Tema 3 - Castilla y Aragón en La Baja Edad Media

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CASTILLA Y ARAGÓN EN LA BAJA EDAD MEDIA

  ÍNDICE

1/ Introducción

2/ Castilla en los siglos XIV y XV.


1. Población 
2. Instituciones políticas: Centralización
3. El siglo XIV: Evolución política y conflictos sociales
2.3.1. Evolución política
2.3.2. Movimientos antiseñoriales y problemas sociales.

4.  El siglo XV en Castilla


   2.4.1. Pugna nobleza y monarquía
    2.4.2. Problemas sociales

3/ Aragón en los siglos XIV y XV.


3.1)   Población 
3.2) Instituciones políticas: La doctrina pactista
3.3)   El siglo XIV en Aragón
         3.3.1. Evolución política
         3.3.2. Conflictos sociales 
3.4)   El siglo XV en Aragón
         3.4.1. Aspectos políticos en Aragón: El Compromiso de Caspe
         3.4.2. Conflictos sociales
4/ Conclusiones
5/ Bibliografía

1. INTRODUCCIÓN


Durante los siglos XIV y XV la expansión demográfica, económica y militar  de los siglos anteriores quedó
detenida en los reinos hispánicos, dando paso a una etapa de crisis general que alcanzó su momento
culminante en la segunda mitad del siglo XIV, dicha crisis permitiría la pervivencia del reino Nazarí de
Granada.

 Los conflictos bélicos fueron muy frecuentes, y las luchas sociales, desde los remensas catalanas hasta
los irmandiños gallegos, cobraron una intensidad inusitada. La depresión económica no afectó por igual a
los distintos reinos. La Corona de Castilla pudo recuperarse con prontitud del bache. En cambio, en la
Corona de Aragón, el desplome de Cataluña  fue demasiado rotundo, sin que pudiera llegar a ser 
compensado con el auge espectacular del reino de Valencia.

2. CASTILLA EN LOS SIGLOS XIV y XV


1. Población


Difícilmente se entenderían los conflictos sociales de los siglos XIV y XV sin un conocimiento, aunque sea
somero de la población y su estructura.

En Castilla, la población total, según las estimaciones más fiables, alcanzaría durante las dos centurias
entre 4,5 y 5 millones de habitantes. Respecto a la distribución de la población, las tierras meseteñas
tenían una población superior, sin duda, a la de las regiones periféricas, del norte o del sur.

En el reino de Castilla las mortandades más intensas las provocó La Peste Negra, que se difundió por las
tierras del reino entre 1349 y 1350. La tónica dominante en el siglo XV fue el crecimiento de la población,
que puede medirse esencialmente a través de la expansión de los núcleos urbanos.

La sociedad castellana se estructuraba, como en casi toda la Europa Occidental en dos grandes grupos:
privilegiados  (nobleza y clero) y no privilegiados (campesinos, habitantes de la ciudad y minorías sociales).

2.2/ Instituciones políticas: Centralización

  En la Corona de Castilla, a pesar de la expansión del poder señorial, la autoridad de la monarquía se


fortaleció considerablemente en los siglos XIV Y XV.

A ello contribuyó, en gran medida, la difusión de las teorías políticas que, basadas en el Derecho romano,
defendían la supremacía del rey, cuyo poder se consideraba de origen divino. De este modo, frente al
concepto feudal del rey como señor de vasallos- lo que implicaba una reciprocidad de compromisos y
obligaciones entre uno y otros-, se fue imponiendo en Castilla la doctrina del rey como soberano de
súbditos, según la cual el reino debía de estar subordinado a la autoridad ilimitada e independiente del
monarca, que sólo era responsable de sus actos ante Dios.

Sin embargo, donde se aprecia el verdadero fortalecimiento de la monarquía castelllana es en el desarrollo


institucional y en el proceso de centralización de su poder:

  a/ En el ámbito estatal, la organización política de la Corona de Castilla se fue consolidando a lo largo de
la Edad Media con la creación de nuevas instituciones en respuesta a las necesidades de un Estado cada
vez más complejo.

