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sábado, 13 de octubre de 2012

Vuelvo enseguida

El tiempo pasa muy rápido y para cuando me he dado cuenta, ya han pasado dos semanas de la última vez que publiqué una entrada.

He decidido hacer un leve descanso de este blog, espero que pequeño, unas minivacaciones hasta que pueda organizarme bien para poder sacar tiempo para escribir un rato y estar con todos vosotros.

Quiero pediros disculpas porque tampoco os visito con tanta frecuencia como antes. En cuanto pueda, prometo ponerme al día, leyéndoos y disfrutando de vuestros blogs.


Ante los comentarios que estáis dejando, quiero decir algo. No dejo el blog, de hecho sigue abierto, lo único que escribiré con menos frecuencia. En estos momentos, tengo dos cursos importantes en marcha, el de tarot y el de canalización, además de las consultas, que requieren mi tiempo. En cuanto, me vea un poco más libre volveré a escribir más a menudo.

Mientras tanto, seguiré en los otros dos blog, el de mediumnidad y el de poesía.

Para todos los temas relacionados con la mediumnidad, canalización, comunicación con los seres queridos fallecidos, el duelo, y todos los temas relacionados con la vida y la muerte, podréis encontrarme en el blog, Comunicación entre dos mundos, vida y muerte.

Para los temas relacionados con la vida en general, con los sentimientos, locuras transitorias, amorosas, desvelos, alegrías y demás travesuras y poesía, estaré en el blog, A dolce voce, suavemente.

Y en cuanto saque algo de tiempo, seguiré estando aquí, en este mi primer blog. Es un leve hasta luego, ni tan siquiera es eso; simplemente es, hasta ahora. Nos veremos dentro de nada con nuevas ideas, nuevos temas, etc. No es creáis que es tan fácil perderme de vista. ;).

Hasta dentro de nada. Nos vemos enseguida. Cuidaros mucho y nos vemos en los otros blogs.

Besotes.


La imagen está sacada de internet y desconozco quién es su autor.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Frecuencias solfeggio o sonidos sagrados

El sonido, la música, el ritmo, la frecuencia, todo es uno y hacen que vibremos bailando, relajándonos, disfrutando de ella. Quiero presentaros los sonidos sagrados o solfeggios.

Hace poquito he conocido los sonidos o frecuencias solfeggios. No se trata de nada nuevo, pues el sonido forma parte del hombre. En este caso, se utiliza la frecuencia que emiten las notas para que éstas además de ser música, ayuden a mejorar, a aprender, relajar, a sanar o equilibrar.

Sigue sin ser nuevo, lo se. Estas frecuencias, se basan en un canto gregoriano que ya utilizaba dichas frecuencias, para con ellas, ayudar a transformarse. El poder del sonido y de la música es enorme, la misma canción o melodía, mueve sentimientos, sana emociones, llena los corazones de recuerdos, nos eleva o ayuda a conectar con nosotros mismos, etc.

Estos sonidos, los que he escuchado, no se si ayudarán a integrar, a sanar, a abrir la conciencia, pero relajan mucho, y ya por eso me gusta compartirlo con todos vosotros.

En internet hay mucha información sobre las frecuencias solfegio. Os invito a investigar por vuestra cuenta, que experimentéis y descubráis lo que sucede o sentís. Adelante.

Dejo aquí un vídeo de la frecuencia solfeggio 852 Hz, se relaciona con la nota La y ayuda a conectar con la intuición.


 


No soy músico, ni científico; estoy compartiendo una información que me ha llegado. De momento, lo que he notado es que me relaja mucho y duermo mejor, aunque no escuche estas frecuencias a la hora de acostarme.

Me gustaría recalcar que cada uno saque sus propias conclusiones y si le apetece trabajar o descubrir qué ocurre, les animo a escucharlas y a explorar.
 
Las frecuencias son las siguientes, 

Ut o Do, 396 Hz y ayuda a liberar el miedo y la culpabilidad.
Re, 417 Hz, ayuda a deshacer las situaciones o bloqueos y facilitar el cambio.
Mi, 528 Hz ayuda a cambiar, transformarse y a la reparación del ADN.
Fa, 639 Hz, ayuda a en las relaciones.
Sol, 741 Hz, ayuda en el despertar de la intuición.
La, 852 Hz, ayuda a la conexión espiritual.


El vídeo es de Youtube y la imagen está tomada de internet. Desconozco quiénes son sus autores.

sábado, 23 de junio de 2012

La mágica noche de San Juan

Esta noche es la víspera de una de las noches, por no decir, la noche, más mágica del año, San Juan. El fuego purificador de las hogueras limpian y llenan de luz la oscuridad.

Es un momento especial para pensar y meditar sobre cómo queremos que sea nuestra vida, cómo queremos vivirla. Podemos pensar de qué queremos deshacernos o desprendernos, qué es un lastre o qué supone un obstáculo en ella. 

El fuego, lo mismo quema y destruye, que purifica y limpia; ofreciéndonos la posibilidad de alumbrarnos con su luz y su calor. Dándonos un empuje para emprender nuevos retos, tener nuevos pensamientos e ideas que ayudarán en nuestra renovación interior y exterior de nuestra vida.

Es el día ideal para encender una hoguera y quemar lo que ya no nos sirva. Podemos escribir en un papel qué queremos que desaparezca de nuestra vida y echarlo al fuego, esperar a que se consuma. En otra hoja podemos escribir cómo queremos que sea el año, llenándolo de pensamientos y actitudes positivas. Este papel podemos guardarlo hasta el próximo San Juan y por supuesto, sin ser quemado. Si no tenemos a mano una hoguera, podemos utilizar una vela.

En la entrada dedicada al solsticio de verano de 2.012, Gema y Amelia explicaron cómo pasaban ellas la noche de San Juan. Pongo aquí sus comentarios.

Amelia, del blog Diarío de la familia López García cuenta qué hace esta noche:

Aquí el día 23 a las 12 se va uno a la playa y hace un hoguera para quemar lo que deseamos desechar, voy a buscar una buena foto de políticos de todas las clases a ver si se evaporan sus males artes.

