glicanos

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EL PAPEL DE LOS GLICANOS

EN LA RESPUESTA INMUNE

SERIE
LA GLICOBIOLOGÍA: AVANCES EN
TEMAS DE SALUD PRIORITARIOS
Juan José Alpuche Osorno, Judith González Christen, Óscar Medina Contreras,
José Luis Montiel Hernández e Ismael Secundino Velázquez

UAEM
EL PAPEL DE LOS GLICANOS
EN LA RESPUESTA INMUNE
Serie
La glicobiología: avances en
temas de salud prioritarios
EL PAPEL DE LOS GLICANOS
EN LA RESPUESTA INMUNE
Serie
La glicobiología: avances en
temas de salud prioritarios

Juan José Alpuche Osorno


Judith González Christen
Óscar Medina Contreras
José Luis Montiel Hernández
Ismael Secundino Velázquez

México, 2023
Esta obra se publicó con el apoyo del CONACyT, Red temática Glicociencia en Salud-
CONACyT.

Alpuche Osorno, Juan José, autor


El papel de los glicanos en la respuesta inmune / Juan José Alpuche Osorno,
Judith González Christen, Óscar Medina Contreras, José Luis Montiel Hernández, Ismael
Secundino Velázquez. - - Primera edición.- - México : Universidad Autónoma del Estado
de Morelos, 2023.
58 páginas : ilustraciones.- - (La glicobiología: avances en temas de salud priori-
tarios ; 4)
ISBN 978-607-8784-85-1 digital
1. Glucómica 2. Reacción inmune 3. Glicosilación 4. Biología molecular
lcc QP702.G577 dc 572.567

Esta obra fue dictaminada por pares académicos bajo la modalidad doble ciego.
Primera edición, febrero de 2023

d.r. © 2023, El papel de los glicanos en la respuesta inmune. Juan José Alpuche Osorno,
Judith González Christen, Óscar Medina Contreras, José Luis Montiel Hernández, Ismael
Secundino Velázquez

Serie La glicobiología. Avances en temas de salud prioritarios

d.r. © 2023, Universidad Autónoma del Estado de Morelos


Av. Universidad 1001, Col. Chamilpa, CP 62209, Cuernavaca, Morelos.
[email protected]
libros.uaem.mx
isbn: 978-607-8784-85-1

doi: 10.30973/2023/glicanos-inmune
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons
Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional

Imagen de portada: designua - stock.abobe.com


Diseño de portada y formación: Nay Ordoñez y Jorge Andere
Corrección de estilo: Juan Pablo Herrera Pretelín
CONTENIDO
Sobre los autores................................................................................................ 7

Resumen.............................................................................................................. 8

El papel de los glicanos en la inflamación....................................................... 11

Exo-sialidasas como reguladores de la respuesta inmune ............................ 15

Función de los Siglecs en la respuesta inmune ............................................. 21

El papel de las galectinas en la respuesta inmune ......................................... 25

Glicosilación de anticuerpos ........................................................................... 29

Lectinas en invertebrados................................................................................ 35

Bibliografía........................................................................................................ 40

5
Sobre los autores

1 Juan José Alpuche Osorno


2 Judith González Christen
3 Óscar Medina Contreras
2 José Luis Montiel Hernández
4 Ismael Secundino Velázquez

1 Centro de Investigación Facultad de Medicina Universidad Nacional Autónoma


de México-Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, Oaxaca.

2 Facultad de Farmacia, Universidad Autónoma del


Estado de Morelos, Cuernavaca, Morelos.

3 Laboratorio de Investigación en Inmunología y Proteómica, Hospital


Infantil de México, Federico Gómez, Ciudad de México.

4Facultad de Odontología, Universidad De La Salle Bajío, León, Guanajuato.

7
Resumen

Considerando que la descripción de los mecanismos de comunicación intra e in-


tercelular constituye un aspecto clave de las respuestas biológicas, la glicociencia
constituye una nueva plataforma de regulación, por lo cual su vinculación con la
inmunología se ha dado de manera natural. En los años recientes, la investigación
básica en inmunología se ha enriquecido con la descripción molecular de la ad-
hesión celular, regionalización tisular, el reconocimiento específico, la formación
de complejos intermoleculares dinámicos, la regulación de la señalización intra-
celular, la modulación transcripcional, la regulación del procesamiento de antíge-
nos, entre muchos otros eventos. En este sentido, la presente publicación pretende
ofrecer una imagen de la compleja, y no completamente conocida, relación entre
la respuesta inmunológica y la glicociencia.
En el primer apartado, se ofrece una descripción de la importancia de la presen-
cia de biomoléculas glicosiladas durante el proceso de inflamación, participando ac-
tivamente tanto en su regulación como en la generación de posibles enfermedades.
Posteriormente, se describe con cierta profundidad, la participación de las neu-
raminidasas, o también conocidas como sialidasas, en la modificación del perfil de
modificación de biomoléculas y células; lo cual ocasiona alteración de la respuesta
de células inmunológicas.
A continuación, se hace una descripción de un grupo de moléculas que reco-
nocen específicamente ácidos siálico terminal de biomoléculas (Siglecs), permi-
tiendo transducir una serie de efectos biológicos en las células inmunológicas y
que, por lo tanto, tendrán un impacto en el control de la salud y protección contra
potenciales patógenos.

8
El papel de los glicanos en la respuesta inmune

El siguiente apartado pretende ofrecer una descripción del impacto en la regu-


lación inmunológica de las galectinas. Con base en su capacidad de interaccionar
con glicanos celulares, sus efectos parecen depender de su capacidad para aproxi-
mar o hacer interaccionar moléculas o células inmunológicas. Varios estudios han
confirmado su impacto en la regulación inmunológica durante la progresión de
procesos patológicos.
Otro aspecto que se consideró interesante a describir fue el efecto biológico de
la glicosilación presente en las inmunoglobulinas o también llamados anticuer-
pos. Así mismo, debido al empleo reciente de anticuerpos en la práctica clínica,
la glicosilación de los anticuerpos constituye un aspecto crítico no sólo para en-
tender sus efectos inmunológicos sino para evitar posibles efectos adversos en los
pacientes.
Finalmente, el último trabajo describe la diversidad potencial de lectinas en
los invertebrados que, por una parte, parece confirmarnos la importancia de las
interacciones con glicanos en el control de la fisiología de estos organismos y, por
otra parte, podría constituir una fuente de gran interés para la identificación de
biomoléculas de posible impacto biotecnológico o terapéutico.
Hay que llamar la atención del lector, que en ningún momento se pretende, con
esta publicación, abarcar el campo completo de la relación entre el sistema inmu-
ne y la glicociencia. Este documento se generó como consecuencia de los trabajos
de colaboración entre grupos de investigación de la Red Temática de Glicociencia
en Salud (CONACYT), para lo cual se hizo una invitación a participar en la redac-
ción de trabajos donde se hiciera énfasis en la glicociencia y los temas de especia-
lización de los co-autores. De esa manera, el presente volumen pretende ofrecer
una imagen actualizada y detallada sobre la importancia de la glicociencia en los
diferentes mecanismos del sistema inmunológico.

