The Theosophist - Marzo 2022
The Theosophist - Marzo 2022
The Theosophist - Marzo 2022
Libertad de Pensamiento
La Sociedad Teosófica se ha esparcido por todo el mundo, y miem-
bros de todas las religiones, o de ninguna, se han afiliado a ella, sin renun-
ciar a sus dogmas particulares, a las enseñanzas y creencias de sus res-
pectivos credos, por lo tanto se cree necesario insistir sobre el hecho de
que no hay ninguna doctrina, ninguna opinión, sustentada o enseñada
por quien fuere, que en modo alguno obligue a miembros de la Sociedad.
La aceptación de sus tres Objetivos es la única condición para afiliarse.
Ningún instructor, o autor, incluida H. P. Blavatsky, posee autoridad para im-
poner sus enseñanzas y opiniones a los miembros.
Cada miembro tiene el mismo derecho para unirse a cualquier escuela de pen-
samiento que pueda escoger, pero no tiene derecho a presionar a otro miembro
para que lo haga.
Ningún candidato a un cargo, ni elector, puede ser declarado no apto para ocu-
par el cargo o para votar, a causa de cualquier opinión que pueda sustentar,
o a causa de su afiliación a cualquier escuela de pensamiento a la cual pueda
pertenecer.
Las opiniones o las creencias no confieren privilegios ni afectan sus derechos.
Los miembros del Consejo General solicitan encarecidamente a cada miembro
de la Sociedad Teosófica que mantenga, defienda y actúe sobre estos principios
fundamentales de la Sociedad, y por consiguiente, que ejerza con valentía su
propio derecho a la libertad de pensamiento y de expresión, dentro de los lími-
tes de la cortesía y consideración hacia los demás.
La Sociedad Teosófica está compuesta por estudiantes pertenecientes a
cualquier religión en el mundo o a ninguna, que están unidos por la acepta-
ción de los Objetivos de la Sociedad, por su deseo de deponer los antago-
nismos religiosos y congregar a los hombres de buena voluntad, cualquiera
que sean sus creencias, y que deseen estudiar esas verdades y participar a
los demás los resultados de sus estudios. No les une la profesión de una fe
común, sino la común investigación y aspiración por la Verdad; juzgan que
ésta puede conseguirse por el estudio, la reflexión, la pureza de vida, la de-
voción a elevados ideales y la consideran como un fruto de trabajo, no como
un dogma imponible por autoridad. Consideran que la fe deberá ser resultado
del estudio o intuición individual, un antecedente que descansa sobre el sa-
ber, no sobre un aserto. Extienden su tolerancia a todo, aún a los intolerantes,
no como privilegio que se abogan sino como un deber que cumplen, esfor-
zándose por disipar la ignorancia más bien que condenarla. Ven cada religión
como una expresión de la sabiduría Divina, prefiriendo su estudio a su repro-
bación y su práctica a su proselitismo. Su consigna es: Paz; su mira: Verdad.
La Teosofía es el cuerpo de verdades que constituye la base de todas las religio-
nes, y que no puede proclamarse como posesión exclusiva de una de ellas. Ofre-
ce una filosofía que vuelve a la vida inteligible y demuestra la justicia y el amor
que guían su evolución. Ubica a la muerte en su legítimo lugar como un repe-
tido acontecimiento en una existencia sin fin, abriendo el paso a una más plena
y radiante existencia; restituye al mundo la Ciencia del Espíritu, enseñando al
hombre a conocer el propio y a ver en su mente y en su cuerpo a sus servidores:
aclarando las escrituras y doctrinas religiosas, revelando su oculto significado y
justificándolas ante la razón, como siempre se han justificado ante la intuición.
Los miembros de la Sociedad Teosófica estudian estas verdades y los Teósofos
se esfuerzan en vivirlas. Todo aquel que quiera estudiar, ser tolerante, tener
miras elevadas y obrar con perseverancia, puede ser admitido como miembro
y como tal, convertirse en un verdadero Teósofo.
