Informe de Inmunología

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Diversidad Inmunológica

Semestre Académico II 2019

Autores
 Adriana Ipanaqué Estrella
 Marco Geanpier Sánchez Tarrillo
 Nahomy Zulú Vilchez Vazquez
 Jean Pierre Felix Sandoval Yen Timpio
Grupo
Grupo n.° 4
Docente
Carlos Chávez Burgos
INTRODUCCIÓN

El sistema inmunitario es la defensa natural del cuerpo contra las infecciones. Se trata de
una compleja red de células, tejidos y órganos que reaccionan ante cualquier elemento
extraño que aparezca en el cuerpo, pueden ser bacterias, virus, incluso pólenes o
proteínas. También interviene en el reconocimiento de nuestras propias células atacando
células degenerativas o tumorales ejerciendo como un sistema defensivo muy complejo
en el que se sigue investigando porque aún hoy nos quedan cosas por saber.

El sistema inmunitario normal tiene tres propiedades fundamentales: un repertorio muy


diverso de receptores de antígenos que permite reconocer una gama casi infinita de
microorganismos patógenos; memoria inmunitaria, para generar las respuestas
inmunitarias de memoria rápida, y tolerancia inmunitaria, para evitar la lesión inmunitaria a
los tejidos normales propios. De los invertebrados, los seres humanos han heredado el
sistema inmunitario innato, un sistema de defensa primitivo que utiliza proteínas
codificadas por líneas germinales para reconocer patógenos. Las células del sistema
inmunitario innato, como los macrófagos y los NK, reconocen PAMP cuyas secuencias
moleculares están sumamente conservadas en muchos microbios y que utilizan un
conjunto diverso de receptores de PRR. Los componentes principales del reconocimiento
de los microbios por el sistema inmunitario innato son: 1) reconocimiento por moléculas
del hospedador codificadas por líneas germinales, 2) reconocimiento de los factores de
virulencia fundamentales del microbio, pero no reconocimiento de las moléculas propias y
3) ausencia de reconocimiento de moléculas o microbios extraños que sean benignos.
Los macrófagos y los linfocitos NK, tras el contacto con los microorganismos patógenos,
pueden destruir a éstos de manera directa o bien activar una serie de acontecimientos
que retardan la infección

La capacidad de responder y el tipo e intensidad de respuesta a antígenos ha sido


demostrado que están correlacionados con el genotipo del individuo en cuestión, así
como deficiencias en las respuestas inmunes pueden estar asociadas con mutaciones o
polimorfismos genéticos que resultan en la susceptibilidad a enfermedades infecciosas.
ÍNDICE

I. Objetivos.............................................................................................................1

II. Marco teórico.......................................................................................................1

III. Cuestionario........................................................................................................2

1. ¿Cuál es la relación entre inmunología y genética?....................................2

2. ¿Qué significa el paradigma “un gen, una proteína”?..................................3

3. ¿Cuál es el mecanismo para que en los anticuerpos, un gen produzca


muchas proteínas?.................................................................................................4

4. ¿Cómo se relaciona la capacidad de respuesta y el tipo de intensidad de


respuesta inmune con el genotipo de cada individuo?..........................................5

IV. Conclusiones.......................................................................................................7

V. Referencias bibliográficas...................................................................................7
I. Objetivos

 Reconocer los aportes de Cornelius Celsius en la medicina.


 . Comprender la relación entre el concepto de inmunología y genética.
 Conocer el significado del paradigma: “un gen, una proteína” y en qué
circunstancias no se cumple.
 Entender algunos factores que predisponen hacia una enfermedad infecciosa.

II. Marco teórico

La diversidad inmunológica ha ayudado mucho para que no se extinga debido a los


patógenos. Si son más diversos los sistemas es más probable que la especie sobreviva,
ya que los patógenos tendrían que pasar por defensas únicas.
Es común encontrar en los libros de
inmunología o de genética un capítulo
con el título de -sistema inmune y
genética-, sin embargo, su asociación
se centra en cómo la generación de
anticuerpos rompió el paradigma -un
gen, una proteína-, pues en el caso
de la producción de anticuerpos, un
gen produce millones de proteínas. El
sistema inmune tiene muchos
vínculos con la genética y la herencia;
esta asociación se da porque
cualquier sustancia o compuesto que
produzca un organismo, es un
antígeno potencial cuando es reconocido como extraño por el sistema inmune de otro
organismo, sea este de la misma o de diferente especie. La producción de proteínas que
potencialmente pueden ser antigénicas están ligadas al genotipo del individuo. La
capacidad de responder y el tipo e intensidad de respuesta a antígenos también ha sido
demostrado que están correlacionados con el genotipo del individuo en cuestión, así

