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"El juguete en el Antiguo Egipto"

2012

Resumen: Los niños del Antiguo Egipto, al igual que todos los niños de todo el mundo y de todas las épocas, jugaban; y uno de los materiales que utilizaban en su juego es el juguete. A través de la cultura material egipcia analizaré este tipo de objeto llevando a cabo un estudio más específico, pues muchas de las piezas, presentes en museos londinenses, fueron clasificadas en su día como juguetes. sin embargo, y a raíz de estudios comparativos, la función adjudicada parece perder prioridad frente a otras propuestas. El tema del presente estudio será mostrar los problemas que dichas piezas presentan respecto a su verdadera función, a través del análisis y de la comparación de una pequeña selección de dichos objetos.

Aroa VELAscO PIrEz Universidad Autónoma de Madrid [email protected] Resumen: Los niños del Antiguo Egipto, al igual que todos los niños de todo el mundo y de todas las épocas, jugaban; y uno de los materiales que utilizaban en su juego es el juguete. A través de la cultura material egipcia analizaré este tipo de objeto llevando a cabo un estudio más específico, pues muchas de las piezas, presentes en museos londinenses, fueron clasificadas en su día como juguetes. sin embargo, y a raíz de estudios comparativos, la función adjudicada parece perder prioridad frente a otras propuestas. El tema del presente estudio será mostrar los problemas que dichas piezas presentan respecto a su verdadera función, a través del análisis y de la comparación de una pequeña selección de dichos objetos. Palabras clave: Juguete; Lahun; Museo Británico; Museo Petrie. EL JUGUETE EN EL ANTIGUO EGIPTO EL JUGUETE EN EL ANTIGUO EGIPTO ArOA VELAscO PIrEz 1190 Introducción según el diccionario de la real Academia Española, un juguete es un «objeto atractivo con que se entretienen los niños». Por otro lado, el juego es definido como «acción y efecto de jugar», y a su vez, jugar es «hacer algo con alegría y con el sólo fin de entretenerse o divertirse»; otra definición del mismo concepto es «entretenerse, divertirse tomando parte en uno de los juegos sometidos a reglas, medie o no en él interés». El presente estudio se centra en el juego con ese «objeto atractivo», los «juguetes» de nuestra sociedad, pero en el Antiguo Egipto1. Los juguetes y los juegos son los medios educativos más potentes que existen y que podemos encontrar en cualquier sociedad (antigua o contemporánea). A través de ellos se revelan las distintas facetas de la personalidad, se satisfacen muchas necesidades, ya sean intelectuales o emocionales, y en definitiva se forma el carácter, proyectando la personalidad humana. Además, son instrumentos educativos a pequeña escala y actúan como intermediarios entre el niño y el mundo real mostrando el acceso de su mente al mundo de los adultos, que entra sin darse apenas cuenta: jugando. Por otro lado, debemos tener mucho cuidado con no extrapolar nuestra idea contemporánea de juguete al mundo antiguo, pues la mentalidad es distinta, y más sobre todo si hablamos de Egipto2, de ahí que sea necesaria una exhaustiva selección entre todos los restos arqueológicos de los que voy a hablar. El presente trabajo es un tímido acercamiento a estos objetos tan desconocidos en el mundo egipcio, pero que no dejan de ser importantes para el estudio de la vida cotidiana en la Antigüedad. Debido a ese desconocimiento su seguimiento no es fácil, encontrándome con varias trabas en las mismas fuentes, ya que la infancia no era uno de los momentos de los cuales se sentían más orgullosos los egipcios, y los usuarios de los juguetes eran, precisamente, estos niños3. sin embargo, excavaciones antiguas de poblados 1 2 3 Voy a tratar exclusivamente el tema de los juguetes como tales, pero no debemos olvidar que jugar, es jugar con algo y el niño puede apropiarse de cualquier objeto que le sirva para desarrollar su juego, y es por ello por lo que en ocasiones pueden prescindir de los juguetes propiamente dichos. En la Grecia clásica sí que podemos ver juguetes más similares a los nuestros, lo mismo que pasa en roma. En el Antiguo Egipto todavía no se sabe con certeza la edad limítrofe para diferenciar un niño de un adulto. Aún así el niño, en