El Hecho Religioso

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UNIVERSIDAD SANTO TOMÁS – BUCARAMANGA

DOCUMENTO DE ESTUDIO CULTURA TEOLÓGICA

TEMA 1. EL HECHO RELIGIOSO

1.1 RELIGIÓN:

Definición:
La palabra religión proviene del término del latín religio, el cual no es igual en todas las
religiones.
Se define como:” conjunto de creencias sobre Dios y lo que espera al hombre después de la
muerte, y los cultos y practicas relacionadas con esas creencias.”
Etimología:

No hay acuerdo con respecto a su etimología al igual que a su definición.


Según Cicerón derivaría de releger, es decir volver a agarrar, volver a leer. Según Lactancio de
religare que es religar, atar. Según Proudhon sería plicare o flectare que es plegar, plegarse o
doblar, doblegarse. San Agustín primero dice que deriva de religare, después de relegere, pero
también acepta reeligare que indica la acción de volverse a Dios para restaurar el vínculo
pérdido con el pecado.
1.2 EL HECHO RELIGIOSO

La religión no es reducible a la antropología:


Las religiones tienen que ver con lo absoluto, con lo sobrenatural y misterioso, con lo sagrado,
y por eso lo religioso es aquello que incondicional y últimamente nos concierne, según lo define
Paul Tillich.
En esa misma línea aceptamos en términos generales la clásica definición de Émile Durkheim,
quien, tras haber distinguido entre lo sagrado y lo profano en la base de toda organización
religiosa, concluye así: “Una religión es un sistema solidario de creencias y prácticas que unen
en una misma comunidad moral, llamada iglesia, a todos los que a ellas adhieren”.
Con Henri Bergson lo específicamente religioso de la religión “abierta” es un estado del alma
consistente en dejarse plenificar por un ser que puede infinitamente más que ella, algo que es
supremo valor, totalidad absoluta, que la trasciende y la funda.
Todo esto lo formuló Rudolf Otto en su libro “Lo santo”.
La tesis de Schleiermacher:
Según Schleiermacher el sentimiento de dependencia respecto de Dios es lo específicamente
religioso. Esto se captaría con una supuesta facultad humana de contemplación o facultad
“divinitoria”, que se hunde y abisma en la vida total del cosmos y en la realidad de la naturaleza
y de la historia, con lo que el alma se abre y entrega a la impresión del universo, pudiendo
experimentar y vivir en la realidad empírica intuiciones y sentimientos de algo que la excede y
sobrepasa.
La tesis de Rudolf Otto:
Dice que la facultad divinitoria no es común a todos los hombres, como dice schleiermacher.
Pero indica su acierto cuando la incluye en la lista de las facultades propias del espíritu racional,
aun cuando la considera una parte más profunda y peculiar de este, y en ese sentido es si es
una facultad general humana, pero no es en modo alguno común, sino que muy a menudo solo
se presenta en algunos individuos agraciados.
Defiende que lo específicamente religioso gira en torno al sentimiento de lo religioso, que es el
de hallarse ante aquello que escapa a nuestros conceptos por ser lo fascinante en su forma
excesiva y superabundante, aquello ante lo que el pecador procura ocultarse cuando lo profana,
oculta o mancha.
1.3 CARÁCTER ANALÓGICO DEL HECHO RELIGIOSO:

