Caso - Guido Águila Grados

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UNIVERSIDAD CATÓLICA SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO

FACULTAD DE DERECHO
ESCUELA DE DERECHO

DEDICATORIA

CASO “GUIDO ÁGUILA GRADOS”

ASIGNATURA

DEONTOLOGÍA JURÍDICA

INTEGRANTES

ECHEVARRÍA CARLOS GUADALUPE

GUILLERMO CARBONEL OLENKA

LEYTON SANTISTEBAN ROSA


AGRADECIMIENTO
MARTÍNEZ GARNIQUE WENDY

MARTÍNEZ YOMONA DIANA

CICLO ACADÉMICO 2021-I

DOCENTE
ÍNDICE
DR. ACOSTA YPARRAGUIRRE EDUARDO

Chiclayo, abril 2021


ÍNDICE

PROTOCOLO DE LA INVESTIGACIÓN.............................................................................2

OBJETIVOS.................................................................................................................................... 2

HIPÓTESIS..................................................................................................................................... 2

CAPÍTULO I. EL CONFLICTO EN RELACIÓN A LOS CONCEPTOS MATERIA DE


ESTUDIO……………………..............................................................................................................3

1.1. Hechos del caso materia de investigación...................................................................... 3

1.2. Identificar el conflicto deontológico................................................................................ 4

1.3. Identificar de qué manera se aplican los conceptos estudiados (ontología,


gnoseología, axiología, moral, ética y deontología teórica y codificada)..............................5

CAPÍTULO II. DESARROLLO DE LA INVESTIGACIÓN...................................................10

2.1. ACTO MORAL............................................................................................................... 10

2.2. LIBERTAD Y DIGNIDAD............................................................................................ 13

2.3. CONCIENCIA MORAL................................................................................................ 15

REFERENCIAS........................................................................................................................20

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PROTOCOLO DE LA INVESTIGACIÓN

OBJETIVOS

General

- Determinar el grado de afectación de la conducta antiética exfuncionario y


profesional del derecho Guido Águila Grados con respecto a la sociedad y al
sistema jurisdiccional peruano.

Específico

- Identificar la moralidad de los actos cometidos por Guido Águila Grados, desde
el sentido ético en relación con la dignidad, libertad y responsabilidad.

HIPÓTESIS

Si los códigos de ética contienen una visión deontológica basados en principios


ontológicos y axiológicos, entonces los actos de corrupción cometidos por el abogado y
exfuncionario público Guido Águila son moralmente malos que causaron una afectación
a la sociedad.

2
INTRODUCCIÓN

El presente trabajo de investigación versa sobre un análisis de los actos cometidos por el
exfuncionario Guido Águila Grados, durante su gestión como presidente del ex Consejo
Nacional de la Magistratura. El análisis será llevado a cabo desde el punto de vista ético
en relación con la dignidad, la libertad y la responsabilidad. Debe precisarse que la
deontología profesional versa sobre los deberes y obligaciones que tienen los
profesionales respecto del compromiso social al que se encuentran ligados en el
ejercicio de su profesión. Ahora bien, estas obligaciones y deberes se encuentran
recogidos en los códigos de ética, y es ahí donde se expone una visión deontológica
basada en principios ontológicos y axiológicos a los que deben sujetarse los
profesionales, en estricto para el caso, los profesionales del derecho dentro de su
actividad laboral. Debido a que, cualquier profesional debe partir del principio que no
se puede actuar desconociendo los valores morales.

El caso materia de análisis, pretende mostrar una visión desde la deontología jurídica
respecto de los actos de corrupción en lo cuales se encontró envuelto el exfuncionario
del ex Consejo Nacional de la Magistratura, el señor Guido Águila Grados. Se pretende
establecer una valoración del conflicto deontológico presentado, respecto del
favoritismo por parte del exfuncionario para con los estudiantes de su academia durante
el proceso de postulación en la obtención de una plaza en el ex Consejo Nacional de la
Magistratura, de la cual en ese entonces él ostentaba el cargo de presidente.

En definitiva, la deontología se decanta como un conjunto de normas o directrices que


rigen las conductas del profesional para que sus actuaciones dentro de la profesión se
ajusten a la justicia y a la verdad. Por ende, ha resultado conveniente tocar los siguientes
temas para el presente análisis, primero se realizará un análisis respecto a la
identificación del conflicto deontológico presentado, para en base a ello, analizar los
actos de corrupción cometidos, siendo necesario abarcar los temas del acto moral, la
libertad, la dignidad y por último, tocar abordar el tema de la conciencia moral, pues en
este tipo de casos se puede evidenciar una contradicción entre lo que me establece la
ética profesional y la ética personal que construye cada persona en base a su propia
conciencia.

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CAPÍTULO I. EL CONFLICTO EN RELACIÓN A LOS CONCEPTOS
MATERIA DE ESTUDIO

1.1. Hechos del caso materia de investigación

Guido Águila Grados es abogado de profesión por la Universidad Privada San


Martin de Porres, desde en el año 1999. Estudió una maestría en derecho Constitucional,
en el período 2000 al 2002. Era propietario de la Escuela de Altos Estudios Jurídicos
(EGACAL), y ejercía el cargo de codirector y docente durante el período de 2004-2014.

