"EN ALGUN LUGAR, BAJO LA LLUVIA, SIEMPRE HABRA UN PERRO ABANDONADO QUE ME IMPEDIRA SER FELIZ" Jean Anouilh

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viernes, 16 de septiembre de 2016

¡Señoras y señores, soy gilipollas!



Hoy, nos han cortado el agua. No por no pagar la factura, que también es más que probable que ocurra, pero ha sido por una avería en la calle. Mi hermano, llama al Canal de Isabel II y le dicen que no se arreglará hasta la una de la madrugada. Aunque tenemos algo de agua en el frigorífico, yo pienso en comprar una garrafa de cinco litros, aprovechando que bajo a la calle para también, comprar un par de cosas. A los galgos y a Margarito, tampoco les puede faltar el agua. Oliver, mi hermano, me dice que le han dicho que en quince minutos, un camión dejará garrafas de agua para los vecinos, gratuitas por supuesto, a la vuelta de la esquina de mi casa. Después de hacer mis compras, el camión sigue sin llegar. Aburrido, me voy a la tienda de Humana, al lado de mi casa, a ver ropa, para hacer tiempo. Echo un vistazo y revuelvo entre las perchas y encuentro unos skinny jeans grises de la talla 38 (española) y decido probármelos. Entrar en ellos, es todo un desafío, para mí.





Lucho por meterme en su interior y más aún, por abrocharlos y subir la cremallera, pero al final, lo consigo. Después de mirarme en el espejo unos instantes, por delante y por detrás, me anima comprobar que he conseguido ponérmelos, pero cuando salgo del probador, me entran unos remordimientos tremendos y a pesar de costar 8€, decido que dada mi extrema pobreza, no debo comprarlos. Trato de consolarme, pensando que tengo demasiada ropa y demasiados pantalones. Más de la que me puedo poner. Pero no sirve de consuelo. Esperaré a que lleguen las ofertas y estén a 2€, si siguen ahí, la satisfacción será mayor. Si no es así, la frustración también será grande. Vuelvo a colocarlos en su percha y los cuelgo donde los encontré, cosa que hacen pocos, por lo que sé, pero ya he dicho, que yo soy gilipollas.






Salgo de la tienda, diciendo adiós y dando las gracias, frustrado, pero resignado. Vuelvo a la calle donde se supone que deben haber dejado las garrafas de agua y veo que llega un camión, cargado con palés, llenos de ellas. Tardan unos minutos en bajar un único palé. Hay como seis o siete personas esperando y yo, me pongo a la cola. Mientras espero mi turno, muy fino, como si fuera a entrar en La Scala de Milán, aparece una legión de gente y se avalanzan a por las garrafas, como lo haría una legión de zombies a por doce kilos de cerebros.






Yo soy negado para luchar con el vulgo, nunca he podido y nunca he valido. La gente se me cuela en las tiendas y yo, rara vez me quejo. Soy así, para mi desgracia. El caso es que el populacho, se abre paso a codazos y yo, como soy gilipollas, me quedo el último. Soy un luchador nefasto. Ese es otro de mis dramas. Trato de consolarme, pensando en que soy el que va mejor vestido, pero no me sirve de mucho. Los "nobles" ciudadanos, se llevan las garrafas de dos en dos, de tres en tres, e incluso... ¡de cuatro en cuatro! Como un jubilado, que contando que cada garrafa consta de cinco litros de agua, cargaba con veinte, con riesgo de sufrir un infarto, camino de casa. Llegué a desear que no tuviera ascensor en su edificio y que viviera e un 6º piso. Yo, que ya me sentía avergonzado por tratar de llevarme una, me quedo atónito.






