Sentencia 537-17 2017
Sentencia 537-17 2017
Sentencia 537-17 2017
Mediante oficio n.° 537-17 del 24 de agosto de 2017, emanado de la Corte de Apelaciones
del Circuito Judicial Penal del estado Falcón, fue recibido en esta Sala Constitucional, el expediente
contentivo de la acción de amparo constitucional ejercida por el ciudadano Salvador José
Guarecuco Cordero, titular de la cedula de identidad n.° V- 13.203.872, abogado, inscrito en el
Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el n.° 101.837, actuando en la condición de defensor
privado del ciudadano JORGE ALBERTO RAMÍREZ GARCÍA, titular de la cédula de identidad n.° V-
22.896.312, contra la decisión dictada el 23 y publicada el 28, ambos días del mes de marzo de
2017, por el Tribunal Segundo de Primera Instancia en Funciones de Juicio del Circuito Judicial
Penal del estado Falcón, que declaró, en el asunto penal identificado con el alfanumérico IP01-P-
2015-000301, “…CULPABLE a los ciudadanos YOHANDRY JOSÉ CAMPOS VEORES, titular de la
cédula de identidad 20.680.996 (…) y JORGE ALBERTO RAMÍREZ GARCÍA, (…) titular de la cédula de
identidad 22.896.312 (…) por la comisión del delito de APROVECHAMIENTO DE VEHÍCULO
PROVENIENTE DEL ROBO, previsto y sancionado en el artículo 9 de la Ley Sobre el Hurto y Robo de
Vehículo Automotor; imponiéndose la pena a cumplir de 04 años de prisión, más las penas
accesorias de Ley, establecidas en el artículo 16 del Código Penal (…) SEGUNDO: Se ratifica la
medida de privación Judicial Preventiva de Libertad en contra del ciudadano JORGE ALBERTO
RAMÍREZ GARCÍA, ya que si bien es cierto le fue impuesta una pena menor a 05 años, es
competencia única del Tribunal de Ejecución de pronunciarse sobre la procedencia o no del
Beneficio de Suspensión Condicional de la Ejecución de la Pena…” (Mayúsculas y resaltado del
original) (Subrayado y paréntesis internos de la Sala).
Dicha remisión se efectuó vista la apelación ejercida el 23 de agosto de 2017, por los
abogados Salvador José Guarecuco Cordero y Orlando Isaac Hidalgo Barroeta, este último titular
de la cédula de identidad n.° V- 21.668.018, inscrito en el Instituto de Previsión Social del Abogado
bajo el n.° 216.758; contra la decisión dictada el 17 de agosto de 2017 por la Corte de Apelaciones
del Circuito Judicial Penal del Estado Falcón, que declaró inadmisible la acción de amparo
interpuesta, conforme a lo establecido en el artículo 6 cardinal 5 de la Ley Orgánica de Amparo
sobre Derechos y Garantías Constitucionales.
Realizado el estudio acucioso de las actas procesales que dan cuerpo al presente
expediente, esta Sala Constitucional pasa a decidir, previo las siguientes consideraciones:
Del escrito de amparo esta Sala puede evidenciar los siguientes argumentos:
Que, “… la acción está siendo interpuesta en contra del Tribunal SEGUNDO de JUICIO de
la Circunscripción Judicial Penal del Estado Falcón, CON SEDE EN CORO…” (sic) [Mayúsculas del
original].
Que, “…el acto violatorio (…) que ha motivado esta queja y la consiguiente solicitud de
amparo, (…) no ha sido consentido en ningún momento de forma expresa o sobreentendida y no
existe otra ACCIÓN EXPEDITA Y URGENTE, vía o medio judicial ordinario o preexistente a fin de
lograr se restituya el derecho que ha sido violado, ni tampoco han trascurrido seis (06) meses
después de la transgresión de dicho derecho. ES NECESARIO ESTE AMPARO SOBRE TODO POR LOS
INTERESES DIFUSOS Y/O COLECTIVOS QUE SE PRESENTAN EN CUANTO AL VACIO QUE EXISTE EN LA
NORMATIVA PENAL QUE CHOCA CON LA CARTA MAGNA Y LA PROGRESIVIDAD DE LOS DERECHOS
HUMANOS. La única vía es EL AMPARO CONSTITUCIONAL v no es posible otra acción o medio de
tipo recursivo, por las Violaciones Graves y Urgentes a la Carta Magna…” (sic) [Mayúsculas del
original].