Todo este proceso inicia con la escuela jurídica en mención que Águila fundó junto
con su esposa. EGACAL había capacitado a diferentes postulantes para acceder plazas
de jueces y fiscales. Sumado a ello, algunos participantes fueron seleccionados mientras
Águila había sido candidato al CNM y, de igual forma, durante su periodo de gestión.

En el 2015 Águila postula para ser miembro del CNM, por consiguiente, se le puso el
condicionante de entregar la lista de los egresados de su academia para que se evite
cualquier tipo de favoritismo o de interés por alguno de ellos. Guido Águila accedió y,
al momento de postular, se desvincula del todo con la academia, dejando al mando a su
esposa.

El día 22 de octubre de 2017, se dio a conocer que el presidente del CNM, no había
cumplido con su compromiso de entregar las listas solicitadas. No obstante, los
abogados Carlos Rivas y Cruz Silva del Instituto de Defensa Legal (IDL) hicieron
público tal hecho. Grados argumentó su desvinculación total de la academia Egacal y
que la responsable directa era su esposa, lo cual era cierto.

El día 31 de octubre del mismo año, Guido Águila decide ir a la Comisión de Justicia
del Congreso para responder a la denuncia que se le hace sobre un posible conflicto de
intereses. Luego de presentarse ante esta y discutir sobre la existencia de egresados de
Egacal que hayan postulado y hayan logrado ser seleccionados como jueces o fiscales
antes y durante la gestión del inculpado. El debate fue inconcluso y por tal motivo la
Comisión de Justicia siguió teniendo motivos suficientes para creer en las imputaciones.

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En noviembre de 2017, Cruz Silva, abogada del IDL indicó que es totalmente
necesario se ponga de conocimiento a la Comisión de Justicia los nombres de los
egresados de Egacal, con la finalidad de que se realice la respectiva comparación entre
los nombrados jueces o fiscales dentro de la gestión de Águila.

En base a los abundantes ataques realizados por los medios de comunicación hacia el
abogado este presentó su carta de renuncia, en la que textualmente indicaba “es que un
audio publicado ha puesto en evidencia que, aun cuando no me fueron ofrecidos ni
acepté prebenda, promesa o provecho alguno, no fui expreso, explícito y enfático en
rechazar la intromisión de un tercero en la selección de un cargo de fiscal y esa
inoportuna deficiencia debo asumirla como una situación que me impide continuar en el
cargo”.

De igual modo, en la misma carta señala: “A la luz de las reglas de la rectitud de


principios, me corresponde ser firme en mi censura a mí mismo y especialmente
valiente en la defensa del órgano constitucionalmente autónomo que integré e incluso
llegué a presidir. Todos nosotros tenemos el deber de actuar así, sin ambages ni dudas,
sin egoísmos ni cortapisas, frente a una situación en que la República y el pueblo
reclaman de sus funcionarios la capacidad de asumir las consecuencias, positivas o
negativas, de sus actos”.

1.2. Identificar el conflicto deontológico

Desde la perspectiva de la deontología, esta se decanta como un conjunto de normas


o directrices que rigen las conductas del profesional para que sus actuaciones dentro de
la profesión se ajusten a la verdad y justicia. Tomando en cuenta el caso planteado sobre
Guido Águila Grados, quién ostentaba el cargo público de Presidente del ex Consejo
Nacional de la Magistratura, el cual lo colocaba en un status de poder y le otorgaba una
responsabilidad por las funciones propias de su puesto y que dentro de las funciones que
ejercía y de los conocimientos que tenía en la institución que laboraba, realizó ciertos
actos que van en contra de la deontología toda vez que, ayudó deshonrosamente a
postulantes que pertenecían a su escuela.

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Debe tenerse en cuenta que, el magistrado tenía como mandato moral el no
aprovecharse del cargo que ostentaba para beneficiar a los egresados de su escuela, es
decir, el actuar de manera contraria a los mandatos de la justicia y a los concerniente al
trato igualitario que se debía tener con todos los postulantes que deseaban alcanzar una
plaza.

Respecto a lo mencionado, toda conducta efectuada por un profesional forma parte


de la deontología, y como tal, tiene un contenido ético y moral, la misma que no se
evidenció en el caso presentado pues, el magistrado llevó a cabo comportamientos
deshonestos, injustos y que afectaban a aquellos abogados que no eran parte de su
escuela.

Además, como ya se ha mencionado, la deontología estudia los deberes de los


profesionales y, en estricto, al tratarse de un abogado de profesión que tenía un cargo
público, este estaba sujeto a una multiplicidad de deberes, no solo consigo mismo sino
también con la sociedad.

