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Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19

2020

El COVID-19 está generando cambios en distintos ámbitos de la sociedad (político, económico, cultural,...), y por ende, en las diferentes facetas de nuestra cotidianidad (familiar, laboral, académico,...). De ahí, que este momento resulte estratégico para reflexionar desde múltiples perspectivas del conocimiento científico sobre tales cambios provocados por la crisis sanitaria de esta pandemia. Estas transformaciones están siendo progresivas, puesto que transitamos desde una coyuntura de circunstancias extraordinarias e imprevistas hacia la "nueva normalidad" que informa el Gobierno de España, aunque algunos preferimos una próxima realidad. Una próxima realidad a construir entre todos y todas que pueda modificar aquellos aspectos excluyentes y divergentes que hasta ahora formaban parte de los escenarios sociales donde realizamos nuestro día a día. En ese proceso de transición iniciado hace dos meses, motivado por la aparición de este nuevo Coronavirus, se<br> contemp...

Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Alfonso Vázquez Atochero Santiago Cambero Rivero (Coordinadores) Grupo de investigación Corona Social (www.coronasocial.org) Cómo citar este libro en normativa APA 7 (2020): Apellido, N. (2020). Título del capítulo. En Vázquez Atochero, A. y Cambero Rivero, S., (Ed.), Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19. (pp. xx-xx), AnthropiQa 2.0. © Corona Social © anthropiQa 2.0 Portada Ramón Besonías @ramon_besonias (Y aportaciones de Adrián y Sophie) http://www.anthropiQa.com [email protected] Badajoz, España Edición primera, junio de 2020 I.S.B.N. 978-1-71685-280-0 Los textos pertenecen a sus autores, que poseen todos los derechos. Usted tiene la libertad de copiar, distribuir y comunicar públicamente la obra Bajo las condiciones siguientes: Reconocimiento. Debe reconocer los créditos de la obra de la manera especificada por el autor o el licenciador (pero no de una manera que sugiera que tiene su apoyo o apoyan el uso que hace de su obra). No comercial. No puede utilizar esta obra para fines comerciales. Compartir bajo la misma licencia. Si altera o transforma esta obra, o genera una obra derivada, sólo puede distribuir la obra generada bajo una licencia idéntica a ésta.     Al reutilizar o distribuir la obra, tiene que dejar bien claro los términos de la licencia de esta obra. Alguna de estas condiciones puede no aplicarse si se obtiene el permiso del titular de los derechos de autor Nada en esta licencia menoscaba o restringe los derechos morales del autor. Cada comentario pertenece a su autor. El autor del blog no se hace responsable de las opiniones, ni necesariamente las comparte. www.anthropiQa.com www.coronasocial.org ÍNDICE Más allá del coronavirus: las pandemias a través de la historia. 17 Jonnathan Romero Huertas. Los otros héroes con capa: profesionales de logística y distribución. 29 Nayelli Contreras Mendoza. La higiene como base de la prevención de enfermedades. 45 Amaia Castresana Palma. 55 El virus que subrayó lo anormal de lo corriente. Águeda Sánchez Porras. La desigualdad social perjudica seriamente la salud: El coronavirus sí entiende de clases sociales. 73 María Virginia Sánchez Rivas. El laberinto del coronavirus…“El homo sapiens sapiens es como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie”. 87 Azahara Romero Sanz. Sociología de las relaciones familiares intergeneracionales en periodo pandémico. Santiago Cambero Rivero. e 105 Los efectos del confinamiento: ¿Cómo es la percepción de la pena de localización permanente? 135 Jordi Ortiz García. Beatriz Cruz Márquez. El Rol de los Medios de Comunicación en la Pandemia del COVID-19 a Nivel Mundial. 161 Antonio Noel Hernández Cruz. Diálogos en pandemia. Espacio de construcción colectiva para intercambiar experiencias educativas desde la distancia. 179 Leandro Rust, María García Barrantes. La crisis como motor de cambio social. Aspectos educativos fortalecidos tras el confinamiento por pandemia. 193 Estela Cabrera Lunar. La política en tiempos de pandemias. 209 Hassan Arabi. El COVID-19 y la España vaciada. 217 Jesús Seco González. La inmigración en tiempos de Covid19. 229 Rachid El Quaroui El Quaroui. ¿Cómo será el mundo después del coronavirus? Erika Sierra Arias. 247 A modo de introducción. El COVID-19 está generando cambios en distintos ámbitos de la sociedad (político, económico, cultural,...), y por ende, en las diferentes facetas de nuestra cotidianidad (familiar, laboral, académico,...). De ahí, que este momento resulte estratégico para reflexionar desde múltiples perspectivas del conocimiento científico sobre tales cambios provocados por la crisis sanitaria de esta pandemia. Estas transformaciones están siendo progresivas, puesto que transitamos desde una coyuntura de circunstancias extraordinarias e imprevistas hacia la “nueva normalidad” que informa el Gobierno de España, aunque algunos preferimos una próxima realidad. Una próxima realidad a construir entre todos y todas que pueda modificar aquellos aspectos excluyentes y divergentes que hasta ahora formaban parte de los escenarios sociales donde realizamos nuestro día a día. En ese proceso de transición iniciado hace dos meses, motivado por la aparición de este nuevo Coronavirus, se contemplan diversos contextos en los entornos locales y global, que podría definirse como la era PosCOVOD-19. Un nuevo tiempo que podría suponer una rehumanización que mejorase nuestra forma de entender la propia vida compartida con otras especies animales, fauna y flora, en aras dignificar las condiciones de miles de millones de habitantes en el planeta Tierra. Una nueva oportunidad de cambios sociales desde una renovada escala de valores y actitudes que nos beneficie como personas en este periodo histórico que inauguramos. Reinventarse sería la acción individual más relevante, que represente la innovación en las formas de vida y cultura más significativas para el ser humano. Quizás sean palabras de un optimismo vital excesivo a tenor de los últimos acontecimientos de la historia de la humanidad, pero se trataría inteligentemente de prevenirnos de posibles catástrofes naturales, muchas de las cuales la mano humana es responsable de las mismas pérdidas materiales y vidas humanas. Por tanto, está en nuestras cabezas la opción de frenar tantos desastres con consecuencias fatales, más letales que el mismo COVID-19. En este contexto de excepcionalidad social y cultural surge Corona Social (www.coronasocial.org), un grupo de investigadores de diferentes ámbitos constituido de manera horizontal para dar formar a un think tank interdisciplinar y a partir de él poder coordinarse y establecer proyectos comunes. Más de 500 personas colaboran en diferentes acciones, y una de ellas es este texto cooperativo. Se trata de la segunda publicación que recoge ensayos desde diversos enfoques y áreas. En este segundo volumen hemos invitados a personas de distintos sectores profesionales y académicos, procedentes de tres continentes (América, Europa y África), que nos aportan luz reflexiva sobre el acontecer de este tiempo extraño y convulso vivido desde el confinamiento, pero que también nos permiten visualizar el horizonte en la era posCOVID-19. Frente a tantas incertidumbres cada día requerimos evidencias de conocimiento para saber cómo superar las coyunturas de crisis que provocarán cambios sociales a modo de oportunidades, como se indicaba. El conformismo y la inercia deben ceder espacios para la movilización ciudadana en aras a cooperar en la construcción de un andamiaje que nos ofrezca seguridad, desde lo local hasta lo global. Nuestro primer autor abre la obra con un planteamientos con una sentencia poco menos que aterradora: “La humanidad ha estado en riesgo de extinguirse muchas más veces de las que tenemos conciencia”. A partir de ahí ofrece repaso a la intrahistoria de las pandemias. Da paso a una autora joven que reflexiona acerca a la importancia de un cambio logístico y de la digitalización, a priori forzosa, de diversos sectores. En el tercer artículo hablamos de las medidas propedéuticas para frenar una pandemia ya que, con más frecuencia de lo que pensamos, obviamos las soluciones más efectivas que, sorprendentemente, son las más sencillas. Después dos artículos de corte social nos presentan la “nueva normalidad” -reciente pero imprescindible sintagma de la cultura pandémica- y problemática de los sectores más desfavorecidos que, como suele ser norma, son los que más padecen los envites y vicisitudes del días a día. Pero no obstante, vivimos en una sociedad en la que prima el consumo, como nos recuerda la autora del sexto capítulo, y el confinamiento nos ha llevado a nuevas vías para satisfacer nuestras “necesidades”. A continuación tenemos el capítulo más extenso del libro, que nos relata la problemática de las relaciones familiares intergeneracionales y nos pone en alerta sobre el edadismo presente en la sociedad. Seguimos con una dinámica foucaultiana acerca del panóptico social y de la consolidación de una nueva “cultura de control” y un aumento del “populismo punitivo”, al que contribuyen en cierta medida los medios de comunicación, que juegan un rol decisivo no sólo en la transmisión de información -y desinformación, sino también en la conformación de opiniones. No olvidemos que, a fin de cuentas, la realidad se construye socialmente. Y en este juego de transmisión y reproducción del sistema -si retomamos el ideario de Bourdieu-, hemos destinado dos artículos a explicar el impacto de la pandemia en el ámbito educativo, ambos con un enfoque optimista y resiliente y poniendo en valor los elementos de cambio surgidos de la crisis. Continuamos con tres temas de corte socio político: uno que se centra el efecto y uso político de los estragos pandémicos: otro que ve oportunidades en el cambio forzoso que nos trae la “nueva realidad” y que podría potenciar zonas desfavorecidas por el desigual reparto demográficos y un tercero que nos habla del impacto de la pandemia en las poblaciones migrantes en diferentes países de acogida. Terminamos nuestra explosión con un texto que, a modo profético, se denomina ¿cómo será el mundo después del coronavirus?, en el que la autora comienza reflexionando sobre cómo las crisis y los desastres son los momentos de grandes cambios, casi siempre dolorosos y difíciles, pero al tiempo es una época para el nacimiento de grandes soluciones y oportunidades, donde se cristalizan nuevos comportamientos, nuevos procesos sociales, históricos, materiales y simbólicos en la vida humana.” Esperamos que los lectores disfruten de cada uno de los artículos seleccionados, pudiendo encontrar suficientes señales para entender como la política o la educación están siendo condicionadas por los efectos de esta pandemia, o las familias y las personas migrantes están viviendo esta crisis sanitaria. Sin duda, estos autores nos ofrecen múltiples pruebas, cada cual más ingeniosa e ilustrativa, pero también cuestiones por responder durante la próxima realidad tras superar al COVID-19. Hay esperanzas, muchas ilusiones, pues no necesitamos ni agoreros ni catastrofistas en la era emergente. Alfonso Vázquez Atochero Santiago Cambero Rivero (Universidad de Extremadura) Coordinadores de esta edición Precisiones lingüísticas. Ante la diversidad de grafías y la incertidumbre que pueda generar la escritura del término, nos ceñiremos a las recomendaciones de la Real Academia Española, utilizando la voz COVID-19, en mayúsculas y en masculino. La Organización Mundial de la Salud ha propuesto la abreviación COVID-19 (a partir de COronaVIrus + Disease ‘enfermedad’ + [20]19). […] Al ser un acrónimo de reciente creación, aún no lexicalizado, lo indicado es su escritura en mayúsculas en todas sus letras. Solo si con el tiempo llegara a convertirse enteramente en el nombre común de la enfermedad, la escritura indicada sería en minúsculas, covid-19. www.rae.es (junio de 2020) Más allá del coronavirus: las pandemias a través de la historia Jonnathan Romero Huertas Antropólogo, Universidad Nacional de Colombia [email protected] Resumen. La humanidad ha estado en riesgo de extinguirse muchas más veces de las que tenemos conciencia. Aún así, hemos podido superar estos sucesos de alguna manera. Los virus y los humanos han convivido durante largo tiempo aprovechándose uno del otro; en el presente texto se dan características de algunos de estos eventos para mostrar que la actual pandemia de Coronavirus es un evento natural, casi que esperado que no se acerca a las bajas cifras de individuos vistas con anterioridad, que si estuvieron a punto de acabar con la humanidad. Introducción: de pandemias, extinciones y humanos. Pandemia, del griego πανδημία, de παν (pan, todo) y de δήμος (demos, pueblo) es la afectación por parte de una enfermedad a un gran número de humanos. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) el Coronavirus empezó a ser una pandemia el 30 de Enero de 2020. El mismo término ha sido usado varias veces en la historia de la humanidad para caracterizar a varias enfermedades; en el presente texto se hace alusión a algunas de ellas, además de otros sucesos que han afectado a grandes porciones de la humanidad para mostrar que el COVID-19 es sólo uno de tantos eventos que han atacado al grueso de la población, y está lejos de afectarnos tanto como lo han hecho los otros. Se hace para poner en contexto el virus, y tratar de frenar el miedo que se ha venido generando por la actual pandemia. El mundo del siglo XXI se paralizó por acción del Coronavirus: industrias clausuradas, fronteras cerradas, alertas disparadas 18 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 y predicciones de un desplome económico son el pan de cada día. A pesar de los brotes anteriores de este mismo virus, de las predicciones del cine y de la literatura y de las alertas de la comunidad científica - en la que se incluye Bill Gates - el virus nos tomó por sorpresa y la sociedad globalizada, interconectada, líquida (como la describe Bauman) quedó estática viendo los estragos causados por un ser el tan mencionado virus. Tal vez sea el mismo movimiento de la sociedad lo que hace que olvidemos tan fácil. Recordar en estos días se ve como una actividad inoficiosa, pero es necesaria para ver que esta no es la primera pandemia a la que nos enfrentamos (y muy seguramente no será la última), no es tampoco la que más muertos ha dejado o más problemas nos ha producido. Es más, por cuestiones del azar son más las pandemias que hemos logrado evitar antes de que siquiera escuchemos de ellas. Con este ejercicio de memoria - léase historia - no quiero ni sobreestimar ni subestimar los riesgos del COVID-19, solo quiero que veamos que en medio de la desesperanza por la que atravesamos hay una sucesión de “victorias” de los humanos sobre virus, microorganismos, bacterias y cuanto evento geológico o cultural que ha intentado acabarnos. Antropocentrismo aparte. Homo virus. Si comparamos periodos de tiempo, los virus han habitado la tierra durante mucho más tiempo que los humanos. Ambos adaptándose como de la mejor manera para sobrevivir. Lo curioso es que especies tan distintas desarrollaron sistemas de supervivencia similares: allí donde llegan, ambos usan a su anfitrión para obtener beneficios propios, tanto así que los virus han llegado hasta nuestros días pasando de un anfitrión a otro, sin siquiera poder reproducirse por sí mismos y que los Más allá del coronavirus: las pandemias a través de la historia 19 humanos hayamos poblado toda la geografía de nuestro planeta sin tener las adaptaciones biológicas para ello. Así como los virus se aprovechan de los humanos, los humanos se aprovechan de los virus. También es cierto que los seres humanos han sacado beneficio de los microorganismos de otras maneras. Por ejemplo, durante la conquista de América los conquistadores daban mantas infectadas con viruela a los indígenas para diezmar las poblaciones (Villatoro, 2018), tampoco es raro que con el coronavirus las compañías saquen réditos económicos de los negocios que tuvieron que cerrar. En la relativamente corta historia de la humanidad hemos aprendido a convivir con nuestro entorno, aún así, conforme nos encerramos en nuestras construcciones, nos volvimos indiferentes a él. La sociedad híper tecnológica en la que vivimos nos llevó a la luna pero nos alejó de la naturaleza. Aún así, siempre tuvimos recordatorios de que no estamos solos en el planeta y que a pesar de que nos autoproclamamos como dueños y señores de todo lo que hay sobre la tierra no dejamos de ser monos sin pelo y cerebro complejo, sujetos a enfermedades y virus como cualquiera. Cuellos de botella biológicos. En biología, se denomina cuello de botella a aquellos eventos en los que se reduce drásticamente el número de individuos de cierta especie, esto provoca que las generaciones que vienen después de este suceso carezcan de la variación genética de sus antecesores, ya que solo heredan los genes de los sobrevivientes. Esto puede causar que la especie tenga mayor disposición a sufrir de ciertas enfermedades o a que no estén bien preparados para los cambios futuros en el medio ambiente. (UNAM, 2017) 20 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 En los principios de la humanidad se registraron dos eventos de este tipo. Uno causado por un evento geográfico de gran magnitud y el otro por variables socioculturales (IIEH, 2018), es también importante aclarar que en ciertos grupos humanos (generalmente, endógamos) se han presentado descensos en la población debido a la poca variabilidad genética. Estos eventos redujeron la población de humanos casi hasta la extinción y desde allí fuimos aumentando en número hasta llegar a los 7700 millones que somos hoy. Ambos han sido demostrados gracias a los avances en la genética, a modelamientos matemáticos y a la paleoantropología. En 1998 Stanley Ambrose propuso que hace unos 70.000 años la erupción del mega volcán del lago Toba, en Indonesia, causó un invierno volcánico que redujo todas las poblaciones humanas de la época de forma radical (llegando a extinguir varias especies de hombres), tanto que se redujeron a 10000 las parejas reproductoras de Homo sapiens (Jacobs, 2000). Esta teoría está sustentada en el análisis genético de las poblaciones humanas actuales encontrando una línea genética similar, dentro de la variación genética con la que contamos. Hace 7.000 años se registró otro cuello de botella en los Homo sapiens. Esta época, conocida como neolítico tardío se caracteriza por la sedentarización, la domesticación de varias especies animales y vegetales y por la agrupación en clanes. En un artículo publicado por la revista Nature (Zeng, T, Aw, A & Feldman, M., 2018), Tian Chen Zeng y su equipo demostraron que el llamado “cuello de botella del Cromosoma y del post-neolítico” fue causado por la poca variación genética con la que contaban los hombres de la especie, causado por la filiación patrilineal de los clanes. Esto es, que estaban organizados en torno al linaje del padre. Más allá del coronavirus: las pandemias a través de la historia 21 Esto se debe a que sólo las mujeres podían buscar pareja en otros clanes, lo que les daba variación genética a sus hijos. Mientras tanto los hombres, que se quedaban únicamente en su clan, perdieran variedad en sus genes, lo que los hizo más débiles ante enfermedades. Fue tanto el impacto que se llegó a una proporción de 17 mujeres contra 1 hombre. (Zeng, T, Aw, A & Feldman, M., 2018, p.3) Aquí también influyó la guerra de clanes, ya que generalmente se arrasaba con los hombres del clan perdedor y se capturaba a sus mujeres. El colapso en la diversidad duró unos dos mil años, hasta la aparición de los primeros centros urbanos en la que empezaron a prevalecer las sociedades con amplia variación genética, lo que favoreció que algunos linajes masculinos aumentaran dramáticamente (Zeng, T, Aw, A & Feldman, M., 2018, p. 20) ¿Primera pandemia? Hay una época oscura en la prehistoria de la humanidad, de la que sabemos poco. Una de las cosas de las que los arqueólogos están seguros es que hubo una gran descenso en la población humana (entre un 30 y un 60%), hay teorías que indican que este drástico descenso se debido al contagio de la bacteria Yersinia pestis. Un grupo de genetistas encontraron el cadáver de una campesina enterrada hace unos 5000 años que tiene presencia de la bacteria en sus dientes, esto se compara a otro hallazgo de un joven campesino que tiene la misma bacteria en su ADN. Esto probaría que la bacteria estuvo presente en varios lugares de europa (Domínguez, 2018) Los autores creen que fue gracias a los grandes desplazamientos de personas y a que las primeras ciudades tenían capacidad para albergar relativamente gran cantidad de población (unas 20.000 personas) sin ningún tipo de higiene que la bacteria pudo recorrer grandes porciones de 22 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 tierra encontrando en donde alojarse y acabando con grandes poblados en relativamente poco tiempo. En el mismo estudio, los autores afirman que la llegada de la tribu de los Yamnaya - pastores nómadas - a Europa fue la que detuvo el avance de la bacteria, esto se debe a que estas personas se agrupan en bandas pequeñas, en donde es más difícil que la bacteria se desplace. La peste. Una de las pandemias más conocidas en la historia mundial, la llamada peste negra acabó con la vida de unos 200 millones de personas en sus sucesivas oleadas. La primera ocurrió en la época del sacro imperio romano, fue llamada la peste de Justiniano porque se pensaba que era un brote distinto, pero gracias a un grupo de investigadores de la universidad de Tübingen, en Alemania hoy sabemos que fue un brote de peste negra (National geographic, 2012). Esta mortífera enfermedad se transmite también por la Yersinia pestis a través de la picadura de pulgas que hayan picado a roedores infectados. Los síntomas aparecen una semana después de haber sido contagiado con el bacilo y la muerte puede llegar entre un día y unas semanas, dependiendo del medio de transmisión: si la enfermedad se da por las vías respiratorias (peste neumónica) la víctima muere en unas horas o incluso un día; si se da por la infección de la sangre (peste septicémica) la víctima podía llegar a sobrevivir un par de días, pero en ambos casos la muerte era inevitable. Con la peste bubónica primaria, es decir, el paciente tenía una pequeña probabilidad de sobrevivir, si era tratado a tiempo. (Virgili, 2020) El peor brote de esta enfermedad sucedió entre 1347 y 1353; en un período de seis años los 80 millones de europeos de la época se redujeron a unos 30 millones. La rápida difusión de Más allá del coronavirus: las pandemias a través de la historia 23 la enfermedad a través de barcos, el poco conocimiento médico, el abandono de menores y ancianos por el miedo al contagio y la poca salubridad fueron las principales causas de tal mortandad. En la misma época existieron otras enfermedades endémicas que asolaban la población: disentería, sarampión, gripe y lepra. Esto indica que las pandemias no son raras para la humanidad, es más, se puede decir que es común tenerlas junto a nosotros. Uno de los efectos del rápido descenso en la población europea fue que los sueldos aumentaron, lo que atrajo a población a las ciudades dejando tierras baldías que fueron aprovechadas por los campesinos para aumentar la producción. Esta bonanza económica es lo que causó el renacimiento (Virgili, 2020). Tal vez es por lo mismo que los gobiernos del mundo que quieren “salvar la economía” dejan abandonada a su población. El SIDA: la peste moderna. El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) ha matado 35 millones de personas desde su descubrimiento en 1980. Hay que decir que técnicamente este virus no ha matado a nadie, lo que hace es disminuir el número de glóbulos blancos en el organismo haciéndolo vulnerable ante enfermedades que bajo condiciones normales no matan. A pesar de que no se ha descubierto una cura si se ha logrado avanzar en prevenir, analizar y retrasar lo más posible el avance del virus dentro del cuerpo, haciendo que las personas contagiadas (seropositivos) puedan vivir una vida “normal”, siempre y cuando sigan el régimen de medicamentos (Fayanas, 2020). 24 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 La aparición de manchas rosas en la piel, similares a las causadas por la peste, dio pie para que algunos medios de comunicación la llamaran “la peste rosa”, lo que la ligó a la comunidad homosexual. Esto se sumó a varias campañas que vinculan el SIDA con este grupo de personas, generando estigmas y rechazo. Hoy sabemos que la enfermedad no discrimina entre homosexuales y heterosexuales, ricos ni pobres. Investigadores de la universidad del instituto Pasteur de París lograron rastrear la aparición del virus hasta principios del s. XX en una zona del centro de África, y que llegó a los humanos de manera zoonótica, es decir de una especie a otra. En este caso se dio entre monos y humanos. Si bien el virus contó con amplia difusión por los medios de comunicación en los primeros años, con el paso del tiempo es menos usual que se hable de esta pandemia, tal vez debido a que ya es normal su presencia entre los humanos y, hasta cierto punto, está controlada. Esto significa que las cadenas no pueden sacar mucho crédito económico por ella. SARS: evitando la pandemia. La actual pandemia de Coronavirus es causada por el virus SARS-CoV-2. Que apareció en Wuhan, China, se difundió casi que por todo el planeta y hoy en día tiene en problemas a la economía mundial. En 2003, surgió el primer contagio por Coronavirus en humanos, llamado SARS-CoV-1 (coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave), este virus surgió en el sur de Asia, más exactamente en Guangdong, China y en su momento infectó a 8422 personas, muriendo por esta enfermedad 916 de ellas. (OMS, 2003) De acuerdo a la OMS, desde la aparición de este virus se han reportado 4 oleadas de contagio, 3 de ellas han sido causadas Más allá del coronavirus: las pandemias a través de la historia 25 por accidentes de laboratorio, aún así, en el momento no hay restricciones de movilidad ni casos registrados. En el brote de 2003 el virus se desplegó por varios países en Asia, Europa y América. Gracias a la rápida acción de los entes de control, se logró aislar a los infectados y no escaló a mayores; estas acciones consistieron en desplegar un grupo de expertos para tratar los posibles contagios en poco tiempo, elaborar pruebas de laboratorio efectivas para detectar los brotes y trasladar equipo médico para contener el contagio y mantener informados a las personas que estuvieron en los lugares de alta exposición para que siguieran las medidas de seguridad recomendadas. (CDC, 2017) Es curioso ver cómo las agencias gubernamentales ya estaban al tanto de un brote similar al vivido a finales de 2019 y principios de 2020, aún así no siguieron los protocolos instaurados por ellos mismos, lo que permitió que este brote si escalara al nivel de pandemia. También es curioso notar lo difícil que es encontrar información sobre el SARS, esto se debe a que la mayoría de información está enfocada al COVID-19. Mientras que el SARS queda relegado al nivel de anécdota, con poco o nulo cubrimiento tanto de los medios encargados como de los medios de comunicación en general. Conclusiones. Como se vio, la humanidad se ha enfrentado a diferentes hechos que han mermado significativamente el número de individuos: desde eventos geológicos hasta pandemias, los seres humanos nos hemos visto enfrentados a diferentes retos para sobrevivir. Estos eventos nos sirven como recordatorio de nuestro lugar dentro de un planeta que está en movimiento y en el que la lucha por la supervivencia no se detiene. 26 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 A pesar de vivir en un mundo tremendamente avanzado tecnológicamente, en el que la medicina y la ciencia nos han dado conocimiento de las causas y consecuencias de las pandemias que han atacado al ser humano no pudimos controlar la propagación de un virus que nos tiene en jaque. Si bien aún no ha llegado el pico de contagio por Coronavirus, se estima que esta enfermedad no llegue a las tasas de mortalidad ni morbilidad de ninguno de los hechos mencionados en el presente texto. Aún así, es bueno acatar las medidas que han tomado los gobiernos, solo que sin el pánico creado por los medios de comunicación. Comparar este tipo de eventos nos sirve para ver las semejanzas y diferencias que hay en el manejo que la humanidad le da a estos eventos catastróficos. Generalmente, una vez aparecen los primeros contagiados, todos los ojos se enfocan en buscar el porqué y el quién, lo que a su vez nos lleva a señalar culpables y dar explicaciones de todo tipo: castigos divinos por el desviamiento moral, teorías conspirativas y explicaciones de tipo científico; estas últimas son las más aceptadas actualmente, a pesar de que coexistan con las demás. Lo cierto es que los seres humanos tenemos una historia con los eventos catastróficos, tanto así que muchas culturas a través de la historia han vaticinado nuestro fin. Sin saber cuándo ocurrirá si podemos decir que nos quedan más pandemias por enfrentar y que seguramente las podremos superar. Más allá del coronavirus: las pandemias a través de la historia 27 Bibliografía. CDC. (6 de dic. de 2017). SARS Basics Fact Sheet. 24 de mayo de 2020, de CDC Sitio web: https://www.cdc.gov/sars/about/fs-sars.html Dominguez, D.. (7 de dic. de 2018). El cadáver de una joven desvela la primera pandemia conocida. 21 de mayo de 2020, de El país Sitio web: https://elpais.com/elpais/2018/12/05/ciencia/1544036846_617 300.html IIEH. (30 de mayo de 2018). El cuello de botella post-neolítico del cromosoma Y. 22 de mayo de 2020, de Instituto de investigación sobre la evolución Humana A.C Sitio web: https://www.iieh.com/noticias/noticias-737136/noticias/elcuello-de-botella-post-neolitico-del-cromosoma-y Fayanas, E.. (12 de abril de 2020). El SIDA / VIH, la pandemia del siglo XXI. 23 de mayo de 2020, de Nuevatribuna Sitio web: https://www.nuevatribuna.es/articulo/global/virus-enfermedadsida-vih-pandemia-sigloxxi/20200412173326173445.html Jacobs, J. (4 de julio de 2000). Population Bottlenecks and Volcanic Winter. 22 de mayo de 2020, de James Q. Jacobs Sitio web: http://www.jqjacobs.net/anthro/paleo/bottleneck.html National geographic. (04 de dic. de 2012). la peste de justiniano pudo haber sido peste bubónica. 23 de mayo de 2020, de National geographic Sitio web: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/peste-justinianopudo-haber-sido-peste-bubonica_6835 OMS. (7 de agosto de 2003). Summary table of SARS cases by country. 24 de mayo de 2020, de OMS Sitio web: https://www.who.int/csr/sars/country/country2003_08_15.pdf 28 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 UNAM. (22 de febrero 2017). CUELLO DE BOTELLA. 23 de Mayo de 2020, de UNAM Sitio web: http://web.ecologia.unam.mx/oikos3.0/index.php/articulos/17recuadros/205-cuello-de-botella Virgili, A. (14 de mayo de 2020). La peste negra, la epidemia más mortífera. 23 de mayo de 2020, de National geographic Sitio web: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/pestenegra-epidemia-mas-mortifera_6280 Villatoro, P. (26 de nov. de 2018). La gran vergüenza que esconde la Leyenda Negra: la matanza inglesa de indios con mantas envenenadas. 24 de mayo de 2020, de ABC Historia Sitio web: https://www.abc.es/historia/abci-verdaderogenocidio-americano-olvidada-masacre-inglesa-indios-guerrabiologica-201811260208_noticia.html Zeng, T, Aw, A & Feldman, M. (25 de mayo de 2018). Cultural hitchhiking and competition between patrilineal kin groups explain the post-Neolithic Y-chromosome bottleneck. 21 de mayo de 2020, de Nature Sitio web: https://www.nature.com/articles/s41467-018-04375-6 Sobre el autor. Antropólogo social de la universidad nacional, miembro del semillero de imagen y educación de la universidad minuto de Dios de Bogotá y del semillero de narrativas transmedia de la Universidad nacional de Colombia. Me interesa principalmente la antropología urbana, el desarrollo sostenible y la antropología simbólica. Específicamente, las maneras en las que las personas construyen sus imaginarios, como los comunican a través de su cotidianidad y crean unos nuevos de acuerdo al cambio social. Los otros héroes con capa: profesionales de logística y distribución Nayelli Contreras Mendoza Universidad de La Rioja [email protected] Resumen. Tras la declaratoria de pandemia por la OMS del COVID-19, el mercado como lo conocemos sufrió un revés a pesar de su interconectividad (libre mercado) a nivel mundial. China cerró sus puertas dejando a todo el mundo sin la principal fábrica mundial y a la deriva por el comercio exterior en pausa. Como respuesta inmediata se declararon Estados de Emergencia y cuarentenas en un alto número de países, medidas que se siguen implementando a nivel mundial y, que han ocasionado un efecto boomerang para la cadena de suministro de alimentos y bienes esenciales, que si bien muy alejados de quedarse en casa se han enfrentado al escenario de más demanda y retos de entrega a tiempo. Este texto analiza los principales retos para los encargados de la cadena de suministro, logística y distribución de alimentos y bienes esenciales para la sociedad, así como una prospección del futuro de la logística tras el COVID. Pánico. La normalidad cambio, lo normal ya no existe. Tras la aparición del virus del Sars-CoV2 (COVID-19) de manera abrupta y letal en la comunidad de Wuhan (China), nuestro mundo cambio, está cambiando y nosotros con él. Pero ¿qué tan preparados estamos para ello? Serán otros los encargados de hablar del impacto social, moral, psicológico o económico, para que aquí nos enfoquemos de otro aspecto por más importante para nuestra supervivencia: la distribución de bienes de suministro. 30 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Tras la declaratoria de pandemia por la OMS, una ola de medidas de restricción social se implementó a nivel mundial ocasionando que millones de personas entrarán en cuarentena de un día para otro, alterando los hábitos de consumo y la demanda de bienes de miles de economías a nivel global y la sociedad entró en crisis. Se registraron compras de pánico en varios países, generando a su vez miedo y ansiedad en sus vecinos más cercanos anticipando escenarios caóticos por la pandemia. Bienes que usualmente no están asociados a cuidados médicos se agotaron y otros por obvias razones se escasearon, adelantando una crisis en el time delivery de proveedores a nivel local y nacional en cada país. Cabe resaltar que el comercio exterior (importaciones y exportaciones) se enfrentaba a la par con medidas abruptas de restricción en la distribución, transporte y revisión por lo cual el suministro de bienes se vio entre la espada y la pared para resolver demandas originadas en un inicio más por el pánico que por necesidad real. El reto se asume desde dos vertientes; por un lado evitar que el desabasto de bienes de primera necesidad ocasione problemas para las millones de personas que al estar en casa necesitan seguir consumiendo sus alimentos y víveres en las tiendas o supermercados más cercanos a sus domicilios para evitar que realicen viajes largo y se expongan a contagios en zonas sobrepobladas, el abasto constante de aparatos médicos, medicinas y material de farmacia para los hospitales que por ningún motivo podían verse escasos de material para los cuidados de los enfermos por COVID-19 en sus instalaciones y por el otro lado evolucionar sobre la marcha con las nuevas tecnologías para adaptarse ante las estrictas normas impuestas por los gobiernos y las autoridades de salud, medidas que impactaron en cada uno de los procesos de la cadena de suministro (suministro de materias primas, manufactura, almacenaje y distribución) y que en gran medida afectan muchos procesos, empresas y otros sectores de la sociedad que se ven afectados ante la falta de productos, la Los otros héroes con capa: profesionales de logística y distribución 31 subida de precios sobre los productos con escasez o el descuido de los enfermos. Lo Global se vuelve Local. Para que un producto llegue a tus manos, el mismo pasó por varios procesos dentro de la cadena de suministro de bienes de consumo, el desarrollo en sí de las fases de la cadena y su distribución serán parte del problema a analizar a lo largo de este artículo, enfocándonos en la forma en que se vieron afectados dichos procesos por las medidas de contingencia para prevenir los contagios ante una movilidad “normal”. Así es que analizaremos brevemente el primer gran reto al que se enfrentaron los proveedores de servicios de suministro y distribución: el bloqueo del comercio intermodal. Para que un producto llegue a un cliente final bajo el esquema de globalización, éste pasó por un largo viaje que seguramente implicó transporte aéreo, terrestre y/o marítimo, así pues, partimos del primer gran problema y cómo estos medios de transporte se han visto afectados por el COVID-19, si pensamos también que cada industria de bienes de consumo se han enfrentado de manera particular a sus necesidades. Las medidas impuestas por los gobiernos desde lo federal a lo local implican normas de restricción que gradualmente fueron afectando el libre tránsito de las unidades, el volumen de carga, el número de tripulantesconductores de las unidades de transportes (para mitigar contagios), las horas permitidas de trayectos, cierre de rutas con horarios específicos, cierre de rutas sin previo aviso durante el trayecto de los mismos envíos, inseguridad para el transporte de las mercancías, etc. Pasamos de un proceso de libre movilidad-acceso a detener procesos de importación o exportación porque ya no podrían llegar o porque no era seguro el envío a tiempo de la mercancía. 32 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Decimos que lo global se volvió local pues hablamos de un proceso de cambio, de búsqueda de soluciones al problema antes mencionado, encontrar proveedores de distribución lo más locales posibles dada la reducción de servicios a nivel macro como se venían manejaban previo a las medidas de restricción y movilidad social, ya fuera por decisiones de relación costo-precio, geográficas o estratégicas, como sabemos a veces es más barato un producto que viaje por más rutas que terminan abaratando su precio, que un servicio exprés que requerirá de servicios más veloces para su arribo, pero en esta nueva realidad ¿qué tan preparadas estaban esas empresas encargadas de la distribución, del transporte?, ¿qué medidas específicas afectaron la distribución de bienes?    Disminución paulatina de viajes de carga en transportadores marítimos: cargas más ligeras o trayectos con intervalos más largos para evitar rutas que podrían implicar sobre población en los puertos, aduanas, zonas de carga-descarga para mitigar riesgos de contagios, tripulaciones más cortas y por ende menos producto que ser maniobrado a su siguiente interconexión. Disminución de viajes de carga vía aérea: de la misma forma que los viajes marítimos, de forma paulatina empezaron las regulaciones para evitar en la medida de lo posible trayectos con cargas pesadas, amplias tripulaciones y evitar congestiones en las zonas de carga y descarga de las aduanas o puertos, como medida alternativa muchos vuelos comerciales empezaron a ofrecer servicios de carga de bienes de primera necesidad en la medida de lo posible para evitar el desabasto. Disminución de unidades de transporte vía terrestre: ante las medidas de contingencia sanitaria en prácticamente todas las regiones del planeta se redujo la cantidad de personal de las unidades de transporte para evitar el contagio de aquellos conductores no Los otros héroes con capa: profesionales de logística y distribución  33 esenciales, afectando directamente el número de unidades activas para el transporte de mercancía. Así, distintas empresas se vieron afectadas en el volumen de sus envíos y entrega de mercancía a sus clientes finales. Otras normas se agregan en este punto para protección de los conductores de unidades: se agregaron en diversas localidades nuevas zonas de descanso o se pacto con diversas autoridades espacios óptimos de descanso para estos conductores que a la par de ser menos en operaciones tenían que hacer más recorridos para cumplir con las órdenes de entrega, esto afectó directamente en diversos países con problemas de robos o saqueos de unidades ya que se volvieron vulnerables ante rutas mapeadas por el crimen organizado. Rotación de personal: como ya se mencionó en los puntos anteriores la idea fue evitar sobrepoblaciones en zonas de carga-descarga de bienes, se ajustaron horarios operaciones para los más esenciales, se rotaron horarios para que solo el personal mínimo necesario este activo por día y así evitar contagios. La posibilidad de una denominada regionalización de la cadena de suministro suena más inminente ante la posibilidad de eventos parecidos a éste en un futuro o ante la posibilidad del quiebre de muchas empresas que no se atrevan a evolucionar para ofrecer otras soluciones de distribución para sus clientes la inmediata disminución de oferta de proveedores por región impulsará el crecimiento de pequeñas empresas locales. Será de vital importancia a partir de ya, reconsiderar el papel de la interdependencia de las cadenas de suministro a nivel mundial como medida crucial para identificar los puntos de riesgo una vez que pase la crisis. Llegando a este punto vamos a analizar el actor esencial para esta gran tarea: las unidades de transporte terrestre. 34 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Como ya se mencionó previamente, la multicanalidad en la que se sustentaba la cadena de suministro es decir, la operatividad de distribución mediante transportes marítimos, aéreos y terrestres se vio sacudida por las medidas de restricción de movilidad a nivel mundial para mitigar los contagios por lo que se dio prioridad a la distribución local (terrestre) en la medida de lo posible, por lo que muchas empresas se dieron a la tarea de buscar proveedores locales más cercanos para cumplir con las órdenes de entrega a sus clientes finales. Así pues, la unidad de transporte carga y con más énfasis las unidades de última milla se convirtieron en la pieza fundamental para la entrega de insumos necesarios a hospitales, autoservicios de consumo y, domicilios particulares. El papel de la última milla en el proceso de la cadena de suministro co-existe hoy más que nunca con la tecnología como respuesta inmediata a la crisis de distribución ya antes mencionada. Las unidades de última milla automatizadas, drones, agv´s (vehículos de automatización guiada por sus siglas en inglés) y lockers son parte de las herramientas complementarias para las entregas de suministro en zonas de difícil acceso o con altas medidas de contingencia. Ha sido tarea de los administradores de flotilla gestionar el mantenimiento de sus unidades en estos momentos de crisis, en los cuales diversos aspectos se vieron afectados: el desabasto de autopartes para reparaciones, el desabasto de combustibles, el cierre de algunos talleres grandes, el aplazamiento de pagos de pólizas de seguros, pausar contratos de compra y optar por el arrendamiento de unidades en lugar de arriesgar gastos innecesarios. Supervivencia esencial: Alimentos e Insumos de salud. Con base en reportes del Foro Económico Mundial, alrededor de un 73% de las inversiones para resolver una crisis humanitaria están destinadas a solventar las necesidades de Los otros héroes con capa: profesionales de logística y distribución 35 la cadena de suministro para alimentos e insumos médicos. Pero, ¿qué pasa cuando no hay suministros suficientes que distribuir? Las cuarentenas impuestas como medida de restricción para mitigar los contagios hizo notoria la falta de proveedores capacitados para la distribución regional de bienes de primera necesidad: alimentos, víveres, abarrotes no perecederos, medicinas, insumos médicos y de farmacia entraron en la lista roja de alta demanda en estos meses. Pero no todas las plantas de procesamiento de alimentos o las empresas de empaquetado sobrevivieron a las medidas de restricción y tuvieron que pausar actividades, de igual forma aquellas de insumos médicos (en su mayoría en China) que no lograron alcanzar los mismos niveles de productividad ante las medidas de restricción de personal y, así como otras industrias se vieron sobrepasados ante la contingencia sanitaria. Por su parte el cierre de restaurantes por un lado y, el confinamiento en casa aumentó la demanda de alimentos para realizar sus propios platillos, ocasionando que los precios se elevarán en particular en aquellas localidades con problemas de suministro para sus mercados locales, tiendas de conveniencia o supermercados. En cuanto al suministro de insumos de salud, el uso de tecnologías alternativas como drones sirvió para mantener la constante entrega de insumos médicos a profesionales de la salud en zonas de acceso remoto, transportar resultados de pruebas de laboratorios, entregar medicina urgente para enfermos en cuarentena o personas vulnerables para realizar salidas a farmacias cercanas, como herramientas de sanitización transportando espray desinfectante en zonas públicas desde el aire, haciendo recorridos de monitoreo con cámaras infrarrojas y también como herramientas de vigilancia para estructuras con alta probabilidad de contagio y de vital importancia como plantas o almacenes de alimentos y supermercados. 36 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Digitalizar para sobrevivir. Hemos observado el alto impacto que ha tenido la implementación de medidas digitales y de vía remota para solucionar los aspectos de interacción social, pero ¿qué tanto se pueden aplicar en una industria tan física como lo es la distribución de bienes? Algunas empresas proveedoras de soluciones logísticas para terceros han sido las pioneras en prevenir estos escenarios, así como de implementar medidas para asegurar el bienestar de sus transportistas y profesionales en general. Así pues, la Cadena de Suministro como negocio, como industria, debe reinventar sus canales que, si bien siempre ha sido flexible, ahora más que nunca debe moldear sus necesidades y gestionar nuevas relaciones con sus proveedores ante la disrupción ocasionada por la pandemia. Big Data, rastreo satelital, machine learning, automatización, recolección de data, user experience design, ciberseguridad, cadena de suministro biónica entre otras, serán parte del brazo instrumental para digitalizar los procesos de la cadena de suministro para hacerla más efectiva e incluso resiliente. Es importante subrayar en este punto, a la gran cantidad de empresas que trabajan con proveedores fijos todo el tiempo o fuentes remotas para abaratar sus procesos y que, ante la crisis no tenían contemplada la necesidad de buscar soluciones de empresas con soluciones digitales. Enumeramos a continuación un listado de retos para la cadena de suministro que podrían resolverse mediante la digitalización. Retos:  Acatar en tiempo y forma los pedidos (acumulados) de demanda una vez que regresemos al “nuevo normal”. Se espera un posible colapso como ola de impacto tras el COVID-19 dada la alta demanda de producción Los otros héroes con capa: profesionales de logística y distribución          37 de manufactura para cumplir con por los contratos atrasados. Se propone una “autonomía” para las cadenas de suministro a nivel mundial para que decidan con base a sus necesidades logísticas como distribuyen los bienes, con la intención de ayudar a solventar el impacto en gastos tras el reajuste de la economía global (Seric,et. al 2020) Será considerará la creación de fábricas de producción locales, para acercar los bienes a sus clientes y evitar el desabasto de bienes. Hacer una cadena de suministro más transparente para la toma de decisiones alternativas por regiones, con ayuda de data en tiempo real. Establecer órdenes de compra y distribución reales de los clientes usando estimaciones con data e insights de los mercados, para que sea planificada la producción de bienes desde sus fábricas (una relación más enfocada en demanda-producción-costo). Control en tiempo real de los estados de los inventarios y de los pedidos con ayuda de la recolección de data del machine learning. Digitalización y automatización de trámites relacionados con los procesos de cadena de suministro a nivel mundial. Será de vital importancia para la transformación en tiempo real de prácticamente todas las industrias, un modelo de gestión digital que permita tener en la nube la información de la empresa lo más actualizada posible. Planificar con data los tiempos límite de entrega para ser conscientes como empresa de las metas. Absorber medidas flexibles como el E-Commerce como respuesta a la continuidad de ventas de los productos. Aplicación de Cadena de Suministro Biónica para los procesos que mejor puedan combinar las capacidades humanas con las biónicas dentro de los procesos de 38 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 manufactura, distribución y entrega de manera más precisa y segura. Para llevar a cabo la digitalización de los procesos de la cadena de suministro es de vital importancia identificar los puntos de mayor relevancia en la misma para saber por dónde empezar y qué urgencia debe llevar ese proceso de transformación y es importante que se personalice cada paso con las medidas digitales adecuadas para cada uno ya que, no a todas las empresas les conviene digitalizar todos sus procesos. Uno de los escenarios más seguros tras la primer ola del COVID-19 será la bancarrota para muchas empresas y compañías proveedoras de servicios logísticos, que no lograrán estar a la altura del regreso a sus operaciones normales, mantener el pago de nómina de la totalidad de sus empleados, acoplarse a los escenarios digitales, reajustar sus medidas operacionales a nivel macro. Dados estos casos el retorno a lo “normal” para fábricas manufactureras, consumidores y clientes será más complicado. Otro escenario posible será el muy probable brote de contagios cada cierto periodo o la aparición de otros eventos similares donde las medidas de restricción social tuvieran que estar retomando cada cierto tiempo, lo cual implicaría para los proveedores de suministro el reinicio de medidas para resolver la distribución de bienes. E-Commerce un aliado. Las medidas de confinamiento implementadas a nivel mundial ocasionaron un cambio abrupto en la conducta de los consumidores de un día para otro, en el cual al verse confinados en sus domicilios tuvieron que adaptarse a las opciones digitales de consumo para el abastecimiento de víveres y servicios. La velocidad con la que la pandemia modificó nuestras relaciones es la misma con la que muchas empresas alrededor del mundo cambiaron, colapsaron, Los otros héroes con capa: profesionales de logística y distribución 39 pausaron actividades o en el peor de los casos desaparecieron. Así el modelo de consumo logró que aquellas empresas de bienes y productos que dudaban migrar a lo digital se vieron sin opciones, dicho proceso de adaptación ante la crisis permitió que el e-commerce repuntará como “la opción” más rápida para asegurar las ventas y evitar (más) pérdidas económicas. Las unidades de última milla se vieron colapsadas ante la cantidad de pedidos que fueron acumulándose en localidades accesibles y otras no tanto, muchas empresas se vieron en la necesidad de utilizar drones y vehículos inteligentes para acceder a zonas no tan accesibles y también como medida segura para prevenir contagios al disminuir el contacto mensajero (repartidor)-cliente final. Ciberseguridad. En este apartado haremos referencia a dos puntos clave de ciberseguridad para la cadena de suministro durante y después de la contingencia por la pandemia. Por un lado la ciberseguridad de la data de la empresa y por el otro, la implementación de softwares o herramientas de ciberseguridad durante la distribución de la cadena de suministro para la protección de unidades, dos puntos muy relevantes para llevar a cabo sus operaciones en tiempos de contingencia. Previamente mencionamos la importancia del valor de los datos como herramienta para que las empresas migrarán sus procesos de administración y documentación física a lo digital y evitar en la medida de lo posible los contagios evitando la interacción física entre clientes finales, repartidores, agentes de ventas entre otros actores durante el proceso de la distribución de bienes; por otro lado el uso de datos permite mediante algoritmos de machine learning la prospección de negocios, administración en tiempo real de inventarios para 40 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 administrar en tiempo real la demanda de sus productos, pero cabe mencionar que una vez involucrada la gestión de data de clientes o cifras financieras de las empresas será necesaria su ciberseguridad. Muchos delincuentes cibernéticos están esperando el momento correcto para hackear los movimientos de las empresas que se hayan mudado a la nube y que dejen vulnerables la información no solo de los datos personales de sus clientes y colaboradores los cuales podrían ser víctimas de fraudes sino del control y gestión de viajes de distribución lo cual los podría hacer vulnerables ante robos en las autopistas, o en las zonas de carga y descarga. Con lo cual llegamos a nuestro segundo punto de donde es de suma importancia la implementación de nuevas medidas de ciberseguridad: el robo físico. Durante el proceso de distribución, las unidades de transporte son el eslabón vulnerable donde el crimen organizado se ha aprovechado para saquear unidades fingiendo falsos retenes de salubridad. El conductor se baja de su unidad de transporte pensando que le deben hacer una revisión o sanitización de la unidad y es cuando aprovechan para saquear su mercancía. En este caso se han implementado medidas para hacer uso de la tecnología como apoyo de monitoreo y protección para las unidades de transporte y de los conductores durante el suministro de sus productos. Estadísticamente el transporte que ha sufrido más inseguridad es de alimentos y bienes no perecederos, que dado el desabasto implica que en algunas tiendas se abuse del consumidor aumentado su precio, por lo que tras los saqueos esa mercancía es revendida a un precio más accesible en el mercado negro. Los otros héroes con capa: profesionales de logística y distribución 41 Conclusiones. Como ya se ha mencionado a lo largo de la investigación, las medidas implementadas por las empresas de soluciones para la cadena de suministro necesitarán de dos actores aliados: soluciones digitales y el apoyo gubernamental. La pandemia nos demostró que la disrupción no era una opción y que debíamos evolucionar en todas las industrias, para sobrevivir como especie y que necesitábamos urgentemente estar preparados para la resolución de crisis ante diversos eventos. Hablando específicamente de la cadena de suministro a nivel mundial el impacto generado por la contingencia del COVID19 pudo encontrar un semáforo verde al adaptarse a medidas digitales que tal vez no estaban dentro de los planes de todas las empresas como objetivo inmediato pero que se implementó como una medida para sobrevivir y asegurar el abastecimiento mundial de productos de primera necesidad así como de asistir en la distribución de bienes y servicios para todas aquellas personas que estaban confinadas como normas de protección de la mayor parte de países. A partir de ahora la solución es terminar por digitalizarse o empezar a hacerlo, dado la alta probabilidad de que eventos similares como ésta pandemia se repitan en los próximos meses o años y que debe ser considerado el escenario de una crisis por desabasto. No todas las respuestas recaen en lo digital. Las autoridades de gobierno deben trabajar a la par de las autoridades de salud para orquestar las mejores medidas encaminadas a un bien común: la supervivencia como especie. Otras serán las letras que se encarguen de hablarnos de las medidas exitosas (o el fracaso) de los gobiernos para mitigar el contagio y amortiguar los problemas económicos entre la sociedad, pero es de vital importancia señalar que aquellos gobiernos federales como locales que se apuntaron a la evolución, fueron aquellos con mejor respuesta al suministro de bienes 42 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 durante la contingencia sanitaria. La coordinación con las autoridades es de vital importancia para asegurar el abastecimiento de los bienes de primera necesidad y la protección de las unidades de transporte que realizan dichas actividades para la ciudadanía. La meta será permitir y asegurar la flexibilidad de los procesos de la cadena de suministro y adaptarse a una nueva administración resiliente ante la crisis. Los profesionales de la cadena de suministro saben más que nunca que es momento de rediseñar sus estructuras y procesos para salir una vez más adelante como lo han hecho una y otra vez a lo largo de la historia. “¿Volverá a pasar?”