Que, “…[el] 30 de Marzo de 2015, la Fiscalía Tercera del Ministerio Publico presentó ante
la Unidad de Recepción y Distribución de Documentos de este Circuito Judicial Penal formal
ACUSACIÓN en contra del IMPUTADO POR LOS DELITOS DE Robo Agravado de Vehículo
Automotor, previsto y sancionado en el Articulo 5 de la Ley Sobre el Hurto y Robo de Vehículos
Automotores, Lesiones Personales y Agavillamiento, previstos y sancionados en los Artículos 413 y
286 del Código Penal…” (sic) [Mayúsculas del original] [Corchetes de la Sala].
Que, “… el 26 de Enero de 2017, se apertura el Juicio Oral y Público ante el Tribunal
Segundo de Primera Instancia en funciones de juicio en Coro, manteniendo la calificación de Robo
Agravado de Vehículo Automotor, previsto y sancionado en el Articulo 5 de la Ley Sobre el Hurto y
Robo de Vehículos Automotores, Lesiones Personales y Agavillamiento, previstos y sancionados en
los Artículos 413 y 286 del Código Penal…” (sic).
Que, “…[e]l 23 de MARZO de 2017, el Tribunal Agraviante al folio 104 del Expediente,
anuncia formalmente el CAMBIO DE CALIFICACIÓN JURÍDICA DE ACUERDO AL ARTÍCULO 333 DEL
CÓDIGO ORGÁNICO PROCESAL PENAL, de Robo Agravado de Vehículo Automotor, previsto y
sancionado en el Articulo 5 de la Ley Sobre el Hurto y Robo de Vehículos Automotores, Lesiones
Personales y Agavillamiento, previstos y sancionados en los Artículos 413 y 286 del Código Penal,
al delito de APROVECHAMIENTO DE VEHÍCULO PROVENIENTE DEL ROBO según el artículo 09 de la
Ley Sobre Hurto y Robo de Vehículo, Y FORMALIZA LA SENTENCIA CONDENATORIA POR EL DELITO
DE APROVECHAMIENTO DE VEHÍCULO PROVENIENTE DEL ROBO Y ABSOLUTORIA POR LOS DELITOS
DE LESIONES Y AGAVILLAMIENTO…” (sic) [Mayúsculas del original] [Corchetes de la Sala].
Que, “… [e]n fecha 28 de marzo de 2017, de acuerdo a los artículos 347 y 349 del Código
Orgánico Procesal penal PUBLICA LA DECISIÓN SOBRE LA CONDENATORIA DE LOS ACUSADOS POR
EL DELITO DE APROVECHAMIENTO DE VEHÍCULO PROVENIENTE DEL ROBO (artículo 09 de la Ley
Especial) y absolutoria por los delitos de Agavillamiento y Lesiones personales intencionales menos
graves…” (sic) [Mayúsculas del original] [Corchetes de la Sala].
II
Que, “…la figura de la suspensión condicional del proceso que establece la norma, es
dada a cualquier imputado que este sujeto algún enredo penal, teniendo el mismo de manera
voluntaria, la posibilidad de someterse al proceso bajo la figura de condiciones expresas tanto en
fase preparatoria, intermedia o de juicio. Pero en el caso especifico el ciudadano JORGE ALBERTO
RAMÍREZ GARCÍA no tenía ese derecho por el tipo penal que venía arrastrando durante más de 2
años y que el 23 de marzo de 2017 con el nuevo esquema sustantivo, nace la oportunidad de
solicitarla tal como se hizo, pero que al no estar presente en fases anteriores no podía el acusado
hacer uso de ese derecho QUE PUEDEN TENER OTROS INDIVIDUOS porque todos somos iguales
ante la ley, al punto de que el ciudadano JORGE RAMÍREZ con el cambio de situación típica al igual
que cualquier ciudadano en el misino escenario, puede gozar de los derechos irrenunciables en
materia de derechos Humanos…” (sic) [Mayúsculas del original].