Hay en todas las religiones unos rasgos comunes, que se pueden condensar en su irrenunciable
dimensión salvadora o sanadora. Las personas religiosas buscan en la religión su salvación, el
sentido de su vida.
El primer dato, según Juan Martín Velasco, que aporta la ciencia de las religiones es la presencia
de rasgos comunes fundamentales en todas las religiones que permiten la subsunción de todas
ellas bajo la misma categoría. Entre ellos se encuentra además la pretensión de todas ellas de
estar originadas por una revelación de la realidad superior, cualquiera que sea el nombre con el
que se designe, Dios, dioses o lo divino, o incluso la carencia de todo nombre. De ahí la
conclusión de que la revelación es un dato constituido de la estructura misma de la religión.
Todas las religiones presentan la condición de salvíficas, todo en ellas está orientado a procurar
la salvación. Todas ellas tienen su peculiaridad propia, derivada de la encarnación histórica de
la referencia a lo sobrenatural en que se basan.
La fenomenología de la religión permite concluir que todas las religiones lo son en la medida en
que se encarnan la presencia del misterio y la aspiración del hombre hacia él en unas
mediaciones racionales activas, institucionales.
1.4 ¿CÓMO SE ESTUDIA LA RELIGIÓN?
Muchas ciencias nos van a permitir estudiar la religión. Cada una aborda el hecho religioso
desde su perspectiva y con métodos propios. Entre todas tratan de abarcar toda su complejidad.
Historia de las religiones: esta ciencia se pregunta: ¿Cuándo surgen las religiones? ¿Cómo
evolucionan? ¿Qué influencia tienen en el desarrollo de la historia de los hombres y de los
pueblos? Es decir, aborda el tema desde el punto de vista de la Historia.
Sociología de la religión: esta ciencia se pregunta: ¿Cómo se comportan los grupos religiosos?
¿Qué relaciones se establecen entre los miembros de una religión o entre personas de religión
diferente? ¿Qué in•fluencia tiene el hecho religioso en la socie•dad y viceversa?
Psicología de la religión: estudia la psicología de las personas que profesan una religión. Se
pregunta: ¿Cómo son? ¿En qué ayuda o dificulta su proceso de madura•ción? ¿Qué problemas
les plantea?
Junto a ésta, pero a nivel diferente, están la fenomenología de la religión y la filosofía de la
religión.
Fenomenología de la religión: trata de des•cubrir el fenómeno religioso en sus múlti•ples
manifestaciones, de interpretarlo y de conocer su estructura. Nunca olvida que el hecho religioso
es muy complejo y tiene características propias.
Filosofía de la religión: se pregunta básica•mente por qué existen las religiones y có•mo éstas
se justifican racionalmente.
Estudiar la religión, como lo hacen estas ciencias, es situarse ante ella y tratar de analizarla
«desde fuera». Es como si la colocáramos en un microscopio e hiciésemos de ella un análisis
de•tallado de los elementos que la integran y su manera de organizarse. Semejante estudio lo
puede hacer un no creyente y, desde luego, no implica la fe de quien lo hace.
Pero hay también otra forma de estudiar la religión: «desde dentro». Así lo hace la teología. El
teólogo, aunque emplea datos de otras cien•cias, parte para su estudio desde un punto de vista
esencialmente distinto. El teólogo reflexio•na sobre la fe, pero desde la experiencia que tie•ne
de la misma.
1.5 QUÉ ES RELIGIÓN

Muchas son las definiciones que se han dado de religión. Vamos a tomar una de ellas:
"Es el hecho humano específico que tiene su origen en el reconocimiento por parte del
hombre de una realidad suprema, la cual confiere sentido último a la propia existencia,
al conjunto de la realidad y al curso de la historia.

J. G. CAFFARENA y J. M. VELASCO,
Filosofía de la religión,
Ed. Revista de Occidente, Madrid 1973, p. 184
Analicemos cada uno de estos elementos:
Hecho humano específico. Sólo la especie humana tiene religión. La religión es un hecho que
se refiere a una colectividad y no a un individuo aislado. Además, el hecho religioso se puede
distinguir de otros hechos más o menos parecidos entre sí.
Reconocimiento de una realidad suprema. En algunos casos es concebida como una
persona, a quien se designa habitualmente con el nombre de Dios. En otros casos se renuncia
a nombrarla o no se le atribuye un carácter personal. Tal es, por ejemplo, el caso de las
religiones de algunos pueblos primitivos que identifican esa realidad suprema con las fuerzas
de la naturaleza, o con una forma especial de energía desconocida e incontrolable.
Confiere sentido último. No sólo a la propia existencia ofreciendo una respuesta a las
preguntas que todos nos hacemos: ¿Quién soy? ¿Qué sentido tiene mi vida? ¿Qué hay después
de la muerte?, sino también al conjunto de la realidad (visión de Dios, de los hombres, del
mundo, de las cosas) y al curso de la historia (relaciones de los hombres y de los pueblos,
acontecimientos...)
Esta definición de religión abarca a las religiones de todos los tiempos. Con todo, la forma de
concebir la realidad suprema y de relacionarse con ella, el sentido que se da a la vida, la
interpretación de la historia..., matizan o diferencian claramente unas de otras y dan
personalidad propia a los miembros de estas.
Los textos que transcribimos a continuación nos hacen descubrir el error de imaginar que la
actitud religiosa tiene que ver únicamente con aspectos intelectuales de la persona. Al contrario,
el creyente empeña toda su vida y todo lo que es en su fe.
"Alguien preguntó al señor Keuner si Dios existe. Y él le respondió: Yo te aconsejo que
pienses si tu comportamiento cambiaría según la respuesta que diésemos a esta
cuestión. Si no cambiase, podríamos prescindir de la respuesta. Pero si cambiase, yo
puedo por lo menos ayudarte diciéndote que tú ya te has decidido: tú necesitas un Dios."
B. BRETCFI, Historias del Sr. Keuner, Obras Completas, Vol. 12,
Francfort 1967, p. 380.

