la política
El pensamiento moderno ha sido particularmente fructífero en el análisis de estas categorías, dando
a luz a contractualistas, consensualistas, agonistas, así como también partidarios del conflicto 5 como
eje del devenir social, en el que el acontecimiento 6 y la confrontacion se manifiestan. Así, diversas
perspectivas han mantenido vivo el debate desde el siglo XVI hasta nuestros días. El materialismo
histórico ha calado hondo en la teoría social del siglo XX demarcando a la política en una
superestructura, dependiente de la economía, y al poder como resultado de la apropiación de los
medios de producción por parte de una clase dominante. Ésta se adjudica la legalidad a través del
Estado burgués con su prerrogativa del uso de la fuerza. Esta visión, presente en el Trabajo Social 7,
reconoce que vivimos en una sociedad capitalista, y que es esta estructura económica la que rige la
política desde un Estado burgués que reproduce la desigualdad, incluso (o de forma privilegiada) a
través de las herramientas de la política pública. Confrontando con esta postura encontramos los
enfoques tecnicistas, donde el acento está puesto en la formación técnica para la gestión social, y en
los aportes de la psiciologia sistémica, la psicología social y el empirismo sociológico, en desmedro
de un análisis epistemológico y político de los contextos de intervención 8. Si desde los enfoques que
reproducen una cierta versión marxista, la política en el marco de la intervención es reproducción de
la desigualdad y el poder es herramienta de opresión, desde esta otra visión tecnicista, la política no
hace mella en la intevención, y el poder es un fenómeno psicosocial que interfiere en las relación
profesional-asistidio, debiendo ser monitoreado.
5
En la tradición schmittiana asociada a la idea de amigo/enemigo como estructurante de la política
6
Confrontar con Badiou (1999)
7
Ver nota al pie nº4
8
No desconocemos la existencia de otras corrientes y perspectivas al interior de la profesión, sino que resaltamos
aquellas que creemos más vigentes en la actualidad. Para una lectura de los diferentes enfoques consultar: Quesada,
B et al (2001)
Así rescatamos los aportes del pensamiento post-estructural 9 y del enfoque decolonial10, como
movimientos epistémicos que se diferencian de las máximas modernas, para pensar desde un lugar
otro la política y el poder. Mientras el post-estructuralismo nace en el marco del pensamiento
francés desarrollándose durante la segunda mitad del siglo XX (y teniendo un fuerte impacto en el
pensamiento poscolonial a fines de siglo), el enfoque decolonial reconoce otra genealogía, que va
desde Waman Poma de Ayala a Frantz Fanon, tomando aspectos de la resistencia indígena, la teoria
crítica frankfurtiana y el anticolonialismo. Ambos mantienen una mirada crítica a la Modernidad
pero desde diferentes postulados y en pos de distintos objetivos.
En ese marco se presenta a continuación la sistematización de una serie de críticas que desde estos
enfoques se han hecho de forma más o menos explícitas a las propuestas modernas de
conceptualizar el poder y la política.
9
El post-estrucrturalismo puede ser caracterizado por su interés en la discursividad, por su crítica al realismo ingenuo,
por la problematización que hace del racionalismo cientificista, por la capacidad de complejizar los analisis recurriendo
a corpus teoricos de diversa procedencia (desde versiones neo-marxistas, pasando por la biopolítica, a las versiones del
psicoanálisis como la lacaniana, entre otras influencias), por haber sido claramente influenciados por el estructuralismo
y haber hecho una contorsion teorica que lo critica, lo recupera en algunos de sus desarrollos y a la vez lo trasciende.
10
La perspectiva descolonial tiene como referencia obligada la constitución del Proyecto Modernidad-Colonialidad-
Decolonialidad, propuesta que surge en las últimas dos décadas, “a partir de preocupaciones comunes de un grupo de
intelectuales quienes, procedentes de distintas disciplinas teóricas y diversos recorridos intelectuales, reconocen el
agotamiento y/o colapso de la potestad críticas de las teorias críticas euro-anglo-centradas, es decir, intramodernas”
(Borsani en De Oto, 2012: 61).
11
Un desarrollo más profundo en relación al vinculo poder/vida en la biopolitica y sus alcances para el Trabajo Social
puede leerse en Hermida (2012a)
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Para un análisis más detallado en torno al paradigma de la inmunidad en relación al Trabajo Social, puede consultarse
Hermida (2012b)
como un proceso en el que la diferenciación es analítica pero no genealógica. La relación sin
embargo, es compleja. En las entrañas mismas de la lógica inmunitaria, cuyo objeto es la protección
de la vida, respira latente el peligro de sus propios excesos: la autoeliminación. Aquí el pensador
italiano diferencia entonces la política de la vida, entendida como proceso de subjetivación, de la
política sobre la vida, donde se objetiviza definitivamente al sujeto. El poder, viabilizado por la
soberanía inmunitaria, no siempre instrumenta políticas sobre la vida. El mismo Foucault no
descarta esta posibilidad cuando afirma: “Habría que hablar de “biopolítica” para designar lo que
(…) convierte al poder-saber en un agente de transformación de la vida humana; esto no significa
que la vida haya sido exhaustivamente sometida a técnicas que la dominen o administren, escapa a
ellas sin cesar”. (Foucault, 2009: 135) Este escape, es entendido en Esposito como una apertura a
políticas de la vida asociadas a procesos de subjetivización.
