Inmadurez
Éste es el tema, el gran tema, de Ferdydurke de Witold Gombrowicz, la genial novela del autor polaco, que ahora leo en francés (Christian Bourgois, 1973; revisada, 1985). La comencé a leer hace tiempo, cuando la Depresión, pero en esos momentos yo no estaba para nada, menos para esta diversión. Ahora sí creo que ha llegado el momento, y justo lo que me apetece es leer algo así: una obra llena de ingenio, de humor negro (¿o habría que decir polaco?), que ha sido bastante bien acogida sobre todo por la comunidad literata, pero también, justo es decirlo, hay que abstenerse de leer a ciertos admiradores casi fanáticos del gran Witold, como ese escritorzuelo, Vila-Matas. Dicho esto, lo que hay que hacer es leer, leer con una media sonrisa, leer con pasión, leer para mirarse en el espejo, porque lo que cuenta este narrador es lo que podría contar yo mismo. "L'homme dépend très étroiment de son reflet dans l'âme d'autrui, cette âme fût-elle celle d'un crétin" (p. 10). Pero resulta que lo que Jojo es, es un "cucul" (palabro difícil de traducir; por cierto celebremos a Georges Sédir por el intento; René Julliard le comunicó al autor que no podía). Alguien que se levanta un mal día, después de un raro sueño, y descubre que sus años juveniles han vuelto, que su cuerpo es un puzzle en donde no encajan del todo sus órganos (qué maravilloso cuerpo sin órganos se despliega entonces), y lo peor está por venir: la aparición de sí mismo en la habitación, qué encuentro tan auténtico con su doble, no exactamente como él, y luego, tras intentar escribir algo en su escritorio, se le aparece un profesor, T. Pimko, que se lo lleva directamente, sin previo aviso, a la escuela, ¡él, que tiene más de treinta años! Esto, después de leer de forma pedantesca su escrito... En el segundo capítulo, nos encontramos con ese colegio, y con el patio de recreo en donde gente "entre diez y veinte años" se ponen a guerrear tras un estímulo eficaz de este perverso Pimko. Inocencia, qué palabra cruel, quién quiere ser inocente, cuando el sexo está tan lejos, tan cerca...
Lo que Gombrowicz saca a la palestra es el Tema del siglo XX, a partir de los años 50 al menos: cómo la adolescencia se estira, cómo el espíritu boy-scout toma el mundo, y cómo esta niñez extended-play es ya universal, al menos en Occidente... Pero no generalicemos, porque lo que importa en WG es la elaboración casi absurda de las escenas, las frases ridículas (¡ese uso del latín macarrónico por los "chavales"!), la creación de situaciones entre simplotas y de alto calado humorístico, pero que nos hablan de los problemas que todos hemos abordado alguna vez. Esta crítica feroz al mundo educativo, al mundo del orden, de los adultos, es un pilar, para mí básico, de la Nueva Literatura. Invito a todos a que se hagan con la traducción en Seix Barral, porque yo voy a seguir divirtiéndome, durante algunos días, con ésta en francés...
La primera obra que leí de WG fue su colección de relatos Bakakai (Barral, 1974; trad. de Sergio Pitol), que escribió entre 1926 y 1946. La leí en enero de 1990. El extraño nombre es el de una calle de Buenos Aires, en donde WG vivió muchos años, aunque no le gustaba especialmente el país de acogida (hay que leer los Diarios para saber un poco de aquello). Luego leí Recuerdos de Polonia, Pornografía, etc. Siempre me quedé con la sensación de que en su extraña escritura se escondía un humorista tremendo, un perro cansado como yo, que se burlaba del mundo que no podía sostener más que mediante ese humor tremebundo, grotesco casi. Ni que decir tiene que G. es uno de mis escritores favoritos, y que en algunos de mis escritos he tratado, sin mucho éxito, de emularlo.