cuanto tuviera uso de razón, se ofrecería para la ayuda en los asuntos del hogar (tratándose de una familia campesina), siendo pocos los años que el niño puede dedicar al juego por completo. Problemas al abordar el estudio en el antiguo Egipto Las fuentes de que dispongo para satisfacer la investigación son, por desgracia, muy escasas. como cualquier otro estudio se valorarán primeramente las tres fuentes principales: textuales, iconográficas y arqueológicas, siendo ésta última la única que nos aportará datos. El primero de los problemas es la carencia de un término que exprese la idea de «juguete», aunque si tenemos constancia de la existencia del verbo «jugar» y la palabra «juego»5, e incluso tenemos el nombre de algunos juegos6. Desafortunadamente, nuestra palabra no aparece en ninguna referencia textual, ni posee un signo jeroglífico en sí mismo7, y los determinativos para el verbo jugar o palabras relacionadas con juegos no tienen nada que ver con lo que es un juguete propiamente dicho8. respecto a la segunda fuente de información, me encuentro con el segundo problema de mi investigación, y es que los usuarios de dichos objetos, los niños, no aparecen en ninguna referencia iconográfica con juguetes9. si tenemos imágenes de niños jugando a diversos juegos entre ellos mismos, sobre todo durante el reino Medio, en las tumbas privadas de Beni Hasan, siendo el lugar donde hemos encontramos la mayoría de las palabras relacionadas con los juegos, e incluso nombres de los mismos. Pero por 4 5 6 7 8 9 Además de las siempre presentes piezas descontextualizadas. Tenemos por ejemplo la expresión «juego de niños», en Hannig (2006, 1082 [13127]). Un listado completo de todas las palabras relacionadas con el juego lo podemos encontrar en Ägyptisches Wörterbuch de Hannig, Esto no tendría que ser un problema muy acuciante a primera vista, pero si lo añadimos a las siguientes barreras, sí que lo será. si que tenemos el nombre de algunos elementos del juego, que aunque no voy a tratar en esta ocasión, si sería importante mencionar, como es el caso de «pelota», en Wb III 93, 10-11. salvo con pelotas y palos, que aparecen muy a menudo en las tumbas de Beni Hassan. EL JUGUETE EN EL ANTIGUO EGIPTO han dado luz varias piezas que fueron clasificadas en su día como juguetes, siendo por tanto, esta pista arqueológica el germen de mi investigación4. A raíz de estos pequeños datos, intentaré explicar cada pieza seleccionada de manera formal, para luego intentar esclarecer su uso verdadero. Es en este segundo punto donde el debate se centrará, puesto que, como iré desmenuzando a lo largo de su análisis, parece ser necesaria una importante revisión tipológica de los objetos arqueológicos procedentes de excavaciones antiguas. 1191 ArOA VELAscO PIrEz 1192 desgracia no encontramos a los niños egipcios divirtiéndose con alguna de las piezas arqueológicas que han sido clasificadas como juguetes. El tercer gran problema es que la arqueología es la fuente exclusiva. Además, como se verá a continuación, muchas de las piezas clasificadas como juguetes son pequeñas y de poco valor, a simple vista, histórico, por lo tanto son infravaloradas y es más complicado encontrarlas en los museos. sin embargo, a pesar de los contratiempos señalados se puede seguir la pista de estos pequeños objetos si se busca bien. Gracias a esa búsqueda exhaustiva he hallado algunas piezas como las que presento a continuación y que debido a la falta de espacio me veo obligada a reducir a unas pocas. No hay que olvidar que hay muchas más que están esperando ser investigadas a fondo. Selección de piezas Debido a la amplitud del tema y el escaso espacio del que dispongo, me veo obligada a centrarme exclusivamente en un tipo de piezas: las figuritas de animales. Por otro lado, es importante mencionar y no olvidar, que tenemos muchas más piezas clasificadas en la categoría de juguetes como pelotas, palos, discos, peonzas, muñecas (con gran controversia y debate de fondo) que necesitan un estudio exclusivo para ellos solos debido a la gran amplitud que posee este tema tan desconocido. El presente trabajo va a versar sobre determinadas piezas escogidas especialmente para este proyecto, clasificadas, en su momento, como juguetes por determinadas instituciones o