Finalmente arguye el recurrente, que la sentencia apelada viola los artículos 19, 21.1, 22,
26 y 258 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
III
DE LA SENTENCIA APELADA
En fecha 17 de agosto de 2017, la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del
estado Falcón, declaró inadmisible la acción de amparo interpuesta, conforme a lo establecido en
el artículo 6 cardinal 5 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, fundamentando la motiva en los términos siguientes:
“… [c]onforme se desprende de los fundamentos de la acción de amparo
esgrimidos por la parte accionante, la acción de amparo que se analiza fue
incoada con la finalidad de cuestionar la decisión dictada en fecha 23 de Marzo de
2017, donde presuntamente fueron vulnerados derechos establecidos en los
artículos 19, 211, 22, 26 y 258 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela de su defendido, al negar el Ciudadano Juez, JOSÉ FRANCISCO MOLINA,
ante la incidencia surgida en ocasión de la advertencia judicial del cambio de
calificación jurídica, la solicitud de la defensa de que el imputado se acogiese a una
Fórmula Alternativa a la Prosecución del Proceso, específicamente la Suspensión
Condicional del Proceso, regulada en el artículo 43 del Código Orgánico Procesa!
Penal (...), el cual considera que vulneró el goce, ejercicio irrenunciable de sus
derechos, el principio de progresividad e irreversibilidad, el derecho a la no
discriminación, la garantía a una tutela judicial efectiva, y el derecho a la
aplicación de otros medios alternativos para resolución de conflictos, estatuidos en
nuestra Carta Magna.
Sin embargo, debe señalar esta Corte de Apelaciones que el Tribunal A Quo, en
cuanto a la solicitud de la defensa sobre la Fórmula Alternativa a la prosecución de
proceso específicamente Suspensión Condicional del Proceso, expuso lo siguiente:
Desde esta perspectiva, vale indicar que el amparo constitucional es el medio que
tienen los ciudadanos por vía extraordinaria para que se protejan los derechos
fundamentales que la Constitución reconoce a las personas y que está destinada a
restablecer, a través de un procedimiento breve, los derechos lesionados o
amenazados de violación, siendo un mecanismo previsto en la ley, para garantizar
el pacífico disfrute de los derechos y garantías inherentes a la persona, sin
embargo, solo cuando se dan las condiciones previamente expuestas y aceptadas
como necesarias procede dicha institución de amparo, y de conformidad con la ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, la solicitud de
amparo constitucional debe ajustarse a los requisitos establecidos en la Ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, en cuyo Título II
se establece cuando no será admitida la misma, y dentro de las causales
establecidas al efecto está contenida, específicamente, la prevista en el numeral 5
del aludido artículo que consagra lo siguiente: ‘Cuando el agraviado haya optado
por recurrir a las vías judiciales ordinarias o hecho uso de los medios judiciales
preexistentes...’, del texto citado se desprende que el amparo no puede proponerse
cuando en la legislación existan medios legales que logren satisfacer la pretensión
y cuya tutela judicial se procura obtener con la acción de amparo.
Cabe destacar que esa disposición normativa ha sido interpretada por la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en múltiples fallos, entre los cuales
se estima pertinente citar la sentencia N° 198, de fecha 29/02/2012, en la que
ratifica la doctrina fijada en la sentencia N° 2369, del 23 de noviembre de 2001,
caso: Mario Téllez García y otro), en la que dispuso: (…)
En este mismo orden de ideas otro criterio de Sala del Máximo Tribunal de la
República, eh sentencia No 848-280, de fecha 28/7/2000, Exp. N°- 00-0529 que
indico: (…)
Cuando el agraviado haya optado por recurrir a las vías judiciales ordinarias o
hecho uso de los medios judiciales preexistentes...’.
De allí que la indicada Sala del Máximo Tribunal de la República haya establecido
que los Tribunales deben revisar si fue agotada la vía judicial ordinaria o fueron
ejercidos los recursos correspondientes y de no constar tales circunstancias, la
consecuencia será la inadmisión de la acción de amparo constitucional.