Yo suelo hacer un círculo de sal y colocar dos velas blancas y dos cartas españolas (no te sé decir ahora las dos cartas las tengo una encima de la otra y con un billete de 5 euros rodeándolo) y lo que hago es que cuando son las 12 de la noche, pienso unos deseos, y después soplo la vela y guardo tal cual las tengo las cartas y el billete hasta el próximo año.

 Y chica no sé porque será pero yo siempre lo hago y me trae suerte.

Gema, cuyo blog es, Pedacitos de mi vida, nos cuenta cómo celebra la víspera de San Juan:

Yo cada año hago mis rituales la noche de San Juan y claro esta no puede faltar la visita a la playa.
Este año hemos decidido un grupo de amigas hacer una fiesta ibicenca ese mismo día... la cosa promete.
 
Pureza, rituales y mucha energía, visualizar, meditar y alejar toda negatividad de nuestras vidas.

Y vosotros, ¿cómo celebráis San Juan? ¿Hacéis algún acto, ritual, meditación o fiesta especial? Disfrutad mucho de su magia y energía purificadora.


La foto está sacada de internet y no se quién es su autor.

jueves, 24 de mayo de 2012

Despertar

Me ha llegado por correo un texto muy bonito que me gustaría compartir con todos vosotros. Seguramente lo conoceréis. Os invito a despertar.

Para despertar busca toda la ayuda que puedas, lee los libros que encuentres, asiste a los encuentros que te inviten, medita, respira y espera. Todo ayudará, pero finalmente solo tú harás la alquimia, pues nada puede precipitarla, solo tu intención que suceda. Y aún si no... hicieras nada de nada, espera tranquilo, igual ocurrirá...

Si ya has despertado y ves como duermen los demás a tu alrededor, entonces camina en puntillas, respeta su sueño y descubre la perfección de sus propios tiempos, así como fueron perfectos los tuyos.

Cuando ellos abran sus ojos, el fulgor de tu brillo los ayudará a despertar sin necesidad que hagas nada. Si aún duermes, relájate y disfruta tu sueño, estas siendo arrullado y cuidado.

Despertar no es un acto de magia, aunque llenara de magia tu vida.

Despertar no tiene nada que ver con tu mundo externo, aunque todo lo que te rodea parecerá tener un nuevo brillo.

Despertar no cambiara tu vida, si bien sentirás que todo ha cambiado.

Despertar no borrara tu pasado, pero al mirar atrás lo percibirás como la historia de alguien muy querido que aprendió muchas cosas, pero sentirás que ese alguien ya no eres tú.

Despertar no despertara a tus seres queridos, pero ellos se verán mas divinos ante tus ojos.

Despertar no sanará todas tus heridas, pero ellas dejarán de gobernarte.

Despertar no solucionará tu situación financiera, pero te sentirás millonario.

Despertar no te hará más popular, pero ya no volverás a sentirte solo.

Despertar no te embellecerá ante los ojos de los demás, pero te hará perfecto ante tu propia mirada.

Despertar no te dará más poder, pero descubrirás el poder que tienes.

Despertar puede que no disuelva los barrotes de tus cárceles, pero te dará la libertad de ser tu mismo.

Despertar no cambiara el mundo, te cambiara a ti.

Despertar no quita responsabilidad, muy por el contrario te dará conciencia de las consecuencias de tus actos y elecciones.

Despertar no te hará tener siempre la razón, más bien ya no sentirás deseos de tenerla.

Despertar no traerá caudales de amor a tu vida, descubrirás que ese caudal habita en ti.

Despertar tiene poco que ver con lo que imaginas y tiene todo que ver con el amor.

Despertar es amarte a ti mismo, con tus limites y con tus experiencias, es amar al otro como parte de tu ser y es amar a la existencia... Sí, amar esta bella vida tan sorprendente y variada en todos sus matices.

Permítete disfrutar de la experiencia de ser el maravilloso Ser que ya eres. Tu vida es un acto sagrado pues es la creación del Dios que hay en ti, que eres tú.

Autor desconocido


La foto está sacada de internet y desconozco quién es su autor.

viernes, 18 de mayo de 2012

Sobre algunas letras de canciones

Soy bastante despistada en general, pero en cuanto a aprender las letras de las canciones, un desastre. Me quedo con la melodía, la música pero es muy difícil que sepa la letra. Aunque como siempre en la vida, para eso están las excepciones.

Hace muchos años, me regalaron un disco de Amaral, y cantaba las letras tan contenta. Las aprendí sin pensar en lo que decían. Un día, estando en un centro comercial, estaba sonando este grupo como música de fondo, me sorprendió darme cuenta del significado de la letra. No estaba de acuerdo con lo que decían, me chirriaba el mensaje que transmitían. A partir de entonces, cambié la letra a mi manera. 

Hablo de este grupo porque conozco las letras, pero pasa lo mismo con casi todos los grupos de música. No digo que nadie deje de escuchar música, faltaría más; pero si podemos prestar más atención a los mensajes que transmiten y que aceptamos sin pensar en su significado. Después, cada uno que decida qué hacer. Desde luego, en mi caso, sigo escuchando a Amaral, pero cambiando partes de las letras que no van conmigo.

La letra de una canción dice así: sin ti no soy nada. Algo dentro de mi dijo stop, por ahí no paso. Saltó mi automático y me encontré pensando, "soy quién soy, en lo bueno, lo malo, soy completa; no necesito a nadie para ser yo misma. En todo caso, nos complementaremos. Tampoco espero, ni deseo que dejes de ser tú mismo, para adaptarte a mi. No. No es justo, ni correcto. Somos dos, uno más uno, sin perder nuestra identidad"

A partir de ese momento, en el que fui consciente de que lo que quería transmitir la letra, comencé a prestar atención al resto de todas canciones que conocía, menos las que están en idiomas que no hablo. Y también he cambiado parte de la letra de algunas de ellas, adaptándolas a mi manera de pensar y sentir.