. Esa no es la pregunta. “¿Aprendimos a estar preparados?” solo el tiempo nos dará la respuesta. Los otros héroes con capa: profesionales de logística y distribución 43 Bibliografía. Seric, A., Görg, H.,Windisch, M. & Mösle S. (17 de abril de 2020). Managing COVID-19: How the pandemic disrupts global value chains. Green Growth Knowledge Platform. Recuperado de https://www.greengrowthknowledge.org/blog/managing-covid19-how-pandemic-disrupts-global-value-chains Knut, A, Azcue, X. & Barriball E. (Marzo de 2020). SupplyChain recovery in Coronavirus times-plan for now and the future. McKinsey & Company. Recuperado de https://www.mckinsey.com/business-functions/operations/ourinsights/supply-chain-recovery-in-coronavirus-times-plan-fornow-and-the-future Sobre la autora. Nayelli Contreras Mendoza. Estudiante del Master de Neuromarketing por La Universidad de La Rioja. Profesional en Antropología Digital & Data Base Analyst. Especialista en investigación digital en temas de Logística 4.0, Cadena de Suministro, Comercio Exterior y Transporte. Trabajo en marketing y contenidos de eventos B2B enfocados en ayudar a facilitar negocios entre profesionales de la industria para hacer crecer la economía en México. Me interesa conectar a las personas con sus intereses digitales, pues creo intensamente que tras el COVID-19 nuestra realidad será otra y debemos estar preparados para dar el reset en la economía y como sociedad. El camino será digital. La higiene como base de la prevención de enfermedades Amaia Castresana Palma Técnico de laboratorio y antropoóloga, Osakidetza-Servicio Vasco de Salud [email protected] Resumen. Un virus, en concreto el SARM-COV-2 (de la familia de los Coronavirus) causante del COVID-19, puede convertirse en un virus que se quede en nuestra sociedad permanentemente, como ha ocurrido con otros patógenos. En este contexto, la higiene toma una importante relevancia, porque teniendo en cuenta que aunque este virus se transmite por vía aérea (al toser, estornudar…), las manos son una importante vía de transmisión ya que con ellas nos tocamos la cara, las podemos delante al toser y estornudar, tocamos diferentes superficies lo que facilita mucho la trasmisión de microorganismos. Introducción. Son múltiples los aspectos y medidas para la prevención de las infecciones y de las enfermedades, entre ellas la higiene La higiene como ciencia nos enseña las medidas adecuadas que se han de tomar para conservar la salud” (De Freminville, 2007). Esto implica no solamente la limpieza o aseo personal, sino, “tocar todas las vertientes de la vida de una persona” como la alimentación, los cuidados médicos, actividad física, relaciones sociales, etc. Por lo que también podemos decir, que nos enseña un conjunto de medidas a adoptar para mantener un buen estado de salud, entendiendo la salud como el estado completo de bienestar físico, mental y social. La higiene es una parte importante del bienestar de las personas y de la salud. Unos buenos niveles de higiene en 46 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 espacios públicos, trabajo, hogar, etc. mejoran la salud global y la calidad de vida. La salud, en un sentido amplio, debería ser concebida como una situación relativa, variable y dinámica, producto de todos los factores de la vida sobre la población y la persona. De hecho, la salud como proceso social que es, tiene repercusiones ecológicas en el ambiente de la vida de la comunidad y que produce en el individuo según sean estas circunstancias favorables o negativos, el estado ecológico de salud o el desequilibrio ecológico que llamamos enfermedad. Esto aporta el concepto ecológico de salud y considera al ser humano como una parte de un ecosistema más amplio que es la naturaleza. La particularidad que el ambiente humano tiene respecto al de otros seres vivos esta en relación con las múltiples transformaciones que este ha realizado en su medio, de forma consciente o inconsciente, a través, del proceso de “humanización”, por lo que debemos analizar este ámbito no solo desde el aspecto de la salud, sino, desde lo social y cultural. Esto de alguna manera viene a decirnos, que la pandemia que estamos sufriendo en estos momentos, como ha sucedido en otras anteriores, hemos tenido mucho que decir los humanos. Este virus, como muchos otros que nos afectan, es zoonótico, es decir, se trasmite de animales a humanos, bien directamente, bien a través de diferentes vectores. En este caso también hemos traspasado los límites y ecosistemas que deberían estar libres de la presencia humana y ahí radica el problema. Ahora para poder frenar esta situación, además de la esperada vacuna, se tiene que apelar a la responsabilidad y al respeto por el medio ambiente. Una de las formas de impedir que se sigua trasmitiendo el virus es la distancia social, pero igual de importante es la higiene y en concreto la higiene de manos. La higiene como base de la prevención de enfermedades 47 Historia de la higiene. Para llegar a saber porque es tan importante la higiene y en especial la de las manos, vamos a conocer un poco sobre este tema haciendo un breve recorrido a través de la Historia. El termino deriva de Higia, la diosa griega de la curación La higiene es su conjunto es considerada una necesidad básica teñida de componentes culturales (culturas de la higiene), ya que se ha demostrado que más allá del significado que cada grupo social puede haberle dado en una cultura concreta, la higiene individual y colectiva han demostrado practicas civilizatorias y de socialización, siendo interiorizadas y aceptadas como una ventaja para la población. La importancia conferida a la higiene corporal por el ser humano a lo largo de la Historia ha sido fluctuante. Las civilizaciones antiguas ya conocían las propiedades higiénicas del baño, formando además, parte de sentimientos religiosos y rituales de cada época (Azcona, 2006) En Grecia ya existían baños públicos, siguiendo el ejemplo de los orientales a quienes se les consideraban los primeros en construir baños públicos. La medicina griega presto atención ya a la higiene personal. Los romanos, adoptaron como los griegos el baño como algo habitual. Las termas públicas desempeñaban además un importante papel social, además de la función primordial de la higiene. Como vemos, ya desde la antigua Grecia y Roma donde el baño adquirió una expresión social, de ocio o incluso terapéutico (Espinosa y López, 1997) En la Edad Media, la higiene de las ciudades era una visión cualitativa, ya que la percepción social de la suciedad era distinta por ejemplo a la visión higienico-médica de mediados de S.XX (Fossier, 1996). La limpieza en aquella época era vista como un requisito necesario para la salud, no porque fuese caldo de cultivo bacteriológico, sino porque corrompía el aire, una podredumbre del aire, que era causa de enfermedades y epidemias. 48 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 La higiene y los cuidados comenzaron a ser una preocupación para el Estado a partir de la Revolución Industrial, en la que se precisó sanear las fábricas desde el S.XVII. Hasta el S.XIX puede decirse que Europa era un continente sucio en comparación con el resto del mundo (Sánchez González, 2002) El termino higiene tiene su más amplio desarrollo en este siglo. A mediados de la década de 1850 adquirió el llamado movimiento “higienista”, cuyo objetivo principal era conservar la salud y prolonga la vida. Por ejemplo, en Inglaterra se dieron movimientos hacia la Epidemiología, inaugurada por John Snow sobre el cólera y el río Támesis a mediados del S.XIX. Fue un movimiento internacional con diversos orígenes y ramificaciones en los ámbitos médico-sanitarios y sociales. La microbiología pausteriana transforma desde 1870-1880 la percepción de limpieza “La limpieza es la base de la higiene puesto que consiste en alejar de nosotros toda suciedad y, por ello, todo microbio” (Vigarello, 1991). De esta manera el movimiento enfoco su práctica a la reducción de todo agente patógeno e infeccioso. Gracias a los experimentos de Luis Pasteur que probaron la “Teoría germinal de las enfermedades infecciosas”, las prácticas higiénicas cobraron importancia en las intervenciones médicas y en la vida cotidiana de la población como sinónimo de salud. De hecho, se llegó a considerar que su conocimiento debía generalizarse como otras materias como la física, química, etc. En 1900, la higiene y la educación se hicieron inseparables. En 1901 en España se enseñaba fisiología e higiene con fines preventivos y se declaró como obligatoria en las escuelas dentro de los programas escolares. La higiene como base de la prevención de enfermedades 49 Ya en la sociedad actual, la higiene se asume como parte de la cotidianeidad, aunque como se ha dicho anteriormente los hábitos cotidianos adoptados están influenciados diversos factores y que a la vez son responsables de cómo han ido evolucionando las diferentes rutinas de higiene corporal. La higiene de manos. Aunque el término de higiene también implica otros aspectos importantes, sobre todo en las últimas décadas, como son: la higiene bucodental, las normas de higiene postural y ergonomía, la salud mental, la salud sexual, la laboral, la medicina preventiva, aquí nos vamos a centrar en la higiene de manos, ya que es un punto relevante dado por las autoridades sanitarias para intentar frenar la expansión del SARS-COV-2 La importancia de la higiene de manos viene dada por la facilidad con la que se transmiten los gérmenes. Mantener las manos limpias previene las enfermedades en la casa, la escuela y el trabajo. Las prácticas de higiene son herramientas clave de prevención en establecimientos médicos, guarderías, escuelas e instituciones públicas y contribuyen a proteger la integridad de nuestra salud. Ignaz Semmelweis, un médico austro-húngaro, fue el primero que demostró en 1846, que la higiene de manos puede prevenir la propagación de enfermedades. Esta práctica incluye el lavado de manos o el uso de un producto antiséptico, un desinfectante a base de alcohol o una antisepsia/higiene quirúrgica de manos. El doctor Semmelweis trabajaba en un hospital de Viena en el cual las pacientes del pabellón de maternidad estaban muriendo a un ritmo alarmante (Carter, 1983). La mayoría de las pacientes fallecidas habían sido atendidas por estudiantes 50 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 de medicina que habían trabajado con cadáveres durante una clase de anatomía antes de iniciar sus rondas por el pabellón de maternidad. Esto era debido a que los estudiantes no se lavaban bien las manos después de tocar los cadáveres y antes de atender a las pacientes (el lavado de manos no era una práctica de higiene reconocida en esa época). Como consecuencia de esto, una bacteria patógena se transmitía a las madres a través de las manos de los estudiantes. El resultado era una tasa de mortalidad cinco veces más alta den las madres que daban a luz en un pabellón del hospital que las que daban a luz en otros donde no eran atendidas por estudiantes de medicina. En un experimento que sus colegas consideraron por entonces extraño, el Dr. Semmelweis insistió en que los estudiantes se lavaran las manos antes de atender a las mujeres. El resultado fue que el número de muertes en el pabellón de maternidad fue cinco veces menor. Aun así y a la vista de los resultados, tuvieron que pasar otros 50 años antes de que la importancia del lavado de manos se tomara como medida de prevención ampliamente aceptada en la profesión médica y han salvado miles de vidas gracias al descubrimiento de Semmelweis. Se puede decir que hay varios tipos de lavados de manos, como por el ejemplo el del personal sanitario (cirujanos, enfermería, etc.) pero el que interesa a la población general y que debemos efectuar siempre que vayamos a cocinar, antes de comer, después de toser, sonarse la nariz, etc. y que las autoridades sanitarias y desde Salud Pública están dando como clave de prevención, es un lavado simple y fácil. Se realiza con agua tibia en la medida de lo posible y jabón, frotándose las manos unos 15 a 20 minutos y aclarándose bien las manos con agua corriente. Es importante secarse bien las manos y mantener la piel hidratada. La higiene como base de la prevención de enfermedades 51 En las últimas décadas ha habido muchas evidencias científicas que demuestran la influencia que tiene la higiene de manos en la transmisión de infecciones. Se considera que las manos son una de las principales vías de transmisión de microorganismos. Conclusiones. Un hábito tan sencillo como es el lavado de manos es esencial para prevenir enfermedades. Nos permite vivir con una buena salud y mantener una mejor calidad de vida y de alguna manera también es un medio para prolongarla. Esa es la importancia de la higiene en general y de la de manos en particular. Es una costumbre que todos debemos tener desde pequeños ya que no solo nos protege a nosotros, sino que también lo hace a quienes nos rodean. 52 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Bibliografía. Lupión, C.; López-Cortés, L.E. y Rodríguez-Baño, J. (2014) Medidas de prevención de la transmisión de microorganismos entre pacientes hospitalizados. Higiene de manos. Enferm.infecc.Microbiol.Clin. 2014:4;32(9);603-609 www.elsevier.es/eimc Pérez de la Plaza, E.; Fernández Espinosa, R.M. (2013) Auxiliar de Enfermería. Técnicas básicas de enfermería. Higiene en el medio hospitalario. Edt. McGrawHill (sexta edición) Moreno-Martínez, F.J.; Gómez García, C.I.; HernándezSusarte, A.M. 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Sobre la autora. Diplomada en Educación Social (Universidad de Deusto), Licenciada en Antropología Social y Cultural (UNED). Máster en Cuaternario: Cambios Ambientales y Huella Humana (Universidad del País Vasco). Técnico Especialista de Laboratorio de lo cual trabajo en el Hospital Universitario de Cruces, Barakaldo (Bizkaia) Colaboradora de la revista Anthropologies www.anthropologies.es. El virus que subrayó lo anormal de lo corriente. Águeda Sánchez Porras Antropóloga social y cultural, Universidad de Sevilla [email protected] Resumen. El presente capítulo está centrado en lo considerado socioeconómicamente normal e incuestionable en esta postmodernidad y de cómo esto delimita lo considerado necesario y productivo, en base a unos cánones que tienen menos de un siglo como lo son los de la sociedad de mercado. En la situación actual marcada por el COVID-19 esta visión de normalidad se ha visto puesta al escrutinio de la mirada pública. Tras una reflexión sobre los significados que el concepto normalidad acoge pasaremos a reflexionar sobre tres aspectos sociales que componen dicha normalidad: las conexiones sociales a distancia, el libre consumo y la devaluación de ciertas profesiones. El significado de normalidad “en la era de la posverdad 1”. El concepto normal y sus derivados (normalizado, normativo, etc.) son utilizados con la misma asiduidad que el dinero sin que éstos sean analizados ni cuestionados, salvo por ciertos sectores como la sociología o la antropología, los cuales deciden ponerlos bajo la mirada científica, aunque dichos análisis quedan reducidos a un público delimitado, siendo algo anecdótico respecto al conocimiento popular. Una necesaria reflexión sobre el significado de la llamada “normalidad” viene a colación con la presente crisis sanitaria y económica ya que el concepto “nueva normalidad” está siendo empleado tanto por los medios de comunicación como por los representantes políticos. Esta “nueva normalidad” se ve enfocada en los 1 Fanes, I. (2017), En la era de la posverdad. 14 ensayos. Volumen 5 de Criterios. Barcelona: Calambur. 56 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19. cambios que en la vida social se están llevando a cabo pero también en los cambios producidos en otros ámbitos de la vida, como el laboral. La cuestión principal que aquí radica es que para entender esta normalidad tenemos que plantearnos cuál era la anterior. Todo ello nos lleva a la siguiente pregunta ¿qué significa el concepto normal?, o ¿qué es lo normal? Según la rae normal es: “aquello que se halla en su estado natural, aquello que es habitual u ordinario, aquello que sirve de norma o regla y aquello que, por su naturaleza, forma o magnitud, se ajusta a ciertas normas fijadas de antemano”2. Una vez hecho referencia a estas definiciones aparecen otras preguntas respecto a cuánto tiempo debe pasar para que algo sea considerado habitual u ordinario y respecto a cómo se le puede atribuir a algo tan voluble como la sociedad un estado natural. Si la sociedad cambia a cada momento con sólo observarla cómo podemos hablar de normalidad en este sentido y si ni siquiera desglosamos qué es considerado normal en la postmodernidad cómo hablar de novedoso. Las crisis sanitarias y económicas no son dos hechos novedosos, ni mucho menos lo son sus consecuencias, pero lo que sí se plantea como algo nuevo es la actitud y respuesta socioeconómica que se ha tomado respecto al COVID-19. Por un lado sabemos lo que significan los términos pandemia y cuarentena, por otro lado nuestro sistema socioeconómico, basado en el libre mercado actual, ha promovido un retraso y débil intervención, hecho que nos ha llevado a un intento de confinamiento, más o menos conseguido según el estado del que hablemos. Respecto a esta intervención y a la aplicación de sus medidas podemos hablar de novedad, aunque los fallos en su aplicación hayan sido consecuencia de nuestra normalidad socioeconómica. Nos adaptamos a los cambios, principalmente si somos de la generación joven, sin caer en un período de caos, si estos cambios son sutiles y avanzan 2 https://dle.rae.es/normal El virus que subrayó lo anormal de lo corriente. 57 progresivamente de manera entrelazada sobre aquello a lo que estamos acostumbrados. El ser humano ha terminado adaptando el entorno a sus intereses y necesidades, y no a la inversa, con lo que numerosos cambios pasan en un tiempo récord a ser normalizados. Sin embargo las ideas, creencias y opiniones populares son más difíciles de modificar y se prolongan en el tiempo conviviendo con estos cambios sociales de los que venimos hablando. En esta realidad fútil que es la sociedad hay cambios que pasan a ser “incuestionables” y “normales” con mucha vehemencia y otros que sin embargo quedan en el olvido o son rechazados prolongadamente. ¿Qué define a aquello que responde a la norma?, y ¿qué convierte a los cambios en hechos ordinarios y naturales? En un pasado de la evolución humana los hechos considerados normales eran aquellos que servían para la subsistencia del grupo, se fuera consciente de ello o no, ahora muchos de esos aspectos de la normalidad no juegan a favor de la subsistencia del conjunto sino de qué: ¿de la economía?, ¿del sistema?, ¿de la producción? Estos elementos de la maquinaria económica global son mostrados como necesarios e incluso como única vía para la estabilidad y beneficio del conjunto, según aquella perspectiva que niega la posibilidad de que las desigualdades puedan ser reducidas o que podamos autoabastecernos de otra forma. Aquello que llamamos normalidad está sujeto a cambios constantes con lo que deberíamos mirar con extrañeza aquello que ya está y aquello que se añade a ese conjunto normalizado. Es por esta falta de una mirada que se aleja de lo cotidiano para comprenderlo mejor por lo que debemos andar de puntillas sobre esa nueva normalidad y preguntarnos qué tipo de cambios se van a llevar a cabo y cuáles se deberían de llevar a cabo. Para que este análisis sea posible, primero debemos de haber cuestionado qué es o era normal antes de la puesta en escena del COVID-19. Una parte de esa normalidad social son: las desigualdades, la dependencia de 58 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19. una gran parte de la población de un trabajo asalariado, las relaciones sociales a distancia aun estando cerca, la rutina establecida por los horarios de trabajo y ocio, el aumento exponencial de la producción sin la pretensión de que éste tenga un límite, la incentivación del consumo para llenar en gran parte lagunas de insatisfacción, etc. Llegó la preocupación por la presencia del virus COVID-19 en occidente y se llevó a cabo la aplicación del confinamiento a la población, influyendo sobre gran parte de esta normalidad mencionada. Cuando se produce una irrupción en nuestra vida cotidiana que afecta a la relación establecida con el capital las vergüenzas de nuestra normalidad salen a la luz. Algunos las observan y las señalan, como si de una primicia se tratase, otros las ignoran como hechos cotidianos que ya se saben y que no pueden cambiarse, otros se quejan de esa arrebatada “normalidad” y algunos comienzan a plantearse cambios personales. Mientras aquellos que pueden quedarse en casa tienen estas diferentes actitudes y usos del tiempo ganado, otros siguen llevando a cabo su día a día, que no cambia por llevar mascarilla y guantes, y en el caso de los sanitarios, entre otros, su normalidad pasa a marcha forzada y precariamente. Por todo lo que se viene comentando en los párrafos previos debemos acercarnos a la retórica que se esconde en el uso popularizado de la “nueva normalidad” y a una reflexión sobre la normalización de esa fina capa de orden social que envuelve la barbarie. No salirse de lo corriente evita ser juzgado y señalado pero ¿quiénes se encargan de cuestionar lo habitual para saber qué es lo nuevo? ¿Cómo algo puede ser nuevo y habitual al mismo tiempo? ¿No es acaso un juego de palabras para referirse a pequeños cambios sobre lo ya aceptado? El uso de los conceptos jamás viene desprovisto de significado y de efecto sobre quiénes los escuchan, con lo que la selección de unas palabras y no de otras para la transmisión de unas ideas nunca es azarosa. Cuando el significado de ciertas palabras resulta tan subjetivo y maleable El virus que subrayó lo anormal de lo corriente. 59 como lo es la concepción de la normalidad, pues lo que en un pasado era aceptable ahora no lo es y viceversa independientemente de su validez real, nos vemos en el caldo de cultivo que favorece a esa llamada “posverdad” (D. Roberts, 2010). La normalidad no contrasta al presente del pasado o del futuro con lo que no va de la mano de la historia, así como tampoco representa lo ético ni la razón. Lo que se considera corriente es lo acostumbrado durante un período de tiempo inexacto y contexto, que no por ello contrastado, ni lógico, ni lo mejor para el conjunto de los pueblos que viven esa normalidad. Con ello hacemos alusión a que lo considerado normal en este presente no tiene necesariamente porqué significar un avance o evolución respecto a la pasada normalidad. El presente normalizado actúa como la “modernidad líquida” a la que hacía mención Z. Bauman (1999), puesto que esta normalidad es versátil y flexible, además de expandirse globalmente. Cuando se habla de adaptar la normalidad a la situación actual deberíamos preguntarnos cuáles de los aspectos de dicha normalidad pretenden salvarse, mantenerse y reconstruirse. La normalidad actual se expande, tiñendo la diversidad sociocultural de un estilo de vida homogeneizado apoyado sobre el mestizaje de la población mundial. Este mestizaje sólo es defendido en su versión folklórica mercantilizada, siendo desprovisto de su diversa carga identitaria bajo el mantra del prevalecer de lo más aceptable y evolucionado. Por un lado existen unos objetivos comunes sujetos a la supervivencia de la especie en su diversidad y por otro lado existe lo normalizado en base a la economía, lo cual termina en muchos casos limitando y precarizando dichos objetivos comunes. Es por todo ello que cuando algo tan básico como la salud de los individuos se supedita a la salud de la economía normalizada ésta primera termina precarizada a la sombra de lo productivo, lo beneficioso y lo monetizado. 60 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19. En los siguientes apartados profundizaremos en tres aspectos concretos de tres de los pilares de nuestra normalidad, como lo son las relaciones sociales, la economía y el trabajo. El distanciamiento social conexiones a distancia. en la sociedad de las Durante el confinamiento y el des-confinamiento que hemos vivido y estamos viviendo las relaciones sociales que implican cercanía y contacto físico se han visto mermadas como respuesta a la facilidad de contagio del virus COVID-19. Según el territorio y cultura de la que hablemos esta reducción ha sido mejor o peor llevada, si tenemos en cuenta que hay culturas apoyadas en una vida social de contacto, reuniones y cercanía frente a otras que lo son menos. Cuando nos hemos visto limitados a la hora de reunirnos en persona con quiénes deseamos hacerlo la valía de la presencia física en la relaciones sociales ha sido subrayada o remarcada como importante. Esta situación nos ha llevado a relacionar ese distanciamiento físico forzado con el distanciamiento psicológico, en muchos casos. Esta cuestión resulta de lo más irónica pues si rebobinamos unos meses atrás caeremos en la cuenta de que la presencia física de dos personas no implica una presencia psicológica, es decir, estamos tan distraídos con hablar con personas que no están presentes o con romper nuestro disfrute y apreciación de lo que vivimos que cuando dos personas se encuentran físicamente no necesariamente se prestan atención o están presentes más allá de sus cuerpos. Hay muchas buenas intenciones y apreciaciones fugaces de posibles cambios que en nuestra actitud social debieran darse por aquello que creemos coartado o arrebatado por el Covi19, pero realmente creemos que esas pretensiones serán duraderas, o algo nuevamente perecedero al igual que lo es nuestra normalidad. Cierto es que ante situaciones que provocan cambios repentinos en nuestra forma de vida El virus que subrayó lo anormal de lo corriente. 61 siempre surgen reflexiones ya pasadas y otras nuevas que cuestionan la normalidad, pero también surge un afianzamiento de lo existente ante el temor de lo desconocido. En el caso de las relaciones sociales ya se han visto modificadas con el uso constante de la red que acorta las distancias de los que están lejos pero no en pocos casos aumenta las de los que están cerca. La red nos ha abierto una ventana a la asiduidad de las conexiones, a la par que ha aumentado el número de personas sobre las que sabemos o mantenemos contacto en comparación con nuestras generaciones pasadas. A su vez cabe preguntarse si Z. Bauman tenía razón cuando describía las redes sociales como una “comunidad sustituta”3 Si previamente al confinamiento ya teníamos más contactos y conversaciones a distancia que en persona, durante el confinamiento hemos alimentado esos contactos que eran principalmente en persona a través de nuestra red a distancia. Al limitarnos gran parte de la población a las conexiones a distancia la valía de las relaciones en persona se ha visto señalada, pero podría no ser más que un instante de preocupación por aquello que siempre tuvimos en la mano y a lo que sólo atendemos si ya no sentimos su tacto. Con el desconfinamiento vemos cómo la gente que respetó las normas van saliendo poco a poco y algunos cambian sus saludos para evitar el contacto pero parece no ser más que otro periodo de novedad que otros muchos ni conciben, pues su normalidad nunca quiso ser pausada aun no siendo de las profesiones esenciales. El distanciamiento social no ha llegado de la mano del COVID-19 sino que ya formaba parte de la normalidad, limitado a las horas de ocio/reposo/libertad, las cuales en muchos casos eran escasas. El uso de este término nos hace 3 https://lamenteesmaravillosa.com/zygmunt-bauman-facebook-y-lastrampas-de-las-redes-sociales/ 62 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19. pensar en la falta de conexión de su significado con la realidad, pues deberíamos de hablar, en este caso, de distanciamiento físico más que social. El distanciamiento social es algo con lo que ya convivíamos antes de todo esto, teniendo en cuenta que al igual que las demás enfermedades que asolan a comunidades enteras y no nos llaman la atención porque no afectan a los nuestros, el COVID-19 apareció como un comentario sin importancia en nuestras vidas, ya que China era la afectada en su esencia. Estamos anestesiados de los problemas ajenos aunque su lejanía no sea tal, pues las personas con las que cohabitamos en los espacios públicos y privados también los tienen. Sólo hablamos de empatía si esos que consideramos “los nuestros” se ven afectados con lo en qué influye ésta actitud sobre las calidad de nuestras relaciones sociales en un sociedad que aumenta el número de éstas pero reduce la complicidad que en ellas se da. Actualmente importa el número pero no la calidad, por mucho que esto sea mencionado este aspecto no se encuentra en la balanza del cambio precisamente, pues a mayor número de contactos mayor aceptación social y mayor acceso al mundo laboral, entre otras cosas. Si las relaciones sociales se encuentran en esta normalidad, que comentamos, ¿en qué ha afectado un virus que las enfrasca más en la red? La importancia de las relaciones cercanas se ve señalada como si de un descubrimiento y primicia se tratase para luego, posiblemente, ser envuelta en la insaciable normalidad que al convertir en corriente lo que a ella pertenece lo devalúa, pasando a ser algo cuya pérdida no es planteada. Cuando lo que importa es tener contactos y conocidos y no fuertes vínculos personales, el “distanciamiento social” promovido por el virus no es más que una representación objetiva de lo que ya estaba y no era suficientemente visible. Con el confinamiento y desconfinamiento nos hemos visto y vemos en el escenario de una sátira de nuestras relaciones sociales donde el virus no es más que el contexto que ha incentivado la limitación de El virus que subrayó lo anormal de lo corriente. 63 dichas relaciones al uso de una pantalla como intermediario. La manera de entablar relaciones entre las personas ya estaba claramente influida por el uso de las tecnologías aplicadas en las redes sociales, ya sea para su mejora o desvirtuándola de su base más esencial; la humanidad subyacente en la complicidad. En definitiva el distanciamiento social, promovido como medida preventiva al contagio, ha remarcado la importancia del contacto real entre las personas y sus redes personales, situación que ha resultado liviana por el acostumbrado uso de los TIC, pero también nos ha subrayado el distanciamiento que ya teníamos y que se encuentra en auge. No porque las calles estén llenas de personas el acercamiento es mayor ya que nuestra falta de empatía conjunta se ha convertido en la protagonista, en una sociedad donde el “yo” y “los nuestros” nos distancia, quitándole sentido a toda la carga que conlleva la palabra especie y el pertenecer a ella. Muchas imágenes del confinamiento han mostrado pequeños retazos de lo que queda de esa unidad de grupo, pero se han visto empañados por todos aquellos que nos muestran que el pasar a ser no más que un engranaje de la maquinaria productiva debilita los lazos humanos de la misma manera que la visión de conjunto de la llamada aldea global. La familia nuclear como base productiva expandida por el globo no es más que un ejemplo de dicho distanciamiento real, prexistente al virus, familia cuya extensión a otros miembros cercanos y afianzamiento de la red se ve aclamada socioeconómicamente, en su mayoría, cuando la productividad y estabilidad de su núcleo se ven afectadas. La normalidad del libre consumo. Al igual que las relaciones sociales, cada vez más distantes, la “libertad” en la que el consumo envuelve su dependencia forma parte de nuestra normalidad globalizada. Con la llegada del virus y sus posteriores reacciones estatales esa falsa 64 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19. libertad de la inmediatez y la prontitud en el consumo se han visto intimidadas. El consumo online se ha visto favorecido, pero la procedencia extranjera de muchos de los artículos adquiridos ha aumentado el tiempo de recepción de lo comprado, con lo que la euforia de lo inmediato no se ha visto satisfecha. No sólo se trata de consumir sino de transmitir la idea de que con la cantidad adecuada de dinero se tiene el derecho de tener lo que se desea en el momento que se quiere, pues el interés por el producto puede perderse en el tiempo de espera. Con la limitación del consumo, saliendo del hogar, a productos alimenticios y enseres, una parte de la población que centra su ocio en espacios abiertos al consumo se ha visto perdida en la disposición de su tiempo libre. Estamos tan ensartados en nuestro horario semanal que cuando hemos adquirido tiempo la apatía y el aburrimiento se han convertido en nuestros compañeros de vivienda. Por esta razón muchos han sentido la necesidad de organizarse un horario propio que les obligue a seguir realizando actividades, ya sea por pura distracción o sometimiento inconsciente a los horarios productivos, hábito que adquirimos desde que llegamos a esta sociedad. Ni careciendo de la necesidad de responder a un orden y un sentido en nuestro día a día hemos sido capaces de renunciar al control del tiempo, apurándolo lo suficiente para poder sentirnos vitales, audaces, organizados y sobre todo productivos. En esta situación, hemos visto y sentido como la educación cronometrada y en serie aparece como respuesta a la insatisfacción e inseguridad surgida cuando nos vemos libres de horarios y de las obligaciones que más tiempo ocupan en nuestro semanario. La creatividad ha podido campar a sus anchas durante el tiempo de confinamiento pero tampoco lo ha hecho en demasía pues la desintoxicación de nuestra rutina requiere de tiempo, y si hablamos a nivel global requeriría de siglos, seguramente más de los que ésta lleva implantada. Dos ejemplos de la dependencia a una rutina que aboga por el El virus que subrayó lo anormal de lo corriente. 65 consumo, en cualquiera de sus vertientes, los hemos visto durante el confinamiento y el des-confinamiento; en el inicio de este primero gran parte de la población llenó sus carros, aun sabiendo que los supermercados iban a seguir abiertos y durante el segundo hemos visto las colas kilométricas en algunas tiendas de ropa. En el primer ejemplo también jugó un papel crucial la incongruencia del miedo que no deja hueco a la lógica. Con el aumento del tiempo libre a la par que las ganas de aprovecharlo consumiendo, el hecho de tener unos ingresos reducidos y precarios o que la economía personal no se vea afectada no influyen sobre el aumento del estrés en una parte de la población de no poder ejercer su libre consumo. Todo ello no quita el breve cuestionamiento de muchos de su vida previa al virus, un razonamiento al que llegamos en momentos de impasse, cuya llegada no es más importante que el profundizar en éste para que algo quede al salir de la circunstancia que te condujo a ello. Nuestra dependencia de los horarios normalizados e interiorizados estipula todas nuestras actividades, incluidas las básicas como comer, y con la llegada de una fractura en dichos horarios, para aquellos que no han seguido trabajando, ha provocado en muchos casos diferentes períodos de estrés, ansiedad y depresión. Cuando nos ha tocado el rol de controlar nuestros horarios y vidas, aun en un espacio limitado, nos hemos visto desprovistos de la experiencia de la libre elección de nuestros días, aunque la rutina ha seguido entrando libremente a través de las redes y las actividades autoimpuestas. ¿Por qué no convertir el libre uso del tiempo en un aprendizaje de nuestras negadas voluntades?, pues dejándolas salir a pasear quizás nos infrinjamos un menor encarcelamiento del pensamiento. El hecho de haber tenido que responder a la imposición de unas normas adaptadas al momento demuestra la evidente falta de conciencia conjunta y la acostumbrada falta de libertad psíquica. Somos seres sociales con problemas conjuntos que habitan un presente capitalizado que aboga por que los individuos se crean islas. 66 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19. Con ello no se pretende exponer que la sociedad ande totalmente ausente del libre pensamiento pero sí que éste cohabita con el control, dependencia y condicionamiento, hechos para los que trabajan aspectos como el horario. El convivir diariamente con esto último facilita la aceptación de llenar el vacío existencial que nos deja la sensación de falta de control, cuando realmente no lo solemos tener, reconstruyendo lo que nos limita y consumiendo lo que nos hace dependientes, dando lugar con ello a la sensación de una constante carencia de satisfacción. En definitiva el comprar algo, sea lo que sea, da una falsa sensación de control y poder sobre nuestras vidas y la limitación de la inmediatez a la adquisición de ciertos productos, por la presencia del virus, ha destapado la falta de control que siempre estuvo ahí y la precariedad en nuestra libre disposición del tiempo. La gran parte de los espacios presentes en las actuales ciudades no se encuentran disponibles para un simple uso y aprovechamiento sino ligados a algún tipo de consumo, con lo que una vez cerrados los espacios predispuestos a dicho consumo (salvo los comercios alimenticios y lugares de trabajo “esenciales”), el tener la opción de salir por la ciudad sin rumbo fijo y sin un objetivo termina percibiéndose como algo insuficiente, salvo para estirar las piernas y tomar el aire. Los “no lugares” (M. Augé, 1993) de las ciudades, durante el avance del confinamiento, se han visto reducidos al mínimo de su relleno, es decir, las personas, y durante el des-confinamiento se han visto revestidos, mostrándonos la insignificancia de los espacios urbanos de tránsito sin la presencia de las personas. La normalizada devaluación de numerosas profesiones. Tras la anterior reflexión sobre nuestra relación con el tiempo de consumo, pasamos a otro gran pilar del control normalizado de nuestro tiempo, el trabajo, y concretamente a aquel considerado productivo (desde el punto de vista El virus que subrayó lo anormal de lo corriente. 67 monetizado) en detrimento de una gran variedad de profesiones. Las profesiones que requieren de tiempo y reposo para desarrollarse se ven vilipendiadas por el ansia de la inmediatez aunque lo que se produzca, cuando ésta es satisfecha, sea de menos calidad. Estas profesiones también se ven muy afectadas por la futilidad de lo determinado como útil en esta sociedad lo cual es determinado en cuanto a la valía cuantificable que puede proporcionar, además de otras cuestiones como el poder o el control. La utilidad de un producto y de una labor ya no se encuentra en el resultado de su uso y realización sino en el beneficio material que éstos puedan proporcionar. Si una tarea, un producto y un resultado no conllevan, ya sea de manera indirecta o directa una retribución económica, se pueden ver situados en los distintos escalafones de la devaluación y la precariedad. Numerosas profesiones ligadas a las ciencias sociales, humanas y en torno a los cuidados se han visto relegadas de su importancia en la sociedad además de precarizadas. La llegada del actual virus y de su respuesta social ha puesto sobre el punto de mira la controversia en la se encuentran las llamadas “profesiones esenciales”, en su mayoría pertenecientes al sector alimenticio y sanitario. Teniendo en cuenta que nos encontramos primariamente con un problema de salud pública, es lógico que estas profesiones se subrayen como esenciales ya que son la base de la subsistencia pero no por ello otras profesiones que fomentan la evolución de la sociedad y del ser humano deben ser tenidas como prescindibles o relegadas a un segundo plano. Al igual que una sociedad no puede sobrevivir sin sustento ni salud tampoco puede continuar sin el desarrollo del pensamiento, en cualquiera de sus vertientes, con lo que todas estas profesiones están ligadas a la prevalencia del ser humano. El ser humano no es una simple maquinaria que sólo hay que cargar y mantener en funcionamiento sino que su constante 68 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19. desarrollo es parte de la prevalencia de su existencia y para que esta prevalencia se mantenga también hay tener en cuenta el entorno y el equilibrio con éste. Este virus no ha hecho más importantes profesiones que ya eran necesarias sino remarcado el olvido que sobre su obviada presencia se encuentra presente en nuestra normalizada sociedad, dando lugar a una precarización de sus condiciones o ninguneo respecto a su necesaria presencia. El procedimiento tanto en las profesiones ligadas a la salud, concretamente la atención primaria, como en las profesiones ligadas a la alimentación está claramente influido por el pilar ideológico de nuestra actual sociedad, es decir, el trabajo en cadena. El hecho de atender a más pacientes un/una médico o un enfermero/a en un turno determinado es visto como un beneficio respecto al costo del turno de ese profesional, al igual que un cajero/a debe pasar una cantidad de artículos por minuto ya que a mayor rapidez mayor beneficio para la empresa. Estas profesiones se han visto deshumanizadas al reducirse el tiempo de contacto entre el que atiende y el que es atendido. Por todo ello la presencia del virus no ha hecho más que mostrar lo que ya estaba, aumentando el estrés causado por un nivel elevado de una demanda que no puede ser respondida de manera adecuada, ya que el aumento del tiempo y material empleado en una labor es visto como pérdida. Las profesiones de las que venimos hablando, al igual que otras muchas, son limitadas por la búsqueda del automatismo en las personas que las llevan a cabo. Al no poder responder a dicho automatismo productivo muchas profesiones se ven devaluadas, otras no son tratadas como profesiones “serias” socialmente (las artes, las escritura creativa; profesiones ligadas con el crear) y otras, al ser consideradas básicas, son tratadas como inferiores, justificando de esta manera el mal vivir de los que se dedican El virus que subrayó lo anormal de lo corriente. 69 a ellas. Cabe preguntarse qué relación existe entre el sueldo y la valía social y humana de cada profesión, relación que como podemos observar no es directamente proporcional sino que el tipo de sueldo está ligado al beneficio monetizado que cada profesión/actividad proporciona o se estipula que puede proporcionar. Si caemos en la cuenta de lo dicho el presente virus influye sobre la situación de las profesiones en cuanto a la pérdida económica que el “parón” socio-productivo ha dado lugar. Sin embargo, la valía social y humana de aquellas actividades, sean consideradas trabajo o no, que aportan un beneficio fuera de lo monetizado sigue presente, independientemente de cómo éstas sean tratadas socioeconómicamente. Lo que es incuantificable no pierde su valor por no poder ser medido por algo tan maleable como el dinero. Cierto es que nadie ni ninguna profesión se encuentra fuera de las medidas e influencia de nuestra sociedad normalizada con lo que simplemente nos encontramos en diferentes posiciones respecto al conjunto, es decir, en la cúspide, en alguna parte del centro, en la base o al margen; un margen que no llega a desligarse de la normalidad. La puesta en escena de la necesidad de ciertas profesiones con el confinamiento no es más que una atención social fugaz, resultado del descenso del ritmo de vida en una parte de la población, ganando a cambio tiempo para la observación, aunque éste ni haya sido valorado en muchos casos. En definitiva, la devaluación del aporte real de numerosas profesiones no es más que el resultado de una sociedad, donde el beneficio económico se encuentra en la cúspide y el aumento de éste promueve la rapidez, el automatismo y la uniformidad que nos aboga a la simpleza. Esto último da lugar a que una gran parte de aquellos que recibirán a cambio un marcado estatus, rédito y crédito (siempre y cuando se encuentren en el momento, lugar y profesión adecuada para 70 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19. ello) son aquellos que encajan en el siguiente fragmento de R. Zafra (2017, pág.83): “El hombre fotocopiado es un grandísimo entusiasta. El hombre fotocopiado entra en el edificio y se mimetiza con la institución que le acoge. El hombre fotocopiado dejó su inconformidad en algún cajón de la mesita de noche y se niega a buscar la llave. No está claro si en algún momento de su vida anterior decidió convertirse en esa cosa eficaz y robótica que es hoy o si una vez dentro de la institución los engranajes máquina-persona encajaron empujándolo a la indolencia de su vida actual”. Conclusiones. Tras esta breve reflexión cabe decir que los efectos de la pandemia son resultado de la anormalidad de lo sistematizado. Ya fuera en el pasado o en el presente debemos de observar con crudeza aquello que es defendido como incuestionable o inevitable y más si ello empobrece tanto nuestro sustento como nuestra mente. Que el foco de la reflexión sobre las carencias y desigualdades haya sido traído por una crisis sanitaria no es la cuestión sino precisamente esas penurias y errores enfocados. El individualismo, el consumo desmesurado y la actual devaluación de las profesiones que no responden al ritmo establecido, aunque éstas impliquen una destreza, una creatividad o una larga formación, no son más que algunas de las consecuencias de la normalidad a la que hemos llegado y que se sigue fomentando. Lo que está por venir tras el paso de este desconfinamiento no será el resultado del virus sino una consecuencia de que éste haya llegado en un momento en el que la sociedad, en todas sus variantes, ha sido monetizada, hasta tal punto que el beneficio económico es el fin en sí mismo, y no un paso intermedio, y el control permanente de dicho beneficio un anhelo tratado como el santo grial. Todos El virus que subrayó lo anormal de lo corriente. 71 nos encontramos en la colmena salvo que, a diferencia de las abejas, no nos hallamos en la búsqueda de la estabilidad del conjunto sino en el buen y holgado posicionamiento de unos sobre la estructura, aunque esto signifique el aplastamiento de otros muchos. La olvidadiza memoria colectiva, si es que dicha memoria existe, relegará a lo puntual muchas de las reflexiones que en estos días han resurgido, porque éstas ya fueron remarcadas, y al igual que las anteriores serán reducidas a pura tinta y palabras de un lejano eco. 72 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19. Bibliografía. Augé, M. (1993), De los no lugares. Espacios del anonimato. Una antropología de la postmodernidad. Barcelona: Gedisa. Bauman, Z. (2003), Modernidad líquida. México: Fondo de Cultura Económica. Fanes, I. (2017), En la era de la posverdad. 14 ensayos. Volumen 5 de Criterios. Barcelona: Calambur. Zafra, R., (2017), El entusiasmo. Precariedad y trabajo creativo en la era digital. Barcelona: Anagrama. Enlaces. https://dle.rae.es/normal https://lamenteesmaravillosa.com/zygmunt-bauman-facebooky-las-trampas-de-las-redes-sociales/ Sobre la autora. Águeda Sánchez Porras es antropóloga social y cultural, formación recibida en la Universidad de Sevilla y prácticas realizadas en una asociación en Bologna (Italia). Anteriormente obtuvo un título interuniversitario en Criminalidad y Seguridad pública. Se encuentra finalizando un máster en Mediación e Intervención Social de la universidad Jean Jaurès (Toulouse). Interesada en la intervención social en barrios urbanos, aplicando los conocimientos que el trabajo de campo antropológico proporciona. Algunas de las perspectivas de investigación de su interés son: la antropología simbólica, de las edades, urbana y de las migraciones. La desigualdad social perjudica seriamente la salud: El Coronavirus sí entiende de clases sociales María Virginia Sánchez Rivas Centro de Estudios de Cooperación y Desarrollo Universidad de Murcia [email protected] Resumen. Es sabido que los grupos socioeconómicos más bajos, sufren con mayor frecuencia enfermedades crónicas, lo que les hace más vulnerables ante la pandemia. Los datos disponibles a día de hoy en España, no permiten hacer un análisis riguroso, sobre el impacto que tiene la desigualdad social en la mortalidad por coronavirus. Se dispone de información desagregada por sexo y edad de una parte de las personas fallecidas por coronavirus, aunque se desconoce su ocupación o nivel educativo, situación laboral, económica así como estilos de vida. Sin embargo, sí es cierto que, se puede realizar una aproximación de forma indirecta. En primer lugar, se sabe que, en pandemias precedentes de gripe, las tasas de mortalidad han sido más altas entre los grupos socioeconómicos más bajos. En segundo lugar, las personas que padecen enfermedades crónicas corren un riesgo mayor de desarrollar una forma grave de coronavirus y fallecer. Y esta es precisamente la razón por la que se piensa que, existe una desigualdad por estatus socio-económico en el riesgo de morir a causa del coronavirus. Se tiene evidencia de que las personas de estatus socio-económico más bajo, presentan peores condiciones de salud, debido a que mantienen hábitos de vida menos saludables, trabajan en ocupaciones que suponen un mayor desgaste físico, están expuestos a mayores niveles de estrés y tienen un peor acceso a las prestaciones sanitarias. 