9
El papel de los glicanos en la inflamación

Desde hace mucho tiempo se sabe que los carbohidratos simples y complejos tie-
nen un importante papel metabólico y estructural en los sistemas biológicos. Casi
todos los aspectos de la biología involucran eventos mediados por glicanos y, en
consecuencia, estos podrían asociarse con la etiología de casi cualquier enferme-
dad (Freeze et al. 2015). Patologías tan diferentes como diabetes, artritis, asma,
y cáncer cursan por eventos de inflamación, durante los cuales existe reconoci-
miento de antígeno, reclutamiento de células, y secreción de mediadores de la res-
puesta inmune. En cada uno de estos eventos participan de manera importante los
glicanos (Barreiro and Sanchez-Madrid 2009; McEver and Zhu 2010; Pereira et al.
2018; Sorokin 2010; Zarbock et al. 2011).
La inflamación inicia con la síntesis y secreción de múltiples citocinas y mo-
léculas vasoactivas, en respuesta a patrones moleculares asociados a patógenos
(PAMPs) o daño (DAMPs). Además, se ha planteado que los glicanos endógenos
actúan también como patrones moleculares asociados a lo propio (SAMPs), y pue-
den originar un efecto anti-inflamatorio; característica que ha sido empleada por
ciertos patógenos para evadir la respuesta inmune al mimetizar sus componentes
con los SAMPs (Maverakis et al. 2015; Varki 2011).
Por su parte, las citocinas y quimiocinas son factores solubles que median la
comunicación intracelular e inducen respuestas en una gran diversidad de cé-
lulas a través de receptores específicos. Además de esta función clásica, existen
evidencias de que las citocinas también pueden unirse a carbohidratos, de ma-
nera similar a las lectinas (revisado en (Zanetta and Vergoten 2003)), aunque con
menor afinidad.
La señalización iniciada por los patrones moleculares (PAMPs, DAMPs o SAMPs)
resulta en el reclutamiento de linfocitos hacia los tejidos afectados (transmigra-
ción). Este proceso inicia con la adhesión de los linfocitos a las células endotelia-
les activadas que recubren las paredes de los vasos sanguíneos, lo cual permite
que disminuya la velocidad a la que los linfocitos son transportados en el flujo

11
El papel de los glicanos en la inflamación

sanguíneo, y favorece su interacción con la superficie de las células endoteliales.


Los linfocitos se unen a las glicoproteinas (integrinas) en la superficie del endo-
telio por medio de proteínas de union a glicanos (selectinas), que facilitan su mi-
gración a través de la monocapa endotelial. La expresión de las selectinas es tran-
sitoria y altamente regulada, con gran especifidad en su unión a glicanos, donde
uno de los determinantes primarios de esta afinidad es el tetrasacarido sialil-Lewis
X (Brazil and Parkos 2016; Dube and Bertozzi 2005; St Hill et al. 2011; Laubli and
Borsig 2010).
Algunos glicanos conjugados, como colágeno, laminina y proteoglicanos de he-
parán sulfato (sindecán, glipican, perlecan, etc.), rodean a las células endoteliales
y tienen un papel importante en la infiltración de las células del sistema inmune a
los tejidos. Por su parte, enzimas hidrolasas secretadas por los linfocitos degradan
estos glicoconjugados de la matriz extracelular, liberando fragmentos bioactivos al
espacio extracelular. Estos fragmentos, que contienen glicanos, contribuyen a pro-
longar la inflamación al afectar la quimiotaxis, activación y diferenciación de los
linfocitos. Por ejemplo, fragmentos de hialuronato tienen efecto proinflamatorio
debido a su capacidad de unirse a receptores tipo Toll (TLRs) (Avenoso et al. 2019;
Roedig et al. 2020).
Además, varias especies de bacterias patógenas están recubiertas con residuos
de ácido siálico (Sia), o exo-polisacáridos, en su pared celular (revisado en (Thomas
2016)). La expresión de Sia activa las lectinas inhibitorias tipo inmunoglobulina de
unión a ácido siálico (Siglecs) en los linfocitos, con lo que se incrementa su activi-
dad fagocítica y bactericida, y se promueve la secreción de citocinas pro-inflama-
torias y la generación de redes extracelulares de neutrófilos (NETs) (Chang et al.,
2014). Finalmente, el Sia N-glicolil-neuramínico (Neu5Gc) está enriquecido selecti-
vamente en carnes rojas, y se incorpora metabólicamente en tejidos humanos, lo
cual se ha sugerido puede favorecer la inflamación sistémica (Samraj et al. 2015;
Yehuda and Padler-Karavani 2020; Zaramela et al. 2019). Estas observaciones sugie-
ren que la participación de los glicanos puede ser factor de riesgo epidemiológico
en procesos inflamatorios crónicos.

12
El papel de los glicanos en la respuesta inmune

En resumen, todos los eventos que ocurren durante la inflamación son regula-
dos por glicanos o sus derivados, por lo que pueden ser blancos terapéuticos nove-
dosos, y pudieran representar una fuente de nuevos agentes terapéuticos para tra-
tar la inflamación y otras enfermedades (Drozdova et al. 2011; Jandus et al. 2011).
En ese sentido, el papel importante que han demostrado tener los glicanos durante
el curso de la inflamación y quimiotaxis son el principal estímulo para avanzar en
la comprensión de los eventos de la adhesión y señalización celular.

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Exo-sialidasas como reguladores
de la respuesta inmune

El nombre de ácido siálico (Sia) se refiere a 43 monosacáridos de 9 átomos de car-


bono ordenados en un anillo tipo piranosa que se originan a partir del ácido neu-
roamínico, asociados a lípidos, proteínas y carbohidratos de las membranas, intra
y extracelulares, así como en proteínas secretadas (Pshezhetsky and Hinek 2011).
El papel del Sia en la respuesta inmune es muy amplio, participa en diversos even-
tos como la resistencia a la activación del complemento, migración y extravasa-
ción de células, el reconocimiento de patógenos, la regulación de la activación de
receptores, entre otros (Varki and Gagneux 2012).
El Sia no se encuentra distribuido de forma uniforme sobre la superficie de la
célula, sino que existen microdominios dinámicos, los cuales pueden variar de-
pendiendo de su estado metabólico. En respuesta a diversos factores, que pueden
ser estímulos internos o externos, estos sialocomplejos son sintetizados o elimi-
nados, a través de la desialización o resialación selectiva de gangliósidos y de gli-
coproteínas realizada por las enzimas sialidasas y sialiltransferasas (Pshezhetsky
and Hinek 2011).
Las neuraminidasas (Neu) o también llamadas sialidasas, son enzimas que hi-
drolizan la unión del ácido siálico terminal asociado a glicoproteínas, glicolípidos,
gangliosidos, polisacáridos y moléculas sintéticas. Estas enzimas pueden catalizar
la eliminación de residuos de Sia terminal de diferentes glicanos (exo-sialidasas), o
bien hidrolizar uniones glucosídicas internas en oligos y polisacáridos de Sia (en-
dosialidasas) (Buschiazzo and Alzari 2008).
En el humano y en el ratón se han identificado cuatro tipos de exo-sialidasas,
que varían en su localización y afinidad por sustratos: Neu1 se encuentra tanto
en la membrana lisosomal como en la plasmática y es la enzima que tiene una
expresión más ubicua. La Neu1 está en gran variedad de tejidos y tiene afinidad
principalmente por sialoproteínas, pero también puede actuar sobre gangliosidos.
La Neu2 se encuentra en el citosol de algunos tipos celulares. La Neu3 también