En este caso se refiere al deber especifico de actuar con lealtad, probidad, veracidad,
honradez, eficacia y buena fe, todo ello conforme a lo establecido en el Art. 6 del
Código de Ética del Abogado. En definitiva, el magistrado no tomó en cuenta los
deberes propios de su profesión, incurriendo así en conductas deshonestas e
inescrupulosas al beneficiar a un grupo determinado de abogados, como tal estos actos
van a tener un impacto social negativo generando beneficio en algunos y desmedro en
otros que también se han preparado para la postulación a una plaza dentro del Ex
Consejo Nacional de la Magistratura.

1.3. Identificar de qué manera se aplican los conceptos estudiados (ontología,


gnoseología, axiología, moral, ética y deontología teórica y codificada)

Para poder determinar de qué forma se aplica la ontología en el caso en concreto, se


debe tener una noción respecto a tal concepto. Así, la Real Academia Española ha
establecido que la ontología es la “parte de la metafísica que trata del ser en general y de
sus propiedades trascendentales”. Asimismo, estudia al ser, siendo el ser aquello sin lo
cual la persona, el animal u otro dejaría de ser lo que debe de ser si no lo tiene.

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En relación al caso, tenemos que el ex funcionario Guido Ávila Grados al ejercer sus
funciones en el ex Consejo Nacional de la Magistratura, realizó actos indebidos,
concretizados en la ayuda a abogados que postulaban a cargo de jueces o fiscales y que
pertenecían a su Escuela de Altos Estudios Jurídicos (EGACAL).

Siendo así y en base a los abundantes ataques realizados por los medios de
comunicación hacia su persona en referencia a su actuar, formuló su carta de renuncia
conforme se detalla en el apartado de los hechos del presente trabajo, el cual refiere a un
supuesto arrepentimiento. Sin embargo, debe tenerse presente que, si el exfuncionario
hubiese tenido presente a la ontología desde un inicio, no hubiese realizado tales actos
que incluso provocaron la caída de un organismo autónomo, como lo era el Consejo
Nacional de la Magistratura.

Entonces ¿de qué manera se hubiese aplicado la ontología? Bueno, teniéndose en


cuenta que la ontología es una guía de la ética, el ex funcionario desde un inicio al saber
que tales actos no eran correctos, utilizando su raciocinio y diferenciándose de otros
seres como los animales, debió simplemente no realizarlos, ni utilizar las facilidades que
tenía como funcionario y el formar parte de dicho organismo para sacar provecho para
otros y para sí. Es decir, la gnoseología en todo momento estuvo presente en él, sin
embargo, optó por apartarse del mismo.

Por su lado, respecto a la gnoseología, tenemos que esta estudia al conocimiento, se


cuestiona sobre el mismo y sobre su validez. Además, se caracteriza por poseer la
aptitud del hombre para conocer la realidad y para concebir la verdad. No le interesa
preguntarse por el ser sino por el conocer, es decir, lo que se puede razonar y
comprobar.

En base a ello, debemos señalar que el ex funcionario Guido Ávila Grados es una
persona preparada, con estudios superiores en la carrera de derecho, por ello es que
conocía las implicancias de su actuar, aún más si al ser un abogado colegiado sabía del
contenido del Código de Ética. De ese modo, al poseer el exfuncionario la aptitud para
tomar las decisiones correctas y en base a la verdad, pudiendo razonar sobre sus actos
(sin tener límite alguno), no debió realizar los actos descritos con anterioridad. Lo que

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debió hacer es tomar una decisión teniendo presente la gnoseología y no dejándola de
lado como en el presente caso.

Por otro lado, la axiología es la disciplina que se ocupa del estudio de los valores, los
cuales son intrínsecos al ser. Es decir, el hombre no asigna el valor a las cosas, sino que
lo reconoce. Existen valores objetivos porque de no existir valores intocables el derecho
se podría modificar al antojo de los seres humanos y de esa forma no progresaríamos.
Según Max Scheler existen componentes lógicos y racionales del ser humano, por lo
que no hacemos referencia a subjetividades, sino a patrones objetivos y es por esa razón
que se pueden jerarquizar los valores. Este filósofo menciona cinco criterios que ayudan
a identificar qué valor es superior al otro ante un conflicto:

- Duración: será más poderoso el valor que ha acompañado a la sociedad por más
tiempo de forma sostenida.
- Extensión y divisibilidad: prevalecerá el que sea menos opinable o menos
polémico.
- Fundamentación: será más poderoso aquel valor que fundamenta al otro.
- Profundidad de la satisfacción: se debe preferir al valor que produzca mayor
satisfacción en el individuo que lo experimenta.
- Relatividad o absolutez: es el criterio más importante.

Ahora bien, en el presente caso hemos identificado un conflicto entre dos valores: el
desarrollo personal y la justicia, los cuales serán analizados siguiendo esos cinco
criterios:

- Duración: justicia, la cual nos ha acompañado a lo largo de la historia.


- Extensión y divisibilidad: justicia, no tiene división en el ámbito social sino
adhesión.
- Fundamentación: justicia, el actuar del individuo debe ser justo en mira del bien
común.
- Profundidad de la satisfacción: desarrollo personal, este al no ser un criterio
social sino individual genera mayor satisfacción en el individuo.
- Relatividad o absolutez: justicia, es absoluta en la medida de que es lo debido.

