Tema 7 Historia de España
Tema 7 Historia de España
Tema 7 Historia de España
Ruiz Lalinde
IES “Marqués de la Ensenada”
Haro
TEMA VII. LA ESPAÑA DEL BARROCO.
La política exterior de los Austrias las dos primeras décadas del XVII se
caracterizaron, coincidiendo con el reinado de Felipe III, por una paralización de las
actividades militares que respondía a una incapacidad de la Monarquía para seguir
luchando en Europa. En este contexto cabe entender la firma con los holandeses de la
Tregua de los Doce Años (1609) que, de hecho, reconocía la independencia de las
provincias holandesas del norte. Esta tregua, de la que quedaban excluidas las colonias,
supuso el final del enfrentamiento abierto, aunque dejó abierto un enfrentamiento
encubierto bajo la forma de guerra económica: bloqueo del comercio con Flandes,
hostigamiento de las colonias españolas e intromisión en el Mediterráneo con acuerdos
con Argel, Marruecos y algunos estados italianos.
La guerra de los Treinta Años, iniciada bajo el pretexto de la defensa del catolicismo
(Liga Católica) frente a los príncipes protestantes (Liga Evangélica), escondía la
colaboración de las dos ramas de los Habsburgo ( la Hispánica y la Austríaca) para
mantener su hegemonía en los asuntos europeos. A pesar de algunas victorias iniciales
(Breda, 1626), las derrotas navales de Dunas (1639) y la terrestre de Rocroi (1643)
demostraron el fracaso de Olivares de devolverle a la Corona un prestigio internacional
que había comenzado a declinar. Las rebeliones de Cataluña y Portugal en 1640
ayudaron al fracaso de la Corona, obligada a luchar en dos frentes.
La paz de Wesfalia (1648) puso fin a la guerra de los Treinta Años, consagrando la
independencia de Holanda, si bien la Monarquía conservaba las provincias católicas del
sur (Bélgica).además se impuso la tolerancia religiosa en los territorios del imperio, la
Confederación Helvética se separó reconociendo todos su neutralidad, Suecia y Francia
ampliaron sus territorios y Austria se separó del Imperio. Sin embargo, Wesfalia no
puso fin a la guerra entre la Monarquía y Francia, que se prolongó hasta la Paz de los
Pirineos (1659).
1
P.A. Ruiz Lalinde
IES “Marqués de la Ensenada”
Haro
7.2. Gobiernos de validos y conflictos internos:
Ambos validos tuvieron características comunes que luego imitaron sus sucesores:
eran aristócratas, intentaron gobernar prescindiendo de los consejos y se rodearon de
partidarios entre sus parientes y amigos.
2
P.A. Ruiz Lalinde
IES “Marqués de la Ensenada”
Haro
Lerma y Uceda, a la vez que creaba numerosas juntas para solucionar los males
tradicionales de Castilla: ruina de la agricultura y de la industria, lujo excesivo de
la nobleza, reducción de los gastos de la Casa Real, etc. Su gobierno se caracterizó
por el autoritarismo, al quitar competencias a los Consejos, que se convirtieron en
meros órganos consultivos no vinculantes, lo que marginó a la nobleza que los
integraba de las decisiones políticas. Por otra parte, Olivares era consciente de que
la estructura de la Monarquía, en un momento de fuerte recesión económica, era
ineficaz para mantener la política imperialista.
Por ello creyó conveniente imponer una centralización de la Administración que
repartiese las cargas militares y fiscales entre todos los reinos: la Unión de Armas,
que consistía en repartir el peso de la política imperial de una manera más
adecuada a las posibilidades de cada reino, los cuales habían de participar en la
formación de un ejército común mantenido en función de su población y de su
riqueza.
c) Durante el reinado de Carlos II, la debilidad física y mental del nuevo rey se
tradujo en la recuperación de poder de la aristocracia frente al absolutismo
monárquico.
El personaje que encarnó esta política fue Juan José de Austria, hijo ilegítimo
de Felipe IV, que al frente de un ejército de 15.000 hombres, con el apoyo de la
aristocracia y la Corona de Aragón se autoproclamó primer ministro.