"Dios no se contenta con satisfacer nuestras exigencias intelectuales suponiendo que lo


haga. En cuanto que es Dios tiene que guiar y transformar el corazón. Tiene que
manifestarse en los actos más pequeños de sus devotos. Y esto no es posible más que
si lo captamos de una forma mucho más real que por medio de nuestros cinco sentidos...
La prueba de que uno experimenta dentro de sí mismo a Dios no procede de una
experiencia extraña a nosotros, sino de una transformación de nuestra conducta y
nuestro carácter. El testimonio se nos da por la experiencia vivida de una línea
ininterrumpida de sabios y profetas pertenecientes a todos los países. Rechazar este
dato tan cierto, sería renegar de sí mismo."
M. GANDHI, Todos los hombres son hermanos, Atenas, Madrid 1975,
p. 90

1.6 MANIFESTACIONES PSEUDORELIGIOSAS


En nuestra sociedad encontramos muchas manifestaciones más o menos relacionadas con la
religión que debemos aprender a diferenciar de ésta. Tenemos tendencia a considerar como
religión todo aquello que hace referencia a lo desconocido y al misterio; así se suelen considerar
o confundir con la religión fenómenos tan dispares como la astrología, la adivinación, la
quiromancia, la magia, la superstición o la idolatría...
Magia
La magia es un conjunto de actos que se realizan con la intención de "dominar" las fuerzas
ocultas o divinas y así orientarlas en beneficio de quien realiza las prácticas mágicas. En la
magia, la persona busca su propio beneficio para satisfacer alguna necesidad. De este modo,
el mago "somete" esos poderes superiores, que se convertirían en un instrumento en sus
manos. Y si esas "fuerzas" pueden ser dominadas en un momento dado por algo o por alguien
es que no son la "Realidad Suprema".
Superstición
La persona supersticiosa cree que existe algo superior, una especie de fuerza oculta que puede
no favorecerla, o incluso castigarla si realiza ciertos actos que, por lo tanto, hay que evitar.
Idolatría
La idolatría consiste en tomar como Dios aquello que no lo es, ya sean objetos (el dinero) o
seres naturales (personas, animales). Estos objetos o seres naturales son divinizados por la
persona que los convierte en ídolos. Las relaciones que se establecen son de sometimiento,
dependencia y casi de adoración.
Ciencias ocultas

Se llama ciencias ocultas a todo un conjunto de prácticas orientadas a conocer el futuro,


generalmente por procedimientos poco científicos. El interés del ser humano por conocer su
futuro es muy antiguo; por ejemplo, los orígenes de la astrología se remontan a los caldeos y a
los asirios, unos tres mil años antes de nuestra era.
Todas estas prácticas suponen que la vida de las personas está ya predeterminada por una
especie de destino; la decisión personal no cuenta. Entre las denominadas ciencias ocultas
están:

 La astrología, que estudia la influencia que la posición y el movimiento de los astros


tienen sobre las personas.
 Los adivinos. Con el sufijo griego "mancia" (de manteia = adivinar) se construyen en
castellano una serie de palabras que designan la adivinación a través de algo:
Cartomancia, arte que pretende adivinar el futuro a través de los naipes (como el Tarot).
La quiromancia, que practica la adivinación por medio de la interpretación de las rayas
de la mano. Ornitomancia: adivinación por el vuelo y el canto de las aves. Etc.
 El horóscopo, que consiste en la predicción del futuro mediante el estudio de la posición
de los astros en relación con los signos del zodiaco.
Este tipo de prácticas está muy lejos del sentimiento que motiva la religión: aceptación libre de
la divinidad, en cuya relación se encuentra el sentido de la vida.
El sentido de la vida de una persona religiosa brota de su interior en diálogo con la divinidad.
En las ciencias ocultas, la persona renuncia a esa búsqueda personal y se limita a intentar
descubrir un pretendido futuro ya escrito y predeterminado. En nuestra sociedad se dan, junto
con la religión, otros muchos fenómenos que no deben confundirse con ella. A la hora de saber
si una conducta es religiosa o no, debemos fijarnos en el sentimiento o actitud que tiene ante
la divinidad el que practica esa conducta. El cuadro siguiente presenta un sencillo procedimiento
de análisis para indicar a qué fenómeno de los anteriores pertenece una determinada conducta.
Aunque no debemos olvidar que detrás de una conducta hay una actitud, y serían éstas las que
habría que diferenciar, cosa que es muy difícil.