74 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 En tercer lugar, la pobreza dificulta el confinamiento, el acceso a los EPIS, la alimentación y los recursos esenciales. Esta situación provoca el incumplimiento de las medidas reglamentarias decretadas en el Estado de alarma. Las personas y familias que se encuentran en los estratos más bajos, se ven obligados a saltarse las normas para poder subsistir. Esta experiencia desoladora tendría que convencernos de que la reducción de la desigualdad social tiene que ser una de las prioridades a la hora de pensar cómo reconstruir el Estado del bienestar, y nuestra sociedad en general, en la era post-coronavirus. La teorización de la pobreza y la exclusión social en la Antropología. En Antropología, históricamente la pobreza se ha tratado desde dos grandes marcos teóricos: el primero, el cual podríamos denominar perspectiva culturalista y el segundo que, podríamos señalar como el determinismo estructural. Es decir, una concepción de los pobres como poseedores de cierta “autonomía cultural” o desde otra que enfatiza su pertenencia a una clase social. El ejemplo más conocido de tratamiento culturalista ha sido el de la cultura de la pobreza de O. Lewis. Este concepto ha tenido dos críticas fundamentales: 1. Se basa en una definición esencialista y a histórica del determinismo cultural y como fue concebida por la escuela boasiana en Estados Unidos. La cultura de la pobreza según indica Lewis (1959 y 1965) es un modo de vida para adaptarse a las condiciones de vida de una sociedad mercantil. 2. Esta teorización sobre la cultura de la pobreza, las organizaciones de familiares específicas y los valores propios de los pobres se forjaron como los responsables de la pobreza: eran estos valores y comportamientos La desigualdad social perjudica seriamente la salud: El Coronavirus sí entiende de clases sociales 75 desestructurados, pasivos, “asociales” e individualistas, sin capacidad de innovar y planificar a largo plazo, con problemas de autoestima, y siempre vistos desde “la normalidad” de una clase media nativa (Leacock, 1971) eran los responsables de que los pobres no aprovechaban las oportunidades que la sociedad les ofrecía para salir de la pobreza. Una cuestión tan actual y vigente en la actualidad social, con los procesos de criminalización de los parados, la disidencia y las protestas. Valentine (1968 y 1978) y Eleanor Leacock (1971), alegaron que los pobres no tenían una cultura autónoma, sino que incorporaban una subcultura dentro de la clase trabajadora. Es decir, certificaron que lo que causaba la persistencia de los pobres en su pobreza no eran sus valores culturales en los que se socializaba a los niños y que fueran imposibles de suprimir, sino que era un sistema social, basado en la desigualdad, que originaba que los pobres desarrollasen ciertas pautas de comportamiento, estructuras familiares y concepciones comunitarias, participación política, ideas del futuro, entre otros. Este pensamiento de la cultura de los pobres como respuesta a su ubicación en la estructura social como grupo más desfavorecido, no dejaba de involucrar un determinismo de carácter estructural, del que se intentó salir en la década de los 80 del siglo XX, muy especialmente en la Antropología latinoamericana, recurriendo a conceptos como el de estrategias económicas familiares, a la flexibilidad de las organizaciones domésticas o a la importancia de las redes sociales para sobrevivir en circunstancias de escasos ingresos; con estas nociones se intentaba evitar el determinismo, al enfatizar la capacidad de acción de los grupos subordinados, eliminar los calificativos de social y políticamente apáticos y pasivos, rehusando también así el término “cultura”. 76 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Desde el estudio pionero de Larissa Lomnizt (1975) donde asentó que las relaciones de correspondencia entre amigos, parientes y vecinos, eran decisivas para sobrevivir en la marginalidad, se ha trabajado mucho en las estrategias que los pobres emprendían para poder sobrevivir en contextos de extrema pobreza. Algunas de las líneas de investigación más fructíferas tuvieron que ver con el fomento de las relaciones primarias de ayuda recíproca (Ramos, 1984), la flexibilización de los grupos domésticos (Eguía y Ortale, 2007; Martínez Veiga, 1987; Monreal, 1990; Zloloniski, 2006), incentivación del trabajo doméstico (Jelin, 1984; Monreal, 1990) o la realización de variadas actividades laborales de carácter informal, sumergidas y que no aparecen en las estadísticas oficiales (Monreal, 1990; Newman, 1999; Zloloniski, 2006). Todas estas investigaciones realizadas en los años 80 y 90 del siglo XX conducían a señalar que las características de pesimismo y la pasividad dadas a los pobres por una pretendida cultura de la pobreza eran estereotipos que se derivaban de la forma en que habían sido construidos los pobres por las ciencias sociales (Monreal, 1996 y 1999). En Europa, a partir los años 90 y durante la primera década de nuestro actual siglo, en la esfera de los medios de comunicación, de las políticas públicas y de los debates académicos y tertulianos, el termino pobreza se empezó a complementar o sustituir por el de exclusión social. En un contexto marcado por el desmantelamiento del Estado del Bienestar, del aumento de la precariedad y de la crisis financiera e inmobiliaria, el tratamiento dado a estas significaciones ha de ir más allá de los procesos de desigualdad, de una población excedente o de un fenómeno residual. Esta pobreza creciente y persistente, como han mantenido gran conjunto de autores, no es un hecho circunstancial debido a esporádicas crisis económicas, sino que forma parte del modelo de desarrollo realizado en los países centrales a partir de mediados de los años 80 del siglo XX y del que hoy estamos viviendo su agotamiento. La obra La desigualdad social perjudica seriamente la salud: El Coronavirus sí entiende de clases sociales 77 de Bourdieu refiere cómo cada uno de los agentes sociales comprometidos en una situación determinada, actúa y percibe su acción y las de los otros a partir de su posición en el espacio social, que siempre es definida por relación al conjunto global de posiciones. De Certeau (2006a y b), en discusión con Bourdieu y Foucault, destaca las prácticas de los agentes, la resistencia de los sujetos, los límites del poder y la disciplina para señalar la politización de la vida. Los elementos que perturban la escenarios estructurales sociales. pandemia y los Algunos de los elementos que perturba a la pandemia tienen que ver con escenarios de la estructura social. El escenario macro de base es desde luego el mundo globalizado. La intervención en los ecosistemas, la crianza intensiva de animales para la alimentación y la globalización del comercio y el turismo avivan situaciones que son estructuralmente distintas a las que dieron lugar a otras pandemias de origen animal a lo largo de la historia de la humanidad. Se sabe que ni la transmisión ni los efectos de los virus afectan por igual a todos los países y a todas las clases sociales. La principal brecha sucede entre países ricos y pobres. Las desigualdades en sistemas de higiene básicos, nutrición, hacinamiento, educación e infraestructura sanitaria. Sin embargo, si bien la pandemia surge en una región de China, de momento está afectando más en términos relativos a países del primer mundo, y dentro de estos, se está concentrando más en algunos. Esta pandemia ya no es un problema de países pobres debido a la organización de la economía y de los movimientos de población. También influye la estructura de ocasiones desde la que actúan los gobiernos y los sistemas de salud. Si nos centramos en el Sur de Europa, se puede ver que existen grandes diferencias entre la mayor difusión en Italia y 78 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 España, los primeros en importar infecciones, y lo ocurrido en Grecia y Portugal. A simple vista se podría pensar, por ejemplo, que Grecia es un país más vulnerable debido a la presión de refugiados provenientes de Oriente Medio y a los mayores recortes que ha sufrido su sistema sanitario. Razones equivalentes se podrían aducir respecto a diferencias con otros países del entorno europeo o del norte de África. ¿Por qué entonces Italia y España están tolerando más? Un asunto central de esta crisis es hasta qué punto una sociedad puede aceptar el riesgo que compondrán los impactos sociales del confinamiento y la paralización de la actividad económica más allá de los efectos en la salud. En lo referido a la estructura social es evidente que los impactos se distribuyen desigualmente en la población. Los más inmediatos se aprecian en pocas semanas en los colectivos más vulnerables: inmigrantes irregulares, personas sin hogar, trabajadores precarios y personas que se encuentran en el límite de la subsistencia. A continuación vendrán consecuencias en muchos sectores de actividad. En el terreno de la educación, la enseñanza online tendrá diferentes efectos en función del equipamiento de los hogares y las habilidades tecnológicas de las familias. En el terreno del trabajo, en las sociedades del sur de Europa una parte importante de la población depende de la combinación de empleos esporádicos, trabajo informal y solidaridad familiar. Otra parte depende de trabajo independiente y de microempresas de menos de cinco trabajadores en el sector servicios. Estos sectores son los más perturbados por el confinamiento. La distribución desigual de los costes sociales puede dar lugar a una sociedad mucho más monopolizada si no se actúa en consecuencia. La pobreza es un mecanismo de riesgo concluyente en la transmisión y mortalidad del coronavirus. Las clases socioeconómicas más afectadas se encuentran más exhibidas incluso en España, que cuenta con La desigualdad social perjudica seriamente la salud: El Coronavirus sí entiende de clases sociales 79 un fuerte sistema sanitario público. La cuestión es estructural. Las consecuencias más graves del covid-19 se desarrollaron en los pacientes con patologías previas, que se desarrollan con mayor frecuencia en los pacientes de bajos recursos. Un tercio de aquellos que tienen los ingresos más bajos muestran dos o más afecciones crónicas, mientras que esa cantidad de afecciones sólo se observa en la cuarta parte de los que tienen las rentas más altas, según el informe “Salud de un vistazo 2019” de la OCDE. En España, así como la apreciación de salud disminuye con los años, también cae en picado según la realidad laboral, señala la más reciente Encuesta Nacional de Salud, con casi diez puntos de diferencia con respecto a los desempleados. “A medida que se desciende en la clase social, disminuye la valoración positiva del estado de salud” hasta un 20%, señala el INE. La salud es más que curar enfermedades, porque es bienestar físico, psíquico y social, y el 80% estriba de los estilos de vida y los factores socioeconómicos». Con la crisis sanitaria todavía lejos de remitir, no se han publicado conclusiones concretas sobre la relación entre la pobreza y la pandemia. Los componentes determinantes de la salud también reparan entre los de clases sociales más altas, según los datos oficiales: mejoran “en los grupos de posición socioeconómica más favorecida”, indica la Encuesta Nacional de Salud. “Mejora el tabaquismo, se reduce el consumo de alcohol, aumenta la actividad física, la lactancia natural y el consumo de fruta”. Lo que se suele reducir a “tabaco, dieta y ejercicio” influye en la aparición o tratamiento de las enfermedades cotidianas. Cuando la crisis sanitaria se convierta en una crisis económica, algo que ya se da por hecho con una caída pronunciada del PIB español, los hechos del coronavirus continuarán mordiéndose la cola, con un efecto de retroalimentación que generará más población vulnerable, por patologías previas o por imposibilidad de cumplir con el aislamiento provisorio. 80 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Algunos datos de la desigualdad socioeconómica: El Coronavirus sí entiende de clases sociales. Si se toma en cuenta los datos aportados en la última investigación titulada implicaciones sociales del coronavirus, realizada a nivel nacional por la Red Europea Contra la Pobreza y la Exclusión (EAPN), se puede observar que efectivamente, el Coronavirus sí entiende de clases sociales. A continuación se muestran algunos datos sobre la situación social, educativa, laboral, de salud y familiar que arroja el mencionado estudio. El cuidado de la vida de las personas dentro del hogar es una responsabilidad social y política primordial, pero está habitualmente calificado como una tarea que no merece ser retribuida, ni compensada. Los últimos datos disponibles indican que el 91,9% de las mujeres realizan tareas domésticas y se ocupan del cuidado de niños/as, personas ancianas y dependientes durante 4 horas y 29 minutos diarios, frente al 74,7% de los hombres que dedican en promedio 2 horas y 32 minutos. Con esta crisis sanitaria, es posible que este proceso de sobrecarga sobre las mujeres empeore. Las mujeres están siendo las responsables de formalizar la inasistencia a los establecimientos educativos. Es decir que, en las familias nucleares (que no cuenten con familiares de apoyo o con recursos económicos para concertar ayuda), las mujeres tienden a extender sus cuidados habituales, quedándose en casa, lo cual tiene repercusiones en sus empleos y economía. En el caso de las familias monoparentales, la responsabilidad recae sobre el más de 80% de mujeres que componen estos hogares. En España, las mujeres tienes una tasa de empleo a tiempo parcial que cuadriplica la de los hombres. Este tipo de ocupación tiene un alto nivel de precariedad, con empleos inestables y en sectores en los que el pago se realiza por hora trabajada. Si no hay trabajo, no hay salario. Esto genera una La desigualdad social perjudica seriamente la salud: El Coronavirus sí entiende de clases sociales 81 cascada de consecuencias negativas con respecto a los ingresos familiares. Existen un porcentaje alto de hogares españoles que tienen problemas para llegar a fin de mes. Aquellos que ya están bajo el umbral de la pobreza se encuentran con menos opciones. Es decir, la mitad de los hogares compuestos por familias monoparentales, ya está en situación de riesgo de pobreza y exclusión. Carecen de opciones para adquirir servicios de cuidado a través del mercado o de asumir gastos extraordinarios. Teniendo en cuenta que existen más de 1 millón de personas que viven en hogares sin ingresos. Evidentemente, tampoco tienen capacidades de gestionar gastos extraordinarios. Es por ello que, se está viendo más afectada la infancia que ya estaba en riesgo de pobreza, 1 de cada 3 niños/as, dependen de desayunos y comidas en los colegios. Las tareas escolares, debido a la situación de confinamiento, se ha requerido la necesidad de recursos electrónicos y conexión a internet, para seguir clases virtuales. El 5,5% de la población de España no puede permitirse un ordenador, es decir, que -sin poder acudir a bibliotecas- los hijos e hijas de hogares sin ordenador no pueden acceder a estas clases online. En relación a la situación laboral de las personas de bajos recursos económicos (trabajadores pobres) alcanzan al 11% de la población ocupada: si no se trabaja, no se cobra. Entre ellos, figuran las trabajadoras domésticas: el número de empleadas de hogar en la actualidad es de alrededor de unas 700.000, el 98% mujeres. También otros empleos “atípicos”, denominados como “falsos autónomos”, que tienen condiciones laborales muy precarias, como muchos de los empleos de plataformas digitales. Las personas que trabajan en el sector privado, que no puedan acogerse al teletrabajo, se enfrentan a tener que coger sus vacaciones, que les descuenten el día de trabajo o que les despidan, con 82 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 consecuencias sobre niveles de ingresos familiares que ya están muy ajustados para la mitad de la población. Como decía García Marquez, la pobreza es el mejor remedio para la diabetes, pero... ¿la pobreza y la exclusión social basada en la estructura de clases, lo es para el bienestar de la sociedad, en este caso, para las personas de más bajos recursos? La desigualdad social perjudica seriamente la salud: El Coronavirus sí entiende de clases sociales 83 Bibliografía. Bourdieu, P. (1999). La miseria del mundo. Barcelona: Akal. De Certau, M.; GIard, L. y Mayol, P. (2006a). La invención de lo cotidiano. 1. Artes de hacer. México: Universidad Iberoamericana / Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente / Centro Francés de Estudios Mexicanos y Centroamericanos. De Certau, M.; GIard, L. y Mayol, P. (2006b). La invención de lo cotidiano 2. Habitar, cocinar. México: Universidad Iberoamericana / Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente / Centro Francés de Estudios Mexicanos y Centroamericanos. Eguía, S.A. y Ortale, S. (Coords.) (2007). Los significados de la pobreza. Buenos Aires: Biblos. Foucault, M. (2002). Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión. Buenos Aires: Siglo XXI. Jelin, E. (1984). Familia y unidad doméstica: mundo público y vida privada, Buenos Aires: CEDES. Leacock, E. (1971). Introduction. En The culture of Poverty. A Critique. E. Leacock, Ed. New York: Touchstone Book. Lewis, O. (1959). Antropología de la pobreza. Cinco familias. México: Fondo de Cultura Económica. Lewis, O. (1965). La Vida. Una familia puertorriqueña en la cultura de la pobreza: de San Juan a Nueva York. México: Joaquín Mortiz. 84 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Lomnitz, L. (1975). ¿Cómo sobreviven los marginados? México: Siglo XXI. Martínez Veiga, U. (1987). El otro desempleo. La economía sumergida. Cuadernos de Antropología, 10. Monreal, P. (1990). Organización doméstica, redes de relaciones sociales y economía in- formal. Un estudio de antropología social. Tesis doctoral, Universidad Autónoma de Madrid. Monreal, P. (1996). Antropología y pobreza urbana. Madrid: Los Libros de La catarata. Monreal, P. (1999). ¿Sirve para algo el concepto de cultura de la pobreza? Revista de Occidente, 215: 75-88. Newman, K. (1999). No Shame in my Game. The Working Poor in The Inner City. New York: Vintage Books / Russell Sage Foundation. Zloloniski, C. (2006). Janitors, Street, Vendors and Activists. The Lives of Mexican Immigrants in Silicon Valley. California: University of California Press. EAPN: Implicaciones sociales del coronavirus. Recuperado de: https://eapn.es/ARCHIVO/documentos/noticias/1584032555_2 00312_implicaciones_sociale s_coronavirus_def.pdf INE: Encuesta nacional de salud. Recuperado de: https://www.ine.es OCDE: Informe Salud de un vistazo. Recuperado de: https://www.euskadi.eus/contenidos/documentacion/doc_sosa _health_glance_2019/eu_def/ adjuntos/23389dc8-es_d4.pdf La desigualdad social perjudica seriamente la salud: El Coronavirus sí entiende de clases sociales 85 Sobre la autora. Doctorada en Antropología Política y Jurídica por la Universidad de Murcia. Licenciada en Antropología Social por la Universidad Miguel Hernández de Elche - Alicante. Graduada en Trabajo Social por la Universidad de Murcia. Máster en Antropología Social. Cultura, Migración y Salud por la Universidad de Murcia. Miembro colaboradora en el Centro de Investigación CULTURDES (Universidad Miguel Hernández). Miembro investigadora en el Centro de Estudios de Universidad y Cooperación al Desarrollo (Universidad de Murcia). Miembro investigadora en el Observatorio sobre Exclusión Social (Universidad de Murcia). Colaboradora docente en diferentes másteres, formación reglada y no reglada. Ha trabajado como cooperante en proyectos de desarrollo entre grupos indígenas de Ecuador, así como con menores y mujeres, a través de la Fundación Pueblo Indio del Ecuador. También ha desarrollado labores de cooperación a través del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Panamá, concretamente en el Área de Gobernabilidad Democrática. Ha realizado una estancia de investigación en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador a través de Beca ILA, subvencionada por Caixa Investigación. Ha trabajado como miembro investigadora en coordinación con la Universidad de Murcia, en el desarrollo del Plan de Acción para la Implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible – Agenda 2030 para la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. Ha participado en numerosos congresos a nivel nacional e internacional sobre Antropología y Trabajo Social, desarrollando la función de moderadora y/o panelista. En la actualidad, trabaja en el tercer sector, con personas solicitantes de asilo y refugio. Principales líneas de investigación: - Cultura, poder y formas de dominación. - Inmigración, género y desarrollo. El laberinto del coronavirus... “El homo sapiens sapiens es como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie”. Azahara Romero Sanz Antropóloga, doctoranda. Universidad de Extremadura [email protected] Resumen. El ser humano es puro sentimiento y gracias a la capacidad de transmitir y comunicarse con otros mediante el lenguaje puede expresar, experimentar y compartir vivencias. El confinamiento social vivido en tiempo de COVID-19 forma parte del proceso individual de enculturación del individuo. El vocabulario se ve afectado porque al fin y al cabo sólo existe aquello que aparece en el lenguaje. A través del confinamiento vivido nos damos cuenta de la lentitud del paso del tiempo. Somos producto de la inmediatez y la necesidad constante de querer y tener y eso nos lo genera la sociedad del consumo en la cual vivimos. El consumismo constante no se queda al margen en tiempos de coronavirus y fruto de ello es que se crean campañas de firmas sin salir de casa. Las modelos desde sus hogares se convierten en polifacéticos seres que dominan y abarcan todo lo posible para crear tendencia y generar necesidades en los individuos que viven conectados a la red en tiempos de pandemia mundial. Y es que la red ahora es más accesible que nunca ¿son las redes sociales un instrumento de incentivo de consumo en la población joven? El ser humano. ¿Qué es el ser humano? El ser humano es vivencia, experiencia, emoción y puro sentimiento. Si algo tenemos más valioso y que nos diferencia como seres humanos, esos son los sentimientos. Sí, aquello que cada uno es capaz de sentir 88 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 y transmitir mediante el lenguaje. Si eres buen receptor de emociones serás buen emisor. Y es que al fin y al cabo, solo somos mensaje que transmitimos constantemente y que va de paso. Al igual que nuestra presencia en el planeta Tierra, sí, “somos tiempo, tiempo de paso”. Tiempo, lenguaje y sentimiento. Con el tiempo experimentamos vivencias y gracias al lenguaje podemos expresarlas haciendo uso de los sentimientos. Sin ellos no seríamos lo que somos. No podríamos experimentar lo que sentimos durante la crisis del coronavirus COVID-19 y tampoco podríamos hacérselo llegar a otros seres humanos que ven y sienten lo mismo que nosotros. Pero solo cada uno es capaz de experimentar un sentimiento individual y único. Escribiendo este ensayo reflexiono sobre la importancia que tendría que cada individuo reflexionara como miembro del planeta Tierra sobre la crisis mundial que estamos viviendo, desde su individualidad y así poder comparar, analizar y reflexionar jugando siempre con las vivencias, fruto de los sentimientos experimentados en estos días. Siendo único de cada uno pero muy enriquecedor en su conjunto. Permitiendo llegar a un análisis, contrastando, comparando y reflexionando, sacando a la luz emociones y sentimientos internos de cada uno. ¿Cuántos se quedan en el tintero para siempre? La música, elemento crucial en tiempo de reflexión, cantantes y compositores intentan volcarse hacia el panorama vivido. La armonía y la melodía son cruciales para hacer sonar en el ambiente la pieza musical que ahora nos horroriza y nos rodea, haciendo “ruido” minúsculo con sus partículas microscópicas en nuestros oídos cada vez que escuchamos su nombre, COVID-19 es la palabra clave. Y ahora más que nunca intentamos ser “como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie”, tenemos que “resistir”, “resistiremos para seguir viviendo. Soportaremos los golpes y jamás nos rendiremos. Y aunque los sueños se nos rompan en pedazos. El laberinto del coronavirus... 89 Resistiremos…” Eso intenta el ser humano en todas sus posibilidades. Qué difícil es reflexionar cuando fuera existe incertidumbre, cuando aún no hay respuesta y todo parece turbio y además, existe el miedo. ¿Qué es el miedo? Si recurrimos a la etimología y a la semántica, podemos dirigirnos a las directrices que marca la RAE, la Real Academía Española, quien nos indica que procede del latín metus, “temor” y lo define como: “angustia por un riesgo o daño real o imaginario. Recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea”. Y así es, en mayor o menor medida si eres humano tienes miedo a algo. En cada uno está tener miedo a una cosa o a otra, en mayor o en menor medida. Pero sí, el miedo está presente cuando se vive una situación nueva, cuando no se conocen las causas de un fenómeno y cuando se siente angustia ante la imposible y rápida solución de un problema. No importa el tamaño del elemento causante del miedo, en este caso nos enfrentamos a partículas microscópicas que paralizan el mundo y andan a sus anchas deseando encontrar un organismo nuevo. Y así, sin pensarlo, pasando desapercibido para todos, estas partículas microscópicas, invisibles, paralizan el mundo. Un enemigo minúsculo paralizando a una humanidad que habiendo conquistado el plantea en los últimos milenios, se consideraba por encima de cualquier percance. De esta manera, de repente, de un día para otro tenemos que dejar de realizar vida normal. El día 12 de marzo de 2020 recuerdo salir a la calle sin miedo a nada, pero en cuestión de horas nuestro país decretó el “estado de alarma” y ahí todo cambió. Un virus, producto de la globalización y fruto de la socialización nos detiene a todos, el inicio del estado de alerta da comienzo el 14 de marzo de 2020. Fue el gobierno quien decretó el estado de alarma para hacer frente a la expansión del coronavirus. 90 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 El coronavirus entre otros términos de nuestro vocabulario diario. Y con este fenómeno incorporamos palabras nuevas a nuestro vocabulario, palabras que muchas abuelas según mi experiencia ni conocían. ¿Hace un año sabíamos qué era coronavirus? Tampoco se hablaba de estado de alarma. Y es entonces, como antropóloga, cuando empiezo a recoger datos y realizar trabajo de campo desde casa, eso sí, respetando por supuesto el confinamiento impuesto. Porque ahora “no estamos en casa”, “estamos confinados”, ¿cuántas abuelas no habían pronunciado nunca esa palabra? Incluso mis abuelos me hablan de franjas horarias, “no podemos salir a cualquier hora”, “existen rangos por edades y por municipios”, llega la “desescalada”, posiblemente más de dos jamás habían hecho uso de ese término. Y es entonces cuando la crisis del coronavirus afecta al uso del idioma. Y aparecen noticias con titulares como: “Desescalada: de no recomendable a válido para la RAE en dos semanas1” O “la RAE incluirá en el diccionario palabras como coronavirus o desescalada” “Estado de alarma, cuarentena, resiliencia, epidemia. Son algunas palabras de esta crisis sanitaria que más utilizamos estos días. Muchas ya están en nuestro diccionario pero otras, como coronavirus o desescalada, no. La RAE quiere ponerse al día e incorporar esos términos que ya nos han marcado para siempre2” Y te llama tu abuelo preguntando por el “teletrabajo”, porque ahora “con los ordenadores podéis hacerlo todo”. Y si no, con 1 Recuperado de https://www.marca.com/tiramillas/2020/04/21/5e9eb40f46163ff3918b45b2.html 2 Recuperado de https://www.rtve.es/alacarta/videos/telediario/coronavirusrae-incluira-diccionario-palabras-como-coronavirus-desescalada/5565382/). El laberinto del coronavirus... 91 el móvil, “qué apunto tenéis siempre el aparato para disparar y grabar cualquier cosa”. Y sí, así es. A ellos les sorprende cómo pueden pillar in situ a un joven que se salta el confinamiento, y yo le digo, “abuela, el móvil lo tengo siempre al lado, basta con desbloquear y se abre la cámara, en unos segundos puedo capturarlo”. Es decir, guardar espacio y tiempo, inmortalizar un momento y convertirlo en testimonio. Eso, en otros tiempos me decían que era impensable. Pero sí, las tecnologías han llegado para quedarse con nosotros y hacernos la vida más fácil. Acercándonos mientras estamos lejos y facilitándonos información diversa teniendo siempre a nuestra disposición al señor google, y si no ahora, con el “asistente de google”. Basta con levantar la voz, vocalizar y contarle la pregunta que él estará atento para resolverla en cualquier momento sin franjas horarias, con el cibermedio no existe el tiempo. Y sobre todo cuando estás comiendo o cenando y te surge una duda, da igual lo que sea, “ok google” es la palabra mágica para resolverla. ¿No es fantástico? En tiempo de crisis se convierte en una herramienta aún más práctica y útil para resolvernos dudas. He oído decir que el tiempo parece pasar más lento. Durante el coronavirus parece que el tiempo se detiene, parece que pasa más lento, como cuando éramos niños. Cuando parecía que el curso académico duraba una eternidad y ahora pasa un año tras otro a una velocidad efímera. Casi no hemos asimilado el comienzo del curso cuando ya está terminando. Como si de una estrella fugaz se tratara que aparece moviéndose muy rápido y desaparece enseguida, no hay tiempo para pensar en deseos. Misma sensación que cuando vemos esa estrella que brilla y parece caer no sabemos muy bien dónde... Así es la situación que vivimos, apenas tenemos tiempo de dar solución al problema mientras no deja de crecer y aparece otro. El tiempo pasa más lento cuando se tiene miedo, cuando hay presión, preocupación y cuando la situación no es nada clara. 92 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Las duda sobre las cifras nos crean presión, la necesidad rápida de encontrar una solución ante un problema parece estar unida a la rapidez a la que estamos habituados actualmente a la hora de obtener una información. Estamos acostumbrándonos a la rapidez, concisión y precisión. ¡Lo quiero y lo quiero saber ya! o ¡lo quiero y lo quiero ya! Y eso nos lleva al consumo constante. Dejando de lado la crisis del coronavirus y sumergiéndonos en las tiendas online. Esas que están ahí siempre y a las que hemos tenido acceso con incentivo dañino durante el confinamiento, “ahora compra sin gastos de envío”. En pandemia se crean campañas de firmas sin salir de casa. Encontramos titulares como este: “Las modelos de Zara siguen escandalizándonos con la nueva colección a través de fotografías propias (y desde casa)3”. Ahora el hogar tiene que prestar hueco para el estudio fotográfico, jugando con el espacio y el tiempo. Los dos factores primordiales en el resultado final de una actividad. ¿Es posible hacer buenas fotografías desde casa? Sí, pero siempre adecuando el terreno. Todo proceso en la vida requiere de una preparación para un buen resultado. Cualquier rincón de la casa por el simple hecho de ser espacio dispone de esa capacidad de uso, poder habituarse, pero para ello hay que crearlo, personalizarlo y convertirlo en peculiar. Porque aunque se pretende mostrar naturalidad y cercanía eso también requiere de una preparación previa. Además de disponer de una buena cámara de fotos, “dime qué cámara de fotos tienes y te diré cuantos likes tendrás en una red social”. La calidad del producto importa y si hablamos de que vivimos en la sociedad de la imagen aún más. 3 Recuperado de https://www.rtve.es/alacarta/videos/telediario/coronavirusrae-incluira-diccionario-palabras-como-coronavirus-desescalada/5565382/). El laberinto del coronavirus... 93 Fig. 1.- Modelo desde casa (Recuperado de https://www.trendencias.com) Sí, desde casa, esa cercanía nos acerca aún más a ellas. Ahora las modelos no son simples maniquíes, ahora tienen que maquillarse, vestirse y estar listas para mostrar las nuevas tendencias sin estar en contacto con peluqueros, maquilladores, estilistas, fotógrafos, etc. Ahora ser polifacético está aún más valorado. A una mayor productividad, un mayor rendimiento y eso siempre se valora pero ahora más que nunca. La moda forma parte de la materia cultural de un país. Y así es como el materialismo cultural de Marvin Harris está presente desde el punto de vista de la antropología y la sociología, la teoría materialista considera que el factor principal que mueve una sociedad es la materia, generando un impacto en los cambios sociales y culturales. Actualmente se estima especialmente la naturalidad, la cercanía y lo cotidiano. Imágenes de andar por casa donde se muestran los detalles del día a día, donde se puede ver que todo puede ser especial y que hay que disfrutar de cada momento. La vida y 94 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 poder vivirla es uno de esos momentos. “Los pequeños detalles siempre marcan la diferencia”. Simulemos la situación, hoy es “12 de marzo” y vivimos con normalidad pero nadie sabe que en menos de 48 horas se decreta el estado de alarma y se vive una situación nueva. Una guerra sin bombas pero con una lucha constante ante un virus, al cual pretendemos vencer lo más rápidamente posible. No hay experiencia previa ni conocimiento sobre cómo actuar. La humanidad se expone a una nueva experiencia y se llena de primeras veces. Y las páginas de moda se acercan más al individuo, mostrando imágenes cercanas, naturales, dentro de casa, dando ejemplo que desde casa se puede contribuir al proceso global. Y por ello, a modo de ejemplo muestro las siguientes fotografías extraídas de la nueva colección de la página web de Zara donde podemos ver modelos en el salón, pasillo, cocina, en la habitación de su casa, pero sin perder el estilo y atentas a las últimas novedades siempre. Lejos quedan los fondos blancos de las fotografías de estudio. Fig. 2.- Fotografía de Zara (Recuperado de https://www.zara.net) El laberinto del coronavirus... 95 Fig. 3.- Fotografía de Zara (Recuperado de https://www.zara.com) Fig. 4.- Fotografía de Zara (Recuperado de https://www.zara.com) 96 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Fig. 5.- Fotografía de Zara (Recuperado de https://www.zara.com) Fig. 6.- Fotografía de Zara (Recuperado de https://www.zara.com) El laberinto del coronavirus... 97 Fig. 7.- Fotografía de Zara (Recuperado de https://www.zara.com) Hay que cubrir contenido en las webs de moda, el consumo sigue estando ahí. Nuevas publicaciones en redes sociales, nuevas tendencias, tejidos, modelos, etc. El ser humano sigue existiendo y el mundo también, el tiempo no se ha detenido y fruto de ello es que mientras hemos estado confinados hemos cambiado de estación. Las plantas han germinado, la fauna recoloniza la ciudad, las aguas son más cristalinas y el aire está más limpio y puro. La naturaleza nos está hablando ahora más que nunca. El tiempo sigue pasando y tendremos que aprender a convivir con la situación. Por ello la venta online de moda sigue sin bajar la guardia, y las modelos se muestran más cercanas todavía. Las ventas online no han expirado, siguen estando y muy presentes, mostrándose solidarias ante el cliente por la 98 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 situación que se está viviendo. Incluso han utilizado estrategias para vender más como por ejemplo eliminar los gastos de envío. Suprimir la cantidad del valor del envío, cualquier pedido es gratuito. Ha habido promociones del 20% y del 30% durante días concretos impulsando la compra; “ahora, o pierdes la oportunidad de comprar con rebaja algo de temporada”. La recogida del pedido es gratuita y ha aumentado el número de días para devolver el producto. Y por supuesto, ha seguido estando la sección de “última semana”, sí, no podemos descuidarnos de las últimas tendencias ni sabiendo la que está cayendo fuera. Ni la pandemia para el proceso del consumo compulsivo e innecesario de la sociedad consumista actual. Pero es el ser humano siendo “sapiens sapiens” el que debe reflexionar ahora más que nunca. Es el momento de asimilar, reflexionar y actuar. ¿El coronavirus ha azotado el consumo? Quizás sí ha hecho reflexionar que hay espacio para todos pero consumiendo con prudencia, sentido y coherencia. Y no, aquí no sobra nadie. Todos podemos unirnos desempeñando cada uno una tarea que por minúscula que sea compone el puzle de una sociedad que avanza unida. Y ahora he visto esa unión, un mundo entero tomando medidas y actuando poniendo su granito de arena y siendo cada día mejores construyen un mundo globalizado, inestable pero con más oportunidades. Y la base de la subsistencia siempre será el pensamiento crítico que soporta la base de toda actuación. La pandemia nos hace más solidarios. El tiempo pasa y nosotros pasamos con él, mientras las cosas cambian y nos vamos adaptando a las nuevas situaciones. Bendita tecnología que nos mantiene informados, conectados y nos permite teletrabajar. Un lujo en tiempo de crisis. El COVID-19 nos deja en casa, nos detiene y tal vez, ¿nos volvemos más solidarios? Muchos jóvenes se muestran más atentos ante las necesidades de vecinos ancianos, las El laberinto del coronavirus... 99 llamadas o videollamadas aumentan diariamente debido a la preocupación por la salud de los nuestros, la educación se virtualiza y empezamos a formar parte de la sociedad 2.0 fruto de la crisis vivida. Pero no todas las familias tienen los mismos recursos tecnológicos por lo que a veces se complica la tarea. ¿Y si el COVID-19 es la prueba/examen final de los ciudadanos para evaluar si es resolutivo en el mundo tecnológico al que nos enfrentamos? Hemos tenido que realizar tareas nuevas mediante herramientas tecnológicas como asistir a una consulta médica virtualmente. La clave ante la situación es “COVID-19”, sí, como cuando insertas la clave wifi en el teléfono móvil al llegar a un hotel. Ahora inserta esta nueva “clave” porque cambiará la forma de trabajo de aquí en adelante. El COVID19 está llamando a la puerta, en forma de tecnología para intentar entrar en diversas profesiones y si es posible poder quedarse para siempre. Quizás haya sido la necesidad la que ha provocado que el fenómeno virtual pueda extenderse y sea una forma de trabajo excelente. ¿Estamos en un tiempo de cambios o en un cambio de tiempos? Alabada sea la tecnología. La tecnología es alabada, por permitir la fácil comunicación rompiendo las barreras de la distancia y además por permitir el teletrabajo. Hace una década se veía la tecnología como una herramienta aislante del entorno pero en tiempo de COVID-19 permite estudiar la carrera, realizar un máster, exámenes virtuales, estar conectados con nuestros familiares, realizar videollamadas, conferencias, asistir a conciertos, gimnasio virtual, estar informado en todo momento sobre las cifras de la pandemia a nivel mundial, etc. Sin información no somos nada. Y todo en tiempo real, ¡de ahí gritar a los cuatro vientos que bendita tecnología! 100 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 El COVID-19 afecta a la salud mental. No hace falta irse muy lejos, basta con saber que todos hemos tenidos días tristes, con menos energía, con más o con menos miedo, han sido diferentes estados por los que hemos ido pasando casi todos en mayor o menor grado. Y eso ha sido posible gracias a los sentimientos que nos permiten experimentar y saborear la situación de forma individual. El miedo aparece cuando nos preguntamos dudas y no tenemos respuestas, ¿el virus estará en el aire? ¿Tengo que lavar toda la ropa al volver de la calle? ¿Debo desinfectar las suelas de los zapatos cada vez que entro en casa, las llaves, el móvil, la tarjeta de crédito que he utilizado cuando he salido a la compra? Y es entonces cuando ir a la compra se convierte en un laberinto. El laberinto del coronavirus. Y ese caos nos afecta a nivel mental. El homo sapiens sapiens, único animal capaz de pensar, es la representación de la selección natural de Darwin en el Origen de las Especies donde utilizó “la supervivencia del más apto” en tiempo de COVID-19 siendo el homo sapiens sapiens como el junco que se dobla, pero manteniéndose en pie siempre el más fuerte, sobreviviendo por su fortaleza, características, salud, genes. Al final la biología está ahí, somos una composición de células y el coronavirus parece que discrimina a los débiles y se apodera de ellos haciéndose con su total dominio. En la lucha del débil frente al COVID-19 el ganador es siempre el COVID. Siendo el débil una especie en desventaja por pura biología. ¿La mascarilla es un complemento femenino? Y siguiendo con la fortaleza unida al género masculino, si salimos a la calle o simplemente nos asomamos a la ventana y observamos unos minutos, ¿por qué hay más mujeres con mascarillas que hombres? Sí, es lo mismo que ocurre cuando llueve siempre hago el mismo análisis rápido mientras camino debajo de mi paraguas, en silencio, siempre en silencio, pero El laberinto del coronavirus... 101 sin dejar la mente en blanco. Es cuestión de contar a veinte personas y si la mitad supongamos son hombres y la otra mitad mujeres para tener un ejemplo claro y exacto, de diez hombres seis o siete incluso no llevan paraguas y de diez mujeres nueve o diez sí lo llevan. ¿Es que es un complemento? ¿Así estamos tratando a la mascarilla como una moda? Pues no, no se trata de modas en esta situación. Aunque ya existan mascarillas de diversas formas, estilos, modelos y firmas. Se han convertido en un complemento más a la hora de salir a la calle, no deberían ser un elemento de construcción de identidad. La cual se sigue cimentando, manteniendo y adaptando a lo largo del paso del tiempo para poder penetrar en las tendencias que circulan y mantenernos así adaptado a los cambios y situaciones emergentes ya que el ser humano los considera como una de las necesidades a cubrir, sin olvidarnos de la pirámide de necesidades de Maslow, mantener la identidad sería otra necesidad más para poder ser reconocido, aceptado por el grupo y llegar a la cúspide de la pirámide, la autorrealización. “El consumo participa en la construcción simbólica de la identidad de los individuos permitiéndoles la diferenciación individual y la pertenecía a un grupo social. La anterior afirmación implica, primero trascender el concepto de consumo expresado por la economía clásica y segundo reconocer la diferencia entre consumo funcional o utilitario y el consumo simbólico” (Lerma, 2017, p. 1584). El consumo se une así a la identidad, pudiendo a través de esta crear una diferenciación entre grupos sociales. La antropóloga Carolina Franch en cuanto a la belleza apunta que, “todas las sociedades han tenido su definición propia de belleza, es decir, es una construcción cultural y por lo tanto no es inamovible, sino que ha variado en el tiempo” (González, 2013). Es así como los nuevos tiempos modificarán elementos culturales, fruto de la globalización en la que vivimos 102 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 derivando así en un cambio a nivel social y cultural. Vivimos en un consumismo con constante acumulación de bienes que desemboca en hedonismo. En tiempos de pandemia el hombre tiene que representar ser miembro de la cultura a la que pertenece y reconocerse como humano, fuerte, sin perder sus cualidades que le hacen sentir hombre. Pero ahora una catástrofe natural nos puede, somos una mota en el universo, débil y movida por el viento que nos traslada a su antojo. El hombre se compone de cuerpo y mente y su objeto a perseguir es seguir vivo. Está claro que día a día lucha por ello mientras forma parte de la naturaleza y cultura, enculturándose desde que nace hasta que muere. Y hablar de cultura supone hacer mención a Tylor, quien acuñó una de las definición clásicas de cultura, y entendía así la cultura como: “ese todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre en cuanto miembro de una sociedad”. La crisis del COVID-19 formará parte de nuestra enculturación, adquiriendo pautas, comportamientos, nuevos conocimientos y desarrollando formas de socialización nuevas. Porque no podemos dejar de hacerlo, el ser humano es un ser social por naturaleza, ya lo dijo Aristóteles y por ello necesita relacionarse con otros para sobrevivir. El ser humano es un ser social por naturaleza, y el insocial por naturaleza y no por azar o es mal humano o más que humano (…). La sociedad es por naturaleza anterior al individuo (…) el que no puede vivir en sociedad, o no necesita nada para su propia suficiencia, no es miembro de la sociedad, sino una El laberinto del coronavirus... 103 bestia o un dios (El hombre es un ser social por naturaleza4. En la sociedad el individuo marca el inicio y el fin de una etapa, porque es él el protagonista de su medio. Tal vez podamos definir una nueva civilización que ahora está presente y marcará su inicio con el fin y supervivencia de esta pandemia mundial. Según Barbolla (2011): Si hemos de definir el término “Nueva Civilización”, decir que representa la constatación de la interrelación entre las distintas culturas del planeta generando cercanías que nos permiten hablan de un único marco civilizatorio para comprender la cultura real de la humanidad en el comienzo del tercer milenio. Un paso decisivo se ha producido en nuestro tiempo: el mutuo conocimiento de todos los pueblos del planeta, los retos comunes y la respuesta conjunta ante ellos; más que nunca y de forma sustantiva los seres humanos estamos “condenados” a entendernos, y es precisamente esta constatación la que nos permite ser más grandes, más fuertes ante los retos de todos, ante el reto que nos impone la vida para seguir formando parte de ella. (Barbolla, 2011, p. 22). Existen diferencias, diversidad, globalidad... pero es que “el bosque sería muy triste si sólo cantaran los pájaros que mejor lo hacen” (Rabindranath Tagore). Por ello sigamos viviendo y no olvidemos lo vivido porque así podremos ser siempre mejores. 4 Recuperado de: https://www.culturagenial.com/es/el-hombre-es-un-sersocial-por-naturaleza/) 104 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Bibliografía. Barbolla Camarero, D. (2011). Una Nueva Civilización surge, está ya presente, entre nosotros. En Barbolla Camarero, D. (Ed.), Migraciones latinoamericanas en la Nueva Civilización. Conformando identidad (pp.19- 27). Madrid: Biblioteca Nueva. González, C. (2013). La estética como un “deber ser”. Revista digital Punto Vital. Recuperado de https://www.puntovital.cl/estetica/corporal/canones_belleza.ht m Lerma Cruz, C. E. (2017). Rituales de consumo y su relación con la construcción de identidad personal y social. En Herrero Gutiérrez, F. J. y Mateos Martín, C. (coords.), Del verbo al bit (pp. 1583-1613). Sociedad Latina de Comunicación Social, Tenerife. Sobre la autora. Azahara Romero Sanz es Maestra y Licenciada en Antropología Social y Cultural por la Universidad de Extremadura, con Máster Universitario en Investigación en Ciencias Sociales y Jurídicas, especialidad en Ciencias de la Educación. Posee además el Máster Universitario en Antropología Social, especialidad en Bienes Culturales, y el Máster Universitario en Formación del Profesorado en Educación Secundaria en la especialidad de Geografía e Historia. Actualmente es doctoranda en la Universidad de Extremadura, y sueña con ver publicada su tesis y convertirse en doctora. Sociología de las relaciones familiares e intergeneracionales en periodo pandémico Santiago Cambero Rivero Universidad de Extremadura [email protected] Resumen. Este artículo muestra distintos mapas sociales sobre los impactos de la crisis sanitaria provocada por el COVID-19 en la célula básica del cuerpo social, la familia. Un periodo pandémico a escala global que ha trastocado las estructuras y dinámicas familiares, al menos temporalmente, descubriendo otras formas de sociabilidad e interacción personal. Padres, madres, hijos, hijas, abuelos y abuelas, entre otros, se han visto llamados a establecer nuevas formas de cooperación para mantener unos estándares de calidad de vida que preserven el bienestar familiar. Sin duda, las brechas sociales ya existían antes del confinamiento doméstico, y que ahora se agravan por las limitaciones impuestas por el Estado de Alarma en España y otras figuras jurídicas similares en distintos países del entorno. La civilización occidental ha sido atacada por un virus, y debe prevenirse de otros que afecten a los sistemas sociales, para su supervivencia en la próxima realidad. La familia, las relaciones entre generaciones son más que nunca la tabla de salvación para sociedades acostumbradas a unos valores y actitudes sociales, que deben adaptarse a las exigencias de nuevos escenarios de la era PosCOVID-19. Era PosCOVID-19: Cambio familiar. ¿Cambio de época o época de cambio? Empiezo con esta cuestión para contextualizar como el periodo de confinamiento y la desescalada está modificando nuestras formas de pensar, sentir y actuar. Se abre una nueva cosmovisión aplicable a cualquier ámbito de las sociedades occidentales y foráneas. 