A su muerte se sucedieron una serie de primeros ministros aceptados por la
aristocracia. El duque de Medinaceli y el conde de Oropesa como más destacados,
llevan a cabo una política de reformas: control del desorden monetario
( devaluación de la moneda de vellón), reorganización de la recaudación de los
impuestos, recorte de gastos, etc.
La caída de Oropesa supuso un debilitamiento del reformismo, aunque este
triunfará con la llegada de los borbones en el siglo XVIII.
3
P.A. Ruiz Lalinde
IES “Marqués de la Ensenada”
Haro
Cataluña, amparada en sus propias leyes y constituciones, rechazó en las Cortes
de 1626 y 1632 la propuesta de Olivares de introducir la Unión de Armas y el
cobro de una quinta parte de todos los impuestos recaudados por las ciudades
catalanas.
4
P.A. Ruiz Lalinde
IES “Marqués de la Ensenada”
Haro
A estos factores hay que añadir la emigración a América, que aunque no fue
decisiva, sí incidió de forma significativa en Andalucía y Castilla.
5
P.A. Ruiz Lalinde
IES “Marqués de la Ensenada”
Haro
tenían acceso a artesanía de calidad suministrada por los gremios o
importada de Flandes, Italia, Inglaterra, Francia o las colonias.
Las ventas que se obtenían del campo no se invertían en empresas
industriales y comerciales incompatibles con la hidalguía y la limpieza de
sangre, además de dar pocas ganancias y tener mucho riesgo.
Se adquirían inmuebles( casas, tierras), préstamos al Estado, cargos, títulos
de nobleza, buscaban ser rentistas sin necesidad de trabajar.
Ante estas dificultades y la revolución de los precios del siglo XVI, la
artesanía castellana entró en recesión: falta de competitividad por los altos
precios. El incremento de precios se vio reforzado por las emisiones de
moneda de vellón para paliar las demandas del Estado y financiar su política.
El comercio interior se veía dificultado por las aduanas interiores entre
reinos ( puertos secos) y las que existían entre los territorios vascos y el resto
de la península; además de peajes municipales y señoriales.
El comercio exterior exportaba materias primas e importaba manufacturas:
déficit de la balanza de pagos que se cubría con el oro y la plata de América,
más necesario que nunca.
El comercio con América decayó entre 1630 y 1660 por el incremento de
los intercambios entre las colonias, la presión fiscal excesiva y la
confiscación de remesas enteras de oro y plata para gastos militares. A partir
de 1660 el comercio exterior se recuperó favoreciendo básicamente a
comerciantes extranjeros: mercancías que venían a la península para ser
exportadas a América. A finales del siglo XVII sólo un 5% de los productos
enviados al Nuevo Mundo procedían de la península.
- Una sociedad estática: La sociedad seguía siendo estamental con dos
estamentos privilegiados, clero y nobleza, y el tercer estamento que producía
y trabajaba.
6
P.A. Ruiz Lalinde
IES “Marqués de la Ensenada”
Haro
directos (diezmo, rentas señoriales) que podían ascender a la mitad del
producto de sus tierras y ganados. Su posición dependía de si eran o no
propietarios de las tierras: en el norte abundaban los labradores
propietarios, mientras que en Aragón, Valencia, Extremadura y el sur, la
situación era la contraria mayoritariamente.
La mayoría de los artesanos y comerciantes de las ciudades estaban
organizados en gremios. Dada la escasa relevancia que tenía el
artesanado y el comercio, el papel de la burguesía de negocios era
reducido. Prestamistas y comerciantes eran mayoritariamente extranjeros.
La burguesía española se apresuraba a ennoblecerse, abandonando
negocios para convertirse en rentistas y no pagar impuestos.
En las grandes ciudades, sobre todo en Madrid, vivía un numeroso
grupo de mendigos, pobres, delincuentes y pedigüeños a la búsqueda de
dinero fácil, limosnas, la beneficencia y el pan barato a precio tasado por
la corona.