investigadores. Para llevar a cabo la presentación de las piezas, voy a seguir el criterio del material de fabricación, empezando por el más básico y asequible: el barro. seguidamente hablaré de una pieza realizada en sílex; y acabaré con dos piezas de más sofisticada realización. respecto a las especies animales, tenemos gran variedad. Las piezas han sido clasificadas en ovejas, bóvidos, cerdos, hipopótamos, roedores, felinos y reptiles, y he escogido una pieza de cada especie animal. Figuritas de animales en barro procedentes de Lahun Éste tipo de piezas son de pequeño tamaño, de entre 2 y 8 cm de longitud, y de realización muy tosca. Todas proceden del poblado de Lahun, aunque su contexto nos es desconocido; además han sido datadas en la dinastía XII10. son unas piezas que no destacan en un museo, y éstas se hallan 10 La cronología de algunos objetos es discutida por Quirke (1998, 141-151). Fig. 1 – Uc7207. cortesía del Museo Petrie de Londres. b) Otra de nuestras piezas es la Uc7209. clasificada por el museo como una oveja, aunque es más difícil de identificar puesto que es una pieza muy simple formada por el cuerpo, cuatro patas, la cola y la cabeza, siendo todo muy desproporcionado, sobre todo la cola, que es muy gruesa, casi tanto como el cuerpo. si bien es cierto que la forma de la cabeza sí que apunta a un ovino, debido a su forma alargada. 11 No ofrece rasgos diferenciadores para poder afirmar abiertamente que es un cerdo, pero si contamos con las orejas, que son muy puntiagudas, a diferencia de las orejas de las ovejas, que suelen ser más pequeñas y caídas hacia abajo, podríamos estar, efectivamente, frente a un cerdo. EL JUGUETE EN EL ANTIGUO EGIPTO concretamente en el Museo Petrie. Expondré a continuación los ejemplos más ilustrativos que he encontrado. a) La primera pieza es la Uc7207 (fig. 1). En su tipología animal está clasificada como un cerdo, aunque se trata de una pieza muy pequeña que podría dar resultados erróneos respecto a su clasificación faunística11. su color es marrón oscuro, salvo por algunas manchas blanquecinas muy pequeñas por la superficie del cuerpo; se observa que las patas han sido adheridas al cuerpo con posterioridad al modelado de éste, tratándose de sencillos pegotes de barro. El hocico está muy marcado, y en la cabeza presenta dos saliente que han sido interpretados como las orejas. En conjunto, la pieza es desproporcionada, lo cual nos indica que no responde a una cuidada elaboración. 1193 ArOA VELAscO PIrEz 1194 c) La siguiente es la Uc7211. Nos encontramos ante una pieza incompleta, le faltan las extremidades. La cola es demasiado gruesa en comparación con el cuerpo, y la cabeza se inclina hacia abajo. En el cuerpo se marca la musculatura del animal, que es bastante visible, y muy propia de un bovino, más que de un ovino, especie a la que está adscrita12. Pienso que habría que revisar la clasificación de esta figura con respecto a su tipología faunística. Fig. 2 – Uc7196. cortesía del Museo Petrie de Londres. d) En otro orden de cosas pero sin salirnos de la materia, tenemos una especie animal que se repite con mucha frecuencia en el poblado de Lahun, de donde son todas las piezas seleccionadas hasta el momento: el cocodrilo. Tenemos abundantes figuritas de este reptil realizadas de la misma manera que las anteriores, hallando piezas que incluso marcan las escamas de la espalda y otras de muy tosca elaboración. Para hablar de ellas he seleccionado dos, bastante diferentes entre sí, para apreciar mejor los contrastes entre ambas. e) La primera de ellas es la pieza Uc7196 (fig. 2). Es una figura muy bien realizada, con muchas de sus características marcadas, aunque el tamaño sigue siendo pequeño13. Por toda la pieza se ha intentado marcar la piel de este animal con pequeñas incisiones que forman una red de cuadros, extendiéndose incluso por la cola; además su cabeza es muy expresiva, con la boca entreabierta, aportando más realismo a la pieza. 