15
Exo-sialidasas como reguladores de la respuesta inmune

se encuentra en membranas plasmáticas, pero asociada a caveolas y tiene mayor


afinidad por gangliosidos que para glicoproteínas. La Neu4 puede estar presente
en dos isoformas, una de ellas asociada a la membrana mitocondrial y, la otra, aso-
ciada al retículo endoplásmico (Magesh et al. 2008; Pshezhetsky and Hinek 2011).
Desde finales de la década de los ochenta se reconoció que la activación de lin-
focitos se asocia a un incremento en la actividad de sialidasa (Landolfi et al. 1985).
Estudios posteriores mostraron que la generación de linfocitos T CD4+ con perfil
Th2 requiere de la participación de estas enzimas, particularmente Neu1 y Neu3.
Estudiando la respuesta inmune en ratones con diferentes fondos génicos, se ob-
servó que ratones SM/J y B10.sm, deficientes en Neu1, tienen una baja producción
de IL-4, IL-5, IL-9 e IL-13, así como las clases IgG1 e IgE, aunque no hay alteración
en la producción de IL-2 o INFγ (Chen et al. 1997; Chen et al. 2000; Wang et al.
2004). Para confirmar el papel de la presencia de Sia en este proceso, los linfocitos
normales se trataron con neuroaminidasas de bacterias, y lograron restablecer la
respuesta a IL-4. Así mismo, células de ratones normales, cuando se estimulan
con IL-4 incrementan la actividad de Neu1(Chen et al. 1997). En estos ratones, la
inducción de enfermedades asociadas a un perfil Th2, como eosinofilia o asma,
fue más difícil de alcanzar que en animales control, debido en parte a la baja se-
creción de las citocinas antes mencionadas, así como por la menor infiltración de
linfocitos T en pulmones (Wang et al. 2004; Katoh et al. 2011). Resulta interesante
que la generación de linfocitos T reguladores inducidos parece requerir la acción
de Neu3 y no de Neu1, sugiriendo una función de los gangliosidos en este proceso
(Kaminuma et al. 2018).
Por otro lado, aparentemente, el proceso de diferenciación de monocitos hacia
macrófagos o a células dendríticas, así como la diferenciación de células THP-1
por acción de PMA, requiere una pérdida de Sia o un recambio de Sia α2-3 en Sia
α2-6. En el proceso de diferenciación hacia macrófagos se ha observado un incre-
mento significativo de la actividad y la concentración de neuraminidasas en super-
ficie, de neuroaminidasas, particularmente Neu1 y, en menor proporción de Neu3
(Stamatos et al. 2005; Liang et al. 2006; Stamatos et al. 2010). En el caso de Neu1, se

16
El papel de los glicanos en la respuesta inmune

ha observado que el transporte de esta enzima a la superficie de la célula ocurre en


las mismas vesículas que llevan el MHC-II (Liang et al. 2006).
La disminución de Sia durante la diferenciación de macrófagos y células den-
dríticas, modifica su capacidad de fagocitosis y de producción de citocinas, indu-
ciendo una mayor secreción de IL-1β, TNF, IL-6 o IL-12p en respuesta a agonistas
de TLR o en respuesta a ionomicina. Esta respuesta se ve alterada si se inhibe la
actividad o expresión de Neu, ya sea por anticuerpos o mediante inhibidores quí-
micos (Liang et al. 2006; Stamatos et al. 2010), o a través de siRNA (Sieve et al. 2018).
Recientemente se ha mostrado que el uso de inhibidores químicos de sialilación
sobre células dendríticas inmaduras, así como el tratamiento con agonistas de
TLR3 o TLR4, inducen una mayor expresión de marcadores de maduración, como
son CD80, PDL-1 y secreción de IL-6 o IL-10. Se observó también que en estas con-
diciones hay una menor asociación de Siglec 7 y 9 con proteínas de la superficie
(Bull et al. 2017). En este caso, los Siglec 7 y 9 aumentan el umbral para agonistas
de TLR, por lo que la desialisación de TLR permite la separación del Siglec y la ma-
duración de las células dendríticas en respuesta a LPS (Chen et al. 2014a).
El impacto del Sia y de las neuraminidasas durante el proceso de fagocitosis ha
sido demostrado en ratones deficientes en Neu1, ya que las células provenientes
de estos ratones tienen muy disminuida la tasa de fagocitosis de bacterias Gramm+,
Gramm- o de eritrocitos recubiertos de IgG. Esta disminución se debe al proceso
de internalización, pues no hay diferencia en la unión de estos complejos a 4°C. Su
tratamiento con una neuroaminidasa exógena, convierte a estas células en eficien-
tes fagocitos (Seyrantepe et al. 2010).
Los TLR son receptores altamente glicosilados y la presencia o ausencia de Sia
parece requerirse para la modulación funcional de estos receptores. Diferentes es-
tudios han mostrado que la Neu 1 se encuentra en forma de un complejo multien-
zimático junto a diferentes TLR, catepsina D, β-D-galactosidasa, metaloproteasa 9,
una subunidad Gᵃⁱ de proteína G, entre otras proteínas (Abdulkhalek et al. 2012;
Abdulkhalek et al. 2011; Amith et al. 2010; Abdulkhalek and Szewczuk 2013). Este
complejo se requiere para la activación de los TLR y la señalización, a través de

17
Exo-sialidasas como reguladores de la respuesta inmune

MyD88, que culmina con la activación del factor NFkB, secreción de interleucinas
o la producción de óxido nítrico (Chen et al. 2014a; Amith et al. 2009; Amith et al.
2010). Las células HEK293T transfectadas con TLR4, MD2 y CD14 responden mejor
a LPS cuando son tratadas con neuroaminidasas exógenas (Feng et al. 2012).
Los TLR, tanto de superficie como los intracelulares, que señalizan a través de
MyD88 requieren de Neu1 para su activación. Todos los TLR, a excepción de TLR6 y
en muy baja proporción TLR3, están asociados a diferentes Siglec, principalmente
Siglec E/5 (humano/ratón) y Siglec 2 y 3 humano (7 y 9 ratón). La unión de estas
proteínas al Sia de los TLR impide su dimerización y, por lo mismo, su señalización
(Chen et al. 2014a).
Para el caso particular de TLR4, se ha sugerido que Neu 1 retira los residuos
Sia en uniones α2,3 asociados a un residuo β-galactosil y este proceso fue inhi-
bido por la lectina de Maackia amurensis, galectina-1 y por osentamivir-fosfato
(Tamiflu) (Amith et al. 2010). Por su parte, recientemente se observó que el pará-
sito Leishmania donovani inhibe la traslocación de Neu1 a la membrana, mante-
niendo el estado de sialilación del TLR4 y, consecuentemente, disminuyendo su
señalización y la respuesta anti-parasitaria (Karmakar et al. 2019).
El modelo propuesto para la activación de los receptores TLR sugiere que en célu-
las sin activar la asociación de TLR con Siglec impide su dimerización. En respuesta
al agonista, el complejo multienzimático con Neu1 es trasportado a la membrana,
donde tanto la metaloproteasa como neuroaminidasa disminuyen la concentración
de Sia, por lo tanto, el Siglec se separa y ahora puede señalizar a través de MyD88,
llevando a la secreción de TNF, IL-1β e IL-6 (Chen et al. 2014a; Amith et al. 2009;
Amith et al. 2010; Abdulkhalek et al. 2012; Abdulkhalek and Szewczuk 2013).
Los variados efectos que han mostrado las neuroaminidasas 1 y 3 en los dife-
rentes procesos de maduración y activación de la respuesta inmune, las convier-
ten en potenciales candidatos como blancos terapéuticos, en enfermedades como
el asma, por ejemplo. Actualmente, se está estudiando el efecto de osentami-
vir-fosfato (Tamiflu) como tratamiento en cáncer, pero también podría ampliarse
su estudio a enfermedades autoinmunes.