THE THEOSOPHIST
Vol.143 No. 06. Marzo 2022
Contenido
La Fraternidad Teosófica en el Mundo de Hoy 5
Tim Boyd
Libros de interés 38
Michelle Osborne
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P: Usted habló sobre experimentos y aceptación de errores, pero hay una cues-
tión sobre la cual hablamos varias veces durante nuestro congreso y me gustaría
escuchar su opinión: ¿Cómo debemos tratar con aquellas personas cuyos experi-
mentos y errores destruyen los esfuerzos de otros, nuestros esfuerzos personales o
los esfuerzos de un grupo de personas?
R: En nuestro deseo de ser fraternales, muy a menudo estamos dispuestos a pa-
sar por alto hechos que están frente a nosotros. Uno de los hechos sobre este traba-
mente también traerá un cambio en nuestra relación con los demás y en nuestras
actividades cotidianas. Las apariencias son engañosas. El mundo aparece como
multifacético. Pero esa no es la verdad. Necesitamos profundizar en las cosas para
conocer la verdad oculta. Deberíamos saber que una mente divisiva, fragmenta-
da no puede resolver los problemas que estamos enfrentando hoy en la sociedad
como también en todo el mundo.
Sabiendo bien que la deforestación causa gran daño al medio ambiente, aun así
destruimos porque la gente quiere lujos, comodidades, placer inmediato y benefi-
cios. Esto sucede porque tenemos una idea errónea sobre nosotros mismos. A me-
nos que sepamos quienes somos realmente, cuál es el propósito de nuestras vidas,
no podemos hacer lo correcto. De hecho, la Teosofía proporciona las perspectivas
necesarias. La comprensión teosófica de los humanos es muy importante desde
un punto de vista práctico, porque cuando verdaderamente entendamos quienes
somos, todas nuestras relaciones con el mundo externo cambiarán para mejor, y
eso será de inmenso valor práctico.
El egoísmo es la causa raíz de todos nuestros sufrimientos. El egoísmo crea
separatividad. Nuestras actividades destructivas y negativas emanan del egoísmo
de nuestra mente. Por lo tanto, la eliminación del egoísmo es de máxima impor-
tancia. En las palabras de Radhaji: “El cambio fundamental es, por lo tanto, desde
el egoísmo, que es también egocentrismo, preocupación de sí mismo, etc., a un
estado de simpatía, armonía, y unidad, donde se considera que el bienestar de los
demás tiene tanta o más importancia que el propio”.
La causa subyacente no está a nivel físico sino psicológico. Cuando la huma-
nidad trascienda la mente divisiva y perciba las cosas en términos de unidad y
fraternidad universal, el problema del mundo definitivamente estará resuelto. Por
lo tanto, es necesario que, para ser teosóficas, nuestras actividades deban, ya sea
directa o indirectamente, ayudar a la humanidad a despertar.
Radhaji ha dicho muy bellamente: “Para cumplir el propósito por el cual se
fundó la ST, los miembros no sólo deberían anhelar la Sabiduría Eterna, sino tam-
bién deberían amar a la humanidad”. Un adepto ha dicho correctamente. “Sólo
puede obtener sus secretos, quien tiene amor por la humanidad en el corazón,
quien puede comprender totalmente la idea de una fraternidad práctica regene-
radora”. Frecuentemente hablamos acerca del “amor”, pero no podemos saber lo
que es el amor hasta que lo sintamos dentro de nosotros por los demás, cuando es
totalmente desinteresado y universal.
dice: “Vi, o al menos creí ver, un vasto escenario abriéndose al mundo en los
asuntos de Estados Unidos y me pareció que a menos que los estadounidenses
cambiaran el plan que estaban siguiendo entonces y se declararan independientes,
no solo se verían envueltos en una multiplicidad de nuevas dificultades, sino que
cerrarían la perspectiva que entonces se ofrecía a la humanidad a través de sus
medios”. Más adelante dice: “Hay dos clases distintas de pensamientos: los produ-
cidos por la reflexión y los que se precipitan en la mente por su propia voluntad.
