El Jailli
El Jailli
El Jailli
LAS KHANTUTAS
Altiplano
El Altiplano es inmensurable como un recuerdo.
Piel de kirquincho, toca con sus extremos las cuatro puntas del cielo,
sopla su densa brisa de bestia.
El Altiplano es resplandeciente como un acero.
Su soledad de luna, tambor de las sublevaciones,
solfatara de las leyendas.
Pastoras de turbiones y pesares,
las vrgenes de la tierra alimentan la hoguera de la msica.
Los hombres, en el metal de sus cabellos,
asilan el caliente perfume de los combates.
Altiplano rayado de caminos y de tristeza
como palma del minero.
Pablo Neruda
El sol
YO entr en Florencia. Era
de noche. Tembl escuchando
casi dormido lo que el dulce ro
me contaba. Yo no s
lo que dicen los cuadros ni los libros
(no todos los cuadros ni todos los libros,
slo algunos),
pero s lo que dicen
todos los ros.
Tienen el mismo idioma que yo tengo.
En las tierras salvajes
el Orinoco me habla
y entiendo, entiendo
historias que no puedo repetir.
Hay secretos mos
que el ro se ha llevado,
y lo que me pidi lo voy cumpliendo
poco a poco en la tierra.
Reconoc en la voz del Arno entonces
viejas palabras que buscaban mi boca,
como el que nunca conoci la miel
y halla que reconoce su delicia.
As escuch las voces
del ro de Florencia,
como si antes de ser me hubieran dicho
lo que ahora escuchaba:
sueos y pasos que me unan
a la voz del ro,
seres en movimiento,
golpes de luz en la historia,
tercetos encendidos como lmparas.
El pan y la sangre cantaban
con la voz nocturna del agua.
Eduardo Mitre
Vitral del pasado