18
El papel de los glicanos en la respuesta inmune

Figura 1. Posible papel de la sialilación en la activación de los TLRs durante la inmunidad


innata.

19
Función de los Siglecs en la respuesta inmune

Siglecs y ácidos siálicos

Los ácidos siálicos (Sia) son reconocidos por los Siglecs (del inglés, Sialic acid-bin-
ding Ig-like lectins), los cuales son lectinas inhibitorias pertenecientes a la su-
perfamilia de las inmunoglobulinas y expresadas en todas las células linfoides.
El Siglec-1 fue el primer Siglec en identificarse como un receptor de adhesión de
macrófagos responsable del aglutinamiento de eritrocitos (Crocker and Gordon
1985, 1986).
De acuerdo a sus características estructurales y funcionales, los Siglecs se di-
viden en dos grupos. En humanos y ratones, la primera familia está constituida
por los Siglec-1 (CD169), Siglec-2 (CD22), Siglec-4 (MAG) y Siglec-15. El segundo
grupo incluye a los Siglecs de la familia de CD33 (CD33-related Siglecs). En huma-
nos los miembros de CD33-related Siglecs son el Siglec-3 (CD33), Siglec-5 (CD170),
Siglec-6, Siglec-7 (CD328), Siglec-8, Siglec-9 (CD329), Siglec-10, Siglec-11, Siglec-14
y Siglec-16 (Crocker et al. 2007; Macauley et al. 2014). Mientras que en ratones
solamente encontramos a 5 miembros del grupo CD33-related Siglecs: Siglec-3,
Siglec-E, Siglec-F, Siglec-G y Siglec-H.

Regulación de la respuesta inmune

A través del reconocimiento de los ácidos siálicos, los Siglecs inhiben la ac-
tivación y la respuesta inflamatoria de las células linfoides (Crocker et al. 2007;
Macauley et al. 2014). Esto se efectúa a través del reclutamiento de las tirosina-fos-
fatasas SHP-1 y SHP-2 hacia la región intracelular de los Siglecs que contienen
un dominio ITIM (del inglés, Immunoreceptor Tyrosine Based Inhibitory Motif)
(Taylor et al. 1999). A continuación, se mencionan algunos ejemplos sobre la fun-
ción de los Siglecs como reguladores negativos de la respuesta inmune. La ex-
presión del Siglec-E en macrófagos de ratón, inhibe la producción de citocinas

21
Función de los Siglecs en la respuesta inmune

pro-inflamatorias, en respuesta al estímulo con LPS (Boyd et al. 2009). Mientras


que en los ratones deficientes (“knockout”) para el Siglec-E se observa un mayor
infiltrado de neutrófilos en los pulmones. En los ratones silvestres, el Siglec-E in-
teracciona con CD11b ocasionando un incremento en la producción de especies
reactivas de oxígeno (ROS), evento requerido para inhibir la infiltración de neutró-
filos hacia los pulmones (McMillan et al. 2013). La captura de antígenos con resi-
duos de Sia por las células dendríticas, promueve la diferenciación de linfocitos T
reguladores (Treg) e inhibe la producción de interferón gamma (IFN-γ) (Perdicchio
et al. 2016). En células de microglia, el Siglec-E disminuye la producción de ROS,
así como de citocinas pro-inflamatorias e inhibe la fagocitosis de restos de neuro-
nas (Claude et al. 2013). El Siglec-11 se expresa en las células de la microglia hu-
mana y evita los daños causados por neurotoxicidad (Wang and Neumann 2010).
El Siglec-10 es un regulador negativo de la respuesta inmune hacia la señal de
peligro HMGB1 (del inglés, high mobility group box-1 protein) liberada por las
células necróticas (Chen et al. 2009). La interacción entre el Siglec-9 y la mucina
MUC-1, presente en células cancerosas, modifica el fenotipo de los macrófagos
residentes en el tumor (Beatson et al. 2016). Los Siglecs además de reconocer a los
Sia, también pueden reconocer al hialuronano. El hialuronano (también llamado
ácido hialurónico) es un glicosaminoglicano que está presente en muchos tejidos
y en la matriz extracelular. El reconocimiento del hialuronano por el Siglec-9 en
neutrófilos ocasiona la disminución de la producción de ROS, menor formación
de trampas extracelulares de neutrófilos (NETs) y disminución de la apoptosis de
neutrófilos humanos (Secundino et al. 2016). Todas estas evidencias indican que
los Siglecs son reguladores importantes de la respuesta inmune.

Respuesta inmune a patógenos

Existen algunas bacterias que se protegen de la fagocitosis y el ataque del comple-


mento mediante la expresión de una cápsula de glicanos. En ciertos patógenos,
esta cápsula está compuesta por Sia: Streptococcus agalactiae (Wessels et al. 1989),

22
El papel de los glicanos en la respuesta inmune

Haemophilus influenzae (Mandrell et al. 1992), E. coli K1 (Rohr and Troy 1980),
Neisseria meningitidi (Tsai et al. 1998), Campylobacter jejuni (Yuki et al. 1993), o por
el hialuronano: Streptococcus pyogenes (DeAngelis et al. 1993). Incluso se ha repor-
tado que Pseudomonas aeruginosa puede absorber Sia a través de sus proteínas de
la membrana externa (Khatua et al. 2012). La importancia de expresar una cápsu-
la bacteriana compuesta de glicanos idénticos al hospedero (Sia o hialuronano),
se debe a que el patógeno puede mimetizarse y evitar su reconocimiento por el
sistema inmune. Por otra parte, la presencia del Sia y hialuronano en la cápsula
bacteriana, le permite al patógeno ser reconocido por el Siglec-9, promoviendo
el reclutamiento de la fosfatasa SHP-1, lo cual inhibe su fagocitosis e impide la
formación de trampas extracelulares de DNA (NETs), bloqueando la producción
de ROS, todo lo cual ocasiona una mayor multiplicación del patógeno (Secundino
et al. 2016). Este es un ejemplo del mimetismo molecular que han adquirido algu-
nos microorganismos para expresar glicanos idénticos a los glicanos endógenos,
los cuales actúan como patrones moleculares asociados a los propios (SAMPs),
con el propósito de evadir el reconocimiento y suprimir la respuesta inmune del
hospedero.