No sé si esas personas tan egoístas, pensarán llenar la bañera o han comido bacalao de Escocia. Y es que la gente se vuelve loca, cuando algo es gratis. Y pienso que aunque estoy en una situación de extrema pobreza, me tendré que ir al supermercado a comprar una, tampoco cuesta un pastizal, una garrafa de agua, pero afortunado que debe ser uno (El que no se consuela...), consigo agarrar la última, de pura casualidad y abrazado a ella, pues temo que me la arrebaten por la fuerza, como si nos encontráramos sufriendo un apocalipsis, me he alejado del lugar, echando pestes de mis supuestos semejantes. Hay gente que me conoce, que se sorprende de cada día sea más misántropo. Solo una hora después de suceder todo esto, ya teníamos agua en casa, saliendo de nuestros grifos.

Volviendo a casa, protegiendo de los vándalos mi única garrafa de agua, pues aún temo por mi vida y por que me la quiten, me acuerdo que cuando hice la mili (sí, soy así de mayor), más de un día, me quedé sin comer, también por gilipollas.



El gilipollas es el de las gafas


Si eramos doce, en cada mesa del comedor del cuartel, nos servían una fuente con doce filetes o doce unidades de lo que fuera. Más de una vez, como me servía el último, por educación (¡En la mili!), cuando llegaba mi turno, la fuente estaba vacía, pues alguien se había servido dos unidades del menú. Me ocurrió varias veces, hasta que un día, indignado, al ver que la fuente volvía a vaciarse ante mis narices, blasfemé a voz en grito. Todos los demás soldados me miraron sorprendidos y atónitos, al ver que ese gilipollas tan esbelto, había reaccionado, por fin. Al día siguiente, uno de esos soldados, me sirvió él mismo, antes de servirse él. No hay nada como ponerse al nivel del vulgo, ya lo sé. Lo aprendí ese día, pero la lección no me sirvió de mucho.




¿Otro ejemplo de lo gilipollas que puedo llegar a ser? Imagínense ustedes, como me siento yo, que reciclo con el papel, hasta las etiquetas de las bolsitas de té, cuando bajo a la calle y veo que vecinos míos, dejan junto a los cubos de basura, cajas y cajas de cartón a diario. Esta tarde, también al bajar a la calle, me he encontrado con dos grandes cajas que han contenido grandes televisores e indignado, las he llevado hasta el contenedor del papel, que se encuentra a pocos metros de mi portal (aunque mis vecinos parecen desconocerlo), llamándome gilipollas sin cesar, hasta el lugar.






Todo el mundo, parece odiar a las palomas. Dicen que invaden las ciudades, no importa que los humanos lo invadan todo. Que las ensucian, también. Como si los humanos, no llenaran todo de mierda y basura, ya sea en calles, campos u océanos. Este verano, me encontré o más bien fue mi galgo Valentino, una paloma jovencita en el patio. No podía volar ni comer sola. Debía de haberse caído de su nido, antes de poder desenvolverse por sí sola en la vida, que es precisamente, lo que me ocurre a mí. ¿Qué iba a hacer? Me la subí a casa. Con una caja grande cartón, le fabriqué una especie de jaula, cortando uno de los laterales más anchos y cubriendo el hueco con una rejilla de plástico, para que contara con luz y aire. La alimentamos mi hermano y yo, con una papilla a base de arroz, lentejas, pan, galletas, cereales, calcio y no sé que más. Se la administramos con una jeringa de esas gruesas, pues ya digo que no come sola. No sé cual es la causa, pero a las dos semanas, me encontré otra en el patio. A los pocos días, otra mas. Y otra y... Ahora tenemos cinco (¡5!) palomas jovencitas que no pueden volar ni comer solas. Una es totalmente blanca. Absolutamente preciosa. Yo la llamo Loretta, aunque no sé si es paloma o palomo. Tampoco creo que a ella le importe.






Además, esta, tenía los ojos muy mal. Mi hermano le ha dado antibiótico en pomada, hasta que le han mejorado muchísimo. Pasamos una hora, cada mañana, alimentándolas y otra hora cada noche. Yo sujeto a cada una, mientras mi hermano les administra la papilla hasta llenar su buche. Tienen que haberlas visto más vecinos, pero solo el gilipollas de la comunidad, se las ha subido a casa para que sobrevivan. Ellos, supongo, preferirían haberlas visto muertas.