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como deficiencias en las respuestas inmunes pueden estar asociadas con mutaciones o
polimorfismos genéticos que resultan en la susceptibilidad a enfermedades infecciosas.
El sistema inmunitario de cada persona reacciona de forma diferente frente a un mismo
estímulo. En algunas personas, la respuesta inmunitaria es insuficiente, lo que lleva a que
sean más susceptibles a infecciones. En otras, por el contrario, el sistema inmunitario está
sobreactivado y puede generar respuestas no necesarias, aumentando la predisposición a
enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide.
Este trabajo está dirigida a explicar la importante relación que existe entre la diversidad
inmunológica y la genética.

III. Cuestionario

1. ¿Cuál es la relación entre inmunología y genética?

El sistema inmunitario es la defensa natural del cuerpo contra las infecciones. Se trata de
una compleja red de células, tejidos y órganos que reaccionan ante cualquier elemento
extraño que aparezca en el cuerpo, pueden ser bacterias, virus, incluso pólenes o
proteínas. También interviene en el reconocimiento de nuestras propias células atacando
células degenerativas o tumorales ejerciendo como un sistema defensivo muy complejo
en el que se sigue investigando porque aún hoy nos quedan cosas por saber.
Tan importante es que cualquier alteración o desregulación del funcionamiento del
Sistema Inmune provoca serias modificaciones del normal funcionamiento fisiológico,
produciendo incluso enfermedades de difícil tratamiento, como la psoriasis, la colitis
ulcerosa, enfermedad de Crohn, artritis, artrosis, dolores musculares y cualquier tipo de
alergia.
Los factores principales que afectan a la respuesta inmune o que pueden producir
desequilibrios en el sistema inmune son principalmente:

- La carga genética individual.


- La alimentación y los hábitos nutricionales.
- El equilibrio de nutrientes en sangre
- El estilo de vida.
Además todo ellos están conectados entre sí y unos dependen de otros, así en función de
la carga genética se absorben y metabolizan unos alimentos más que otros.

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Los cambios en la absorción de los alimentos se encuentran mediados por la membrana
intestinal que en función de su estado y actividad controla el paso de los nutrientes a
sangre y modifica por tanto los nutrientes en sangre, el contenido de nutrientes en sangre
y por tanto el equilibrio homeostático, lo que influye de forma directa en el funcionamiento
del sistema inmune, pequeños desequilibrios homeostáticos provocan grandes
alteraciones en el sistema inmune, y a su vez las alteraciones del sistema inmune se
manifiestan siempre como importantes alteraciones en el estado de salud incluso en
patologías severas.
La genética tiene por tanto una gran relevancia en la respuesta inmune y gran relevancia
en el estado de salud en la medida que la salud depende de cómo funcione el sistema
inmune.
Los test de genética permiten conocer la predisposición del paciente a sufrir alguna de las
enfermedades del sistema inmunitario más comunes como la celiaquía o las deficiencias
en la metabolización de los lácteos
Estos estudios también pueden determinar cómo afecta a una determinada persona una
patología en función de su mapa genético por lo que son una eficaz medida preventiva.
De este modo, un profundo conocimiento del ADN, permitirá a médico y paciente reforzar
el sistema inmunitario de un modo eficiente. Así, será posible adelantarse a posibles
enfermedades y se podrá poner en práctica el tratamiento más adecuado de forma
personalizada.
2. ¿Qué significa el paradigma “un gen, una proteína”?