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En consecuencia, la justicia sería el valor que debía prevalecer antes que el desarrollo
personal de Guido Águila, este debió actuar con justica frente a los demás postulantes
que estaban en “desventaja” con los estudiantes de su academia.

Sabemos que la moral es el objeto de estudio de la ética en tanto que es ciencia.


Asimismo, existen morales correctas e incorrectas, y la ética es la que se va a encargar
de juzgarlas. De esta manera, una forma de comprender al bien moral es como deber y
obligación de esta ética deontológica. El deber no es deducible del bien, sino que el bien
propio y específico de la moral no consiste en otra cosa que en el cumplimiento del
deber. Es así que, el propósito de Kant es mantener la moral libre de toda sombra, del
propio interés y de que quede reducida a un simple medio, en vez de un fin en sí mismo.

En el presente caso, Águila Grados creía correcto ayudar a sus estudiantes


facilitándoles el acceso a las plazas de jueces y fiscales, y generar un ingreso económico
para la satisfacción de sus intereses. La ética al ser la ciencia que nos exige racionalidad
nos diría que el actuar del ex presidente del CNM fue malo puesto que su moral buscaba
los medios para la realización del bien de manera subjetiva.

En definitiva, el hombre no puede dejarse llevar por sus impulsos, deseos instintivos
o por presiones externas, sino que debe el dominio de sí mismo para ser libre y dueño de
sus acciones.

Es conveniente distinguir la ética profesional de la deontología, pues esta última solo


se refiere a los deberes y obligaciones de una actividad profesional. Estos deberes y
obligaciones regulan los requisitos para un correcto ejercicio profesional. La ética
profesional tiene como eje los principios, bienes y fines propios de cada profesión. Debe
ofrecer una forma específica de humanización a los diferentes integrantes de la sociedad
y debe estar orientada a la búsqueda del bien común. (Simons, 2018, p. 75)

Recordemos que, la deontología consiste en un desarrollo de los principios morales,


partiendo de la existencia de usos, costumbres, hábitos, normas jurídicas, situaciones
socioeconómicas del profesional, etc.

Siguiendo esa misma línea, la deontología teórica es el tratado del deber, basada en
la necesidad de indagar la esencia lo subyacente a la existencia para pronunciarse por

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las conductas (ontología). La deontología es necesariamente ética, se pronuncia sobre
actos y se dirige a evaluar las conductas: aprueba o desaprueba. Siguiendo esos
preceptos, la deontología codificada es la ética aplicada al campo profesional
volviéndose impositiva y normativa tras ser materializada en un código.

Por consiguiente, la deontología es la ética aplicada al campo profesional y todo


código deontológico establece estrictamente los deberes de los integrantes de una
misma área profesional. En el caso concreto del ejercicio del Derecho:

Existe por parte de los Colegios Profesionales de abogados, reglamentación acerca


de proceder correcto de estos profesionales, donde se requiere su estricto
cumplimiento de lo preceptuado, de lo contrario, podría generar responsabilidad
disciplinaria, civil y, en algunos casos, penal. (Chinchilla, 2006, p. 215)

En el art. 6° del Código de ética del abogado menciona uno de los deberes de este
“actuar con sujeción a los principios de lealtad, probidad, veracidad, honradez, eficacia
y buena fe; así como del honor y dignidad propios de la profesión”. En ese contexto
podemos afirmar que la deontología desaprueba la conducta de Guido Águila y esta al
seguir mínimos exigibles busca sancionarlo. Pues, el funcionario en mención se
aprovechó de su cargo para generar beneficios particulares, olvidando la lealtad,
honradez, buena fe que debía a la institución y a la sociedad.

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CAPÍTULO II. DESARROLLO DE LA INVESTIGACIÓN

2.1. ACTO MORAL

Para poder determinar si el acto realizado por Guido Águila es o no un acto moral, en
un primer momento debe tenerse presente una noción sobre el mismo. Así, hablamos de
un acto moral cuando propiamente el acto se acerca a la identidad ontológica y por tanto
a los fines naturales del hombre, de tal forma que, para poder formarse, necesita de tres
elementos, siendo estos: objeto moral, la intención y las circunstancias.

Primero, en cuanto al objeto moral, tenemos que este se dirige al actuar moralmente
con respecto a los fines naturales del hombre y se encuentra dirigido al daño o beneficio
que se le puede hacer a un tercero o a sí mismo. Siendo así, en este caso el expresidente
del Consejo Nacional de la Magistratura (hoy Junta Nacional de Justicia), influenció en
los concursos públicos realizados, de tal manera que logró que diversos postulantes de
su escuela obtuvieran con facilidad plazas para ser jueces y fiscales. Obteniendo un
provecho económico y recreativo (el disfrute de fiestas realizadas exclusivamente para
él).

Asimismo, existieron perjuicios, dirigidos a los magistrados y postulantes que


realmente obtuvieron el puntaje más alto para obtener la plaza requerida. Sin embargo,
no lograron la misma como consecuencia de los actos ilícitos cometidos por Águila
Grados al no haberse dirigido a su fin natural (la verdad) y al tratarse de actos malos en
sí mismos al causar perjuicio a otros, por ende, no se cumple con este elemento.

