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TEMA 31.

LOS REINOS PENINSULARES EN LOS SIGLOS


XIV Y XV. CONFLICTOS SOCIALES. DIVERSIDAD
CULTURAL.

1. INTRODUCCIÓN. JUSTIFICACIÓN DE LA IMPORTANCIA DEL


TEMA.
2. LOS REINOS PENINSULARES EN LOS SIGLOS XIV Y XV.
2.1 EL REINO DE CASTILLA-LEÓN.
2.2 LA CORONA DE ARAGÓN.
2.3 EL REINO DE PORTUGAL.
2.4 EL REINO DE NAVARRA.
2.5 EL REINO DE GRANADA.
3. CONFLICTOS SOCIALES.
3.1 LA REVUELTA IRMANDIÑA DE GALICIA.
3.2 EL MOVIMIENTO REMENÇA EN CATALUÑA.
3.3 LAS LUCHAS BANDERIZAS EN EL PAÍS VASCO.
3.4 LA REVUELTA FORÁNEA EN MALLORCA.
4. DIVERSIDAD CULTURAL.
4.1 LA POBLACIÓN DE LA PENÍNSULA IBÉRICA.
4.2 HACIA LA EXPULSIÓN DE LOS JUDÍOS.
4.3 LA CULTURA URBANA.
5. CONCLUSIONES.
6. BIBLIOGRAFÍA Y RECURSOS WEB.
FICHA DE INNOVACIÓN DEL TEMA

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1. Introducción. Justificación de la importancia del tema.

El desarrollo de los reinos peninsulares durante los siglos XIV y XV


estuvo marcado por el contexto europeo (en especial por la guerra de los
Cien Años), las epidemias y las luchas internas de cada reino y entre ellos.
La unión de la corona de Aragón con Castilla y la anexión del reino de
Navarra forman parte de la construcción paulatina de la actual península
Ibérica. La sociedad feudal y la consecuente relación de vasallaje entre
señores y campesinos llevaban intrínsecos el fenómeno de la revuelta
popular. Los conflictos y las sublevaciones en las que los campesinos
reclamaban ser escuchados en un sistema político que les excluía por
naturaleza fueron de enorme importancia durante estos siglos. La respuesta
de las instituciones, a menudo negociada, fueron desventajosas siempre
para el campesinado, que no consiguió establecerse como un poder fuerte
junto a las instituciones de la monarquía, la nobleza y el clero; pero eso sí,
consiguieron mejoras sustanciales en la situación de urgencia que vivían.
Fue también imprescindible la evolución del sentimiento antisemita
de estos siglos, empujado por una crisis sistémica de un feudalismo que
daba ya sus últimos coletazos, se acrecentó un sentimiento de repulsa hacia
los judíos apoyado, en un principio, contra la usura. Tras un aumento de la
violencia contra la comunidad judía y más tarde en especial contra los
conversos, a finales del siglo XV se hace oficial la expulsión de los judíos
del reino.
Estos dos siglos marcaron el declive del sistema feudal y con él una
época, la Edad Media, que verá en Castilla su final y el comienzo de la
Edad Moderna con la revuelta burguesa de los comuneros. El
descubrimiento de América, la Santa Inquisición, la expulsión de los
judíos, la conquista de Granada y más tarde el fin de la conquista de las
Canarias; fueron acontecimientos de enorme trascendencia que ocurrieron

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al final del siglo XV y que explican la profundidad de los cambios que
vivirán las sociedades de la península Ibérica.

