William Butler Yeats

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Resea biogrfica

Poeta y dramaturgo irlands nacido en Doublin en 1865.


Gracias a la fortuna de su familia, fue educado en Londres donde
particip activamente en actividades literarias.
En 1889 public la primera coleccin de poemas bajo el ttulo
"Las peregrinaciones de Oisin y otros poemas". El inters por revivir
el ambiente literario de su pas, lo hizo regresar a Doublin para fundar
el Teatro Nacional Irlands del cual fue director hasta su muerte. Para
entonces, su fascinacin por el misticismo y el esoterismo primaron
sobre la poesa, produciendo obras de carcter dramtico entre las
cuales brillan "La Condesa Cathleen" en 1892, "La Tierra del Deseo"
en 1894 y "El Umbral del Rey" 1904.
La publicacin de su obra potica, con ttulos sobresalientes como "La
Torre" 1928, "La Escalera Tortuosa y Otros Poemas" en 1933, y "La
torre negra" en 1939, lo convirtieron en uno de los autores ingleses
ms influyentes del siglo XX.
Obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1923.
Falleci en Doublin en enero de 1939.

Poemas de William Butler Yeats:


Aceite y sangre
Bellas cosas seeras

Cuando ests vieja y gris y soolienta...


El vino entra en la boca...
La isla del lago de Innisfree
Moscas de largas zancas
Quin so que la belleza pasa como un sueo?
Recuerda la olvidada belleza
Sangre y luna
Si tan slo yacieras muerta y fra...
Sueos rotos
Tus ojos que antao nunca se cansaron de los mos...
Una joven y vieja mujer
Versos escritos en el abatimiento
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Georgia

ACEITE Y SANGRE
En tumbas de oro y lapislzuli
cuerpos de santos y santas exudan
aceite milagroso, fragancia de violeta.

Pero bajo los pesados cmulos de arcilla pisoteada


yacen cuerpos de vampiros pletricos de sangre;
sus mortajas estn ensangrentadas y sus labios estn
hmedos.
Versin de Alberto Girri

BELLAS COSAS SEERAS


Bellas cosas seeras; la noble cabeza de O'Leary:
mi padre, en el escenario del Abbey, ante una multitud furiosa:
Esta nacin de santos y luego, cuando los aplausos se extinguan:
De santos de escayola; echada hacia atrs la bella cabeza maliciosa.
Standish O'Grady buscando apoyo entre las mesas
y dicindole a un auditorio borracho palabras de eminente insensatez;
Augusta Gregory sentada en su gran mesa de ormulu
cuando se acerba su octogsimo invierno: Ayer me amenaz de muerte.
Le dije que todas las tardes, de seis a siete, me sentaba esta mesa,
con las persianas subidas; Maud Gonne esperando un
tren en la estacin de Howth
Palas Atenea en la espalda erecta, en la cabeza arrogante:
todos los Olmpicos: algo que jams volver a verse.
Versin de Hernando Valencia Goelkel

CUANDO ESTS VIEJA Y GRIS Y SOOLIENTA...


Cuando ests vieja y gris y soolienta
y cabeceando ante la chimenea, toma este libro,
lelo lentamente y suea con la suave mirada
y las sombras profundas que antes tenan tus ojos.
Cuntos amaron tus momentos de alegre gracia
y con falso amor o de verdad amaron tu belleza,
pero slo un hombre am en ti tu alma peregrina
y am los sufrimientos de tu cambiante cara.
E inclinada ante las relumbrantes brasas
murmulla, un poco triste, cmo escap el amor
y anduvo en las cimas de las altas montaas
y entre un montn de estrellas ocult su rostro.
Versin de Nicols Suescn

EL VINO ENTRA EN LA BOCA...


El vino entra en la boca
Y el amor entra en los ojos;
Esto es todo lo que en verdad conocemos
Antes de envejecer y morir.
As llevo el vaso a mi boca,
Y te miro, y suspiro.

LA ISLA DEL LAGO DE INNISFREE


Me levantar y me pondr en marcha, y a Innisfree ir,
y una choza har all, de arcilla y espinos:
nueve surcos de habas tendr all, un panal para la miel,
y vivir solo en el arrullo de los zumbidos.
Y tendr algo de paz all, porque la paz viene goteando con calma,
goteando desde los velos de la maana hasta all donde canta el grillo;
all la medianoche es una luz tenue, y el medioda un brillo escarlata
y el atardecer pleno de alas de pardillo.
Me levantar y me pondr en marcha, noche y da,
oigo el agua del lago chapotear levemente contra la orilla;
mientras permanezco quieto en la carretera o en el asfalto gris
la oigo en lo ms profundo del corazn.
Versin de Luis Zalamea

MOSCAS DE LARGAS ZANCAS


Para que la civilizacin no se hunda,
perdida su gran batalla,
haz callar al perro, ata el potrillo
a un poste distante.
Csar, nuestro amo, se halla en la tienda
donde los mapas est desplegados,
sus ojos fijos en el vaco
y una mano bajo el mentn.
Como una mosca de largas zancas sobre el ro

su mente se mueve en el silencio.