Por ello, la decisión accionada en amparo ante esta Corte de Apelaciones era
susceptible de ser atacada mediante las vías procesales ordinarias de impugnación
para restablecer la situación jurídica que señalaba infringida por el Juez Segundo
de Primera Instancia en Funciones Juicio del Circuito Judicial Penal del estado
Falcón, denunciado como presunto agraviante; motivo por el cual resulta evidente
que en el presente caso opero la causal de inadmisibilidad contenida en el numeral
5 del artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales. Así se decide…”. [Mayúsculas del original] [Corchetes de la Sala]
IV
DE LA COMPETENCIA
V
Precisado lo anterior y siendo asumida la competencia para conocer del presente asunto,
inicialmente debe emitirse pronunciamiento sobre la tempestividad del recurso de apelación aquí
examinado y a tal efecto se observa que el fallo objeto de impugnación fue dictado el 17 de agosto
de 2017, por la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del estado Falcón, siendo que este
medio recursivo se ejerció el 23 de agosto 2017, por lo que se estima imperioso acotar que el
artículo 35 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales dispone
expresamente que el lapso para interponer el recurso de apelación es de tres días después de
dictado el fallo -entiéndase publicado o notificado según el caso-, al señalar lo siguiente:
En este sentido, debe destacarse que la forma de computar los tres (3) días que
disponen las partes para apelar, previstos en la referida norma, fue precisada en sentencia n.° 501
del 31 de mayo de 2000 (caso: “Seguros Los Andes, C.A.”), en la cual se estableció lo siguiente:
“(…) en relación con los lapsos para interponer el recurso de apelación en amparo,
esta Sala Constitucional considera que admitir que el lapso de apelación previsto
en el artículo 35 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales debe computarse por días continuos, incluyendo sábados,
domingos y feriados, sería atentatorio contra el derecho a la defensa, principio
cardinal del sistema procesal, pues el ejercicio del recurso de apelación se vería
limitado de hecho, incluso cercenado, bien por la llegada del fin de semana, o
alguna fiesta patria.
...omissis...
Bajo este orden de ideas, considera esta Sala que el lapso de tres (3) días para
interponer el recurso de apelación en amparo, previsto en el artículo 35 de la Ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, debe ser
computado por días calendarios consecutivos, excepto los sábados, los
domingos, el jueves y el viernes santos, los declarados días de fiesta por la Ley de
Fiestas Nacionales y los declarados no laborables por otras leyes, y así se
declara, reiterando con carácter vinculante lo ya expresado en el fallo del 1º de
febrero de 2000 (caso: José Amando Mejía)…”. (Destacado añadido).
A la luz del criterio supra invocado, debe acotarse que en reiteradas ocasiones esta Sala
ha declarado inadmisible por extemporánea la apelación interpuesta fuera del lapso de apelación
previsto en el artículo 35 eiusdem, computado en atención al referido criterio (vid sentencia n.°
3213/2003 caso: “Ely Fabio Hernández”), por lo que en esta oportunidad se debe afirmar una vez
más que de conformidad con la interpretación que se le ha dado al texto del citado artículo 35 de
la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales (sentencias 501/2000, del
31 de mayo; y 3.027/2005, del 14 de octubre), el lapso para recurrir de la decisión dictada por la
primera instancia en el proceso de amparo, es de tres (3) días contados a partir de la fecha de
publicación del fallo (sentencia n.° 11/2004, del 14 de enero), los cuales, a su vez, deben ser
computados por días calendarios consecutivos, excepto los sábados, los domingos, el jueves y el
viernes santos, los declarados días de fiesta por la Ley de Fiestas Nacionales y los declarados no
laborables por otras leyes, ello a los fines de salvaguardar el derecho a la defensa, el cual también
tiene una dilatada vigencia en el marco del proceso de amparo.