Sentimiento hacía lo divino Práctica


Aceptación libre de la divinidad. Adoración amorosa. Diálogo RELIGIÓN

Deseo de manipular lo divino para obtener un beneficio MAGIA

Temor a las fuerzas superiores que pueden existir. Intención de evitar SUPERSTICIÓN
su posible castigo

Convertir en dios aquello que sólo es humano IDOLATRÍA

Deseo de conocer el futuro que cada persona tendría predestinado y CIENCIAS


que no dependería, por tanto, de sus decisiones personales. OCULTAS
TEMA 2. CÓMO, CUÁNDO, DÓNDE SURGE LA RELIGIÓN

2.1 ANTECEDENTES
Resulta imposible dar una respuesta definitiva a estas preguntas. Sin embargo, podemos
rastrear los lejanos orígenes del hecho religioso.
 El primer rastro que nos muestran las investigaciones de los arqueólogos es de hace
500.000 años. En la colina del Hueso del Dragón, próxima a Pekín, encontraron
restos que han sido interpretados como indicios de que los homínidos tenían la idea de
una prolongación de la vida más allá de la muerte. Los restos de los que hablamos
pertenecen al Pleistoceno.

 En Europa occidental hay hallazgos que permiten asegurar que 200.000 años a. C. se
practicaba el enterramiento ritual.

 Hacia el 70.000 a. C., período que corresponde a la aparición del homo sapiens, se
intentaba vivificar el cuerpo de los difuntos aplicándoles ocre rojo. Restos de estos
enterramientos han sido encontrados en Gales del Sur, Dordoña (Cro-Magnon).

 Más tarde, entre los años 20.000 y 10.000 a. C., fecha aproximada del final del
paleolítico superior, aparecen entre los hombres el culto a la fecundidad, los ritos
relacionados con la caza y el dominio de los animales.
Todos estos indicios demuestran una incipiente actitud religiosa en el hombre primitivo. Es un
intento de superar las situaciones que más le impresionan y con las que tiene que enfrentarse:
el nacimiento y la propagación de la especie; la subsistencia (a base de la caza) y la muerte.
El hombre primitivo recurre a técnicas rituales para abordar las situaciones que le asombran.
De esta manera se consolida la actitud religiosa. Surgen amuletos de fecundidad (Venus de
Brassenpouy, Lespugue y Willendorf), danzas rituales ejecutadas en cuevas casi inaccesibles,
adornadas con pinturas de animales heridos (caverna de Montespau, de los tres hermanos),
como un intento de controlar y dominar la caza.
 El sentido religioso se acentúa en el Neolítico. El hombre empieza a ofrecer
sacrificios, a veces humanos, como intento de intercambiar dones con los poderes
superiores. La sustitución de los sacrificios humanos por la ofrenda de animales se hace
progresivamente. La complejidad de estas actividades rituales obliga a algunas
personas a especializarse en ellas; adquieren así cierto carácter sagrado.

 Durante el quinto milenio a. C. aparecen la agricultura y la ganadería en la región


denominada "media luna fértil". El hombre ya no necesita trasladarse para buscar su
alimento. Aunque siguen existiendo grupos humanos nómadas, surgen núcleos estables
de población. Nace la vida sedentaria y se extiende lentamente por Europa. Con ella
brotan nuevas formas religiosas más elaboradas y precisas.

 Hacia el tercer milenio a. C., aparece la escritura que con el tiempo servirá de
instrumento precioso para fijar, expresar y transmitir las ideas y creencias religiosas.
También resulta imposible saber con exactitud qué imagen del Ser Supremo tenía el hombre
primitivo. Parece ser que estaba relacionado con la fecundidad de las personas, animales y
plantas; también con la actividad de la caza y con el culto a los muertos. Era concebido como
un ser, de alguna manera responsable del mundo que el hombre veía (Mitos de Creación).
Aparece además la idea de la diosa madre, engendradora de vida. Y posteriormente surgen
otras divinidades especiales, relacionadas con las dos primeras y honradas en lugares llamados
panteones.
El nacimiento y la pubertad constituyeron dos acontecimientos de la vida humana que marcaron
al hombre primitivo en su actividad e ideas religiosas.

Podemos afirmar, por consiguiente, que las danzas sagradas, las ofrendas y sacrificios, los ritos
de iniciación y el culto a los muertos constituyen las primeras expresiones religiosas de la
humanidad.
El estudio de tribus y pueblos que, aún hoy, viven de forma parecida (Nueva Guinea,
Australia, África) puede ayudarnos a la hora de conocer la expresión religiosa del
hombre primitivo. Con todo, hemos de ser cautos a la hora de elaborar teorías basadas
en estos estudios, por cuanto estos pueblos tienen una larga historia, tal vez no escrita,
que de alguna forma les diferencia del hombre del neolítico. Señalamos, finalmente, que
hombre primitivo no es lo mismo que hombre salvaje. Las creencias religiosas de
muchos pueblos primitivos preservan su estricta moral y rigurosa organización social y
familiar.