       -Las Cortes. Tras la unión definitiva de los reinos de Castilla y de León en la figura de Fernando III en
1230, se produjo también la fusión definitiva de sus Cortes, que pasaron a ser únicas para toda la Corona.

    -El Consejo Real. Creado en 1385, el cual era el heredero de la antigua Curia Real, pero a diferencia de
ésta- de carácter restringido y feudal-, el Consejo se convirtió en un organismo de carácter técnico,
integrado en su mayor parte por legistas que asesoraban al rey en todo tipo de decisiones.

        -La Audiencia. Nació en 1371 cómo órgano supremo de la justicia, solo supeditado al rey. En un
principio era itinerante, pero en el siglo XV fijó su sede en Valladolid con el nombre de Chancillería.

   b/ En el ámbito local, las novedades más importantes de estos siglos en Castilla se caracterizaron por la
creciente intervención de la monarquía en los municipios con el fin de controlarlos.

        1-En tiempos de Alfonso XI (1312-1350) se liquidaron de modo definitivo los últimos restos que podían
pervivir de los antiguos concejos abiertos y democráticos, con el establecimiento de los regimientos o
concejos restringidos, formados por un número reducido de personas. Los regidores eran nombrados por
el rey con carácter vitalicio, generalmente entre los miembros de la nobleza local o de la alta burguesía.

        2- El principal instrumento de control de la monarquía sobre los municipios lo representó la figura del
corregidor. Este cargo tenía su origen en los funcionarios enviados por el rey, con carácter temporal y
cometidos específicos, para resolver problemas graves -abusos, corrupciones, etc- en aquellos lugares
que lo requerían, pero a finales del siglo XV los corregidores se habían convertido en representantes
permanentes de la Corona en los principales municipios.

2.3. El siglo XIV: evolución política y conflictos sociales.

2.3.1. Evolución política

En los años sesenta del siglo XIII, debemos de nombrar por su importancia la figura de Alfonso X el Sabio,
hijo y sucesor de Fernando III, ya que con él se culminó la conquista de Andalucía  (Cádiz y el reino de
Niebla en 1262) y se incorporó definitivamente  el reino de Murcia en 1266, tras sofocar con la ayuda de su
suegro Jaime I de Aragón, una rebelión de los musulmanes. Por lo tanto, a finales del siglo XIII, toda la
Península y las Islas Baleares, estuvieron bajo dominio cristiano, con la excepción del reino Nazarí de
Granada.

Para Castilla el primer cuarto del siglo XIV (hasta 1325), el reinado de Fernando IV y la minoría de Alfonso
XI, fue ocupado en buena parte por las regencias de María de Molina. Alfonso XI, después de ser
proclamado mayor de edad llevó a cabo un fortalecimiento de la autoridad monárquica.

El sucesor de Alfonso XI fue su hijo Pedro I (1350-1369), éste parece que prosiguió la tarea iniciada por su
padre de robustecer la autoridad monárquica. Para esta tarea Pedro I se apoyó en legistas expertos, y
también se apoyó en judíos, siendo uno de los principales colaboradores Samuel Levi.

Desde fechas muy tempranas comenzó a organizarse una oposición nobiliaria al rey, encabezada por los
bastardos de Alfonso XI y entre ellos en primer lugar Enrique. Oposición que se tornó en una lucha violenta
entre el monarca y sus partidarios y Enrique y el sector nobiliario que le apoyaba. La guerra fraticida
concluyó, al ser asesinado Pedro I en Montiel. Con Enrique II accedía al trono castellano una nueva
dinastía, la de los TRASTÁMARA.