2. Los reinos peninsulares en los siglos XIV y XV.

A partir del siglo XIII se abre en la Península Ibérica un periodo


político que busca la organización de los poderes económicos y sociales en
los diferentes reinos. Recordemos que el espacio peninsular estaba dividido
entre el reino de Castilla-León, el reino de Portugal, el reino de Navarra, la
incipiente corona de Aragón y el reino musulmán de Granada.
Desde una perspectiva general se pueden señalar varios aspectos
sobre la tendencia demográfica y social de la población peninsular. La
caída demográfica se hizo visible a partir de final del siglo XIII debido a
varios factores: la expansión de la peste negra y la guerra civil fratricida
entre Pedro I y Enrique II y también la guerra civil catalana en la segunda
mitad del siglo XV. A esto se unió la reducción de la producción de trigo,
que se quedó insuficiente para abastecer a la población, y las condiciones
climatológicas en la zona norte «de muy grandes nieves e de grandes
yelos» (recogido en las Cortes de Burgos en 1345).
Tras las reconquistas de los siglos XII y XIII se produjeron
movimientos demográficos de repoblación que modificaron la ordenación
social produciéndose un aumento del poder económico y político de la
nobleza como consecuencia de las ampliaciones territoriales de las que
resultó beneficiaria. La caballería también se vio recompensada por su
participación en las reconquistas y se consolidó la burguesía urbana debido
al desarrollo comercial y artesanal. El campesinado empeoró
progresivamente sus condiciones a consecuencia de lo anterior, lo que
ocasionará enfrentamientos violentos y revueltas organizadas campesinas.

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La búsqueda de la centralización política en torno al rey se valió de
instrumentos políticos a su alcance:
1. La Administración Real; se divide el poder político en la
administración central (Consejo Real); la justicia (en Aragón,
Tribunales de Justicia); la división territorial; en lo militar se crearon
figuras como el Condestable (jefe superior del ejército); y en lo
financiero se dividió en Contadurías Mayores en Castilla y Maestre
Racional en Aragón.
2. En cuanto a lo militar se pasa de un ejército basado en las huestes
feudales a la necesidad de crear un ejército real propio.
3. En lo referente a la jurisdicción y leyes, se camina también hacia la
unificación de las leyes, se hace visible en el Ordenamiento de
Alcalá de Alfonso XI y en los intentos de Pedro IV en Aragón, que
dieron lugar a las Guerras de Unión.
4. Se realizaban también ritos y ceremonias que encumbraban la figura
de los monarcas. Aparecieron como consecuencia espectáculos
dirigidos al pueblo, emergiendo así la opinión pública.
5. La economía se caracterizó por la separación de competencias,
colocándose fronteras y aduanas entre las dos grandes Coronas. Se
caracterizó por la realización de ferias y mercados como
instituciones de ordenación interna en los territorios.

2.1 El Reino de Castilla-León.


El siglo XIV comenzó en Castilla con la disputa entre dos grupos de
nobles, los Haro y los Lara, que se saldaría con un fortalecimiento del
poder real tras cumplir la mayoría de edad Alfonso XI (1312-1350) y
promulgar el Ordenamiento de Alcalá en 1348. Posteriormente Pedro I
(1350-1369) emprendió la llamada guerra de los dos Pedros, contra Pedro
IV de Aragón, quien defendía la legitimidad para reinar de Enrique de

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Trastámara, hijo bastardo de Alfonso XI. Este conflicto se planteó como
una extensión de la guerra de los Cien Años debido a que fue fomentada
por Francia, cuyos intereses representaba Pedro IV de Aragón. Por otro
lado la corona inglesa apoyaba a Pedro I. El conflicto concluyó con el
asesinato de Pedro I a manos de Enrique de Trastámara, su hermanastro,
comenzando así su reinado como Enrique II (1369-1379).
Hubo un periodo de relativa tranquilidad social hasta el conflicto
generado por la destitución de Enrique IV (1454-1474), este
acontecimiento conocido como la «farsa de Ávila» supuso la sustitución
del rey por su hermano menor, Alfonso. Éste falleció pronto al igual que el
príncipe y comenzó la lucha por el reinado entre Isabel y Juana la
«Beltraneja». Con la victoria de Isabel, casada con Fernando de Aragón, se
produjo la unión dinástica de los dos estados más fuertes de la península.
Se abriría así un periodo de fortalecimiento de la corona apoyado sobre un
proyecto común (la conquista de Granada) y una política de control y
propaganda muy precisa. Si bien la unión entre las coronas funcionó como
un fuerte nexo, los reinos de Aragón, Valencia y Mallorca, así como el
principado de Cataluña, seguían poseyendo su propia configuración
política.