2.2 ELEMENTOS QUE INTEGRAN UNA RELIGIÓN

Analizamos los elementos esenciales de una «religión».

Realidad suprema o misterio

Ya hemos visto que en la mayoría de las religiones recibe el nombre genérico de Dios, pero que
algunas prescinden de darle un nombre por considerarlo tarea imposible.

A Dios no se le puede definir, pues esto supone ponerle límites. Pero se puede saber algo de
él, sobre todo por la huella que Dios deja en las cosas y en la historia de los hombres. Dios es
anterior al hombre y superior a él. Cuando Dios sale al encuentro del hombre, éste experimenta
la necesidad de cambiar y de ver la vida de forma diferente. El encuentro con Dios afecta a lo
más profundo y definitivo de su ser.

Indudablemente no resulta fácil hablar de Dios, ya que las palabras siempre se quedan cortas.
Por ello, la actitud del hombre religioso ante Dios es la de escuchar y hablar con El antes que
la de hablar de Él. De aquí surge la oración, actividad importante en todas las religiones.

Lo sagrado

La irrupción del misterio (Dios) en la vida del hombre hace que todo lo que se relacione con él
adquiera un carácter sagrado. Sagrado quiere decir «separado». Una persona que orienta su
vida a Dios, una cosa que se dedica a Él, son sagradas. No podemos tratarlas de cualquier
manera. Ya no son para sí, sino para Dios. Cuando el hombre entra en un lugar sagrado, se
comporta de forma diferente, queda inmerso en una atmósfera nueva y expresa esta realidad
con una serie de actitudes distintas (silencio, descalzarse, postrarse...). También en la vida del
hombre hay tiempos sagrados —las fiestas— dedicados de forma especial a esta relación con
Dios.

Aunque algunas personas, cosas y tiempos estén especialmente dedicados a Dios, conviene
señalar que no siempre es fácil establecer la distinción entre sagrado y profano. En cierto modo,
al menos para algunas religiones, todo tiene algo de sagrado, todo dice algo respecto a Dios.

Actitudes religiosas

Todo lo dicho provoca en el hombre la actitud religiosa, porque el hombre necesita expresar,
lo que siente y vive. Lo hace con gestos, formas, palabras, modos de hacer las cosas. Con todo,
lo fundamental de la actitud religiosa es que el hombre no se considere nunca ni el centro ni la
medida de sí mismo.

El hombre religioso conoce y reconoce el misterio llamado Dios, es decir, acepta esa
superioridad que le desborda. Y esta aceptación le lleva a cambiar de vida. Su comportamiento
es ya diferente.

Caben otras actitudes ante el Misterio: rebelarse, desesperarse, huir, enfrentarse con él. Pero
la auténtica actitud religiosa es la de aceptar porque en la aceptación del Misterio que asombra
y desborda, compromete y exige, está la plena realización, es decir, la salvación del hombre
religioso.

El hombre no dimite de su responsabilidad por aceptar el Misterio. Más bien sucede lo contrario.
Se puede decir que ésta se amplía y adquiere dimensiones nuevas.

 Creer que Dios ha creado el mundo compromete con ese mundo.


 Creer que Dios perdona compromete a perdonar a los demás.
 Creer que Dios ama a los hombres compromete a amar al prójimo.

Muchas de las actitudes que adoptamos ante los hombres y las cosas dependen del Dios en
que creemos.

Mediaciones

La distancia entre el Misterio y el hombre que lo acepta queda, en cierto modo, salvada por las
diferentes mediaciones a través de las cuales aquél se manifiesta en la vida del hombre.

Los fenómenos de la naturaleza, la historia, los hombres, pueden ser mediaciones que hagan
presente el Misterio en nuestras vidas. En lenguaje técnico estas mediaciones de lo sagrado se
llaman «hierofanías». Son los caminos por los que se nos transparenta el Misterio, pero no el
Misterio en sí.

A lo largo de la historia se produjeron de muchas formas y en muy diferentes ocasiones. Los


lugares (montes, santuarios, altares...), los tiempos, los acontecimientos... han servido a los
hombres de vehículo para traer a sus vidas una presencia más clara del Misterio.
2.3 EXPRESIONES DE LA EXPERIENCIA RELIGIOSA

La experiencia religiosa, fruto del encuentro entre el hombre y el Misterio, se vive y se expresa
a través de palabras, gestos, acciones, comportamientos... Todos ellos son expresiones
simbólicas, es decir, para entenderlos tenemos que mirar a la realidad que simbolizan.