Estaríamos en el mismo caso, si la letra dijera Contigo, soy todo. No puedo permitir el anularme por nadie ni nada, aunque bien mirado, la única persona que puede anularme soy yo misma. El amor es complemento, no anulación, no ceder tanto que al final ya no sabes quién eres. Me da igual si se trata de un hombre o una mujer.

Letras como ésta de Amaral, hay miles en las que los mensajes entran en nuestra mente sin darnos cuenta, quedando almacenadas y formando parte de nuestros sentimientos y pensamientos. Hablamos de la importancia de la autoestima, de la confianza en nosotros mismos, en la equidad, igualdad y luego, sin darnos cuenta, caemos cantando este tipo de mensajes que son todo lo contrario.

Podemos hablar del desamor, del dolor de una ruptura, del miedo, del enamoramiento, etc. sin caer en la anulación, en el enganche. Soy consciente que por cantar estas canciones, no vamos a dejar de ser nosotros mismos, pero por qué del mismo modo no podemos escribir letras con mensajes que sean más equitativos y potencien qué somos. Utopía lo se, pero me gusta soñar y creer que algo podemos hacer.

Por ejemplo, en vez de escribir, sin ti no soy nada o contigo soy todo, podríamos decir, nos complementamos, nos amamos, caminamos juntos, me duele la ruptura, etc. Seguramente no quedaría tan bonito en una canción, pero sería una manera de ir trabajando nuestra autoestima. Indudablemente, y sólo en el caso, de quién sienta de esta manera.

Se puede amar de muchas maneras, pero la anulación o el enganche, para mi, no es amar.


La imagen está tomada de internet y desconozco quién es su autor.

domingo, 13 de mayo de 2012

Asumiendo nuestra responsabilidad

El viernes me sorprendió una de las consultas de tarot que tuve. Se trataba de una persona de unos cincuenta años que estaba atravesando una situación económica muy delicada.

Quería saber si su situación se resolvería de manera inmediata. Su situación se había complicado hasta tal punto que ahora no podía hacer frente a las deudas que tenía, que no eran una gran cantidad pero lo suficiente para que ella estuviera angustida.

Lo más curioso era que lo que más temía que fuera pasar, el quedarse sin un local que iba a ser embargado, era "lo mejor que podía ocurrir"; ya que cerraba un capítulo de su vida en el que una serie de decisiones mal tomadas y sin pensar, le habían llevado a donde estaba. 

Su actitud ante la vida era el origen de toda la situación. Por un lado la creencia que los demás "debían" hacerse cargo de ella y de sus deudas; y por otro, el hacer responsables a otras personas de las acciones y decisiones que había ido tomando en su vida. Espero y deseo que ahora que sabe cómo poder afrontar su vida, sea capaz de hacerlo pues cuenta con las herramientas suficientes para salir adelante.

No juzgo a nadie, ni tampoco es una crítica, pues cada uno vive su vida como mejor puede y quiere.

Todo ello una vez más me hizo reflexionar, en cómo somos. Es posible que ciertas circunstancias nos bloqueen y superen en determinados momentos pero no podemos aferrarnos a que sean los demás los que resuelvan nuestros problemas porque eso nunca es la solución.

Otra cosa, es que una vez que hemos afrontado la situación y saber cómo podemos darle la vuelta, pidamos ayuda a los demás para que con su apoyo, ya sea económico, emocional, de escucha, psicológico, presencial, anímico, etc. logremos superar o hacer frente lo que nos preocupa o bloquea. Porque si no lo hacemos, el problema sigue creciendo, acumulándose y en la siguiente ocasión en que la vida vuelva a colocarnos en una situación complicada, no sabremos hacerlo. 

Se que no es fácil saber cuál es el origen de una situación, a veces ni siquiera está en nosotros, porque vivimos los efectos colaterales de otro conflicto anterior que han generado otras personas, pero pese a ello, se convierte en nuestro problema y sólo se podrá salvar y superar, si afrontamos nuestra responsabilidad.

A lo largo de nuestra vida somos víctimas de muchos acontecimientos, pero se nos olvida, que también somos verdugos en otras. La victimización no ayuda a salir adelante, bloquea, aturde. Debemos ser responsables de nuestros actos, pensamientos, con ello conseguiremos aprendizaje, fuerza y seguridad en nosotros, lo que llevará a que avancemos en la vida. No es fácil, y muchas veces la teoría la sabemos de maravilla, pero cuando llega el momento de ponerla en práctica, no somos capaces. No importa, hay tiempo para solucionarlo; siempre y cuando, deseemos lograrlo y nos pongamos manos a la obra. Merece la pena.


La foto de la imagen es de un mandala mío.

lunes, 16 de abril de 2012

Sonidos de la ciudad

Existen muchas maneras de ver y sentir una ciudad. Es distinta según la veamos a la mañana, tarde, noche, madruga, etc.

Me gusta pasear por la ciudad en las horas en que menos gente suele haber, porque sus silencios cobran vida. Se perciben con mayor nitidez.

Ayer salía a dar esa vuelta a las tres de la tarde. Apenas había tráfico. Todos estaban comiendo o terminando de hacerlo. Apenas me crucé con varias personas, que iban andando al igual que yo, saboreando el paseo por la ciudad.

Según iba caminando, escuché el trino de los pájaros, que sonaba por encima de mi cabeza. No les veía pero su canto era envolvente. Al mismo tiempo, podía observar las flores de los jardines y aspirar su fragancia. Era una sensación diferente a la cotidiana, donde vas por la calle con más rapidez y la cabeza pensando lo que tenemos que hacer a continuación.

Como no había coches, llegaba con más nitidez el repique de las campanas dando la hora. Sonidos claros, transparentes y cantarines. Me sorprendió escucharlo a una distancia bastante mayor de la habitual. Jugué a descubrir su procedencia, intentando diferenciar de qué lugares provenían.