2.2 La corona de Aragón.


La corona de Aragón durante el siglo XIV vivió un periodo de
refortalecimiento del poder regio tras las continuas conquistas políticas de
los reyes Jaime II (1291-1327), Alfonso IV (1327-1336) y Pedro IV
(1336-1387). En poco tiempo se había producido la ocupación de Sicilia
(1282), la investidura de Córcega y Cerdeña (1295), la conquista de Atenas
y Neopatria (1311) y la de Cerdeña (1324).
Sin embargo, durante los reinados de los hijos de Pedro IV, Juan I
(1387-1395) y Martín I (1395-1410), la epidemia de la peste negra y el

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conflicto de los dos Pedros con Castilla creó un periodo de inestabilidad
que se agravaría con las pretensiones de la nobleza de controlar el poder.
Tras la muerte de Martín I (1395-1410) sin descendencia se agravó el
problema aunque se mantuvo el orden institucional y el poder regio
dándose como solución en el Compromiso de Caspe el nombramiento del
monarca Fernando de Trastámara. Esta decisión fue rechazada desde el
principado de Cataluña llegando a producirse una guerra civil que duró diez
años (1462-1472) y se saldó con la victoria de las armas realistas apoyadas
por Aragón y Valencia, aunque el problema no desaparecería y fue
heredado por Fernando II.

2.3 El reino de Portugal.


En Portugal la monarquía se impuso sobre la nobleza y la iglesia a
partir del reinado de Dionisio I (1279-1325), durante el cual se firmó el
acuerdo con Castilla (1297) por el que se reafirmaba el Algarve como
territorio del reino. Su sucesor Alfonso IV (1325-1357) y Pedro I
(1357-1367) protagonizaron una disputa entre nobles que se reavivó con el
apoyo de Portugal a Inglaterra en la guerra de los Cien Años, Pedro I cedió
sus derechos al duque de Lancaster. En 1383 se produjo un conflicto por la
sucesión de Fernando I (1367-1383) entre Juan I de Castilla, casado con la
heredera Beatriz y apoyado por la nobleza portuguesa, y Juan maestre de
Avís apoyado por la burguesía mercantil. Acabó triunfando la dinastía de
Avís tras la derrota de Juan I en Aljubarrota (1385).

2.4 El reino de Navarra.


A principio del siglo XIV Navarra estaba sometida a una ocupación
militar por parte de Francia por la ostentación de los hijos de Juana I y
Felipe IV sobre la corona de Navarra. Es a partir del reinado de Juana II
(1328-1349), de la dinastía Valois cuando se consiguió la independencia del

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reino y se tomó parte en los problemas peninsulares interviniendo en la
guerra de los Dos Pedros y en la represión de Jacquerie. El principal
problema interno del reino navarro fue el crecimiento desmedido del poder
de la nobleza unido a la crisis económica durante los reinos de Carlos II y
Carlos III. Con el reinado de Blanca, hija de Carlos III, casada con Juan de
Aragón y Castilla, se agravaron las disputas entre grupos de nobles
(agramonteses y beamonteses). Este conflicto unido a la discusión sobre la
sucesión de Blanca generó una guerra civil que se saldó con la intervención
de Fernando el Católico con un ejército castellano, acabando con la
anexión del reino de Navarra a la Corona de Castilla.

2.5 El reino de Granada.


El reino de Granada fue el último territorio islámico en Europa,
nacido a partir del tratado de Jaen de 1246 en el que Fernando III de
Castilla reconoció el poder de Muhammad ibn Yusuf ibn Nasr, a cambio del
territorio de Jaen y un tributo anual. El reino nazarí se caracterizó por la
inestabilidad interna fomentada por las disputas entre grupos de nobles
granadinos, además de los intereses castellanos y benimerines. La política
fiscal se definió por el gravamen a todo el tejido productivo del reino lo
que permitía mantener al ejército y construir fuertes defensas estratégicas.
En cuanto a la economía éste se centraba en la agricultura orientada hacia
el comercio exterior (seda, caña de azúcar y frutos secos). Por otra parte las
propiedades rurales se dividían entre grandes propiedades pertenecientes a
las familias de los nobles y las pequeñas propiedades de explotación
directa. Málaga se convirtió a mediados del siglo XIV en un poderoso
puerto comercial en el que transitarían genoveses, venecianos y florentinos.
A finales del siglo XV comienza la conquista del reino nazarí (1482)
por parte de los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, quienes fomentaron las
discordias internas y fueron paulatinamente conquistando territorios hasta