106 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 El cambio social más evidente provocado por la crisis sanitaria del COVID-19 está siendo la relevancia adquirida de las competencias digitales para la gestión de los asuntos personales, profesionales o académicos, entre otros, y la conciencia ecológica para evitar problemas ambientales que afecten nuevamente a la salud pública. Esta pandemia global está siendo un aprendizaje continuado y colaborativo de la ciudadanía en general sobre la importancia de construir sociedades más inclusivas, solidarias y sostenibles que refuercen el Estado de bienestar para paliar los efectos de brechas sociales existentes antes de esta crisis, y que ahora muestran su peor cara de desigualdades y fracturas sociales. En las sociedades democráticas nadie puede quedarse atrás, cada cual según sus capacidades y las ayudas requeridas para lograr metas comunes, como sería la plena democratización del progreso social. Una de las enseñanzas manifiestas por esta crisis sanitaria con consecuencias sociales y económicas es la capacidad de movilización solidaria de la sociedad civil para ayudar a quienes más lo necesitan en situaciones de crisis. Ya ocurrió en la anterior crisis económica-financiera de 2008 en el seno familiar cuando gracias a las ayudas monetarias de las personas mayores muchas familias jóvenes amortiguaron los efectos devastadores en sus débiles economías domésticas. Ahora, la solidaridad entre generaciones se observa durante el confinamiento doméstico, cuando las personas jóvenes y adultas se quedan en sus casas para prevenir la propagación del virus que pueda afectar a sus mayores. Este ejercicio de civismo pone en valor la solidaridad entre generaciones tan distintas, pero que se comprenden y comparten espacios de sinergias y cooperación para transformar realidades. Un ejemplo, el voluntariado intergeneracional que se observa entre personas jóvenes y adultos mayores en tantos pueblos y ciudades en España, que potencian el altruismo, la creatividad Sociología de las relaciones familiares e intergeneracionales en periodo pandémico 107 y la innovación social para afrontar éste y otros desafíos en las mejores condiciones posibles. Quizás a las personas mayores se les tenía olvidados, o mejor dicho, invisibilizados, y esta crisis ha reincorporado la importancia social de la causa sénior, tras siglos desplazados por el halo positivo juvenil y la axiología preponderante en la civilización Occidental. Tengo la impresión, que quienes cumplen los 65 años vienen sufriendo actitudes y comportamientos edadistas, que es la discriminación social por la edad –después del racismo y el machismo como formas de exclusión social en Europa-, de modo que se tienen ideas preconcebidas, estereotipadas y prejuicios sobre este segmento creciente de la población española. No todos los adultos mayores son pobres, tristes, enfermos, dependientes, solos,…, hay una variedad de biografías que demuestran la diversidad humana en la generación del BabyBoom en España y el resto de países europeos. Parece que únicamente reconocemos el valor de la abuelidad cuando está en suspenso en tantos hogares familiares, como está ocurriendo tras el Estado del Alarma decretado y prorrogado, dado que no es posible que los abuelos y principalmente las abuelas puedan continuar prestando ayudas en la crianza y atención de nietos y nietas. Las personas mayores representan capital social, útil para que las sociedades avancen en las mejores condiciones posibles, que debe complementarse con las aportaciones de otras generaciones jóvenes para generar lo que denomino “huella generacional” en los entornos socio-comunitarios, profesionales, laborales, académicos,…, en cualquier organización que potencie el impacto de la suma del talento sénior y el talento junior, el know-how, es decir, los conocimientos, destrezas y habilidades de los adultos mayores añadidos a la creatividad, emprendimiento e innovación que impulsan los jóvenes de hoy. 108 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Las familias españolas están padeciendo alteraciones en sus vidas cotidianas, que en algunos casos genera estrés familiar debido a la alteración de rutinas y hábitos entre los adultos. En estos momentos de confinamiento, la abuelidad está en suspenso por decreto gubernativo, y somos más conscientes del valor social y monetario de esta subrogación de tareas domésticas y familiares. A pesar de tales circunstancias, las relaciones familiares y las interacciones intergeneracionales se mantienen desde el distanciamiento interpersonal impuesto, a través de las tecnologías de la información y la comunicación, demostrando que no son patrimonio de la población juvenil, sino que los adultos mayores han debido alfabetizarse digitalmente en tiempo record para estar online con sus familiares a diario. Sin duda, el hecho de fomentar la convivencia intergeneracional más que nunca serán necesarios en las políticas públicas de inclusión e igualdad etaria, a fin de lograr sociedades más cohesionadas socialmente. Este será uno de los cambios posibles en las familias en España, cuando estemos inmersos en la nueva era posCOVID-19. #YoMeQuedoEnCasa Dada las circunstancias inéditas y extraordinarias de esta pandemia global por el brote del nuevo Coronavirus, resulta evidente que debamos actuar con mayor empatía y solidaridad ante los problemas individuales y colectivos derivados de este momento crítico para la humanidad. No quisiera ser agorero, pero me sumo a las previsiones de los expertos que advierten de los efectos perjudiciales en las economías nacionales y familiares, que pondrán en jaque los vigentes modelos de producción y consumo. Quizás esta crisis que afecta a la salud pública, al corazón de la misma vida humana, nos obligue a reconsiderar seriamente los Sociología de las relaciones familiares e intergeneracionales en periodo pandémico 109 estilos de vida practicados hasta la fecha, dada su incompatibilidad con el devenir de los acontecimientos. En los últimos años hemos escuchado voces críticas de científicos, artistas y activistas, más o menos populares, que proponen micro/macro-cambios para evitar los efectos de los graves riesgos para la seguridad medioambiental que afecta a la Pachamama –denominación como diosa totémica de los incas-. Hoy son opciones, pero mañana serán obligaciones si pretendemos pervivir como especie junto a otras en los ecosistemas de este planeta azul, que se ennegrece de polución por nuestras actividades contaminantes. Ante tal atmosfera infectada por virus, bacterias o parásitos transmisibles entre cualquiera, sin diferencias de etnia, nacionalidad y/o clase social, convendría vacunar a los gobernantes para que fueran conscientes de los riesgos provocados por ismos frentistas y catastróficos para el cuerpo social. Estoy recordando a los negacionistas en la lucha contra el calentamiento global, en su mayoría líderes de potencias mundiales como EEUU, Rusia o Reino Unido, que ahora deberán reconocer el estado de emergencia para aislar a sus conciudadanos, si quieren gestionar con inteligencia política esta pandemia contemporánea. Por suerte, hay otros líderes políticos comprometidos con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que contempla los 17 ODS que estimulan el refuerzo de los Estados de bienestar, que salvan a personas, especialmente a las más vulnerables de la pobreza, la desigualdad o la exclusión social. Tras esta crisis sanitaria, económica y social, nadie estará exento de los daños directos y colaterales, como aprendimos del colapso financiero de 2008. Las grandes y pequeñas tragedias vendrán después de la contención del coronavirus, la vuelta a una nueva normalidad tras la emergencia sanitaria. Así, desde la sociología de lo cotidiano 110 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 se observa como retrocedemos hacia sociedades quebradas por brechas sociales, asépticas sin crítica al pensamiento único, duales entre ricos y pobres sin clase media, atomizadas por el neoindividualismo, infoxicadas por fake news, alexitímicas sin sentimientos compasivos o similares, divididas por bandos antagónicos, en definitiva, sin cohesión societaria, y quizás más inseguras antes riesgos desconocidos. Entre tanto, las sociedades civiles se movilizan de forma espontánea para ejercitar la solidaridad con los más desfavorecidos a fin de poder aplanar la otra curva del COVID-19, la calificada como curva social de las personas que tienen dificultades para adquirir alimentos, pagar sus facturas de gastos corrientes domésticos, hipotecas o alquileres, comprar medicamentos o cualquier otra situación que deteriora la calidad de vida personal y familiar. Las personas con discapacidad, dependientes, desempleadas de larga duración, mayores en soledad, sinhogarismo, menores sin protección, mujeres violentadas, jóvenes drogodependientes, exreclusos,…, pueden dejar de ser grupos de riesgos de exclusión para convertirse en víctimas de conflictos sociales, que degeneren en guerras noconvencionales con impactos civiles y ambientales irreversibles. Y no es cuestión de ser catastrofista, sino realistas ante las adversidades de la próxima realidad… Ojalá esta llamada de atención, como otras muchas más, evidencie lo que deberíamos saber a estas alturas de la situación vivida en este tiempo complejo y convulso. Habrá muchos desafíos a alcanzar como sociedades, más o menos desarrolladas, pero cada persona debiera cambiar hábitos cotidianos para la transformación colectiva. Somos nuestra propia medicina para curar enfermedades de cualquier etiología que afecten a la salud pública, de ahí la importancia de la prevención, diagnóstico y tratamiento de las patologías sociales. Para tal fin, una pedagogía social es la mejor vacuna para aprender de los errores, fomentando la acción educadora Sociología de las relaciones familiares e intergeneracionales en periodo pandémico 111 de la sociedad en general frente a los brotes infecciosos del miedo y la ignorancia que parece expandirse día a día. Ahora nos quedaremos en casa -por responsabilidad y disciplina social como ordena la autoridad gubernativa-, o no en aquellos casos que continúen prestando servicios profesionales para atender nuestras necesidades básicas; pero después tendremos que tomar conciencia y salir a la calle con mirada compasiva y empática con quienes más sufran los efectos colaterales de esta pandemia, y sus sucesivas crisis económica y social en España y Europa. ¿Virus edadista? En otro orden de fenómenos sociales observables en este periodo pandémico, señalaría el alza de la discriminación social por la edad transmitido a la opinión pública a través de los medios de comunicación en España. Basta comprobar cómo en el inicio de la crisis sanitaria, la gestión de la información publicada a través de los medios de comunicación social evidenciaba una cierta escasa sensibilidad social en algunos casos, cuando se estuvo transmitiendo las cifras de fallecimientos, infectados y altas hospitalarias en los inicios. Me ceñiría a los resúmenes de muertes provocadas por el COVID-19, que parecen enfatizar sobre los tramos de edad de los fallecidos, mayoritariamente personas de edades avanzadas y residentes de centros geriátricos. Estos datos veraces, que no deben ser ocultados a la opinión pública, podrían provocar una doble visión social que explicaré a continuación. Por un lado, una visión reduccionista y paternalista de la problemática de personas mayores residentes en tales centros, bien en estado de dependencia o bien de fragilidad, como segmento de la población vulnerable al COVID-19. Estos mensajes, al menos en las primeras semanas del 112 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 confinamiento, parecían no reconocer a las personas mayores como miembros de nuestras familias, olvidando en algunos casos sus aportaciones al bienestar familiar, que siempre ha resultado invisible al no contabilizarse en el PIB o cualquier tipo de indicador socio-económico similar. En esa observación social pareciese que hubiera familiares que se sintieran culpables del ingreso previo a esta emergencia sanitaria de sus ancianos en residencias geriátricas. Evidentemente, nadie debería tener tales sentiemientos encontrados ante la enfermedad de los adultos mayores, ya sean viviendo en sus propios hogares como en estos establecimientos especializados en la atención y cuidado a personas en edades avanzadas. Es la realidad de la institucionalización de la vejez, que ha demostrado la necesidad de modificar los procedimientos de atención más focalizados en la persona en aras dignificar sus vidas. Y por otro, destacaría el papel de las TIC como herramientas de comunicación telemática entre familiares, especialmente entre abuelos y nietos, que han permitido adaptar a dos generaciones distintas al uso de los dispositivos móviles y sus aplicaciones para contactar virtualmente. Una revolución socio-tecnológica acelerada dadas las circunstancias extraordinarias del ataque al corazón de la salud pública. Por suerte, se han podido mantener las relaciones de afecto desde la distancia entre familiares en una época cambiante en la que las TIC desempeña un eje principal en nuestras vidas, con independencia de la edad de los usuarios. Ante tales hechos sociales, estoy convencido que las generaciones jóvenes comparten su capacidad de manejo de las tecnologías digitales con las generaciones vetustas. El cerebro humano que está compuesto por los mismos neurotransmisores heredados de nuestros antecedentes, mantiene similares procesos bioquímicos en esta masa gris. Sin pretender ser neurocientífico, comprendo como la evolución humana hacia escenarios más complejos y Sociología de las relaciones familiares e intergeneracionales en periodo pandémico tecnificados permiten observar indescriptibles hasta ahora. ciertos 113 comportamientos En esta coyuntura crítica se detectan elementos del proceso de construcción social de un relato irreal sobre un virus edadista, en el que la mente humana apoyada por la innovación tecnológica parecía restringir exclusivamente el contagio y los fallecimientos provocados por el COVID-19 entre las personas de edades avanzadas. Esa es la realidad de los decesos contabilizados y perfilados según las características socio-demográficas en España y en otros países del entorno afectados por esta crisis sanitaria. Pero al margen de esas evidencias científicas, se ha producido en paralelo en el mundo celular y cibernético un trato injusto humanamente hacia la vejez, del que muchas personas han estado participando en la recreación de mensajes desinformados y new fakes, que acrecentaban el estado de inseguridad y desconfianza hacia lo que veíamos, escuchábamos y leíamos a diario en medios informativos convencionales y digitales. Por suerte, hubo un giro mediático a partir de las primeras semanas, de modo que empezamos a conocer la historia de superación de personas mayores de 70 años, incluso de centenarias en nuestras localidades, que oxigenaban el ambiente mediatizado con noticias falseadas. El resultado había sido que el COVID-19 fuera un virus edadista, consecuencia de la generación desde nuestras redes neuronales para su rápida expansión cerebral a escala global. Nuevamente, el ser humano contra el ser humano, como diría Hobbes. Finalizo cuestionando: ¿Cómo será el hombre y la mujer en la era posCOVID-19? Una cuestión difícilmente contestable hoy desde esta tribuna para un simple observador social. Desde luego, no creo en una Humanidad 2.0, pero si en un nuevo tiempo de logros compartidos por quienes han sabido cooperar para hacer realidad metas de bienestar general tras 114 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 las adversidades de una pandemia global. De ahí, que quisiera tener la certeza que seremos más felices, pues sabremos cómo afrontar los retos colectivos con más seguridad y respeto, sin agresiones a otros seres vivos. Donde el consenso descarte al conflicto. Además, podremos alcanzar un nivel de inteligencia emocional superior como personas no dependientes de psicofármacos que narcotizan la conciencia humana. Una sociedad híbrida que conviva en igualdad de condiciones en espacios protegidos de cualquier embate medio ambiental. Así, las leyes e instituciones tendrán una función subsidiaria, ya que las relaciones sociales se guiarán por usos de ciudadanía. No sé, quizás sea una utopía existencial, pero vale la pena seguir soñando por un mundo mejor para todos y todas. Abuelidad en suspenso. Como decía, este periodo de aislamiento doméstico está afectando al desarrollo de las actividades de la vida diaria de cualquier persona. El hecho de recobrar la normalidad social será un proceso gradual, no exento de dificultades, que convendría que las autoridades fueran ofreciéndonos orientaciones psicosociales para la desescalada anhelada en cada una de sus fases. Ya somos conscientes que un país como España, avanzará de forma desequilibrada territorialmente en la transición hacia la “nueva normalidad”, que prefiero denominar como “próxima realidad”. Este concepto parece más adecuado, por su neutralidad en la acepción menos frentista entre lo viejo y lo nuevo, además de entre la normalidad y la excepcionalidad vivida durante estos tiempos convulsos. Como decía, el confinamiento ha evidenciado fenómenos sociales significativos por su interés científico desde la perspectiva de las Ciencias Sociales. Esta excepcionalidad ha trastocado la cotidianidad individual y familiar, especialmente Sociología de las relaciones familiares e intergeneracionales en periodo pandémico 115 entre los miembros de dos grupos etarios como son las personas en edades avanzadas y los menores de edad. Como sociólogo cuestionaría a las familias: ¿cómo se viven las relaciones entre abuelos y nietos desde la distancia social impuesta? Estoy convencido que muchas respuestas coincidirían en uno fenómeno observable como es la abuelidad en suspenso. Entendiendo, la abuelidad como el conjunto de ayudas materiales e intangibles en la crianza y la atención de los nietos, que situaría a los abuelos como agentes del bienestar familiar. Un capital social no ponderado por indicadores, invisibilizando el valor monetario y la rentabilidad social del conjunto de prestaciones favorables al bienestar familiar. ¿Qué se define como abuelidad? Este concepto representa una relación material y simbólica entre nietos y abuelos que establecen un fuerte vínculo vital, al margen de otras relaciones entre familiares adultos. Me atrevería a calificar que estaríamos ante una revolución de la abuelidad, dado el soporte de ayudas económicas y prestación de servicios imprescindibles para el mantenimiento de hogares compuestos por familias jóvenes con hijos en España. Los efectos de esta revolución se observan especialmente en periodos de crisis económicas y en el medio urbano donde se requieren más apoyos para realizar en condiciones óptimas las tareas de atención y cuidados a menores. Así, la abuelidad incorpora a adultos mayores a la crianza compartida o cocrianza de nietos, de modo que se produce una estrecha relación intergeneracional entre babyboomers y generación Z, que quizás no se había observado en ciclos históricos anteriores. Quizás para algunos investigadores sociales la abuelidad supondría una vuelta antropológica a la tribu primitiva en la que convivían personas de distintas edades y generaciones 116 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 compartiendo recursos familiares y comunitarios; pero en la sociedad postmoderna se basa en una relación equitativa y solidaria entre dos etapas del ciclo de vida humano, como son la infancia y la vejez, que se encuentran por las circunstancias familiares y societarias. Si cuantificáramos la contribución de la abuelidad al Estado de bienestar en España, observaríamos como el PIB y el crecimiento económico se incrementa por cada tarea doméstica que realizan las abuelas y los abuelos en tantos hogares de hijos e hijas, sin remuneración económica alguna. En definitiva, se trata de una práctica de solidaridad intergeneracional favorable al bienestar familiar. Pongamos por caso, el fenómeno creciente de la pobreza infantil y su transmisión hereditaria familiarmente, siendo en ocasiones paliada por los ingresos económicos de adultos mayores que reciben pensiones de jubilación para mantener familias de jóvenes progenitores sin empleo, ni cualificación profesional adecuada para la inserción laboral. Resulta interesante analizar este fenómeno de la abuelidad en el contexto de cambios estructurales en las familiares desde distintas perspectivas del conocimiento, desde la Economía hasta la Sociología, pasando por la Pedagogía o la Demografía. En especial, la abuelidad puede seguir cumpliendo sus beneficios familiares y societarios, o quizás ser sustituidos por otras personas o incluso humanoides domésticos en las próximas décadas. Todo un reto para una sociedad envejecida con familias cambiantes en la era posCOVID-19. Retomando la realidad pandémica en la que la abuelidad ha quedado en suspenso durante el Estado de Alarma, provoca la alteración en las dinámicas familiares para la conciliación de la vida familiar y profesional. De manera que estas circunstancias extraordinarias están mermando la calidad de vida en muchos hogares en España, especialmente en los hogares monomarentales que solían contar con menos redes de apoyo familiar antes de esta crisis sanitaria. Sociología de las relaciones familiares e intergeneracionales en periodo pandémico 117 La otra cuestión relacionada con la anterior sería: ¿se están deteriorando las relaciones intergeneracionales en el seno familiar durante el confinamiento? Responderé con la hipótesis de una posible explosión de afectos entre familiares, primordialmente entre abuelos y nietos una vez transcurra este aislamiento social. Haciendo un juego de palabras, lo definiría como “Estado de Afecto”, dado que supondrá la recuperación máxima de este tiempo sin contacto físico para expresar emociones y sentimientos entre familiares. En conclusión, estas semanas de reclusión doméstica no estaría generando desapego afectivo entre abuelos y nietos, todo lo contrario, se estarían descubriendo otras formas de sociabilidad e interacción social, gracias a los avances tecnológicos de la telefonía móvil y otros dispositivos electrónicos. Demostrando así, que los adultos mayores se han alfabetizados digitalmente en tiempo record para estar online familiarmente, y con las mismas competencias tecnológicas que los más jóvenes. Mayorescencia. Como consecuencia de los cambios de roles en las familias, comentaba como las personas mayores está siendo el foco de atención pública en las últimas semanas por la letalidad de este Coronavirus en este grupo de población vulnerable en España. Pero también parece que los abuelos representan una ciudadanía activa y comprometida, que siempre intervino como agentes de bienestar familiar, como explicaba. De ahí que surja una nueva definición social de la vejez, que conceptualizo en el neologismo “mayorescencia”, haciendo referencia a la generación de baby boomers que están originando nuevas caras en las sociedades occidentales por su capacidad de resiliencia, adaptación al cambio y aprendizaje a lo largo de la vida. Se trata de una generación 118 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 que lo ha dado todo y lo sigue ofreciendo sin esperar nada a cambio, por conciencia individual y responsabilidad social. Y es que nadie dudará que somos lo que somos gracias a estas personas, madres y padres de la democracia conquistada tiempo atrás en nuestro país. Justamente, antes del inicio de este periodo pandémico, los nietos que pertenecen a la categorizada como “generación Alfa” jugaban con frecuencia con los dispositivos electrónicos disponibles en los hogares, y que resultaban objetos de atención para los abuelos. Este sería el mejor ejemplo de penetración y alfabetización tecnológica entre personas de distintas generaciones en el ámbito de las TIC. De manera recíproca, estos adultos estaban transmitiendo otros valores, conocimientos y habilidades, propias de otra generación, a estos menores, favoreciendo un aprendizaje intergeneracional de respeto y convivencia en igualdad, a pesar de las diferencias etarias. Los mayorescentes tienen otros perfiles y preferencias en sus vidas que no se habían observado en generaciones anteriores en nuestro país. Quizás los nietos no lleguen a ocuparles tanto tiempo como sucede en la actualidad, cuando avancemos en domótica, servicios de teleasistencia, telemedicina y nuevos sistemas de cuidado infantil o sénior. Será otro momento socio-histórico que marcará otro orden de necesidades y expectativas familiares. Es una revolución tecnológica que está pendiente para cambiar nuestras formas de convivencia socio-familiar, y que puede emerger en la próxima realidad PosCOVID-19. Generación PosCOVID-19. Como manifestada en epígrafes anteriores, más que nunca hay que demostrar el patriotismo, que no el oportunismo partidista, mediante el consenso político para superar esta coyuntura de crisis sanitaria, económica y social, y reconstruir Sociología de las relaciones familiares e intergeneracionales en periodo pandémico 119 unidos un país como España. Es evidente que esta excepcionalidad impacta desigualmente según persona y adscripción al segmento de población, aunque sea evidente que el COVID-19 es democratizador por afectar a hombres y mujeres, jóvenes o ancianos, habitantes del hemisferio Norte o Sur. Pero a la par, se puede observar las reacciones de determinados sectores políticos, sociales y mediáticos que pretenden fraguar un estado permanente de incertidumbre y malestar en la sociedad española tras semanas confinados en nuestros hogares. De ahí, la importancia de tomar conciencia individual sobre el momento presente, cada acontecimiento diario, las decisiones institucionales al minuto, las evidencias científicas validadas y refutadas, las relaciones interpersonales mantenidas, los problemas sociales emergentes… en definitiva, nuestras propias preocupaciones y expectativas. Considero que en tiempos convulsos y extraños como los vividos, destacaría la importancia del liderazgo de la sociedad civil organizada para prevenir el contagio de otros virus perjudiciales para el sistema social, que inoculan desesperanza e impotencia para afrontar tantos imprevistos. En ese sentido, resulta estratégico que los poderes públicos focalizaran más la atención en la población juvenil mediante políticas que estimularan los procesos de autodesarrollo y formación académica y profesional, permitiéndoles así poder atisbar un horizonte para sus proyectos futuros. De no intervenir convenientemente en tal dirección apuntada, corremos el riesgo como sociedad de romper sueños juveniles de toda una generación PosCOVID-19. Las anomalías presentes condicionarán la cosmovisión de los jóvenes de hoy, especialmente en la transición hacia la adultez para construir esa próxima realidad de incertidumbres. Podríamos tener la tentación de definir de modo sesgado a la totalidad de quienes integran la generación Z o Post- 120 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Millennials en términos ambivalentes, sin tener en cuenta las condiciones particulares en un escenario de fobias sociales, descrédito hacia las instituciones, baja autoconfianza, desmovilización social, auto-percepción de excluidos,…, en resumen, de un conjunto de jóvenes atónitos ante un futuro incierto y adverso. Por tanto, debemos partir de una realidad juvenil diversa y heterogénea que se caracteriza por situaciones de desventaja respecto a otras generaciones actuales. La mayoría de los jóvenes de hoy deben permanecer en el hogar de sus progenitores dependiendo materialmente de sus familias, incluso trabajando de forma eventual, mientras que otros deben abandonarlo de modo prematuro para buscarse la vida y sobrevivir como pueden en una sociedad adultocéntrica. Con este panorama juvenil, imaginémonos el impacto del confinamiento en las relaciones familiares protagonizadas por jóvenes durante estas semanas de confinamiento, que en algunos casos podrían ser aptas por razones de confortabilidad, frente a otras insoportables por distintas carencias materiales y tensiones interpersonales. En general, se trata de una generación que coopera y comparte relaciones emocionales con familiares, optando por el retraso emancipativo respecto a una placenta familiar que les garantiza bienestar sobre el que construyen su identidad juvenil. Un contrasentido biológico condicionado por las condiciones socio-económicas que impide que los jóvenes cuenten con recursos monetarios suficientes para la adquisición de viviendas donde transición hacia la adultez y desarrollar proyectos de vida. Por todo ello, insisto en la necesidad que los responsables públicos se comprometan más que nunca en la plena integración social de esta generación PosCOVID-19 para que optimicen las oportunidades como ciudadanía joven. En ese sentido propositivo desde lo público, focalizaría en dos aspectos vitales para los jóvenes, como son la educación y el Sociología de las relaciones familiares e intergeneracionales en periodo pandémico 121 trabajo, ambos derechos fundamentales contemplados en la vigente Constitución española. En cuanto a la educación, sugiero la revisión urgente de los procesos de enseñanza-aprendizaje practicados hasta ahora, para que puedan ser modificados desde un abordaje integral y participativo con todos los miembros de la comunidad educativa. De este modo, se permitirá la adaptación curricular requerida para ofrecer más oportunidades (pensamiento crítico, compromiso social, cuidado y autocuidado,…), orientado por competencias, para lograr el éxito educativo ante los nuevos escenarios socio-familiares. Por tanto, hay que repensar la escuela glocalmente, guiado por el nuevo paradigma de aprender localmente para vivir globalmente, teniendo en cuenta los Objetivos de Desarrollo Sostenible en lo relativo a la educación inclusiva y de calidad. Un cambio pedagógico y tecnológico que favorezca la digitalización en los espacios escolares que garanticen la equidad educativa, aplicando más innovación educativa con nuevas metodologías didácticas que ponga en valor a las comunidades educativas. Sobre el futuro del trabajo, resulta necesario el consenso político con los agentes sociales para una gran reforma del mercado laboral que afronte los retos en base a más dignidad para los trabajadores en la próxima realidad social y económica del siglo XXI, condicionado por la digitalización, la globalización y las transformaciones de la organización productiva postindustrial. Como apuntan los expertos, se debe potenciar la contratación indefinida, intensificar las medidas de conciliación laboral y familiar mediante la reestructuración de los tiempos y horarios laborales, apostar por la colaboración público/privada en la intermediación y formación, entre otras medidas posibles en la adaptación del modelo sindical y empresarial a la próxima realidad. Por consiguiente, el acceso al trabajo en condiciones dignas es básico para frenar las situaciones precarización y eventualidad laboral que padece especialmente la población juvenil actual en nuestro país. 122 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Al igual que el edadismo afecta a las personas mayores según se ha manifestado en este periodo pandémico, también perturba a la juventud. Está demostrado que las experiencias vividas durante los años de vida en la adolescencia y la juventud conforman una cosmovisión compartida por una generación, dado que las condiciones de vida moldean la existencia de los hombres y mujeres de mañana. Por consiguiente, el impacto variable del COVID-19 condicionará sus biografías, esperando que sean ellos y ellas quienes sean capaces de alzar sus voces contra tantas injusticias sociales y ecológicas, desaprendiendo formas de pensamiento anquilosadas e infructuosas para los nuevos tiempos. La generación PosCOVID-19 requiere otras competencias, habilidades y destrezas para construir un mundo diferente. Tengo esperanzas que así será, pues quizás entonces, progresaremos en buen rumbo para la próxima realidad. Solidaridad intergeneracional. Todos estos cambios profundos enumerados en el seno familiar con efectos generacionales en la era PosCOVID-19 deberían ir acompasado con una cierta pedagogía social para que fuéramos conscientes del antes y después motivado por esta pandemia transformadora de la realidad global. Más allá de discursos catastrofistas, considero que estas circunstancias extraordinarias forjaran la memoria colectiva de las próximas generaciones a lo largo del siglo XXI. Como observador social ya he pronosticado que las biografías más impactadas por este periodo pandémico son las generaciones de personas mayores y menores. Por un lado, por los resultados de letalidad en segmentos de la población vulnerables por edades avanzadas, y por otro, por las secuelas psicológicas en cerebros infantiles faltos de estímulos adecuados en su socialización primaria y secundaria. Abuelos y abuelas con nietos y nietas que deben Sociología de las relaciones familiares e intergeneracionales en periodo pandémico 123 mantener sus relaciones desde la distancia física impuesta, que como decía está siendo paliada por las TIC, evitando cualquier deterioro en los sentimientos recíprocos entre sendas generaciones. Los adultos futuros, hoy niños y niñas, rememorarán esta experiencia vital de incertidumbres y miedos compartidos, pero también como días de pensamientos y emociones positivas tras descubrir que este tiempo prorrogado permitió reconocer al vecindario, recuperar aficiones y reinventar otras, revivir las relaciones familiares, recrear un mundo mejor desde la imaginación de pequeños y mayores en los hogares… ¿Qué más podemos pedir? Ciertamente, cada familia está expuesta a distintas estados de bienestar como se explicaba, y que ahora toma más relevancia en unas administraciones públicas esforzadas en la reconstrucción de una sociedad dañada en la salud pública con efectos directos y colaterales en otros ámbitos societarios. La colaboración es necesaria para lograr unos estándares de vida democratizadores que frenen el avance de patologías sociales como la discriminación racista, sexista y edadista, además de distintas formas de violencia estructural en España. Concluyo este epígrafe, aplaudiendo el comportamiento sobresaliente de peques y mayores en los hogares, ejerciendo con disciplina y responsabilidad social ciertas prácticas de solidaridad intergeneracional frente al COVID-19. La infancia ha aprendido la importancia de la solidaridad entre generaciones para afrontar los desafíos de una sociedad envejecida que cuide de nuestra vejez. Los niños y las niñas, testigos de este cambio de época, serán los líderes en la nueva arquitectura de barrios, pueblos y ciudades amigables para todas las edades. 124 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Demografía del PosCOVID-19. Al igual que en las últimas décadas hubo una incorporación progresiva del enfoque de género en distintos ámbitos de la sociedad, habrá otro enfoque que debiera imponerse por justicia social en las políticas públicas y prácticas sociales en la era PosCOVID-19. En un contexto de diversidad intergeneracional, como reflejan los indicadores socio-demográficos, resulta necesario que se promuevan espacios de participación y cohesión entre personas de distintas edades. El envejecimiento de la población es una conquista social universal, dado el hecho de que convivan personas de hasta cuatro o cinco generaciones (Babyboomers, generación X, Y, Z y Alfa) bajo el mismo techo de hogares, a pesar de las diferencias entre países y dentro de cada país en cuanto a las condiciones de vida. Esta madurez demográfica refleja la progresiva mejora en las condiciones de vida de millones de personas por factores sociales, personales y ambientales (avances sanitarios, conocimiento científico, desarrollo tecnológico, alimentación y nutrición, estilos de vida,…), a pesar de las diferentes expectativas de vida en cada población como indicador de desarrollo humano (vida larga y saludable, adquisición de conocimientos y disfrute de vida digna). En este escenario las personas jóvenes y mayores están llamadas a reestablecer sinergias entre generaciones para progresar de cara a la próxima realidad. Aun siendo grupos etarios vulnerables socialmente, ya sea en el caso de jóvenes en situaciones de precariedad y eventualidad laboral, dificultades de acceso a la vivienda, marginación social,…, como entre adultos mayores en riesgo de pobreza y exclusión social, deben afrontar los tiempos venideros con un cambio de mentalidad que trastoque las estructuras sociales y económicas que hasta ahora condicionaban sus escalas de bienestar individual y familiar. Sociología de las relaciones familiares e intergeneracionales en periodo pandémico 125 En general, las personas mayores aportan capital social por su experiencia de vida a lo largo del ciclo de vida. La juventud y la vejez, como estados biopsicosociales diferenciados, poseen multiplicidad de experiencias biográficas, pero complementarias como aprendizajes para el ser humano. De ahí que esta pandemia ha demostrado la necesidad de nuevos para la convivencia entre personas de distintas edades afines para progresar en conjunto. Es momento para reflexionar sobre las distintas brechas sociales, que se evidencian más que nunca en situaciones de crisis, para cambiar todo tipo de paradigmas, especialmente en lo concerniente a las fracturas entre personas de distintas generaciones, el “nosotros frente al ellos”. Unas prácticas normalizadas sobre la nueva división social del trabajo, las relaciones humanas, la actividad política, la sexualidad…, por la edad. La gravedad de estos hechos sociales es que las instituciones, y la misma sociedad civil ni reaccionemos ni intervengamos para paliar el edadismo en sociedades atomizadas y segregadas por motivos étnicos, de género o edad, entre otros. La realidad demográfica se transformará, pudiendo acelerar cambios significativos en las organizaciones sociales, económicas, políticas y culturales, dada tal pluralidad de generaciones. Es por tanto importante el hecho de potenciar lo que denomino como huella generacional, definida como el impacto organizativo ponderado de los procesos de intercambio de información y conocimiento entre las personas de distintas edades, que forman parte de equipos en la consecución de fines compartidos. La huella generacional es innovación social en las organizaciones para superar retos, transferir conocimiento entre personas de distintas edades en equipos intergeneracionales y valorizar la suma de talentos. 126 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Apostando por la generación de espacios de sinergias que sumen talentos sénior y junior se multiplicarán las posibilidades de afrontar los desafíos en condiciones ventajosas con más conocimiento, recursos y habilidades en las organizaciones. La creatividad, la innovación, el emprendedurismo, la pasión,…, no son elementos exclusivos entre las personas jóvenes, pues también los mayores mantienen esas mismas actitudes y aptitudes. En resumidas, la huella generacional prepara para la convivencia en igualdad en la pretendida sociedades para todas las edades. Aprendizaje a lo largo de la vida, gestión del conocimiento, captación y retención del talento en las organizaciones son oportunidades de hoy, pensando en el mañana de las próximas generaciones, organizaciones y sociedad PosCOVID-19. Estado de incertidumbre. Es sabido que cualquier crisis económica siempre deriva en conflictos sociales, que afectan de modo negativo a determinados sectores de la población vulnerables, que para algunos expertos formarían parte de las disfunciones propias del sistema o de los problemas estructurales en las sociedades occidentales. Una serie de daños resultado de crisis políticas provocadas por mercados financieros y productivos desregulados, que prueban la eficacia de los poderes públicos para prevenir las secuelas más graves en la ciudadanía. Estos fueron los hechos padecidos en la coyuntura de las pasadas crisis financiera, económica, política y social –por este orden cronológico, si no me falla la memoria histórica-, iniciada en EEUU en el año 2008 y que se propagó como un virus contagioso entre los distintos países interrelacionados de ambos lados del Atlántico. Los resultados ya los conocemos, pues quizás los vivimos como pudimos en primera persona en nuestros entornos familiares, laborales o institucionales. Sociología de las relaciones familiares e intergeneracionales en periodo pandémico 127 Vivimos en democracias con formas de gobierno representativo donde los representantes públicos y electos toman decisiones de interés general, siempre en el marco del Estado democrático de Derecho, y salvaguardando el conjunto de derechos y libertades individuales. Fueron nuestros gobernantes los que debieron aplicar medidas de calado público para solventar los problemas originados en los consejos de administración de empresas de sectores financieros y asegurador en 2008 y años sucesivos. Aquellas intervenciones de lo público en lo privado resultó un contrasentido, el resonado “rescate a la banca”, en aras salvar las finanzas privadas de nuestros Estados, al menos en la Eurozona. Sin duda, el pensamiento neoliberal se impuso de nuevo en Occidente, como doctrina ideológica que siempre ha considerado como contraproducente el excesivo intervencionismo estatal frente a la defensa a ultranza del libre mercado capitalista favorable al crecimiento económico. Pero aquellas fórmulas fallaron visto desde retrospectivamente, dado los costes económicos y financieros que la ciudadanía soportó mediante los resultados antisociales de aquellas nefastas políticas de austeridad. Tiempos de angustia e incertidumbre, que ahora rememoro ante las actuales circunstancias extraordinarias, aunque se trate de una crisis sanitaria con efectos sociales y económicos previsibles en los próximos meses, incluso años. Antes y ahora se evidencian las múltiples debilidades de las estructuras económicas, lo que debería orientarnos hacia la búsqueda de un cambio de modelo de crecimiento o de decrecimiento económico, que nos haga más felices. Otro debate inconcluso sobre las nuevas formas de producción, que no logra el consenso político requerido, aunque esto conllevaría grandes acuerdos industriales y comerciales con magnas multinacionales. 128 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Aunque los contextos políticos y económicos puedan diferir en matices, permanecen los mismos elementos que guían nuestros Estados miembros de la Unión Europea. Ya comprobamos que aquellos remedios públicos para superar una crisis financiera y económica, debe ir acompasados de otras acciones gubernamentales de refuerzo de los regímenes democráticos y del Estado de Bienestar, si queremos convivir en sociedades libres, cohesionadas y sostenibles. Este mensaje que pareciera ser reiterativo debe continuar transmitiéndose a la ciudadanía en general, desde la práctica de una pedagogía social, democrática y democratizadora, liderada por miembros de la mal llamada clase política y de la propia sociedad civil organizada. Pienso que en ese proceso de información cívica se debería contar preferentemente con la colaboración de las organizaciones sociales no lucrativas, el denominado Tercer Sector, como activo social que siempre ha defendido la implementación de políticas públicas de extensión de derechos y servicios a favor de sectores de la población más vulnerables. También debieran unirse los tradicionales agentes sociales con propuestas de interés general, no sectorializadas por otros intereses, junto a las comunidades universitarias, centros científicos, plataformas cívicas… por el bien común. Yo al menos estoy convencido que esa parte de la sociedad civil están ejerciendo su capacidad de movilización y reivindicación frente a conatos de recortes presupuestarios en gastos sociales a cualquier nivel territorial. Demandando un nuevo contrato social que fortalezca el Estado de bienestar frente a quienes defienden la supremacía de lo privado frente a lo público en España y el resto de Europa. Entiendo que nuestros gobernantes eviten incurrir en los errores políticos del pasado, siendo conscientes de los daños colaterales de las crisis, que siempre perjudican aquellas personas y grupos sociales más desfavorecidos por el propio sistema. De ahí, que medidas como la renta mínima vital, entre otras políticas Sociología de las relaciones familiares e intergeneracionales en periodo pandémico 129 complementarias, serán requeridas para proteger la salud democrática y el bienestar social en el marco de un renovado Estado de bienestar con nuevos derechos de ciudadanía. A pesar de los llamamientos a la reconstrucción económica y social que el Gobierno de España viene realizando desde antes de la fase 0 de la desescalada, se percibe que la ciudadanía esté preocupada por un sistema político que pueda llegar a desatender sus necesidades, demandas y expectativas. Así, se corre el riesgo de perpetuar un estado de incertidumbre en los próximos meses tras haber superado el COVID-19, generando así un cierto grado de distanciamiento y malestar social frente a los gestores de la res publica. Un sentimiento de desconfianza hacia la Política generalizable, no sólo entre segmentos de población acomodada, sino entre los más depauperados por actuaciones públicas injustas socialmente. Sabemos que los conflictos sociales desestabilizan los sistemas políticos hacia derroteros peligrosos para la convivencia democrática, y es cuando resurgen personajes políticos con mensajes populistas y demagógicos, ya aprendidos en lecciones recientes de la historia de Europa y España, con la pretensión de aplicar viejas fórmulas políticas agoreras, nostálgicas y fracasadas para hacer frente al caos social interesado por los mismos “salvapatrias”. De ahí, que frente a estos riesgos de fracturas sociales, más unidad política entre los demócratas para superar estas contingencias que afectan a la salud pública de todos y todas. Más pedagogía familiar. En unos años cuando estemos inmersos en la “nueva normalidad”, y que ahora transitamos en las fases de desescalada con incertidumbre, habremos olvidado parcialmente salvo por ciertos aprendizajes colectivos. Así, continuaremos adquiriendo conocimientos y habilidades, 130 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 además de actitudes de cambio de hábitos de consumo, tecnológico, ecológico, etc. Ojalá vislumbremos la aparición de una humanidad compartida en la sociedad post COVID-19, con otras capacidades de adaptación como especie a las circunstancias extraordinarias de esta pandemia global. La familia, célula básica de la sociedad, está afectada por esta coyuntura de crisis sanitaria que impuso el confinamiento en casa, con impactos positivos y negativos. Uno de los beneficios sería la redistribución del tiempo siempre escaso para asuntos familiares, que ha estimulado nuevas dinámicas de afectos interpersonales telematizados, apoyo en tareas escolares, reparto de tareas domésticas, disfrute de aficiones… en definitiva, compartir espacios y tiempos en familia. Pero las condiciones de los hogares difieren, de modo que sus miembros no viven igualmente este periodo de aislamiento social, dada las anteriores privaciones y los conflictos intrafamiliares surgidos en las últimas semanas. Las situaciones de las personas jóvenes, adultas o mayores están condicionadas por indicadores de bienestar familiar (educación, salud y seguridad, bienestar material, y entornos socio-familiar), que afectan duramente a menores vulnerables. Y es que la pobreza infantil ya estaba identificada en familias en dificultad antes de esta crisis sanitaria, que ahora agravará sus efectos colaterales ante la injusta crisis social. España registra una de las tasas de riesgo de pobreza infantil persistente más altas, 1 de cada 5 menores, situándonos entre los países en los que la brecha en pobreza entre población infantil y adulta es mayor, según el Alto Comisionado para la Lucha contra la Pobreza Infantil. Hogares monomarentales sin redes familiares, progenitores desempleados de larga duración, menores con discapacidades, problemas de salud mental en adultos, violencia doméstica, conductas adictivas,…, son algunos Sociología de las relaciones familiares e intergeneracionales en periodo pandémico 131 factores de riesgo de exclusión social en familias con niños y niñas por debajo del umbral de pobreza en nuestro país. El otro segmento de población castigado por el COVID-19 son las personas de edades avanzadas, a tenor de las cifras de fallecimientos con más de 17.000 en las aproximadamente 5.457 residencias geriátricas (públicas, concertadas o privadas), que equivaldrían al 67% según datos del Ministerio de Sanidad. En una sociedad familista como la española, se intentó importar los modelos anglosajón y nórdico de cuidado a los ancianos, pero el modelo mediterráneo se diseñó con sistemas de protección social tardíos y redes familiares fuertes hasta ahora. Este modelo desprotege a clases medias y usuarios sin apoyos, en un contexto de acceso a los servicios públicos bloqueado y falto de ingresos para acudir a la oferta privada, además de desequilibrios territoriales, escasos recursos comunitarios e infra-profesionalización del sector de los cuidados a domicilio. A este escenario institucional se añaden valores tendentes a la institucionalización de las personas mayores frágiles o dependientes en centros geriátricos, con el consiguiente desarraigo familiar y comunitario de las mismas. Así, los abuelos y las abuelas fueron dejando de formar parte de la familia nuclear debido a las relaciones de afecto en la distancia, ahora impuesto por el distanciamiento interpersonal que acrecentó la brecha etaria. En definitiva, se trata de prácticas edadistas que invisibilizan la vejez, desvalorizándola frente a otros estados del ciclo vital. Otro impacto familiar durante el confinamiento, fue la conversión de salones domésticos en aulas escolares improvisadas, donde los adultos en modo de emergencia adoptaron el rol docente sin maestría ni medios didácticos para tal ejercicio. La sempiterna delegación en exclusiva de la formación integral de niños y adolescentes en los profesionales de la enseñanza no puede continuar en 132 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 adelante. El futuro obligará a educar en espacios presenciales y a distancia en hogares, generando sinergias y empatías entre el alumnado, familias y docentes, valorando más que nunca la función social de la educación. De ahí que la asignatura pendiente sea la transformación de los modelos educativos a escala glocal, guiado por el nuevo paradigma de aprender localmente para vivir globalmente. Apunto la implementación de una pedagogía familiar que normalice la diversidad familiar, igualando las relaciones, los estilos de vida o los recursos disponibles en comunidades democráticas para todas las edades y generaciones. Es tiempo para reeducarse mientras repensamos otro futuro, desaprendiendo del atomismo social y el individualismo androcéntrico, mientras interiorizamos la futilidad de sociedades paradójicas y duales. Las familias en la agenda política, es decir, nosotros y nosotras como sociedad civil ante una nueva ética que refuerce la parentalidad positiva y la educación socio-emocional a lo largo de la vida para la reconstrucción de lo común. La resiliencia tras el COVID-19 nos reanimará ante la próxima realidad... Sociología de las relaciones familiares e intergeneracionales en periodo pandémico 133 Sobre el autor. Santiago Cambero Rivero. Profesor asociado en el Área de Sociología de la Universidad de Extremadura, además de colaborador en otras universidades (UOC, UDIMA,…). Doctor en Sociología (Universidad de Extremadura). Licenciado en Derecho (UNED) y en Sociología (UNED). Máster en Gerontología Social (Universidad de Barcelona). Máster en Dirección y Gestión de Entidades No Lucrativas (UOC). Miembro del grupo de investigación “Análisis de la Realidad Social” de la Universidad de Extremadura. Socio del Colegio de Doctores y Licenciados en Ciencias Políticas y Sociología de Extremadura, Federación España de Sociología (FES) y European Network in Aging Studies (ENAS). Autor y coautor de publicaciones sobre participación ciudadana, envejecimiento activo, solidaridad intergeneracional, voluntariado y Tercer Sector, además de participar como ponente invitado en eventos sobre estas temáticas fuera y dentro de Extremadura. Los efectos del confinamiento: ¿Cómo es la percepción de la pena de localización permanente? Jordi Ortiz García Universidad de Extremadura, [email protected] Beatriz Cruz Márquez Universidad de Cádiz, [email protected] Introducción. Una de las cuestiones que mayor interés suscita en la Criminología en la actualidad, dentro del ámbito del control penal, es la opinión pública sobre el sistema de justicia penal y la necesidad de pena de la población (Varona, 2009). Al respecto, desde hace tiempo se viene señalando la consolidación de una nueva “cultura de control” y un aumento del “populismo punitivo” en nuestro país (Garland, 2001; Ripollés 2007). A esta preocupación académica frente al endurecimiento de las penas y a la ampliación del sistema penal por parte de los Estados como único instrumento para para luchar contra la criminalidad, de forma monolítica por lo demás1, se une la precipitación por parte del legislador al suponer determinadas actitudes y necesidades punitivas en la ciudadanía, a la que se hace corresponsable de las reformas penales en estos último años2. Es más, algunas de las investigaciones llevadas a cabo en nuestro país para profundizar en este aspecto arrojan 1 Mencionar aquí la ausencia de cuestionamientos sobre la definición tradicional de la criminalidad imperante, completamente al margen de la valoración del daño social, así como la advertencia de los efectos secundarios de las regulaciones penales en que el delincuente viene definido como el “otro”, el “enemigo”…. 2 A modo de ejemplo, se encuentran las reformas llevadas a cabo en el año 2003. Unas reformas (7/2003 y 15/2003) que apelan en su exposición de motivos a una supuesta demanda de la sociedad para incorporar y endurecer preceptos, siendo así que no existen evidencias empíricas de tal demanda. 136 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 precisamente resultados moderados; lo que permite referirse al carácter punitivo de la ciudadanía, en que se fundamentan las continuas reformas penales, como un mito más que una realidad (Varona, 2008). De hecho, cuando se pregunta específicamente sobre la sanción, el resultado obtenido indica que la población española apuesta mayoritariamente por penas más benévolas o penas alternativas a la prisión 3. Con este contexto socio-jurídico como telón de fondo, no cabe duda de que hoy la principal preocupación está en la crisis sanitaria provocada por la pandemia de la COVID-19. Una situación que ha impulsado a numerosos investigadores e investigadoras a analizar desde distintas disciplinas los efectos de esta crisis. Por supuesto, también desde el ámbito criminológico, en el que diferentes investigaciones están analizando con mayor detalle los posibles efectos de la pandemia en el plano delincuencial y penitenciario, así como la eventual vulneración de derechos fundamentales durante esta crisis sanitaria (Campoy, 2020; Rodríguez, 2020; Alarcón et al., 2020)4. Movidos por el mismo impulso, hemos elaborado un proyecto piloto que tiene como objetivo principal conocer la opinión del alumnado de derecho y criminología sobre una pena de nuestro sistema penal que guarda similitudes nada desdeñables con las circunstancias vitales implícitas a la situación de confinamiento en domicilio, decretada el pasado mes de marzo de 20205. El estudio se ha dirigido en esta 3 Sobre este tema, pueden verse los estudios llevados a cabo por el CIS sobre la opinion pública española de la justicia. 4 La web de la Facultad de Derecho de la Universidad de Extremadura dispone de un enlace al Foro de Investigación CSYJ, donde se aborda la problemática de la COVID, en relación con el Derecho. Este enlace se encuentra disponible en: https://forocsyj.com/coronavirus-y-derecho/. [última consulta 23/04/2020]; 5 El primer estado de alarma decretado por el Gobierno fue el día 14 de marzo de 2020. Un mecanismo del que hace uso el Gobierno de España, regulado en el artículo 116 de la Constitución Española. Los efectos del confinamiento: ¿Cómo es la percepción de la pena de localización permanente? 137 primera fase al alumnado de Derecho y de Criminología de la Universidad de Extremadura, comprendiendo el trabajo de campo desde el 6 de abril al 15 de mayo de 2020. La metodología utilizada en el estudio es preeminentemente cuantitativa, siendo así que la obtención de los datos se ha realizado a través de un cuestionario enlazado en el campus virtual de ambas titulaciones. En concreto, el cuestionario constaba de diez preguntas, tanto relativas a cuestiones personales, como a la pena de localización permanente. La pena de localización permanente. La pena de localización permanente se incorpora a nuestro Código Penal en el año 20036. Se trata de una pena privativa de libertad recogida en el artículo 37 de nuestro Código Penal7, que sustituyó a la pena de arresto de fin de semana (Muñoz, 2004; Fernández,2001)8. El contenido de esta sanción implica la obligación de cumplirla en el domicilio propio o en un lugar determinado fijado por el Juez. Por lo que se refiere a la afectación de la libertad ambulatoria, presenta similitudes con otras penas y medidas recogidas en el Código Penal Español, como la privación del derecho a residir en determinados lugares, acudir a ellos o la prohibición de 6 La pena de localización permanente se incorpora al sistema de penas con la reforma LO 15/2003, de 25 de noviembre. 