23
Función de los Siglecs en la respuesta inmune

Homeostasis Mimetismo molecular


glicoconjugados
Sia
Sia HA

Siglec

Siglec
Siglec

S. agalactiae S. pyogenes
H. influenzae
N. meningitidis
C. jejuni
ê citocinas, ROS,
E. coli K1
fagocitosis
ê citocinas, ROS,
NETs, apoptosis

Figura 2. Función de los Siglecs en la respuesta inmune. Mediante el reconocimiento de


los Siglecs, los ácidos siálicos del hospedero actúan como patrones moleculares asociados
a lo propio (SAMPs), regulando negativamente la activación de las células inmunes (ho-
meostasis). Sin embargo, algunos patógenos expresan capsulas bacterianas compuestas de
glicanos idénticos a los glicanos endógenos (ácidos siálicos o hialuronano), los cuales son
reconocidos por los Siglecs con el propósito de inhibir la respuesta inmune del hospedero
(mimetismo molecular).

24
El papel de las galectinas en la respuesta inmune

Se trata de una amplia familia de lectinas propias de los animales que participa
en múltiples acciones, ya sea dentro como fuera de la célula. Se ha sugerido que
algunas galectinas participan en la regulación transcripcional, la adhesión y muer-
te celular. En ese sentido, las galectinas vienen a constituir un ejemplo de que el
reconocimiento específico de estructuras de glicanos impacta sobre la regulación
inmunológica. De esa manera, su marco de influencia va desde la regulación de la
respuesta inmune innata hasta regulación de los elementos efectores de la respues-
ta adaptativa, tales como citotoxicidad e inmuno-regulación (Kamili et al. 2016).
Aunque inicialmente se purificaron a mediados de los años setenta, no fue sino
hasta mediados de los noventa cuando se propuso que, debido a su capacidad para
reconocer glicanos, podrían jugar un papel activo en la aglutinación o reconoci-
miento intercelular. Actualmente la familia de las galectinas incluye 15 miembros,
de los cuales 11 están presentes en el humano, y con base en su estructura, se
clasifican en 3 subfamilias, dependiendo de si tienen uno o dos dominios de reco-
nocimiento a carbohidratos o si cuentan con una cadena polipeptídica extra. De
esa manera, se ha propuesto que las galectinas pueden formar diversos complejos
homo y heteroméricos lectina-glicano en la superficie de las células, los cuales fa-
vorecerán la estabilización de interacciones intermoleculares o intercelulares fun-
cionales (Sacchettini et al. 2001; Roy et al. 2016). En términos bioquímicos, se re-
conoce que las galectinas tienen afinidad por glicanos con galactosa o lactosamina
terminal y su unión es bloqueada por la presencia de grupos α2-6 Sia. Sin embargo,
hay que considerar que las afinidades son en el orden micromolar, por lo que va-
rios factores influyen para estabilizar la interacción con los glicanos, tales como
la concentración, la hidrofobicidad, la avidez, etc. Por otro lado, las galectinas son
muy abundantes en la superficie de las células o en la matriz extracelular, no obs-
tante, resulta aún desconocido el mecanismo por el cual son secretadas al exterior
celular. En estas circunstancias, varios estudios han observado que la presencia de

25
El papel de las galectinas en la respuesta inmune

las galectinas influye de manera significativa en varios eventos fisiológicos, inclui-


da la regulación de la respuesta inmune (Kamili et al. 2016).
Quizás porque fueron las primeras galectinas caracterizadas, las Gal-1 y Gal-3
han sido ampliamente estudiadas en varios modelos biológicos. En el caso parti-
cular de la regulación de la respuesta inmune, Gal-1 parece participar en múltiples
aspectos tanto de la respuesta inmune innata como adaptativa. Así se reconoce
que es un importante inductor de apoptosis en linfocitos T activos o con perfil Th1
o Th17, lo cual llevaría a la inhibición de la respuesta celular o favorecería la res-
puesta inmune humoral (SundarRaj et al. 2009; Perillo et al. 1995). Así mismo, se ha
descrito que Gal-1 se une activamente a gangliósidos de la membrana de leucocitos
y se ha sugerido que podría intervenir en la formación de complejos de glicopro-
teínas de la superficie de la membrana, ocasionando una distribución selectiva
(Wang et al. 2009; Novak et al. 2014).
Se ha propuesto que Gal-1 juega un papel muy activo en la respuesta tolero-
génica periférica, además de estimular la apoptosis de linfocitos T activados. Así
mismo se reconoce su efecto para alterar el “estado de maduración” de las células
dendríticas (CDs). De esa manera, se ha descrito que un microambiente enrique-
cido de Gal-1 es suficiente para modificar el patrón génico de las CDs y orientarlo
hacia un perfil tolerogénico (secresión de IL-10 e IL-27). Así mismo, este tipo de
CDs son capaces de alterar la diferenciación de linfocitos T “naive” hacia un perfil
tolerogénico, dependiente de IL-10 y, consecuentemente, bloquear los síntomas
inflamatorios en modelos autoinmunes en el ratón (Ilarregui et al. 2009). De una
manera similar, se ha propuesto que Gal-1 y Gal-10 son proteínas secretadas por
linfocitos Tregs activados, participando en el efecto “regulatorio” de estos tipos
celulares (Schmetterer et al. 2012).
Por otro lado, Gal-1 ha mostrado tener un efecto significativo, tanto para promo-
ver como para inhibir la quimiotaxis de neutrófilos, por lo que se podría sugerir
que inicialmente Gal-1 podría favorecer la migración de neutrófilos hacia el sitio
de infección y, a continuación, favoreciera su acumulación, facilitando la neutrali-
zación del agente patógeno y la remoción del tejido necrótico (Auvynet et al. 2013;