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cercar a la Vega y la ciudad de Granada el 2 de enero de 1492, cuando el
último rey nazarí, Muhammad XII, entregó los territorios a las tropas
cristianas acabando así la larga etapa de presencia musulmana en la
península ibérica.

3. Conflictos sociales.

Durante toda la Edad Media sucedieron conflictos sociales en forma


de revueltas populares, campesinas mayoritariamente, en las sociedades
feudales. Por tanto, es un error asimilar estas revueltas con el periodo de
crisis de la baja edad media. Recordemos que fue un periodo en el que la
peste negra se cebó con una población totalmente indefensa acabando con
alrededor de un cuarto de la población europea. Además se sucedieron los
conflictos bélicos siendo el principal la guerra de los Cien Años, la guerra
civil en Castilla y ya anteriormente se daban etapas de hambrunas debido al
aumento de la demanda que llegaba a ser inabarcable para la producción.
Durante los periodos de crecimiento se dieron igualmente conflictos
sociales, por tanto no se puede afirmar que fueran causa de la crisis. Al
contrario, se deduce que estos conflictos son inherentes al sistema feudal,
un rasgo del mismo; que encuentra su causa en la relación de vasallaje
entre señores y campesinos.
En la Península Ibérica se pueden destacar varios conflictos
importantes: la revuelta irmandiña en Galicia, el movimiento remensa en
Cataluña, los banderizos vascos y la revuelta foránea en Mallorca.

3.1 La revuelta irmandiña en Galicia


La situación concreta de Galicia se caracterizaba por el significado
de las casas fuertes o fortalezas, que simbolizaban el poder de los señores

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feudales y servían de refugio para los bandoleros protegidos por los
poderosos; y también por la institución de la Hermandad, organización que
agrupaba a los sublevados y a los que se unían o daban apoyo a la revuelta.
Hubo una primera revuelta irmandiña en 1431 en la que los campesinos del
norte de Galicia se sublevaron contra Nuño Freire de Andrade, señor del
Ferrol apodado «el malo». Uno de los principales objetivos era la
destrucción de las casas fuertes, símbolo de la opresión contra los
campesinos.
La revuelta más importante estalló en 1467 y concluyó dos años más
tarde, aunque fue principalmente campesina, se unieron también en la
Hermandad gente de las ciudades e incluso hidalgos y nobles. En un
principio fue una reacción contra las fortalezas que perjudicaban a las
poblaciones rurales, sin embargo no debemos olvidar la tendencia
generalizada a romper la relación de vasallaje y a aprovechar la situación
de vacío de poder por la guerra civil para conseguir legitimidad política. El
conflicto fue una guerra contra los señores feudales del territorio y durante
estos dos años de guerra irmandiña la Hermandad se dividió en tres grupos
y demolieron al menos ciento treinta fortalezas. En un principio hubo un
movimiento de huida de nobles y los irmandiños suprimieron los impuestos
abusivos y eliminaron algunos malos usos como el «amádigo» (obligación
de alimentar a los hijos de hidalgos).
Más tarde la nobleza reaccionó y logró vencer militarmente a los
sublevados con ayuda de la nobleza de otros reinos que mostraron
solidaridad de clase. Además hay que añadir la discrepancia que existió en
el mismo bando de los irmandiños, que al tomar un matiz más
revolucionario, vio como abandonaban sus filas los hidalgos que se habían
unido por el enemigo común de la nobleza.