En mi caminar llegué hasta el Puerto. Había marea baja. Los chillidos de las gaviotas se mezclaban con la suavidad de las olas que chocaban con las rocas del espigón exterior. Un sonido cadencioso, casi de nana. Si cerrabas los ojos, podían sentir su calidez.

Mi paseo siguió en dirección a la playa. El sonido de las olas era distinto. Rompían en la orilla y convertían su sonido en largo, susurrante y espumoso. Era sumamente relajante. Me senté en un banco. Conseguí centrarme en este sonido casi hipnótico de las olas deslizándose por la arena fina de la playa. Fueron unos momentos mágicos, casi parecían mantras que relajaban la mente y llegaban muy adentro, ideales para una meditación larga.

Pero la tarde iba avanzando y nuevos sonidos llenaban el aire. Niños corriendo, sonriendo y llamando a sus padres. Grupos de paseantes sacando fotos del paisaje, posando junto a la barandilla de La Concha, sonidos de alegría, sorpresa, de bullicio. 

Decidí terminar mi paseo y los sonidos que me acompañaron eran más urbanos, bicicletas que corrían veloces por la acera, coches por la carretera, una sirena de una ambulancia hacia el hospital, coches que iniciaban su recorrido...

Lo que da de si una tarde tranquila de domingo.

 
La fotografía está sacada de internet y es un detalle de la barandilla de La Concha. Desconozco quién es su autor.

jueves, 5 de abril de 2012

Siendo

En la entrada anterior Diazul, de Diazul con Aroma de Romance y Diazul y sus Notas, sugirió que le gustaría verme escribir otro tipo de entradas, dejándome llevar por la imaginación y los sentimientos.

He intentado hacer caso a su consejo, dejar volar mi imaginación. No se si tan siquiera me acerco a lo que ella quería pero al menos lo he intentado y debo decir que al principio me ha costado ponerme a ello; sin embargo para mi sorpresa, he disfrutado. Gracias por todo, Diazul.

Si queréis seguir leyendo más poesías y microrrelatos, os invito a que paséis por mi otro blog, A dolce voce, suavemente. Espero que os guste.

Os presento el resultado.

 
Suavidad envolvente en días de agobio,
calidez amorosa que calma mis miedos,
acoge mis temores, librándome de ellos.

Magia amorosa que no termina nunca;
a veces esquiva, juguetona y alegre;
otras veces, adrenalina pura que 
juguetea con mis emociones.

No existe el tiempo, es eterno.
Sosiego, refugio,
abrazo infinito que limpia y purifica
renovando, el yo más interno e infinito.

Dulce abrazo, manos entrelazadas, 
beso salado, donde lo imposible es real;
no hay límites.
 Tú y yo, dicen que no somos nada
cuando, en realidad, lo somos todo.


La foto de la imagen es de un mandala mio.

viernes, 30 de marzo de 2012

Sorpresas en una tarde de domingo

El domingo pasado, me senté en un banco mirando al mar. Necesitaba desconectar, me sentía saturada. Mi mirada se perdía en el azul brillante del agua, me envolvía el sonido relajante de las olas. El sol calentaba pero no era excesivo, de eso se encargaba una brisa que revoloteaba con suavidad refrescando el aire.

No había necesidad de mirar el reloj, el adelanto de una hora, no se notaba. No había ruido de coches, ni de otro tipo; sólo se escuchaba, el de la naturaleza, que invitaba precisamente a no pensar, a rendirse a la contemplación y a la belleza del paisaje. Pasó un buen rato, miré el reloj y para mi sorpresa había pasado una hora.

Me fijé en que los rayos del sol brillaban de tal manera sobre el azul del agua que ésta parecía un espejo dorado. En ese mismo instante, escuché una voz que me preguntaba, ¿crees en Dios? Toda yo estaba en el color dorado que se movía onduladamente y alguien me hablaba. Me sentía torpe, lenta de movimientos, y por supuesto de pensamiento. Sonreí y le miré a los ojos mientras evaluaba qué debía decir. Quería estar sola y si le hablaba al hombre, supondría una conversación larga en la que intentaría contarme las excelencias de creer en Dios. No estaba para conversaciones filosóficas, ni religiosas.

¡Qué dilema! Si le decía que creía en Dios, estaba dejando la puerta abierta a confraternizar aunque dudaba de que en el enfoque fuera el mismo en ambos; si le decía que no, era un pasillo de entrada a una charla de sinsentidos, sobre todo, porque creo en Dios y no tenía ganas de dejarme convencer de que estaba equivocada.

El sol seguía brillando, el mar se movía suavemente al compás de las olas y tenía que dar una respuesta. Finalmente, le dije que creía en Dios pero que no era el momento adecuado hablar de ello. No me sentía con ganas de charlar largo y tendido con él. El hombre se marchó y me dediqué a observar a mis vecinos de bancos. El hombre se había dirigido a mi, no al resto de las personas. No quise pensar qué le había decidido acercarse a mi.

Mi mirada se volvió al azul del mar, al verde de Igeldo y la isla de Santa Clara. Pensé en moverme en cuanto escuchara el sonido de las campanas anunciando que eran las cuatro. No las oí; sin embargo, en ese momento, escuché una voz alegre que decía, no te quemes. Seguí en mi mundo y volví a escuchar, no te quemes. Me giré y al hacerlo, me encontré con la amplia sonrisa de una amiga que me estaba saludando. Me levanté, nos saludamos. Estuvimos un ratito charlando y tomando direcciones opuestas nos despedimos.

Mientras seguía mi camino, me acordé del hombre ¿habría encontrado a alguien dispuesto a charlar un buen rato? No deja de ser una buena manera de pasar un domingo, si te apetece escuchar otros enfoques y puntos de vista diferentes al que tienes, no teniendo otras ocupaciones a la vista.

Recordé otras dos ocasiones en que dos mujeres me pararon por la calle. La pregunta era la misma. En ambas ocasiones, charlé con ellas hasta me preguntaron a qué me dedicaba, no debió de gustarles porque cortaron la conversación con bastante rapidez.