Siempre he hecho de esto una regla: tratar a estos visitantes voluntarios con corte-
sía y es de ellos que he adquirido todo el conocimiento que tengo”.
Estos “visitantes voluntarios” fueron introducidos en su cerebro por los Adep-
tos, Teósofos. Al ver que un nuevo orden de las edades estaba a punto de comen-
zar y que había una nueva oportunidad para la libertad y la hermandad de los hom-
bres, pusieron ante los ojos de Thomas Paine, en quien sabían que se podía confiar
para estar casi solo con la lámpara de la verdad en su mano en medio de otros que
en “tiempos en que se pusieron a prueba las almas de los hombres” temblaron de
miedo — una “gran escena abriéndose a la Humanidad en los asuntos de Estados
Unidos”. El resultado fue la Declaración, la Constitución para Estados Unidos. Y
como para dar sentido a estas palabras y a su declaración de que vio abrirse esta
vasta escena, este nuevo orden de las edades, el diseño del reverso del gran sello
de EE. UU. es una pirámide cuya cúspide se elimina con el ojo resplandeciente en
un triángulo sobre ella deslumbrando la vista, encima están las palabras “los cie-
los lo aprueban”, mientras que debajo aparece la sobrecogedora frase “un nuevo
orden de las edades”.
Que él tenía en su mente un nuevo orden de las edades, no podemos dudarlo
al leer en sus “Derechos del Hombre”, Parte 2, “Introducción”, “ningún comienzo
podría hacerse en Asia, África o Europa, para reformar la condición política de
hombre. . . . El [Estados Unidos] se defendió no solo por sí mismo, sino por el
mundo y miró más allá de la ventaja que podía recibir”. En el cap. 4, “El caso y las
circunstancias de Estados Unidos se presentan como en el comienzo de un mundo.
. . . Hay un amanecer de la razón surgiendo en el hombre, en el tema del Gobierno,
que no ha aparecido antes”.
El diseño “del sello” no fue un accidente, sino que en realidad tenía la inten-
ción de simbolizar la construcción y la firme fundación de un nuevo orden de las
edades. Iba tomando forma la idea que por medio de un “visitante voluntario” se le
presentó a la mente de Thomas Paine, un vasto escenario abriéndose, el comienzo
en Estados Unidos de “un nuevo orden de las edades”. Ese lado del sello nunca
ha sido eliminado o usado y hasta el día de hoy el lado en uso no tiene sanción de
la ley. En la primavera de 1841, cuando Daniel Webster era Secretario de Estado,
se talló un nuevo sello y en lugar del águila que sostiene en su garra izquierda 13
flechas como se pretendía, solo sostiene 6. No solo no se autorizó este cambio,
sino que la causa de esto se desconoce2. Cuando el otro lado sea tallado y usado,
¿no se habrá establecido realmente el nuevo orden de las edades?
Entonces se solicita más de los Adeptos Teósofos que el cambio del metal
más bajo en oro, o la posesión de tal cosa meramente material como el elixir de
la vida. Ellos observan el progreso del hombre y lo ayudan en su vacilante vuelo
por el empinado plano del progreso. Revolotearon sobre Washington, Jefferson y
todos los demás valientes masones que se atrevieron a fundar un gobierno libre
en el Occidente, que pudiera estar limpio de la escoria del dogmatismo; aclararon
sus mentes, inspiraron sus plumas y dejaron sobre el gran sello de esta poderosa
nación el memorial de su presencia.
