Dictamen Tecnico en Salud Mental

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Base de Dictámenes

Estatuto Administrativo, asignación profesional, título profesional, Técnico


en Saneamiento, UConcepción

NÚMERO DICTAMEN FECHA DOCUMENTO


008129N18 23-03-2018
NUEVO: REACTIVADO:
NO SI
RECONSIDERADO
RECONSIDERADO: PARCIAL:
NO NO
ACLARADO: ALTERADO:
NO NO
APLICADO: CONFIRMADO:
SI NO
COMPLEMENTADO: CARÁCTER:
NO NNN

DICTAMENES RELACIONADOS

Aplica dictámenes 7294/2011, 26855/2016, 90352/2016, 52395/2015 Reconsidera


dictámenes 587/2001, 7596/2002
Acción Dictamen Año
Aplica 007294 2011
Aplica 026855 2016
Aplica 090352 2016
Aplica 052395 2015
Reconsidera Parcialmente 000587 2001
Reconsidera Parcialmente 007596 2002

FUENTES LEGALES

dl 479/74 art/3 dfl 2/2009 Educa art/54 lt/b dfl 2/2009 Educa art/104 inc/2 ley 18834
art/99 ley 18834 art/98 ley 19699 art/2

MATERIA

Título de Técnico en Saneamiento conferido por la Universidad de Concepción, tiene la


calidad de profesional para efectos de lo previsto en el artículo 3° del decreto ley Nº 479,
de 1974.

DOCUMENTO COMPLETO

N° 8.129 Fecha: 23-III-2018

Se ha dirigido a este Órgano Contralor el señor Jaime Eleuterio Soto Muñoz, funcionario de
la Dirección de Atención Primaria del Servicio de Salud Metropolitano Central, para solicitar
un pronunciamiento que determine si su título de Técnico en Saneamiento, otorgado por la
Universidad de Concepción, le permite recibir la asignación profesional o en su defecto, de
las que entregue la ley N° 19.699, haciendo presente que anteriormente percibía aquel
emolumento y que, asimismo, esa casa de estudios habría certificado que dicho título
tendría la calidad de profesional.

Requerido de informe, el aludido servicio de salud manifiesta que el recurrente no tiene


derecho a percibir los beneficios remuneratorios que concede la ley N° 19.699, puesto que
el título que este posee tiene la calidad de técnico.

Sobre el particular, cabe recordar que el artículo 3° del decreto ley N° 479, de 1974,
concede una asignación profesional a los funcionarios que cumplan jornada completa de 44
horas semanales, dependientes de las entidades enumeradas en los artículos 1° y 2° del
decreto ley N° 249, de 1973, que tengan un título profesional universitario y que
pertenezcan a servicios o instituciones que a la fecha de publicación de este decreto ley
tengan jornada completa de cuarenta y cuatro horas semanales.

Agrega, en su inciso segundo que, para el exclusivo efecto del pago de esta asignación,
serán títulos profesionales habilitantes aquellos otorgados por una Universidad o Instituto
Profesional del Estado o reconocido por éste, con un programa de estudios de un mínimo
de seis semestres académicos y 3.200 horas de clases.

Por su parte, resulta necesario hacer presente que el artículo 54, letra b), del decreto con
fuerza de ley N° 2, de 2009, del Ministerio de Educación, previene que el título profesional
es el que se otorga a un egresado de un instituto profesional o de una universidad que ha
aprobado un programa de estudios cuyo nivel y contenido le confieren una formación
general y científica necesaria para un adecuado desempeño profesional.

De este modo, según lo establecido por el inciso segundo del artículo 104 del mismo texto
normativo, los establecimientos de educación superior -entre ellos, las universidades,
según lo previsto en su artículo 52-, están dotados de autonomía académica, esto es, de
la potestad para decidir por sí mismos la forma como se cumplen sus funciones de
docencia, investigación y extensión y la fijación de sus planes y programas de estudio.
Así, es posible inferir que la facultad para calificar la calidad de los diplomas que otorgan las
universidades, es una atribución de la que están dotadas esas instituciones de educación
superior, al amparo de la referida autonomía académica (aplica criterio contenido en los
dictámenes N°s. 7.294, de 2011 y 26.855, de 2016).

Ahora bien, de los antecedentes tenidos a la vista, en especial el certificado emitido por la
Universidad de Concepción, aparece, por una parte, que el título de técnico en
saneamiento, conferido por esa casa de estudios, es considerado como profesional por
dicha entidad y, por otra, que a la época en que el interesado obtuvo dicho diploma, tenía
un plan de estudios de al menos seis semestres y que superaba las 3.200 horas de clases,
en virtud de lo cual es dable concluir que aquel reviste la calidad de profesional, en los
términos previstos en el citado inciso segundo del artículo 3° del decreto ley N° 479, de
1974.

Así las cosas, considerando que el referido diploma es de aquellos que habilitan para
percibir la asignación profesional, el Servicio de Salud Metropolitano Central deberá verificar
si el señor Soto Muñoz cumple con los demás requisitos para percibir la asignación
profesional en estudio y proceder a su pago, informando de ello a esta Contraloría
Regional, en el plazo de 15 días hábiles, contado desde la notificación del presente oficio.

Reconsidérense los dictámenes N°s. 587, de 2001 y 7.596, de 2002, de este origen, solo
en lo que respecta a la calidad del título de que se trata.

No obstante lo anterior, resulta pertinente hacer presente que dicho emolumento está
sujeto, como toda remuneración, a la norma de prescripción contenida en el artículo 99 de
la ley N° 18.834, que precisa que el cobro de las asignaciones enumeradas en el artículo
98 del mismo ordenamiento -entre las cuales se encuentran las contenidas en leyes
especiales, como la asignación profesional-, prescribe en el plazo de seis meses, contado
desde la fecha en que se hicieron exigibles (aplica dictamen N° 90.352, de 2016).

Finalmente, en relación a la ley N° 19.699, a la cual alude el interesado en su


presentación, se ha estimado necesario puntualizar que el artículo 2° de ese cuerpo
normativo regula un beneficio especial en favor de los empleados de los servicios a quienes
se aplique la escala única de sueldos mensuales, prevista en el artículo 1° del decreto ley
N° 249, de 1973, que, al 31 de julio del año 2000, contaban con un título de técnico de
nivel superior, en las condiciones indicadas en el artículo 1° de aquella ley.

Ahora bien, cabe hacer presente que, para recibir el aludido estipendio, es requisito
esencial haberse encontrado en funciones a la fecha de entrada en vigor de la ley N°
19.699, esto es, el 16 de noviembre de 2000, exigencia que no se cumple en la especie
(aplica dictamen N° 52.395, de 2015).

En efecto, según se advierte del Sistema de Información y Control del Personal de la


Administración del Estado -SIAPER-, que mantiene este Organismo Fiscalizador, y de los
antecedentes tenidos a la vista, a la época de entrada en vigencia de la normativa en
antecedentes tenidos a la vista, a la época de entrada en vigencia de la normativa en
comento, el recurrente no se encontraba desempeñando funciones en algunas de las
entidades a que el citado artículo 2° de la ley N° 19.699 se refiere, razón por la cual no le
asiste el derecho a percibir el beneficio allí previsto.

Saluda atentamente a Ud.,

Jorge Bermúdez Soto

Contralor General de la República

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