Al final, el encuentro y la pregunta rondaban en mi cabeza. No existen las casualidades, luego hay un porqué en esta situación. También en la frase de mi amiga, que aunque se refería al sol, por qué no tomarlo en el sentido de no darle vueltas a la cabeza. El replantearnos ideas, creencias, no deja de ser una manera de afirmar o de cambiar el enfoque que tenemos hacia ellas. Nos invita a pensar, a reflexionar y eso siempre es positivo. Le estoy agradecida a este hombre, pues además de ser muy amable conmigo, él sin saberlo, ha conseguido que pensara en su pregunta. Debo decir que sigo pensando y creyendo lo mismo que siempre.

¿Con qué sorpresa me encontraré este fin de semana? Estoy abierta a todas las que vengan, siempre y cuando sean positivas. De momento, ya tengo una para mañana, un rato de charla con una amiga a la que hace tiempo que no veo antes de ir a trabajar. Seguro que habrá muchas más y espero disfrutar de ellas.


La foto es de un mandala mío que se llama Cruz violeta.

sábado, 24 de marzo de 2012

El tarot, algo más que un método adivinatorio

No puedo evitarlo, me gusta el tarot, por todo lo que es y representa; por lo evidente y claro que es; por lo que se ve y hay que investigar.

El tarot es una herramienta muy útil, que como todo en esta vida hay que saber utilizar correctamente. Nada es bueno y nada es malo, todo depende de cómo lo usemos. En el tarot pasa igual, aunque añadiría un detalle que me parece importante, no se debe utilizar para cotillear o saber sobre los demás y menos sin su permiso.

Podemos utilizarlo como método de adivinación, como orientación y consejo, para investigar y profundizar sobre nosotros mismos, como autoayuda y como camino de trabajo personal, e incluso como vía de comunicación espiritual.

Es curioso cómo durante algunas consultas, varias personas me han dicho, después de no saber qué preguntar más, y tú qué preguntarías. Suelo comentar que sean ellas mismas quienes deben realizar sus preguntas porque las mías, seguramente irán en otra dirección.

Pondré un ejemplo. Después de mirar por el amor, el trabajo, la salud, la economía, los problemas que tengan. etc., es cuando, me dicen, tú que preguntarías. Normalmente, las preguntas que suelo hacer están relacionadas con mi camino evolutivo y personal, de autoconocimiento y el espiritual.

Para mi es básico saber en qué momento de mi vida me encuentro, pues es a partir de este punto cuando puedo investigar y mirar adentro, buscar, limpiar o apuntalar aspectos, problemas o situaciones de mi vida. Indudablemente, he de ser lo más sincera y honesta conmigo misma. Estar preparada para ver o encontrar aspectos que no me gustan o no creía tener para poder integrar, trabajar y pulirlos.

En esta tarea el tarot además de marcar este punto de inicio, aporta la información adecuada para poder trabajar los aspectos que sean necesarios. Pueden ser miles, desde un cambio de perspectiva, actitud, de asumir la forma de ser o actuar, de poner límites o ser más flexible, etc. Cada momento, es distinto y por lo tanto requiere trabajar diferentes maneras, actitudes, etc.

Me gusta mucho trabajar con el tarot como apoyo y ayuda, como guía de autoconocimiento. Se puede hacerlo a través de las tiradas, de escoger una carta y meditar con ella, de trabajar las cualidades o aspectos que ella representa.

El tarot es mucho más que un método adivinatorio, es un apoyo y guía en el camino de evolución o de trabajo en nuestra vida. Lo que consigamos al trabajar con él, dependerá de la implicación que tengamos con nosotros mismos en cuanto a aprender, a crecer y evolucionar. Cada uno de nosotros tiene su ritmo, todos son respetables y ninguno es mejor a otro.

Trabajar o consultar con el tarot, debe hacerse desde una actitud abierta, sincera y honesta. Por supuesto, llena de respeto por nosotros mismos y hacia los demás. Nunca me cansaré de repetir algo que es básico, el tarot no es un dogma de fe. Marca unas tendencias, unas pautas o señales, unas pistas. Por mucho que las cartas, un amigo, familiar o cualquiera nos de un consejo, somos los únicos responsables de nuestra vida, de nuestros éxitos, errores, aciertos; y de llevar a cabo o no, lo que decidamos.


La foto de la imagen es la carta XIV el Arte o Templanza, de Crowley y está escaneada por mi.

lunes, 12 de marzo de 2012

Equinoccio de primavera, de la tristeza a la alegría

El próximo martes, día veinte, viviremos el equinoccio de primavera. Llegará con toda su fuerza a impulsar nuestras ideas, pensamientos, actitudes, acciones, sentimientos, etc

Salimos del invierno, duro, complicado, tiempo en teoría dedicado a investigar y observar nuestro interior, y llegamos a la primavera, a una energía radiante, explosiva, vital. Tras el letargo e introspección del invierno, renacemos con la primavera. 

Estamos viviendo momentos muy difíciles, donde la tristeza, angustia, dolor, bloqueo, etc son patentes, y traspasan de tal manera que se quedan alojados en lo más hondo y profundo de nuestro ser. Esta capa invisible pero densa, se deja sentir con fuerza, tapando como una espesa niebla la luz que nos rodea.

Solemos olvidar que somos y tenemos luz y por mucho que la oscuridad nos rodee, en nuestro interior reside y vive la luz que quiere iluminar nuestro caminar. 

Las preocupaciones, las dificultades de la vida, hacen que nos centremos en ellas de tal manera que olvidamos que existe la alegría, la risa, el no pensar. El pensamiento y la actitud positiva no son una varita mágica que convierte lo complicado en fácil, pero si aporta esperanza, cierta tranquilidad y sosiego, que nos permite atisbar que existe luz al final del túnel.