El Mito, es un relato, generalmente dramático, situado en un pasado remonto que tiene por
finalidad explicar la razón de lo que existe (el por qué y para qué) en relación con el Misterio
Ultimo. Los hay de diversa índole: los hay que se refieren a los orígenes de los dioses
(teogonías) o del universo (cosmogonías); otros son explicaciones de ciertos aspectos de la
creación (cosmológicos) o del fin del mundo (escatológicos). Todos ellos tienen como función
explicar el sentido de lo que el hombre encuentra en su existencia.

Si nos quedamos en la letra, el mito es ficción, pues lo que narra no ha acontecido nunca. Pero
si atendemos al significado del mito vemos que es real, describe la realidad de la vida del hombre
y proclama la verdad de esa realidad. Por eso el mito es un relato con el que el hombre se
identifica siempre pues en él ve reflejada su existencia. El mito es el arquetipo de la
existencia. Además, el mito no es una expresión primitiva, el hombre actual sigue produciendo
mitos... personajes, historias con las que el hombre de hoy se identifica porque ve reflejado en
ellas el sentido o el ideal de su vida. Por ello perdura hoy coexistiendo con otras formas más
conceptuales de expresión de sentido.

El Rito Es el conjunto de acciones y gestos que exteriorizan el mito y que sirven de medio para
que el hombre se identifique con él y lo reviva en su historia.

Rito y mito aparecen íntimamente unidos: El mito es la palabra sagrada y el rito la acción que la
hace presente aquí y ahora. O bien, al revés, el rito es la acción sagrada y el mito la acción que
la explica y la motiva (ej. la creación en 7 días). El mito expresa en palabras el mundo de lo
trascendente y el rito lo hace presente, así, mediante el rito, el hombre religioso transporta la
propia acción y vida al ámbito de lo sobrenatural. El hombre religioso cree en la eficacia de los
ritos no porque se trate de una acción mágica, sino porque son el lugar del encuentro con lo
trascendente y, en definitiva, con el sentido de la existencia.

La Oración es la palabra por la que el hombre religioso eleva su mente, su corazón y todo su
ser hacia el Misterio Ultimo en una alabanza, una súplica e incluso a veces en una queja. Es el
reconocimiento más patente del hombre religioso de que toda su existencia está referida al
Misterio Último. Brota de un sentimiento de dependencia, pero su lenguaje es siempre más
cercano al del amor y la poesía que al del miedo. Por supuesto es muy diferente la oración
religiosa que el conjuro mágico.

Leyes de pureza son normas de prohibición (tabú, prohibición de lo impuro) o de purificación


(adquisición de la pureza) que expresan la necesidad de presentarse incontaminado y digno
ante el Misterio Último.

Tabú es una palabra indonesia que significa "aislado", "prohibido" y es o se convierte en tabú
toda persona, cosa o acción que aparezca poseída de una fuerza de naturaleza más o menos
incierta, sea de forma permanente o transitoria, se evita su contacto para no ser contaminados
"impuros, aislados" y perder la capacidad de relación, incluso con el Misterio Último, ya que lo
divino es soberanamente puro, incontaminado, Santo.

Paralelamente al tabú encontramos las leyes de pureza ritual para readquirir la pureza requerida
en el hombre:
 Restablecen el orden perturbado por la trasgresión del tabú
 Hacen al hombre capaz de relación con el Misterio.

Todas las leyes morales y de conducta con el prójimo de las religiones podrían tener aquí su
fundamento: es la necesidad de presentarse puro ante la divinidad. "Sed santos, porque Yo,
Yavé, vuestro Dios, soy Santo" Lv.19,2.

Igualmente, el lenguaje racional complementa al simbólico en el intento de conceptualización


del Misterio, surgiendo así las teorías (dogmas, catecismos, credos...) o teologías en las
distintas religiones.

Los ritos dan paso a las "liturgias": el culto oficial.

En cuanto que la experiencia religiosa se vive en grupo, éste tiende a organizarse generando
una estructura organizada.

Así, hoy, podemos distinguir unas religiones de otras, no porque crean en el Misterio Último o
en una Realidad Trascendente, sino por cómo lo conceptualizan (doctrina), como lo viven o
celebran (culto), como lo llevan a sus vidas (moral) o cómo se organizan (estructuras).

2.4 EL LENGUAJE RELIGIOSO

El lenguaje es el mejor medio de comunicación que posee el hombre. En la actualidad el


lenguaje religioso está siendo objeto de estudio y análisis como nunca lo fue. Y es que el
lenguaje también plantea en ocasiones problemas y malentendidos.