El precio que hubo de pagar Enrique II (1369-1379) fue: abundantes mercedes a los que le habían apoyado
en la guerra fraticida. Pero el fortalecimiento de la alta nobleza, como clase hegemónica, no era en
absoluto incompatible con el robustecimiento del aparato del Estado. En este sentido, el primer
Trastámara continuó la política centralizadora de sus antecesores.

Juan I (1379-1390) continuó con la centralización política y además llevó a cabo reformas tales como la
creación del Consejo Real.

2.3.2. Movimientos antiseñoriales y problemas sociales.

La guerra fraticida entre Pedro I y Enrique II de Trastámara desató el antijudaismo. La propaganda del
bastardo era claramente hostil a los hebreos, acusando a Pedro I de haber favorecido descaradamente a
esta minoría. Además señalar que la dedicación preferente de esta minoría a la labor de prestamistas y
arrendadores de rentas rurales alimentaba la hostilidad hacia ellos. En Andalucía, estallaron progroms en
Sevilla (1391), de ahí se propagaron a otras ciudades de Andalucía y a la Meseta. Se produjeron ataques
por asaltantes que procedían a la matanza de judíos y al expolio de sus aljamas. Señalar que las
conversiones masivas no fueron por creencia, sino como intento desesperado por salvar sus vidas, lo cual
traería más problemas en el futuro.

2.4. EL Siglo XV en Castilla

2.4.1. Pugna nobleza-monarquía.


En la Corona de Castilla el enfrentamiento entre la nobleza y la monarquía continuaría durante este siglo y
durante el reinado de Juan II se repetiría la lucha entre ellos y con Enrique IV (1454-1474 y hermano de la
futura Isabel I de Castilla) buscó a  sus más estrechos colaboradores entre gentes de origen oscuro
(conversos, hidalgos, legistas...) provocando que se creara un grupo de la alta nobleza hostil al monarca.

2.4.2. Conflictos sociales

Los conflictos sociales de mayor gravedad de la segunda mitad del siglo XV tuvieron por escenario el reino
de Galicia, donde el régimen señorial era muy fuerte y antiguo, por lo que se sucedieron rebeliones
campesinas de carácter antiseñorial.

Uno de los más graves fue la llamada segunda guerra hermandiña, su punto de partida fue la creación de la
Santa Irmandade gallega, en ella había diversos grupos sociales: gentes de las ciudades, masas
campesinas, sectores del bajo clero y de la pequeña nobleza. Su función era similar al de la Hermandad
General de Castilla, quería defenderse de la inseguridad y anarquía. Destacar que pronto la Irmandade
desembocó en un levantamiento antiseñorial. Al frente de esta Irmandade se situaron personajes de la baja
nobleza gallega y entre 1467 y 1469 se desarrolló la lucha popular contra los señores feudales del territorio.
Con el tiempo el movimiento irmandiño fue debilitándose y el final fue que la pequeña nobleza acabó
traicionando a los sectores populares (antiguos compañeros suyos), lo que permitió que la alta nobleza
gallega pusiera fin a esta guerra irmandiña.

Recordar que el conflicto y su génesis coincidió con los malos años de peste.

Otro gran problema fueron los judíos, se extendió una gran animadversión hacia los conversos,
produciéndose dos estallidos fuertes contra ellos en Toledo  y Córdoba.

3. ARAGÓN


1. Población 


En Aragón, Valencia y Mallorca la población descendió en el siglo XIV, debido a las epidemias, guerras y
crisis agrarias, pero se recuperó en el siglo XV. En Cataluña, por el contrario la regresión demográfica,
iniciada en el siglo XIV, se acentuó en el siglo siguiente. 

En Cataluña la diferencia desde el punto social radica en el desarrollo de los núcleos urbanos y la
prosperidad artesanal y mercantil de Cataluña, que proporcionó una mayor cohesión a los grupos sociales
ciudadanos. Entre ellos se destaca una pequeña capa social que formará lo que V. Vives denomina
Patriciado Urbano. Por debajo de ellos encontramos una masa trabajadora muy heterogénea, que iba
desde profesiones liberales hasta obreros sin especializar. Pero los campesinos constituían la mayor parte
de la población de Cataluña, los llamados payeses de remensa, con una situación económica y social
insostenible y que provocaran posteriormente uno de los problemas sociales más graves de estos siglos.