Precisado lo anterior, esta Sala aprecia que la sentencia apelada fue dictada el 17 de
agosto de 2017, ordenándose la notificación del accionante, la cual se materializó el 21 de agosto
de 2017 (folio 131 del expediente AA50-T-2017-001111), y según el cómputo efectuado el 24 de
agosto de 2017 por la secretaría de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del estado
Falcón, se observa que el accionante ejerció el recurso de apelación contra el referido fallo el 23
de agosto de 2017, esto es, transcurrieron los días 22 y 23 de agosto de 2017, siendo entonces
interpuesto el recurso de apelación el segundo día continuo siguiente de su notificación, razón por
la cual se considera que la apelación resulta tempestiva. Así se establece.
Ahora bien, esta Sala precisa que, tal como quedó asentado en sentencia No. 442 del 4
de abril de 2001, caso: “Estación Los Pinos, S.R.L.” habiéndose establecido en la ley un plazo de
treinta (30) días para que el tribunal de alzada decida la apelación de la sentencia de amparo
constitucional, este plazo debe considerarse como preclusivo para que las partes consignen
cualquier escrito relacionado con la causa. En el presente caso, se puede evidenciar que la
representación judicial de la parte accionante presentó la fundamentación de la apelación en el
mismo escrito recursivo, por lo que esta Sala decidirá dicho recurso con base en los argumentos
expuestos en la acción de amparo, la sentencia apelada, los elementos que cursan en autos, y los
argumentos de la apelación. Así se decide.
“… [e]n este contexto es menester indicar que la postura que sirve de fundamento
al fallo apelado ha sido corregida progresivamente por esta Sala hasta el punto de
considerar que la parte actora puede optar entre el ejercicio de la acción de
amparo y la vía de impugnación ordinaria (Vid. sentencia de fecha 15 de febrero
de 2000 entre otras); no obstante, para ello debe poner en evidencia las razones
por las cuales decidió hacer uso de esta vía -amparo- ya que de lo contrario se
estarían atribuyendo a este medio procesal los mismos propósitos que el recurso
de apelación, lo cual no ha sido en ningún momento la intención del
legislador…”. (Resaltado y corchetes de esta Sala).
En igual sentido, esta Sala en Sentencia n.° 369 del 24 de febrero de 2003, caso: “Bruno
Zulli Kravos”, dejó sentado lo siguiente:
“… [l]a violación o amenaza de violación de derechos fundamentales, el urgente
restablecimiento de la situación jurídica infringida, la eventual irreparabilidad del
daño y la circunstancial inidoneidad e ineficacia de las vías, medios o recursos
judiciales preexistentes (ordinarios o extraordinarios) en un caso concreto, son
circunstancias determinantes de la admisibilidad y procedencia de una demanda
de amparo.
La escogencia, por parte del querellante, entre la demanda de amparo y las vías,
medios o recursos judiciales preexistentes (ordinarios o extraordinarios) es la
excepción, no la regla, y es posible sólo cuando las circunstancias a que se hizo
referencia supra así lo ameriten, para lo cual, se insiste, es necesario que el
agraviado las ponga en evidencia ante el Juez, quien, en definitiva, las
ponderará en cada caso…” (Resaltado y corchetes de esta Sala).
Sobre la noción de orden público, esta Sala sentencia del 9 de marzo de 2000 (Caso:
“José Alberto Quevedo”), dejó sentado lo siguiente:
“… [s]in embargo, no escapa a esta Sala, como ya le ocurrió a la Sala de Casación
Civil de la extinta Corte Suprema de Justicia y que plasmó en fallo del 24 de abril de
1998 al cual luego se hace referencia, que el conocimiento de unos hechos que no
fueron alegados como supuestos de hecho de las normas constitucionales
denunciadas como infringidas, pueden y deben producir otras situaciones a ser
tomadas en cuenta por los sentenciadores, ya que a pesar de ser ajenas a la
pretensión de amparo, siempre que sean cuestiones de orden público, sobre las
cuales el juez puede de oficio resolver y tomar decisiones, si constata que las
mismas no lesionan derecho de las partes o de terceros. Cuando los afectados por
las decisiones han sido partes en el juicio donde se constatan los hechos contrarios
al orden público, y ellos son generadores de esos hechos, el derecho a la defensa y
al debido proceso no se les está cercenando si de oficio el juez cumpliera con la
función tuitiva del orden público, ya que es la actitud procesal de las partes la que
con su proceder denota la lesión al orden público, entendido éste como el
“...Conjunto de condiciones fundamentales de vida social instituidas en una
comunidad jurídica, las cuales, por afectar centralmente a la organización de ésta,
no pueden ser alteradas por la voluntad de los individuos...” (Diccionario Jurídico
Venezolano D & F, pág. 57). La ineficacia de esas condiciones fundamentales
generaría el caos social…”. (Subrayado y corchetes del original).