El hombre crea formas de expresión nuevas cuando se encuentra en su vida ante realidades
importantes. Forja un lenguaje. Hay un lenguaje técnico, otro popular, otro religioso...

• Dentro del lenguaje religioso distinguimos dos grandes líneas: Hablar de Dios y hablar a
Dios. En la primera entra el lenguaje que llamamos «doctrinal». Al afirmar «Dios es creador»,
empleamos una fórmula teológica que nos dice algo sobre Dios. Estamos hablando de Dios.

En la línea del hablar a Dios se encuentran el lenguaje de la liturgia (palabras y gestos cargados
de simbolismo) y el de la oración (de alabanza, petición y acción de gracias).

• Las formas del lenguaje religioso son simbólicas. Es decir, emplean símbolos para
expresarse ya que la realidad a la que hablan o de la que hablan no puede ser delimitada por
ninguna palabra humana por superar de lleno las posibilidades de nuestro lenguaje.

• Señalamos una característica más del lenguaje religioso. Decir algo sobre Dios compromete
al que habla y le exige vivir en consonancia con lo que está diciendo. La expresión «Dios
es bueno», pide al que lo dice de verdad que intente ser bueno como el mismo Dios lo es. En el
lenguaje religioso la actitud con que se dice es tan importante como lo que se está diciendo.

• Nos fijamos, finalmente, en la influencia que el lenguaje religioso ejerce sobre el lenguaje
ordinario. Exclamaciones, refranes, frases como «Dios mío», «Si Dios quiere», «adiós»,
«¡Vaya por Dios!» «A quien Dios se la dé...» están tomadas del lenguaje religioso y demuestran
la enorme influencia que, a lo largo de los siglos, ha tenido la religión y sus formas de expresión
en la cultura popular.

2.5 MANIFESTACIÓN DE LO DIVINO

La manifestación de Dios en la vida de las personas recibe el nombre de:

1. Teofanía: del griego teos 'Dios' y fanos 'manifestación', manifestación de Dios.

También, en un sentido más general, se emplea el término:

2. Hierofanía: del griego hieros 'sagrado' y fanos 'manifestación', manifestación de lo


sagrado

Las hierofanías, es decir, aquellas realidades de nuestro mundo en las que el hombre ha
percibido la presencia o manifestación de lo divino son variadísimas:
hierofanías de la naturaleza (montañas, ríos, árboles, terremotos, ciclos estacionales, etc.),
hierofanías celestes (sol, luna, estrellas, rayo, etc.),
hierofanías históricas (acontecimientos de la historia, como el éxodo para Israel), personales
(Jesús de Nazaret para los cristianos).
Las expresiones religiosas o modos de responder el hombre a la divinidad también son muy
diferentes, no sólo en sus formas externas, sino también en el cariz de las exigencias y de las
motivaciones. Así nos encontramos con religiones marcadamente ritualistas, que ponen el
acento en realizar determinadas ceremonias, por ejemplo, el Shinto, algunas religiones
tradicionales y algunas formas de hinduismo. En cambio, otras se caracterizan por sus
elevadas exigencias éticas, que miran más a la obediencia de mandatos de la divinidad para
orientar la vida entre los seres humanos y adquirir determinadas actitudes personales, como
ocurre en el zoroastrismo, el Cristianismo el Judaísmo o el Islam.

2.6 EL HECHO RELIGIOSO ¿DÓNDE SITUAMOS SU RAÍZ?


El hombre es un ser que constitutivamente “pregunta”, desde su contingencia y finitud busca
un fundamento último para todas las cosas. Por eso se pregunta por ese algo Absoluto,
fundamento último de toda la realidad.
El hombre es también “animal de experiencia”. Rota la animalidad instintiva se enfrenta al
mundo de manera reflexiva; la experiencia, como apertura a toda realidad, incluido el misterio,
es su modo de realización.
Desde estos dos rasgos podemos definir al hombre como “animal religioso”, como un viviente
que se abre de manera fundante hacia el misterio.