3.2 El movimiento remença en Cataluña

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Los remenças eran campesinos que mantenían una relación de
servidumbre con el señor, no eran esclavos propiamente dicho pues su vida
no se compraba o vendía, pero sí estaban atados a la relación con el señor y
tenían que pagar para dejar de trabajar para ellos; así como diversos «malos
usos» que realizaban los señores feudales y llevó a la organización y
sublevación de éstos. El conflicto de los remenças con los señores feudales
comenzó en 1447, y fueron apoyados por la nobleza baja y el rey; mientras
que la burguesía apoyaba a la alta nobleza. Finalmente Fernando el
Católico impuso el fin de los «malos usos» a cambio de un aporte
económico en 1486.

3.3 Las luchas banderizas en el País Vasco


La lucha de los banderizos vascos se inició con el enfrentamiento
entre dos bandos muy poderosos: los Oñacinos y los Gamboinos. Aunque
este enfrentamiento encierra una gran complejidad, cabe reseñar que sirvió
para ocultar el enfrentamiento abierto entre los grupos de poderosos,
dueños de las tierras, y los labradores. La sociedad vasca tenía una
organización basada en fuertes linajes familiares con un componente
inquebrantable de solidaridad. Por encima del linaje estaba el bando de
pertenencia, que por tanto se componía de varios linajes, y cuyo líder
siempre era un pariente mayor. Así la jerarquía social de los bandos
encerraba también una relación de dependencia que se basaba en rentas o
servicios. Tras esta estructura se encontraba el reparto feudal basado en dos
grupos, la nobleza, que eran también los parientes mayores, y los
campesinos.
A partir de 1457 se desató en el País Vasco una revuelta contra los
parientes mayores perpetrada por las masas populares organizadas en
Hermandades. Al igual que en las guerras irmandiñas de Galicia en estas
hermandades se concentraron no solo trabajadores del campo, también

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gente de la ciudad y algunos hidalgos.

3.4 La revuelta foránea en Mallorca


La revuelta en Mallorca estalló con la imposición de un tributo real,
sin embargo ya habían existido conflictos de los foráneos contra la
oligarquía de Palma, el conflicto enfrentó al campo (forans) frente a la
ciudad (ciudatans). Esta revuelta fue iniciada en 1450 y reprimida por
Alfonso V tras el asalto a la capital, los municipios fueron sancionados y
hubos ajustamiento de cabecillas.
4. Diversidad cultural.
4.1 La población de la Península Ibérica.
La población de la península ibérica durante los siglos XIV y XV,
siguiendo la misma tendencia europea, se repartía entre el campo y la
ciudad, siendo la ciudad un área con mayor mortalidad necesitada de un
flujo de inmigración rural para asegurar su renovación. Esto unido a la
necesidad de un espacio rural próximo que abastezca de alimentos hace que
se cumpla la norma de que en torno a una ciudad medieval siempre había
un amplio y productivo espacio rural.
Como consecuencia de la crisis demográfica debido a la epidemia de
la peste y también a la guerra civil, las ciudades vieron significativamente
mermadas sus poblaciones. En Barcelona disminuyó su población a la
mitad, sin embargo en Valencia aumentó. Mallorca y Zaragoza se
mantuvieron en un nivel medio de veinte mil habitantes, mientras que
ciudades comerciales como Perpiñán y Tortosa, o rurales del interior como
Huesca, Játiva y Morella oscilaban entre los cinco y diez mil habitantes. En
el reino de Castilla las mayores poblaciones se concentraron en el tercio sur
siendo Sevilla la población de mayor crecimiento llegando al final del siglo
XV a cincuenta mil habitantes. Otras ciudades grandes como Valladolid,
Toledo y Córdoba sobrepasaron los veinte mil y otras como Murcia,

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Burgos, Salamanca, Jaén, Baeza, Écija y Jerez sobrepasaron los diez mil.
Hubo otro grupo de ciudades más pequeñas, entre dos y siete mil
habitantes, entre las que estaban los núcleos de los grandes señores del
siglo XV como los condes de Haro, de Benavente, duques de Nájera, de
Medinaceli, marqués de Villena, etc.