Respecto al segundo elemento: la intención, tenemos que todos los actos deben ser
valorados de forma íntegra y no solo evaluar de forma aislada la finalidad. Ahora bien,
cuando le solicitaron a Guido Águila la lista de los egresados de su academia, con el fin
de evitar algún tipo de favoritismo, este no la entregó. Verificándose así la mala
intención del exfuncionario desde que asumió el cargo, existiendo en tal conducta una
ausencia de compromiso para el progreso de la institución. Entonces, tampoco se
cumple con este elemento.

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Antes de referirnos al último elemento, vale precisar quiénes son considerados
funcionarios públicos, así el Código Penal en el Artículo 425º establece lo siguiente:

“Son funcionarios o servidores públicos: 1. Los que están comprendidos en la carrera


administrativa, 2. Los que desempeñan cargos políticos o de confianza, incluso si
emanan de elección popular, 3. Todo aquel que, independientemente del régimen
laboral en que se encuentre, mantiene vínculo laboral o contractual de cualquier
naturaleza con entidades u organismos del Estado, incluidas las empresas del Estado
o sociedades de economía mixta comprendidas en la actividad empresarial del
Estado, y que en virtud de ello ejerce funciones en dichas entidades u organismos, 4.
Los administradores y depositarios de caudales embargados o depositados por
autoridad competente, aunque pertenezcan a particulares, 5. Los miembros de las
Fuerzas Armadas y Policía Nacional, 6. Los designados, elegidos o proclamados, por
autoridad competente, para desempeñar actividades o funciones en nombre o al
servicio del Estado o sus entidades, 7. Los demás indicados por la Constitución
Política y la ley”

En ese sentido, al verificarse que el abogado Guido Águila era presidente del
Consejo Nacional de la Magistratura, organismo constitucional autónomo de la
República del Perú cuya principal función era la de seleccionar, nombrar, ratificar y
destituir a los magistrados: jueces y fiscales, concuerda con lo estipulado en el inciso 3
del artículo y normativa referido en el párrafo precedente. Por ende, ostentaba la
condición de funcionario público.

En cuanto al último elemento: las circunstancias, tenemos que el acto moral va a


depender de la condición del sujeto, pues en base a ello puede disminuir o agravar el
acto moral. El abogado Guido Águila era funcionario público al momento de la
realización del hecho y en razón a ello es que agrava la maldad del acto moral. Es decir,
no se cumple con tal elemento.

Por tanto, habiendo realizado un análisis preciso sobre cada uno de los elementos, se
evidencia que los actos realizados por el exfuncionario Guido Águila son actos
inmorales. Sin embargo, no es lo único que se debe tener en cuenta, pues vale decir

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cuáles son las consecuencias: la responsabilidad, el mérito y las acciones indirectamente
voluntarias.

En cuanto a la responsabilidad, se basa en la libertad de un sujeto, el cual debe actuar


en razón de la ley natural. Es decir, mientras un sujeto ostente de libertad y pueda ir en
contra de la misma, aun sabiendo que dicho actuar no es correcto, más responsabilidad
tendrá; a diferencia de aquél que su libertad se encuentra restringida o limitada de algún
modo.

Vemos que, en el caso Guido Águila no tenía restringida su libertad, por tanto, se
encontraba en la capacidad plena para poder discernir entre las decisiones correctas o
no, actuando en razón de su ley natural con la verdad y transparencia. A pesar de ello,
fue en contra su libertad que trajo como consecuencia la medida cautelar de oficio
mediante la cual se suspende su colegiatura. Según el Director de Ética Profesional
(2018) de las investigaciones realizadas hasta el momento se puede ver posibles faltas
antiéticas que constituirían delitos agravados que llevarían incluso pena de cárcel
efectiva al ser funcionario público de alto nivel del Estado.

En cuanto al mérito, debemos indicar que no existe tal en los actos inmorales
realizados por el exfuncionario, por cuanto se alejó de su naturaleza y no cumplió con
los fines morales. Entonces, debe ser rechazado dando lugar a una responsabilidad
punitiva.

Finalmente, las acciones indirectamente voluntarias son resultantes de una


negligencia respecto a lo que debió hacer. El exfuncionario Guido Águila, conocía sobre
las normas vigentes en nuestro ordenamiento jurídico peruano, las implicancias y
consecuencias de favorecer a un grupo de personas, además de lo estipulado en el
Código Ética del abogado.

Este Código de Ética en el artículo 1 establece que disposiciones contenidas en el


mismo, son obligatorias para los abogados inscritos en los Colegios de Abogados de la
República independientemente del ámbito o función que desempeñen. Asimismo, indica
que todos los abogados sin distinción alguna, deben observar lo prescrito, sea que el
acto violatorio de las normas éticas se haya cometido en el ejercicio de la profesión, en
la actividad pública o privada o cual fuere el cargo que desempeñe. En el caso en

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concreto, se presume el conocimiento del mismo por ser Guido Águila un abogado
colegiado.