Recuerden que estamos protegidos por el canto, por el sonido; y los sonidos
más poderosos son aquellos que son inaudibles para los oídos humanos. Los so-
nidos que el oído humano puede captar, debido a sus grandes imperfecciones, no
son más que una pequeña parte de las octavas de vibración. El sonido no es más
que una forma de radiación. La radiación no es más que una forma de sonido. No-
sotros, los humanos, lo llamamos sonido. No era una forma vana de hablar la de
algunos de los antiguos pueblos europeos, cuando nos contaban que sus antiguos
magos cantaban para alejar las tormentas, cantaban para alejar las enfermedades,
cantaban para devolver a los hombres la salud y la cordura, cantaban para de-
volver a los hombres la bondad y la sabiduría. [Algunas tradiciones también lo
utilizan para curar a los animales como los Mongoles, que utilizan la música del
violín para curar los traumas en los camellos].
Gottfried de Purucker
Las jerarquías y la doctrina de las emanaciones, pp. 72-73
Tanto la señora Blavatsky como también los Mahatmas sugirieron que una
cantidad de individuos en la temprana historia de la Sociedad Teosófica (ST) fue-
ron atraídos al “vórtice de la probación”, y no muchos triunfaron. Como será
evidente más adelante en este artículo, al poner aspirantes a chelas o discípulos en
probación, los Mahatmas estaban tratando de comprobar si podían realmente ser
empleados en su trabajo para avanzar la tarea de la ST. Uno de ellos definió este
trabajo así:
La situación es esta: los hombres que entran en la Sociedad con el único objeto
egoísta de alcanzar poderes, haciendo de la ciencia oculta su única o principal aspira-
ción, mejor es que no ingresen – están predestinados al fracaso y a la decepción, tanto
como aquellos que cometen el error de hacerles creer que la Sociedad es solamente
eso. Y fracasan precisamente porque predican demasiado de “los Hermanos” y muy
poco, si lo hacen, de la Fraternidad. ¿Cuántas veces tendremos que repetir que el que
se une a la Sociedad con el sólo objeto de ponerse en contacto con nosotros y, si no de
adquirir, al menos de asegurarse de la realidad de esos poderes y de nuestra existen-
cia objetiva – está persiguiendo un espejismo? Lo digo otra vez entonces, sólo el que
alberga en su corazón el amor a la humanidad, el que es capaz de captar por completo
la idea de una Fraternidad práctica y regeneradora es el cualificado para la posesión
de nuestros secretos. Sólo él, sólo ese hombre – no abusará nunca de sus poderes, y no
habrá que temer que los emplee con fines egoístas. Un hombre que no coloque el bien
de la humanidad por encima de su propio bien, no es digno de convertirse en nuestro
chela, no es digno de alcanzar un conocimiento más elevado que el de su vecino.5
Referencias
1. Las Cartas de los Mahatmas a A.P.Sinnett, ed. cron. Vicente Hao Chin Jr,
Theosophical Publishing House (TPH), Quezon City, Metro Manila, Filipinas,
1993, Carta #110,p.371 (Todas las cartas citadas en este artículo son de la misma
fuente a menos que se cite de otra parte).
2. Carta# 131,p.435
3. Rao, T. Subba, Escritos Esotéricos, TPH, Adyar, Chennai, 2002, pp.112-113
4. Grimm,George, La Doctrina del Buda – La Religión de la Razón y Medita-
ción. Motilal Barnarsidass, Nueva Delhi, 1982,p.144
5. Carta #33,pp.100-101
6. Carta #73,p.218
7. Cartas de los Maestros de Sabiduría, Primera Serie, TPH, Adyar, Madrás,
1973,p.29
¡El amor es una palabra corta y fácil de decir, pero es tan difícil de vivir a
cada momento! Hoy, la afirmación de Tamaro no solo sigue siendo cierta sino
que diría que las cosas han empeorado aún más: las parejas se separan en cuanto
se encuentran con la primera dificultad porque no hay tiempo para la tolerancia;
las amistades se han vuelto superficiales porque no hay tiempo para construir una
relación duradera; dentro de nuestros grupos, todas las decisiones y respuestas
deben comunicarse de inmediato por correo electrónico o mensajes de WhatsApp,
con urgencia e implacablemente. Pero la pregunta para mí y para todos ustedes
es: ¿de qué urgencia estamos hablando y para qué? En nuestra forma frenética de
vivir, con demasiada frecuencia olvidamos que, en comparación con el Infinito,
no somos más que un pequeño grano de arena. El arte, la música, la literatura, la
belleza de todo tipo de investigación —no solo la espiritual— exigen lentitud,
lentitud y profundidad y éstas solo las puede ofrecer esa pausa que hacemos en
medio de nuestra rutina diaria y el silencio, tanto exterior y, sobre todo, interior.