4.2 Hacia la expulsión de los judíos.


Si bien, como hemos visto, la conflictividad durante la Edad Media estuvo
definida por la relación de vasallaje entre señores y campesinos; existió,
más fuertemente durante el siglo XV, un movimiento de repulsa en especial
contra los judíos y también contra los moros. Se trató de un movimiento
con causas sociales y económicas que se disfrazó de conflicto religioso. El
problema principal fueron las llamadas «deudas judiegas», las deudas con
alto interés que habían contraído los cristianos con los judíos y que
alcanzaban el 33,33% anual. Ya en 1312, durante el Concilio celebrado en
Zaragoza se pedía, aunque no se aprobó, la segregación de la comunidad
judía con normas como que se le prohibiese la práctica de la usura, que no
pudieran ejercer cargos públicos, que llevasen señales distintivas, etc. En
1348 en las Cortes de Alcalá de Henares, bajo el reinado de Alfonso XI, se
prohibió a los judíos que ejercieran la usura, aunque no se cumplió
estrictamente, significó la pérdida del favor real.
A partir de la segunda mitad del siglo XIV y durante el siglo XV se
radicalizó el antisemitismo. Esta es una etapa en la que la peste negra había
causado un gran descenso demográfico y la guerra entre Enrique de
Trastámara y Pedro I agudizaron las tensiones. En dicha guerra estuvo
inmerso el problema, el bando de Enrique de Trastámara había enarbolado
la bandera del antisemitismo, en contraposición a Pedro I que había
protegido a la comunidad judía. La violencia estalló con especial incidencia
en el valle del Guadalquivir, sobresaliendo un clérigo, Ferrán Martínez,

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quien promulgó el odio hacia los judíos en sus sermones hasta tal punto de
que el rey Enrique II en 1378 y más tarde Juan I en 1382 se dirigían a él
para que cesara en la violencia de su discurso llegando en 1389 a prohibirle
bajo pena de excomunión que continuara interviniendo en los pleitos contra
los judíos. Tras la muerte de Juan I y la minoría de edad de Enrique III, el
vacío de poder dio paso a la violencia. Estalló en Sevilla y pronto se
expandió por el resto del reino llegando a Aragón; la violencia se centró en
el saqueo de las juderías y en la conversión al cristianismo, decisión que
tomaban los judíos para salvar sus propias vidas.
Tras una etapa de violencia durante la última etapa del siglo XIV, los
judíos de Castilla vivieron una etapa de desarrollo protegidos por Juan II,
en la que volvieron a ocupar puestos de responsabilidad pública. De nuevo
el sentimiento antisemita fue creciendo durante el siglo XV, esta vez
centrado en los conversos y auspiciado por la crisis económica debida a las
malas cosechas y subida de precios, además de la imparable epidemia de la
peste. Esta vez la violencia se inició en Córdoba en 1473 y de allí se
expandió primero a otras ciudades del valle del Guadalquivir y luego hacia
el norte de Castilla y Aragón. El antisemitismo funcionó como una salida al
descontento general de las clases populares. En 1478 se instauró la Santa
Inquisición en Castilla y en 1483 en Aragón; dando un mayor alcance al
problema y dando paso a la expulsión de los judíos en 1492.

4.3 La cultura urbana.


Las universidades más importantes fueron la de Palencia (1212),
Salamanca (1218), Valladolid (1241), Lérida (1300) y Huesca (1354). Éstas
crecieron apoyadas por los reyes y en ellas se estudiaba además de
teología: Arte, Filosofía, Derecho y Medicina. Esta va de la mano del
fenómeno de superación del geocentrismo, el hombre fue tomando mayor
valor y con ello se extendió un nuevo enfoque cultural que se plasmó en las

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creaciones literarias y artísticas. Del siglo XIV nos ha llegado, dentro del
mester de Juglaría y Clerecía a Juan Ruiz, arcipreste de Hita (el Libro del
buen amor); en cuentos destacaron don Juan Manuel y su Conde Lucanor o
Libro de Petronia.
A partir del siglo XV surgen grandes obras de la historia como La
Celestina, de Fernando de Rojas en el género del romance; y en la lírica
culta o palaciega destacaron el Marqués de Santillana (Serranillas), Juan de
Mena (Laberinto de Fortunas) y Jorge Manrique (Coplas a la muerte de su
padre). En el género didáctico destacaron los Doce Trabajos de Hércules de
don Enrique de Villena, la Gramática de la lengua española de Antonio de
Lebrija o la Crónica de los Reyes Católicos de Diego de Valera. Por último
en el género teatral sobresalieron dos dramaturgos: Francisco de Madrid y
Juan de la Encina. En el espectro musical se desarrolló la polifonía y la
música profana (Di Casso, Da venosa y Palestrina) y en el artístico se
desarrollaron el arte gótico y mudéjar.