Este criterio sobre el orden público, fue ampliado por esta Sala al tratar el tema de la
inadmisibilidad de la acción de amparo constitucional, estableciendo que aun en los supuestos de
caducidad y de desistimiento de la acción, la solicitud de tutela constitucional debe ser admitida
cuando medie su existencia:
Para sostener esta Solicitud, arguye el recurrente, que la norma contenida en el artículo
333 del Código Orgánico Procesal Penal, establece que el Juez de Juicio tiene la facultad de
anunciar un cambio de la calificación jurídica, hasta “…inmediatamente después de terminada la
recepción de pruebas, si antes no lo hubiere hecho…”, es decir, que desde la apertura del juicio,
puede el juez de juicio advertir dicha modificación; en este punto el recurrente argumenta la
violación del principio de igualdad por parte del presunto agraviante, debido a que si se interpreta
que la oportunidad para admitir de los hechos precluye antes de la recepción de las pruebas
(artículo 375 eiusdem, aplicable ratione temporis), y el Juez de Juicio hace la advertencia del
cambio de calificación en cualquier oportunidad anterior a dicho momento, es admisible el
procedimiento de la suspensión condicional del proceso contenido en el artículo 43 ibídem; asunto
que no posible de aplicar, luego de dicha oportunidad, si se sigue la interpretación dada por
Tribunal agraviante, pese a que el Juez de Juicio anuncia un cambio de calificación jurídica dentro
de la oportunidad establecida en el artículo 333 ibídem; se argumenta entonces, que se trata de
dos momentos procesales que parten de la misma premisa: la advertencia sobre el cambio de
calificación jurídica, pero a los que, por interpretación del agraviante, se les da consecuencias
distintas, al no brindar el mismo tratamiento interpretativo (principio de igualdad), que según el
recurrente, coloca en indefensión a su defendido.
Ahora bien, al margen de los anteriores argumentos, observa la Sala, que el recurrente
parte de un error en su comprensión de la institución de la admisión de los hechos contenida en el
artículo 375 del Código Penal Adjetivo vigente para el momento de la realización de la audiencia
preliminar y de la decisión hoy recurrida, ya que la asimila a la calificación jurídica dada a los
hechos, y no propiamente a éstos, en tiempo, modo y lugar, siendo ello, dos aspectos totalmente
distintos; en efecto, si el imputado manifiesta su voluntad de admitir los hechos, puede diferir de
la calificación jurídica que ha sido atribuida a los hechos, y de la cual puede recurrir en apelación;
por ello, resulta infundado argüir, como lo expresa el recurrente, que su defendido estaba
impedido de admitir los hechos desde la realización de la audiencia preliminar hasta que el juez de
juicio advirtió sobre el cambio de calificación jurídica, debido a que la calificación jurídica admitida
en la fase intermedia del proceso penal, en nada le impedía, admitir los hechos y apelar de la
calificación jurídica atribuida, tal como lo dispone el artículo 427 del Código Orgánico Procesal
Penal.
De la revisión a la figura de la admisión de los hechos, tal como ha sido regulado por el
Código Orgánico Procesal Penal, desde el texto original se observa que, en lo que atañe al
procedimiento ordinario, había sido limitado a la Audiencia Preliminar. Desde la reforma parcial de
2000, dicho cuerpo normativo estableció que, en los casos de flagrancia, la referida forma
alternativa a la prosecución del proceso fue extendida, en cuanto a la oportunidad de
presentación de la correspondiente manifestación, hasta antes del debate. En la reforma del año
2006, se mantuvo incólume dicha extensión, debido a que el procedimiento abreviado es aplicado
a la flagrancia, siendo ello modificado con la reforma del año 2012, que se mantiene en el vigente
código del año 2021, donde el imputado puede admitir hechos hasta antes de la recepción de las
pruebas.