12 13 En las representaciones pintadas de éstos animales vemos cómo también se les marca la musculatura, a diferencia de lo que ocurre con las ovejas o cabras. con 5 cm de longitud aproximadamente. Utilidad de las figuritas realizadas en barro Petrie clasificó todas estas piezas, en su día, como juguetes, y así permanecen hoy en día en su museo de Londres, y en sus trabajos de objetos arqueológicos que él mismo excavó14. Pero ¿por qué las clasificó como tales? Al estudiarlas en profundidad me he dado cuenta de que quizá Petrie estuviese equivocado. Buscando posibles referencias a nuestras piezas, encontré algunas conclusiones a las que habían llegado varios investigadores sobre éstas mismas; aunque lo que mayor luz dio sobre el problema fue el hallazgo de otras piezas de muy parecida elaboración, pero con distinta clasificación tipológica. Mis estudios me han llevado a comparar nuestras piezas con otras, poniendo en duda la original clasificación tipológica realizada por Petrie. He aquí el debate que se cierne sobre nuestros objetos expuestos al estudio: ¿son juguetes? Y en el caso de que no lo sean, ¿qué son? A falta de conclusiones finales, éstas tendrá que alcanzarlas el propio lector. El primer caso con que comparé mis piezas fue con Amarna, lugar en donde tenemos las mismas figuritas realizadas también en barro y de tamaño diminuto. Anna stevens ha realizado un reciente estudio sobre el tema, y en el apartado de figuritas y modelos afirma que «some possibly served as sculptor´s guide; others may have been toys» (2006, 79). Por otro lado, y profundizando en el tema, stevens aprecia una tendencia a ver estas figuritas como restos de juegos por su procedencia de contextos domésticos, quizás como le debiera ocurrir a Petrie al hallarlas en el poblado mismo15. stevens al analizarlas más detenidamente opina que dichas piezas son también vistas como objetos rituales en los contextos de templos, y por ello habla de los cultos domésticos en las casas16. 14 15 16 Todo está en su obra Petrie (1974, 58-62; lám. L-LIV). Aquí podemos encontrar todo tipo de objetos que Petrie clasificó como juguetes procedentes sobre todo de Lahun. Por desgracia, el contexto determinado es desconocido. La referencia es a los altares domésticos, que como tales, son altares religiosos, pero que se encuentran en contextos domésticos, y de ahí que se pueda encontrar en estos contextos objetos típicamente religiosos. EL JUGUETE EN EL ANTIGUO EGIPTO f) La otra pieza es la Uc7197, mucho menos elaborada. se trata de una sencilla una tira de barro a la que se han añadido las patas a ambos lados del cuerpo. Es sencilla y tosca, pero nos expone lo que es con esa sencillez, estando la cabeza marcada con más grosor y terminando en una punta redondeada, mientras que la cola va haciéndose más delgada a medida que se acerca el final. No tiene ningún otro rasgo que la pueda diferenciar de otro tipo de reptil, pero debido a su forma tan alargada se ha clasificado como cocodrilo. 1195 ArOA VELAscO PIrEz 1196 Otra comparación importante, fue la que realicé personalmente al visitar la isla Elefantina, en donde los alemanes, sus investigadores, establecieron un pequeño museo con algunas de las piezas más destacables que hallaron en el transcurso de su trabajo. Y entre objetos votivos, collares y máscaras de momias, se hallaban, en una pequeña urna de cristal titulada «vida cotidiana», unas figuritas realizadas en barro idénticas a las aparecidas en El Lahun. Tan idénticas que hasta representaban los mismos tipos de animales, exclusivamente cuadrúpedos. El tamaño era también muy pequeño, y de fabricación tosca. sus investigadores han clasificado dichas figuritas como objetos votivos17. Por su parte, szpakowska (2008, 116) opina que estas pequeñas figuritas que fueron interpretadas originalmente como juguetes, tienen un uso multivalente, comparándolas con otras piezas encontradas en contextos del reino Medio, en sitios como Uronarti y Buhen, cementerios (tumbas de adultos) y capillas dedicadas a Hathor. Quirke (1998, 141-151) también ofrece su opinión al respecto, como gran conocedor de los entresijos del Museo Petrie de Londres que es. Quirke se pregunta sobre la verdadera naturaleza de este tipo de objetos, si realmente son juguetes o estamos ante objetos rituales. Para ello hace una relación detallada de materiales, y llama la atención sobre un aspecto relevante, y es el hecho de que el poblado de Lahun fue ocupado a finales de la dinastía XVIII y en la época romana, con lo cual, la datación de los objetos podría verse modificada. Ante dicho problema, Quirke