Espíritu dentro de ellos. También debemos recordar que los juicios pertenecen al
mundo de la forma, mientras que una sabia comprensión lo ilumina todo.
Como bien se describe en “La Escala de Oro”, solo con “una vida limpia, una
mente abierta, un corazón puro, un intelecto despierto, una percepción espiritual
sin velos, un afecto fraternal hacia [todos]” y con una atenta conciencia de pensa-
miento, palabra, acción y emoción, la Belleza podrá emerger y transformar nues-
tro ser mundano en una obra de arte. Hasta ese momento, la Unidad de la Vida
seguirá siendo un ideal maravilloso, pero no algo que experimentamos de verdad.
Por lo tanto, sin prisa, cada uno a su propio ritmo, renunciemos a un deseo por día
y agreguemos una aspiración espiritual más, para abrazar la Declaración de la Mi-
sión de la ST: “Servir a la humanidad cultivando una comprensión y realización
cada vez más profundas de la Sabiduría Eterna, la autotransformación espiritual y
la unidad de toda la vida”.
Quisiera terminar con un poema de Jorge Luis Borges, el célebre escritor y
poeta ciego argentino, que hasta el final de su vida buscó la Belleza en cada pala-
bra que usaba, en un humilde intento, a pesar de todos los premios internacionales
que recibió, de comprender la naturaleza de su realidad interior y el sentido de su
vida en el mundo.
Arte Poética
Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el Tiempo es otro río.
Saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.
vez que se estableció el CHC, pudo obtener apoyo para una escuela Hindú para
niñas y, en última instancia, una universidad nacional. Sin embargo, aunque su
trabajo fue apoyado en los más altos niveles, incluso por el Maharajá de Benarés
y el Virrey de la India, el Conde de Minto, la oposición creció. La historia está
meticulosamente documentada y, una vez más, Mrs. Besant continuaría resuelta-
mente en cualquier capacidad que pudiera. La Universidad Hindú reconoció su
labor en el campo de la educación otorgándole el título de Doctora en Letras en
1921. El Capítulo 3 concluye con una lista completa de las instituciones educa-
tivas fundadas o inspiradas por ella y otros teósofos. En 1907, Annie Besant fue
elegida presidenta de la ST y sus esperanzas se resumen sucintamente en el título
del Capítulo 4, “Presidenta de la Sociedad Teosófica: la Teosofía es para todos”.
Se hizo una contribución sobresaliente a la ST al hablar y escribir de maneras más
accesibles y así difundir la Teosofía por todas partes. Muchos eventos dignos de
mención se tratan en este capítulo, algunos de los cuales ejemplifican aún más el
alcance de los problemas internos que tuvo que soportar. Esto se equilibra con
numerosos logros duraderos, especialmente e incluyendo el establecimiento de la
Casa de Publicaciones Teosóficas en Adyar. La Orden de Servicio de la Sociedad
Teosófica comenzó en 1908 y luego pasó a llamarse Orden Teosófica de Servicio
(OTS) también continúa hasta el día de hoy. Destaca una serie de cartas conmo-
vedoras e informativas, escritas para el Jubileo de Oro que celebra los 50 años de
su vida pública.
