Preparemos nuestro corazón, con deseos de que el Espíritu, venga a nuestra vida, para transformarla, santificarla, ¡VEN ESPÍRITU SANTO,NECESITAMOS DE TI , VEN…
Ven Espíritu Santo! Novena de Pentecostés
Acto de consagración al Espíritu Santo diario:
Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi Director, mi Luz, mi Guía, mi Fuerza, y todo el amor de mi Corazón. Me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. ¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús.
Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén.
1º Día: ¡Espíritu Santo! ¡Señor de Luz! ¡Danos, desde tu clara altura celestial, tu puro radiante esplendor!
"Pues nosotros no sabemos cómo pedir para orar como conviene; mas el Espíritu mismo intercede por nosotros” (ROM 8,26).
Oración: Omnipotente y eterno Dios, que has condescendido para regenerarnos con el agua y el Espíritu Santo, y nos has dado el perdón de todos los pecados, permite enviar del cielo sobre nosotros los siete dones de tu Espíritu, el Espíritu de Sabiduría y de Entendimiento, el Espíritu de Consejo y de Fortaleza, el Espíritu de Conocimiento y de Piedad, y llénanos con el Espíritu del Santo Temor. Amén. Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
2º día: ¡Ven, Padre de los pobres. Ven, tesoros que sostienes. Ven, Luz de todo lo que vive!
El don del Temor: El don del Santo Temor de Dios nos llena con un soberano respeto por Dios, y nos hace que a nada temamos más que a ofenderlo por el pecado. “Los que temen al Señor tienen corazón dispuesto, y en su presencia se humillan” (Ecl 2,17).
Oración: ¡Ven, Oh bendito Espíritu de Santo Temor, penetra en lo más íntimo de mi corazón, que te tenga, mi Señor y Dios, ante mi rostro para siempre, ayúdame a huir de todas las cosas que te puedan ofender y hazme merecedor ante los ojos puros de tu Divina Majestad en el Cielo, donde Tú vives y reinas en unidad de la siempre Bendita Trinidad, Dios en el mundo que no tiene fin. Amén. Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
3º día: Tú, de todos los consoladores el mejor, visitando el corazón turbado, da la gracia de la placentera paz.
El don de Piedad: El don de Piedad suscita en nuestros corazones una filial afección por Dios como nuestro amorosísimo Padre. Nos inspira, por amor a Él, a amar y respetar a las personas y cosas a Él consagradas. Quien está lleno del don de Piedad no encuentra la práctica de la religión como deber pesado sino como deleitante servicio. Donde hay amor no hay trabajo.
Oración: Ven, Oh Bendito Espíritu de Piedad, toma posesión de mi corazón. Enciende dentro mío tal amor por Dios que encuentre satisfacción sólo en su servicio, y por amor a Él me someta amorosamente a toda legítima autoridad. Amén. Padrenuestro, Avemaría, Gloria.