aboga por la necesidad de una revisión de las piezas encontradas en dicho yacimiento. En su trabajo, además, compara las piezas de Lahun con las de las fortalezas nubias de Uronarti y Buhen, llegando a la conclusión de que las pequeñas piezas elaboradas en barro y/o arcilla como las que se encuentran en Lahun, no son para el entretenimiento de los más pequeños, sino que son un sustento de la constante preocupación de los habitantes, por la salud y su auto-defensa, apoyándose en la cantidad relativamente abundante de textos que tratan sobre ello. No olvidemos a las figurillas de cocodrilos. Es necesario tener en cuenta la localización de su yacimiento, El-Lahun, muy próximo a zonas encharcadas, que por desgracia hoy no existen, pero que al igual que el lago, tendría una concentración importante de cocodrilos. El Fayum, el XXI nomo del Alto Egipto fue llamado «la casa de sobek», el dios cocodrilo por excelencia, y en el período ptolemaico cambió de nombre pasando a llamarse «cocodrilópolis». En definitiva, estamos en una zona que goza de la presencia muy 17 Por desgracia, los resultados de su trabajo todavía no han sido publicados, por lo que para verificar esta tipología hay que verlo in situ. 18 19 20 21 Esto lo explica muy bien Kemp (1995, 25-54). como las conocidas piezas de un león y un erizo procedentes de susa, y que datan de finales del II milenio, que van sobre un soporte con ruedas. se encuentran actualmente en el Louvre sB2905 y sB2908 respectivamente. Tenemos un gallo de época romana, del siglo II a. c., en römisch-Germanisches Museum, colonia 72,322. Destaca el hallazgo de un sonajero hecho de terracota y en forma de cuadrúpedo. se halló en Bergheim, y está datado entre los siglos I-II a. c. Hoy en día se halla en el Musée Unterlinden, colmar (Francia). EL JUGUETE EN EL ANTIGUO EGIPTO importante, de cocodrilos, animal al que se teme y que por tanto se adora. Y es en esta especie animal donde, personalmente, veo más difícil adscribir una utilidad lúdica, aventurándome a asociarla un significado religioso y cultual de carácter doméstico. Esta hipótesis sumada a las comparaciones anteriores aporta más controversia a la clasificación original realizada por Petrie. sin embargo, y tras haber expuesto todas estas hipótesis, la solución definitiva aún no ha sido realmente confirmada, pues es saber de muchos que la imitación en figuritas de animales (y personas, como es el caso de muñecas, aunque aquí no esté reflejado) es muy común en el mundo antiguo. Podemos ver el origen de esta relación dentro de la religión, ya que el politeísmo era esencialmente un culto a la naturaleza, y la religión penetró en los distintos aspectos de la vida cotidiana. De manera que es difícil separar lo sagrado de lo profano18. Esta comunión empieza naturalmente con la infancia. El animal, al mismo tiempo que es el compañero del niño, representa una de las vías de su aprendizaje del mundo que le rodea; si el niño juega con los propios animales, ellos sirven también como motivos para sus juguetes. Egipto no es el único país que cuenta con este tipo de piezas, pues muy parecidas las tenemos en el Próximo Oriente, Grecia y roma. Algunas de estas piezas, al igual que las de hoy en día, están montadas en ruedas o son destinadas a ser arrastradas por los niños19, pero otras son de fabricación más sencilla como las nuestras. se solían representar todo tipo de animales, desde los salvajes hasta los más familiares, y de ellos tenemos varios ejemplos sobre todo en el mundo romano20. Es aquí, precisamente en el mundo galo-romano donde tenemos algunas dificultades sobre el mismo tema que estoy tratando, pues al igual que en Egipto, este tipo de objetos no es mencionado en ninguna fuente textual. Debido a algunos hallazgos21 y a la propia naturaleza de la pieza, se cree que no tenían una función concreta, 1197 ArOA VELAscO PIrEz 1198 pudiendo tener tanto fines lúdicos como religiosos y sería el propio usuario quien decidiría, finalmente, su uso22. Figurita de animal realizada en sílex procedente de Lahun Nos vamos a alejar del barro para centrarnos en otro material: el sílex. realizada en este material solo tenemos una pieza (que haya sido clasificada como juguete) por el momento. Dicha pieza es la Uc16780, y también se encuentra