Saben ustedes que tengo debilidad por Haruki Murakami y esta macronovela, mil q ochenta y cuatro, no me ha defraudado.
Aomame y Tengo son tan reales que me gustaría tomarme un café con ellos.
Me he descargado de internet la "Sinfonieta" de Janacek y, al igual que Aomame, la escucho cuando corro en mi bici estática.
Aunque utilice los mismos ingredientes, la comida que prepara Murakami siempre es diferente, siempre te sabe distinto, siempre la disfrutas.
Me gusta su lenguaje sencillo, sus comparaciones rocambolescas, sus historias fantásticas, su doble realidad, su forma de narrar "in crescendo", sus personajes.
Gracias, M.D.A.A., por haberme prestado los libros.
Fotografías de Diego Morales |