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5. Conclusiones.

Este tema se divide en dos grandes bloques, el primero encierra una


motivación política, se basa en la formación de los reinos durante los siglos
XIV y XV en la península Ibérica. La institución monárquica y las luchas
entre casas nobles definen esta primera parte que pretende esquematizar el
reparto de la península en esta época.
Un segundo bloque aborda el tema social. En primer lugar haciendo
referencia a los conflictos o revueltas populares que sucedieron durante
estos siglos. De enorme trascendencia pues ocasionaron guerras abiertas
contra los señores que en algunos casos tuvieron que pedir ayuda a la
nobleza de otros reinos. La conflictividad en las áreas rurales es sin duda
mucho más alta, obviamente, ya que el seno de la sociedad feudal recae en
la relación entre señores y vasallos, con una mayor relevancia en el ámbito
rural.
En esta parte del tema, es reseñable destacar las diferencias
organizativas en las diferentes sociedades. Hemos visto, por ejemplo, como
los irmandiños organizados en Hermandades se levantan contra las casas
fuertes como símbolo y causa de su opresión. Y por otro lado, se ha
esbozado la organización de la sociedad vasca basada en linajes familiares
y como los señores constituían también un papel dominante en esos
bandos. La complejidad de la sociedad medieval es muy compleja y en
cada territorio tiene unas características concretas, lo que parece que sí es
extensible es la hostilidad entre los trabajadores del campo y los señores,
que en muchos casos mantenían relaciones de servidumbre.
Por último la creciente repulsa a la comunidad judía en Castilla
constituye un fenómeno político que hunde sus raíces en la desigualdad
social debido a la crisis económica que vivía la península. Esta violencia
pasó por dos etapas y entre ellas una etapa de tranquilidad y desarrollo para

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la comunidad judía que no duraría mucho. Este conflicto que se justificó
como religioso tuvo sus consecuencias económicas basadas en el saqueo de
las juderías y la desposesión de los bienes de los judíos.
Como ya se ha mencionado estamos en una época de cambios y
conflictividad que dará paso a la Edad Moderna, no exenta de conflictos
sociales, pero con cambios significativos en ordenamiento social, político y
económico; para la Península, muy influido por la conquista de América y
la extracción sus recursos.
6. Bibliografía y Recursos Web.

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• www.artehistoria. com Página web sobre historia universal


• www.edadantigua.com Página con información sobre la Edad
Media
• www.historiasiglo20.org Página Web con recursos educativos de
geografía e historia
• www.edadantigua.com Página Web con información sobre la Edad
Media
• www.isftic.mepsyd.es Página Web sobre recursos educativos del
Ministerio de Educación
• www.geohistoria.net Página Web sobre recursos educativos

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• www.educar.org Página Web sobre recursos educativos
• www.medievalismo.org Revista especializada en Edad Media
• www.profes.net Página sobre recursos educativos
• www.aula21.net Página sobre recursos educativos
• www.santillana.es Página sobre recursos educativos

Ficha de innovación del tema.

Relación con el P o s i b l e Algún aspecto El tema en la


Currículo implementación del tema en el literatura
d i d á c t i c a a cine
través de
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Geografía e Elaboración de un • I s a b e l • Testamento
Historia en 2º (2012): de Sangre.
trivial digital sobre
ESO y en la J o r d i Alfredo
asignatura de los aspectos del Frades. Ve n t e o
Historia de • La corona Contreras.
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Bachillerato. (2016): judío. Noah
J o r d i Gordon.
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• La marrana Lancaster.
(1992): M a r í a
José Luis Te r e s a
Cuerda. Álvarez.

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