en el Museo Petrie. Es una lámina de sílex muy bien trabajada, de 5 cm de longitud y bastante fina, con lo cual estamos ante una elaboración más cuidada, que ha requerido cierta técnica y destreza. El animal que representa es un hipopótamo: morro muy alargado, intuyéndose su cráneo, el cuerpo es muy grueso, con una gran panza que le cuelga hasta la altura de las patas, y las extremidades son muy finas y se encuentran muy separadas del cuerpo; la cola también ha sido representada con una breve punta triangular. El lugar del hallazgo vuelve a ser el poblado de Lahun, aunque de contexto desconocido, y se ha fechado en la dinastía XII. Petrie, lo clasificó, en su día, como un juguete, y así permanece hoy en día en su museo londinense. Pero al igual que pasaba con las piezas anteriores realizadas en barro, tenemos la controversia sobre su verdadera utilidad, y desde mi punto de vista estamos ante otro tipo de objeto. Las razones para debatir mi teoría son varias. La primera de ellas es el propio material, el sílex, y algunas de sus puntas aún son cortantes, ¿podría jugar un niño con algo semejante? En mi opinión no. sin que esta razón bastase, he encontrando otra más contundente que vuelve a venir de la mano del estudio comparativo. Éste no es el primer hipopótamo en sílex que ha aparecido, tenemos otro del periodo Predinástico/Dinástico temprano aparecido en superficie, cerca de la tumba 1 de Hierakónpolis23. se cree que el uso de esta pieza y de otras más parecidas (representando a distintos animales) era decorar el mango de los cuchillos de pedernal24. Tenemos más piezas de este mismo estilo en el cementerio de Nagada25, y otros que se pueden encontrar incluso, en el mismo museo y que 22 23 24 25 rouvier-Jeanlin (1992, 72-73). Hoffman (1982, 146; lám. VII, 1). El mejor ejemplo de esto es el mango de Brooklyn de Abu zaidan, cerca de Edfú. Las figuras pueden encontrarse en Hoffman (1979, 112; fig. 30). Dos piezas del museo británico Fig. 3 – EA65512. cortesía del Museo Británico de Londres. Nos vamos a alejar del Museo Petrie para acercarnos a su vecino el Museo Británico, que alberga, en su extensa colección, dos piezas interesantes para nuestro estudio, y que, como muy pronto se podrá comprobar, son muy distintas de las pertenecientes al Museo Petrie. 26 27 Fig. 4 – EA15671. cortesía del Museo Británico de Londres. clasificada como figurita. se duda de que se trate de un antílope, una jirafa o una cabra. Pertenece al Periodo Predinástico y mide 7,2 cm. El lugar del hallazgo, así como el contexto es desconocido. clasificada como figurita. se cree de que se trate de un perro o un ternero. Pertenece al Periodo Predinástico y mide 3,3 cm. El lugar del hallazgo, así como el contexto es desconocido. EL JUGUETE EN EL ANTIGUO EGIPTO a diferencia de nuestro hipopótamo, no están clasificados como juguetes, como la Uc1516626 o la Uc1516727. 1199 ArOA VELAscO PIrEz 1200 La primera de ellas es el número EA65512 (Fig. 3). representa a un roedor, y fue adquirida en Egipto, adscribiéndose al reino Nuevo (sin seguridad absoluta). Está clasificada como juguete al igual que todas las anteriores que he ido analizando, pero su singularidad radica en su elaboración pues está realizada con dos materias primas: la madera y la arcilla. El cuerpo es de arcilla muy bien modelado, y liso completamente, la cabeza puntiaguda con las orejas en pico, y el hocico alargado de un roedor. Además, por si aún se tiene duda de lo que es, tenemos la cola, alargada y única para estas especies. La cola y la parte inferior de la mandíbula son las partes realizadas en arcilla, y es aquí donde localizamos la excepcionalidad de la pieza, pues al coger la cola y moverla de arriba a abajo hacemos que la mandíbula inferior se aproxime simulando que abre y cierra la boca, aportando realismo a la pieza. Tiene una fabricación cuidada y sofisticada, posiblemente cocida o secada al sol, e incluso pintada28. La otra pieza está clasificada con el número EA15671 (Fig. 4). Los datos sobre ella se reducen a que se halló en Tebas y que pertenece al reino Nuevo, aunque existen dudas sobre ello. Es una pieza muy curiosa ya que está realizada en tres materias primas: madera, bronce y cristal de roca. De buena fractura y conservación, representa sin duda un