18 de junio.
La mala conexión a la red que tuve en Portugal me protegió de todos los temores; pero apenas regresar y el espacio público de las Españas me sigue doliendo... No sólo hablo de su podredumbre y/o de su corrupción; hablo de olores, de sensaciones, de temores; esos que cada día son más insoportables; como también más densos con su maldad física y mental para con los más débiles y desamparados: ¡nunca sabrán estos malditos desalmados cuánto mal están creando en las zonas ocultas de muchos ciudadanos que asisten desolados a su muerte en vida; lenta y sin sentido, pero inexorable...Afortunadamente, me traje azules de cielos lisboetas y verdes marinos del estuario del Tejo; y enfrente me esperaba un mar que siempre me acoge...
Y si acaso, aún son posibles rincones; como este de Marbella, por donde siempre me gusta pasear...
¡Malditas sean sus estampas!...
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