La Casa de Hojas

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La casa de hojas, Mark Z.

Danielewski

La primera editio de House of Leaves fue distribuida


privadamente y no contena los CAPTULO 21,
APPENDIX II, APPENDIX III, o el INDEX.
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'La casa de hojas' es una novela genticamente


cervantina, como demuestra la inclusin de poemas y
cartas en los apndices finales; pero no se trata de un
modelo directo, sino atravesado por la literatura de
Borges
Libros | 23/10/2013 - 00:00h | ltima actualizacin: 23/10/2013 - 10:28h
Jorge Carrin
Ha tardado ms de una dcada en editarse en castellano, pero por fin es posible leer la
traduccin de uno de los libros ms originales de la literatura norteamericana
contempornea: 'La casa de hojas', de Mark Z. Danielewski (Nueva York, 1966). Una
obra entre la novela de aventuras y terror y el ensayo metaliterario, un ambicioso
ejercicio de literatura vanguardista en el que se pueden rastrear los trazos de autores
como Melville y Conrad, pero tambin Borges o Bolao. Un ensayo, tambin, visual,
atravesado por numerosos juegos tipogrficos

Portada del suplemento Cultura|s del mircoles 23 de octubre de 2013 LVE


La obra

Mark Z. Danielewski
La casa de hojas
Traduccin: Javier Calvo. Maquetacin: Robert Juan-Cantavella
PLIDO FUEGO / ALPHA DECAY
736 PGINAS
29,90 EUROS
A la venta el da 11 de noviembre

I. Una aventura literaria


La casa de hojas es una novela con personalidad mltiple. De sus muchos niveles

narrativos hay tres fundamentales: el de Will Navidson y su alucinante experiencia


familiar en una casa mutante; el de Zampan, comentarista obsesivo de la pelcula que
film Navidson sobre su vivencia; y el de Jonnhy Truant, que hered por error los
materiales de Zampan y se convirti en editor y cocreador del libro que estamos
leyendo. Ese sera un posible resumen de una novela imposible de resumir.
Artefacto posmoderno, escritura ergdica, vuelta de tuerca a la tradicin vanguardista
del texto diseado adems de escrito, la pera prima de Mark Danielewski, publicada en
Estados Unidos en el ao 2000 y traducida al fin al castellano, se mueve entre el terror,
la metaliteratura, la historia de amor, el ensayo acadmico con notas a pie de pgina, la
literatura de viajes, el descenso a los infiernos, la parodia, el misterio, el relato de
formacin, la epistolaridad, la poesa y el cine, entre otras formas y gneros narrativos.
Consciente de esa multiplicidad programtica, si tuviera que elegir uno solo de sus
gneros, sera el de la novela de aventuras. Porque los dos protagonistas de la obra,
Navidson y Truant, tienen en comn su condicin de aventureros. Y el hecho de que
sean incapaces de encontrar consuelo en la idea de hogar.
Fotgrafo de guerra, Navidson ha trabajado siempre en solitario, saltando de conflicto
en conflicto como de oca en oca, alejado de su esposa y de sus hijos por culpa de su
adiccin a la adrenalina. Seductor trasnochado, Truant es un hurfano acostumbrado a la
violencia fsica desde nio, que ha vivido en Alaska y ha viajado por los albergues y los
burdeles de Europa, antes de instalarse en Los ngeles como tatuador y dedicarse a los
clubs nocturnos y las drogas de diseo. Ambos acometern al final de la novela sendos
viajes definitivos, sobre los cuales podremos decir lo que se dice sobre las fotografas de
Navidson: "pag un elevado precio en forma de relaciones perdidas, tambin concibi
estampas hermosas y dignas de nuestro tiempo".
La aventura del fotgrafo deviene cinematogrfica, literaria, artstica, radicalmente
contempornea. El propio concepto de aventura se expande. El escritor se convierte en
un deportista de alto riesgo. Los cruces entre gneros y lenguajes son continuos: buena
parte de la materia textual juega con el lenguaje acadmico; entre la fascinacin y la
irona se lleva a cabo una cfrasis, una descripcin de la pelcula apcrifa, El expediente
Navidson, en que conviven el resumen argumental, la interpretacin de las imgenes, la
reproduccin del guin o de entrevistas y el comentario erudito. Pero esos cruces son
menos importantes que los que se producen, como un cortocircuito constante, con la voz
de Truant a pie de pgina. Porque su enunciacin es desenfadada, informal, canalla, en
contraste con la seriedad de los profesores y crticos que van desmenuzando la historia
de Karen, Will, los nios y el resto de aventureros que acuden a La Casa con el objetivo
de desentraar su secreto. Las dos historias se retroalimentan simblicamente, se
impulsan mutuamente para elevarse hacia el sobresentido: "Yo estoy siguiendo otra
cosa. Tal vez paralela. Posiblemente armnica. Ciertamente personal".
Al cabo, no obstante, todos esos entrecruzamientos son todava menos importantes que
los que encienden chispas entre el interior y el exterior del libro. La aventura del terror
se vuelve aventura en los confines del lenguaje. No es de extraar que en cierto
momento se utilice un ejemplar de La casa de hojas para alimentar una hoguera,
creando pgina a pgina unos instantes de iluminacin fugaz ("Una extraa luz escanea
cada pgina, memorizndolo todo mientras los caracteres se retuercen hasta convertirse
en ceniza"). Porque La Casa, la aventura, los personajes, las tramas, las digresiones
ensaysticas, los poemas visuales y el resto de textos slo existen para provocar una