26
El papel de los glicanos en la respuesta inmune

Schorn et al. 2012). Por otro lado, nuestro grupo ha propuesto que Gal-1 podría
también relacionarse con la inflamación articular como consecuencia de la pre-
sencia de auto-anticuerpos específicos en contra de Gal-1, lo cual podría sugerir
su neutralización a nivel de las articulaciones, limitando los efecto tolerogénicos
y, consecuentemente, favoreciendo la inflamación crónica, al tiempo que posibili-
taría la formación de complejos antígeno-anticuerpo (Montiel et al. 2010; Xibille-
Friedmann et al. 2013).
Aunque existe gran similitud entre las diferentes galectinas, se reconocen di-
ferencias de afinidad como consecuencia de alteraciones de la glicosilación. De
esa manera, se reconoce que la sialilación del glicano en configuración α2-3, es
frecuente en linfocitos T con perfil de diferenciación Th1 o Th17, incapaz de in-
hibir la unión de Gal-1 y, por tanto, explica su sensibilidad a esta molécula. Por
el contrario, la sialilación en configuración α2-6, presente en linfocitos Th2, blo-
quea la unión de Gal-1 y, por tanto, este tipo de linfocitos son poco sensibles a la
apoptosis inducida por esta lectina (Blidner et al. 2015; Elola et al. 2015; Kamili et
al. 2016). De manera similar, la sulfatación de glicanos podría también modificar
selectivamente la unión de Galectinas y, alterar su efecto biológico (Kamili et al.
2016). Adicional a esto, también es relevante reconocer que diversos patógenos,
tales como bacterias y parásitos, al modificar su perfil de sialilación, cambian el
efecto de las galectinas del hospedero (Baum et al. 2014; Chen et al. 2014b).
Por otro lado, aunque Gal-3 ha sido ampliamente estudiado por sus efectos
en cáncer y cardiopatías, también ha sido demostrada su participación durante
el desarrollo de la inflamación crónica y de enfermedades autoinmunes, como la
glomerulonefritis lúpica. De manera general, debido a sus efectos sobre el estrés
oxidativo y el remodelamiento tisular, se explica su asociación con la inflamación
renal autoinmune (Saccon et al. 2016; Henderson and Sethi 2009). Desde el plano
inmunológico, Gal-3 funciona como inhibidor de la muerte inducida por NETs,
limitando la generación de auto-antígenos, el daño renal y eliminación de células
apoptóticas; lo cual parece explicar su asociación clínica con el desarrollo de lu-
pus eritematoso generalizado (Saccon et al. 2016). Así mismo, se ha identificado su

27
El papel de las galectinas en la respuesta inmune

papel en la producción de anticuerpos y en la homeostasis o activación de linfoci-


tos T, sin embargo, varios aspectos son aún desconocidos; razón por la cual cobra
particular relevancia conocer nuevas funciones y consecuencias de la variación
química de los glicanos ricos en lactosamina, así como de los efectos de su recono-
cimiento por las galectinas.
En conclusión, los estudios de caracterización de las galectinas han mostrado la
gran repercusión fisiológica que tienen los glicanos sobre la biología de los verte-
brados. En este sentido, la regulación de la respuesta inmune es otro ámbito donde
las interacciones galectina-glicanos juegan un papel activo.

28
Glicosilación de anticuerpos

Los anticuerpos (Acs) constituyen una de las herramientas más selectivas y versá-
tiles de la respuesta inmune adaptativa efectora y, por tanto, constituyen una he-
rramienta fundamental para la respuesta en contra de infecciones extracelulares.
Con base en su alta selectividad, la industria farmacéutica ha estandarizado y mo-
dificado la generación de anticuerpos monoclonales para su empleo en la terapia
clínica. A pesar de la incertidumbre presente a finales de los años noventa, el uso
de anticuerpos terapéuticos ha sido muy exitoso, no sólo en el control de enferme-
dades prioritarias a nivel mundial, sino que también ha aportado esperanzas de
tratamiento para enfermedades “huérfanas” o para las cuales no había tratamien-
tos eficaces (Quast et al. 2016; Jefferis 2009).
Actualmente, se reconoce que una porción importante de los Acs mantiene
una secuencia conservada de glicosilación (Asn297) en la región Fc de la cadena
constante de las inmunoglobulinas. Como se sabe, la región Fc constituye el in-
termediario de las actividades efectoras de la inmunoglobulina, tales como opso-
nización, citotoxicidad mediada por anticuerpo (ADCC), citotoxicidad por com-
plemento (CDC), depuración renal, aglutación-agregación, entre otras (Meier and
Duus 2011). Además, se ha descrito la glicosilación dentro de la cadena variable de
los Acs, en una región cercana al CDR2 y que parece puede alterar la interacción
antígeno-anticuerpo en más de 50 veces (Wright et al. 1991). Sin embargo, estos
resultados no se observaron al eliminar la cadena de carbohidratos presentes en
un Ac anti-IL-6 (Sato et al. 1996).
La glicosilación de Acs fue inicialmente descrita a principios de los años ochen-
ta, permitiendo explicar las diferencias en su precipitación por lectinas, como con-
canavalina A, o alteraciones por el consumo de alcohol (Eaton and Ingram 1982;
Leoni et al. 1986). Debido a que las formas glicosiladas de los Acs se identifica-
ron en pacientes diabéticos, se propuso que su origen podría ser no-enzimático
(Kaneshige 1987); sin embargo, se confirmó que este tipo de modificación es no-
tablemente mucho más común de lo que se pensaba. Estudios funcionales han

29
Glicosilación de anticuerpos

permitido confirmar que la glicosilación de la región Fc de los Acs no impacta so-


bre el reconocimiento del antígeno (Morin et al. 1987), pero sí presenta una gran
influencia sobre las actividades efectoras. De esa manera, la presencia de glicanos
en la región Fc de los Acs incrementó la ADCC ocasionada por células NK (Rothman
et al. 1989; Dorai et al. 1991) y otras células mononucleares. Contrariamente, la
presencia de los glicanos inhibió la citotoxicidad de células polimorfonucleares,
por lo cual se asume que los cambios en la función citotóxica va a depender del
tipo de células reclutadas (Peipp et al. 2008). Por otro lado, reconociendo que las
funciones efectoras de los anticuerpos dependen de la generación de complejos
con las moléculas antigénicas, se sugiere que la glicosilación podría adicionalmen-
te alterar la estructura de los Acs y, por tanto, su capacidad para formar complejos
multiproteícos y así favorecer las respuestas efectoras (Jefferis 2005; Coloma et al.
1999). Esto sugiere que la presencia de carbohidratos en la región Fc va a alterar su
reconocimiento por los receptores presentes en las células. Por ejemplo, el recono-
cimiento por receptor FcγRIIIa depende de la presencia de Sia terminal, la presen-
cia de fucosa, las cadenas de N-acetilglucosamina bisegmentada y/o la presencia
de manosa. Por el contrario, la presencia de galactosa terminal afecta su unión a la
proteína C1q y, por tanto, altera la citotoxicidad mediada por complemento (Raju
2008). Además, también se ha observado que las isoformas glicosiladas de Acs son
más resistentes a proteasas, que las formas aglicosiladas. En este sentido, la pre-
sencia de N-acetil-glucosamina terminal podría conferir más resistencia a la pro-
teólisis de los Acs que glicoformas con galactosa o ácido siálico (Raju and Scallon
2007). También se ha reportado que la glicosilación en la región variable de los Acs
parece contribuir en la inhibición del factor VIII tipo II durante la coagulación,
posiblemente por efecto estérico, y puede significar otra estrategia para modular
su actividad farmacológica (Jacquemin et al. 2006; Jacquemin 2010).
Por otro lado, la glicosilación de Acs parece ser importante en la estabilidad
de la molécula en circulación, de influir en su depuración renal y, por lo tanto,
modificar su vida media en circulación. De esa manera, en un modelo murino se
observó que la vida media de IgG aglicosilada se acortó a la mitad (4.5 días), en