felino (el animal concreto no ha sido identificado). Todo ello está realizado en madera29. El animal, cuadrúpedo, con cabeza y cola conservadas, incluye una pequeña base para su sostenimiento. La parte más llamativa de la pieza es la cabeza, donde hallamos las otras dos materias primas, siendo el bronce utilizado para hacer los dientes, y el cristal de roca para los ojos. Tenemos tres dientes, puntiagudos, y situados en la mandíbula superior; mientras que en la mandíbula inferior aparecen unos pequeños agujeros para dejar hueco a estos dientes, pudiendo así cerrar la boca enteramente. Los ojos, ambos situados en unas pequeñas cuencas para tal fin, son de cristal de roca, de forma redondeada y pequeños. Estos ojos brillantes y esos dientes puntiagudos aportan más realismo a la pieza. Pero hay un detalle más. Un pequeño agujero atraviesa la cabeza del felino de manera vertical incluyendo la mandíbula inferior. Por este pequeño orificio se introduce una fina cuerda, haciendo un nudo justo debajo de la mandíbula inferior, y pudiendo tirar de la misma por arriba, por donde se le practica otro agujero. De esta manera, al tirar de lo sobrante de la cuerda por arriba la mandíbula inferior se moverá hacia arriba también, como si el felino abriese y cerrase la boca. Esto le da mucho juego a la pieza, como 28 29 Que esta pieza como la siguiente que comentaré, tengan mejor fractura de fabricación, no es un indicio de que estamos ante un juguete. Aunque por desgracia el tipo de madera utilizado es desconocida. Utilidad de las piezas del museo británico Estas últimas piezas analizadas son muy distintas de las pertenecientes al Museo Petrie, y personalmente opino que estamos ante verdaderos juguetes. son objetos articulados, que abren y cierran la boca con mecanismos diferentes, aportando más realismo a la pieza. Este tipo de objetos articulados, ya sean figuras de animales o de personas, han tenido siempre una gran aceptación entre los más pequeños, y de ellos tenemos bastantes ejemplos en el mundo antiguo30, que parecían ser los favoritos de los niños. se trata de piezas articuladas, que aportan más posibilidad de juego a los pequeños, y se encuentra documentado en el mundo grecorromano, e incluso tenemos retazos en el Egipto romano y copto, asociándose los niños y sus juegos. Teniendo en cuenta las aportaciones de otras culturas mediterráneas respecto a las piezas articuladas, podemos afirmar, con bastante seguridad, que por fin estamos ante juguetes para niños. si es cierto que la mayoría de piezas articuladas son muñecas31, también contamos con otro tipo de piezas, que aunque no son articuladas, si que están predispuestas al arrastre o al movimiento por parte de los niños. Ejemplo de ello son los conocidos «jinetes», que van montados en su caballo dotado de ruedas, en vez de patas. En Egipto tenemos algún ejemplo de este tipo de objetos, como es el jinete sobre caballo perteneciente a la época romana o copta conservado en el Museo Louvre de Paris32; o el caballo con ruedas de época romana o copta y que actualmente se encuentra en el Museo Británico33. También es cierto, que piezas con la misma semejanza a las que he presentado en este trabajo, no he encontrado, pues los estudios solo se centran en las muñecas articuladas o en las piezas para el arrastre como las comentadas. He de mencionar que el hecho de que estas dos piezas estén mejor realizadas y tengan una mayor calidad de fabricación no quiere decir que sean juguetes por contraposición a las bastas figuras del Lahun. El hecho de que estas dos piezas estén mejor trabajadas no las da razón suficiente para clasificarse como juguetes, pues simplemente es una circunstancia de 30 31 32 33 Ejemplos hay muchos, para ver alguno de estos en conjunto dirigirse a rouvier-Jeanlin, en May, r. (1992, 54-63). Ejemplos de estas muñecas hay muchísimos, y son sobre todo griegas y romanas. Aparecen algunas de ellas estudiadas en rouvier-Jeanlin, May, r. (1992, 54-59). AF 1185. BM 26687. EL JUGUETE EN EL ANTIGUO EGIPTO ocurría con el ratón comentado anteriormente, y aporta mucho realismo al objeto. 