Trato de consolarme, intentando de convencerme a mí mismo, de que los gilipollas son los demás. O al menos, los impresentables. Yo no soy ejemplo de nada. No soy arrogante. Y el no serlo, es otro de mis defectos. Pero no me gusta la gente. Y tengo mis razones.

Dicen que no debemos arrepentirnos de nada, en esta aciaga vida. Yo sí lo hago. Me arrepiento de no haber parado los pies a mucha gente que me ha pisado, por diferentes motivos y en numerosas ocasiones. Por gilipollas. A desconocidos, a conocidos e incluso a supuestos amigos. A esos amigos, afortunadamente, los aparté de mi vida. Detesto ser consciente de lo gilipollas que fui, en numerosas ocasiones. Aguanté, carros y carretas, hasta que me harté, mucho más tarde de lo que lo habría hecho cualquiera. Y detesto, también, lo que he aguantado de desconocidos, como ya digo. Como cuando en más ocasiones de lo que sería normal o soportable, me dijeron por la calle que mi preciosa Tallulah, era muy fea. Casualmente, siempre gente más fea e innoble que ella.



Echándola de menos, sin cesar


Ahora, aunque me sorprenda a mí mismo, creo que les montaría tal escena, que se arrepentirían. Pero además de gilipollas, señoras y señores, soy un poco lento, también.


Lucía, cariño. Si lees esto, 
que sepas que pensamos en ti y te abrazamos.


martes, 14 de agosto de 2012

El milagro de la vida en la ventana de mi cocina.



Parece como si todo el mundo odiara a las palomas. Lo más dulce que dicen de ellas es eso de "¡Son sucias!", "¡Son ratas con alas!" "¡Transmiten enfermedades!". Cuando todo el mundo sabe o debería saber, que tanto las ratas como las palomas, si viven en un entorno limpio, son limpísimas. Hasta las cucarachas lo son. Ellas no son culpables de su mala fama. Además, las acusan de invasoras, cuando no hay criatura más invasora que los humanos. Ni tampoco más contaminante.





Sí, lo llenan todo de cacas. Más de una vez, al descolgar la ropa limpia del tendedero, descubres que no está tan limpia como cuando la tendiste. Y no respetan a las estatuas de generales a caballo o ilustrísimos personajes, lo cual, no me parece grave, si no más bien una crítica social.





Me parece más una justa venganza que otra cosa.

Cuando yo era niño, la gente se hacía fotos en las plazas de las ciudades alimentando a las palomas. A cientos de ellas que acudían y revoloteaban sobre las cabezas. Hoy, si alimentas a las palomas, te denuncian. Las cazan con redes para exterminarlas. Las difaman, insultan y desean su extinción. Se las ha utilizado como mensajeras cuando hacía falta, pero ahora irritan y molestan.





También eran el símbolo de la paz.



Y el espíritu santo, se representa siempre con una paloma blanca. ¡Fíjese usted! Ya no hay nada sagrado.






Yo de pequeño pasaba los veranos en la casa de Segovia en la que teníamos un palomar. Vivía rodeado de ellas, las daba de comer y las veía nacer. Para mí, entrar al interior del palomar era como cuando entraba a una iglesia. Me sentía en un lugar muy diferente al exterior, guardaba silencio y observaba lo que a mí me parecía un lugar mágico, único y fascinante. "¡No los toques que los padres les aborrecen!". Me decían cuando acercaba mi nariz a los nidos con los polluelos. Con lo cual, como para evitar la tentación, me agarraba las manos a la espalda.

Me pone enfermo ver palomas atropelladas en la calle. Y también ver tantas con los dedos amputados por esos hilos, que abundan en las calles y se les enredan, aprietan y llegan a cortárselos.