En estos momentos en que todo es oscuro, negro, podemos elegir vivir las mismas situaciones cotidianas desde otro aspecto, el del optimismo y alegría. Cada uno a su ritmo, a su nivel. No se trata de ser ingenuo, pues los problemas no se desaparecen, siguen estando ahí, delante nuestro. Está en nuestras manos el afrontarlas y vivirlas de modo que en vez de hundirnos, nos lleve a ocuparnos de nosotros y a su vez, deje la energía suficiente para afrontar las situaciones de una en una. Podríamos considerarlo, una especie de ahorro de energía y fuerza, que redundará en nuestro beneficio anímico, emocional, psicológico, físico, etc.

Si decidimos vivir ocupados en lugar de angustiados, el resultado permitirá que estamos en disposición de afrontar lo que nos sucede sin caer en el victimismo, dolor, depresión o fatiga después de tanta lucha infructuosa, convirtiendo lo negativo en positivo; es decir, ver el otro lado de la moneda, pasar de lo negativo a una actitud más relajada y llevadera que ayudará a encontrar las soluciones que buscamos. 

Alegría desde el equilibrio, desde la realidad. No sentirnos culpables por reír, por sonreír, por disfrutar de la vida por muy difícil que se pongan las cosas. Si conseguimos que la mente deje de machacarnos con su parloteo, podremos descansar, dedicarnos unos momentos para nosotros mismos y ganar fuerzas para continuar con la batalla que supone la vida diaria.

Podemos aprovechar la gran fuerza que regala la primavera con su despertar, con su energía renovadora, alegría, de explosión de color. Si todo es uno, si en el universo todo es uno, si somos naturaleza, hagamos de la luz, la alegría, la positividad nuestras herramientas, nuestras armas de combate, abriéndonos a la esperanza, a la vitalidad. Al ser todos energía, contagiaremos fuerza, amor, optimismo, aportando nuestro granito de arena al bienestar común.

No importa qué grado de evolución tengamos, ni cuál sea nuestra vibración; somos gotas de agua dispuestas a vivir lo mejor posible, con la mayor felicidad y armonía, dispuestos a contagiar e irradiar nuestra alegría. Los océanos están llenos de gotas de agua, seamos con ellos. Seamos primavera.


La imagen de la foto es de un mandala mio.

martes, 6 de marzo de 2012

Reacciones ante mi trabajo de tarot y médium

Es curioso cómo se comportan algunas personas en cuanto saben a qué me dedico, es decir, cuando saben que soy médium y tarotista.

Algunas de las reacciones son divertidas. Vamos allá.

La ropa. He escuchado alguna que otra vez el comentario de no pareces tarotista, no vistes como ellas. Pareces una persona normal.

Ante mi cara de asombro, continúan diciendo, no llevas túnica, ni eres rara. ¿Seguro que eres lo que dices? No tienes pinta de tarotista. Incluso me han recomendado muy en serio, que me ponga un turbante en la cabeza para que así no haya dudas sobre mi trabajo. Llegan imágenes a mi mente imaginándome vestida como ellos creen que debo ir. Parece Carnavales. 

Me pregunto, qué pinta tiene que tener una tarotista y si por serlo, automáticamente se convierte en un ser extraño, raro, y su pensamiento deja de funcionar de manera lógica. Acaso ha de ir vestida de manera estrafalaria o de acuerdo con su personalidad. Sin ninguna duda, de acuerdo con su manera de ser, pero da igual la profesión que se tenga. Cada uno ha de ser fiel a si mismo, ya sea bombero, panadero, ganadero o titiritero.

Cuando dicen estás cosas, realmente alucino. Somos personas algunas más listas, estables, equilibradas, divertidas, estudiosas, atolondradas, etc. que otras, independientemente de cuál sea nuestra profesión o vocación. Por la misma regla de tres, un cirujano o enfermera de quirófano sólo podría vestir de color verde, hablar de temas relacionados con las operaciones médicas y llevar en la mano un bisturí. Sin palabras.

Leer el pensamiento. Es una de mis favoritas. No falla nunca. Si la persona me ha conocido antes de saber a qué me dedicaba, su trato es cordial y cuando se entera, enseguida da un paso hacia atrás, se escuda y dice muy seriamente, estás leyéndome el pensamiento, qué ves, qué puedes decirme.

También están las personas que consideran que por ser tarotista o vidente, debes saber qué piensa la gente o tienes la solución a todos sus problemas con sólo verles, etc.

La respuesta es obvia, no tengo Rayos - X, ni leo el pensamiento. Dudo que exista alguien que lo haga y si lo hay, tiene que vivir una auténtica pesadilla. Debe ser horrible ir andando por la calle y escuchar lo que piensa todo el mundo. A pesar de ello, siguen desconfiando, ponen una protección extra de distanciamiento no sea que les esté tomando el pelo y sepa qué están pensando realmente. 

Otra respuesta que suelo dar, es la de que no estoy trabajando las 24 horas del día, desconecto y que cuando hablo con alguien no estoy pendiente de lo que percibo, simplemente estoy, disfruto de la conversación, del encuentro. Es cierto que a veces, aunque no esté en ello, me llega información, pero intento dejarla en pausa.

Como eres vidente lo sabes todo. Nadie te engaña, sabes los números de la loto, el nombre y apellidos de las personas que conoces por primera vez y no te han presentado, dónde invertir el dinero, etc. Algunas veces siendo irónica les doy la razón, para qué discutir. No van a cambiar de opinión, así que para qué malgastar energía tontamente.

El grupo que escanea. Miran sin ningún tipo de disimulo de arriba abajo, estudiándome, intentando ver algo especial en mi: no se si buscan alguna antena que salga de mi cabeza, etc, pero escudriñan al detalle esperando dar con algo. No se cortan. Después de un escaneo en toda regla, suelo preguntarles si han descubierto algo interesante o quieren darme alguna información. Me encanta ver la cara que ponen.

No quiero olvidarme del grupo que tiende a sacar partido de la situación. Unas veces, con disimulo y otras, directamente, preguntan sobre su vida y sus problemas esperando que los resuelvas. Cuando cortas la situación indicando que ese tipo de información la das en consulta, su reacción es de enfado.