En Valencia en el mundo rural encontramos recientes repoblaciones de tierras y la persistencia de muchos


mudéjares.

En Mallorca solo es digno de resaltar la diferencia entre los foráneos y los ciudadanos, es decir, entre los
habitantes de la ciudad y los del campo.

En Aragón la estructura social tenía más similitudes con Castilla.

3.2. Instituciones políticas: La doctrina pactista

La estructura política de la Corona de Aragón difería de la castellana en dos aspectos esenciales:

 a/ Era una confederación de territorios, cada uno de ellos con leyes e instituciones propias.

 b/ La relación entre el gobernante y gobernados se mantuvo dentro del concepto feudal del pacto entre
el señor y sus vasallos – entiéndase por vasallos las clases dirigentes: nobleza, clero y patriciado urbano-.
El pactismo aragonés se originó durante el reinado de Pedro III el Grande, a raíz de la conquista de Sicilia
(1282), ya que la necesidad que tuvo de ayuda militar y económica, le obligó a ceder ante las exigencias de
la nobleza aragonesa y de las Cortes Catalanas. En consecuencia, el monarca se comprometió a solicitar el
consentimiento de las Cortes en asuntos importantes y a reunirlas periódicamente. Y de este modo, las
Cortes de los diferentes reinos ejercieron un fuerte control sobre la monarquía limitando su poder.

Las instituciones más importantes surgieron o se consolidaron a lo largo de la Baja Edad Media. Estas son:

  1/ Los virreinatos.

En una estructura política tan descentralizada como la aragonesa, la autoridad real en los territorios en que
no residía el monarca estaba representada por virreyes, que actuaban en su nombre.

  2/ Las Cortes.

El papel de contrapeso a la autoridad del rey, lo desempeñaban las Cortes, que defendían los intereses
propios de las fuerzas sociales dirigentes, de sus respectivos reinos- la nobleza, el clero y la alta
burguesía-. Existían Cortes independientes en Aragón, Cataluña y Valencia y nunca llegaron a unirse como
ocurrió con las de Castilla y León.

  3/ Las Diputaciones.

Cuando las Cortes concedían algún subsidio al monarca, se creaba una comisión para organizar y controlar
su recaudación y una vez concluida su labor, se disolvía. Con el tiempo esas comisiones temporales de las
Cortes se transformaron en diputaciones permanentes de los distintos reinos:

     a/ La Diputación del General de Cataluña o Generalitat fue la primera que se constituyó como institución
de carácter permanente en 1359. A su inicial cometido fiscal, fue añadiendo progresivamente otras
competencias como velar por el cumplimiento de las leyes del Principado o el mantenimiento del orden
público.

 En consecuencia, la Generalitat se convirtió en el máximo órgano de representación política de Cataluña


frente a las posibles infracciones de la Corona.

                b/ La Diputación del Reino de Aragón, surgió en 1412 de modo similar a la de Cataluña, como
institución permanente a partir de una originaria comisión de tesoreros encargada de gestionar los
subsidios votados en Cortes y también fue incorporando a sus atribuciones fiscales otras de carácter
político.

      

        c/ La Diputación del Reino de Valencia, fue la última en constituirse en 1419, pero a diferencia de la
catalana o la aragonesa, nunca adquirió competencias políticas importantes.

  4/ El Justicia de Aragón.

  Fue un cargo específico del reino de Aragón, sin equivalente en los demás territorios de la Corona. Lo
desempeñaba un miembro de la nobleza designado por las Cortes. Su función primordial era la
interpretación y defensa de los fueros propios de Aragón, en especial frente a posibles pretensiones
autoritarias de la monarquía. Su apogeo coincidiría con los siglos que estamos tratando XIV Y XV.