Hilos que son consecuencia de los humanos. Mi hermano y yo, ya hemos atrapado a algunas de ellas en la ventana para quitarles esos hilos, con gran esfuerzo y luego las hemos vuelto a soltar con gran satisfacción después de regar sus heridas con betadine.




Hace unas semanas, en una jardinera que tengo en la ventana de la cocina, descubrí algo que me dejó absolutamente fascinado. 




Luego vi a dos palomas amorosamente instaladas en la jardinera. Y a los pocos días...




Este es el papá


Luego apareció un segundo huevo. Yo, conmovido, en un rato que dejaron solo el nido, con cartón, cinta adhesiva de precintar y dos palillos chinos, les construí en un periquete un "bungalow" que les protegiera del sol o la lluvia, aunque no llovió ni un solo día, mientras esta historia duró.





Los dos huevecillos

En casa, no podíamos estar más perplejos y sorprendidos. Es como si las otras palomas a las que habíamos quitado hilos de las patas les hubieran recomendado venir aquí "¡El trato en esa casa es inmejorable!" Las veíamos a ambas, macho y hembra, turnándose para incubar esos huevos, durante días. Una tarde que refrescó, dejaron solos los huevos. Yo me puse nervioso pensando que perderían calor y me puse a gritar angustiado por la ventana "Que se os enfrían los huevoooooos!". Ninguno de los papás apareció hasta después de un buen rato. Al cabo de como casi tres semanas, nació un polluelo. El otro, descubrimos días después, que debió morir al nacer. Encontramos su cuerpecillo seco en el nido.




El papá sobre el pequeño. Es eso amarillo que asoma debajo de él.



El milagro de la vida ante mis ojos.



Nosotros, en la cocina hablábamos en voz baja. Poníamos el volúmen de la tele al mínimo en la publicidad y parábamos el microondas en cuanto empezaba a pitar al finalizar. Todo por no asustarles. Aunque ellos parecían los dos muy confiados, a excepción de la madre.



Palomito, cada vez más grande, ya no puede ocultarse bajo su padre.

La planta, comenzaba a secarse pues no me atrevía 
a regarla por no mojar al pequeño pichón.




Ya enorme y comenzando a salirle las plumas. 
Parece una anciana cruelmente deshauciada.

Resultaba increíble a la rapidez que crecía.


El papá alimentándole.


Nunca vi a su madre dándole de comer. 
Y lo más increíble, es que un día ella desapareció. 
Nosotros preocupados, pensamos si habría muerto



El papá y yo observándonos mutuamente.



El niño, ya con multitud de plumas y aún con aspecto de anciana de 123 años.




El abnegado papá, dormitando sobre su hijo.



Otra vez alimentando a la criatura.



Ya con muchas plumas, pero con aspecto de necesitar 
urgentemente una peluca.

Y una jardinera hiper abonada.



¡Ya muy grandote!



El fiel papá.


La mamá, aquí encima, para nuestro asombro, un día volvió.

Pero el macho, la hechó del nido. Parecía como si la dijera:
"¡Puuuuta! ¿Dónde has estado? ¡Mala madre!"

Pero al final, la aceptó. Ella tampoco parecía tener mucha dignidad.



Palomito y su papá.



Ya con un aspecto fantástico.


Un día, estando yo en la cocina mirándole posado en el borde de la jardinera, dije en voz alta: "Este tiene pinta de echar a volar de un momento a otro". ¡Del dicho al hecho! De repente y ante mis ojos, se lanzó a volar. Yo corrí por el pasillo gritando. "Ha voladoooooo!" "Se ha ido volandoooo!" Me le encontré sobre una maceta de la ventana del baño. Y volvió a volar. Yo me angustié. Pasaban las horas, anochecía y el niño no volvía.  Pero volvió.  Y su padre también. Y de vez en cuando, también su avergonzada madre. Y el padre, seguía alimentandole. Era increíble. Él venía cada noche a dormir a su casa.