TEMA 3. LAS SECTAS O PARA-RELIGIONES

En nuestros días existe una gran proliferación de sectas. Tratan de rellenar el vacío de sentido,
característico de nuestra época, provocado por la ausencia de verdaderos valores. El “retorno
de lo religioso” parece un hecho. Se vuelve a la religión, pero no a Dios. De ahí que si en
otras épocas se decía “creo en Dios pero no en la iglesia (religión)”, ahora se dice “creo en la
religión (en el grupo, iglesia) pero no en Dios”. Lo que se busca en las sectas no es propiamente
a Dios, sino resolver problemas o vivir una serie de experiencias gratificantes para llenar el vacío
con que se experimenta la vida.
Las sectas son grupos religiosos o pararreligiosos que tienen las siguientes características:
Exclusivismo: Los miembros de la secta tienen conciencia de pertenecer a un grupo que
acapara la verdad y la salvación: ninguna de las dos cosas existe fuera de ellos.
Ruptura con el contexto socio-cultural: El grupo tiene una fuerte cohesión afectiva: de los
miembros entre sí y de éstos con el líder. Se considera autosuficiente y se aísla rompiendo las
relaciones, con el mundo externo, considerado, en general, muy negativamente. No hay lugar
para el diálogo, sino sólo para el proselitismo. La caridad se ejerce sólo dentro del grupo, o con
la finalidad de captar adeptos.
Rigorismo: Se concede una primacía total a los principios, a la doctrina y a su interpretación,
por encima de los derechos de las personas; lo que prima es el orden, que se identifica con la
voluntad de Dios.
Entre las sectas hay algunas que están consideradas como sectas destructivas debido a los
efectos negativos que producen en las personas, y en la sociedad en general. Han llegado a
constituir un verdadero problema social. Recogemos aquí una definición de secta destructiva y
la explicación de sus principales características.
Características de las sectas
1. Estructura piramidal. Una secta destructiva será todo aquel grupo
2. Sumisión incondicional a los que, en su dinámica de captación y/o
dirigentes. adoctrinamiento, utilice técnicas de
3. Anulación de la crítica interna. persuasión coercitiva que propicien la
4. Persecución de objetivos económico- destrucción (desestructuración) de la
políticos enmascarados bajo personalidad previa del adepto o la dañen
ideología filosófica o religiosa. severamente. El que, por su dinámica vital,
5. Instrumentalización de los adeptos en ocasione la destrucción total o severa de los
orden a obtener fines económicos o lazos afectivos y de comunicación efectiva
políticos. del sectario con su entorno social habitual y
6. Cerrazón al control externo de la consigo mismo. Y, por último, el que su
sociedad o de las autoridades dinámica de funcionamiento le lleve a destruir
políticas o religiosas. y conculcar derechos jurídicos inalienables
en un Estado de derecho.
7. Dificultad extrema para abandonar la
secta, dándose fuertes presiones P. RODRÍGUEZ, El poder de las sectas, Ediciones B,
morales e, incluso, violencia física. Barcelona 1990, pág. 31.

TEMA 4. CLASIFICACIÓN DE LAS RELIGIONES

Hay diferentes clasificaciones de las religiones, por ejemplo:


4.1 POR CONCEPCIÓN TEOLÓGICA
 Teísmo: es la creencia en una o más deidades. Dentro del teísmo cabe distinguir entre:

 Monoteístas: aquellas religiones que afirman la existencia de un solo dios, que a


menudo es el creador del universo. Las religiones monoteístas más numerosas son
el cristianismo y el islamismo. Otras más minoritarias son el judaísmo y el
zoroastrismo o la fe bahai.
 Politeístas: creen en la existencia de diversos dioses organizados en una jerarquía
o panteón, como ocurre en el hinduismo, el shinto japonés, o las antiguas religiones
de la humanidad como la griega, la romana o la egipcia.
 Dualistas: aquellas religiones que suponen la existencia de dos principios o
divinidades opuestos y enfrentados entre sí, aunque solo uno de ellos suele ser
merecedor de veneración por sus fieles, mientras que el otro es considerado
demoníaco o destructivo. Cabe incluir en esta categoría el maniqueísmo y el
catarismo.

 No teístas: Hay religiones como el budismo y el taoísmo que no aceptan o no reconocen


la existencia de dioses absolutos o creadores universales, o bien les otorgan funciones
menores o muy específicas (como, por ejemplo, la creencia taoísta en el emperador de
Jade). En ocasiones, estas deidades son vistas como recursos metafóricos utilizados
para referirse a fenómenos naturales o a estados de la mente.
 Panteísmo: es la creencia de que el universo, la naturaleza y Dios son equivalentes.

4.2 POR REVELACIÓN

Otra división que se utiliza consiste en hablar de religiones reveladas o no reveladas.


 Las religiones reveladas se fundamentan en una verdad revelada de carácter
sobrenatural desde una deidad o ámbito trascendente y que indica a menudo cuáles
son los dogmas en los que se debe creer y las normas y ritos que se deben seguir.
 Las religiones no reveladas no definen su origen según un mensaje dado por
deidades o mensajeros de ellas, aunque pueden contener sistemas elaborados de
organización de deidades reconociendo la existencia de estas deidades y espíritus en
las manifestaciones de la naturaleza.

TEXTOS EXTRAIDOS DE:

http://cienciarazonyfe.com/assets/archivos/articulos1393087308.pdf

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