rfaga de preguntas: Es posible El Libro en nuestra poca? Tiene sentido la aventura


de albergar historias en casas de hojas? No son todas las novelas del siglo XXI judos
errantes en busca de hogar?
II. Melville, Borges, Bachelard
El modelo directo de La casa de hojas es Moby Dick. Por ambicin esttica e
intelectual, por extensin cetcea, porque mutatis mutandis la Gran Ballena Blanca se
transforma en la Gran Casa Negra. El Capitn Ahab y Will Navidson comparten la
obsesin por derrotar al enemigo multiforme y embarcan en el proyecto a los mejores
arponeros y exploradores que son capaces de reclutar. Pero en el siglo XIX los
monstruos todava podan ser ms materiales que abstractos, rastreables segn rutas
ocenicas; y en nuestro cambio de era -en cambio- impera una virtualidad ingobernable.
El viaje de los aventureros protagonistas es al corazn de unas tinieblas gaseosas,
semnticamente inestables. Como en la obra de Conrad, hay alguien que ha atravesado
la frontera y alguien que, gracias a ese ejemplo negativo, ser capaz de permanecer a
unos milmetros de la fuerza oscura. O tal vez no sea tan sencillo: nunca sabremos quin
es Kurtz y quin es Marlow. La locura de Navidson se traducir en mutilaciones fsicas;
la de Truant, la percibiremos en los ojos de los otros, como su amigo Lude, testigo de su
arrebato. De hecho, protagonizar otra de las infinitas novelas que hay dentro de la
novela: una de vampiros. Porque Truant se identifica con Zampan, que consagr sus
ltimos aos al libro que leemos, a la pelcula que diseccion y que tal vez no exista, a
oscuras, a tientas, como un bibliotecario ciego o como un vampiro cada vez ms
parecido a Jonnhy.
La casa de hojas es una novela genticamente cervantina, como demuestra la inclusin
de poemas y cartas en los apndices finales -junto con collages y elementos plsticos.
Pero no se trata de un modelo directo, sino atravesado por Pierre Menard, autor
del Quijote, el cuento de Borges que cambi nuestro modo de leer la tradicin literaria.
Lo borgeano invade con alusiones explcitas la novela; los tigres se multiplican como lo
hacen las obras apcrifas; la figura que ordena la ficcin y la metaficcin es el laberinto;
la irona y el humor tien las discusiones cannicas y hermenuticas. "Por qu volvi
Navidson a la casa?", se pregunta uno de los narradores, y la respuesta es triple, pues
hay tres escuelas de pensamiento al respecto: el Alegato Kellog-Antwerk, los Criterios
Bister-Frieden-Josephson y la Teora Haven-Slocum.
Junto con Borges, el autor ms citado es Gaston Bachelard. Si Pierre Menard... brinda
herramientas de reconstruccin de las tradiciones artsticas que confluyen en la
novela, La potica del espacio se reivindica como la principal fuente terica del
proyecto. Se trata de pensar la casa como laberinto semitico y psicolgico. Se trata de
espacializar la propia lectura. Si es cierto que en el cambio del siglo XX al nuestro
ocurre un giro espacial, La casa de hojas insiste en l, subrayando la experiencia lectora
como una vivencia en el espacio, similar a la arquitectnica o a la teatral. Aunque
incluye pasajes sobre la infancia de los personajes, o un diario de 1610 que reconstruye
la historia colonial de la zona donde se erigira la casa, la novela es mucho ms
topogrfica que histrica.
La filosofa francesa contempornea est continuamente presente en la obra de
Danielewski, como un ruido de fondo, marcando la diferencia, recordndonos que el
arte no busca suplantar la realidad, sino analizarla, enfocarla, distorsionarla, mirarla con
extraeza: "la representacin nunca reemplaza a la cosa; nicamente ofrece distancia y,

