Nictofobia

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Nictofobia

La nictofobia (proveniente del griegos nyx: noche y fobos: miedo)1 es una fobia caracterizada


por un miedo irracional a la noche o a la oscuridad. El nombre de la enfermedad hace alusión
a Fobos, el dios del miedo; y a Nix, la diosa de la noche.2
Es generada por una percepción distorsionada del cerebro de lo que podría pasar en medio
de la oscuridad. También se le conoce
como escotofobia, acluofobia, ligofobia, mictofobia o, sencillamente, miedo a la
oscuridad.3
Aunque es muy común en todo el mundo que los individuos puedan desarrollar un miedo
excesivo a la oscuridad también es cierto que se ha investigado poco sobre esta patología. La
nictofobia además es un mal erróneamente relacionado con niños, pero según explica J.
Adrian Williams en su artículo Indirect Hypnotic Therapy of Nyctophobia: A Case Reports, es
muy probable que los niños que hayan sufrido de un miedo a la oscuridad excesivo también
puedan desarrollarla cuando sean adultos. Además, en el mismo artículo Williams expone
también que puede ser muy perjudicial la nictofobia tanto en adultos, como en personas
discapacitadas.4

Miedo a la oscuridad, desarrollo del concepto e investigaciones


científicas[editar]
El miedo a la oscuridad, o nictofobia es común en la mayoría de los niños y en algunos casos
en adultos. La nictofobia en realidad, muchas veces no es un miedo a la oscuridad en sí, sino
a los riesgos que imaginamos que podrían estar latentes cuando estamos en total penumbra.5

Un niño con nictofobia podría imaginarse esto en la oscuridad

Algunos grados de miedo a la oscuridad son totalmente normales especialmente en las etapas
de crecimiento de los niños.6 Nuevas investigaciones apuntan a que el miedo a la oscuridad
comienza a aparecer antes de los dos años de edad, lo que quiere decir que todos, algunos
en menos o más niveles que otros, en algún momento fuimos nictofóbicos.7
Cuando el miedo pasa de ser normal a obsesivo, y alcanza niveles exagerados, entonces el
miedo pasa a ser patológico y debe ser atendido por un profesional de la psicología.
A pesar de que las amenazas fisicas relacionadas con la oscuridad no son reales y no se tiene
la constancia de la probabilidad del suceso, esto no alivia el pánico de quienes le
tienen miedo. Por tales motivos la oscuridad se considera como enemiga de la razón.2

Teorías sobre la nictofobia y qué la produce[editar]


Algunos investigadores apuntan, entre los cuales se encuentra Sigmund
Freud (médico y neurólogo austriaco, padre del psicoanálisis), que el miedo a la oscuridad es
producido por un desorden de ansiedad producido por la separación. Esto se puede
interpretar como una separación a los padres o parejas, pero también puede darse con otras
personas.8
Otra teoría fue propuesta en la década de los años 60, cuando científicos buscaban
la molécula responsable de la memoria. En un experimento con ratas (que normalmente son
animales nocturnos, fueron inducidos al miedo a la oscuridad) y una sustancia
llamada scotophobin fue supuestamente extraída del cerebro de las ratas. Se afirmó que esta
sustancia era la responsable de recordar el miedo a la oscuridad. Subsecuentemente estos
hallazgos fueron desacreditados, y por lo tanto en la actualidad se consideran
como especulación.9
«Traducido de en.wikipedia.org, exactamente la
versión http://en.wikipedia.org/wiki/fear_of_the_darkness, bajo licencia GFDL y CC-CI 3.0»
Hasta cierto punto, el temor a la oscuridad puede ser justificado como reacción natural de los
humanos, puesto que no están preparados para ver en la oscuridad y por ello, la especie ha
estado en franca desventaja ante depredadores nocturnos.Desde este punto de vista, el
miedo a la oscuridad es producto del proceso evolutivo.2

Diagnóstico y tratamiento de una persona nictofobica.[editar]