Por otro lado, respecto a acusación en su contra, esta se encuentra tipificada en el


artículo 400 del Código Penal; o alternativamente, por el delito de Patrocinio Ilegal,
regulado en el artículo 385 del mismo Código sustantivo, tratándose de un delito
especial, por cuanto el sujeto activo debe ser funcionario o servidor público.

En definitiva, su actuar trajo consigo un efecto malo porque fue previsible (pues
conocía de la normativa vigente) y tuvo la posibilidad de evitarlo al haber tenido plena
libertad para hacer lo correcto. Sin embargo, hizo todo lo contrario, incumpliendo con lo
estipulado en el Código de Ética, teniendo como una de las diversas consecuencias, las
investigaciones penales en su contra y la caída de tan importante institución como el
Consejo Nacional de la Magistratura.

2.2. LIBERTAD Y DIGNIDAD

La dignidad comparte un doble carácter deontológico. Primero, como metanorma


que orienta el conocimiento, la interpretación y la aplicación de las restantes normas
jurídicas, porque atraviesan a manera ratio legis todo el contenido de las disposiciones
que componen el edificio legal. Segundo, actúa propiamente como norma que tiene una
primera fase expresándose en un deber ser, que regula determinadas conductas, las
cuales deben estar siempre orientadas al respeto y valoración del hombre.
(Constitucionalismo Crítico, 2012, p. 213)

En razón de ello, al alejarme de la naturaleza humana nos estaríamos olvidando de la


dignidad ontológica. De manera análoga, la dignidad moral procede de la dignidad
ontológica. La primera la gano cuando cumplo los fines naturales: el bien, y la pierdo
cuando me alejo de los fines naturales: el mal.

Ahora bien, la libertad es un atributo esencial para la existencia del hombre. Algunos
consideran en ella al bien humano más valioso incluso definitorio de la esencia humana.
En la actualidad, es un concepto manipulado que justifica acciones de todo orden con
diferente contenido, la noción de libertad ha sido utilizada a lo largo de la historia para
perseguir fines distintos y hasta incompatibles entre sí.

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De ese modo, Isaiah Berlín identifica dos sentidos básicos de libertad. En primer
lugar, la libertad como "no interferencia" y se refiere al accionar libre de cada persona
sin intromisiones ajenas, por ello se le conoce también como libertad negativa. En
segundo lugar, se refiere a la "libertad positiva" y alude a la capacidad de hacer o
concretizar lo que uno desea, cumpliendo sus propios planes y metas.

En esa misma línea, el ser humano que es libre tiene la libertad positiva y la libertad
negativa, tiene la capacidad de hacer y también que lo dejen hacer. No obstante, dentro
de esta libertad positiva se debe tener un contenido moral en relación con el otro.

Según Kant, solo el hombre libre es el que se impone deberes, no participa un tercero
solo participa él. El que es digno es libre y el que es libre es digno lo que no conlleva a
realizar acciones guiadas por nuestros sentimientos, emociones y pasiones, teniendo en
cuenta que, esta libertad implica el sentido del deber y actuar con responsabilidad.

Recordemos que, Guido Águila es un operador jurídico y era servidor público. A él


se le había encomendado la función tan importante como es elegir jueces y fiscales
quienes posteriormente tendrían por labor buscar lo justo en la sociedad. Efectivamente,
Águila Grados ostentaba un cargo de gran responsabilidad.

El exfuncionario tenía la libertad de tomar decisiones sin interferencia, pero


siguiendo el procedimiento necesario para la elección de jueces y fiscales. Dado que era
un ser libre: tenía la capacidad de hacer y que le dejen hacer. En razón de ello, en todo
momento debió buscar lo justo prevaleciendo el bien común antes que sus intereses.

Por consiguiente, se puede considerar al exmagistrado como un ser indigno


(moralmente hablando) al no haberse preocupado por la sociedad, por sus relaciones
con el Estado y menos se interesó por su propia reputación. Se le puede catalogar
entonces, como un ser egoísta porque solo priorizó sus intereses económicos. En
conclusión, aquella persona que ha perdido su dignidad es la que ha dejado de
interesarse por el otro.

Águila Grados es un profesional del derecho, por tanto, conocía muy bien los
parámetros de la justica; asimismo, sabía que el derecho no debería apartarse de las
leyes naturales para obtener consecuencias moralmente buenas. Cabe precisar que, el

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derecho nos guía a lo justo independientemente de la ley y tiene que estar al servicio del
hombre, ya que este siempre busca seguridad, ayuda y estabilidad.

Al mencionar que el hombre busca estabilidad, podemos afirmar que este necesita un
sistema de gobierno con fundamentos y límites naturales preexistentes, esto sería “la
democracia”. Si bien, la democracia no es un derecho natural, es un sistema social que
tiene fundamentos en el derecho natural. Es así como, los actos de corrupción del
exfuncionario debilitan la democracia olvidando sus deberes como ciudadano y más aún
como funcionario público.