Ahora, como un hijo emancipado, sólo viene de visita de vez en cuando, picotea arroz o lentejas, según el menú del día y se vuelve a ir volando. Su papá también nos visita.

Y no quiero pensar lo que dirían los vecinos si se enteraran de esto. Ellas eligieron muy bien la ventana apropiada. En otra, esos huevos hubieran acabado estrellados en el patio.

Me paso el día mirando si él está en la jardinera y me sorprende muchas veces el descubrirle mirándome al entrar en la cocina.  Luego, oteo por la ventana tratando de divisarle. Observo a cada paloma tratando de reconocerle.






Creo que si te gustan los animales, te gustan los animales, punto. Intentas respetarles sea cual sea su especie. Yo no soy capaz de pisar una cucaracha en la calle. No las acaricio, pero tampoco las piso. Las rodeo.

Si eres mínimamente sensible, deberías respetar también a las palomas. Incluso cuando te manchan la ropa del tendedero. Ese padre, ha sido más abnegado, fiel y sensible que muchas personas con sus hijos. Ha sido toda una lección.

Los humanos somos peores y más insensibles que ellos.




Galgo lover

Galgo lover

CD QUE ESCUCHO ESTOS DÍAS:

CD QUE ESCUCHO ESTOS DÍAS:
¡Me encanta! ¡Me encanta ¡ME ENCANTA! Preciosos temas satandards, maravillosamente producidos. Su voz y estilo parecen los de una jovencisíma Etta James. No me extraña que fuera el cantante favorito de Billie Holiday.

ANTES:

ANTES:
Aunque después de una primera escucha, parece que ninguna de las canciones de este CD es memorable, si son en su totalidad, muy, muy agradables de escuchar. Relajadas, intimas, románticas e incluso tristes. Y muy bien producidas. Para una noche relajada y una copa de vino.

ANTES:

ANTES:
¡Genial! Otro gran descubrimiento. Mejor cantante que otros famosos crooners y muy bien producido. Es un placer escuchar sus versiones, como "I've Grown Accustomed to Her Face". Me ha encantado.

ANTES:

ANTES:
Preciosas canciones, como The "Lipstick On His Collar", de sonido oldie, con buenos e incluso buenísímos arreglos. Cuanto más lo escuchas, más te gusta.

ANTES:

ANTES:
¡Magnifica! Una de las mejores y acompañada por una orquesta fantástica. Los arreglos de cuerdas de "Paradise" deberían haber sonado así, en ese lugar. Pero la versión movida de "What'll I do", me ha horrorizado, siendo una canción tan triste y siempre versionada como balada.

ANTES:

ANTES:
Mi Robbie Williams favorito, cantando standards como el crooner más experimentado. Y con sentido del humor, como en alguno de sus propios temas. Muy disfrutable. Epecialmente, Puttin' On The Ritz, Minnie The Moocher y otras varias.

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Hacía décadas que lo escuché por primera vez. Sigue siendo, casi en su totalidad, fantástico y memorable. Y esta edición facsimil es una joya, calcada del vinilo original. Como deberían editarse todos los CD's.

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No me vuelve loco la música demasiado electrónica, pero me ha gustado mucho como suenan algunas canciones de este disco.

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Este es un CD, que no se por que razón, siempre he ignorado y me ha gustado mucho, especialmente cuatro o cinco canciones.

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Una de las mejores voces de los 80, en un disco con temas sensibles y muy agradables de escuchar.

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Me vuelve loco "Get Lost" y por eso lo compré. Hay momentos en que Beth Ditto parece La Ciccone, pero con mejor oído :) como en "Get a Job". En general, me ha gustado mucho.

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No es solo música maravillosa de otra época, incluso parece música maravillosa de otro mundo más avanzado que el nuestro, lo cual da que pensar.

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¡Nostalgia de los 80! "Americanos" es una de mis canciones favoritas de esos años :)

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Una versión masculina y para jóvenes de los 50, de Julie London. Es fácil imaginar el efecto que sus canciones y su voz, causaría en los que le escuchaban. Más sensual que muchas obviedades de hoy en día.