Su asociación se centra en como la generación de anticuerpos rompió el paradigma un


gen una proteína”, pues en el caso de la producción de anticuerpos, un gen produce un
millón de proteínas.
Los trabajos de Pauling, Sanger e Ingram , junto a otros descubrimientos , extendieron la
hipótesis enzimática de Beadle y Tatumal resto de proteínas , pasándose a denominar “un
gen una proteína” , contribuyendo a establecer lo que se conoce como dogma central de
la biología molecular, el cual describe que el ADN es transcrito a un ARN mensajero y que
esté es traducido a una proteína .Esta cadena de investigaciones representa un ejemplo
de cómo se puede llegar a deducir las complejas características biológicas de los
organismos , incluyendo la codificación y traducción de información química en elementos
funcionales como enzimas, hormonas y otras proteínas , mediante una serie de
experimentos correctamente ingeniados y desarrollados ,.El concepto un gen una proteína
resultó no siendo tan exacto , debiendo corregirse profundamente algunas décadas
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después, de igual forma que el dogma central ha tenido que ser reformulado ya varias
vece debido a esas excepciones.
3. ¿Cuál es el mecanismo para que en los anticuerpos, un gen produzca muchas
proteínas?

En primer lugar, un anticuerpo (también llamado “inmunoglobulina”) es una molécula


compuesta por 4 cadenas polipeptídicas, incluidas: 2 cadenas pesadas (H) idénticas y 2
cadenas ligeras (L) idénticas; cada una con una región variable (V) y una región constante
(C). Las 4 cadenas se ensamblan para formar un molécula en forma de “Y”. Cada cadena
ligera está unida a una pesada y las 2 cadenas pesadas están unidas entre sí, todas por
enlaces disulfuro. El lugar de unión al antígeno de un anticuerpo está compuesto de las
regiones V de la cadena pesada y ligera, y en la estructura nuclear del anticuerpo existen
2 lugares de unión idénticos al antígeno específico.

Ante la gran cantidad de antígenos diferentes, el sistema inmune necesita de un amplia


diversidad de anticuerpos. Sin embargo, no hay suficientes genes en el genoma humano
para que un gen diferente codifique todos los posibles anticuerpos. Con el transcurrir de la
evolución, el organismo ha creado métodos para generar anticuerpos sumamente
diversos para el antígeno a partir de un número limitado de genes. Ese es el caso del
“mecanismo de reordenamiento genético”, que consiste en la recombinación de la
secuencias de segmentos (V, D y J) de los genes que codifican las regiones variables de
un anticuerpo, esto va a permitir que un gen pueda codificar para millones de proteínas

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distintas. De este modo el sistema inmune produce clones de linfocitos con diferentes
especificidades, aproximadamente hasta 100 millones.

4. ¿Cómo se relaciona la capacidad de respuesta y el tipo de intensidad de respuesta


inmune con el genotipo de cada individuo?

La respuesta inmune es un fenómeno complejo multifactorial, que involucra no solo la


funcionalidad de todo el sistema inmune, sino que es afectada por factores como el
genotipo del individuo, el genotipo del agente agresor, edad, estado nutricional,
infecciones concomitantes, etc. Por tal motivo no puede analizarse de manera
individualizada. Como se mencionó previamente, el sistema inmune está constituido por
células y órganos que deben tener condiciones apropiadas para que puedan cumplir su
función. Por tal motivo, cualquier alteración en un órgano, en procesos de maduración
celular, en moléculas de superficie o en moléculas de señalización, puede conducir a una
respuesta inmune inapropiada y, por consiguiente, a mayor susceptibilidad o incluso
incapacidad de responder a ciertos agentes infecciosos. También se ha demostrado que
genes involucrados en cascadas de activación como el complemento, coagulación o
inflamación, pueden estar asociados con susceptibilidad a ciertas enfermedades o