El hombre es un ser social por naturaleza, por ende, tiene claro que no está solo; y
como tal se debe al otro. Es decir, aprende las reglas de la sociedad porque es libre y
adquiere deberes con respecto a su vida como ciudadano.

2.3. CONCIENCIA MORAL

La conciencia moral tiene dos formas de manifestarse: la conciencia habitual y


conciencia actual. La primera, son aquellas directrices generales de los actos buenos o
malos. La segunda, está relacionada con las actitudes que cada persona desarrolla y
realiza por propia voluntad. Sin embargo, ambas formas de conciencia pueden llegar a
contradecirse.

En el presente caso, el exfuncionario Guido Águila Grados cometió actos de


corrupción al aprovecharse del cargo que ostentaba al beneficiar a los postulantes
egresados de su escuela. Esta acción desde el punto de vista de la conciencia moral
habitual es desaprobada socialmente. En contraste, la naturaleza de la conciencia moral
actual conlleva a que el sujeto realice un juicio práctico inmediato manifestándose la
obligación moral y constituye la norma próxima de la moralidad personal. Por
consiguiente, la conciencia actual es la que debería poner en práctica a la conciencia
habitual.

En este caso el exmagistrado Águila Grados al llevar a cabo este juicio práctico optó
por rechazar lo que se considera como universalmente correcto. Es decir, actuar con
probidad y justicia, al evidenciarse un favoritismo con aquellos abogados postulantes
que pertenecían a dicha escuela. Entonces, se pone de manifiesto la contradicción entre

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la conciencia moral actual con la conciencia moral habitual, tomando como su norma
más próxima la más beneficiosa.

Agregado a ello, la conciencia moral habitual debe ser considerada como el modelo
sobre el cual se basan los actos del hombre impulsado por la recta razón. El accionar de
Águila Grados no se ajusta a los dictámenes de la recta razón, pues esta señala que
nuestra conciencia moral debe ir acorde a los fines naturales del hombre y en la medida
que este los acepta no podrá apartarse de ellos. Sin embargo, el exfuncionario al
aprovecharse del cargo beneficiando a los postulantes omite dichos fines naturales sobre
los cuales debería estar basada su conciencia actual.

La conciencia moral es conocida a través de dos tradiciones: la tradición de Santo


Tomás de Aquino y la tradición post-tridentina, por ende, el caso planteado se analizará
con la primera tradición. Santo Tomás de Aquino nos plantea la existencia de virtudes
teologales y morales: la fe, la esperanza, la caridad, la justicia, la fortaleza, la templanza
y la prudencia. Las tres primeras corresponden a la visión cristiana y las cuatro
siguientes a la visión platónica.

En el presente caso, se tratará específicamente de las virtudes morales: la justicia,


fortaleza y templanza. El exmagistrado Guido Águila Grados al ostentar un cargo
público como es la presidencia del ex Consejo Nacional de la Magistratura resultaba
lógico que para ejercer su función debería ceñirse a lineamientos tales como ser justo,
honesto y siempre actuar con probidad. Pero, al presentarse la oportunidad de beneficiar
a los egresados de su escuela hizo un mal uso de sus facultades evidenciándose una
conducta deshonrosa, injusta y sobre todo inmoral. Por ello, si tomamos en cuenta lo
señalado por Santo Tomás de Aquino, el exfuncionario al momento de llevar a cabo sus
actos no tomó en cuenta las virtudes que este mismo plantea.

Entonces, las actuaciones llevadas a cabo resultaron injustas al beneficiar a ciertos


postulantes en desmedro de otros quebrantando la virtud de la justicia. Respecto a la
fortaleza, la cual se ciñe a la existencia de una condición de mantenerse firme ante las
eventualidades a las que puede estar expuesto el ser humano, como en este caso el
exfuncionario pudo optar por no beneficiar a los egresados de su escuela y realizar un
trato igualitario entre todos los postulantes.

17
Finalmente, en relación a la templanza, esta busca que el ser humano mantenga
equilibrio en sus acciones, es decir, que no esté sujeto a determinadas pasiones, por ello,
en el caso planteado no se evidencia que la actuación del magistrado estuviese basada
en la templanza pues indirectamente a través de beneficiar a los postulantes obtendría
un provecho económico, el cual sería que a su escuela concurran un número
considerado de abogados postulantes.

Cuando una persona ostenta un cargo público este debe entender que se encuentra al
servicio de la sociedad y como tal debe desempeñar su función acorde a los
lineamientos morales que la sociedad espera. Es decir, en el presente caso, no se debió
beneficiar u otorgar algún tipo de favoritismo a un grupo especifico de postulantes por
la única de razón de ser egresados de la escuela de la cual Guido Águila Grados y su
esposa eran socios. Por tal motivo, el exfuncionario tenía como obligación moral el
actuar acorde a la justicia y a la igualdad, valores que se encuentran muy arraigados en
la sociedad y es lo que la población espera que sean puestos en práctica por cada uno de
los funcionarios que ejercen un cargo público.

En conclusión, respecto a la conciencia moral, trata de establecernos los parámetros


que debe seguir toda persona cuando se enfrenta a una situación sobre la cual debe
tomar una decisión en específico, a pesar que exista una contradicción entre la
conciencia moral habitual y la conciencia moral actual.