  5/ Los municipios. 

En la Corona de Aragón los municipios, fueron cayendo bajo el control de las oligarquías urbanas. El
gobierno municipal en la Baja Edad Media lo integraban, en general, los siguientes cargos e instituciones:

  

  a- Un delegado nombrado por el rey, que fue perdiendo atribuciones, a diferencia de lo que ocurría en los
municipios castellanos.

  b- Unos magistrados con funciones ejecutivas y cuyo nombre variaba de unos municipios a otros, en
Barcelona, eran llamados consellers.

    c- Consejo municipal cuya principal función era la de asesoramiento y que en Barcelona era llamado
Consell de Cent.

3.3. El siglo XIV en Aragón


  
3.3.1. La evolución política

Los asuntos del Mediterráneo ocuparon el primer plano de la política de la Corona de Aragón durante el
reinado de Jaime II (1291-1327) y en el ámbito peninsular, Jaime II incorporó definitivamente a sus
dominios: Alicante, Orihuela y otras plazas.

A Jaime II le sucedió en el trono su segundo hijo, Alfonso IV el Benigno, pues el primogénito había
ingresado en la Orden del Hospital. El principal problema exterior de su reinado fue la defensa de Cerdeña
y  los inicios de la Guerra de Génova. 

Pedro IV (1336-1387) fue testigo de una profunda crisis, manifestada a mediados del siglo por los estragos
de la Peste Negra, sosteniendo una guerra con Castilla, de larga duración. 

Pero una de las crisis más agudas a las que se enfrentaría la Corona de Aragón sería

la muerte sin sucesión de Martín I el Humano (1410), planteando un serio interrogante en dicho territorio.

3.3.2. conflictos sociales del siglo XIV

En los últimos años del siglo XIV se agudizaron los conflictos sociales en los territorios de la Corona de
Aragón, uno de los principales lo protagonizaron los payeses de remensa, conflicto iniciado durante el
reinado de Juan I y que prosiguió hasta Fernando el Católico. Ellos luchaban por la conquista de su libertad
personal y por la supresión de los malos usos.

La situación de los payeses variaba mucho, gozando en general de mejores condiciones en Cataluña la
Nueva que en la llamada Cataluña la Vieja, donde predominaba el campesinado adscrito a la tierra, que si
quería liberarse debía pagar al señor su redención (era la remensa, de ahí el nombre de payeses de
remensa). Estos payeses constituían el 25% de la población catalana. Su situación empeoró mucho
después de la peste negra. Los señores trataron de evitar su huida del campo y de hacer efectivos los 6
malos usos y el cobrar las prestaciones en metálico en vez de en especie. Esto provocó el conflicto que
duraría hasta la Sentencia Arbitral de Guadalupe dada por Fernando el Católico en 1486.

Los judíos fue otro conflicto. Se produjeron asaltos y asesinatos a judíos en muchas partes del territorio
como: Valencia, Barcelona, Mallorca, Gerona, Lérida etc.  Sin duda estos acontecimientos se produjeron
contagiados por los mismos sucesos que se habían producido en la Corona de Castilla. Nuevamente
muchos para salvar sus vidas recurrieron a la conversión y el número de cristianos nuevos aumentó.

3.4. El siglo XV en Aragón

3.4.1. Aspectos políticos. Aragón: “El Compromiso de Caspe”.

La Corona de Aragón, debido al fallecimiento sin herederos de Martín I el Humano, se encontraba en 1410
con un grave problema sucesorio. Diversos candidatos aspiraban a ocupar el trono vacante,
fundamentalmente: Jaime de Urgel, Luis de Anjou y Fernando de Antequera, regente de Castilla. Por fin, en
junio de 1412, los compromisarios reunidos en Caspe eligieron por rey al que más fuerza real había
demostrado en los últimos meses, es decir, al Trastámara: Fernando de Antequera.