P.D. Hoy se celebra en España el Día de Internet: aunque parezca algo tonto, pues el día de internet es todos los días, hace falta todavía insistir en la importancia de este medio, y es que España, como en todo lo que importa, está a la cola de Europa (pero a la cabeza de drogas, de ruido, etc. España es un país muy poco civilizado y sensible). Sólo diré, como nota personal (sólo lo personal cuenta aquí), que sin internet, mi actual vida no sería la misma, y que a lo mejor hubiera corrido la misma suerte que El Segoviano: sería feliz, tal vez, por ahí dando tumbos, alcohólico perdido. Pero internet me salvó..., para bien o para mal.
5 Comments:
Sin duda, es la inmadurez la cuestión esencial de nuestro tiempo. Tenemos una civilización decadente porque parece haber olvidado las bases en que se fundó: la responsabilidad personal, fundamento igualmente de nuestra libertad. No hay medida político-judicial que se tome (desde la ignominiosa ley del menor a la gilipollez que se saca ahora la DGT sobre prohibir circular a los conductores noveles entre 23 y 6 horas) que no vaya en la misma dirección de hacer que la gente sea cada vez más irresponsable de sus actos, o sea, menos libre. El batacazo puede ser histórico, si no lo está siendo ya.
Te sigo habitualmente, aunque no comente, Lukas, y me alegro de verte en tan buena forma.
Estimado Paolo, tienes toda la razón. Mucho habría que hablar sobre lo que dices, son dos ejemplos perfectos de hasta qué punto de irresponsabilidad (de infantilización) hemos llegado, y más que seguirá. Se hace una Ley del Menor que es una vergüenza, y los retoques que se hagan, serán cosas mínimas y que no servirán de mucho, porque los menores, bien lo saben ellos y sus padres, pueden hacer lo que les venga en gana sin muchas consecuencias. Sobre los conductores, eso es más peligroso, porque estamos amenazados los que vamos como peatones..., y buena culpa la tiene la enseñanza de las autoescuelas, en donde se limitan a dar una serie de test, qué vergüenza.
Y qué decir de la supuesta creación de botellódromos, al ver que la movida alternativa al alcohol no funciona... En fin, y el pop sigue, ahora el hip-hop de marras, como dice Juan Cueto, la banda sonora del planeta, cuatro por cuatro... Pura psicosis.
Sí, claro, en relación al tráfico, lo que hay que hacer es sancionar con dureza a aquellos que pongan innecesariamente en peligro la vida de los demás, pero no recurrir a este tipo de prohibiciones genéricas (que nacen de la misma raíz que las intolerables discriminaciones positivas), porque, entre otras miles de cosas que podrían ocurrírseme al respecto, no todos los conductores con menos de un año de carnet son jóvenes ni todos los conductores jóvenes con un año de carnet conducen irresponsablemente. Una gilipollez. Eso es. Una más.
Y decir también que Gombrowicz es una de mis lecturas eternamente aplazadas, y ahora tengo cada vez menos tiempo para leer. Hay que joderse.
Poco tiempo para leer, sí, pero en cuanto a música, veo que sigues escuchando cosas estupendas, yo en cambio estoy bastante parado en eso, por lo que mi blog ya no puede figurar como de "música clásica", para nada...
No conocía lo de Tráfico, la verdad es que están perdidos, no saben ya lo que hacer para evitar accidentes, pero como bien dices, es una medida un poco tonta. Yo no conduzco, pero como peatón, sé que hay conductores realmente peligrosos, contra los que habría que hacer algo. Lo malo es que sólo actúan contra ellos en casos excepcionales, cuando saltarse un stop o no parar en paso de cebra ya es grave..., o ir a más de 50 km/h en el centro de una ciudad...
Tocaste a un autor que extraño. en estas mudanzas consatntes que ya pararon hace un tiempo, se 'extraviaron ' unas cajas...
Bakakai.
De hecho que me iré a la Feria d elibros usados, porque se ha agotado...
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