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infecciones. Alteraciones en los niveles de expresión de lectinas (moléculas de
reconocimiento de gran importancia en la inmunidad innata, pues reconocen con alta
afinidad carbohidratos presentes en microorganismos), también han sido asociadas con
deficiencias en respuesta inmune.
Tanto factores genéticos como no genéticos influyen en la variabilidad que existe en la
función o en el número de las células inmunitarias, así como en la concentración de
moléculas mediadoras como las citoquinas.
El Proyecto de Genómica Funcional Humana
En estos estudios querían ver cómo los genes afectan al sistema inmunitario, cómo los
factores ambientales afectan a la susceptibilidad de la respuesta del sistema inmunitario a
diferentes patógenos.
En el primer artículo, Robter Horst y colaboradores analizan el efecto de los factores no
genéticos propios del hospedador, como la edad o el sexo, en la producción de
citoquinas. Los resultados del trabajo muestran un efecto estacional importante en la
producción de citoquinas, lo que podría explicar en parte el hecho de que las
enfermedades inflamatorias se ven afectadas por la estación del año. Además,
encuentran un importante efecto de la edad y sexo de la persona sobre la producción de
citoquinas.
En el segundo artículo Li y colaboradores analizan el efecto de la variación genética sobre
la producción de citoquinas en tres sistemas celulares distintos, tras el estímulo con
diferentes patógenos. En este caso, los investigadores demuestran que los factores
genéticos tienen un peso importante en la capacidad de producción de citoquinas. Entre
los genes reguladores de las citoquinas, el equipo reconoce dos grupos formados por
aquellos que intervienen en la respuesta innata y aquellos necesarios para el
procesamiento de los antígenos en el retículo endoplásmico.
Raúl Aguirre Gamboa y colaboradores estiman cómo influyen los factores genéticos y
ambientales en las poblaciones de células inmunitarias y en la concentración de
inmunoglobulinas. Los resultados de su trabajo muestran que las variaciones en los
linfocitos T están más influidas por factores genéticos.
5. ¿Cómo se puede explicar las diferencias entre individuos frente a la susceptibilidad a
enfermedades infecciosas?
Los factores que determinan una respuesta inmune frente una enfermedad infecciosa
varían de acuerdo: al genotipo del individuo, el genotipo del agente microbiano, los

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factores ambientales, la edad, el estado nutricional, las infecciones concomitantes (ya
están presentes), entre otras (3).
El análisis de las bases genéticas de la susceptibilidad a las principales enfermedades
infecciosas es potencialmente el área más difícil en los estudios genéticos relacionados
con las enfermedades complejas. No solamente porque son enfermedades altamente
poligénicas, sino porque existe una alta heterogeneidad interpoblacional. La
epidemiología genética, proporciona evidencias consistentes de que las variaciones
genéticas entre las poblaciones humanas contribuyen a la susceptibilidad a dichas
enfermedades (4).
Actualmente con el recurso de las nuevas tecnologías de la biología molecular, unido a
diseños particulares para el estudio de poblaciones, se ha logrado relacionar más
directamente la predisposición a sufrir algunas infecciones con genes específicos.
Recientemente, científicos del Reino Unido y Singapur reportaron una serie de variantes
genéticas de un gen denominado CISH asociadas con una mayor predisposición a
enfermedades infecciosas, como la tuberculosis y la malaria. Los resultados, publicados
en The New England Journal of Medicine, mostraron una sorprendente relación entre las
variantes del CISH y un mayor riesgo para padecer la enfermedad. Otras evidencias
relacionan las variaciones de los genes clase I y II (codifican el complejo mayor de
histocompatibilidad) con susceptibilidad a diversas enfermedades víricas, bacterianas, y
parasitarias
IV. Conclusiones

 La respuesta inmune se ve influencia por diversos factores, entre ellos: el genotipo del
individuo
 La producción de diversos anticuerpos por un número limitado de genes no cumple el
paradigma “un gen, una proteína”.
 Las variaciones génicas de un individuo puede hacerlo susceptible a enfermedades
infecciosas.

V. Referencias bibliográficas

(1) Alagón A, Rendón M. Mecanismos Moleculares de Diversificación de


Inmunoglobulinas. REB. 2008; 27 (1): 19-29.

7
(2) Abbas A, Lichtman, Pillai S. Inmunología Básica, Funciones y transtornos del
sistema inmunitario. 4ª ed. El Sevier Saunders. 2014: 71-91
(3) Maita N. Sistema Inmune y Genética: Un Abordaje Diferente a la Diversidad de
anticuerpos. Acta biol. Colomb. 2011; 16 (3): 177-188
(4) Research Gate [Internet]. Cordero Y, Marcheco B. Suceptibilidad genética a
enfermedades infecciosas: un reto para la medicina genómica. Disponible en:
https://www.researchgate.net/publication/282354974_Susceptibilidad_genetica
_a_enfermedades_infecciosas_un_reto_para_la_medicina_genomica
(5) INMUNOLOGY60 [Internet].GENÉTICA Y INMUNOLOGÍA : Jesús Gil,
Würzburg . 09 de enero de 2013[Consultado el 21 de agosto de 2019] .Pagina
web.[aproximadamente 4 pantallas]. Disponible en:
http://inmunologia.eu/sistemas-y-procesos/procesamiento-y-presentacion-del-
antigeno

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