Son comportamientos divertidos, extraños y a veces molestos. Después de tantos años, no debería sorprenderme nada, pero siempre hay una situación o persona nueva que hace que lo haga y me obliga a salir adelante de la mejor manera posible, es un reto que a veces no resulta fácil de conseguir.


La foto de la imagen es de un mandala mio.  

jueves, 1 de marzo de 2012

La Energía y el Todo

La primera vez que escuché oír hablar del efecto mariposa fue hace muchísimo tiempo, y la verdad, no logré entender lo que significaba. Me preguntaba, cómo el aleteo de una simple mariposa que vivía a miles de kilómetros de distancia de mi, podía llegar a afectar mi vida. Al final, decidí no pensar más en ello.

Un buen día, entendí y sentí con claridad su significado. No era un símbolo, era algo real, tenía sentido, todo está relacionado entre sí, porque todo es energía. Y al igual que al arrojar una piedra al agua se crean ondas; la energía, se expande llegando a todos los rincones y seres. 

Al ser energía, somos parte de un todo, de una unidad, de una totalidad. Luego el que una mariposa aletee al otro lado del mundo, repercute en mi vida, pues la energía que ello provoca, me toca muy de cerca. Es posible que desconozca el alcance de su movimiento, pero lo notaré.

Del mismo modo, si todo es uno, la interrelación entre todo, trabaja sin interrupción, no es ni buena ni mala, es solamente energía. Dependerá de cada uno de nosotros qué hagamos con ella. Si estamos abiertos a la espiritualidad conectaremos con otras energías similares que nos ayudarán en nuestro camino; al igual que si trabajamos en cualquier otro aspecto de la vida, daremos o encontraremos las respuestas, información o personas que necesitemos para seguir investigando o seguir nuestro rumbo.

Cuánto más amor sintamos, más ondas amorosas se moverán por el universo, llenándonos, abrigándonos, alimentándonos. Asimismo, cuánta más tristeza, dolor, preocupación tengamos, también se extenderán impactando de pleno en nosotros. Si permanecemos atentos, podremos abrir, frenar o cerrarnos a ellas, y así su influjo será mayor o menor en nuestras vidas. Todo dependerá de nuestra actitud. 

La energía es contagiosa, en lo positivo y en lo negativo. Si somos conscientes de ello, podremos utilizarla para mejorar, aprender, ayudar, sanar, evolucionar. Es un camino invisible a los ojos pero totalmente claro y luminoso para el corazón y la intuición. La risa, la alegría, el conocimiento, la sabiduría, el amor, el dolor, la tristeza, etc, en definitiva, los sentimientos al igual que los pensamientos se contagian. Deberíamos preguntarnos a qué tipo de energía estamos abiertos y cuál puede ayudarnos más y mejor a nuestro bienestar y equilibrio.

No siempre es fácil estar alerta, pero si dejamos una puerta abierta a la energía, debemos observar qué nos contagia. En estos momentos de grandes preocupaciones, de mucha angustia y desvelos, aparentemente cuesta más mostrarnos abiertos a la alegría, a la risa, a la positividad.

Si todo está unido, si todo lo que sentimos con fuerza lo atraemos, mejor pensar en positivo porque al menos, lo que atraigamos será una energía más ligera, más llevadera, que nos dará alas para saber y poder afrontar los problemas que nos rodean, para evitar quedar sepultados bajo la angustia y el miedo. No hablo de ingenuidad, ni de esconder la cabeza ante la adversidad, sino de buscar en la alegría, un rayo de luz que ayude a mantener la esperanza que habita dentro de nosotros.

Me uno de manera totalmente consciente a la energía positiva, a la felicidad, al amor, a la alegría, a la risa, y así, mi vida, aunque conviva con problemas de todo tipo, será más llevadera, más liviana y me dará la oportunidad de poder descansar y respirar. Lo que en definitiva, se traducirá en ser más objetiva, en poder ver con más atención las oportunidades y señales que envía la vida, y en saborear lo bonito y bello que nos rodea. 


La foto de la imagen es de un mandala mio.

sábado, 18 de febrero de 2012

Una consulta de tarot con sorpresa

Me encanta mi trabajo, nunca es rutinario, siempre aprendes cosas nuevas.

Esta semana pasada, tuve una consulta de las que dejan huella por varios motivos. Una mujer de unos setenta años, vino acompañada por su hija. Me llamó la atención la relación que había entre ellas y sobre todo, la tensión y preocupación que se reflejaba en la cara de la más joven.

Cuando vienen dos personas juntas a una misma consulta, prefiero atender a una sola, ya que intimidad es mayor y aunque confiemos plenamente en nuestro acompañante, hay temas o información que debe ser privada.

Decidieron que fuera la madre la que estuviera en consulta. Me observó detenidamente, y tras un breve recorrido sobre mi, decidió hablar. Comentó que iba a enseñarme el motivo de la consulta, de su preocupación y angustia. Mientras hablaba, me miraba muy fijamente, y movía las manos buscando algo que no veía. Vi una bolsa de plástico que dejó sobre la mesa.

Abrió la bolsa y sacó un portavelas de cristal roto. Con una voz alta, dijo, aquí está el problema, el portavelas está roto por el mal que hay en mi casa, la maldad se ha adueñado de todo. Se fijó en mi y vio que estaba tranquila, no me había asustado, ni asombrado y eso le chocó, pero más aún mi explicación de lo que había pasado. Era fácil ver que se había roto debido a que había dejado que se consumiera hasta el final la vela que estaba allí y el calor lo había rajado. No muy convencida por mi explicación, insistió en que se habían rajado varias. Volví a insistir en que era algo lógico si no apagaba la vela antes de que acabara.