Como regla general deberá elegirse aquella que se ajuste a los fines naturales pues,
cualquier acción contraria a estos fines harían incurrir al hombre en las banalidades que
terminarían por afectar su esfera personal y profesional. En el presente caso, el
exfuncionario se vio envuelto en actos de corrupción rechazados socialmente, tras
preferir a los egresados de su escuela. Esto generó en la ciudadanía un impacto
negativo, la desconfianza de los ciudadanos en los organismos públicos.

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CONCLUSIONES

- El acto moral necesita de tres elementos para poder formarse: objeto moral, la
intención y las circunstancias. Respecto a los actos realizados por el exfuncionario,
no se cumple con ninguno de tales elementos como para ser considerados como un
acto moralmente bueno. Por el contrario, al ser un operador jurídico y funcionario
público se agravó la maldad del acto moral. Como consecuencias tenemos que: i)
existe responsabilidad, más aún si no tenía restringida su libertad, ii) no existe
mérito, pues no existe tal en los actos inmorales y iii) es una acción indirectamente
voluntaria puesto que fue previsible (debido al conocimiento que tenía sobre la
normativa vigente) y tuvo la posibilidad de evitarlo al haber tenido plena libertad
para hacer lo correcto.
- La conciencia moral tiene dos acepciones: conciencia moral habitual y conciencia
moral actual. En el desarrollo del presente caso, se evidenció una contradicción
entre ambos tipos de conciencias en los actos llevados a cabo por Guido Águila
Grados. Por ende, previo análisis, dichos actos no se encuentran enmarcados a los
dictámenes de la recta razón, toda vez que, la conciencia moral del ex funcionario
no estuvo acorde a los fines naturales del hombres, agregado que, omitió el
cumplimiento de aquellas virtudes señaladas por Santo Tomás de Aquino en su
teoría sobre el estudio de la conciencia moral, y que de una u otra forma
constituyen la base fundamental para el accionar de un funcionario público, tales
como: la justicia, la fortaleza y la templanza.
-

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RECOMENDACIONES

En la actualidad, la Academia de la Magistratura brinda cursos de inducción para los


aspirantes a jueces y fiscales. Debido al estado de emergencia, en dichas materias la
metodología utilizada es activa- participativa tanto para las sesiones síncronas como
asíncronas. Estos cursos buscan fortalecer las capacidades de razonamiento jurídico,
critico, analítico y argumentativo de los aspirantes con el fin de certificar su habilidad
para el desempeño de la función jurisdiccional o fiscal. Asimismo, brinda capacitación
por competencias en métodos y técnicas de interpretaciones jurídicas, sensibilizar con
capacidades de evaluar el impacto socio-económico de sus decisiones. Sin embargo, la
duración de los mismos no sobrepasaba de un mes.

Como podemos observar en estos cursos no hay un interés por la verdadera labor de un
jurista: la búsqueda de la verdad y la práctica del bien. Lo relevante ahora es quién
puede resolver conflictos de manera rápida, veloz y pragmática. Esta carencia sobre la
ética y la moral es parte de la realidad social. Solo se actúa como herramientas y ni
siquiera se cuestiona el porqué hay una disociación entre la ética y el derecho.

Por tanto, consideramos óptimo que el contenido de los cursos debería abarcar temas
como la antropología, la ética, la moral, deontología jurídica entre otros. Los cuales no
deben restringirse en impartir meros conceptos, por el contrario, deben ser aplicados en
la solución de litigios de la realidad jurídica. Asimismo, convendría que los docentes del
curso, sean profesionales con especialización en los temas referidos. Por último, dado la
sensibilidad e importancia de estos temas la duración no puede limitarse a tan corto
plazo.

“La educación en las universidades públicas y privadas no abordan temas”

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REFERENCIAS

Academia de la Magistratura. (2021). Programa de formación de Aspirantes.


https://www.amag.edu.pe/Programa/PROFA

Chinchilla, C. (2006). El abogado ante la moral, la ética y la deontología jurídica.


Revista de Ciencias Jurídicas, 109, (205-234).

Constitucionalismo Crítico. (2012). Diccionario de Derecho Constitucional


contemporáneo. Gaceta Constitucional.

Dirección de Ética Profesional. (2018). Ilustre Colegio de Abogados de Lima.


https://static.legis.pe/wp-content/uploads/2018/07/Oficio-CAL-Suspensi
%C3%B3n-de-colegiatura-Legis.pe_.pdf

Lpderecho. (16 de julio 2018). Carta de renuncia al CNM de Guido Águila Grados.
https://lpderecho.pe/carta-renuncia-cnm-guido-aguila-grados/

Poder Judicial. (2020). Reforma de la Academia de la Magistratura del Perú. 11(13),


343-361. Revista oficial del Poder Judicial.
https://revistas.pj.gob.pe/revista/index.php/ropj/article/download/48/90/

Simons, A. (2018). Ética y ejercicio de la ciudadanía. Pontificia Universidad Católica


del Perú.

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