Fernando I (1412-1416), hubo que atender en su corto reinado graves problemas: cisma, política
mediterránea de sus antecesores y sobre todo la rebelión del conde de Urgel, su antiguo rival en la
candidatura a la Corona de Aragón. 

Esta situación fue aprovechada por las Cortes catalanas para imponer su concepción pactista, que limitaba
claramente el poder regio y así fortalecer el poder de las Cortes, de este modo las clases dirigentes que
controlaban las Cortes aumentaban su poder frente al del rey. 

A Fernando I le sucedió su hijo Alfonso V el Magnánimo (1416-1 ), el cual dedicó sus esfuerzos a la
política Mediterránea, sobre todo a la conquista de Nápoles.

A Alfonso el Magnánimo le sucedió, como monarca, su hermano Juan II (1458-1479) y padre del futuro
Fernando II el Católico. Durante su reinado tuvo lugar la guerra civil catalana que tuvo como telón de
fondo la crisis económica del Principado, que se había acentuado en el siglo XV. La agitación de los
payeses de remensa y el conflicto municipal de Barcelona. 

3.4.2. Conflictos sociales

Las luchas sociales alcanzaron en el siglo XV en la Corona de Aragón una extraordinaria virulencia,
especialmente en Cataluña, donde los conflictos políticos y sociales fueron de la mano.

La Biga y La Busca (conflicto municipal): la ciudad de Barcelona fue escenario del enfrentamiento radical
entre dos grupos: la Biga y la Busca. La Biga aglutinaba a los ciudadanos honrados y a los grandes
mercaderes, eran grandes rentistas. La Busca, era el partido popular, formado por maestros de los oficios ,
pequeños mercaderes y artesanos. La mala coyuntura económica agudizó su enfrentamiento en el siglo XV.

En 1453 los buscaires accedían al Gobierno de Barcelona. Inmediatamente pusieron en práctica un


programa de recuperación económicas, que incluía entre sus medidas: la desvaloralización monetaria, el
proteccionismo y una pragmática de navegación (solo las naves catalanas podían transportar mercancías
hacia el Principado o desde el Principado), medidas democratizadoras del régimen municipal etc. Pero la
continuidad de la crisis económica y la actitud intransigente de la Biga, que esperaba su revancha, hicieron
perder a la Busca apoyo popular. En 1462 la Biga recuperó el poder y procedió a una dura represión de los
buscaires, ejecutando a algunos dirigentes. Tras esto la oligarquía cargaría sobre los buscaires todas las
culpas de la ruina de Barcelona.

La etapa más dura para la Corona de Aragón  (1462-1472) coincide con la guerra civil entre la oligarquía
catalana y el monarca Juan II. Durante la guerra civil, los campesinos tuvieron una actuación muy
destacada, ya que las guerrillas de los remensas, llegaron a dominar amplias zonas del Principado. Pero la
importante contribución militar de los payeses a la causa de la realeza no encontro su debida
compensación, cuando concluyó la guerra civil. La Capitulación de Pedralbes (1472) no trajo a los
remensas los derechos que reivindicaban. 

 4. CONCLUSIONES:

Los siglos XIV  y XV, fueron de vital importancia para los territorios de las dos grandes Coronas
peninsulares, Castilla y Aragón, hemos visto como evolucionaron de distinta manera, sobre todo en su
institucionalización política, dando lugar a un fortalecimiento del poder real en Castilla, cada vez más
acusado y un proceso pactista en la Corona de Aragón, que marcarían su distinto devenir posteriormente.

El matrimonio de Isabel en 1469, (reina de Castilla desde la muerte, en 1474, de su hermano Enrique IV) y
Fernando II (rey de Aragón, desde el fallecimiento de su padre Juan II en 1479), más conocidos como los
Reyes Católicos, será considerado como el punto de partida de la unidad dinástica de los dos grandes
reinos de la Península: Castilla y Aragón.

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