La Sala de Casación Penal, en Sentencia n.° 75 del 8 de febrero de 2001, dejó sentado la
razón por la cual no es procedente la solicitud de admisión de los hechos luego de la oportunidad
prevista en la Ley, señalando lo siguiente:
“…el Código Orgánico Procesal Penal consagra dentro del procedimiento oral, dos
momentos en los cuales el imputado puede admitir los hechos objeto de la
imputación fiscal: 1) cuando solicita la suspensión condicional del proceso, y 2)
cuando en la audiencia preliminar, solicita al tribunal la aplicación del
procedimiento especial de la admisión de los hechos que conlleva la imposición
inmediata de la pena1.
Esta medida procesal, establece igualmente para el imputado una garantía que
consiste que en caso de que el tribunal niegue la solicitud, la admisión de los
hechos por parte de aquél no podrá considerarse como reconocimiento de su
responsabilidad, situación que evita que el imputado se abstenga de solicitar la
medida ante el temor de que el incumplimiento de cualquiera de las condiciones
que se le fijen, ésta podría ser revocada y utilizarse como confesión su admisión
del hecho o hechos que se le imputan.
Por otra parte, esta Sala – con respecto a la admisión de los hechos – en sentencia n.°
227 del 10 de febrero de 2006, dejó sentado, que dicho procedimiento “…no vulnera el derecho
que tiene toda persona a ser juzgada por sus jueces naturales, con las garantías constitucionales y
legales, pues -tal como lo establecen los criterios jurisprudenciales expuestos supra- el legislador
nacional excluyó la posibilidad de que la rebaja de pena por admisión de los hechos, sea inferior
al límite mínimo de aquella que establece la ley para el delito correspondiente, en las especies
delictivas que indica la señalada norma, como lo son los delitos en los cuales haya habido violencia
contra las personas, y en los casos de delitos contra el patrimonio público o previstos en la Ley
Orgánica Sobre Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas (actual Ley Orgánica contra el Tráfico
Ilícito y el Consumo de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas), siempre que sus penas
correspondientes excedan de ocho (8) años en su límite máximo…” (Resaltado y subrayado de esta
Sala); conforme con el criterio inmediatamente anterior, el procedimiento por admisión de los
hechos no vulnera la garantía constitucional del juez natural, ni las establecidas en los numerales 3
y 5 del artículo 49de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, los cuales
textualmente señalan:
“Artículo 49. El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones
judiciales y administrativas; en consecuencia:
(…)
(…)
Conforme con las normas constitucionales anteriores, observa la Sala, que la admisión de
los hechos es una confesión que se ubica dentro de la categoría doctrinal de la confesión calificada
(rendida por el autor del delito), y que solo puede considerarse válida, “…si fuere hecha sin
coacción de ninguna naturaleza…”; con relación a la validez de la confesión, vale acotar lo
expuesto por la Sala de Casación Penal de este Alto Tribunal, en la Sentencia n.° 214 del 15 de abril
de 2008, referida al cumplimiento de las garantías en la declaración del imputado, señalando:
“…ciertamente el imputado para rendir declaración no debe ser conminado a
hacerla bajo la presión del juramento, ya que este sujeto procesal posee el
derecho a guardar silencio, a no declarar ni total ni parcialmente y a no
autoacusarse, podría no decir la verdad sin que ello le trajera otra consecuencia
que la de que su dicho resultara desvirtuado por otra prueba cursante en los
autos, y a diferencia de la declaración de testigo, ésta sí debe ser tomada bajo
juramento, pues justamente el objetivo que se persigue con ello es el obtener la
fidelidad de la verdad de los hechos.
En este asunto, considera la Sala, que nuevamente el recurrente no tiene una clara
comprensión de la figura de la suspensión condicional del proceso; por ello, atendiendo al fin
orientador de la sentencia, previo a la resolución de la delación, es menester acotar algunos
aspectos de dicha institución procesal.