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Hacía mil años que no escuchaba a la Pasadena Roof Orchestra y me entusiasma tanto como entonces.

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¡Genial! ¡GENIAL! ¡¡¡GENIAL!!! Genial cantante. Otro feliz descubrimiento.

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Un gran descubrimiento. Cuanto más lo escuchas, más te gusta.

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Temas tan conocidos y escuchados que ahora suenan de forma diferente, pero genial.

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Maravillosas versiones al mejor estilo clásico, como deben sonar. Y buenísimos arreglos.

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Un genial descubrimiento. Lo mejor de los 70 y 80, en un gran CD y fantástico cantante.

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Aún mejor que el anterior. Muy disfrutable. Mejor que la inmensa mayoría del pop actual.

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Fantásticas versiones. Además de actor y bailarin, Chakiris es un fantástico cantante. Un placer escucharle.

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Perfectamente producido e interpretado. Cuanto más lo escucho, más me gusta. Y algo poco común, es que el CD extra, está a la altura también.

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¡Fantástica! Algunas canciones parecen parte de la banda sonora de una película de John Waters. Otras de un espectáculo de burlesque.

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Siempre me ha gustado más que Sinatra. Muchos me han gustado más que Sinatra.

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Tremendamente sensual y un placer de escuchar, aunque las versiones que hace de canciones de Marilyn, no consiguen mejorarla, lo cual no es raro.

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Sí, Norman Bates canta. Y te gustará, como a mí, si te gusta Chet Baker

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Bastante oscuro e incluso depresivo (lo cual, en música, no es negativo), pero merece mucho la pena, en especial, entre otras, "Glory Box".

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Una joya. Especialmente Audrey cantando Moonriver.

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Lo más plácido y agradable desde Julie London. ¡No te cansas!

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19 temas clásicos, orquesta de Gordon Jenkins y Nilsson. Un relajante placer.

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Me gustan mucho en los momentos álgidos, cuando estallan la orquesta y sus voces. Pero no entiendo que cambien el idioma de canciones tan famosas.

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Bebe Neuwirth y Nathan Lane juntos, un gran placer. Y está lleno de grandes canciones.

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Muy triste de escuchar, por obvias razones.

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¡Impresionante voz!

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¡Fantástica! me encantan unas cuantas versiones que parecen estar hechas para un espectáculo de burlesque.

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Repleto de joyas. Mr. Bennett acompañado de Winehouse, Gaga,Lang, Bubblé...

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Su primera grabación en vivo. Imprescindible y genial.

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SPECTACULAR! SPECTACULAR! Especialmente los temas producidos por BLAM, Abrahams, Armstrong y DeVries.

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Muy, muy agradable y eso es dcir poco.

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Muy disfrutable. En especial "Où est ma tête?". Una canción que empieza diciendo: "He perdido la cabeza en la Rue Saint Honoré" te tiene que gustar a la fuerza .

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Preciosas versiones y una virtuosa al piano.

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Muy disfrutable. Especialmente, "Lonley Avenue" que es una joya.

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¡Genial!

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Sus últimas grabaciones de estudio. Algunas, joyas.

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Desde hace años, mi disco favorito. No me canso de escucharlo. ¿Hace falta decir más?

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Un placer con mucho encanto.

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¡Unica!

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Se te van solos los pies. ¡Muy disfrutable!

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¡Tanto Lady GAGA! ¡Tanto Lady GAGA!

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¡Es Judy! ¿Hace falta decir más?

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Un placer exquisito.

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¡Genial y sorprendente!

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Otra genial cantante británica.

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¡Genial!

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Un festín para los oidos.

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Preciosa voz.

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17 temas cantados y producidos de p***a madre!

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Gloria Bendita!

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Lleno de pequeñas joyas.

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Bessie Smith siempre es un placer para mí.

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Mi época favorita de Aretha!

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