Como no encontraba en mi el efecto que deseaba, sacó del bolso una lámina pequeña, era una imagen de un santo. Me enseñó la parte de atrás, en la que aparecían una letras borradas por el uso. Me miró desafiante y dijo que si esa imagen estaba en ese estado, sólo era por un motivo, la maldad. Respiré, sonreí y con paciencia le comenté que me parecía normal su aspecto ya que se notaba que era por el uso. Por fin, confesó que dormía con ella en la mano. Sin embargo pese a la evidencia, insistía en que la energía que le rodeaba era tan negativa, que todo, el portavelas roto y las letras borrosas se debían a un trabajo que le habían hecho.

Indudablemente, no existía tal trabajo, ni energía negativa. No aceptaba ni quería escuchar la verdad lógica, sólo era válida lo que ella creía. Me preguntaba cómo podía protegerse ante posibles trabajos de magia negra. Yo seguí firme en mi postura, algo que no lo gustó. La consulta siguió por otro camino y después de un rato, terminamos. Debo decir que para mi sorpresa, se fue contenta.

Una vez más, este tipo de situaciones hacen que vuelva a preguntarme por qué para algunas personas resulta más fácil escudarse en la fantasía, buscar el origen de sus problemas en los demás y no en ellos mismos, en dejar la responsabilidad de sus vidas en terceros...

Somos responsables de nuestros actos, ideas, pensamientos, acciones, a veces acertamos y otras fallamos. Nadie es perfecto. Podemos engañarnos, fantasear, somos libres de hacerlo. Está en nosotros ver cómo podemos solucionar aquello que nos afecta, investigar dónde está el origen a nuestro dolor, a nuestra situación. Es cierto, que a veces, las circunstancias que nos rodean son muy fuertes pero a pesar de ello, tenemos la llave que abre todas las puertas y nos lleva al camino adecuado. Otra cosa es que queramos hacerlo o podamos verlo con claridad.

Culpar a los demás de nuestros actos, conduce a esconderse de la verdad, del compromiso con nosotros mismos, de eludir nuestra responsabilidad y por supuesto, manejar y manipular la realidad para que resultemos víctimas inocentes de unos hechos que pueden ser producto de nuestra inmadurez y fantasía. La culpa la tienen los demás, de ste modo, me libro de buscar en mi interior el origen de mi malestar, de mi alegría, de mi dolor o éxito. Por supuesto, no critico, ni juzgo; lo respeto pero no lo comparto.

Cada ser, es libre de elegir cómo vivir la vida, cómo aprender y así, elegir el camino que le llevará a evolucionar y crecer como persona. Todos caemos mil veces, al menos yo si, aunque sabemos  levantarnos y salir hacia adelante. Sólo tenemos que ser sinceros, honestos y comprometernos con nosotros.


La imagen de la foto es de un mandala mio.

domingo, 12 de febrero de 2012

Carta a San Valentín

Querido y amado San Valentín, Cupido o energía de Amor,

He pensado que escribirte es una manera de aclarar mi mente y mi corazón, de poner por escrito aquello que siento y pienso.

Sabes que vivo muy bien sola, el no tener pareja no significa soledad y que disfruto mucho de mi independencia, pero hay momentos y aspectos de la vida que quiero vivir y experimentar.

Busco el amor correspondido de pareja, es decir, mi compañero de viaje, de vida y de alma. Todo en uno.

No busco vivir una relación de madre e hijo, de padre e hija, de hacer de enfermera, de cuidar y estar pendiente de nadie inmaduro, etc. No pretendo que nadie resuelva mis problemas, mis necesidades, ni que me diga lo que tengo, debo o puedo hacer. Soy responsable de mis actos y me gusta ser consecuente con ello.

Me parece estupendo que otras personas busquen pareja para no estar solas, para llenar un hueco en su vida, para cuidar y velar de su pareja, etc.; pero no soy así, me sentiría asfixiada.

Deseo seguir siendo yo misma, con mis virtudes y defectos; y busco en el amor de pareja el conocerme, aprender y dar más y mejor de mi misma. 

Para mi hay cuestiones que son básicas y no quiero renunciar a ellas. Sí, lo se, soy selectiva, pero no quiero perder tiempo y energía, ni que lo pierdan los demás; así que cuanto más claras sean mis ideas, más fácil será encontrar a esa persona y que ella de conmigo.

Busco una relación de tú a tú, de dos seres iguales, en los que el apoyo, amor, fidelidad, lealtad, respeto, comunicación, compromiso, risas, escucha, buen humor, positividad, cariño, sexo, mimos, colaboración, optimismo, independencia, amistad, fuerza y ánimo, etc. sean cuestiones fundamentales. Tampoco quiero que me den la razón en todo, ni que discutan todo lo que hago. Debe entender y respetar cómo soy y a qué me dedico. Quiero poder hablar con él desde lo más superficial a lo más profundo e íntimo, de lo divino y lo humano. Y por supuesto, mi actitud sería igual hacia él. Habría más cuestiones pero eso las dejo para otro momento. Tampoco quiero abusar.

Si no es mucho pedir, quiero que le guste el rugby y contemplar las estrellas en el cielo. Aunque tampoco es imprescindible, sería un puntazo.

Resumiendo, el amor para mi es un viaje lleno de aventuras, encuentros, desencuentros y reencuentros. Quiero encontrar a la persona adecuada para que este viaje resulte estupendo para los dos, en el que ambos avancemos, aprendamos y seamos felices. 

Se que todo camino tiene etapas y un final. Mi deseo es que lleguemos a él de la mano, aunque entiendo que cada uno tiene su ritmo, aprendizaje y todo lo que conlleva. Así que, asumo el compromiso conmigo misma y contigo, de estar abierta a la llegada de este hombre, de mi compañero de viaje, de vida y de alma.

Gracias por tu escucha y se qué harás todo lo que consideres que es mejor y más positivo para mi o para ambos.


Besotes,

María Eugenia

P.D. San Valentín, sabes que soy muy despistada. Por favor, dile que cuando aparezca lo haga de manera muy clara para no perderme la oportunidad de conocerle. Pedir que venga con un cartel en la mano que diga  "soy yo, he llegado, no busques más", sería mucho, ¿no?


La imagen de la foto está sacada de internet y desconozco quién es su autor.