Para que las insuperables torres sean quemadas
y los hombres memoren el rostro,
muvete lo ms suavemente posible, si debes hacerlo
en este solitario lugar.
Ella piensa, en parte mujer, tres parte nia,
que nadie la mira; sus pies
ensayan un paso de baile
aprendido en la calle.
Como una mosca de largas zancas sobre el ro
su mente se mueve en el silencio.
Para que las muchachas pberes puedan encontrar
el primer Adn en su pensamiento,
cierra la puerta de la capilla papal,
mantn fuera esas nias.
Ah en el andamio est acostado Miguel Angel.
Sin ms ruido que el que hacen los ratones
mueve su mano de un lado a otro.
Como una mosca de largas zancas sobre el ro
su mente se mueve en el silencio.
Versin de Alberto Girri

QUIN SO QUE LA BELLEZA PASA COMO UN SUEO?


Quin so que la belleza pasa como un sueo?
Por estos labios rojos, con todo su triste orgullo,
tan tristes ya, que ninguna maravilla pueden presagiar,
Troya se nos fue con destello fnebre y violento
y murieron los hijos de Usna.
Desfilamos, y desfila con nosotros el mundo atareado
entre las almas de los hombres, que se despiden y ceden su puesto
como las plidas aguas en su glacial carrera;
bajo estrellas que pasan, espuma de los cielos,
sigue viviendo este rostro solitario.
Inclinaos, arcngeles, en vuestra sombra morada:
Antes de que existierais y antes de que ningn corazn latiera,
rendida y amable permaneca junto a su trono;
la belleza hizo que el mundo fuera una senda de hierba
para que Ella posara sus pies errantes.
Versin de Hernando Valencia Goelkel

RECUERDA LA OLVIDADA BELLEZA


Al ceirte en mis brazos,
estrecho contra mi corazn esa belleza
que del mundo hace mucho se marchara:
coronas engastadas que reyes arrojaron
en charcas fantasmales, huyendo los ejrcitos;
cuentos de amor tejidos con hebras de seda
por soadoras damas en telas que nutrieron la polilla asesina:
rosas de tiempos idos
que las damas tejieron en sus pelos;
lirios fros de roco que las damas portaron
por tanto corredor sagrado,
adonde tales nubes de incienso se elevaban
que slo Dios estaba con los ojos abiertos:
ya que el plido pecho, la mano demorada,
nos llegan de otras tierras ms pesadas de sueo,
y tambin de otra hora ms pesada de sueo.
Y cuando t suspiras entre besos
escucho la blanca Belleza tambin suspirando
por aquella hora cuando todo
deber consumirse cual roco.
Mas llama sobre llama y hondura sobre hondura,
y trono sobre trono y medio en sueos,
posadas sus espadas en sus frreas rodillas,
tristemente cavilan sobre grandes misterios solitarios.
Versin d: Hernando Valencia Goelkel

SANGRE Y LUNA
Bendito sea este lugar
Y an ms bendita esta torre;
Un poder sangriento y arrogante
Se levant de la raza
Para expresarla, para dominarla,
Se alz como los muros
De estas cabaas azotadas por la tormenta.
Como burla he construido
Un emblema poderoso
Y lo canto verso a verso,
Como burla de una poca
Medio muerta en la cima.

SI TAN SLO YACIERAS MUERTA Y FRA...


Si tan slo yacieras muerta y fra
Y las luces del oeste se apagaran,
Vendras aqu e inclinaras tu cabeza,
Y yo reposara la frente sobre tu pecho
Y t susurraras palabras de ternura
Perdonndome, pues ya ests muerta:
No te alzaras ni partiras presurosa,
Aunque tengas voluntad de pjaro errante,
Mas t sabes que tu pelo est prisionero
En torno al sol, la luna y las estrellas;
Quisiera, amada, que yacieras
En la tierra, bajo hojas de bardana,
Mientras las estrellas, una a una, se apagan.