7 Junto a la pena de localización permanente, el Código Penal recoge en la actualidad en su artículo 35 otras tres penas privativa de libertad: la pena de prisión, la prisión permanente revisable y la responsabilidad personal subsidiaria por impago de multas. 8 El fracaso de la pena de arresto de fin de semana provocó su sustitución por la pena de localización permanente. En la Exposición de Motivos de la LO 15/2003, el legislador español alude al desarrollo tecnológico que posibilita su aplicación y considera que su configuración permitirá prevenir conductas conductas típicas constitutivas de infracciones penales leves evitando los efectos perjudiciales de la reclusión en establecimientos penitenciarios. Sobre la novedad que supuso su inclusión en el sistema de penas español. 138 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 aproximarse a la víctima o a otras personas ( Cuello & Mapelli, 2018; Mota, 2005). Varios países de nuestro entorno incorporaron también en sus sistemas penales sanciones muy parecidas a la localización permanente que, al igual que en nuestro país, han sufrido numerosas modificaciones a lo largo de su corta duración9. Desde su entrada en vigor hace más de veinte años, el ámbito de aplicación y la naturaleza de la pena de localización permanente han sido reformadas en varias ocasiones (Blay & Larrauri, 2011), provocando su paulatina relegación a un segundo plano (Otero, 2019). En la actualidad, esta pena se aplica como pena principal en tres supuestos: Art. 171.7 (amenazas leves en el ámbito de la violencia de género y/o doméstica), 172.3 (coacciones leves en el ámbito de la violencia de género y/o doméstica) y 173.4 (violencia física o psíquica habitual en el ámbito de la violencia de género y/o doméstica). De este modo, su aplicación como pena principal ha quedado relegada a supuestos de violencia de género y/o doméstica, lo que merecería una aproximación más detallada, que excede el objetivo específico de este trabajo. En la modalidad de alternativa a la pena de prisión, puede sustituir a esta cuando sea inferior a tres meses y, en los casos de responsabilidad penal subsidiaria por impago de multa, si la multa impagada es de naturaleza leve. En ambos casos, supone una solución a los inconvenientes que plantea la ejecución de penas privativas de libertad de corta duración. 9 A modo de ejemplo, en el ámbito anglosajón podemos encontrar las llamadas Intermediate sanctions; Community penalties o Community Custody. En el caso francés, el arresto domiciliario lo encontramos en las distints reformas llevadas a cabo desde los años 90. Así encontramos figuras como Placement sous surveillance électronique ó la Loi nº 2004-204 de 9 de marzo portant adaptation de la justice aux évolutions de la criminalité. Los efectos del confinamiento: ¿Cómo es la percepción de la pena de localización permanente? 139 Todo ello dibuja una situación muy distinta a la de sus inicios, en la que la duración máxima era de 12 días, siendo así que en la actualidad se pueden extender hasta 6 meses. Además, esta pena puede cumplirse de manera discontinua (sábados y domingos), con la finalidad de facilitar al reo sus vínculos laborales y familiares. Otra de los cambios que sufrió esta pena fue en los casos de la responsabilidad personal subsidiaria por impago de varias multas correspondientes a varias faltas ó que la duración de la pena de localización permanente podía alcanzar noventa días como consecuencia de la aplicación de la acumulación jurídica de penas prevista en el art. 76 CP. La inclusión de la pena de localización permanente en nuestro sistema penal no ha estado exenta de polémica, especialmente en lo que se refiere a su aplicación y ejecución (Brandariz, 2002, 2015)10. Entre las principales dudas que suscita esta pena en el ámbito penal y criminológico, destaca la relativa a su eficacia, en referencia tanto a su capacidad de intimidación, como al potencial de reinserción social. Según diversos autores, la temporalidad de la pena puede influir en la falta de rehabilitación del reo o en su incumplimiento (Pratt, 2004, pág. 31; Iglesias & Pérez, 2006; Abel, 2008). Desafortunadamente, no existen estudios empíricos que muestren datos estadísticamente significativos de tasas de reincidencia sobre esta pena en nuestro país, de manera que no es posible confirmar las suposiciones teóricas sobre su eficacia, más allá de lo que nos indican, en sentido positivo, 10 La localización permanente no ha sido la única pena que ha estado cuestionada desde su nacimiento. Todas aquellas penas alternativas a la prisión incorporadas a nuestro ordenamiento jurídico lo han sufrido. A modo de ejemplo, podemos ver las numerosas críticas que sufre la pena de trabajos en beneficio a la comunidad ha sido otra de las penas muy cuestionadas en nuestro sistema penal. 140 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 los datos disponibles en otros países de nuestro entorno (Walter,2002)11. Por último, también existen dudas acerca de las consecuencias de su incumplimiento, en la medida en que la pena prevista para el delito de quebrantamiento de las penas privativas de libertad – y la de localización permanente lo es – es prisión de 6 meses a 1 año (art. 468.1 CP), lo que implicaría una consecuencia significativamente más grave que la pena incumplida. Sobre este particular, la Fiscalía General del Estado ha establecido que el quebrantamiento de la pena de localización permanente supondrá pena de prisión o de multa en función de si el lugar de cumplimiento es el domicilio del penado o un centro penitenciario, al entender que la primera modalidad de cumplimiento no supone una situación efectiva de privación de libertad (Otero, 2019. Págs. 19 y ss.)12. Este argumento resulta discutido en los supuestos en que la pena de localización permanente suponga una ejecución prolongada en el tiempo (Torres, 2012, p. 24). Con todo, y a pesar de las críticas recibidas desde su entrada en vigor (Otero, op.cit. ), la localización permanente sigue plenamente vigente en nuestro ordenamiento jurídico penal, y según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), más de 6.000 personas cumplieron esta pena en nuestro país en el año 2018 (Ine, 2018)13. 11 No contamos con datos empíricos válidos para ofrecer conclusiones sobre la eficacia de esta pena en nuestro país. En cambio, sí podemos disponer de datos de reincidencia de estas penas en países de nuestro entorno, que indican una tasa muy elevada de cumplimiento de estas penas. 12 Consulta 1/2016 de la FGE, comentada, junto con el régimen de quebrantamiento, 13 Según datos recogidos en el INE del Registrado Central de Penados, se impusieron 6.770 penas de localización permanente. Se trata de 310 penas de este tipo menos que en el año 2017. Cabe destacar que en el año 2015, se impusieron un total de 2.170 penas de localización permanente. Los efectos del confinamiento: ¿Cómo es la percepción de la pena de localización permanente? 141 Objetivo. El objetivo principal de este proyecto-piloto14 es conocer la opinión del alumnado de los Grados de Derecho y Criminología de la Facultad de Derecho de la Universidad de Extremadura sobre la pena de localización permanente en un momento de confinamiento por la crisis sanitaria de la COVID19, que afecta de forma excepcional el desarrollo de la libertad ambulatoria de la población española15. En estrecha relación con este, los objetivos secundarios que se pretenden abarcar con esta investigación son los siguientes: (1) comprobar la influencia entre el conocimiento previo de la población encuestada y su naturaleza, jurídica o criminológica, sobre la pena de localización permanente y la percepción de su gravedad y proporcionalidad con las conductas delictivas para las que está prevista; (2) realizar 14 En un principio, no descartamos replicar la investigación entre estudiantes de estas titulaciones en otras universidades españolas. Lo que permitiría, por un lado, contrastar los resultados en función de la localización geográfica, relacionada en algunos casos con la incidencia de la crisis sanitaria – y, por otro lado, posibles diferencias en la percepción de la pena en función de la progresiva “desescalada” que estamos experimentando en la mayor parte del territorio español en la actualidad. 15 Así, durante el periodo de confinamiento decretado por el Ejecutivo español a través del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de crisis sanitaria ocasionada por el virus COVID-19, la libertad de circulación o permanencia de las personas se ha visto considerablemente restringida. Concretamente, en términos generales sólo estaban permitidos los desplazamientos necesarios para acudir al lugar de trabajo en el caso de las profesiones consideradas esenciales, para la adquisición de alimentos y otros bienes de primera necesidad, así como para la atención de personas dependientes, la asistencia a centros, servicios y establecimientos sanitarios, así como por causa de fuerza mayor o situación de necesidad. Esta situación se extiende hasta hoy, aunque desde el 2 de mayo de 2020 está activo un plan de salida del confinamiento, estructurado en 4 fases, que concluirá en el mes de junio si la pandemia evoluciona favorablemente. 142 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 una primera aproximación sobre una eventual relación entre la vivencia declarada de la situación de confinamiento y la percepción de la gravedad de la pena de localización permanente, a desarrollar con mayor detalle en posteriores mediciones y ampliaciones de la muestra. Metodología. Muestra. Para llevar a cabo nuestro trabajo, se han realizado un total de 141 encuestas entre el alumnado del grado en Derecho y Criminología de la Facultad de Derecho de la Universidad de Extremadura, relativas a un periodo concreto (entre el 6 de abril y el 15 de mayo de 2020). La aplicación de la encuesta al alumnado de dos grados diferentes permite identificar las posibles diferencias de opinión entre grupos que tienen metodologías de aprendizaje distintas en el estudio de las penas. Al mismo tiempo, al objeto de asegurar que parte de la población encuestada no tuviera un conocimiento previo, al menos de carácter técnico, de la pena de localización permanente, se seleccionó alumnado de diferentes cursos; concretamente, de primero, tercero y cuarto. De este modo, un 11,34 por ciento (16 en números absolutos) de las personas encuestadas no habían cursado ninguna asignatura que incluya como contenido el estudio de las penas privativas de libertad de nuestro Código Penal, frente a un 88,65 por ciento (125) que sí habían recibido ese contenido en distintas asignaturas de su plan de estudios. Marco temporal. El trabajo de campo se ha llevado a cabo entre los días 6 de abril y 15 de mayo del año 2020, tiempo en el que ha estado disponible el cuestionario en el campus virtual de la Los efectos del confinamiento: ¿Cómo es la percepción de la pena de localización permanente? 143 Universidad de Extremadura para los cursos de los grados de Derecho y Criminología. La recogida de datos, por tanto, ha coincidido con el periodo de confinamiento por la crisis sanitaria del COVID-19, sin que en ese momento se conocieran aún las condiciones y los plazos en que se iba a producir la “desescalada” en las restricciones a la libertad de circulación y permanencia de la población española 16. Ámbito espacial. El estudio se ha desarrollado durante la situación de confinamiento, a través del campus virtual de la Universidad de Extremadura, en el que fue insertado el cuestionario de elaboración propia. De manera que se trata de un entorno virtual, vinculado a determinados cursos de los grados de Derecho Penal y Criminología – primero, tercero y cuarto – en los que imparte docencia el investigador principal del presente estudio. Es de suponer que la mayoría de la población encuestada tiene su domicilio en la Comunidad Autónoma de Extremadura, aunque se trata de un dato que no ha sido recabado en esta primera medición, de carácter aproximativo. Método empleado para el estudio. Para llevar a cabo esta investigación se ha utilizado una de las técnicas más empleadas en ciencias sociales, la encuesta. Así, durante la primera semana de confinamiento, se elaboró un cuestionario con diez preguntas de respuesta cerrada en que se abordaban cuestiones referidas a las circunstancias 16 Es el día 18 de abril cuando el presidente del Gobierno anuncia una prórroga del confinamiento hasta el 11 de mayo pero con algunas medidas de relajación a partir del 26 de abril, como es la salida controlada de los niños y niñas de hasta 12 años, permitida desde el 27 de abril. Se puede encontrar un seguimiento de la cronología de la crisis del COVID-19 en https://www.hoy.es/sociedad/salud/diario-coronavirus-espana20200319134410-ntrc.html [consultado el 22 de mayo de 2020]. 144 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 particulares de confinamiento y la percepción de la pena de localización permanente, junto al grado de conocimiento del contenido de esta pena. Se trata, por tanto, de un método de investigación primordialmente cuantitativo, centrado en analizar la posible relación entre la vivencia de una situación excepcional de confinamiento y la opinión respecto de la pena de localización permanente en el alumnado de los grados de Derecho y Criminología de la Universidad de Extremadura. La información recogida a través del campus virtual, tal como se ha descrito previamente, ha sido sometida a revisión, clasificación y cómputo con un software estadístico durante la semana del 15 al 20 de mayo del 2020. Análisis de datos. Para el análisis estadístico se ha utilizado el software específico SPSS versión 22. La Universidad de Extremadura cuenta con esta versión disponible bajo licencia para investigadores y alumnado de esta universidad. Resultados. Los resultados que pasamos a exponer a continuación deben ser valorados teniendo en cuenta las limitaciones de la propia investigación. La principal reside en la propia naturaleza aproximativa del estudio, realizado durante una situación completamente excepcional e imprevista como es el confinamiento. Ello implica la necesidad de complementar las conclusiones alcanzadas con otras mediciones que permitan contrastar los primeros resultados alcanzados con una reflexión más sopesada de las hipótesis, irremediablemente intuitivas, que lo impulsaron. La exposición de los resultados se ha dividido en tres bloques, en correspondencia con los objetivos principales y secundarios de la presente investigación. En un primer bloque Los efectos del confinamiento: ¿Cómo es la percepción de la pena de localización permanente? 145 se describen las variables relativas a las circunstancias personales del alumnado encuestado. En el segundo y tercer bloque se exponen respectivamente los resultados relativos a la opinión y percepción de la pena de localización permanente de aquellos encuestados que conocían previamente el contenido de esta pena y de quienes no la conocían. En último lugar, comparamos los resultados de uno y otro grupo. Variables personales de las personas encuestadas. Los datos personales recabados se refieren, por un lado, a circunstancias personales – concretamente, edad, sexo y estudios – y, por otro lado, a las condiciones particulares y vivenciales de la situación de confinamiento17. En cuanto la edad, la mayoría de la población que configura la muestra (en total 89 personas) se sitúa en una franja que se extiende entre los 19 y los 22 años, seguida del grupo que ocupa la franja de edad entre los 23 y 29 años, que representa el 29, 6 por ciento (40 personas). Por encima de 30 años sólo se sitúa el 7,2 por ciento (9) y por debajo de los 18 años, sólo hay 2 alumnos. Únicamente un encuestado no indica su edad. Con respecto al sexo, las mujeres son las que mayoritariamente han respondido a la encuesta (106), lo que supone un 78,4 por ciento de la muestra, frente a los hombres (35), que representan el 21,6 por ciento. En próximas investigaciones sería conveniente analizar la influencia de este dato en los resultados18, así como estimar su 17 Las preguntas planteadas al respecto han sido dos: ¿Cómo llevas el confinamiento? y ¿Cómo te encuentras en el confinamiento?. 18 Especialmente por lo que se refiere a la introducción de la perspectiva de género en el grado de afectación del confinamiento, véase, a modo de ejemplo: https://www.elsaltodiario.com/coronavirus/trabajo-invisible-detrasconfinamiento-capitalismo-genero-racializacion-covid-19 [consultado el 22 de mayo de 2020]. 146 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 correspondencia con los datos globales de matriculación en los grados de Derecho y Criminología. Un 78,4 por ciento de los encuestados (108), son alumnado del Grado en Derecho, un 9,6 por ciento (16) del PCEO Criminología – Derecho y un 5,6 por ciento (7), del Grado en Criminología. El resto de la muestra ha dejado en blanco a esta pregunta. Por lo que se refiere a la vivencia personal del confinamiento, es preciso señalar previamente la constancia de efectos psicológicos, negativos y positivos, de esta situación, tanto sobre nuestro comportamiento como a un nivel cognitivo; tal y como se deriva de las investigaciones que se están llevando a cabo de forma simultánea desde diferentes disciplinas (Moisés de la Serna, 2020) y como cabría deducir de las investigaciones referidas a los efectos psicológicos de la privación de libertad (Liebling, 1992; Kirchner, 2003, págs. 199-211). En concreto, hemos incluido en el cuestionario dos preguntas relativas a la situación particular del alumnado durante el confinamiento: la primera referida a la autopercepción del estado de ánimo y la segunda a las condiciones relacionales, en soledad o en compañía, en que lo están vivenciando. En cuanto a la primera cuestión, un 48,93 por ciento de las personas encuestadas (69) manifiestan llevar “bien” el confinamiento en su domicilio, frente a un 51,06 por ciento (72), que declaran llevarlo “mal o regular”. Por otro lado, un 89,36 por ciento de las personas encuestadas se encuentran en casa con sus familiares (126), frente a un 10,63 por ciento (15) que se encuentra solo/a, con compañeros/as de piso o en pareja. Los efectos del confinamiento: ¿Cómo es la percepción de la pena de localización permanente? 147 La opinión sobre la pena de localización permanente. A continuación analizamos la opinión del alumnado que conoce o ha estudiado la pena de localización permanente. En concreto, hemos incluido en el cuestionario cuestiones relativas a aspectos de la pena que presentan ciertas similitudes con la situación de confinamiento o que pueden ser apreciadas con diferente sensibilidad desde la vivencia propia de las importantes restricciones a la libertad ambulatoria y de permanencia impuestas con la declaración del estado de alarma y sus posteriores prórrogas. En esta línea, hemos incluido preguntas relativas a la percepción del grado de gravedad de la pena de Localización permanente, en tanto asociado a su carácter intimidatorio, así como a su potencial reeducativo, puestos ambos aspectos en duda por parte de la doctrina penal y criminológica desde su entrada en vigor. Las preguntas incluidas en el cuestionario han sido dos: ¿Crees que se trata de una pena leve? y ¿Crees que la pena de localización permanente es una pena reeducadora y rehabilitadora? Los resultados obtenidos para la primera pregunta son los siguientes: El 31,2 por ciento de las personas encuestadas consideran que no es una pena leve, frente a un 68,8 por ciento que considera que sí lo es. En cambio, entre las personas que llevan el confinamiento “regular o mal”, la diferencia es significativa, el 72,31 por ciento opina que no es una pena leve. Con respecto a la segunda cuestión, el 65,32 por ciento de los encuestados no consideran la localización permanente una pena rehabilitadora, frente a un 35,48 por ciento que piensa que sí. En el caso de las personas que llevan mal o regular el confinamiento, las diferencias de opinión sobre esta cuestión muestran una tendencia similar a la pregunta anterior, aunque 148 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 la diferencia no es tan extrema: un 57,81 por ciento, piensan que no es rehabilitadora, frente a un 42,19 que opina que sí. Junto a los aspectos referidos a la gravedad y al carácter rehabilitador de la pena de localización permanente, y atendiendo al temor de que la situación actual de confinamiento suponga un aumento y/o un agravamiento de casos de violencia machista e intrafamiliar (Alarcón, 2020, págs. 61-62) 19, hemos aprovechado esta oportunidad para incluir en la encuesta una cuestión relativa a la idoneidad de esta pena en supuestos relacionados con la violencia doméstica, que son los únicos casos en que está prevista en la actualidad como pena principal – arts. 171.7, 172.3 y 173.4 del CP. Concretamente, la pregunta planteada ha sido la siguiente: ¿Consideras justa una pena de localización permanente a una persona que ha cometido un delito de amenazas sin armas en el ámbito doméstico? Al respecto, los resultados muestran que el 56 por ciento de los encuestados, consideran que sí es una pena justa, frente a un 44 por ciento que opina que no lo es. Por último, por lo que se refiere al quebrantamiento de la pena de localización permanente, su régimen de duración ha generado dudas entre expertos/as sobre la resocialización del reo, tanto por considerar que se trata de una intervención demasiado corta para que el reo pueda realizar modificaciones relevantes en su comportamiento, como por entender, en sentido contrario, que una duración amplia del confinamiento domiciliario prácticamente abocaría su 19 Sobre este asunto, se han producido varios casos en localidades como Sevilla o Castellón. Según datos del Cuerpo Nacional de Policía indican que un descenso en la denuncia. Estos hechos pueden llevar distintas interpretaciones. Entre ellas, miedo por parte de la víctima ante la dificultad de poner la denuncia o la posibilidad de ser escuchado por parte del vecindario de estas conductas (control informal). Los efectos del confinamiento: ¿Cómo es la percepción de la pena de localización permanente? 149 quebrantamiento por parte del reo. Sobre esta cuestión se realizó la siguiente pregunta: ¿Comprenderías que una persona que está cumpliendo una pena de localización permanente en su domicilio, tras varios meses de confinamiento domiciliario, quebrantara la condena? Los resultados muestran que un 49,19 por ciento (61), comprenderían que una persona quebrantara el confinamiento domiciliario pasados unos meses, frente a un 50,81 por ciento que no comprendería un quebrantamiento (63). Cuando se analiza esta cuestión incluyendo la autopercepción del estado anímico obtenemos como resultado que entre las 65 personas que declaran encontrarse mal o regular durante el confinamiento el grado de comprensión referido al quebrantamiento de la pena de localización permanente alcanza porcentajes similares a los observados en la muestra en general. Así, un 51,56 por ciento de las personas que se encuentran mal o regular (33), sí comprenderían el quebrantamiento de la medida pasados unos meses. Por lo que se refiere a la influencia de las circunstancias relacionales, en función de si las personas se encuentran solas o en compañía de otras personas (13) o se encuentran con sus familiares (111), se observan diferencias más importantes entre uno y otro grupo, aunque deben tomarse con mucha cautela dado el tamaño del primer grupo. Así, sólo un 30,76 por ciento de las personas que están viviendo el confinamiento en familia entendería un quebrantamiento de la condena. En último lugar, continuando con la percepción del alumnado sobre la pena de localización permanente, hemos tratado de comprobar la influencia del perfil formativo de las personas que configuran la muestra. Siendo así que la formación sobre el sistema penal que reciben criminólogos/as y juristas en la 150 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Universidad de Extremadura se diferencia en algunos aspectos importantes, pues mientras que el alumnado del Grado en Derecho estudia la teoría de la pena durante el tercer curso académico en la asignatura de Derecho Penal: Parte General20, en el Grado de Criminología estos contenidos se abordan en distintas asignaturas repartidas a lo largo del plan de estudios: durante el primer y segundo curso, están incluidos en las asignaturas Derecho Penal 1 y Derecho Penal 2, como parte de la teoría de la pena, y también en el tercer curso, en el temario de la asignatura Sanciones y penas, en que se analiza el sistema de penas desde una perspectiva criminológica21. Los resultados obtenidos al cruzar el perfil formativo y la percepción de la pena de localización permanente revisable a través de las variables previamente analizadas reflejan diferencias relevantes únicamente respecto de su potencial rehabilitador. Así, sólo un 15,78 por ciento (3) del alumnado de criminología piensa que esta medida sí es reeducadora, frente a 84,21 por ciento que piensa que no (16). En cambio, por lo que se refiere al quebrantamiento de esta pena, la opinión de este grupo está más dividida, con un 47,36 por ciento de los estudiantes de criminología que sí entendería que el reo quebrantara la pena tras unos meses de cumplimiento. 20 Los planes de estudio están disponibles en la web de la Facultad de Derecho de la Universidad de Extremadura: https://www.unex.es/conoce-lauex/centros/derecho/informacion-academica/programas-asignaturas [última consulta realizada el 20 de mayo de 2020]. 21 En esta asignatura, se abordan en mayor profundidad las penas en sus aspectos ejecutivos, así como sus efectos y consecuencias sobre el reo y la ciudadanía. Los efectos del confinamiento: ¿Cómo es la percepción de la pena de localización permanente? 151 Diferencias entre los que conocen la pena de localización permanente y los que no la conocen. Una de las hipótesis de partida del presente estudio ha consistido en suponer que conocer el sistema de penas y sus consecuencias, y en concreto de la pena de localización permanente, resultaría determinante en la percepción de las mismas, tal y como se deduce de los resultados obtenidos en investigaciones sobre la opinión de la ciudadanía respecto de la justicia o el sistema penal22. A tal objeto hemos recabado información sobre el grado de conocimiento de la pena de localización permanente entre la población encuestada, siendo así que el grupo de personas que no conoce ni ha estudiado la pena de localización permanente es muy reducido. Pese a ello y con todas las cautelas necesarias, un análisis detallado de las diferencias frente a quienes sí la conocen puede ayudar a identificar tendencias sobre las que insistir en posteriores estudios. En concreto, los resultados son los siguientes: En cuanto a la percepción de la gravedad de la pena de localización permanente, el 75 por ciento del alumnado que no conocía esta pena (12) cree que sí, frente a un 25 por ciento (4) que considera que no. La diferencia entre una y otra respuesta es ligeramente mayor que la que se constata en el 22 Distintas encuestas llevadas a cabo desde el Centro de Investigaciones Sociológicas, en colaboración en los últimos años con la Unión Europea, tienen por objeto medir la opinión de la ciudadanía respecto a la justicia en nuestro país. Concretamente, resultan significativos el grado de desconfianza y desconocimiento de la justicia entre la población: véase https://www.eldiario.es/politica/CIS-constata-desconfianza-ciudadanosJusticia_0_926357508.html [última consulta 23/05/2020]. Esta tendencia coincide con los resultados alcanzados por el Consejo General del Poder Judicial: http://www.poderjudicial.es/cgpj/es/Temas/Estadistica-Judicial/ [última consulta 19/05/2020]. 152 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 grupo que conocía previamente la pena de localización permanente, pues aquí el porcentaje de quienes la consideran leve se sitúa en el 68,8 por ciento. En el mismo sentido, con una mayor polarización de la respuesta, se pronuncia el grupo de quienes no conocían la pena de localización permanente con anterioridad respecto de su aplicación en los casos de violencia doméstica. En este caso, 75 por ciento del alumnado encuestado (12) entiende que esta pena es justa para quien cometa un delito de amenazas sin arma en el ámbito doméstico, frente a un 25 por ciento (4) que creen que no. Esta diferencia es mucho menor entre el grupo de encuestados que conocía la pena de localización permanente: un 56 por ciento considera que sí es una pena justa, mientras que el 44 por ciento que opina lo contrario. A la última pregunta planteada, relativa al grado de comprensión sobre el quebrantamiento de la pena de localización permanente tras varios meses de duración, el 43,75 por ciento del alumnado encuestado sin conocimiento previo de esta pena (7) se manifiesta comprensivo, frente a un 56,25 por ciento (9) que afirma que no lo comprendería. Detectamos así un mayor grado de comprensión ante un eventual quebrantamiento de la pena en el alumnado que conoce la pena, siendo así que un 49,19 por ciento afirma que lo entendería. Conclusiones. Con independencia de que el estudio puede ofrecer más resultados de los indicados en este trabajo, hemos preferido abordar en esta primera aproximación las cuestiones señaladas, que son las que han aparecido como más relevantes, a fin de valorar la conveniencia de realizar otras mediciones y/o ampliarlo con alumnado de otras universidades. En todo caso, debemos ser muy cautos a la Los efectos del confinamiento: ¿Cómo es la percepción de la pena de localización permanente? 153 hora de extraer conclusiones de este estudio piloto. En líneas generales, la opinión sobre la pena de localización permanente y sobre la percepción y vivencia del confinamiento se encuentran muy divididas entre el alumnado encuestado. Esta división es especialmente clara aspectos esenciales para este estudio, como son el potencial reeducativo de la pena y la actitud, más o menos comprensiva, ante su hipotético quebrantamiento. Sin duda, la principal particularidad de esta investigación reside en haber realizado el trabajo de campo durante el periodo de confinamiento, siendo así que una de las líneas más interesantes de desarrollo será la de analizar la influencia de la percepción personal de esta situación excepcional en la opinión manifestada sobre una pena que, salvadas las distancias, presenta también similitudes considerables en cuanto a las restricciones en la libertad ambulatoria y de permanencia. Con respecto a la gravedad de esta pena, su desarrollo legislativo y las dudas que plantea su aplicación, para muchos residual (Otero, 2019. Op.cit.)23, transcurridos veinte años desde su entrada en vigor en nuestro ordenamiento jurídico (Cardenal, 2015), llama la atención que la mayoría de la población encuestada, tras varias semanas de confinamiento, considera que se trata de una pena leve. Junto a ello, también resulta reseñable comprobar que, pese a la preocupación expresada por instituciones públicas y privadas relacionadas con la prevención de la violencia de género y doméstica ante la posibilidad de un aumento de estas conductas como consecuencia del confinamiento 23 La investigadora Otero González, considera la pena de localización permanente un fraude de etiquetas. 154 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 domiciliario decretado como consecuencia de la crisis sanitaria del COVID-1924, más de la mitad de las personas encuestadas consideran que la pena de localización permanente es una pena justa en delitos leves como las amenazas leves en el ámbito doméstico (art.171.7.2º párrafo). Destacan a su vez los resultados obtenidos sobre la opinión de los encuestados ante un hipotético quebrantamiento de la pena de localización permanente, siendo así que nos parece significativo el elevado porcentaje de personas que se muestran comprensivas: aproximadamente la mitad. Si bien es cierto que se trata de una opinión sondeada a través de una pregunta dirigida, de forma que es necesario profundizar en esta tendencia. Entre los motivos que pueden explicar esta respuesta, parece razonable considerar el efecto psicológico del confinamiento en la población encuestada, que puede ir acompañado de una cierta empatía con el reo de una pena de localización permanente o de una necesidad de mostrar asertividad al valorar la propia libertad ambulatoria 25. Sin embargo, también debemos tener en cuenta la edad de las personas encuestadas, pues las personas jóvenes suelen ocupar de forma más habitual el espacio público y mantener más relación con sus iguales26. 24 Según datos del Ministerio de Igualdad, las llamadas al 016 entre el 14 y 29 de marzo de 2020, ha aumento un 18 por ciento más, que en el mismo periodo el año anterior. 25 Con fecha 10 de abril de 2020, el Ministerio del Interior informaba que 477.302 propuestas de sanción a las normas del confinamiento por el COVID-19. Sobre los datos actualizados, véase la web del Ministerio del Interior. [última consulta 10/04/2020]. 26 En todo caso, los hábitos de los jóvenes han cambiado en estos últimos años. Estudios llevados por el Centro Reina Sofía, muestran que el tiempo de ocio de nuestros jóvenes está cada vez más ocupado por el uso de las nuevas tecnologías. Este hecho provoca que estas personas jóvenes estén más tiempo en casa que en los espacios públicos o de ocio, cambiando hábitos tan conocidos como el botellón, entre otros. Sobre los efectos psicológicos del confinamiento en población joven, véase, por ejemplo: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2020-04-20/cuarentena- Los efectos del confinamiento: ¿Cómo es la percepción de la pena de localización permanente? 155 Por último, los resultados obtenidos en relación con el conocimiento de pena de localización permanente, referidos tanto a si se conoce o no previamente, como al tipo de conocimiento disponible – de naturaleza jurídica o criminológica –, resultan un tanto llamativos por su homogeneidad. Lo que, de confirmarse, permitiría matizar el conocimiento existente en torno a las necesidades punitivas de la ciudadanía y su relación con el grado de información disponible sobre las penas, su contenido y consecuencias de la ejecución. Por último, debemos insistir que se trata de un proyecto piloto. Por ello, los resultados deben tomarse con mucha prudencia. Quizás, sólo destacar que son pocos los trabajos en lengua castellana sobre la opinión de la ciudadanía con respecto a la pena de localización permanente (Cid, 2007)27. Muchos menos, si se tratan de estudios empíricos 28. Por lo tanto, acompañar a las numerosas cuestiones planteadas por penalistas sobre esta pena con datos empíricos, puede resultar de gran interés jurídico y criminológico jovenes-peor-llevan-confinamiento_2556927/. 27 Mayoritariamente los estudios criminológicos se han centrado en las penas de prisión o trabajos en beneficio a la comunidad. 28 Son muchos los autores que han escrito sobre la pena de localización permanente desde una perspectiva más teórica. 156 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Bibliografía. Abel Souto, M. (2008). La permanente, Granada, Comares. pena de localización Alarcón A.A. (2020). Conviviendo con el maltratador en la crisis del coronavirus”. Coronavirus: La crisis de una generación. Reflexiones e implicaciones sociales y criminológicas. La acción social. Revista de política social y servicios sociales (V). Blay, E. y Larrauri, E. (2011), Penas comunitarias en Europa. Madrid. Editorial Trotta. Brandariz, J.A. (2002). El trabajo en beneficio a la comunidad como sanción penal, Valencia, Tirant lo Blanch. Brandariz, J.A. (2015). Las penas de trabajo en beneficio a la comunidad y de localización permanente, en Comentarios a la reforma penal de 2015. (González – Cussac – Dir.-), Valencia, Tirant lo Blanch. Campoy, P. (2020). Fluctuaciones delictivas? Los posibles efectos del COVID-19 en la criminalidad. Disponible en: https://criminologia.net/entradas/. [Última consulta 10/04/2020]. Cardenal S. Comentarios al Código Penal. Reforma LO 1/2015 y LO 2/2015 (Directores Mirentxu Corcoy Bidasolo y Santiago Mir Puig). Cid, J. (2007). ¿Es la prisión criminógena? Un análisis comparativo de reincidencia entre la pena de prisión y la suspensión de la pena. Revista de derecho penal y criminología, Nº 19, 2007. Los efectos del confinamiento: ¿Cómo es la percepción de la pena de localización permanente? 157 Cuello J. y Mapelli B. (2018). Curso de Derecho Penal. Parte General. Madrid, Editorial Tecnos. Díez, J.J. (2007). La política criminal en la encrucijada. Buenos Aires, Editorial B de F. Fernández, Mª. D. (2001). La “nueva” pena de localización permanente. Un derecho penal comprometido: Libro homenaje al Prof. Dr. Gerardo Landrove Díaz (Miguel et. al. Abel Souto). Valencia, Tirant lo Blanch. Garland, D. (2001). The culture control. Oxford. University Press. Iglesias, M. Á. y Pérez, J.A. (2006). La pena de localización permanente y su seguimiento con medios de control telemático” en Anuario de Derecho Constitucional Latinoamericano, Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM. Kirchner, T. (2003). 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Evaluation of the natonal roll-out of curfew orders, Home Office Online Report, (15), Los efectos del confinamiento: ¿Cómo es la percepción de la pena de localización permanente? 159 Sobre los autores. Jordi Ortiz García es licenciado en Derecho por la Universidad de Extremadura y licenciado en Criminología por la Universidad de Girona. Experto en Criminología por la Universidad de Extremadura y Especialista en Criminalidad y Seguridad Pública por la Universidad de Sevilla. Doctor en Derecho y Ciencias Sociales por la UNED. Ha participado en distintos proyectos de investigación con el grupo de Estudios Jurídicos y Sociales de la Universidad de Extremadura en materia de violencia de género. Recientemente ha disfrutado de una estancia de investigación en la Universidad de Lisboa y ha realizado un master universitario tecnologías de la información geográfica SIG y teledetección por la Universidad de Extremadura. Entre sus últimas publicaciones destacan: Trabajos en beneficio a la comunidad en jóvenes sancionados por conductas incívicas y predictores individuales de la participación en el fenómeno del botellón en Guadalajara. Beatriz Cruz Márquez se licenció en Derecho por la Universidad de Extremadura (1995-1999). Durante los años 2000 a 2003 disfrutó de una estancia prolongada como ayudante científico en la WWU Münster, donde alcanzó el grado de Magistra Legum (2002). En julio de 2005 obtuvo el título de doctora con la mención de “Doctor Europeo” y la calificación de sobresaliente “cum laude” por unanimidad. Junto a la investigación en el ámbito del derecho penal de menores, ha participado en varios proyectos de investigación en materia de mediación y de violencia de género (UEX), dirigiendo el proyecto “El agresor de violencia de género: tipologías, estrategias y tratamiento” (DER2010-16003), financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación (20012013). 160 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Recientemente ha participado en proyectos de investigación relativos a la evolución del sistema penal español en el periodo post-crisis (UDC), los derechos del condenado y los límites derivados de la necesidad de pena (UAL) y los delitos contra la libertad sexual (UCA) El rol de los medios de comunicación en la pandemia del COVID-19 a nivel mundial. Antonio Noel Hernández Cruz Doctorando en UNADE [email protected] Resumen. El presente artículo que presentamos se ha decidido denominarlo con el nombre de: El Rol de los Medios de Comunicación en la Pandemia del COVID-19 a Nivel Mundial, con el cual se pretende en dar a conocer el origen del coronavirus-COVID-19, convertido en una pandemia de enfermedad 2019-2020 a nivel mundial, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo reconoció el 11 de marzo de 2020. Asimismo, dar a conocer a los lectores, las formas de como se ha propagado en los diferentes países a nivel global el COVID-19y el número de personas infectadas, fallecidas y recuperadas de esta pandemia. Que hasta el día de hoy no hay ninguna vacuna para prevenir o tratar el COVID-19. Explicar algunas de las medidas y acciones que la población debe tomar en cuenta para evitar el contagio de esta enfermedad, las cuales han sido proporcionadas por la Organización Mundial de la Salud. Y finalmente se espera explicar en el presente artículo, la importante labor y el rol que deben de jugar y expresar los medios de comunicación con la credibilidad respectiva que están manifestando, en darle a conocer a la población los datos, las cifras fidedignas y las acciones para seguir las medidas necesarias que ayudaran y contribuirán a evitar el mayor contagio del COVID-19 a nivel global. El origen del Coronavirus-COVID-19. Se considera de suma importancia en dar a conocer el origen del coronavirus- COVID-19, convertido en una pandemia de enfermedad por coronavirus de 2019-2020 es una pandemia 162 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 derivada de la enfermedad por coronavirus iniciada en 2019 (COVID-19), ocasionada por el virus coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2). Se identificó por primera vez el 31 diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, en China central, al reportarse casos de un grupo de personas enfermas con un tipo de neumonía desconocida. Los individuos afectados tenían vinculación con trabajadores del mercado mayorista de mariscos del sur de China. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la reconoció como una pandemia global el 11 de marzo de 2020. Hasta el 17 de mayo de 2020, se han informado de más de 4.6 millones de casos de la enfermedad en más de 210 países y territorios en el mundo, con más de 313,000 muertes y 1.7 millones de casos de personas recuperadas.1011 Los diez países con mayor número de infectados son Estados Unidos, España, Italia, Francia, Alemania, Reino Unido, Turquía, Irán, China y Rusia. El virus se transmite generalmente de persona a persona a través de las pequeñas gotas de saliva, conocidas como micro gotas de Flügge, que se emiten al hablar, estornudar, toser o espirar. Se difunde principalmente cuando las personas están en contacto cercano, pero también se puede difundir al tocar una superficie contaminada y luego de llevar las manos contaminadas a la cara o las mucosas. El periodo de incubación suele ser de cinco días, pero puede variar de dos a catorce días. Los síntomas más comunes son la fiebre, la tos seca y dificultades para respirar. Las complicaciones pueden incluir la neumonía, el síndrome respiratorio agudo o la sepsis. No existe todavía una vacuna o tratamiento antivírico específico. La única forma de abordaje del mal es a través de la terapia sintomática y de apoyo. Las medidas de prevención recomendadas incluyen lavarse las manos, cubrirse la boca al toser, la distancia física entre las personas y el uso de mascarillas, además del autoaislamiento y el seguimiento para las personas que se sospecha que están infectadas. El rol de los medios de comunicación en la pandemia del COVID-19 a nivel mundial 163 Para prevenir la expansión del virus, los gobiernos a nivel mundial han impuesto restricciones de viajes, cuarentenas, confinamientos, cancelación de eventos y el cierre de establecimientos. La pandemia está teniendo un efecto socioeconómico destructivo. Se han cerrado colegios y universidades en más de 124 países, lo que ha afectado a más de 2200 millones de sujetos en etapa escolar. Un tercio de la población mundial se encuentra confinada, con fuertes restricciones de movimientos. Se han tendido diferentes maniobras de desinformación y teorías conspirativas difundidas en línea sobre el virus, e incidentes de xenofobia y racismo contra ciudadanos chinos y de otros países del este y sudeste asiático. Debido a la reducción de los viajes y a los cierres de la industria pesada, ha habido un descenso en la contaminación del aire y las emisiones de gases tóxicos para la atmósfera terrestre . Consecuencias del Coronavirus-COVID-19 en la Población a Nivel Mundial. El COVID-19 constituirá el caso de comunicación de crisis por excelencia. Reúne todas las condiciones: el virus mata, rompe la estabilidad, transforma radicalmente las rutinas de las personas y de las organizaciones, exige soluciones urgentes, pone deficiencias existentes al descubierto, conlleva resultados desconocidos, y amenaza con acarrear graves consecuencias para la vida en todos sus aspectos. La incertidumbre y tensión que reinan en las casas, hospitales y medios de comunicación en estos días subrayan una de las grandes verdades de la comunicación política: tan importante es gestionar bien (por ejemplo, garantizar la atención y protección del personal sanitario) como comunicar 164 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 adecuadamente (por ejemplo, dar los mensajes necesarios para que la población actúe como parte de la solución)1. De acuerdo al Dr. Jarbas Barbosa, Sub director de la OPS (Organización Panamericana de la Salud). Manifiesta que hay que Informar a la población acerca de los riesgos para la salud que puede representar COVID-19, así como las medidas que puede tomar para protegerse resulta clave para reducir las probabilidades de que las personas se infecten y para mitigar la propagación de la nueva enfermedad por el coronavirus 2019. Si se facilita información precisa, pronta y frecuentemente en un idioma que las personas entiendan y a través de canales confiables, la población podrá tomar decisiones y adoptar comportamientos positivos para protegerse a sí mismas y a sus seres queridos de enfermedades como COVID-19. La información es el primer recurso que permite a la población tomar decisiones informadas para cuidar su salud y prevenir rumores y desinformaciones. La información oportuna y basada en evidencia es la mejor vacuna contra los rumores y la desinformación. Los medios de comunicación a nivel mundial están jugando un rol sin precedentes y de mucha responsabilidad social de lo que comunican a la población mundial, por consiguiente la información y datos estadísticos que comunican deben estar súper verificados y de fuentes fidedignas, ya que todos los televidentes , consumidores, políticos, empresarios, líderes mundiales confían en la información que reciben, para poder atender los cuidados e indicaciones que reciben y evitar el contagio del COVID-19. El slogan a nivel mundial que se ha comunicado para tratar de prevenir el contagio del COVID-19 es el de quédate en casa. Huang. C, et al (febrero-2020) “Clinical features of patients infected with 2019 novel coronavirus in Wuhan, China 1 El rol de los medios de comunicación en la pandemia del COVID-19 a nivel mundial 165 Como una reflexión a este apartado expresamos que, es de considerar que el COVID-19 es una enfermedad que se está conociendo día por día y los científicos a nivel mundial están investigando como poder detener el contagio y el virus COVID-19, ya que es un virus nuevo. Hasta el día de hoy, no hay ninguna vacuna ni medicamento antiviral específico para prevenir o tratar la COVID-19. Sin embargo, los afectados deben estar recibiendo la debida atención de la salud para aliviar los síntomas que presentan y atender todas las indicaciones que comunican los Organismos Internacionales en la Salud a través de los medios de comunicación, quienes 166 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 en estos momentos tienen una credibilidad de lo que comunican ante el mundo y la confianza ante la sociedad debe ser permanente y no defraudarla. Todos sabemos que la comunicación es poder y hay que saberla utilizar para el bien de la sociedad. Una Acción Decidida para Enfrentar la Crisis sin Precedentes Provocada por el COVID-19. De acuerdo a estudios del Grupo del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (Organismos Financieros Multilaterales), se manifiesta que el mundo está enfrentando desafíos sin precedentes debido a la pandemia de coronavirus (COVID-19), que puede destruir los avances en el desarrollo en muchos países. La pandemia ha tenido un profundo impacto en el capital humano: en las vidas, la educación, el bienestar básico y la productividad futura. La crisis también ha El rol de los medios de comunicación en la pandemia del COVID-19 a nivel mundial 167 endurecido drásticamente las condiciones de financiamiento externo para todos los países, sin importar su nivel de ingreso. Se necesita una cooperación multilateral para contener este mal y mitigar sus consecuencias sanitarias, sociales y económicas. Estos fueron los mensajes principales del Comité para el Desarrollo, un foro de nivel ministerial del Grupo Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), en un comunicado dado a conocer durante las Reuniones de Primavera de ambas instituciones, que se realizaron por primera vez de manera virtual. El Comité, que representa a los 189 países miembros, señaló que el Grupo Banco Mundial se encuentra en una posición única para abordar estos complejos problemas y desempeñar un papel de liderazgo en los esfuerzos de respuesta a través de sus préstamos, inversiones, conocimientos y poder de convocatoria. Dado que la pandemia requiere una acción e innovación colectiva y decidida, el Comité invitó al Grupo Banco Mundial y al FMI a continuar ayudando a todos los países clientes, en colaboración con los organismos de las Naciones Unidas, las instituciones financieras internacionales y los asociados bilaterales. En sus palabras ante el Comité, el presidente del Grupo Banco Mundial, David R. Malpass, dijo que: «Si no actuamos con rapidez para fortalecer los sistemas y la resiliencia, los avances que se han logrado en términos de desarrollo durante los últimos años pueden perderse con facilidad». Agregó que, si bien los impactos de la pandemia son globales, «es probable que la crisis afecte en mayor medida a los países y las personas más pobres y vulnerables». Al enfatizar la necesidad de actuar con rapidez y con medidas de amplio alcance, Malpass informó que los programas sobre 168 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 el COVID-19 del Grupo Banco Mundial se ejecutan en 64 países en desarrollo, y se espera llegar a 100 países para fines de abril. Además, dijo que los esfuerzos coordinados del Banco Mundial, la Corporación Financiera Internacional (IFC) y el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA) tienen tres objetivos principales: proteger a los hogares más pobres y vulnerables, respaldar a las empresas y preservar el empleo, y ayudar a los países en desarrollo a implementar operaciones sanitarias de emergencia y fortalecer la resiliencia económica. Tanto el Comité como Malpass destacaron que el fuerte apoyo de los países miembros ha permitido al Grupo Banco Mundial estar en mejores condiciones para ayudar a los países a afrontar el COVID-19. Malpass dijo que: «Con los recursos existentes, plenamente movilizados y suministrados por adelantado, podremos brindar financiamiento por valor de USD 160 000 millones durante los próximos 15 meses». Agregó que la Asociación Internacional de Fomento (AIF), el fondo del Banco Mundial para los países más pobres, proporcionará USD 50 000 millones de ese total en forma de donaciones y créditos en condiciones sumamente concesionarias. Los ministros de Finanzas del Grupo de los Veinte (G-20) anunciaron también que los acreedores bilaterales oficiales permitirán a los países de la AIF que soliciten un período de gracia suspender sus pagos del servicio de la deuda a partir del 1 de mayo. Esta iniciativa ha sido promovida por el Grupo Banco Mundial y el FMI, y durante la conferencia de prensa (i) posterior a la reunión del Comité para el Desarrollo, el presidente Malpass destacó que: “Es una iniciativa potente y de rápida acción que aportará beneficios reales para los pobres”. El Comité instó a los acreedores privados a participar en la iniciativa aplicando condiciones similares. También solicitó al Grupo Banco Mundial y al FMI que examinen los desafíos en términos de deuda de los países de ingreso El rol de los medios de comunicación en la pandemia del COVID-19 a nivel mundial 169 mediano y que busquen soluciones para las dificultades fiscales y de deuda en dichos países, teniendo en cuenta cada caso. El Comité y Malpass recalcaron que los esfuerzos deben ayudar a aumentar la transparencia de la deuda de los países en desarrollo. Las medidas que se han adoptado reflejan la magnitud de los desafíos planteados por el COVID-19, la cual fue calificada por Malpass como «una crisis sin precedentes, con efectos sanitarios, económicos y sociales devastadores que se hacen sentir en todo el mundo». Tanto él como el Comité expresaron sus condolencias por las pérdidas de vidas humanas y ofrecieron su apoyo a quienes trabajan en la primera línea de lucha contra la pandemia. También subrayaron que, al actuar ahora, el Grupo Banco Mundial puede ayudar a los países a reducir el tiempo de recuperación y sentar las bases para el crecimiento y mejores niveles de vida para todas las