En el Capítulo 5, “Krishnaji y el Movimiento del Instructor del Mundo”, las
referencias de archivo sobre la llegada de un gran maestro religioso brindan los
antecedentes de la adopción y educación de J. Krishnamurti en Adyar. La decla-
ración de Mrs. Besant de que Krishnamurti sería un vehículo para el Instructor
del Mundo tuvo sus detractores dentro de la Sociedad y eventualmente condujo
a la secesión de la Sección Alemana. Sin embargo, su perspicacia eventualmente
resultaría justificada. A través de sus notables discursos y escritos, Krishnamurti
comenzó a atraer a muchos seguidores, hasta el punto de que una autoridad espi-
ritual no deseada creció a su alrededor y se sintió obligado a disolver la Orden de
la Estrella en Oriente. A pesar de todo, su devoción por “Amma” nunca vaciló.
Uno de los puntos fuertes de Annie Besant en India es la forma en que los
compiladores permiten que la voz de su tema brille libremente. Los siguientes
cuatro capítulos se derivan únicamente de su libro, India –¿Encadenada o Li-
bre?- Un problema mundial. El capítulo 6, “Su visión para la India: los medios
para la regeneración de la India”, es de una conferencia que pronunció en 1895,
dos años después de su llegada a la India. En su homenaje a ella, Sir Tej Bahadur
Sapru señala que “entre su pensamiento y su acción hay muy poca distancia”.
Esto se ejemplifica en la propuesta presentada aquí, mucho de lo que ella imaginó
se cumplió de una forma u otra. La necesidad de un avivamiento espiritual antes
que uno material se enfatiza en el Capítulo 7, “El despertar de la India”. Consiste
en una conferencia pronunciada en 1910 en la que aboga por que el desinterés y
la sabiduría estén en la raíz de la acción y por “un núcleo de pensadores sabios y
firmes para que un movimiento popular encuentre su camino recto”.
Se puede decir que la gloria suprema de Annie Besant en el sentido político
es su dedicado trabajo hacia Swarâj, o Autogobierno y en el Capítulo 8, “Au-
togobierno para la India”, los matices de esta lucha son una vez más evidentes.
En un extracto de su libro, reconoce a sus compañeros de trabajo por la reforma
constitucional y reitera la importancia de ser respetuoso de la ley. Ella registra
un “torbellino” de apoyo ordenado y constructivo durante su internamiento, que
resultó en su liberación pacífica. Mrs. Besant fue elegida Presidenta del Congreso
Nacional en 1917, pero sus esperanzas de un camino firme y pacífico hacia el
cambio no se cumplieron en ese momento y el capítulo se cierra con un ensayo
conmovedoramente titulado “La ruptura de la India unida”.
Sin desanimarse, en 1913 Mrs. Besant y un pequeño grupo de trabajadores
teosóficos se comprometieron una vez más a el “avance constante” de la reforma
religiosa, educativa y social. El capítulo 9, “Proyecto de ley de la Commonwealth
de la India: una base para el futuro”, está extraído del apéndice de su libro. En él,
cuenta cómo esto creció hasta convertirse en el marco práctico de una “Constitu-
ción para la India por parte de los Indios” y, por lo tanto, su unidad de propósito y
su talento organizador se materializaron una vez más.
En 1933, cuando tenía 86 años, partió de este mundo. En el capítulo final, las
cartas de homenaje describen las múltiples facetas de su carácter que brilló como
una gran “Alma de Diamante”. Demuestran que era tan tierna como franca y tan
compasiva como firme en sus objetivos. Sobre todo, se entregó absolutamente a la
ayuda de la humanidad. En sus propias palabras, habiendo vislumbrado la “gloria
y la belleza de la Vida que no conoce la diferencia y no reconoce la separación”,
no podía hacer otra cosa.
Al principio del libro, en una cita seleccionada del prefacio de su autobiografía,
encontramos lo que es a todos los efectos la disculpa de Annie Besant por escribir
sobre sí misma. Parece, a su favor, que ella no tendría nada del egocentrismo que
podría acompañar a tal ejercicio. Estos son sentimientos nobles en verdad, pero
también se puede decir que el biógrafo comprensivo no tiene tales restricciones.
42 The Theosophist Vol. 143.6, Marzo 2022
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