del breve y fugaz adiós,
cuando nuestras manos
se niegan a desabrocharse,
desapareces en un túnel
desconchado y de luz fría.
Me llevo de prestado
el oro de tus ojos hecho sombra,
me hago impar
y mis pasos se pierden
en un empinado espejo gris
que me devuelve a la noche.
Javier Bueno del libro "Hoy he sabido que nacerás mujer" (Ed. Cardeñoso Vigo 1998)