personas. Por encima de todo, la respuesta urgente al COVID-19 refleja el compromiso a largo plazo del Grupo Banco Mundial de ayudar a los países clientes a reducir la pobreza, ampliar la prosperidad y lograr sus objetivos de desarrollo. Tal como lo dijo el Comité: «Estas metas solo se lograrán a través de una reconstrucción más sólida y mejor estructurada». Acción rápida para salvar vidas y como ayudar a la reconstrucción de los países afectados por el COVID-19. Según el estudio realizado por Axel Van Trotsenburg –Director Gerente de Operaciones del Banco Mundial (Mayo-2020). La pandemia de COVID-19 (coronavirus) es un territorio desconocido para todos los países del mundo. Ha provocado tanto una emergencia sanitaria mundial como una crisis económica sin precedentes y de magnitud histórica. Si bien llama la atención la magnitud económica de la crisis, e incluso 170 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 podría paralizarnos, el costo humano es una cuestión aún más apremiante. Millones de vidas en los países más pobres están al borde del abismo. La infección que enfrentan no es solo el virus, por devastador que sea, sino que también los efectos que lo acompañan: la pobreza, las carencias e, incluso, el hambre. Sin un fuerte sistema de atención de salud que frene el avance de la enfermedad y con economías agobiadas por su deuda externa que, de repente, se ven privadas del comercio, las remesas, las inversiones y los empleos, será únicamente a través de la solidaridad mundial a una escala sin precedentes que podremos prevenir una catástrofe humanitaria, y evitar que décadas de avances para poner fin a la pobreza extrema se diluyan frente a nuestros ojos. El Grupo Banco Mundial se comprometió hacer todo lo que fuera posible, para ayudar a los países a responder a la emergencia sanitaria, a contener los daños económicos de ser posible y comenzar a planificar la recuperación a largo plazo. Han establecido un mecanismo de financiamiento rápido para los esfuerzos de respuesta al COVID-19, y estos ya están en marcha en más de 60 países clientes. Mediante una combinación de nuevos proyectos, la reestructuración de proyectos existentes y la aplicación de componentes de emergencia en estos últimos, y el uso de nuestros instrumentos de financiamiento para desastres, esperan que su trabajo relacionado con el COVID-19 se lleve a cabo en 100 países a fines de mes de abril. El estudio realizado por el autor Axel Van del Banco Mundial, se concentra en cuatro áreas fundamentales que hay que ponerle mucha atención: En primer lugar, su enfoque es el de salvar vidas, ayudando a los países clientes y socios que a la fecha son en total 189 países miembros, para implementar operaciones El rol de los medios de comunicación en la pandemia del COVID-19 a nivel mundial 171 Sanitarias de emergencia. Esto implica fortalecer los centros de salud, garantizar que haya suficientes trabajadores de primera línea donde se necesiten y que estén bien capacitados, y ayudar a que los insumos y equipamientos médicos lleguen a su destino a pesar de las mayores presiones sobre las cadenas de suministro y los flujos comerciales. Además, significa apoyar las campañas de información en salud pública a través de los medios de comunicación, que juegan un rol importante en estos momentos tan difíciles a nivel mundial, para que tengan un amplio alcance y lleguen de manera eficaz a los grupos de mayor riesgo. Y, dado que el simple lavado de manos es esencial para prevenir enfermedades y muertes, conlleva redoblar nuestros esfuerzos para ampliar la disponibilidad de servicios de agua y saneamiento. Esto incluye respaldar soluciones a corto plazo en lugares en que la infraestructura es deficiente, y que muchas veces incluye incluso hospitales en las zonas más pobres y remotas. En segundo lugar, pretenden ayudar a los países miembros a proteger a los más pobres y vulnerables. La ayuda está dirigida a los 189 clientes en función de ampliar la cobertura de las redes de protección social, tanto a través de nuevos programas sociales en respuesta a la pandemia como una ampliación a gran escala de los programas existentes, muchos de los cuales no han prestado suficientes servicios a las personas que los necesitan en la crisis actual. En África, por ejemplo, el 80 % de los trabajadores labora en el sector informal, lo que significa que no solamente sus puestos de trabajo están en riesgo, sino que no pueden acceder a la mayoría de las transferencias de efectivo tradicionales y otros programas de protección social. En África también más de 100 millones de personas están al borde de sufrir hambre de manera crónica; a nivel mundial, es probable que el número de personas que se enfrentan a una inseguridad alimentaria aguda se duplique a finales de este año. 172 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 En tercer lugar, el Banco Mundial está trabajando para salvar los empleos y las empresas. Debido a los impactos de la crisis provocada por el COVID-19, cuatro de cada cinco personas de la fuerza laboral mundial compuesta por 3300 millones de trabajadores se ven afectadas hoy por cierres totales o parciales de los lugares de trabajo. El sector informal representa hasta el 90 % de los trabajadores en algunas economías emergentes, la pérdida de ingresos desencadenará efectos en cascada, afectando primero los hogares y luego a las comunidades y las sociedades enteras. Sin las medidas políticas adecuadas, estos trabajadores muchos de los cuales son mujeres tienen un riesgo más alto de caer en la pobreza y encaran mayores desafíos para recobrar sus medios de subsistencia durante la fase de recuperación. La Corporación Financiera Internacional (IFC) y el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (MIGA) las instituciones del Grupo Banco Mundial dedicadas al sector privado están ayudando a amortiguar estos impactos, apoyando a dicho sector para que las empresas puedan seguir funcionando y se puedan mantener los empleos. También están trabajando para combatir las interrupciones de las cadenas de suministro, que no solo son fundamentales para la crisis sanitaria inmediata, sino que también desempeñan una función clave en la prevención del hambre y la protección de los medios de subsistencia. Y el último como cuarto lugar, están ayudando a establecer una recuperación más resiliente. Incluso cuando ayudan a los países a enfrentar las necesidades inmediatas, analizan también de qué manera pueden apoyar las reformas de políticas para facilitar un crecimiento más rápido, más resiliente y más equitativo cuando la crisis sanitaria se disipe. Nunca ha quedado más claro, por ejemplo, que el acceso a Internet de banda ancha es ahora una infraestructura esencial en todos los países, no solo para que sigan funcionando las empresas y los Gobiernos, sino que también para garantizar que 1500 millones de estudiantes sigan aprendiendo cuando El rol de los medios de comunicación en la pandemia del COVID-19 a nivel mundial 173 no pueden ir a la escuela. Sin embargo, ser más resilientes también significa tener claro lo que la tecnología puede y no puede hacer: muchos niños no solamente están perdiendo la interacción cara a cara con los maestros, sino que también la alimentación nutritiva que reciben en la escuela. Y, por supuesto, es importante tener en cuenta que muchos trabajos, en particular aquellos realizados por personas pobres y vulnerables, no se pueden desempeñar en línea cuando hay un confinamiento de la población. La pandemia ya ha estancado o revertido el crecimiento económico en todo el mundo, y es probable que empuje a la pobreza extrema entre los 40 millones y los 60 millones de personas.Después de décadas de rápidas mejoras en la calidad de vida, el número de personas que caerá en la pobreza extrema debido al COVID-19 será equivalente a toda la población de Colombia (50.0 millones de habitantes) o Kenya (51.4 millones de habitantes), o quizás más. Para una crisis de esta proporción, la única opción viable es una respuesta mundial coordinada, de gran magnitud y sin precedentes. El Grupo Banco Mundial está respondiendo al llamado de actuar rápida y enérgicamente. Deben hacer todo lo posible para limitar el sufrimiento humano y ayudar a los países a regresar a la senda del crecimiento económico sostenible, con una acción rápida que pueda ayudar a asegurar que esta crisis no se convierta en una crisis de hambre, analfabetismo, desnutrición y malestar social. Al trabajar mancomunadamente con los Gobiernos en turno, el sector privado, los asociados para el desarrollo y las instituciones multilaterales, en todo el espectro público y privado, se estaría demostrando que se puede encarar este desafío. Y se tendría éxito solo si continua con la sólida colaboración mundial. La unión de todos los países, hacen la fuerza para alcanzar los objetivos esperados y tratar de 174 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 minimizar el impacto social, económico y fiscal a nivel internacional ocasionado por la pandemia del COVID-19. Coronavirus: credibilidad. los medios de comunicación y su Según el artículo del autor Martin Muro, se mencionan y comentan elementos importantes para la credibilidad de los medios de comunicación en estos momentos del Coronavirus. El Señor Muro manifiesta, que Incluso semanas después de que la vida cotidiana se paró de pronto debido al COVID-19, se sigue sintiendo una sensación extraña y es donde los medios de comunicación y su credibilidad deben hacer conciencia de la situación de la vida diaria que ha cambiado y dar a conocer las medidas a tomar y seguir los protocolos que la organización mundial de la salud establece para evitar el contagio del coronavirus. Estas medidas solo se pueden transmitir y difundir a través de los medios de comunicación. Nuestros conocimientos sobre el coronavirus también los extraemos de los medios de comunicación. Cuando nuestras vidas cambian por completo de un día para otro como lo es actualmente, millones de personas se quedan sin empleo, cientos de miles se enferman y miles mueren, todo ocurre fuera de nuestro radio de experiencia, a menos que nosotros mismos o parientes cercanos se vean afectados. En cambio, nosotros nos sentamos en nuestras casas de habitación, miramos imágenes de las calles vacías y muchas personas utilizando mascarilla y guantes, lo que nos conlleva a mentalizarnos como sociedad que la vida cotidiana ha cambiado completamente a nivel mundial. ¿Con qué actitud enfrentaremos esta amenaza? Continua el Señor Muro explicando de acuerdo a su estudio que la actitud que debemos de tomar ante dicha amenaza El rol de los medios de comunicación en la pandemia del COVID-19 a nivel mundial 175 debe ser positiva para el bienestar propio de la familia y de la sociedad y aquí es donde los medios adquieren una relevancia enorme. No solo porque proporcionan información sobre las cifras actuales y las restricciones que imponen nuestros Gobiernos a sus ciudadanos, sino que hay mucho más en juego: se trata de la información que filtramos de los informes y de las conversaciones con amigos y vecinos. Naturalmente, nuestra actitud hacia la pandemia depende de nuestra situación individual. ¿Reaccionamos con miedo, pánico o sin preocupaciones? ¿Estamos deprimidos o tenemos la esperanza de poder lidiar con la situación que enfrentamos? Por lo tanto, no es sorprendente que el consumo de medios esté aumentando drásticamente. Los medios de comunicación logran un récord de visitantes de sus ofertas en línea. Pero nos hacemos la siguiente pregunta ¿podemos estar siempre seguros de que no hemos caído en la desinformación?, recibiendo noticias falsas, para responder a esta pregunta es que los medios de comunicación sus encargados de la producción de noticias verifiquen con varias fuentes de información que la información que transmiten es real y fidedigna, ya que de dicha información recibida la sociedad toma acciones y medidas para enfrentar la amenaza del coronavirus. El renacimiento de los medios informativos tradicionales. Finalmente, el Señor Muro se refiere a los medios informativos tradicionales y explica que en esta situación que estamos viviendo, muchas personas recurren a los proveedores de medios de comunicación tradicionales. Un estudio publicado recientemente por Reuters, donde se entrevistó a personas en las Repúblicas de Argentina, Alemania, Corea del Sur, España, Reino Unido y Estados Unidos, concluye que los grupos mediáticos tienen una credibilidad significativamente 176 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 mayor que las redes sociales. Al mismo tiempo, las personas con bajo nivel educacional utilizan mucho menos dichas ofertas informativas y confían más en las redes sociales y la mensajería. Continua el Señor Muro explicando en su artículo que “la gente en general confía sobre todo en expertos y representantes de las autoridades sanitarias, incluso más que en los medios tradicionales. ¿Pero cómo se comunican con la población? Pues precisamente a través de los medios de comunicación”. Como una conclusión del presente artículo podemos expresar que los periodistas a nivel internacional están jugando un rol súper importante que están desempeñando y una gran responsabilidad. Deben de filtrar la información relevante y verdadera para usarla en las noticias que presentan. Tienen que separar lo que es basura y falsedad de la información, a veces contradictoria, proporcionada por médicos, infectó logos, economistas, políticos y autoproclamados expertos. Y finalmente, tiene que organizar toda la información de una manera sencilla, comprensible y atractiva para la sociedad. Este es el trabajo cotidiano de los periodistas, incluso en tiempos sin crisis que deben de desempeñar. Sin embargo, desde el brote de coronavirus se debe procesar una sobreoferta de información con poco personal, incluso si los periodistas no se sientan juntos en sus redacciones, sino en sus casas de habitación. Además, muchos entes informativos tienen problemas económicos, porque por la crisis, no tienen ingresos publicitarios, y muchos artículos y videos sobre el coronavirus están sin embargo disponibles de forma gratuita. De esta manera, debido a la pandemia nos encontramos, ante una situación en la que la oferta gratuita de medios informativos es, por un lado, más importante que nunca, incluso en los Estados democráticos, donde muchas empresas de medios tradicionales están luchando por sobrevivir ocasionado por la crisis sanitaria de la pandemia (COVID-19). El rol de los medios de comunicación en la pandemia del COVID-19 a nivel mundial 177 Sin embargo, todos podemos como personas hacer algo, pagando por hacer uso de los medios de comunicación para que transmitan los mensajes a la sociedad y que la información sea de calidad, credibilidad y confianza absoluta de lo que manifiestan sobre la pandemia (COVID-19) a nivel internacional y esta responsabilidad de los medios de comunicación no solamente debe de ser en tiempos de crisis, sino que debe ser su rol principal como verdaderos profesionales con principios y valores ante la comunidad internacional. 178 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Bibliografía. Huang. C, et al (febrero-2020) “Clinical features of patients infected with 2019 novel coronavirus in Wuhan, China. Malpass. D. (17 de abril de 2020) Una acción decidida para enfrentar la crisis sin precedentes provocada por la Covid-19 (Coronavirus) Grupo Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional. Muro. M (17 de abril de 2020). Coronavirus: Los medios de comunicación y su credibilidad. El mundo periódico en línea. Recuperado de https://p.dw.com/p/3b5BB Trotsenburg. A (6 de mayo de 2020). Coronavirus (Covid-19): Una acción amplia y rápida para salvar vidas y ayudar a la reconstrucción de los países. Publicado en Voces. Recuperado de Blogs.worldbank.org Wikipedia Enciclopedia libre. Pandemia de enfermedad por Coronavirus de 2019-2020 Sobre el autor. Antonio Noel Hernández Cruz, ha sido catedrático por más de 25 años de las materias de Introducción a la Economía, introducción al Mercadeo, Mercadeo Estratégico, Asesor de tesis de grado (Universidad Centroamericana José Simeón Cañas-UCA, El Salvador. C.A.) y Asesor de tesis a nivel de Maestría en el área de Relaciones Internacionales (Universidad Tecnológica de El Salvador-UTEC ). Es economista (UCA) y Master-con dos maestrías una en Administración Agrícola y Economía (Universidad del Sur de Illinois-Carbondale. USA) y la segunda maestría en Diplomacia y Relaciones Internacionales (UTEC).Su labor es la de Asistente de la Dirección por el Salvador por más de 28 años a la fecha, en el Banco Centroamericano de Integración Económica-BCIE (Organismo Multilateral). Diálogos en pandemia. Espacio de construcción colectiva para intercambiar experiencias educativas desde la distancia Leandro Rust [email protected] María García Barrantes [email protected] Espacio de construcción colectiva Diálogos en Pandemia Resumen. Hoy, en contexto de aislamiento y suspensión de clases presenciales, hemos creado un espacio a través de las redes sociales para promover y enriquecer la reflexión crítica sobre las prácticas y la investigación pedagógica que los y las docentes estamos realizando en estas circunstancias y que nos permita entender el contexto, intercambiar y generar propuestas superadoras en beneficio de nuestros alumnos y alumnas. Diálogos en Pandemia surge como respuesta a las ideas de un grupo de docentes de diversos países, que planteamos el diálogo como propuesta pedagógica y que tiene una trayectoria que se inicia con los planteamientos de Paulo Freire. Observas o posicionamos! actúas. Así empezó esto… ¡nos “La última de las libertades humanas: poder elegir la actitud de cada uno en cualquier ocasión, poder elegir todos la manera de ser de cada uno” Víctor Frankl Pensar en cómo aprenden los y las estudiantes y cómo enseñamos los y las docentes en un contexto inédito, es tan complejo de entender cómo el poder imaginar buenos 180 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 resultados en el mundo diverso en nuestras aulas, en las cuales muchas veces no visualizamos cómo aprenden los que deben aprender. Esta idea se puede interpretar como una definición incomprendida, que, con frecuencia, no siempre nos interpela acerca del sentido de enseñar en la diversidad y cómo ésta debería llevarnos por el camino, de forma natural, para apropiarnos de las competencias suficientes y bien desarrolladas, de valernos de las herramientas básicas para poder aprender en cualquier contexto o circunstancia. Concebir que estamos ante una situación enrevesada y que ésta nos puede llevar a tomar algunos caminos, como el de la perplejidad absoluta o del avance intempestivo hacia el hacer lo que se pueda, pretendiendo que con ambas elecciones nos podamos sumergir en un horizonte repleto de oportunidades o uno que nos marque el camino hacía el desafío de un aprendizaje moderno acorde a estos tiempos, pero todo eso puede fallar y tristemente puede ser tan ineficaz como peligroso. Diálogos en pandemia. Espacio de construcción colectiva para intercambiar experiencias educativas desde la distancia. 181 Desde el lugar en que estemos, de lo que hagamos, podemos lograr grandes aprendizajes o por el contrario contribuir a afianzar la brecha entre los que pueden y lo que no pueden aprender, entre los y las que lograr avances o los y las que quedan relegados y relegadas. En consecuencia y ante un escenario inédito, Diálogos en Pandemia surge desde la idea de tomar los abrazos a la distancia como oportunidades, tomamos la decisión de confiar en los otros, como iniciativa que viene a sumar, detectando, identificando y desarrollando un espacio de intercambio y de aprendizaje colectivo entre los y las docentes, colegas de distintas latitudes y actuar. Elegimos el camino del hacer. Como decía el Pedagogo Brasileño Paulo Freire respecto al diálogo “existir humanamente es pronunciar al mundo, es transformarlo. Los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra, en el trabajo, en la acción en la reflexión” (Freire, 1972). A ello nos referimos cuando nos embarcamos en este proyecto global, a la idea de potenciar, en estos tiempos más que nunca, la palabra y el diálogo como oportunidad de salir del lugar de comodidad. Aunque consideramos que la idea puede crecer y a la luz de los tiempos, de las nuevas tecnologías, puede ir tan veloz que, creemos y estamos convencidos que el paso a paso es la forma para desarrollar una propuesta que se irá nutriendo con el aporte de todos y todas. Sí, ha nacido un espacio de encuentro y diálogo en la distancia. Un espacio que pretende alcanzar grandes lazos de colaboración entre docentes de diversos orígenes y funciones con el objetivo prioritario de mejorar el aprendizaje de todo el alumnado. En Diálogos en Pandemia la diferencia de sus miembros es lo que nos enriquece como una comunidad profesional de aprendizaje que queremos ser, para promover procesos 182 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 donde compartir las prácticas docentes, reflexionar críticamente sobre los efectos de nuestro trabajo, diálogo abierto sobre las estrategias más adecuadas, intercambio de prácticas docentes de distintos países. Todo ello se enmarca en la “organización que aprende” (Bolívar 2013), aquella que facilita mediante un conjunto de procesos de intercambio, el aprendizaje de todos sus miembros y procura su propio desarrollo, aprendiendo de la experiencia pasada y de sus respuestas a un entorno cambiante. “Aprender es nuestro trabajo y el capital social es el combustible. Si el capital social es débil, todo lo demás está destinado al fracaso. Los docentes tendrán escasez de capital profesional si no están lo bastante cualificados, si pasan la mayor parte del tiempo aislados, si no obtienen retroalimentación y apoyo de compañeros y si no están conectados con docentes de otras escuelas”. (Hargreaves y Fullan, 2014) Y eso es lo que queremos, estar conectados con docentes de otras escuelas, de otras realidades que a la vez están viviendo este tiempo de pandemia con las mismas dificultades que el resto, ya vivas en Perú, Argentina, Chile, España o México. Como dice nuestra compañera Erika Guerra, desde México, en estos tiempos en los que la educación ha dado un giro de 180º, nosotros, las y los docentes, nos hemos encontrado con que debemos unir fuerzas, compartir nuestras ideas, proyectos y distintas formas de hacer las cosas. Metodologías ya hay muchas en la red, pero experiencias, estrategias y ayudas de colegas alrededor del mundo son difíciles de encontrar y eso es algo que vamos a poder descubrir en este espacio. Todos tenemos algo que aportar. Y contamos contigo. Diálogos en pandemia. Espacio de construcción colectiva para intercambiar experiencias educativas desde la distancia. 183 Cuéntame… ¿cómo fue allá? descubrir otras realidades para conectar. “La gran finalidad de la vida no es el conocimiento, sino la acción” Tomas H. Huxley Sí, en España, pese a tener a nuestro país vecino, Italia, padeciendo la pandemia con dramáticas estadísticas, nos vino de sopetón y sorpresa todo lo que posteriormente aconteció entre los días 11, 12 y 13 de marzo. Fueron los días en los que se comunicaba, sucesivamente en distintas comunidades autónomas, que los centros escolares cerraban sus puertas. Comenzábamos un periodo de suspensión de clases lectivas presenciales como prevención para evitar la propagación del COVID-19. Las medidas tomadas, de forma urgente, fueron el cese de las clases presenciales, en principio, por quince días. Esta suspensión incluía todos los servicios que ofrecen los centros: Aula matinal, comedor, actividades formativas complementarias de la tarde, es decir, se suspendía cualquier actividad del centro. Sin embargo, comunicaban que durante este periodo los centros deberían permanecer abiertos, teniendo que acudir tanto el personal docente como del personal de administración y servicios, en su caso, con flexibilidad en la organización interna. Desde los centros educativos se dejaba claro que en este periodo, hasta que volvamos al aula, el profesorado iba a seguir en contacto con su alumnado para enviar tareas, información y resolviendo dudas. Esto afectaba a 10 millones de estudiantes españoles. De repente, toda la comunidad educativa asistimos perplejos a una situación excepcional para toda la ciudadanía. ¿Cómo íbamos a conciliar los adultos el trabajo con nuestras hijos e hijas en casa? ¿Quién se va a ocupar ahora de ellos si ni siquiera pueden estar con sus abuelas y abuelos? ¿Cómo van 184 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 seguir las clases? ¿Cómo iban a ser las evaluaciones? ¿Sabremos trabajar online? ¿Los docentes están preparados para ello? Qué sensación más extraña nos invade. Al día siguiente, sábado 14 de marzo, España, el decreta el Estado de Alarma. Ya lo teníamos más claro. Las familias nos quedamos al completo en casa. Adultos teletrabajando, tampoco muy bien sin saber cómo y, nuestras hijas e hijos a la espera de que su tutor o tutora que ponga en contacto para comunicarles cuáles iban a ser las líneas de trabajo que nadie sabía. Perplejos. Lunes 16 de marzo. El profesorado tiene que reajustar su programación didáctica, con muy poco tiempo de planificación para este Estado de Alarma que, no sabemos cuánto va a durar: miedos, incertidumbres, presión social, angustia, desánimo. La tristeza de no poder acompañar al alumnado como lo han hecho hasta el momento. La esperanza de dar lo mejor de sí para que todas y todos reciban una igualdad de oportunidades de aprendizaje. Esa semana se inician los primeros contactos y se empiezan a enviar tareas. Al profesorado no le queda otra que cambiar sus clases presenciales por clases online y se desborda. El alumnado se desborda. Las familias se desbordan. Tareas de uno, tareas de otro, correos electrónicos a todas horas...la vida, está en las pantallas. Y así estuvimos las dos primeras semanas trabajando sin rumbo. Costó adaptarse. Nos costó al profesorado, nos costó a las familias y les costó, sobre todo, al alumnado. Entonces, con más luz que nunca, se evidenciaron las tres brechas del sistema educativo: la brecha de acceso, la brecha de uso y la brecha escolar. En la brecha de acceso, nos encontramos datos donde los grupos socioeconómicos bajos, el 14% del alumnado no tiene ordenador en casa, el 44% sólo tiene uno, frente al grupo socioeconómico alto, donde el 61% dispone de tres o más ordenadores, el 31% sólo dispone de dos y el 8% de uno (Fernández Enguita, 2020). Teniendo ya de entrada, esta brecha de acceso, nos podemos hacer una idea de todo lo Diálogos en pandemia. Espacio de construcción colectiva para intercambiar experiencias educativas desde la distancia. 185 demás y de la profunda desigualdad de oportunidades de aprendizaje que estamos viviendo. El mensaje constante del Ministerio de Educación y Formación Profesional de España ha sido: “Ningún alumno va a perder el curso por las circunstancias excepcionales provocadas por el coronavirus. Vamos a poner a su disposición materiales online y flexibilizar calendarios para amortiguar el impacto de la suspensión de clases presenciales”. Señora Ministra, ojalá sea así, pero esta vez, la realidad ha superado a la ficción. No estamos preparados, en este mundo tan globalizado y tecnológico, para dar clases online, ni nuestro alumnado a recibirla. Y la brecha de acceso al sistema educativo ya estaba antes de la pandemia. Nos ha venido algo que ya estaba presente sin saberlo: la desconexión. En Argentina se optó por acciones similares. El aislamiento obligatorio comenzó el 16 de marzo luego del anuncio del Presidente Alberto Fernández. Todo parecía desmoronarse, invadió la sensación de incertidumbre y se empezó a tejer un entramado de acciones que atendieron el inmediato de manera apabullante, pero acertada. Con el correr de los días, de las semanas y ya con la definición de la no vuelta a clases, se empezó a ordenar el tremendo desconcierto. En la Argentina como en muchos países de Latinoamérica, el 19,5% de los niños y niñas que terminan la escuela primaria no tienen acceso a la conectividad. En tanto en el Nivel Secundario la cifra asciende al 15,9%. El Estado Nacional como las provincias, diseñaron cuadernillos impresos para distribuir a la población más vulnerable, conteniendo material de estudio reforzado por medios de comunicación como la radio y la tv pública. Hoy las acciones se han centralizado en la contención y la definición de estrategias para atender las demandas de las familias y las propias del colectivo docente. Se están 186 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 definiendo en estas horas cuestiones relativas a la evaluación y acreditación. Tema que preocupa a muchos y desespera a una parte de la población. ¿Qué pasará con el año escolar? ¿Se perderá el curso escolar 2020? ¿Lograrán todos y todas apropiarse de una enseñanza que no es a distancia ni virtual? Es muy fácil decir eso, que ningún alumno o alumna va a perder el curso. Eso es lo que nos gustaría. Pero no es verdad. Este tiempo de confinamiento en casa ha abierto aún más la brecha educativa. Alumnado muy vulnerable que no puede seguir esa educación a distancia por muchos motivos y no sólo digitales. Un alumnado que no puede ser apoyado por su familia, un alumnado que no tiene los materiales accesibles, un alumnado que una vez roto ese contacto cercano con su docente...se pierde. La educación a distancia no vale para todos y todas. La educación a distancia nos llegó de golpe. Ahora, toca dar respuesta para que nadie que quede atrás. Y ahí es donde los docentes nos posicionamos y a través de espacios como Diálogos en Pandemia, queremos construir debates y diálogos para poder ofrecer, en este tiempo de confinamiento, una igualdad de oportunidades de aprendizaje para todo el alumnado. Estamos conectados, en red y…. ¡saltamos el charco! “La acción más pequeña vale más que la intención más grande” L.Elsenberg ¿Cuántos de nosotros todas las mañanas nos levantamos bien temprano, como habitualmente lo hacíamos?. Hasta hace cincuenta días quizás muchos se preparaban para viajar a sus lugares de trabajo recorriendo unos cuantos kilómetros para encontrarse con sus compañeros y compañeras de equipo, alumnos y alumnas. La cuarentena nos vino a romper con las rutinas que tanto teníamos estructuradas y a corrernos, tal vez, de los lugares que habíamos encontrado para sentirnos más cómodos y seguro de nosotros mismos. Diálogos en pandemia. Espacio de construcción colectiva para intercambiar experiencias educativas desde la distancia. 187 Surgen tantos interrogantes a cada instante, que la incertidumbre intenta apoderarse de nuestras ideas y le hacemos frente. Intentamos no dejar que la perplejidad nos inmovilice, la inacción nos retarde. Surgen así tantas propuestas y tantas genialidades que pareciera que estamos en una Usina de ideas rodeados de locos cuadraditos aprendices del Zoom, ávidos y deseosos del codo a codo. Y, en la distancia nos encontramos. Claro, hemos perdido el contacto físico, pero quizás estamos ganando en otros aspectos, nos volveremos especialistas de redes, creadores de App, desarrolladores Seniors, pues no, nada de eso. La tecnología nos acerca, y vaya si lo hace aún al otro lado del charco. El diálogo se impregna y se hace fluido en un espacio que nos ayuda a descubrir nuestro potencial y a organizarnos para pensar y compartir estrategias para ver de qué manera justa podemos llegar a los alumnos y alumnas para que puedan transitar este tiempo del no vernos, el no encontrarnos. Al tacho la burocracia. Quién puede pensar en los formalismos y estructuras cerradas en tiempos de Pandemia y a través del ordenador. Todo lo que está escrito quizás no sirva para aplicar, pero sin duda, nos marcan sutilmente caminos por recorrer. Tarde, pero bienvenido sea, los maestros y maestras estamos siendo protagonistas de un cambio, no visible aún, pero un cambio que seguramente traerá tensiones y resignificará (deseo) ya no utópicamente nuestro lugar de hacedores en la historia de la educación global. Días y noches, tardes aferrados a un móvil o un ordenador, debajo de las sábanas y/o pegados a la almohada, buscando cómo hacer para que nuestras palabras cobren sentido y lleguen como amarras a nuestros niños y niñas, sus familias y también, sin desperdicio a otros y otras colegas. 188 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Aquí es donde la estrategia de intervención no debe ser esbozada como unas líneas de buenas intenciones, sino como un posible fusible que ponga de manifiesto que nuestras matrices, aún intactas, pueden verse acorraladas en situaciones de emergencia y al mismo tiempo nos interpele inmediatamente porque creemos que ya sabemos lo que hay que hacer. ¿Quién sabe de manera absoluta lo que hay que hacer? Nos enfrentamos a lo desconocido, vaya si es desconocido. Nos entra a correr escalofríos por la espalda de no saber cómo termina esta historia, pero saben qué, lo interesante de esto es que más allá de que no lo sepamos, que no somos los únicos a los que les está pasando. No estamos solos. Cerca del noventa por ciento del planeta está atravesado por lo mismo. No es de conformistas, realistas. Es hora de socializar las prácticas. La tela de araña. “No solo uso mi cerebro, sino también todos aquellos que pueda pedir prestados” Woodrow Wilson Aprender es lo que hacemos cuando no sabemos qué hacer (Guy Claxton, 2001). Como dice la pedagoga argentina Inés Aguerrondo, que llama a la escuela como una organización que aprende, seguramente podemos afirmar que en estos tiempos habremos aprendido mucho. Algo hacia adentro, pero mucho más hacia el afuera. Podemos pensar que cuando volvamos a la escuela, se definirán claramente algunas misiones o visiones de lo institucional, algo habrá cambiado y deberemos repensar y reconstruir roles, tarea que deberá, no solo a los equipos de gestión, sino también a todos los docentes, manos a la obra. No será una tarea sencilla dado que implica reorganizarse no sólo en las cuestiones administrativas, sino también en las prácticas institucionales arraigadas que tenemos como formas de trabajo, en diferentes agrupamientos y variados procesos de planeamiento. Las ideas irán surgiendo y ser irán Diálogos en pandemia. Espacio de construcción colectiva para intercambiar experiencias educativas desde la distancia. 189 construyendo de manera colectiva, con una clara articulación entre la experiencia obtenida en el proceso de aislamiento y el deseo de cambiar la escuela a partir de la vuelta a las aulas. Ahora, reconocer que estamos frente a muchas demandas y que se han visibilizado situaciones emergentes latentes, de las cuales tenemos que hacernos cargo como educación pública, será tema a profundizar colectivamente, de una forma que favorezca lo profesional, en pro de obtener mejores resultados en lo que enseñamos y en lo que aprenden nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Algunas claves y miradas para ser pensadas desde este espacio, Diálogos en Pandemia. ¿Dónde quisiéramos estar hoy? ● Llegando a todos/as los/las estudiantes con mejoras sustanciales en la retroalimentación, tanto sincrónica como asincrónica. ● Promoviendo propuestas que promuevan la calidad de lo que se enseña y cómo se aprende. ● Monitoreando casos particulares con dificultades de aprendizaje, teniendo en cuenta el contexto y el nivel de posibilidades y atendiendo sus demandas. ● Generando condiciones indispensables para la gestión en contexto de aislamiento, articulando de mejor manera con los distintos actores institucionales. ● Creando conocimiento y sentido de la significatividad de las prácticas de enseñanza. ¿Para qué? ¿Cómo? ● Mejorando el acceso a la tecnología y formación docente que acompañe el correcto uso de la nuevas tecnologías. Contando con herramientas y conocimientos para hacer un buen uso del sistema virtual, previendo de qué manera se cuida y se autocuidado. 190 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 ● Desarrollando la capacidad de seleccionar e identificar aquellos saberes que son factibles de ser enseñados en formato online. ● Habiendo transitado la presencialidad con una verdadera atención a la diversidad y con inclusión como oportunidad. ● Desarrollando la autonomía de los/las estudiantes, competencias y habilidades para el aprendizaje autónomo. ● Teniendo más presente la trayectoria escolar de nuestros estudiantes. Todo el profesorado, como profesionales de la enseñanza que somos, podemos encontrar en el espacio de Diálogos en Pandemia, una manera de colaborar para aprender a hacerlo mejor con el fin de mejorar el aprendizaje de todas nuestras alumnas y alumnos en este tiempo de pandemia. Hemos empezado a tejer una tela de araña. construyéndose junto a ti. Sigue Diálogos en pandemia. Espacio de construcción colectiva para intercambiar experiencias educativas desde la distancia. 191 Bibliografía. Bolívar, A (2013) Construir la capacidad de mejora: liderazgo distribuido en una comunidad profesional de aprendizaje. Educ@arnos, núm.10 (en prensa). En pag. web: http://www.ugr.es/~abolivar/Publicaciones.html Hargreave, A. & Fullan, M (2012). Professional capital: Transforming teaching in every school. New York, NY: Teachers College Press. Claxton, G. (2001) Aprender. El reto del aprendizaje continuo. Buenos Aires: Paidós. Fernández Enguita, M. (2020). “Una pandemia imprevisible ha traído la brecha previsible”. Cuaderno de campo (31 de marzo). https://blog.enguita.info/ Gvirtz, Silvina. Podestá María Eugenia. (2011). Mejorar la gestión directiva en la escuela. Buenos Aires. Granica. 192 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Sobre los autores. María García Barrantes. Cáceres, España. Maestra y Psicopedagoga. Actualmente trabajo en como Asesora de Formación del Profesorado en el Centro de Profesores y Recursos de Cáceres. No dejo de aprender de todas las personas que me encuentro por el camino. Junto a ellas, voy reafirmando mi convicción de que la educación es una herramienta poderosa para crear una ciudadanía competente, capaz de mejorar el mundo, si no, ¿Para qué sirve la educación? Leandro Rust. Coronel Pringles, Argentina. Maestro, Profesor y apasionado formador de formadores. He transitado diversos cargos en la gestión institucional, hoy me encuentro trabajando como Supervisor de Enseñanza del Nivel Secundario. La vida me cruzado con colegas que me han motivado en mi profesión y agradezco que eso haya pasado. Mi filosofía: como maestro nunca dejo de aprender, el día que lo haga, será el día que me retire de esta tarea, parafraseando al colega Bernando Blejmar. Mi interés se orienta a construir desde y con otros. Tengo como premisa de trabajo colectivo que con el saber no se puede ser mezquino y por ende debemos compartirlo. ¿Los hacemos? La crisis como motor de cambio social. Aspectos educativos fortalecidos tras el confinamiento por pandemia Estela Cabrera Lunar Universidad Anáhuac, México [email protected] Introducción. El confinamiento preventivo obligatorio por esta pandemia nos compromete a la migración educativa, en muchos casos, de manera abrupta, buscando nuevos escenarios educativos y nuevas formas pedagógicas, que aunque el sistema educativo nos venía exigiendo a gritos, por una u otra razón, nos negábamos a escuchar con una gran resistencia. En este artículo proponemos el análisis de esta migración abrupta que nos impulsa y nos lanza al cambio tanto en los procesos educativos como en los organizativos de las escuelas, poniendo especial atención en aquellos aspectos que nos hacen ganar en lugar de perder. Se ha hablado mucho de todo lo que hemos perdido en este confinamiento pero poco se ha analizado lo que estamos ganando como sociedad y como comunidad educativa. Tuvo que llegar un virus minúsculo y desconocido que nos lanzara al vacío que a veces supone el cambio radical en los procesos educativos y organizativos de las instituciones, ancladas muchas veces a viejas fórmulas de enseñanza que poco tienen que ver con los avances de la sociedad en general y de las tecnologías en lo particular. En diversos foros pedagógicos se habla de la brecha educativa que surge a partir del confinamiento y las clases virtuales, y que en otras ocasiones lo que hace es aumentarla pues ya está anquilosada en el sistema siendo el caso de muchos sistemas educativos a lo largo del todo el mundo. 194 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 La brecha abarca irrefutablemente al ámbito social, cultural, educativo y económico de las familias y la desigualdad aumenta a medida que esta situación se alarga en el tiempo y los gobiernos, a través de las escuelas, no ofrecen una solución para detenerla. Y esto es una realidad imposible de negar. Pero esta renovación y reingeniería escolar impulsada por el coronavirus también trae positividad a un sistema envejecido por el paso de los años y por el poco interés generado en los gobiernos en el poder. La escuela, nuestra escuela, se merece una renovación que la ponga al nivel de los cambios sociales y tecnológicos constantes en nuestra vida diaria. Necesitamos una escuela flexible con capacidad de adaptación rápida y segura a los cambios que la sociedad nos demanda, por ser además punta de lanza del cambio generacional de los pueblos y por ser el instrumento con que se mide la riqueza de un país y sus gentes. Por ello, nos proponemos analizar los aspectos positivos de esta pandemia ante la educación y los cambios que ha generado en ella, cuáles son los principales aprendizajes que nos deja, las buenas prácticas docentes en esta emergencia sanitaria y los retos educativos que nos ha traído el coronavirus. Principales cambios en el sistema educativo impulsados por el COVID-19. Como apuntábamos anteriormente, el COVID-19 ha puesto encima de la mesa docente una serie de desafíos, preocupaciones y logros jamás pensados en tan corto espacio de tiempo. Dentro de los desafíos docentes impulsados por la pandemia de manera abrupta podríamos hablar, en lo general, de adaptación de clases y formas de evaluar, manejo de la La crisis como motor de cambio social. Aspectos educativos fortalecidos tras el confinamiento por pandemia 195 tecnología y las diferentes plataformas tecnológicas educativas y de comunicación (muchas de ellas desconocidas hasta este momento), mantener la motivación de los alumnos y la comunicación y coordinación con los padres de familia, al mismo tiempo que crear un ambiente de aprendizaje cálido y cercano que disminuya la distancia social impuesta por el confinamiento. De la misma manera, el docente enfrentado a una realidad desconocida, tiene diversas preocupaciones, todas ellas inmersas en su práctica educativa diaria como puede ser, asegurar el logro de los aprendizajes con el diseño de nuevas actividades y materiales, evaluar de manera eficiente sin tener el contacto personal al que está acostumbrado ni la cercanía a los problemas emocionales que pueden estar sufriendo el alumnos; manteniendo al mismo tiempo la calidad educativa esperada por la escuela, los padres de familia y él mismo. Aspectos positivos del cambio a nivel educativo. Por una parte, se ha logrado la inmersión del docente en el desarrollo de competencias tecnológicas requeridas en nuestro tiempo y que tanto temor le daba poner en práctica, quizás por la diversidad y la manera tan rápida en que se desarrollan y cambian constantemente. De esta manera se ha visto obligado a desarrollar nuevas competencias docentes (tecnológicas) equilibrándose con las meramente pedagógicas de su quehacer diario. Este equilibrio de competencias no se había llevado a cabo ni con la vasta variedad de cursos de actualización ofertados por diferentes instituciones educativas, consiguiendo de esta manera la adaptación a esta nueva realidad de un mundo cambiante. 196 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Así, en cuanto a la producción de contenidos académicos, podemos decir que pasamos “del PDF a las narrativas multimedia expandidas y líquidas” (Pardo y Cobo, 2020), donde el docente tiene que innovar para llevar a cada alumno a una óptima calidad educativa. Por otra parte, y siguiendo en la línea pedagógica, podemos hablar de la expresión tangible de estas competencias en el desarrollo de nuevas actividades adaptadas al nuevo medio de comunicación pedagógico. Los docentes han trabajado arduamente en hacer llegar los contenidos a sus alumnos desarrollando nuevos modelos de actividades que aseguren el logro de los aprendizajes esperados. Podemos decir entonces que hemos tenido una explosión de conocimiento vertido en actividades que llevan el conocimiento al alumno de una nueva manera, adaptándose a la modernidad reclamada desde hace años. Al mismo tiempo, el alumno se va haciendo responsable de su propio aprendizaje creado por estos nuevos ambientes y va desarrollando poco a poco principios de investigación y autoaprendizaje. De esta manera empieza a encontrar motivación intrínseca para alcanzar sus metas, persiguiendo intereses personales y desarrollando capacidades, generando interés y placer, elemento importantísimo para el éxito futuro. En esta línea pedagógica y después del trabajo de diseño de nuevas actividades para una plataforma digital, el docente repara en que la evaluación debe ser diferente, pues el medio no es el mismo y debe priorizar el aprendizaje. Por lo tanto, surgen también nuevos modelos de evaluación adaptados a una nueva realidad, donde hay que enfocarse más en el proceso de aprendizaje que en el resultado, haciendo que el alumno se sienta cómodo y seguro de este nuevo contexto de aprendizaje para que sea un elemento motivador donde no sienta la sanción calificadora, sino una oportunidad para aprender y mejorar. La crisis como motor de cambio social. Aspectos educativos fortalecidos tras el confinamiento por pandemia 197 Ya no se hablaría entonces de un acercamiento a competencias, sino del logro de las mismas, ajustando contenidos, las actividades, creando nuevos ambientes aprendizaje y desarrollando distintos instrumentos evaluación. las los de de Según Pardo y Cobo (2020) es pasar “de la calificación sancionadora a la autoevaluación permanente”, y añadiríamos que no sólo del alumno sino también del docente en todos sus ámbitos de actuación pedagógica. Si llevamos años haciendo énfasis en la retroalimentación al alumno, ahora se vuelve indispensable pues es lo que va a marcar la diferencia en el aprendizaje. Debemos enfocarnos en cómo vive el alumno el proceso de aprendizaje más que en los resultados. Hacer énfasis en la retroalimentación para mejorar a futuro y generar así un portafolio de vivencias educativas del proceso de aprendizaje que lo lleve a la reflexión de qué puede hacer en el futuro para mejorar. Debemos hacer una profunda reflexión en para qué evaluamos, qué queremos evaluar y cómo lo vamos a evaluar cambiando viejos paradigmas en cuanto a la evaluación. Pero no podemos hablar de educación sin poner la mirada en la parte humana del proceso de enseñanza-aprendizaje. Como nos decía Paolo Freire, “enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su propia producción o construcción” en oposición a la memorización mecánica y al papel distante del profesor con el alumno. El ser humano aprende a través de la relación con los demás, en compañía de otros; por eso es tan importante seguir manteniendo las relaciones humanas (sociales) y los grupos de alumnos dentro del proceso enseñanza-aprendizaje. Se nos pone delante un gran reto, pero a la vez una gran 198 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 oportunidad; acompañar al grupo de alumnos y, a la vez a cada uno de ellos, a través de nuevas plataformas tecnológicas sin que éstas suplan jamás la relación maestroalumno. Esta pandemia nos abre la posibilidad de desarrollar nuevas vías de comunicación con el alumno, acercándose de una manera, quizás más ligada a él generacionalmente hablando, creando nuevos y cálidos ambientes de aprendizaje y desarrollando sentimientos de empatía en ambas partes. De esta manera surge un acompañamiento humano dentro de una plataforma digital que acerca el docente al alumno y su medio, volviendo a mostrar la importancia de la relación maestro-alumno y la importancia de las relaciones sociales entre pares en el proceso educativo. Se demanda así, por naturaleza, la presencia proactiva del docente y de los pares en tiempo real y ligado a esto, nuevas formas en este proceso de enseñanza-aprendizaje (García, M., 2020): F: Flexibilidad en torno al proceso de enseñanzaaprendizaje A: Capacidad de adaptación de manera activa C: Competencia en la migración a la docencia virtual E: Poner la mirada en lo que es esencial en el proceso de aprendizaje. Con respecto al alumno, podemos hablar de un crecimiento personal con respecto al manejo de sentimientos de vulnerabilidad, miedo a lo desconocido, estrés, ansiedad, incertidumbre sobre el ciclo escolar y la vida misma; así como tolerancia a la frustración surgida desde los primeros días con respecto al manejo de nuevas plataformas digitales y comunicación con sus maestros y sus pares. Les ha hecho valorar qué es lo realmente importante en la vida, ha La crisis como motor de cambio social. Aspectos educativos fortalecidos tras el confinamiento por pandemia 199 desarrollado en ellos resiliencia y los ha hecho más independientes y responsables con respecto al proceso de aprendizaje en sus vidas, teniendo en muchos casos que ser ellos los que apoyen tecnológicamente a sus padres por la brecha generacional. Dentro de esta parte humana del proceso educativo debemos también mirar la parte positiva en la que las familias, no acostumbradas a compartir ni espacios ni tiempos en gran medida, han tenido que adaptarse al confinamiento y empezar a compartir en familia tiempos y espacios. De esta manera el ambiente educativo, familiar, profesional y de ocio se desarrolla bajo un mismo escenario, teniendo que ser flexibles en el uso de espacios y recursos tecnológicos pues muchos hogares no tienen un dispositivo por miembro de la familia ni espacios individuales de estudio o trabajo. Esta situación nos lleva a dos puntos de inflexión importantes, por una parte la familia empieza a compartir cosas realmente valiosas para ellos (tiempos, espacios y dispositivos hasta ahora “personales”) y surge el respeto por el trabajo de los demás, que muchas veces no valoramos por no estar presentes. Las familias realmente empiezan a conocerse. Por otra parte, se pone de manifiesto ante las familias la ardua preparación docente para llevar el aprendizaje de los niños hasta sus casas, muchas veces sin los recursos que el maestro tiene en el aula escolar por estar también en confinamiento. De esta manera se empieza a escuchar por parte de los padres la importante labor del maestro en la vida diaria de los niños (tanto presencial como virtual) por ser ellos quienes dirigen el aprendizaje mientras los padres se ocupan de sus labores profesionales y/o familiares; en otras ocasiones, por tener los padres menor nivel educativo que sus hijos y vivenciarlo en el día a día. 200 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Teniendo en cuenta que todos somos diferentes y vivimos los procesos de manera distinta, el acercamiento del docente en esta nueva realidad de los alumnos debe ser en primer lugar desde la parte humanística donde primero está el alumno y en torno a él y su manera de sentir/estar se dará el aprendizaje, teniendo que estar preparado el docente para la flexibilidad en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Por esta razón, y como nos decía Abraham Maslow en su pirámide de las jerarquías de necesidades, debemos tener en cuenta que las necesidades básicas del alumno estén cubiertas para sobre éstas construir el aprendizaje. Por lo tanto, antes estos momentos de incertidumbres y ansiedad, miedo y estrés, el docente debe asegurarse que el alumno esté en condiciones óptimas para el aprendizaje; para ello empezar las sesiones preguntándoles cómo están y acercándose a ellos verbalmente es importantísimo para crear lazos que den contención, soporte, cercanía y seguridad al alumno. Como dice el Papá Francisco (2020), “Cuánta gente cada día demuestra paciencia e infunde esperanza, cuidándose de no sembrar pánico sino corresponsabilidad. Cuántos padres, madres, abuelos y abuelas, docentes muestran a nuestros niños, con gestos pequeños y cotidianos, cómo enfrentar y transitar una crisis readaptando rutinas, levantando miradas e impulsando la oración.” Más allá del enfoque religioso que puedan tener las palabras de su Santidad el Papá Francisco, es un llamamiento y reconocimiento a readaptarnos, reinventarnos por el bien común, por nuestros niños y jóvenes. El educador está obligado a desarrollar la habilidad de escucha activa que cree un nivel de confianza construido desde la empatía y el interés por el alumno, poniendo en práctica en su quehacer diario, conductas que la faciliten ( no cambiar el tema, no negar ni ignorar los sentimientos del alumno, preguntar por las preocupaciones o miedos de los alumnos, permitir los silencios, …), evitando expresiones que La crisis como motor de cambio social. Aspectos educativos fortalecidos tras el confinamiento por pandemia 201 corten este canal de comunicación ( amenazas que generan miedo, órdenes desde la autoridad, críticas que minen la autoestima del alumno, cambiar de tema, quitar importancia a lo expresado por el alumno, intentar tranquilizar mediante la negación, rehusar hablar de algún tema que le preocupe al alumno, etc.). Nuestras rutinas y con ello nuestra seguridad y comodidad pedagógica se tambalean, nos dejan ver la necesidad de innovación profesional y nuevos horizontes. ”La tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades.” (Papa Francisco, 2020). Debemos reinventarnos, reorganizar nuestras rutinas y no contar los días, sino que los días cuenten pedagógicamente hablando, y que cuenten para bien. Poner al alumno y la situación por la que está pasando en el centro del proceso de enseñanza-aprendizaje y partir de ese mismo centro para adaptarnos al momento con la flexibilidad que demanda la crisis de salud mundial por la que atravesamos. Por otra parte, en aquellos hogares donde los padres aún no creen en esta pandemia, el docente puede ser un factor de cambio a través de la relación con los alumnos, de brindarles no sólo seguridad y contención en la distancia, sino herramientas de análisis, discusión y toma responsable de decisiones. La figura del maestro ha sido y sigue siendo un referente por lo que su ejemplo y su adaptación pedagógica puede ser un factor de cambio muy positivo en las familias. Así mismo, y tomando como referencia a la Pedagogía Hospitalaria, campo en el que me desarrollo, podemos poner la mira en este ámbito de la Pedagogía donde el alumno se enfrenta a un episodio de su vida cargado de miedos, 202 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 incertidumbre y, en muchos casos, distanciamiento social y confinamiento hospitalario prolongado. De este ámbito podemos rescatar y adaptar algunos conceptos por la similaridad del proceso en cuanto al confinamiento, el aislamiento social y los miedos e incertidumbre que traen consigo. Habría que tomar en cuenta las nuevas funciones pedagógicas que nos demanda la grave crisis de salud mundial con respecto a la educación. Así, el maestro, pasa a ejecutar nuevas funciones es esta situación educativa. A continuación, las explico brevemente, habiendo sido éstas adaptadas de las que propone Olga Lizasoáin en Pedagogía Hospitalaria: 1.