Conclusiones
A partir de contextualizar al Trabajo Social como un producto de la Modernidad, e hilvanar una
serie de críticas al tratamiento que las teorías modernas han dado al problema del poder y política,
se puso en discusión estos términos, en pos de pensar desde un lugar otro su conceptualización.
Así, la crítica a la visión moderna de separación entre vida y política, nos alerta sobre dos
concepciones muy extendidas en Trabajo Social: las que escinden lo público de lo privado,
subsumiendo las intervenciones al ámbito de la vida doméstica, catalogando la intervención directa
en la política como cosa pública, de desvío militante; y las que entienden a la política como una
politica sobre la vida, subsumiendo lo político a lo normalizante y disciplinador de la vida,
desconociendo la posibilidad de politicas de la vida que intervengan en procesos de subjetivación,
para una vida otra, a partir de la construccion de identidades singulares y colectivas, y del ejercicio
de derechos. La crítica a la visión de la política como fenómeno administrativo nos alerta sobre las
concepciones consensualistas ingenuas que aparecen en todos los niveles de intervención en Trabajo
Social, presuponiendo que la comunicación racional y la mediación son el método primario, la
gestión eficiente el horizonte, y la armonía social el fin último, desconociendo al conflicto como
realidad y posibilidad. Por su parte, la crítica a la noción epifenoménica de poder y política nos
advierte sobre la posibilidad misma de intervenciones con algun nivel de impacto o significatividad,
ya que no está todo determinado por la estructura económica, y es en el campo de la política
entendida no en términos solamente partidarios, en las que se puede hacer una diferencia, desde
prácticas profesionales instituyentes. La crítica a la estrategia de distribucion disciplinar para el
estudio del poder y la politica, nos convoca a relegar corporativismos, a bregar por reformas
curriculares, a desarrollar el ámbito de la investigación académica interdisciplinar, a promover la
formación de posgrado en nuestros profesionales, a dialogar con los espacios de construcción de
saberes otros (movimientos sociales, organizaciones populares, etc), a recuperar los saberes que
nuestra propia experiencia profesional en territorio nos arroja a través de mejores prácticas de
registro y sistematización, y mayores esfuerzos de problematización de las mismas. Por último, la
crítica al desconocimiento del colonialismo y la racialización como elementos constitutivos del
actual patrón de poder mundial nos permite comprender mejor los desafíos cotidianos que la
intervención nos presenta, en el marco del trabajo con sectores populares que son atravesados por
cuestiones de género, étnicas, económicas, educativas, sanitarias, culturales, etarias, desafiándonos
con una complejidad profunda que no puede ser desentrañada por modelos unicausales.
Esta exploración suscinta abre apenas algunos interrogantes, y señala algunos recorridos posibles.
15
La cuestión del rebasamiento de lo económico por lo político ha sido tratada en Hermida y Meschini (2012a)
Es una cartografía más, que busca crear un itinerario diferente, salir desde la otra orilla, la de la
crítica al pensamiento ilustrado eurocentrado, sin otro rumbo que el de la intuición abierta por las
viejas banderas de la liberación y los nuevos desafíos que en quehacer profesional cotidiano nos
interpelen.
Referencias
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Bobbio, N, Bovero, M (1996) Sociedad y Estado en la Filosofía Moderna. El modelo iusnaturalista y el
modelo hegeliano-marxiano. México: Fondo de cultura económica.
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Foucault, M. El sujeto y el poder. En Dreyfus, H. y Rabinow, P (2001) Michel Foucault. Más allá del
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Mar del Plata, 2012. ISBN: 978-987-544-449-2. (pp 308-314)
Hermida, M; Meschini, P (2012a) Pensar e intervenir en la Cuestión Social: el Trabajo Social desde un
enfoque poscolonialista. En: Catelli, Laura. Términos claves de la teoría poscolonial latinoamericana :
despliegues, matices, definiciones / Laura Catelli y María Elena Lucero. - 1a ed. - Rosario : UNR Editora.
Editorial de la Universidad Nacional de Rosario, 2012. CD-Rom. ISBN 978-950-673-999-7 (pp 201-218)
Hermida, M; Meschini, P (2012b) Notas sobre una nueva institucionalidad del ciclo de gobierno
Kirchnerista: demandas populares, conquistas legales, resistencias institucionales. Ponencia presentada en II
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populismo. Organizado por la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo. Noviembre 2012
Lander, E. Marxismo, eurocentrismo y colonialismo. En: Atilio A. Boron, Javier Amadeo y Sabrina González
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Miranda Aranda, M. (2004). De la caridad a la ciencia. Pragmatismo, Interaccionismo simbólico y Trabajo
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Wallerstein, I (1999) Impensar las ciencias sociales. Mexico: Siglo XXI