30
El papel de los glicanos en la respuesta inmune

comparación con la forma glicosilada, sugiriendo un efecto inhibidor de la glicosi-


lación sobre el catabolismo extravascular (Wawrzynczak et al. 1992).
En un estudio in vitro se confirmó que la baja presencia de fucosa en los oligo-
sacáridos presentes en Acs coincide con una mayor actividad ADCC por células
mononucleares. En contraste, las células polimorfonucleares tuvieron mayor acti-
vidad microbicida como consecuencia de la opsonización por Acs con alto nivel de
fucosa. Esto significa que el efecto de la fucosa para alterar la actividad ADCC de-
pende del tipo de célula reclutada (Peipp et al. 2008). De manera similar, la respues-
ta citotóxica de las células NK se incrementa con Acs fucosilados; sin embargo,
también resulta importante la densidad de antígeno presente para desencadenar
la actividad ADCC (Temming et al. 2019).
Estudios de caracterización en cultivo de la producción de Acs monoclonales
permitieron identificar algunos de los factores participantes en la variación gli-
cosídica de los anticuerpos. Así se observó que factores como el etanol (Eaton
and Ingram 1982), niveles de glucosa (Tachibana et al. 1994), oxígeno en cultivo
(Kunkel et al. 2000), presencia de suero fetal bovino (Patel et al. 1992) influyen en
la producción de glicoformas. Así mismo, se observó en un estudio reciente que las
condiciones de cultivo no sólo alteran la adición de Sia o fucosa, sino que también
influyen sobre la activación de las galactosidasas (Serrato et al. 2007), permitiendo
modificar la edición de la glicosilación. En los últimos años, se han descrito nue-
vas herramientas para el remodelamiento de la glicosilación en Acs terapéuticos
o comerciales, favoreciendo su respuesta efectora o biodisponibilidad (Sjogren et
al. 2019).
Como consecuencia del empleo de los Acs con fines terapéuticos y del hecho de
que la glicosilación contribuye en sus efectos inmunológicos y farmacocinéticos,
se han realizado varios esfuerzos para disminuir la heterogeneidad de sus glicofor-
mas; al tiempo que se han modificado las condiciones de producción para favore-
cer la producción de Acs con un tipo de glicosilación preferencial. De esa manera,
se ha sobreexpresado la β(1,4)-N-acetilglucosaminiltransferasa III, favoreciendo la
formación de oligosácaridos bisectado (Umana et al. 1999). Alterando la expresión

31
Glicosilación de anticuerpos

de glicosil-transferasas por ejemplo, GnT-III, favorece la producción de Acs no fu-


cosilados y que tienen mayor efecto ADCC (Ferrara et al. 2006). Así mismo, los Acs
terapéuticos mejoran su actividad ADCC al producirse en células deficientes de
fucosa (Nechansky et al. 2007). En todo caso, se considera que las nuevas genera-
ciones de Acs terapéuticos requerirán considerar la glicosilación como un aspecto
crítico para sus efectos (Jefferis 2005).
De manera interesante, se ha descrito que la glicosilación de Acs puede modifi-
carse en algunos procesos patológicos como mieloma (Kinoshita et al. 1991) o ar-
tritis reumatoide (Parekh et al. 1985; Rademacher et al. 1988). A pesar de los varios
años de estudio y al hecho de que varios grupos, incluido el nuestro, han descrito
la presencia de alteraciones en la glicosilación, sigue sin conocerse las razones y
consecuencias de tal fenómeno. Más bien, dado su carácter singular, varios gru-
pos han sugerido su presencia como un biomarcador de diagnóstico temprano
(Malhotra et al. 1995). El cambio más significativo en el perfil de glicosilación de
Acs de pacientes con artritis reumatoide es el bajo contenido de galactosa en las
cadenas de oligosacáridos (Rademacher et al. 1988). Esta alteración, se ha sugerido
que favorece la activación de complemento (Malhotra et al. 1995) y la formación
de complejos antígeno-anticuerpo, situación que podría favorecer el proceso in-
flamatorio a nivel de las articulaciones sinoviales (Bond et al. 1995). Congruente
con la variación encontrada en los Acs de los pacientes, también se pudo demos-
trar que el contenido de glicosiltranferasas en linfocitos B está alterado (Axford
et al. 1994). De esta manera, resultan aún desconocidas las consecuencias fisio-
lógicas de la variación de los Acs glicosilados durante los procesos inflamatorios
y/o autoinmunes. En todo caso, quizás será necesario ampliar la identificación de
estas modificaciones en otras patologías para poder conocer los mecanismos de
generación y su contribución en las enfermedades.

32
El papel de los glicanos en la respuesta inmune

Fab

Fc

Figura 3. Organización general de los dominios proteínicos y glicanos dentro de la estructu-


ra de los anticuerpos (Acs). Fab, fragmento de unión a antígeno; Fc: fragmento cristalizable.

33
Lectinas en invertebrados

Los invertebrados representan aproximadamente el 95% de los animales conoci-


dos donde sus principales filos son Poríferos, Celentéreos, Anélidos, Platelmintos,
Nemátodos, Equinodermos, Moluscos y Artrópodos. Las lectinas se han definido
como proteínas o glicoproteínas que son capaces de reconocer azúcares, y se han
relacionado con los mecanismos de activación del sistema inmune, como trans-
portadores, receptores celulares y muchas funciones más. En esta sección revisa-
remos las características, funciones, estructuras y origen genético de las lectinas
que se han reportado en invertebrados y sus filos.
De acuerdo con el Centro Nacional para la Información Biotecnológica del go-
bierno de los Estados Unidos de Norteamérica (Bethesda MD: National Center for
Biotechnology Information 2005) en relación a lectinas en invertebrados, se han
publicado 4,059 diferentes artículos de investigación (Usando el término “lectina”
y el conector “+” en conjunto como palabra clave cada uno de los filos de los in-
vertebrados, usando la opción “todas las bases de datos”). De los cuales derivan
21,841 secuencias nucleotídicas, que han dado lugar a un total de 21,654 secuencias
proteicas (la mayoría traducidas); sin embargo, sólo se han determinado 59 estruc-
turas proteicas experimentalmente. Estas lectinas están involucradas en 57 rutas
o vías moleculares celulares involucradas con genes, proteínas o metabólicas. La
mayoría de esta investigación se han centrado en tan sólo 127 especies, siendo el
filo más estudiado el de Artropoda, con 20 (+7152) especies, 11,652 secuencias de
nucleótidos, 3,698 loci genéticos identificados, 10,764 secuencias proteicas y 15 es-
tructuras cristalográficas. Además, las lectinas en artrópodos se han identificado
vinculadas en 16 vías de señalización, siendo las más importantes aquellas relacio-
nadas con las proteínas Toll-Imd y la señalización en matriz extracelular-proteína
(MEC-Prot) (Tabla 1).
Las lectinas en animales se pueden clasificar hasta en 13 familias de acuerdo
a su dominio de reconocimiento de carbohidratos (CRD); debido a su sub-locali-
zación celular se dividen en intracelulares (Calnexinas, tipo M, tipo L, Lectinas

35
Lectinas en invertebrados

F-box, y tipo P) y extracelulares (Tipo C, tipo R, tipo F, intelectinas, ficolinas, lectinaquitinasa-like, siglecs, y
galectinas), cada grupo tiene sus ligandos y funciones establecidas (Drickamer 2014).