1201 ArOA VELAscO PIrEz 1202 las propias piezas34 que también ha sido observada en otros juguetes del mundo grecorromano. Me gustaría terminar haciendo mención a un aspecto que me vino a la mente al estudiar estas dos piezas en concreto, y es la serie de cuentos de animales que tenemos del Antiguo Egipto y que pone en relación a nuestros dos animales35. El más conocido es el cuento del león y el ratón, que ha llegado hasta nuestros días casi sin modificar. Por otro lado tenemos las representaciones en los ostraca de toda clase de chistes y diversiones, y por supuesto una feroz pero bien camuflada crítica social. Éstos no son siempre fábulas, sino que la mayoría de las veces son piezas humorísticas y farsas, es el mundo al revés, y muchas de ellas tienen una tradición gráfica, basándose en imágenes y constituyendo la narrativa de los pueblos analfabetos. Mientras que todas las ilustraciones de cuentos se han trasmitido sin texto, hemos tenido la suerte de poder reconstruir un cuento de animales gracias a las imágenes: la guerra entre los gatos y los ratones. De ellas extraemos una extensa narración sobre un combate entre ambos36, pues la guerra entre dichos animales era muy popular en el Oriente Medio desde tiempos muy antiguos. Esta historia con este ostracon debió ser una pieza humorística de animales en forma de epopeya37. He sacado a colación este tema por el hecho de coincidir con el hallazgo de un felino y de un roedor. Quizás, estas historias que sólo hemos encontrado en ostraca y por trasmisión oral, fueran más populares de lo que se cree, cultivando gran aceptación entre el público infantil, tanto como para modelar, en figuras, a sus protagonistas. Pero esto es sólo una hipótesis, no es posible demostrar nada. Conclusiones finales Tras todo este examen aún quedan dudas en el aire respecto al uso verdadero de este tipo de piezas. Mi intención con este pequeño artículo era destacar la cantidad de trabajo que aún queda por hacer, y sobre todo que revisar, pues está claro que es necesario un exhaustivo escrutinio respecto a las piezas halladas en antiguas excavaciones. 34 35 36 37 Desconocemos el contexto concreto, un dato fundamental que nos podría aclarar muchas dudas. sobre cuentos tenemos sólo tres papiros, en Londres, Turín y El cairo. Vemos un ejército de ratones que asalta un castillo de gatos por ejemplo. El equivalente griego sería la batrachomymachia, la guerra entre ranas y ratones, una parodia de la Ilíada basada en motivos de cuento. Bibliografía Bassedas, E.; Huguet, T.; solé, I. (1998) Aprender y enseñar en educación infantil, Barcelona. Bresciani, E. (2001) A orillas del Nilo. Egipto en tiempos de los faraones, Barcelona. Brunner-Traut, E. (2006) Cuentos del Antiguo Egipto, Madrid. Dasen, V. (ed.) (2004) «Naissance et petite enfance dans l´antiquité», Actes du colloque de Frobourg, OBO 203. David, A. r. (1979) «Toys and games from Kahun in the Manchester Museum collection», en ruffe, J.; Gaballa, G.; Kitchen, K. (Eds), Glimpses of Ancient Egypt. Studies in Honour of H. W. Fairman, Londres, 12-15. Germond, P. (2001) An Egyptian Bestiary, Londres. Grajetxki, W. 82003) Burial customs in Ancient Egypt: life in death for rich and poor, Londres. Decker, W. (1992) Sports and games of Ancient Egypt, New Haven and London. Erman, A. (1971) Life in Ancient Egypt, Nueva York. Faton, L. 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EL JUGUETE EN EL ANTIGUO EGIPTO Las conclusiones finales deberá extraerlas el propio lector, ya que este breve estudio sólo pretende ser un punto de partida cuyo propósito es motivar a seguir buscando el verdadero sentido de algunos fragmentos de la historia. 1203 ArOA VELAscO PIrEz 1204 Lesko, L. H. (1994) Pharaoh´s workers. The villagers of Deir el Medina, Nueva York. Massoulard, E. (1949) Préhistoire et Protohistoire d´Égypte, Paris. May, r., (comisario general) (1992) Jouer dans l´Antiquité, réunion des Musées Nationaux, Musées de Marseille. Nicholson, P. T.; shaw, I. (2000) Ancient Egyptian Materials and Technology, cambridge. Noblecourt, c. D. (2006) La herencia del antiguo Egipto, Barcelona. Parra Ortiz, J. M (2003) Gentes del valle del Nilo, Madrid Petrie, W. M. F. (1890) Kahun, Gurob and Hawara, Londres. − (1974) Objects of daily use, Londres. Piaget, J. (1969) El nacimiento de la inteligencia en el niño, Madrid. Quirke, s. (1998) Lahun Studies, Londres. redford, D. B. 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