- Educativa: Procurando la continuidad del proceso escolar en esta nueva situación de confinamiento o aislamiento domiciliario. 2.- Compensadora: Desarrollando acciones que resarcien los aspectos de la situación de confinamiento o aislamiento domiciliario que impiden su normal desarrollo escolar en el aula, disminuyendo así posibles altos niveles de frustración. 3.- Preventiva: Del posible rezago escolar, manteniendo hábitos de estudio durante la cuarenta domiciliaria en el ciclo escolar. 4.- Terapéutica: Derivando la preocupación de la pandemia y la crisis de salud mundial hacia actividades escolares y lúdicas diseñadas para esta nueva situación educativa por la que atraviesan los alumnos. De esta manera estaremos aminorando altos niveles de estrés y ansiedad. La crisis como motor de cambio social. Aspectos educativos fortalecidos tras el confinamiento por pandemia 203 5.- Normalizadora: Introduciendo actividades de su vida diaria (lo que ellos reconocen como normalidad) en las nuevas rutinas del confinamiento. 6.- Integradora: Enseñándole a convivir con el grupo de alumnos en una plataforma educativa digital donde puede darse el caso que no todos tengan las mismas habilidades tecnológicas ni el mismo grado de atención. Deben desarrollar empatía, paciencia y colaboración, todas ellas habilidades blandas asociadas al comportamiento de la persona, su desempeño social, liderazgo y manejo emocional, importantísimas en la vida de cada persona. Es una gran oportunidad para trabajar en la disminución de la brecha en las habilidades tecnológicas del alumnado. 7.- Comunicativa: Permite al niño transmitir a través de diferentes actividades dirigidas o libres (dibujo, plástica, redacción de cuentos,…) sus miedos y preocupaciones para poder trabajarlos y contenerlos. Esta situación de crisis mundial nos demuestra que la educación debe estar a la vanguardia de la sociedad y que es ésta misma y de calidad, la que nos debe sacar de situaciones como a la que nos enfrentamos hoy día a través de la intervención e innovación docente. “Que no pierda la ocasión para demostrar, una vez más, la solidaridad, incluso recurriendo a soluciones innovadoras.” Papa Francisco (2020). Para que la educación llegue a cada hogar necesitamos un gobierno que facilite la accesibilidad de toda persona a la educación garantizando uno de los derechos de los niños documentado en la Convención de los Derechos del Niño de 1989 de la ONU. Un contexto educativo que asegure la 204 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 cobertura, la equidad y la pertinencia disminuyendo así la brecha educativa y tecnológica de la que hablábamos al inicio. Además, dado este óptimo contexto, para que de la práctica educativa resulte un verdadero aprendizaje significativo para el alumno, depende en gran medida de las buenas prácticas e innovación docente y del compromiso del mismo con su profesión. Así estaríamos hablando no solamente de la posibilidad y la necesidad, hoy más que nunca, de democratizar la educación sino que ésta sea de calidad para todos. Después de varios meses inmersos en la pandemia y el confinamiento, empezamos a hablar de una nueva normalidad, dejando ver que el sistema educativo debe flexibilizarse ante los cambios de la sociedad, estilos de vida, formas de trabajo y comunicación que se reinventan y se adaptan a las nuevas necesidades de la sociedad impuestas por la crisis de salud mundial. Estos cambios y estas adaptaciones a una nueva forma de vida (normalidad) siempre van a ir en búsqueda del bienestar común y el desarrollo del ser humano. Es por ello que muchas instituciones educativas empiezan a buscar diferentes modelos y alternativas que se adapten a las necesidades de su comunidad dando respuesta a las nuevas competencias que debe desarrollar. Así comenzamos a analizar diferentes alternativas desde un regreso a clases escalonado hasta un sistema híbrido para la nueva normalidad o etapa posCOVID. Los docentes empiezan a capacitarse en el manejo de nuevas plataformas educativas (Brightspace, Perusall, Edpuzzle), aplicaciones o vías de comunicación (Zoom, Teams,…), en cómo llevar a cabo sesiones interactivas para clases virtuales, elaboración de contenidos interactivos en diferentes aplicaciones, elaboración de videos para clases virtuales y en La crisis como motor de cambio social. Aspectos educativos fortalecidos tras el confinamiento por pandemia 205 cómo construir un nuevo sistema de evaluación donde se ponga énfasis en evidencias de aprendizaje basadas más en cómo el alumno va construyendo su aprendizaje y no sólo en el producto final y verificar que estas evidencias reflejan realmente un aprendizaje del alumno. Para ello también se están usando nuevas plataformas llamadas “Gaming” que el docente empieza a manejar para un feedback inmediato del aprendizaje del alumno a través del juego. Por último, no podemos olvidarnos de la comunicación bidireccional que la escuela y la familia necesitan y sobre las que se han establecido diversos medios según las necesidades de cada comunidad educativa, que será variable dependiendo de su contexto social, cultural, educativo y económico. Conclusiones. El docente tiene una oportunidad única de reinventarse o quedarse fuera de juego porque las nuevas formas de vida y de entender la realidad han cambiado para siempre. Es una oportunidad de enriquecerse no sólo intelectual sino también humanamente. Esta pandemia nos ayuda a migrar hacia un nuevo sistema educativo y una innovación pedagógica demandados por los cambios ocurridos en la sociedad, las nuevas formas de relacionarse y su forma de entender una nueva realidad que nos atañe a todos, sin dejar de lado la vertiginosidad del avance tecnológico. El docente está obligado a dar respuesta a estas nuevas necesidades del alumno que se desarrolla en un mundo cambiante y en continua evolución. 206 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Pudiera ser que en breve se hable de la etapa educativa posCOVID al ser esta pandemia la que nos obligó a dar el salto definitivo a una nueva manera de entender la educación, a diseñar nuevos modelos y a dejar viejos paradigmas educativos en los libros de Historia. “Que no sea un tiempo de olvido sino que siempre lo tengamos presentes para estar a la vanguardia, preparados para el cambio” ( Papa Francisco, 2020). La crisis como motor de cambio social. Aspectos educativos fortalecidos tras el confinamiento por pandemia 207 Bibliografía. García, M., Medina, L., Prieto, E. y Barrenechea, C. (2020). Innovación docente en tiempos del COVID-19 (Webinar). Facultad de Educación, Universidad Anáhuac México. https://www.facebook.com/Educacion.Anahuac/videos/277614 150078604 Lizasoáin, O. (2000). Educando al niño enfermo. Perspectivas de la Pedagogía Hospitalaria. Ediciones Eunate, España. Papa Francisco (2020). La vida después de la pandemia. Librería Editrice Vaticana, Ciudad del Vaticano. https://www.vaticannews.va/content/dam/lev/la-vita-dopo-lapandemia/pdf/SPA_2_06_La-vida-despues....pdf Pardo, H. y Cobo, C. (2020). Expandir la universidad más allá de la enseñanza remota de emergencia. Ideas hacia un modelo híbrido post-pandemia. Outliers School. Barcelona.. https://medialab.ugr.es/noticias/expandir-la-universidad-masalla-de-la-ensenanza-remota-de-emergencia-ideas-hacia-unmodelo-hibrido-post-pandemia-por-hugo-pardo-y-cristobalcobo/ Unicef Comité Español (2006). Convención sobre Derechos del Niño, ONU 1989. España http://www.un.org/es/events/childrenday/pdf/derechos.pdf los VV.AA. Corona Social (2020). COVID-19 Caos 2.0, Ensayos desconfinados. Ideas de debate para la post pandemia. Badajoz: AnthropiQa 2.0. https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=765841 208 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Sobre la autora. gresada de la Facultad de ducación de la niversidad de xtremadura, spaña, con la especialidad de ducación Infantil obteniendo Mención de onor. a realizado estudios complementarios de Counselling y Pedagogía ospitalaria en niversity of Sunderland, nglaterra, Diplomado en ducación nclusiva, Diplomado en Pedagogía ospitalaria y Maestría en ducación con la specialidad en dministración, Capacitación y Desarrollo de ecursos umanos por la niversidad náhuac, M xico. Dentro de la Facultad de ducación de la niversidad náhuac, ha realizado colaboraciones pedagógicas impartiendo cátedra, siendo el vínculo interinstitucional para el desarrollo de prácticas educativas dentro del ospital ngeles omas, impartiendo talleres a docentes y alumnos en diferentes programas. Docente del Diplomado Vocacional impartiendo la materia de Habilidades de Comunicación. Aunado a lo anterior, ha impartido cátedra en la icenciatura en Ciencias de la Familia del Instituto Superior de Estudios para la Familia. En la actualidad es Coordinadora del Servicio de Pedagogía ospitalaria del ospital ngeles omas y participante activa en diferentes foros nacionales e internacionales sobre Pedagogía ospitalaria. no de sus proyectos de Pedagogía Hospitalaria ha sido publicado en el Journal Cancer of Education (2016). sí mismo, es docente de la icenciatura en Pedagogía, docente del Programa de Complementación cad mica (PCA) y Coordinadora del Módulo de Educación del mismo en la Universidad Anáhuac México. Además, se desarrolla como Mentora del Programa de Habilidades y Competencias de la Persona (HCP) de la misma Universidad. Obtuvo en el 2014 el Reconocimiento a la Excelencia Docente Universitaria por la niversidad náhuac M xico. La política en tiempos de pandemias Hassan Arabi Universidad Mohamed I, Nador, Marruecos [email protected] Resumen. Parafraseando el título del insigne escritor colombiano Gabriel García Márquez, el amor en los tiempos del Cólera, voy a reflexionar acerca del uso político de las epidemias o pandemias para asfixiar a la población y someterla a una presión psicológica fruto del miedo generado en el presente y la incertidumbre en un futuro incierto. La historia de la humanidad está llena de ejemplos de etapas donde las sociedades han sufrido enfermedades contagiosas y han tenido que acudir al aislamiento social para limitar la propagación de la enfermedad. Las grandes civilizaciones nos han dejado testimonios acerca de enfermedades letales que acabaron con pueblos enteros. En la edad media, una época marcada por grandes epidemias, como la peste, la lepra, la sífilis, etc. y un gran desconocimiento del funcionamiento del cuerpo humano, también han recurrido al aislamiento como método para salvar a la comunidad. Ibn Sina (Avicena) en el siglo XI instaba a las autoridades de su tiempo imponer a las personas recluirse en sus casas para minimizar los daños que podría causar la epidemia. Desobedecer al llamamiento del pregón designado por las autoridades para tal fin, acarrea al sujeto graves consecuencias. La gestión política de las epidemias, fue una oportunidad para los gobernantes para ajustar cuentas con sus opositores. Michel Foucault, habla de cómo los gobernantes en Europa de los siglos XVII al XX, aprovechaban de las enfermedades como la lepra o la peste para controlar al pueblo y someterlo a su antojo. Vale la pena volver a echarle un vistazo al capítulo, en vigilar y castigar, que trata sobre la gestión de la peste en Europa en los siglos anteriores, para darse cuenta que las 210 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 políticas de aprovechamiento de las epidemias en Francia y en el mundo no han cambiado casi nada. La gestión política de la COVID-19 sigue recreando los mismos escenarios medievales y la lógica de la frontera que se marca en la puerta de nuestras casas sigue dándole fruto a la mayoría de los gobernantes. La privación de libertad colectiva e individual que gozamos dentro y fuera de las fronteras de nuestros países, se minimiza al hogar doméstico, al apartamento o casa, de unos cuantos metros cuadrados donde hay que convivir con el resto de la familia, a la cual tampoco hay que arrimarse mucho. Las cafeterías, las playas, las carreteras, los aviones, etc. son deseos inalcanzables ya que el espacio donde vivimos y donde estamos confinados no permite tales hazañas. “La nueva frontera necropolítica se ha desplazado desde las costas de Grecia hasta la puerta del domicilio privado. Lesbos empieza ahora en la puerta de tu casa. Y la frontera no para de cercarte, empuja hasta acercarse más y más a tu cuerpo. Calais te explota ahora en la cara. La nueva frontera es la mascarilla. El aire que respiras debe ser solo tuyo. La nueva frontera es tu epidermis. El nuevo Lampedusa es tu piel”.( Paul. B. Preciado. Aprendiendo del Virus, Diario El País 28/03/2020). Incluso en las democracias más afianzadas del mundo, se está generando una especie de juego sucio por parte de los poderes legislativos y judiciales. Un gran número de países han sido objeto de limitaciones sustanciales en sus competencias constitucionales en favor del poder ejecutivo, so pretexto, de enfrentarse a la terrible pandemia con agilidad y contundencia. Aunque, algunas de estas medidas, son legítimas y necesarias, no dejan de esconder una gran dosis de malas intenciones respecto al resto de la población en general. Muchos políticos encuentran una oportunidad de oro en la propagación de las pandemias para activar los artículos constitucionales que les convengan, excusándose en la seguridad como concepto bálsamo. La política en tiempo de pandemias 211 El escritor israelí Yuval Noah Harari, alerta que este control gubernamental es tanto oportunista como excesivo y que, como ciudadanos, tenemos derecho tanto a la protección de nuestra privacidad como de nuestra salud. Muchas voces de intelectuales por todo el mundo, hacen llamamientos para estar atentos ante todo lo que está pasando, porque mientras nosotros estamos metidos en nuestras casas, la maquinaria política está dibujando escenarios raros que nos pueden complicar la vida en un futuro próximo. El filósofo surcoreano y autor de La sociedad del cansancio, Byung-Chul Han, asegura que: “El coronavirus no vencerá al capitalismo. La revolución viral no llegará a producirse. Ningún virus es capaz de hacer la revolución. El virus nos aísla e individualiza. No genera ningún sentimiento colectivo fuerte. De algún modo, cada uno se preocupa solo de su propia supervivencia.” La capacidad del virus en la generación de miedo, es la que nos achica y nos hace más egoístas e individualistas. Cada cual quiere salvar su pellejo y no le importa el otro. Es cuestión de supervivencia, es nuestra condición humana, llena de debilidades de este tipo. A. Camus decía en La peste que la irrupción de una epidemia letal, genera incertidumbre y mucho miedo capaz de transformar la lentitud en parálisis y estancamiento cerebral. Y nos recuerda el valor del tiempo. No podemos permitir que pase inútilmente, sin producir frutos. No es posible volver atrás. El tiempo perdido es irrecuperable y, por eso, no debemos paralizarnos y dejar que otros malvados nos guíen, sobre todo, si estos otros son políticos ineptos y poco intelectuales. La periodista canadiense Naomi Klein, ha sido mucho más clara a la hora de hablar de la labor de los políticos en épocas de crisis como la actual: “Muchos líderes autoritarios han sido lentos en la gestión de la crisis y han escondido información. En China, Estados Unidos, Israel, Hungría, Brasil, Filipinas, India... todos han utilizado la crisis para reforzar sus poderes, pero no hay ninguna prueba de que lo estén gestionando mejor es más, es al contrario, lo están gestionando peor”. 212 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 John N. Gray, filósofo inglés plantea una pregunta que debe encender en nosotros las señales de alarma porque, realmente, lo que se avecina no es nada prometedor si las masas no se den cuenta de lo que podrían estar tramando los políticos en estos días cruciales de nuestra historia, pregunta: “Qué parte de su libertad querrá la gente que se le devuelva pasado el pico de la pandemia es una interrogante aún sin respuesta.”. Quizás ninguna, porque las libertades siempre fueron arrancadas con mucha lucha y sacrificio. El célebre intelectual estadunidense, Noam Chomsky, carga contra el presidente Trump, acusándole de usar la pandemia para fines electorales, "Donald Trump es culpable de la muerte de miles de estadounidenses al usar la pandemia de coronavirus para impulsar sus perspectivas electorales y llenar los bolsillos de las grandes empresas". (El diario.es (11/05/2020). Existe casi unanimidad de los intelectuales de todo el mundo acerca de las maniobras políticas de los mandatarios a nivel internacional para sacar provecho de las desgracias ajenas. La denuncia de los intelectuales a esta situación no sale del vacío. Algo, sin duda, está pasando en pleno desconcierto social ante la amenaza de la pandemia. Muchos ejemplos corroboran la inquietud de los intelectuales y su rechazo a las políticas regresivas y antisociales que intentan imponer muchos gobiernos en plena crisis de Coronavirus. El presidente mexicano López Obrador, otorga la seguridad pública del país a los militares, profundizando la cesión de poder al Ejército tras la creación de la Guardia Nacional y el reparto de negocios inmobiliarios y logísticos. Con esta medida, los militares realizarán labores policiales hasta 2024. Un tiempo más que suficiente para afianzar su maquinaria en el poder. En Marruecos, un controvertido proyecto de ley, está saliendo a la luz, para regular el uso de las redes sociales, desatando una ola de indignación de la gente, y los partidos de la oposición han denunciado el texto como atentatorio contra la La política en tiempo de pandemias 213 libertad de expresión. El gobierno quiere que las mascarillas usadas para el coronavirus se perpetrasen por ley, cerrando el cerco a las redes sociales, único espacio donde las personas viven su libertad y donde se desahogan ante la injusticia social y la barbarie del capital. El poco avance democrático que ha registrado el país en estos últimos años, se está viendo amenazado por leyes antidemocráticas que atentan contra uno de los pilares de la democracia que es la libertad de expresión. El Congreso de Filipinas aprobó una legislación que le confirió al presidente Rodrigo Duterte, poderes de emergencia y millones de dólares (5.400) para hacer frente a la pandemia. Los legisladores suavizaron una propuesta de ley anterior que habría permitido que el presidente tomara el control de negocios privados. Política y capital van de la mano, desde Trump en Estados Unidos hasta Duterte en Filipinas, pasando por los reyes y presidentes de las monarquías y repúblicas bananeras sembrados a lo largo y ancho del planeta. Ya en el club de la Europa democrática (U.E), el Parlamento de Hungría otorgó al primer ministro, Viktor Orban, poderes para gobernar mediante decretos de forma indefinida y para suspender las elecciones. Un atentado contra la democracia desde dentro de las instituciones que se supone que deberían defender la democracia. Algo así pasó con el partido nocional socialista en la Alemania de los años treinta del pasado siglo, dando como resultado el alza del nazismo y, con ello, una segunda Guerra Mundial. Los ejemplos abundan en este sentido, aunque solo una parte sale a la luz en este momento, la mayoría nos sorprendemos pasada esta pandemia, con leyes que menguan nuestra capacidad de defenderse ante los acosos del capital. Los estados de alarma decretados en casi todos los países del mundo, están siendo de mucha utilidad y gran alivio para muchos gobiernos que llevan meses enfrentados con los 214 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 movimientos sociales en las calles. El gobierno de Manuel Macron, en Francia, se está librando, de momento, de las protestas de los chalecos amarillos que llevan más de un año ocupando los Campos Elíseos, reivindicando más política social y menos gula neoliberal, representada por las políticas antisociales del presidente francés. En Argelia, los militares y el gobierno del presidente Abdelmajid Tebbun, están tomando un respiro ante las manifestaciones del pueblo argelino que salía todos los días para acabar con los casi 60 años de mando militar en el país. Sus servicios secretos están arrestando a muchos líderes del Hirak (revuelta), aprovechando estos momentos de incertidumbre. El COVID 19 ha provocado el estado de alarma y el confinamiento forzado deseado por una clase política que deja mucho que desear. Las plegarias de los militares se han cumplido, pero ya veremos qué pasa una vez acabada la crisis sanitaria. En el Líbano, el confinamiento ha paralizado las manifestaciones que han tomado las calles durante meses para reivindicar un gobierno que esté a la altura para gestionar la crisis económica y política en un país dividido en porciones de pertenencias religiosas. (Chiitas, sunitas, cristianos, drusos, etc.). La pandemia está siendo una excusa para intervenir en la calle para impedir cualquier manifestación so pretexto de atentar contra la seguridad sanitaria de los ciudadanos. Lo mismo está pasando en Chile, donde el gobierno de Sebastián Piñera, ha decretado el estado de alarma durante noventa días. La medida que limita la circulación y el movimiento de las personas, deja encerrados, en sus casas, a millones de chilenos que han llevado tiempo en la calle, exigiendo cambios urgentes en el modelo económico neoliberal seguido por el actual gobierno. La medida excepcional, entrega una parte de la gestión de la crisis a los militares que han tomado las calles y han acallado a la masa furiosa que sacudió el país suramericano durante meses. Tres meses de Estado de Catástrofe, como lo llaman en Chile, es tiempo de suficiente respiro, que permite al La política en tiempo de pandemias presidente buscar una jugada que económicos. Toda una bendición. 215 salve sus planes La magnitud de esta crisis sanitaria no pasa sin dejar unas secuelas económicas, sociales y, sobre todo, políticas. En el aspecto que a nosotros nos interesa, que es el aspecto político, los gobiernos de todos los colores o sistemas políticos que existen actualmente en el planeta, están buscando las maneras de sacarle provecho a esta situación excepcional, donde los ciudadanos, temiendo por su salud, obedecen ciegamente a cualquier mandamiento u orden de sus respectivos gobiernos. Es una oportunidad de oro que no sucede muy a menudo, y los políticos no van a dejar de sacarle el mayor rendimiento posible. Por ello, la intención de una clase política neoliberal, es menguar las libertades de las personas y los grupos, porque están conscientes de que un pueblo libre no se deja llevar por los engaños y la manipulación. Bajo el chantaje de la seguridad sanitaria se hacen recortes de las libertades individuales y colectivas, usando la industria del miedo como arma eficaz, metiéndonos mucho miedo en el cuerpo, atemorizándonos en masa, y tocando lo que más nos preocupa: nuestra supervivencia. “Se debe luchar contra el miedo y la incertidumbre, porque la industria del miedo es la que nos debilita, nos humilla y nos acobarda. Si queremos que esta nueva era sea algo más humana, nuestro deber es enfrentarnos al miedo y estar unidos para el gran desafío que se avecina.” (Arabi, Revista El siglo. 12/05/2020) Los intelectuales deben asumir su papel como siempre se ha hecho a lo largo de la historia. Es hora de dar la cara por el pueblo, por la humanidad, porque el destino del intelectual es, absolutamente inseparable del de su sociedad. El intelectual crea conciencia, y es la luz aspirada por muchos, incluso en los momentos o en los países en los que no le escuchan debidamente, su figura es siempre imprescindible. La obra 216 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 intelectual es compromiso con los desfavorecidos de la sociedad, que somos la gran mayoría, en este planeta. Platón nos describió en la República cómo el filósofo es quien puede ver lo que no ven los demás que están metidos en la caverna, y es quien les guía hasta llevarlos a la salvación. Los intelectuales de todo el mundo están llamados a construir un frente común contra las políticas de alienación y de esclavitud total que prende el lobby neoliberal. Los políticos que siguen creyendo en el ser humano, deben abstenerse del uso de las máscaras o, al menos, como decía Gregorio Marañón, “los que van para políticos, que vuestra máscara sea, en lo posible, obra vuestra.”. Intelectuales y políticos con sentimiento de pertenencia a la nación, al pueblo y con virtudes públicas, ambos trabajando juntos, podría ser nuestra salvación frente a los ataques de elementos peligrosos para nuestra convivencia y nuestra libertad. Es un deber que lo requieren los desafíos de la nueva era. Sobre el autor. Hassan Arabi es profesor del Departamento de Estudios Hispánicos de Facultad Pluridisciplinar de Nador. Colaborador habitual en numerosas revistas y autor de numerosos artículos dentro de su campo de investigación, pero también sobre migraciones y la diáspora marroquí. El COVID-19 y la España vaciada Jesús Seco González Antropólogo, Universidad de Extremadura [email protected] Resumen. En junio de 2019 colectivos procedentes de las provincias españolas con menor población se reunían en Madrid organizando la Revuelta de la España Vaciada. De esta forma, el medio rural inmerso en una grave crisis demográfica y funcional alzaba una vez más la voz. Un medio rural que desde el comienzo de los procesos migratorios del éxodo rural a la ciudad iniciados a principio del siglo XX ha ido perdiendo efectivos día tras día. Este éxodo se recrudeció durante la dictadura franquista a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, como consecuencia de los llamados años del desarrollismo y cuyo principal exponente fue la industrialización de Madrid y el norte de España. Esta diáspora migratoria del campo a la ciudad, también atravesó las fronteras patrias. En los albores del siglo XX con destino a América Latina, durante la Guerra Civil española hacia Francia o Méjico y ya a partir de la década de los sesenta del siglo pasado hacia Alemania, Suiza o Francia. Por tierras de España1. La España rural comenzaba a desangrarse de pastores y jornaleros que buscaban una oportunidad, se trababa de obreros sin cualificar que ofrecían su fuerza bruta. Varones fundamentalmente que se colocaban en cadenas de producción en fábricas que necesitaban encarecidamente mano de obra. Con el desarrollismo de la segunda mitad del siglo XX llegaría el boom del turismo y las oportunidades en el 1 Poema de Antonio Machado 218 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 trabajo en la costa, inicialmente con carácter temporal y en la medida en la que fueron incorporándose colectivos como la tercera edad, aumentando la temporalidad en el empleo hasta fijar población de origen rural durante todo el año en las principales poblaciones de destino turístico. Así el desequilibrio territorial existente entre la España rural y la urbana, fue provocando una brecha estructural cuya máxima expresión se refleja en la ausencia o escasez de servicios, infraestructuras y empleo, haciendo cada vez más inviable la vida en los pueblos de Castilla y León, Castilla-La Mancha, Galicia, Extremadura, Aragón o La Rioja. Poco a poco, las tierras baldías y sin cultivar y los pueblos vacíos han ido extendiéndose como una mancha de aceite a lo largo y ancho de la península ibérica, y el sector primario basado en la extracción de la materia prima ha ido abandonándose a su suerte, con precios que descendían y productos que no eran abonados a pesar de largas jornadas de trabajo, abocando a campesinos y ganaderos a buscar un futuro mejor más allá del terruño, en la industria o los servicios de la urbe. Aquellos de nosotros que nacimos en pueblos o que somos de los que aún podemos tener nuestro modus vivendi en ellos, constatamos cómo día tras día el adelgazamiento de los padrones municipales y la inversión de las pirámides demográficas se visibiliza en puertas y ventanas de casa cerradas o tejados que se derrumban por su falta de uso, entretanto el pasto devora las márgenes de la carretera que conduce a la ciudad. No es necesario realizar complejos análisis estadísticos o proyecciones demográficas para poder constatar el olvido al que se ha sometido a las zonas rurales provocando una sangría demográfica que es la antesala de la defunción de muchos de nuestros pueblos. Así, mientras que el pasado mes de junio de 2019 la cifra de personas censadas en España superaba los 47 millones, alcanzando un máximo El COVID-19 y la España vaciada 219 histórico, la España rural languidecía un poco más agrandando la brecha entre el medio rural y el urbano, estableciendo una distancia cada vez más insalvable, porque en más de la mitad de los pueblos de España (4.979 de un total de 8.124) viven menos de un millar de vecinos y de ellos 3.972 tienen menos de 500 habitantes, disparando su escasez de posibilidades de supervivencia debido a la alta edad de sus vecinos. En las calles de estos lugares ya no juegan los niños, los balones hace tiempo que ya no cruzan las aceras y las escuelas, en el mejor de los casos, han asumido una nueva identidad como albergues o centros sociales. Porque si los flujos migratorios son determinantes en los procesos de despoblación, más aún lo son las bajas tasas de natalidad, de esta forma si en la década de los sesenta, una característica demográfica era el famoso baby boom hoy en día podemos hablar de death boom de una sociedad envejecida y dependiente. En contraposición a esta realidad rural se sitúa la superpoblación de las ciudades con cinturones industriales asociados en su entorno, zonas metropolitanas, megaciudades, espacios de difícil gestión ambiental con altos niveles de contaminación, con conflictividad social, con bolsas de pobreza, con dificultades de movilidad y de acceso a la vivienda, con un individualismo exacerbado, con la soledad entre las masas, y tantos y tantos problemas del devenir cotidiano de la población urbanita. En este contexto la repentina llegada de la pandemia del COVID-19 ha puesto en evidencia la debilidad de las estructuras urbanas, convirtiéndose aquellas que eran santo y seña de la modernidad y la prosperidad en canales de contagio, sirva como ejemplo el transporte público o las residencias de ancianos, dos referentes de la urbanidad que hoy son claros exponentes del contagio del coronavirus. 220 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Hasta este momento la España vaciada alzaba la voz clamando reformular las actuales políticas de equilibrio y cohesión territorial en España, pedía priorizar la ejecución de las infraestructuras pendiente y de las telecomunicaciones, impulsar la actividad económica, desarrollar servicios a la población y viviendas para atraer a población joven, el empoderamiento y el cambio de la vieja y obsoleta imagen del medio rural. Sin embargo, la aparición de un aliado asesino llamado COVID-19 ha ofrecido al medio rural la posibilidad del retorno de sus gentes y el refugio a aquellos que huyen por miedo al contagio, porque no podemos olvidar que la velocidad de transmisión de esta pandemia en el medio rural también ha sido más lenta, menos virulenta y ha llegado, tal y como llegan las cosas de la ciudad a los pueblos: después y con menor incidencia. Paradójicamente, confiriendo una última posibilidad de aferrarse a la vida, a aquellos pueblos que veían el ocaso de su tiempo y de su historia. El teletrabajo ha venido para quedarse. La antigua ecuación que afirmaba que trabajo es la suma de trabajo real más apariencia de trabajo tenía en el presencialismo a su principal aliado. En una gran parte de los centros de trabajo hay que fichar, sobre todo en aquellos que se sitúan en la esfera de la administración pública, ocupando un espacio físico asociado a un consumo de energía y al uso de unos bienes o herramientas de trabajo que tienen un coste vinculado a estos, cuya utilización en ocasiones es cuestionada por usuarios y contribuyentes, debido a la calidad del servicio. Hasta este momento un bajísimo porcentaje de estos servicios -y siempre y cuando no estuvieran asociados a la atención personaliza-, podían ser desarrollados desde el domicilio del trabajador en un intento por conciliar vida laboral y familiar. La aparición del COVID-19 ha trastocado radicalmente esta realidad, porque en grandes ciudades como Madrid o El COVID-19 y la España vaciada 221 Barcelona, así como en sus cinturones industriales y las provincias más pobladas del país se han puesto rápidamente a la cabeza de contagios del COVID-19. En este contexto desde las empresas se le ha ofrecido al trabajador la oportunidad de teletrabajar desde su hogar, bien sea por miedo al contagio o ante la imposibilidad de garantizar unas mínimas normas de seguridad reguladas por ley. Esta nueva necesidad de protección ofrece una oportunidad para el medio rural, ya que muchos de los trabajadores y trabajadoras oriundos de pueblos comenzaran a plantearse el retorno a sus localidades de origen, si se garantizan los servicios necesarios para tener una calidad similar o parecida a la que ofrece la ciudad. No debemos olvidar que históricamente el principal motivo de la deslocalización de la población ha sido el acceso al trabajo, y este ya no será la excusa para abandonar los pueblos. Sin embargo, el medio rural -olvidado durante décadas- tiene importantes asignaturas pendientes aún que resolver para que se den óptimas condiciones para teletrabajar, ya que está falto de conexión física y digital, bien sea a través del transporte de los bienes y enseres por carretera o ferrocarril, o través de la conectividad por banda ancha, amén del acceso a otros servicios básicos como centros sanitarios, educativos o de atención social. Resulta fácil pensar que la crisis del COVID-19 abre una ventana de oportunidades para la nueva planificación urbana y territorial, porque esta crisis nos ha enseñado la necesidad de llevar a cabo nuestras vidas en espacios más saludables, ante la vulnerabilidad puesta de manifiesto a nivel de contagios y serán muchos los que busquen refugio en espacios de menor exposición y contacto social. El turismo como ejemplo del cambio de los hábitos sociales. El turismo masificado, asociado a grandes viajes, vinculado tradicional y mayoritariamente a sol y playa también sufrirá 222 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 grandes cambios, ofreciendo oportunidades al medio rural que desde principios de los noventa ha ido generando estructuras en sus pueblos, procedente del acceso a fondos comunitarios. El miedo al contagio hará de espacios de aglomeración de personas, tales como aeropuertos, playas, restaurantes u hoteles de grandes cadenas, lugares hostiles, dando lugar a oportunidades para alojamientos rurales, centros de agroturismo u otras variantes que en los últimos años han ido surgiendo al calor de los programas de desarrollo rural. Así el turismo de interior, aquel que se lleva a cabo en lugares pequeños, como hoteles con encanto, casas rurales, apartamentos turísticos en pueblos, en definitiva el que se asienta en escenarios rurales no masificados puede ser uno de los grandes beneficiados en la desescalada iniciada. De esta forma, las familias buscarán durante los próximos meses alojamientos turísticos rurales ajenos a la vorágine de las costas en verano cuya seguridad ahora comienza a analizarse a partir de las distancias de seguridad social. En los nuevos hábitos de consumo, las fases de la desescalada y el miedo alojado en las conciencias de hijos temerosos de contagiar a sus padres provocarán la huida de los recorridos de largas distancias, en favor de estancias en lugares próximos presidios por la quietud y la salud. Ahora, al renqueante tejido empresarial de los pueblos, sujeto a la tiranía de la estacionalidad temporal del turismo, se le presenta una magnífica oportunidad para aprovechar la puesta en valor del medio rural, de sus espacios abiertos, de sus entornos naturales privilegiados, de su rica gastronomía local y de la hospitalidad de sus gentes. La producción agroalimentaria y la salud. En el medio rural se producen los alimentos que consume la sociedad, fundamentalmente aquella que vive en las El COVID-19 y la España vaciada 223 ciudades, al ser la mayoritaria. Sin embargo, el campo se enfrenta cada día más a una crisis en los precios, que se acentúa con el paso de los años y que paulatinamente está contribuyendo al envejecimiento del sector por falta de relevo generacional. El laboreo de la tierra ya no es un trabajo atractivo para los generaciones jóvenes que expoliadas por padres agricultores han buscado su futuro lejos del cultivo de las frutas y hortalizas, hechizados por las luces de neón de la urbe. Al amparo del pensamiento y el deseo lícito de una vida mejor, lejos del trabajo de sol a sol, por muy mecanizado que éste se encuentre. Ajenos a la lucha por unos precios dignos y unas mejores condiciones laborales, contribuyendo de esta manera al proceso de despoblación del medio rural y al abandono de las tierras que circundan los pueblos. La aparición de la pandemia del COVID-19 está suponiendo repensar todo nuestro ecosistema vital, la expansión del modo de vida urbano presidido por un consumo irresponsable, que demanda un importante empleo de alimentos fuera de temporada a precios baratos y mucha proteína animal, dará lugar a un crecimiento exponencial del control sobre la calidad de lo que comemos y de aquellos que pueden acceder al consumo saludable. Este elemento sumado a la deslocalización del trabajo y al posible retorno al medio rural, supondrá una oportunidad para el autoconsumo a través de la producción de alimentos de primera necesidad producidos en entornos saludables. La puesta en valor de la producción de quesos, aceites, embutidos, dulces, mermeladas, vinos o miel, manufacturados en los mercados de proximidad se verá reforzada en estos tiempos de fronteras, en los que la expansión del modo de vida urbano parece haber llegado a una encrucijada, para reinventarse tras siglos de consumismo irresponsable, industrialización y deshumanización de procesos. La autoproducción, el autoconsumo o la venta directa al consumidor en circuitos cortos supondrán una oportunidad para el desarrollo del sector primario, que hasta hace unos 224 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 meses pisaba el asfalto de las ciudades para reivindicar unos precios justos y recordarnos que son ellos los que alimentan a toda la sociedad. Es en este difícil contexto cuando la importancia del sector primario, tras décadas de ahogo provocado por la competencia que impone la economía global, encuentra un espacio para la esperanza. Repensar el concepto de vivienda. Aún sin haber abandonado la confinación o la desescalada la población en general ha asumido que nada será igual desde la llegada del COVID-19, este nuevo escenario post coronavirus implica un cambio en el modo de relacionarnos y en la forma de vida que llevamos a cabo en nuestros hogares. La reclusión forzosa a la que se ha visto sometida la sociedad durante el período más virulento del COVID-19 y el miedo a que en el futuro estas situaciones puedan volver a repetirse, lleva aparejado un cambio en el desarrollo de la percepción de la propia vida y la de los seres queridos que conviven en el núcleo familiar. Un cambio que implica una mayor preocupación por un entorno saludable, más amplio, con una mayor sensación de libertad y una confortabilidad, próximo a la naturaleza y alejado de las grandes concentraciones de gente. Este cambio requiere de un nuevo escenario y ello supone también nueva oportunidad para el medio rural, en el cual hay mucha vivienda vacía, grande y a buenos precios. Si en la ciudad un balcón o una terraza son mínimos a la par que necesarios y un jardín privado significa enfrentarse a precios prohibitivos, la posibilidad de teletrabajar ha abierto la opción a hacerlo desde cualquiera de nuestros pueblos, salvando la barrera de la brecha digital, ejecutándolo en una casa amplia, con varias estancias en la cual se pueda destinar una de ellas al El COVID-19 y la España vaciada 225 teletrabajo, sin tener que adaptar el salón de un pequeño apartamento céntrico o la habitación de los niños. La importancia que le conferiremos a partir de ahora a todos aquellos aspectos relacionados con la salud y el bienestar repercutirán en la búsqueda de viviendas próximas al medio ambiente, buscando esa sensación de libertad y aire puro, que los pueblos pueden ofrecer. De repente, los pisos de las ciudades en las que vivimos tras semanas haciendo deporte en el salón y saliendo a salir al balcón a aplaudir se nos han quedado pequeños. Lo que los expertos llaman el efecto outdoor implicará la repoblación de pueblos cercanos a las ciudades o en la periferia de las mismas, donde hasta ahora la vivienda era más barata y menos atractiva para familias o inversores. Redefinir el modelo de residencias de ancianos. La presencia de esta pandemia debería cambiar la forma en que visualizamos el envejecimiento y la muerte, en cómo caminamos hacia ella. En cómo, en dónde y con quién serán nuestros últimos años aquejados de dolores, hacinados en espacios rodeados de extraños y en estructuras en las que en ocasiones se comercia con los ancianos dependientes. Quisiera pensar que esta sociedad del cansancio, acelerada y volátil, que no respeta al anciano, sino que lo abandona rodeado de iguales con problemas de movilidad y memoria ha llegado a su fin. Aunque para ello hayamos asistido a la muerte en soledad de miles de abuelos y abuelas que lucharon en la guerra civil española, que sacaron adelante a enormes proles durante los años del hambre y que en el ocaso de sus vidas pagaron con sus pensiones los tickets del supermercado de sus hijos en los peores momentos de la última crisis sobrevenida. 226 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Me gustaría pensar que a todos el COVID-19 nos ha enseñado que puede haber otro modelo asistencial en los pueblos donde nuestros mayores vivieron y fueron felices, rodeados de sus recuerdos y seres queridos. Un lugar que no sea un cementerio viviente, sino un espacio presidido por la calidez, un lugar personalizado, conectado con los servicios de atención a la tercera edad, con viviendas y ancianos monitorizados y en contacto constante y directos con médicos y profesionales de la sanidad. El COVID-19 y la España vaciada 227 Sobre el autor. Jesús Seco González, es Doctor en Antropología Social y Cultural por la Universidad de Extremadura, es maestro de Educación Especial por la Universidad de Valladolid. Ha desarrollado su actividad laboral en el campo del Desarrollo Rural desde 1996 hasta 2019, compatibilizando su trabajo de Director de Programas del Grupo de Acción Local del Valle del Alagón (Cáceres), con la docencia universitaria en el área de Sociología del Grado de Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de Extremadura en Plasencia desde el año 2016. Especialista en identidad social, es autor de varios libros y artículos relacionados con la sociología y la antropología en publicaciones de diversa índole, ha impartido conferencias y comunicaciones de distintos ámbitos relacionados con el desarrollo rural, la responsabilidad social de la administración pública, la colonización o los procesos migratorios para distintas administraciones y universidades. En septiembre de 2019 fue nombrado Director General de Evaluación de Planificación de Políticas Activas de Empleo de la Consejería de Educación y Empleo de la Junta de Extremadura. La inmigración en tiempos de COVID-19 Rachid El Quaroui El Quaroui Antropólogo e historiador, Universidad de Extremadura [email protected] Resumen. El impacto del Coronavirus respecto a la inmigración ha sido y es una fuente de perplejidad para todo el mundo. La movilidad humana de las personas tanto dentro como fuera de las fronteras esta, temporalmente, restringida de forma sin precedentes La crisis actual ha puesto en evidencia hasta qué punto los desplazamientos humanos contribuyen en la configuración de nuestro mundo contemporáneo. La mayoría de los países han impuesto restricciones a la movilidad y tráfico de personas para frenar la propagación de la pandemia. Estas medidas tienen, sin duda, repercusiones nefastas no solo en lo económico y lo social sino también en el colectivo inmigrante víctima de las desigualdades sociales y la mala gestión de la comunidad internacional de este fenómeno en tiempos de la pandemia. Introducción. Como estamos observando, el coronavirus, como ya se considera un hecho social y sanitario, se está evolucionando a un ritmo acelerado puesto que en apenas meses surgió en un rincón lejano del mundo, Wuhan, para recorrer casi todo el planeta, obligando a 60% de la humanidad a confinarse en sus hogares en situación de cuarentena. Claro que no se podía imaginar este escenario antes. Estamos ante un nuevo panorama de crisis multidimensional que abarca no solo lo sanitario, lo social, lo económico sino también el sistema de valores a nivel mundial. Ello debido a su potencia y capacidad de expansión, efecto mariposa, en un mundo globalizado. 