En el caso de los niños[editar]
La nictofobia está considerada como una fobia simple. Esto implica que existe una diferencia
mínima entre el miedo como fobia (por lo tanto enfermedad) y el miedo normal.10Se considera
normal el miedo a la oscuridad en las edades comprendidas entre los 2 y los 7 años.11 A partir
de esa edad, el miedo a la oscuridad y otros miedos comunes durante la niñez van
desapareciendo de forma progresiva, debido esencialmente a que el individuo razona que los
fenómenos u objetos que representaban un peligro no lo figuran en sí, y a que consigue
nuevas herramientas psicológicas para defenderse a sí mismo de sus miedos debido a una
elaboración mental más compleja y al mismo tiempo más elaborada.11
Diagnóstico y síntomas[editar]
Lo primero es distinguir cual es el mal que afecta al niño (podría ser además de miedo a la
oscuridad, también pesadillas nocturnas, o una mera forma de llamar la atención). Cuando el
niño tenga un miedo real a la oscuridad va a presentar un panorama un poco más difícil de
entender. En algunos casos el niño no recordará nada de lo que ha provocado el susto. En
otras, podría adjudicárselo a un ruido u objeto. En cuanto a la parte fisiológica el individuo
mostrará temblores, pulsos rápidos, sudores y angustia.12 Si hubiese sido una pesadilla los
síntomas habrían sido más leves. Esto se dará durante las etapas de sueño menos
profundas.13
Los ataques de nictofobia pueden presentarse de distintas maneras, pero en general el
aumento del ritmo cardíaco, la sudoración, cistitis, vómitos, mareos y bloqueo mental son
indicadores frecuentes de un caso real.2
Intervención[editar]
La nictofobia tiende a curarse por si sola, y si el problema es leve, algunos especialista en la
psicología infantil recomienda no llevar tratamiento terapéutico, sino solucionarlo en casa.
Entre las medidas que se pueden tomar están encender una bombilla de baja intensidad para
que la oscuridad no sea total. Cuando el problema se da muchas veces lo mejor cuando se
actúa en el momento es tratar de tranquilizar al niño y darle seguridad.En la mayoría de los
casos no se necesita intervención de un profesional, pero si el problema continua y no hay
mejoras ese es el paso a tomar.13

Para otros usos de este término, véase Miedo (desambiguación).

Detalle de Jinete sin cabeza persiguiendo a Ichabod Crane


de John Quidor (1858). Smithsonian American Art Museum.

El miedo o temor es una emoción caracterizada por una intensa sensación desagradable


provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado.
Es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, y se
manifiesta en todos los animales, lo que incluye al ser humano. La máxima expresión del
miedo es el terror. Además el miedo está relacionado con la ansiedad.
Existe miedo real cuando su dimensión está en correspondencia con la dimensión de la
amenaza. Existe miedo neurótico cuando la intensidad del ataque de miedo no tiene ninguna
relación con el peligro. Ambos, miedo real y miedo neurótico, fueron términos definidos
por Sigmund Freud en su teoría del miedo. En la actualidad existen dos conceptos diferentes
sobre el miedo, que corresponden a las dos grandes teorías psicológicas que tenemos:
el conductismo y la psicología profunda. Según el concepto conductista el miedo es algo
aprendido. El modelo de la psicología profunda es completamente distinto. En este caso, el
miedo existente corresponde a un conflicto básico inconsciente y no resuelto, al que hace
referencia.
Índice
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Enfoques sobre el miedo[editar]


Desde el punto de vista biológico, el miedo es un esquema adaptativo, y constituye un
mecanismo de supervivencia y de defensa, surgido para permitir al individuo responder ante
situaciones adversas con rapidez y eficacia. En ese sentido, es normal y beneficioso para
el individuo y para su especie.
Desde el punto de vista neurológico es una forma común de organización del cerebro primario
de los seres vivos, y esencialmente consiste en la activación de la amígdala, situada en el
lóbulo temporal.
Desde el punto de vista psicológico, es un estado afectivo, emocional, necesario para la
correcta adaptación del organismo al medio, que provoca angustia y ansiedad en la persona,
ya que la persona puede sentir miedo sin que parezca existir un motivo claro.
Desde el punto de vista social y cultural, el miedo puede formar parte del carácter de
la persona o de la organización social. Se puede por tanto aprender a temer objetos o
contextos, y también se puede aprender a no temerlos, se relaciona de manera compleja con
otros sentimientos (miedo al miedo, miedo al amor, miedo a la muerte, miedo al ridículo) y
guarda estrecha relación con los distintos elementos de la cultura.
Desde el punto de vista evolutivo el miedo nos alerta de peligros que no nos han ocasionado
algún dolor, sino más bien una amenaza a la salud o a la supervivencia. Del mismo modo en
que el dolor aparece cuando algo nocivo ataca nuestro cuerpo el miedo aparece en medio de
una situación en la que se corre peligro.
Para algunos, el miedo en el ser humano no guarda ninguna relación fisiológica (como
reacción de alerta), sino que es un producto de la conciencia, que expande nuestro nivel de
conocimiento.[cita  requerida]

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