SUEOS ROTOS
Hay gris en tus cabellos;
los jvenes ya no se quedan sin aliento
a tu paso;
acaso te bendiga algn vejete
porque fue tu plegaria
la que lo salv en el lecho de muerte.
Por tu bien -que ha sabido de todo dolor del corazn,
y que ha impartido todo el dolor del corazn,
desde la magra niez acumulando
onerosa belleza- por tu solo bien
el cielo desvi el golpe de su sino,
tan grande su porcin en la paz que estableces
con slo penetrar dentro de un cuarto.
Tu belleza no puede sino dejar entre nosotros
vagos recuerdos, recuerdos nada ms.
Cuando los viejos se cansen de hablar, un joven
le dir a un viejo: Hblame de esa dama
que terco en su pasin nos cantaba el poeta
cuando ya su sangre debiera estar helada por los aos.
Vagos recuerdos, recuerdos nada ms.
Pero en la tumba todos, todos se vern renovados.
La certidumbre de que ver a esa dama
reclinada o erecta o caminando
en el primor inicial de su feminidad
y con el fervor de mis ojos juveniles,
me ha puesto a balbucear como un tonto.
Era ms bella que cualquiera
no obstante tu cuerpo tena una tacha;
tus manos pequeas no eran bellas,
y temo que has de correr
y las hundirs hasta la mueca
en ese lago misterioso, siempre rebosante

donde todos los que cumplieron la ley sacra


se hunden y resurgen perfectos. Deja intactas
las manos que bes,
por bien del viejo bien.
Muere el ltimo toque de media noche.
Todo el da, en la misma silla
de sueo a sueo y rima a rima he errado,
en charla incoherente con una imagen de aire:
vagos recuerdos, recuerdos nada ms.
Versin de Hernando Valencia Goelkel

TUS OJOS QUE ANTAO NUNCA SE CANSARON DE LOS MOS...


Tus ojos que antao nunca se cansaron de los mos,
se inclinan hoy con pesar bajo tus prpados oscilantes
porque nuestro amor declina.
Y responde ella:
Aunque nuestro amor se desvanezca,
permanezcamos junto al borde solitario de este lago,
juntos en este momento especial
en el que la pasin, pobre criatura cansada, cae dormida.
Qu lejanas parecen las estrellas,
y qu lejano nuestro primer beso,
y qu viejo parece mi corazn!.
Pensativos caminan por entre marchitas hojas,
mientras l, lentamente, sosteniendo la mano de ella, replica:
La Pasin ha consumido con frecuencia
nuestros errantes corazones.
Los bosques les rodeaban, y las hojas ya amarillas
caan en la penumbra como desvados meteoros,
entonces un animalillo viejo y cojo renque camino abajo.
Sobre l, cae el otoo; y ahora ambos se detienen
a la orilla del solitario lago una vez ms.
Volvindose, vio que ella haba arrojado unas hojas muertas,
hmedas como sus ojos y en silencio recogidas
sobre su pecho y su pelo.
No te lamentes, dijo l, que estamos cansados
Porque otros amores nos esperan,
odiemos y amemos a travs del tiempo imperturbable,
ante nosotros yace la eternidad,
nuestras almas son amor y un continuo adis.
Versin de Luis Zalamea

UNA JOVEN Y VIEJA MUJER


Cul fue el alegre muchacho que ms me agrad
De todos cuantos yacieron conmigo?
Respondo que mi alma entregu
Y en el dolor am,
Mas gran placer me dio un muchacho
Al que fsicamente am.
Libre del cerco de sus brazos
Rea al pensar que era tal su pasin
Que l imaginaba que yo entregaba el alma
Cuando slo exista el contacto de dos cuerpos,
Y rea sobre su pecho al pensar
Que era la misma entrega que hay entre las bestias.
Di lo que otras dieron
Despus de quitarse la ropa,
Mas cuando este alma del cuerpo se despoje
Y desnuda vaya a lo desnudo
Aquel a quien hall encontrar all dentro
Lo que ningn otro conoce.
Y dar lo suyo y tomar lo suyo
Y regir por derecho propio;
Y aunque am en el dolor
Tanto se aferra y se cierra,
Que ningn ave diurna
Osara extinguir tal deleite.

VERSOS ESCRITOS EN EL ABATIMIENTO


Cuando vi por ltima vez
los redondos ojos verdes y los largos cuerpos sinuosos
de los negros leopardos de la luna?
Las brujas huraas, seoras nobilsimas,
con todo y sus escobas y sus lgrimas,
sus colricas lgrimas, se fueron.
Se perdieron los sacros centauros de los montes;
slo me queda el amargado sol.
La heroica madre luna se perdi en el destierro;
tengo cincuenta aos, y ahora
he de sufrir la timidez del sol.
Versin de Hernando Valencia Goelkel

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