Tabla 1. Estudio de las lectinas en los principales filos de los invertebrados

Secuencia Nucleotídica

Principal Especie Secuencia Genes


Filos Artículos No. Especiesᵇ Estructuraᵈ Vías
estudiadaᶜ Proteica Loci
Amphimedon
Poriferos 96 80 7 76 3 (1 sp) 26 123
queenslandica (52)
Celentarados 214 1541 20 Acropora digitifera (529) 1213 3 (2 sp) 533 1

Anelidos 83 680 7 Helobdella robusta (388) 893 8 (2 sp) 230 0

Platelmintos 351 216 11 Opisthorchis viverrini (57) 194 0 38 0

Nematodos 723 3372 20 (+332) Caenorhabditis Spp (1143) 5054 3 (2 sp) 1057 3

Equinodermos 145 758 22 (+2) Strongylocentrotus sp (712) 543 10 (1 sp) 378 1

Moluscos 335 3542 20 (+50) Crassostrea gigas (1340) 2917 17 (6 sp) 1278 1

Artrópodos 2112 11652 20(+7152) Drosophila sp (1149) 10764 15 (7 sp) 3698 16

ᵃ De acuerdo al NCBI (Bethesda MD: National Center for Biotechnology Information 2005).
ᵇ El número de otras especies estudiadas se muestran entre paréntesis.
ᶜ El número de secuencias que se tiene por especie se muestra entre paréntesis.
ᵈ El número las especies estudiadas se muestran entre paréntesis.

Las calnexinas, las lectinas tipo L y las tipo M son proteínas tipo chaperonas que se localizan en retículo
endoplásmico cuya función es ayudar con el plegamiento nativo de N-glicoproteínas y, por lo tanto, sirve como
monitor de la calidad funcional de las proteínas membranales y de secreción (Parodi 2000; Trombetta and
Helenius 1998; Schrag et al. 2001; Fiedler and Simons 1994; Itin et al. 1996; Kozlov and Gehring 2020).
Por su parte, las lectinas tipo P, son proteínas transmembranales, muy conservadas evolutivamente y que
poseen la capacidad de reconocer manosa-6-fosfato (Man-6-P), por lo que están asociadas al tráfico de proteínas
entre diferentes vesículas y organelos, así como en la degradación de glicoproteínas y al marcaje enzimático,
entre otros eventos (Dahms and Hancock 2002; Dahms et al. 2008).

36
El papel de los glicanos en la respuesta inmune

Por otro lado, las ficolinas, las lectinas tipo C, las lectinas de tipo F y las lectinas
de tipo I, se encuentran relacionadas con múltiples funcionales celulares y, por lo
tanto, juegan un papel activo en varios eventos inmunológicos de los animales. Se
trata de proteínas extracelulares cuyo reconocimiento está orientado hacia varios
azúcares con dependencia de GlcNAc, GalNAc, Ca2+, fucosa y galactosa, respecti-
vamente (Drickamer 2014; Endo et al. 2011; Cummings and McEver 2015; Vasta et
al. 2017; Varki et al. 2015).
En los invertebrados, se han encontrado todas las familias de las lectinas, en
todos los filos. El filo más estudiado son los artrópodos, seguidos de los moluscos y
nemátodos; en tanto que los menos estudiados son los poríferos. La mayoría de las
lectinas en invertebrados se han encontrado usando biología molecular; es notable
las pocas estructuras proteicas cristalizadas de cualquier lectina (ver Tabla 2).Las
lectinas tipo C parecen ser las más comunes en los invertebrados, seguidas de las
galectinas y de las F-box. Este punto es reforzado debido a que las principales es-
pecies estudiadas corresponden a especies de importancia comercial (camarones
y ostras) y estas investigaciones son conducentes para establecer mecanismos de
defensa en estos organismos. La información disponible al momento nos confirma
que las lectinas encontradas en general en invertebrados están involucradas en el
reconocimiento (en caso de las galectinas) y la activación de mecanismos de res-
puesta innata y activación del sistema de complemento, tal y como está reportado
para los vertebrados (Pees et al. 2016).

37
Lectinas en invertebrados

Tabla 2. Relación de los diferentes tipos de lectinas identificados para los principales filos de invertebrados

Presencia de lectinas en los principales filos de invertebrados

Tipo de
Clasificación Poríferosᵃ Celenterados Anélidosᵃ Platelmintos Nemátodosᵃ,ᵇ Equinodermos Moluscosᵃ Artrópodosᵇ
Sec
Nucleotido 1 6 5 18 54 2 10 359
Calnexinas
Proteína 0 3 0 17 54 1 6 253
Nucleotido 0 1 1 0 0 0 0 2
Tipo M
Proteína 0 0 0 0 0 0 0 2
Nucleotido 1 9 32 16 142 2 38 335
Tipo L
Proteína 0 0 0 0 0 0 0 6
Nucleotido 0 31 49 27 180 5 43 506
Tipo P
Proteína 0 2 0 0 0 0 0 1 (1)
Nucleotido 5 729 453 124 1174 586 2703 5601
Tipo C
Proteína 4 588 547 105 3248 (1) 419 2169 (2) 5281
Nucleotido 21 21 6 24 619 13 126 854
Galectina
Proteína 29 (3) 13 5 17 710 (8) 2 82 606
Nucleotido 0 0 2 0 2 0 7 37
Tipo I (Siglecs)
Proteína 0 0 0 0 0 0 5 0
Nucleotido 0 0 0 0 0 0 1 1
Tipo R
Proteína 0 0 9 (5) 0 0 0 0 1
Nucleotido 4 82 55 20 421 8 115 800
F-box
Proteína 0 0 0 0 6 0 1 0
Nucleotido 12 40 1 0 5 13 114 198
Ficolinas
Proteína 0 0 0 0 1 1 1 46
Nucleotido 12 4 6 3 21 0 24 401
Tipo Quitinasa
Proteína 0 0 0 0 2 0 8 42
Tipo F
Nucleotido
(Fucolectinas) 0 8 1 1 12 3 91 52

Intelectinas Proteína 0 1 0 0 0 2 32 40
(Eglectinas, Nucleotido 0 8 0 0 3* (200) 0 0 5* (1)
Tipo-X) Proteína 0 1 0 0 0 0 0 0

ᵃ El número entre paréntesis en las secuencias proteicas indican el número de estructuras cristalográficas disponibles
ᵇ El número entre paréntesis en las secuencias nucleotídicas indican el número de EST
* El número señalado se refiere a número de genomas completos (especie)

38
El papel de los glicanos en la respuesta inmune

La presencia de todas las familias en invertebrados sugiere que las lectinas son
proteínas que se encuentran altamente conservadas evolutivamente, como se su-
girió hace algunos años, no solamente con los invertebrados, sino también con los
vertebrados (Beschin et al. 2004), donde las funciones y las especificidades pare-
cen corresponder con las funciones características de las lectinas en vertebrados.
Sin embargo, son necesarios más esfuerzos en el estudio de estas proteínas a nivel
de vías de señalización, ya que, a pesar de conocer su presencia, especificidad y
secuencia, sólo existen 145 lectinas cuya participación se ha demostrado experi-
mentalmente en los mecanismos biológicos y celulares.

39
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La primera edición de El papel de los glicanos en la respuesta
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