en casos muy contados, perspectiva". Los poemas visuales, las notas a pie de pgina o
las fotografas enfatizan lo caleidoscpico, lo cuntico, los cambios de escala y de punto
de vista. Por supuesto, es central su montaje. Ese equilibrio, precario pero efectivo,
entre piezas tan distintas. La casa de hojas se puede leer como una versin actualizada y
mucho ms narrativa de El almuerzo desnudo, en que lo psicodlico ya no forma parte
del proceso de produccin, sino que se incorpora en las tramas. En una de ellas aparecen
los fanticos, los fans de la pelcula, que han convertido el libro en un objeto de culto.
El autor introduce, pues, tanto la recepcin crtica como la pasional de la obra. Nuevos
cruces, nuevos cambios de direccin: la novela como circuito laberntico, como
circulacin de mltiples sentidos. En una de esas rutas de lectura avanzamos desde la
dimensin fsica (cientfica) de La Casa, la que se puede calcular, explorar y
cartografiar para un documental de National Geographic, hacia su naturaleza teolgica
(la casa es Dios). Desde la novela conradiana de aventuras, hasta el Infierno de Dante,
pasando por Borges y -a travs de l- por tantsimos otros. Dndole la vuelta una y otra
vez a las miles de tradiciones que llamamos Tradicin. Al final Orfeo ser mujer:
Beatriz carnal y madre, tras besar a otro con lujuria, buscar y rescatar a su marido,
Dante.
III. Una lectura retrasada
La traduccin de House of leaves en este 2013, en la brillante versin de Javier Calvo y
gracias al esfuerzo conjunto de las dos editoriales espaolas que -junto con Mondadoriestn publicando la literatura norteamericana afn a Danielewski, nos obliga a
reflexionar sobre el retraso. Recordemos que en el 2001 se public Algo supuestamente
divertido que nunca volver a hacer, que contiene el famoso ensayo de David Foster
Wallace sobre la narrativa de la imagen; y al ao siguiente, La broma infinita, una
novela mucho ms difcil, excntrica y antinarrativa que La casa de hojas. Si en esos
momentos se hubiera publicado en nuestra lengua, ese marco terico se hubiera visto
reforzado por la obra que mejor lo traduca a la prctica artstica; y la comparacin
hubiera sido odiosa pero elocuente. Pero no fue as. Hemos tenido que esperar ms de
una dcada. La secular tendencia de la cultura hispnica a lo diferido.
Durante ese lapso, no obstante, la novela ha sido leda y comentada por escritores como
Vicente Luis Mora, Ren Lpez Villamar, Germn Sierra o Juan Francisco Ferr. El
documental apcrifo en que Camille Paglia, Anne Rice, Harold Bloom, Jacques
Derrida, Hunter S. Thompson o Stanley Kubrick opinan sobre El expediente Navidson de hecho- es el modelo de la parte central de Karnaval, lo ltimo de Ferr. Cuando el
ao pasado le preguntaron a Danielewski qu muerte reciente de escritor lamentaba
ms, respondi: la de Roberto Bolao. Extrao pero cierto: la novela que ms se parece
a La casa de hojas no la firman Pynchon, Barth, Gaddis o Foster Wallace. Se
titula 2666, tambin es de una enorme ambicin, tambin parte de Borges y tambin
inyecta sexo y humor a raudales como antdotos contra el Horror. El centro que
Danielewski adjudica a una pelcula, Bolao lo ocupa con la obra de Archimboldi. Los
anillos saturnianos que rodean esos ncleos son afines: discusiones acadmicas, chistes,
viajes absurdos, muchsima violencia, el arte como una aventura al lmite, como
funambulismo sin red de seguridad.
La obra maestra de Danielewski es, literalmente, un hipertexto. Es decir: un supertexto.
Un texto cuyo nico hogar posible es un libro. Un meteorito anacrnico. Una apuesta a
todo o nada. Sin embargo los ecos de sus contenidos, sus personajes, sus historias y,
sobre todo, su Casa, pueden iluminar o rastrearse en todo tipo de productos culturales

contemporneos. Releyndola he pensado en la arquitecturas de Cube, en los cambios


genricos de Holy motors y en los espacios terrorficos que se van metamorfoseando
en American horror story. Pero el diseo narrativo que ms se parece al que propone La
casa de hojas es el de otra serie, Perdidos. Porque, como J.J. Abrams, Danielewski
entendi que una obra contempornea tiene que suponer un reto intelectual a largo plazo
para sus lectores y sembr el texto de enigmas; y desarroll foros donde discutirlos; y
expandi la ficcin ms all del libro en papel que supuestamente deba contenerla. La
traduccin al espaol de esos misterios, que recurren al acrstico, al cdigo morse y a
otras variadas formas de criptografa, abre una nueva fase en la recepcin de una novela
que no se agota. Y que as, extendindose en sus significados, se reafirma como digna
de nuestro tiempo.

Pginas 364 y 365, HOUSE OF LEAVES: Mark Z. Danielewski

Paglia: how would I describe it? the feminine void

(PAglia: cmo lo describiras?

Hofstadter: a horizontal eight

(Hofstadter

un ocho horizontal)

Stephen King: Pretty darn scary

(Stephen King: Bastante miedo)

Kiki Smith. Texture

(Kiki: Textura)

Bloom: unheimlich---of course

el vaco femenino)

(Bloom

unheimlich --- por supuesto)

Byron Baleworth: Don't care too

(Byron Baleworth

No me importa demasiado)

Ann Rice: Dark

(Ann Rice. Sombro, gtico)

Derrida: The other (pause) Or what other, which is to say then, the same thing. The
other, no other. You see?

(Derrida: El otro (pausa) o lo otro, es decir, a continuacin, la misma cosa. El


otro, ningn otro. Lo ves?)

Kubrick. I'm sorry. I've said enough

(Kubrick. Lo siento. He dicho lo suficiente)

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