230 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 La pandemia ha puesto en cuestión a potencias económicas y políticas como China y EE. UU que se han encontrado en una situación de perplejidad ante la gravedad del virus. Estamos hablando de una pandemia que ha podido derrotar las tecnologías las más poderosas y sofisticadas que no han sido capaces de detectar y frenar dicho virus. Como es bien sabido, la crisis provocada por el virus tiene implicaciones sociales y económicas nefastas sobre autóctonos y alóctonos de los piases occidentales. Sin embargo, ha de hacer el énfasis en que estos últimos, víctimas de desigualdades sociales de las sociedades de acogida, se enfrentan a precariedades particulares debido a las condiciones de viaje, de vida y trabajo, además de las barreras administrativas, lingüísticas y los prejuicios. Actualmente hay 272 millones de migrantes internacionales, más de 1000 millones de desplazados a nivel mundial cuya mayoría emigra por causas de violencia, guerras o catástrofes naturales. De estos hay 26 millones son refugiados, 3,5 millones son demandantes de asilo. (ACNUR 2020, OIM 2020 en Alberto Ares Mateos, Migraciones y refugiados en la era del COVID-19) En el presente artículo vamos a intentar bosquejar una visión panorámica sobre las persecuciones de la pandemia COVID19 en el colectivo inmigrante en los países con mayor presencia de inmigrantes, algunas de ellas se consideran de las más afectadas por la pandemia. España: En España los inmigrantes, además de que están sufriendo la crisis en lo sanitario, lo social y lo económico como el resto de la población autóctona les ha tocado padecer otras repercusiones por sus condiciones socioeconómicas y legales, así como sus idiosincrasias identitarias. Los inmigrantes en situación irregular sienten temor y miedo por ser detenidos por la policía debido a la situación jurídica. Ello La inmigración en tiempos de COVID-19 231 les ha obligado a confinarse no solo por motivos de protección sanitaria sino, sobre todo, para evitar las represalias y perseguimiento policiales hasta el punto de que no pueden, en muchos casos, ni siquiera salir a comprar las necesidades básicas. Dicha situación se agrava con la paralización de los trámites administrativos en Extranjería respecto a la regularización de dicho colectivo. Sin embargo, se ha autorizado a otra categoría del mismo colectivo, sin permiso de trabajo, poder ejercer, el interés y la necesidad exigen, en el ámbito sanitario, prueba de ello es que más de 200 médicos sin título homologado ya pueden ejercer, lo que explica sin tapujos el egoísmo y el cinismo de la administración pública. En cuanto a otro grupo de inmigrantes, en alusión a los MENA, la nueva situación les obliga a quedarse en los centros aguantando el agobio y la ansiedad no solo por la situación aquí en España sino por el sufrimiento y la preocupación de las familias en el país de origen por la salud de sus hijos. Los rasgos fiscos del colectivo asiático, los chinos, fue objeto de recelo por parte de la población en las escuelas, el transporte público, el vecindario, el comercio etc. solo por ser procedente de china, país origen del virus. Esta escala de xenofobia manifestada por individuos y entidades surgió de manera patente en las grandes capitales como Barcelona no solo al colectivo chino sino también a otros colectivos como el pakistaní, hindú, portugués, pilipino, rumano etc. como bien nos explica el experto en emigración Jara Esbert Como es bien sabido, las catástrofes, el coronavirus lo es, no genera desigualdades sociales sino las hacen más patentes y visibles puesto que afecta a la sociedad de manera asimétrica, o sea que los individuos se defienden y afrontan el impacto de la pandemia de forma desigual dependiendo de los medios de los cuales dispone cada persona. De ahí viene la falacia de la expresión de que la pandemia es demócrata. Prueba de ello, las diferencias en las maneras y las 232 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 condiciones de confinamiento que, sin duda, afectan el estado de salud puesto que la medida de distanciamiento físico o social, recomendado por la autoridad sanitaria, requiere condiciones específicas para llevarlo a cabo. Aquí se refiere a grupos marginados como los sin techo, las personas que viven en condiciones habitacionales inadecuadas que no se pueden comparar con los quienes habiten en viviendas cómodas. En este contexto, el ejemplo lo más representativo es lo de los inmigrantes en general y lo de los refugiados y los inmigrantes indocumentados en particular en lo que se refiere a las condiciones de marginación y precariedad causadas por la pandemia. Dichas condiciones que se van, sin duda, a agravarse por los efectos del coronavirus sobre todo el crecimiento de la tasa de desempleo. Por lo cual la situación exige que estos inmigrantes, documentados o irregulares, sean protegidos social y sanitariamente para, al fin y al cabo, proteger a toda la sociedad. Además, que son indispensables no solo para cuidar a nuestros hogares o recoger las cosechas que sin las cuales no habrá alimentos, sino también necesarios para frenar la pandemia trabajando, arriesgando sus salud, como profesionales sanitarios (40% de los sanitarios en Inglaterra y EE. UU son inmigrantes). (Velasco, Juan Carlos COVID-19: desigualdad e inmigración) Hemos de destacar que el cierre de las fronteras por mar, tierra y aire ha disminuido la cifra de los inmigrantes irregulares tanto los que llegan por aeropuertos sobre todo los latinoamericanos, así como los que entran por la frontera sur del país por el cierre de Marruecos a sus fronteras para evitar mayor propagación de la pandemia en su territorio. Sin embargo, lo preocupante es el caso de los inmigrantes indocumentados que viven de la economía sumergida y que, a causa de del Coronavirus, han perdido sus recursos o ahorros con el agravante de no aspirar al derecho a un ERTE o subsidio por desempleo tampoco el derecho a la Renta La inmigración en tiempos de COVID-19 233 Mínima vital. Ello está más que patente en las pantallas de televisión que nos transmiten las imágenes de las colas ante las puertas de las ONGs y los comedores sociales donde se nota la pobreza que ha azotado a este colectivo. Hemos de señalar un agravante consistente en la paralización de los trámites de regularización de los sin papeles o solicitantes de asilo (800.000 según algunas estimaciones). Esta situación desesperante ha empujado a muchos inmigrantes de países vecinos como Marruecos y Argelia a retornar, aunque de manera clandestina. El cierre de fronteras provocado por la pandemia ha afectado también al mercado laboral sobre todo en la agricultura que suele absorber más de 80.000 de la mano de obra procedente de países como Marruecos y el este de Europa y que este año no pueden llegar por el cierre de la frontera. Como alternativa a esta falta de mano de obra el gobierno aprobó un Real Decreto sobre el empleo agrario para que el cobro de las peonadas sea compatible con el cobro de la prestación por desempleo para incentivar a los trabajadores tanto españoles como inmigrantes a volver al campo. Algunos sindicatos, igual que en Italia, propusieron la reagudización de los sin papeles para poder cubrir la falta de mano de obra en el campo. Ya se verá el alcance de dichas medidas a corto y medio plazo sobre todo si los trabajadores que no están acostumbrados a trabajar en el campo lo pueden hacer cambiando sus condiciones de trabajo y, así, darse cuenta de la importancia de la mano de obra inmigrante en el sector agrícola. (Gonzalez, Enriquez Carmen, la inmigración en tiempos del virus, Instituto Real Elcano). Italia es uno de los países más tocados y afectados por el virus en Europa. Este país recibe, sobre todo en Sicilia, durante todo el año miles de inmigrantes, la mayoría africanos, que cruzan el Mediterráneo procedentes de los campos de refugiados en Libia. Según el médico M. Pintaudi que lleva una década trabajando con este colectivo afirma 234 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 que, si bien la mayoría de estos inmigrantes gozan de buena salud, siempre existe una minoría que llegan ya padeciendo problemas respiratorios, tuberculosis, a causa de las condiciones de detención en los campos de refugiados en Libia, lo que les hace más vulnerables al exponerse a la pandemia. Este problema se agrava todavía más en la actualidad por la falta de camas en los hospitales ya que rozan el colapso por la cifra de los infectados en la población autóctona. Mauro Palma, mediador nacional por los derechos de los detenidos, avisa que los siete centros de repatriación de inmigrantes del país se convierten en foco de contaminación y riesgos para la salud. Habla de 425 personas confinadas en condiciones en los cuales el distanciamiento físico no puede ser garantizado. La misma preocupación existe respecto a los trabajadores agrícola en el sur de Italia que viven unas condiciones precarias de explotación sin apenas medios de protección. En este contexto, para más inri, un candidato de la liga, extrema derecha, en el parlamento europeo, Antonio Mazzeo declaro que “Esta situación [en alusión a la pandemia] podría conducir al colapso del sistema sanitario nacional particularmente en el sur del país cuya infraestructura es muy frágil en lo cual los inmigrantes llegan los primeros” (The Newhumanitarian s/f) En Italia la pandemia ha provocado una polémica de índole política por parte del partido de extrema derecha de la liga liderado por el ex presidente del país Salvini ya reputado por su política anti migratoria a través del establecimiento de leyes represivas contra los inmigrantes no solo como presidente sino también cuando era ministro de interior (2017-2018). Salvini presidente en su búsqueda a argumentos o coartadas demagógicas para cerrar las fronteras ante la inmigración que le venía de África, sugirió el cierre de las fronteras del país para “proteger a los italianos” contra el virus en un intento de echar la culpa a los inmigrantes africanos cuando se detectó La inmigración en tiempos de COVID-19 235 un caso de Corvid 19 en Italia. La jugada no le salió como deseaba porque entonces, el mes de febrero, todo el mundo sabía que en todo el continente africano el único caso que se supo era en Egipto. Salvini, en una conferencia de prensa, afirmo que “el Gobierno ha subestimado el Coronavirus porque ha permitido el desembarque de los inmigrantes africanos ya contaminados por la pandemia es una irresponsabilidad”. (D'Ignoti Stefania, The New Humanitarian, 25 de marzo de 2020). Como suele pasar, históricamente, en casi toda Europa occidental con el fenómeno migratorio los Gobiernos quieren solo y únicamente a los brazos y no a las personas como seres humanos con necesidades y derechos porque lo segundo sale caro. En este contexto abro un paréntesis para recordar al lector como bien recalcan algunos expertos, que lo más importante para los países desarrollados es el factor “trabajo” que consiste en la oferta de mano de obra que, en las dos últimas décadas, se multiplicó por tres. La novedad en este último proceso, es que el factor trabajo se ha convertido en el factor determinante puesto que los países desarrollados padecen un decrecimiento en mano de obra, el envejecimiento de su población, la baja tasa de fecundidad y una esperanza de vida larga. Al otro lado, es decir los países subdesarrollados o en desarrollo, un exceso de población activa. A partir de los años ochenta del siglo pasado el proceso de la globalización conoció un ritmo acelerado debido a la caída de los costes de transporte de los bienes, ideas y de diferentes servicios por el creciente desarrollo de las nuevas tecnologías y los nuevos soportes de la comunicación e información. Proceso que ha hecho que la fuerza laboral efectiva se multiplicó por cuatro. La población activa potencialmente exportable, para tener una idea aproximada, ha crecido un 236 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 400% sobre todo entre los años 1985 y 2005. (De la Dehesa, 2008, p. 23). Hemos introducido este párrafo aclaratorio para retomar la idea que los países ricos tratan a la inmigración con cierto cinismo y doble rasero. Es decir que existe un desfase claro entre el discurso y la realidad. Mientras que el discurso político y mediático se caracterizan en general por el rechazo de la inmigración la economía exige la presencia de una mano de obra barata que el mercado laboral no ofrece por las causas que hemos mencionado anteriormente. Prueba de ello, que, ante la gran necesidad de dicha mano, países como España y la misma Italia han recorrido a la búsqueda de mano de obra en los colectivos inmigrantes indocumentados para salvar la cosecha en estos tiempos de Coronavirus porque el cuarto de la producción agrícola italiana está en peligro. Se necesita unos 350.000 jornaleros de los 600.000 sin papeles que residen actualmente en el país, para sustituir a la mano de obra estacional de Europa del Este que no va a poder llegar por el cierre de la frontera. Una parte de esta mano de obra ya trabaja en los campos en condiciones de explotación cobrando la mitad de la peonada, 20/30 euros, durante, en muchos casos, 12 horas por carecer de documentación. Esta situación, esclavitud moderna, ha sido objeto de denuncia de la ONU. La urgencia de la contratación de los inmigrantes viene del miedo, de una parte de la perdida de la cosecha y de otra de crimen organizado que domina el campo italiano. Este fenómeno se denomina “agromafia” que suele aprovechar de la situación de los sin papeles y les cobra por la búsqueda de trabajo y el alquiler de viviendas infrahumanas (barracas etc.…). (Buj, Anna Vanguardia del 13 de mayo de 2020) En cuanto a EE. UU su presidente Trump adoptó una política de paralización de la inmigración expulsando a los irregulares hacia México y Centroamérica. Los que se salvan de esta ola La inmigración en tiempos de COVID-19 237 de expulsión viven en el miedo porque temen que la policía o las Instituciones sanitarias les piden la documentación a la hora de acudir a los hospitales o, peor todavía, les dejen morir como forma de deshacerse de ellos. No es un escenario de ficción sino es una realidad como es el caso del sujeto mexicano Basilio Pinzón que falleció por el virus por haber quedado en casa de New york por miedo a ir al hospital (News mundo 21 de abril de 2020). Según el periódico, Pinzón fue a ver al médico cuando sentía molestias, pero cuando supo que tuvo Coronavirus regreso a su casa convencido que no le iban a curar por su situación legal. Otra informante, Marilyn, una mujer de 50 años de edad, reside en Florida con tres nietos en edad escolar dice “De salud hemos estado bien. Pero me quedé sin trabajo por lo de la cuarentena. Estaba trabajando en unas oficinas haciendo remodelaciones", explica en conversación con BBC Mundo. La informante añade "Ahora sobrevivo echando mano de los ahorros que tenía para pagar la comida y la renta. La casa móvil cuesta US$1.000 al mes, es bastante dinero, a lo que se le suman los gastos de agua, comida y luz”. La mujer sigue en un tono de indignación "Nadie me está ayudando ahorita, siquiera con la comida. Cuando vengo a ver no tengo nada en el refrigerador. Yo estoy comiendo lo que se puede porque no tengo como para gastar [...] Trato lo más que puedo no salir. Ya se imagina que si se me llegan a enfermar o me enfermo yo no tenemos seguro médico ninguno y entonces cómo le hacemos, ahí sí hay un problema”. (New mundo 21 de marzo de 2020). No solo los inmigrantes irregulares en EE. UU son víctimas del miedo y la preocupación por la deportación sino también aquellos que están en proceso de regularización de su situación jurídica y que la Ley les permite acceder a una ayuda mientras la situación lo exige. Dicha ayuda se denomina “carga pública”, se entrega a aquellos inmigrantes que no se les conceda la residencia permanente o la exención 238 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 de visado porque, a juicio de la administración, no son capaces de mantenerse a sí mismos. Durante la pandemia Trump suspendió la figura de la carga pública así como las redadas y las deportaciones, excepto casos excepcionales. Aunque se tomó la decisión, los interesados no recibieron ninguna información al respecto. En este país que se considera el epicentro universal del COVID-19 los expertos observan unas desigualdades flagrantes respecto a la salud. Prueba de ello es que las minorías étnicas (hispanos y afroamericanos) tienen una tasa de mortalidad muy superior a su representatividad social. En una ciudad como New York por ejemplo, estas etnias forman el 51% de población pero presentan el 62% de los muertos por la pandemia. En otra ciudad como Chicago los afroamericanos suman el 30 % de la población sin embargo constituyen el 72% de los fallecimientos. (Ramonet Ignacio, la pandemia y el sistema mundo, El mundo diplomático en español, del mes de abril de 2020) En Marruecos, la pandemia ha afectado al colectivo inmigrante cuya mayoría son subsaharianos, unos se han asentado en el país de manera definitiva y otros utilizan su estancia como trampolín para cruzar la frontera hacia el dorado europeo. Según la prensa, el coronavirus ha puesto al desnudo la situación ya, por si, precaria y vulnerable de este colectivo. Errantes, melancólicos, hambrientos, sedientos y sin cobijo. Este colectivo por las condiciones en las que vive se considera el grupo más expuesto a la pandemia, pese al trabajo que desempeña las organizaciones no gubernamentales que actúan en el terreno suministrándoles los productos más necesarios y vitales como el agua, la comida y la vestimenta. Los actores asociativos nos pintan un panorama lamentable en lo cual los inmigrantes no encuentran nada para llevar a la boca ni siquiera en la basura. La inmigración en tiempos de COVID-19 239 Esta situación se agudizo con el cierre de los establecimientos de comida (restaurantes, cafeterías etc.) por las circunstancias de la pandemia y el ramadán. Tampoco los “hammames” (mal llamados baños turcos) cuyos propietarios les suelen ofrecer ropa y lavarse como un gesto de generosidad y caridad. Las personas que suelen ofrecerles ayudas económicas en la calle están, a su vez, afectadas en sus economías, además de temer el riesgo de contagio por el virus. Este hecho empujo a estos inmigrantes a alejarse del centro de las ciudades hacia la periferia con todo lo que conlleva ello, o sea riesgos sanitarios y sanciones por violación de normas de confinamiento. Aquí se refiere a los inmigrantes que han “elegido” como alojamiento a los bosques, en zonas aisladas lejos de los centros urbanos, que carecen de condiciones favorables al confinamiento. En Casablanca, capital económica, por ejemplo, existen aproximadamente 900 personas, incluso menores, que viven gracias a la ayuda de la ONG “Justicia social y derechos humanos”. “En la situación actual, agravada por el virus y la falta de recursos, la ONG, , está desbordada hasta el punto de que esta población, no encuentra absolutamente nada para comer. Peor aún, dentro de este colectivo hay menores que carecen de medios de protección física y psicológica” afirma la coordinadora de la ONG Peor aún, recalca la coordinadora, dentro de este colectivo existen enfermos crónicos que se ven incapaces de recibir la atención sanitaria adecuada por la dedicación de los sanitarios a los infectados del virus. Ha de destacar que una parte de este colectivo trabaja en el sector o la economía informal que la pandemia ha mermado en días sus ahorros. Hecho que se ha agudizado por la falta de permiso de residencia y, por lo tanto, complicar más la situación a la hora de violar el estado de alarma, lo que les 240 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 podría exponer a de graves sanciones o multas.(El rotativo Eco Actu del 5 de mayo de 2020). En cuanto al género y la infancia se observa que la mujer subsahariana vive en una situación peor que el varón. M. Lokake, presidenta de la asociación de apoyo a la mujer y la infancia en Marruecos confirma que “Están cerrados en casa, los niños no pueden seguir con sus clases online porque no pueden conectarse por Internet por falta de recursos económicos Las mujeres que trabajaban en tareas domésticas o en la prostitución antes de la pandemia ya viven en una situación de vulnerabilidad extrema”. “La situación de estas mujeres es entradamente precaria. Son casi todas victimas de trata de seres humanos y la explotación sexual durante la travesía del Sahara hacia Marruecos donde esperan una oportunidad para llegar a Europa. Lamentablemente llegan traumatizadas, viven de la mendicidad, de la prostitución y del comercio de la calle” explica el Guineano Odoi presidente de la asociación Yemoh and Minority globe. (Atalayar entre deux rives 17 de abril de 2010). En Francia la pandemia ha tenido consecuencias, igual que otros países, en todos los aspectos de la vida cotidiana; incluso en el colectivo extranjero residente en el país. En este país la pandemia y las condiciones de confinamiento de la población ha hecho que aflore las desigualdades sociales en lo sanitario afectando más bien al colectivo inmigrante que vive en una situación económica y administrativa precaria. Este colectivo es el grupo más expuesto a los riesgos de contaminación puesto que no se beneficia totalmente del sistema sanitario nacional por la falta de seguros de salud, residir en zonas desfavorables en las que el acceso a los recursos sanitarios es muy difícil, prueba de ello, el distrito de Saint Denis cuyos hospitales están saturados porque abarca la mayor proporción de inmigrantes de la capital. La inmigración en tiempos de COVID-19 241 Ello añadido a factores lingüísticos y culturales consistentes en las dificultades de comunicación y comprensión del sistema sanitario francés, así como las explicaciones que se dan sobre las medidas preventivas contra en COVID-19, sobre todo en subgrupos de riesgo de bajo o nulo nivel educativo y que padecen enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión, aunque sabemos que la mayoría de la población inmigrante goza de buena salud. Dichas medidas deben de explicarse en la lengua materna del propio inmigrante. En Francia, los inmigrantes se consideran como el colectivo más expuesto al contagio por la enfermedad por, primero, sus condiciones laborales puesto que es la población que ocupa empleos precarios (contratos de corta duración o non declarados) además de no pueden de dejar de trabajar, a pesar de la pandemia, por no perder sus recursos económicos y segundo, por el estado de hacinamiento en condiciones habitacionales precarias sobre todo en el colectivo de refugiados o solicitantes de asilo, lo que no facilita la aplicación de las medidas de un confinamiento en condiciones adecuadas. Se observa que hay un temor que la población inmigrante víctima, históricamente hablando, de las desigualdades sociales sea el colectivo más afectado por la pandemia COVID-19 si no se actúa, información y acompañamiento, para proteger a dicho grupo. No se puede abordar las consecuencias de la pandemia en países occidentales con presencia masiva de inmigrantes sin tratar el caso de Turquía país que se ha convertido, últimamente, en foco de atención por parte de la Comisión europea en materia de inmigración particularmente la frontera greco turca. La situación de colapso que ha conocido este país a raíz de la guerra en Siria que provoco un éxodo masivo 242 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 de la población civil hacia zonas fronterizas más seguras como Líbano, Turquía etc. Éste último país, que ha utilizado, igual que Marruecos, la inmigración en su estrategia geopolítica, como papel de presión a Europa para sacar privilegios y más intereses económicos a su favor, además de implicarse más en el conflicto sirio, declaro que ya no puede mantener la situación actual impidiendo la salida de los refugiados hacia Europa, a saber, Grecia. Europa, en respuesta a Turquía, suspendió todos los trámites de demandantes de asilo deportando a los refugiados al territorio turco. La propagación de la pandemia del COVID-19 ha provocado una alarma social de manera que el gobierno turco ha procedido al desmantelamiento de los campamentos de los refugiados (cuatro millones) expulsándoles a zona occidental del país. En Grecia, la ONG Médicos sin fronteras anuncio en marzo de 2020 la evacuación de los campos de refugiados instalados en las islas que acogen a más de 42.000 personas, en una clara violación de la Convención de Ginebra, debido a las condiciones de insalubridad por la falta de agua, lo que complica todavía más las medidas de confinamiento y aumenta los riesgos de contaminación. (The convesation 31 de marzo de 2020 La Turquie et ses voisins face à l’épidémie) Ha de destacar que, en Turquía, la pandemia ha dado la vuelta a la tortilla, o sea que la sociedad turca, no es árabe pero musulmana, que ha demostrado simpatía y solidaridad absoluta a la causa de los refugiados sirio al principio de la crisis, ha vuelto a manifestar su el rechazo a los refugiados, ya son indeseados. Según una investigación de German Institute for International and Security Affairs cada siete por diez turcos cree que la presencia de los refugiados afecta la calidad de los servicios públicos. (Ariane Bonzon Le Monde Diplomatique de mayo 2020 p. 13) La inmigración en tiempos de COVID-19 243 Conclusión. A modo de conclusión, se puede decir que la pandemia Coronavirus está afectando a los desplazamientos humanos a nivel planetario que han empezado a reducirse por el cierre de las fronteras tanto entre los continentes como dentro del mismo continente. Ello va a tener consecuencias a corto plazo que consiste en la disminución de las remesas que suelen recibir los países de expulsión y el mercado laboral de los países de acogida sobre todo en el sector agrícola y turístico. En este contexto se puede imaginar un escenario en lo cual, si la crisis provocada por la pandemia se prolongue, los Estados occidentales tomaran medidas económicas proteccionistas para incentivar y animar a la producción local apoyándose en la mano de obra nacional expulsada de sectores como el turismo, la construcción etc., con lo cual poner freno a la entrada de mano de obra extranjera. A largo plazo, las consecuencias dependerán de la profundidad y la duración de la crisis económica. En el caso si la economía se recupere rápidamente probablemente la situación vuelva como antes como si nada hubiera pasado. En caso contrario, la crisis tendrá un efecto devastador sobre los presupuestos de los Estados, el empleo, y el Estado de Bienestar en general. Lo que necesariamente, tendrá un efecto negativo sobre los inmigrantes ya por si viven en la precariedad como las ayudas o recursos que reciben los países de origen. 244 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 Bibliografía. Ares, M, A (24 de marzo de 2020). Migraciones y refugiados en la era del COVID-19. EN Público. Recuperado de https://blogs.publico.es/conmde/2020/03/24/migracionesrefugiados-covid19/ Bonzon, A. (mayo de 2020). Ces indésirables refugiés Siriens. Le Monde Diplomatique. Recuperado de https://www.monde-diplomatique.fr/2020/05/BONZON/61783 Bouhrara, I. (5 de mayo de 2020). : Le Maroc au bord d´une catastrophe humanitaire. Eco Actu. Recuperado de https://www.ecoactu.ma/migrants-subsahariens-maroc-covid19/ Buj, A. (13 de mayo de 2020). Italia aprueba un plan de 55.000 millones para ayudar a las familias y empresas, italia-apruebaplan-55000-millones-ayudar-familia-empresas.html. Vanguardía. 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Debido al COVID-19 hemos cambiado drásticamente y de forma rotunda nuestros comportamientos cotidianos, y aunque quisiéramos volver a la normalidad, a esa vida que vivíamos antes, no será posible, pues esta pandemia es incomparable con otros desastres vividos en la historia humana y nos ha obligado a casi todos (individuos, organizaciones, empresas y gobiernos) a cambiar nuestros modelos de realidad en muy poco tiempo. Estos cambios se han dado de múltiples formas según las respuestas que se le dé a la contingencia, pero se puede apreciar que estamos iniciando una transformación de grandes magnitudes a nivel local y global, y que el mundo cambiará, no tenemos certezas hacia dónde, la única certeza es que estamos viviendo en carne propia el impacto de la pandemia en nuestras vidas, y que hay algunas cosas que no volverán a ser como antes. El siguiente artículo describe algunas de las narrativas actuales con el ánimo de encender luces en medio de la incertidumbre y las dudas que genera la realidad que estamos viviendo en este 2020. Analizaré cómo de forma sistémica la pandemia a afectado diferentes dimensiones humanas para identificar señales que nos guíen y permitan crear formas de vivir más armónicas y en equilibrio con el ecosistema que habitamos. Navegando el nuevo trance de la historia humana. Se dice que las crisis y los desastres son los momentos de grandes cambios, casi siempre dolorosos y difíciles, pero al tiempo es una época para el nacimiento de grandes soluciones y oportunidades, donde se cristalizan nuevos comportamientos, nuevos procesos sociales, históricos, 248 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 materiales y simbólicos en la vida humana. El mundo está ante una crisis global, o como lo diría Marcel Mauss, ante un hecho social total altamente complejo que conmociona sistémicamente a la sociedad entera, donde un acto individual es capaz de poner en manifiesto el orden global y todo el conjunto de prácticas e instituciones y sus relaciones paradójicas. Estamos viviendo un acontecimiento sin precedentes, en el cual se puede identificar nuevas narrativas y comportamientos colectivos; y si hacemos rápidamente una síntesis de todo ese análisis, podríamos decir que, lo que hemos construido hasta hoy como sociedad (ya con cuarta revolución industrial instalada en la cotidianidad) no es suficiente para dar respuesta a la crisis actual. Desde los individuos, los cambios de hábitos son innegables, al menos durante los primeros meses del año 2020, gran parte de la humanidad, aproximadamente 4.500 millones de personas se vieron obligados a vivir durante meses confinados en sus nuestras casas y, a la fecha que escribo este artículo (12 mayo), más de 4 millones de personas han sido contagiadas por la COVID-19, esto, sin contar los cientos de miles de muertos a nivel mundial. Mi intención no es analizar la crisis en la salud pública, sino entender cómo se han modificado las dinámicas y hábitos cotidianos y qué implicaciones futuras tienen. Por ejemplo, identificar el impacto de la cuarentena en la reducción de la movilidad corporal; o la obligada interacción con el mundo por medio de ventanas (físicas y virtuales); el aumento del consumo de información digital para entender qué está pasando y cómo enfrentar la crisis; la ejecución de oficios que antes delegábamos a otros (cocinar, limpiar, educar los hijos…); y así evidenciar las huellas o señales que deja el efecto de vivir en una sociedad confinada y aislada, que cambió sus hábitos para minimizar el impacto de propagación del virus. El efecto futuro de este aislamiento puede ir desde una alteración temporal de lo cotidiano, al inicio de una forma de ¿Cómo será el mundo después del coronavirus? 249 vida completamente diferente. Aún no lo sabemos, mientras tanto nos preguntamos ¿Cómo vamos a salir de esto? ¿Cómo navegar este trance de la vida sin ahogarse en la incertidumbre? Y cuando salgamos, ¿Cómo será todo? ¿Cómo cambiarán nuestras vidas? ¿Cuáles son las oportunidades para adaptarnos mejor a esta situación inusual e inesperada? ¿Cuáles serán las estrategias de las empresas y gobiernos para salir de la crisis? ¿Cómo será el nuevo orden mundial? Si bien sabemos que nada volverá a ser como antes, podremos elegir y decidir cómo queremos construir la “nueva normalidad.” Cuando conversamos estamos construyendo la realidad. La especie humana es un animal social que ha usado el lenguaje como la forma de establecer las relaciones que nos mantienen unidos como miembros de una sociedad. Saber del otro (y viceversa) ha sido clave para la supervivencia y reproducción de nuestra especie. Como lo dice el biólogo Humberto Maturana, “es en el conversar donde somos humanos” (Maturana, 1998, p 23), así pues, todo lo racional, lo místico, lo espiritual, la ciencia, la filosofía, la fama, la historia, son relatos que construimos a diario, y son la materia prima de lo que están hechos nuestros modelos del mundo y de nosotros mismos dentro de él. Son pues los relatos, la imaginación y el poder de la inteligencia lo que nos ha permitido evolucionar como especie, no evolucionamos por cuestión de ser más fuertes, sino de ser más inteligentes, así lo afirma Y.N. Hariari en su libro De animales a dioses: “El Homo Sapiens conquistó el mundo gracias, por encima de todo, a su lenguaje único”. (Hariari, 2017, p 32.) Gracias al lenguaje podemos combinar un sin número de sonidos que producen significados y señales distintas que construyen la realidad y permite contarnos y contarle al otro (hoy al mundo entero) esa realidad que percibimos. ¿Cuáles son pues los relatos que nos estamos contando en esta pandemia? ¿Cuál es la realidad que estamos construyendo como individuos? 250 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 La incertidumbre actual no permite mantener un mismo relato por mucho tiempo, durante los últimos meses la humanidad entera entró en un estado de aislamiento social obligado que le ha forzado a cambiar sus modelos, sus sistemas y, por ende, sus narrativas. 6 de cada 10 habitantes en el mundo están en sus casas, algunos cesantes, otros trabajando, estudiando o tratando de sobrevivir. Cada persona, sin importar el lugar del mundo donde vive, edad, nivel socioeconómico, ocupación, personalidad, etc., ha sentido el impacto de la pandemia o de sus efectos secundarios, cambiando el sentido de las cosas, viviendo otra cotidianidad, repensando viejos hábitos, abrazando el cambio, enfrentándonos a nosotros mismos y teniendo otras conversaciones para adaptarnos al nuevo contexto. Los siguientes 2 ejemplos describen las nuevas narrativas, desde la dimensión individual, que se afianzan en gran parte de la población para configurar la realidad postpandemia. Volver a lo esencial. Al tiempo que el coronavirus nos muestra lo vulnerables que somos como especie, también despierta o aumenta el nivel de sensibilidad de las personas según las experiencias vividas en la cuarentena. En esa cascada de emociones es posible observar cómo se comienza a cristalizar el relato de “volver a lo esencial”. Ejemplos como: dar gracias porque las necesidades básicas (techo, alimento, e internet) están cubiertas; apreciar y comunicar el valor de las cosas más simples y sencillas (un paseo a mercar, una mirada humana); valorar más los oficios cotidianos y caseros (cocinar u ocupar buena parte del tiempo para obtener nuevos aprendizajes y habilidades que amplíen el panorama de opciones para resurgir en la crisis). Y a esto se le suman algunas conversaciones cotidianas que cuestionan tajantemente las formas de vida superficiales, el consumismo desaforado y el endeudamiento adquirido. La crisis económica que se ¿Cómo será el mundo después del coronavirus? 251 avecina, será el martirio para muchas familias de clase media que no podrán soportarlo. Este presentimiento ha tenido un efecto interesante, es apenas una tendencia, pero hoy muchas personas están desde sus casas en búsqueda de nuevos hábitos y nuevas conversaciones que les permita, más que una re-invención del ser, un re-descubrimiento de la esencia humana misma y superar la crisis con fortaleza y autoestima. Somos la única especie en el planeta que le da sentido y significado a su existencia, no solo podemos imaginar cosas inexistentes y tener pensamientos de todo tipo, sino que también podemos pensar (reflexionar) sobre la forma como pensamos. Por ejemplo, nos decimos: “yo porqué soy así” “por qué no hice esto” “necesito cambiar mi forma de ser” “quisiera esto en mi vida…”. Este tipo de reflexiones se llama autoconciencia, y ésta no es más que una brújula interior que nos guía en la vida, también se le puede llamar paradigmas, modelos mentales o motivaciones internas, es lo que, al final, configura y determina nuestro ser, nuestras formas de pensar, sentir y actuar como individuo, creando la visión del mundo y la realidad que cada ser humano vive y comparte. Algunos creerán que la autoconciencia es un asunto esotérico o religioso, pero en realidad es un impulso vital y neuronal que no todos desarrollan de formas muy conscientes. En muchas ocasiones son la emociones y las reacciones fisiológicas las que nos llevan a ese estado de conciencia, o cuando vivenciamos un suceso catastrófico inesperado, como una muerte, un divorcio o una plaga. Pero sucede que, el sistema en el que estamos inmersos busca en muchas ocasiones callar la autoconciencia de diversas formas, el consumo desmedido es una de ellas. Y fue hasta que el coronavirus y la cuarentena obligada, a gran parte de la población mundial, puso freno de mano al frenético huracán de distracciones y consumo indulgente que nos impedían ser conscientes de nuestra autoconciencia. Y 252 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 así, confinados, muchos se atrevieron a ir a ese remoto lugar de su consciencia, o les tocó ir obligados, viviendo con sus propios demonios y reblujos. Es una experiencia bastante compleja, no es un camino fácil, y aún más difícil quedarse allí y ordenar el propio reblujo. Ya lo decían los filósofos griegos, el camino más arduo es el del conocimiento de uno mismo; es un viaje que asusta y angustia y por eso muchos lo evitan recorrer o retroceden en el camino. Pero la pandemia está obligando a muchas personas a quedarse en casa e iniciar un viaje hacia el interior para tomar conciencia de la vida que se vive y cambiar de un modo u otro las formas de ser y hacer en este mundo. Un stop en el camino que dé el tiempo y el espacio para reflexionar y desempolvar el radar interior, para que sea éste quien nos guíe dentro de los límites externos que la realidad impone. Aligerar el equipaje. Un murmullo ya muy recurrente es la necesidad urgente de “aligerar el equipaje”, tanto de los modelos de pensamiento (creencias, tradiciones, sistemas culturales, etc.) como de las formas de consumo; puesto que si tenemos una maleta pesada, rígida y llena de cosas inservibles, será más difícil de enfrentar la crisis actual, causando mayores traumas. En el viaje de la vida muchos se han dedicado a llenar la maleta de cosas no esenciales (que incluso van en detrimento de la salud del planeta), y por el peso de ésta no han disfrutado de la experiencia y el placer que genera el viaje y descubrir nuevos mundos. Las personas, empresas o gobiernos que ocuparon su tiempo en ganar más y más dinero, en vez de ocupar el tiempo en ampliar sus horizontes y aprender constantemente otro tipo de cosas para ser más creativos y flexibles, están sufriendo duras consecuencias. Nos estamos dando cuenta que la vida se convirtió en una máquina de consumo para vivir la misma obra de teatro, con los mismos recorridos y actores: de la casa al trabajo, al ¿Cómo será el mundo después del coronavirus? 253 estudio, a la calle, al centro comercial, de vacaciones por el mundo, comprando y acumulando esto y lo otro para llenar ese escenario. Tuvimos que encerrarnos para experimentar que se pueden simplificar las formas de vida, que no necesitamos tantos corotos para vivir mejor. Así pues, todos hemos tenido que reformular las prioridades para sobrevivir el impacto, pero el resultado ha sido diferente según el peso y el contenido de la maleta que se carga. Por ejemplo, el impacto económico en millones de hogares de clase media en Colombia ha sido muy doloroso, pues ha obligado a muchas familias a replantear su situación económica por completo. Puede que se cuestionen por sus hábitos de consumo indulgente, pero lo que subyace es un gran temor por no poder mantener el estilo de vida creado y ser incapaces de sobrellevarlo durante y después de la pandemia. Son familias enteras que tienen que inventarse otras formas de sobrevivir, ingeniarse otro tipo de trabajos e ingresos, pues tampoco pueden acceder a los subsidios brindados por el gobierno ya que son solo para población vulnerable. Y aunque los bancos les hayan dado una tregua para el pago de sus deudas, sienten que la recuperación es lenta y no podrán mantener el estilo de vida actual. Volver a casa, cambiar hábitos y pensar en el futuro no ha sido pues una experiencia fácil, algunos estarán solos, otros con la casa llena, como sea, cada uno está cambiando algo en su vida y esto es cambiar el relato o los modelos mentales establecidos. Estos dos ejemplos, “volver a lo esencial” y “aligerar el equipaje” revelan nuevas narrativas donde la necesidad futura estará en mantener estos espacios de “conexión” y “autoconocimiento” para sobrellevar la realidad. En este escenario, las marcas, empresas y gobiernos más recordados serán quienes contribuyan a esa búsqueda, donde el placer de compra o las experiencias no serán más la excusa de olvidarse de los problemas, sino de contribuir a su solución; que ayuden a las personas a aligerar la maleta, a destinar tiempo para ampliar sus horizontes y encontrar 254 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 fuentes de inspiración para adquirir nuevos conocimientos y hábitos de consumo: o que enseñen habilidades y aptitudes para navegar la incertidumbre y crear nuevos mundos (nuevos relatos) que considere un estilo de vida más holístico, consciente y armónico con el planeta, y a la vez, genere tranquilidad mental y empoderamiento colectivo para consagrar la vida a un propósito para el bienestar común. El eterno dilema humano. El ser humano ha vivido (y vivirá) dentro de una paradoja eterna, el vaso medio lleno o medio vacío será el rasero para entender la realidad construida. Esta dualidad es una interesante discusión filosófica de vieja data que trata de entender si, desde el origen mismo como especie, dotada de un lenguaje único, nos hace ser “los elegidos” o “los condenados”. ¿Es el lenguaje nuestra salvación o nuestra sentencia? Todo depende. Sabemos que gracias al lenguaje hemos podido aumentar nuestro entendimiento de las cosas y establecer un sistema ordenado de conocimientos de los fenómenos naturales, sociales e industriales. Esto es lo que llamamos conocimiento científico o ciencia. La cuestión es que este conocimiento u objetividad del mundo nos puede salvar y también destruir (he ahí el dilema). La ciencia nos ha proporcionado todas las cosas que tenemos alrededor. Gracias a la evolución y los avances científicos hemos conseguido todos los elementos que hacen parte de la naturaleza humana como la energía, los alimentos, las medicinas, las ciudades, entre muchos otros. Ha sido de tal magnitud este entendimiento que desde el inicio del siglo 21 estamos viviendo en carne propia los albores de una revolución industrial digital sin precedentes, donde las tecnologías actuales eliminan las fronteras entre lo humano y lo artificial y realizan labores cognitivas que antes solo eran reservadas para los humanos. Pero por valorar la magnitud de nuestros insaciables logros científicos, olvidamos que la ¿Cómo será el mundo después del coronavirus? 255 ciencia también genera una sed de poder por la cual ha construido armas y generado guerras (que por cierto, las guerras son los momentos de mayor experimentación y evolución científica). Pero por más avances científicos, no hemos sido capaces de erradicar el hambre y las pestes, como tampoco mitigar el alto impacto ambiental que generamos poniendo en jaque el equilibrio ambiental del planeta. Menos aún, no se ha logrado que la ciencia unifique los pueblos y aliente el entendimiento mutuo entre todas las especies del planeta. Nos damos cuenta que el sistema de conocimiento y experimentación actual plantea que de cada ganancia dentro del sistema también está implícita una pérdida. Los dilemas humanos se han incrementado con la pandemia. Son muchos los mensajes contradictorios que recibimos a diario. Por ejemplo, se nos pide que paremos para continuar; que nos refugiemos en casa, pero se nos olvida que millones de personas en el mundo ni siquiera tienen una, o su casa no significa refugio; se nos pide que nos cuidemos para cuidar a otros, pero ni siquiera podemos ir a visitar a nuestros seres queridos para cuidarlos; los gobiernos aún no se deciden qué es primordial, la salud o la economía, pero no tendremos ni salud ni economía si paramos de trabajar o continuamos haciéndolo. Hoy más que nunca vivimos una actualidad marcada por dos imperativos en conflicto que ninguno puede ser ignorado, cualquiera de las demandas que se quieran cumplir, anula la posibilidad de cumplir la otra, es una paradoja distópica que nos bloquea y nos confunde, aún no nos decidimos si mantener el aislamiento obligatorio o abrir nuevamente toda la dinámica económica. La casa que habitamos. Mientras tanto, el mundo entero está obligado a guardar refugio en el hogar. Y dentro de la dualidad humana, la casa es mundo y es celda, dependerá de las experiencias vividas si 256 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 es lo uno u otro. La casa, independientemente del espacio que se habita, hace parte de la identidad de las personas y las familias, expresa el estilo de vida, la personalidad y los hábitos de los moradores; de esta forma la casa adquiere un significado de protección, seguridad y estabilidad, es ese rincón del mundo, ese universo que da razones para construir bienestar y progresar. Para algunas familias que tienen casa, el confinamiento se ha visto como un momento positivo (el vaso está medio lleno), pues gracias a este tiempo las relaciones familiares se han afianzado, el reencuentro familiar ha permitido conocer mejor al otro, tener conversaciones y compartir actividades que nunca antes se habían realizado de manera conjunta. La casa, a pesar de las dificultades espaciales o de las relaciones, se ha adecuado a las nuevas dinámicas confinadas, los espacios se (re)distribuyen de diversas maneras, se adecúan como oficina (e incluso co-working cuando son varios miembros los que tele-trabajan), salón de clase, gimnasio, restaurante… Se propician espacios compartidos y al tiempo espacios para estar solo. Son casas donde es posible hallar cierto equilibrio y armonía con los espacios y las personas que lo habitan. Sin embargo, la casa para otros se vuelve una celda y resulta ser un lugar inseguro, de violencia incluso. Personas y familias que, sin importar el espacio, se sienten encerradas, prisioneras, generando reacciones negativas y provocando situaciones estresantes en el hogar (el vaso está medio vacío). Se dan cuenta que las relaciones construidas no tenían un fundamento sólido y se derrumban. Es posible que para algunas personas la calle era su refugio y ahora en el encierro deja al descubierto grandes problemas de comunicación e intolerancia, y cualquier cosa puede generar un estruendoso conflicto hasta llegar incluso, a violencia familiar. ¿Cómo será el mundo después del coronavirus? 257 Y bueno, lo más lamentable es para quienes (millones de personas en el mundo) la casa ni siquiera es una opción. No existe la casa, como para los habitantes de calle, o las personas que han tenido que huir de sus pueblos y países por violencia o hambre, o quienes viven en piezas de alquiler y refugios compartidos… Son una especie de población flotante y su casa es cualquier rincón de la ciudad que los pueda proteger de las inclemencias del clima o un simple refugio para dormir. La casa se convirtió para muchos en un No Lugar, que varía de acuerdo a las circunstancias del día a día. Como sea, la cuarentena ha suprimido de forma rotunda las rutinas de ocio que se hacían fuera de casa, la diferencia está en que unos logran instaurar un nuevo ocio al interior del hogar, mientras que otros sienten agotamiento físico y mental que se expresa desde un leve aburrimiento hasta una gran irritabilidad, depresión o violencia. En unas familias se puede apreciar mayor disposición de conciliar los tiempos, los espacios y los roles del hogar, por ejemplo, algunos hombres realizan tareas domésticas que no realizaban antes con tanta frecuencia, como limpiar, cocinar, ir de compras o jugar con los hijos. Mientras que en otros hogares las mujeres siguen llevando el mayor peso, pues tienen que compaginar las cargas familiares y del hogar con su jornada laboral a través del tele-trabajo. Aislados, pero no separados Entonces, la casa se ha transformado. Si antes la casa era considerada como el espacio privado por excelencia, el confinamiento hace que en el hogar se condensen tanto las dinámicas privadas como las actividades sociales. Al parecer el distanciamiento social es sólo físico para quienes mantienen conexión virtual con sus comunidades por medio de una amplia oferta de plataformas digitales. Se ha aumentado de forma exponencial el tiempo frente a las pantallas para conservar las dinámicas colectivas y auto- 258 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 superarse tanto en el trabajo como en el estudio (aprendizaje escolar y profesional). Para ello se han acondicionado los espacios para que la interacción virtual sea lo más cómoda y placentera posible. Con esta nueva disposición de los espacios, la casa adquiere otro significado, ya que sirve tanto para habitar la privacidad y desconectarse del mundo exterior, como para conectarse a él. La vivienda tiene nuevos escenarios para adaptarse a las nuevas dinámicas sociales como el tele-trabajo, el tele-estudio, el tele-ejercicio-físico y tele-entretenimiento. Para los que pueden tele-hacer todas estas actividades han probado que funciona y que no hay necesidad de hacer tantos desplazamientos y emitir tanta huella de carbono en los mismos. Aunque con la falta de interacción física corramos el riesgo de privarnos de una de las características principales de lo que nos hace humanos (interactuar en grupo), vemos que el ser humano es creativo y se ingeniará cómo sobrevivir a ello. Sabemos que la vida social digital y electrónica no es lo mismo que la física y palpable. Numerosos estudios demuestran la importancia de la interacción física y social para alimentar nuestro sistema neuro-biológico, mantener la salud mental y tener en buen estado nuestro sistema inmunológico (sobre todo, en los niños y adolescentes). Los antropólogos sabemos que para criar un infante hace falta toda una tribu, y que es allí donde se crean lazos sociales fuertes que servirán para el futuro del niño y la sociedad. Sin embargo, gracias a nuestra imaginación y creatividad, siempre hemos sabido cómo desarrollar nuevas formas de sociabilidad para mantener la conversación, los lazos sociales y la humanidad como tal. La pandemia ha mostrado cómo satisfacer esa necesidad de conexión social: desde mensajes de texto y llamadas telefónicas, a reuniones en zoom, fiestas, eventos, conferencias y foros por diversas plataformas digitales. Pero, nos podemos quedarnos celebrando la magnitud de estos logros, porque (como siempre) olvidamos miles de millones de personas en el mundo que no pueden ¿Cómo será el mundo después del coronavirus? 259 tele-hacer nada, porque ni siquiera tienen trabajo, o viven del rebusque y, muchos, ni siquiera tienen Internet o los dispositivos necesarios para mantener una conexión virtual. Están excluidos. Hoy más que nunca, la conectividad se convierte en una necesidad básica de primer orden en el mundo contemporáneo y tristemente hay muchas personas que no la tienen cubierta. Los analfabetos del siglo 21 no serán solo los que no saben leer y escribir sino también los que no tengan conectividad. Es urgente propiciar mayor inclusión para bajar la brecha de conectividad de poblaciones más alejadas de los centros urbanos y/o más vulnerables, de todas las edades y niveles económicos. Habitar la nueva ciudad. El coronavirus golpeó con mayor ímpetu a los centros urbanos más densos. Las ciudades más grandes, con mayor interacción social, han sido las que mayor cantidad de víctimas y contagiados han reportado. Los gobiernos locales obligaron a la cuarentena, lo cual erosiona por completo el espacio público; los espacios son hoy una maldición y nuestro primer enemigo. Las ciudades se fueron convirtiendo en pocas semanas en lugares fantasmas, desprovistos de gente, que incluso animales salvajes aprovecharon para dar un paseo por las urbes desoladas. Aunque algunas ciudades ya están saliendo paulatinamente del confinamiento, el miedo a las multitudes se ha quedado y cambiará la forma de relacionarnos con los otros, con la ciudad y sus espacios públicos. El reto está en imaginar y diseñar nuevas formas de interacción humana en las urbes. La buena noticia es que muchas de las concepciones urbanísticas modernas fueron inspiradas en tiempos de epidemias y plagas. Leonardo Da Vinci por ejemplo, diseñó una ciudad futura en medio de las plagas bubónicas, que eliminaba la conglomeración de barrios abarrotados e insalubres por espacios más ventilados e higiénicos y así prevenir enfermedades. Estamos a la espera del Da Vinci que va diseñar la nueva ciudad, veremos cuáles 260 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 son los diseños que se ingenian arquitectos y urbanistas para manejar la densidad de la población y evitar las congregaciones masivas, atascos, contaminación, etc., para proporcionar una respuesta de salud pública integral. Sin embargo, hay que tener en cuenta que repensar la ciudad también requiere pensar en nuevas formas de urbanismo, ya que, si estamos ante una ciudad conectada virtualmente, podemos decir que estamos viviendo un ciber-urbanismo el cual tiene dos lecturas. Por un lado, destapa la desigualdad social, porque aún cuando la población pueda acceder a un Smartphone, no tiene acceso a internet de calidad, ni puede tele-hacer diversas actividades (trabajo, estudio, ocio, etc.). Y por otro, la intención máxima de monitorear y controlar la población por medio de plataformas y aplicaciones digitales con la excusa de erradicar el virus, permite a los gobiernos tener libertad para propiciar un estado policial digital (biopolítica) que podría llegar a una vigilancia intrusiva, donde el Estado va a querer obtener la información médica de las personas y otros datos que hasta ahora han sido considerados privados, con la excusa de salvar vidas. Si esto sucede, veremos cómo nuestra libertad se va viendo cada vez más restringida hasta llegar a un autoritarismo digital. El mundo necesita cambiar. Y así, por nuestras pantallas estamos vivenciando cómo toda la humanidad ha sido golpeada por un enemigo invisible con semejante contundencia en tan poco tiempo. Un acontecimiento que la mayoría de gobiernos no ha sabido cómo responder, puesto que, aunque era un futuro posible, ninguno estaba preparado para este descomunal desafío. Los gobiernos han centrado sus estrategias de forma local, gestionando de manera independiente sus estrategias, sin una verdadera coordinación internacional (a veces incluso nacional). Es realmente increíble ver cómo las grandes potencias han sido incapaces de coordinarse a nivel global, ¿Cómo será el mundo después del coronavirus? 261 como sucedió en el pasado con las guerras mundiales. Aún no se vislumbran esos líderes mundiales que surgen en los malos tiempos para controlar el estrés de la población y erradicar al enemigo. No nos queda más que volver a los mecanismos de antaño para responder a la plaga, encerrarse, cerrar colegios, evitar el otro, renunciar a la libertad de movimiento y volver a los tiempos del bozal. El mundo necesita líderes carismáticos, voces coherentes, visionarias y constructivas, que guíen a los individuos y a los pueblos en la incertidumbre actual y que este sea (ojalá, por fin) el inicio de una nueva etapa de vida planetaria, que no solo se centre en la lucha contra la COVID-19, sino en la lucha por cambiar el sistema que nos gobierna, el cual es injusto, desigual e individualista. La humanidad necesita fortalecer la cohesión social y desarrollar un sentido de consciencia y responsabilidad común. Son muchas las voces en todos los rincones del planeta que reclaman otro tipo de políticas (económicas, ambientales, digitales, etc.) que sean más inclusivas, que contribuyan a la armonía ambiental y al equilibrio de la humanidad y el planeta. Se necesita a la vez, que las personas consagren su vida a otro propósito que no sea el del consumo. La gente tiene que entender que el modelo consumista y neoliberal individualiza la comunidad y atomiza el compromiso social (la solidaridad). Cada persona deberá entender que el mundo capitalista fabrica incertidumbre porque es su instrumento de dominación y poder, un sistema que vuelve precaria a la sociedad y buscar que los individuos sean más inseguros y vulnerables, y así poder dominarlos a su antojo. Si algo bueno ha arrojado esta pandemia es que nos dio un espacio de tiempo para darnos cuenta de lo errados que estamos como sociedad si creemos que la libertad y el bienestar están en elegir las cosas queremos tener, comprar y consumir. Esa libertad es una falsa utopía. Ojalá quede ese sinsabor por mucho tiempo, para que los sujetos entiendan que el verdadero bienestar no es comprar ni consumir frenéticamente, sino que el verdadero 262 Reflexiones desconfinadas para la era posCOVID-19 bienestar está en el empoderamiento, la autoestima, el desarrollo del gran potencial que tiene cada individuo para hacer uso adecuado de sus capacidades y poder hacer sus elecciones y vivir un estilo de vida, de acuerdo a un compromiso mutuo y no individual. Nadie sabe cómo será el mundo después del coronavirus, hay muchas teorías y análisis, y creo que de eso se trata un poco, de imaginar y crear desde ya ese futuro, analizar lo que está sucediendo hoy para identificar señales que nos guíen para crear formas de vivir más armónicas, que generen mayor valor y estén en equilibrio con el ecosistema que habitamos. “Nada como un poco de ahogo para valorar el oxígeno” William Ospina. ¿Cómo será el mundo después del coronavirus? 263 Bibliografía. Hariari, Y.N. (2017) De animales a dioses. Breve historia de la humanidad. Barcelona: Penguin Random House. Maturana, H. (1998) El sentido de lo humano. Santiago de Chile. Dolmen · ™ Editores Sardar, Z. (8 December 2014) Welcome to postnormal times. Recuperado de https://ziauddinsardar.com/articles Martin, D. (Abril-mayo 2020) New world same humans. Recuperado de https://newworldsamehumans.substack.com/ Sobre la autora. Erika Sierra Arias. Colombiana. Antropóloga de la Universidad de Antioquia. Especialista en Mercadeo y Máster en Innovación Centrada en las Personas. Desde hace más de 10 años se ha especializado en investigar la conducta humana para dar un enfoque inclusivo y centrado en lo humano que pretenden tener las compañías y sus negocios. Se considera “una traductora de realidades”, ese puente entre la cultura y el entorno, con los procesos de diseño e innovación de las empresas. Un puente indispensable para hacer que los diseños y estrategias creadas por las compañías se ajusten a las personas y a las necesidades contextuales. ¿Quieres seguir leyendo más textos de Corona Social? Puedes descargar nuestro primer volumen COVID-19 Caos 2.0: Ensayos desconfinados. Ideas de debate para la post pandemia desde www.anthropiQa.com. ¿Te ha parecido interesante este proyecto y te apetece colaborar? No dejes de pasar por www.coronasocial.org .