En este orden de ideas, el artículo 43 del Código Orgánico Procesal Penal, prevé
textualmente lo siguiente:
“Artículo 43. En los casos de delitos cuya pena no exceda de ocho (08) años en su
límite máximo, el imputado o imputada, podrá solicitar al Juez o Jueza de Control,
o al Juez o Jueza de Juicio, si se trata del procedimiento abreviado, la suspensión
condicional del proceso, y el Juez o Jueza correspondiente podrá acordarlo,
siempre que él o la solicitante admita plenamente el hecho que se le atribuye,
aceptando formalmente su responsabilidad en el mismo, y no se encuentre sujeto
a esta medida por otro hecho, ni se hubiere acogido a esta alternativa dentro de
los tres años anteriores. A tal efecto, el Tribunal Supremo de Justicia, a través del
órgano del Poder Judicial que designe, llevará un registro automatizado de los
ciudadanos y ciudadanas a quienes les haya suspendido el proceso por otro hecho.
La solicitud deberá contener una oferta de reparación del daño causado por el
delito y el compromiso del imputado o imputada de someterse a las condiciones
que le fueren impuestas por el tribunal, conforme a lo dispuesto en el artículo 45
de este Código. La oferta podrá consistir en la conciliación con la víctima o en la
reparación natural o simbólica del daño causado.
La Doctrina aún no es unánime sobre el origen de esta institución procesal, sin embargo
reconoce que su antecedente más cercano lo encontramos en el Código Procesal Penal Modelo
para Iberoamérica, que tiene como fuentes, la figura establecida en el parágrafo 53a de la
Ordenanza Procesal Penal alemana y la pretrial diversion estadounidense; no obstante lo anterior,
en la historia de la literatura jurídica, encontramos algunos ejemplos más remotos de modalidades
de inhibición penal, “…por ejemplo, en los Países Bajos se tienen registros de la compositie desde
el siglo XVI y desde 1838 de la transactie; dichas instituciones coinciden en lograr la paralización de
las actuaciones penales a cambio de que la persona sospechosa realice el pago de una suma de
dinero…” (Spierenburg, Pieter, “The spectacle of suffering: Executions and the evolution of
repression: From a preindustrial metropolis to the European experience” (En español: El
Espectáculo del Sufrimiento: Los Fusilamientos y la Evolución de la Represión: De una Metrópolis
Preindustrial a la Experiencia Europea), Cambridge, Cambridge University Press, 1984; Tak, Peter,
“The Dutch Prosecutor. A Prosecuting and Sentencing Officer” (En español: El fiscal holandés. Un
oficial de Procesamiento y Sentencia). En Erik Luna & Marianne Wade (eds.), “The Prosecutor in
Transnational Perspective” (En español: El fiscal en Perspectiva Transnacional), Oxford, Oxford
University Press. Disponible en: http://doi.org/10.1093/acprof:osobl/9780199844807.003.0011;
citados por Rocío González Velázquez: “La suspensión condicional del proceso penal: reflejo de la
difícil armonización entre eficiencia y efectividad en los sistemas penales”, Revista IUS, volumen
13, n.° 44, Puebla México, año 2019. https://doi.org/10.35487/rius.v13i44.2019.451).
Por ello, la suspensión condicional del proceso trata del derecho de toda persona
sometida a proceso, a solicitar su suspensión, cuando se reúnan las condiciones legales para su
admisibilidad, lo que a su vez, genera el deber estatal de reconocerlo ante cualquier solicitud
correctamente fundada en la ley. (Vid. Sentencia de esta Sala n.° 232 de fecha 10/03/2005).
Ahora bien, en nuestro país, esta obligación del Estado de reconocer su aplicación pasa
por garantizar que la víctima sea resarcida del daño (paradigma restaurativo), sin la cual – la
reparación –, la solicitud resulta improcedente; así mismo, conforme al principio de debida
diligencia, el Tribunal y los órganos auxiliares de justicia, asumen la obligación de supervisión en el
cumplimiento de las obligaciones impuestas al imputado, por ello, basta que, injustificadamente
deje de cumplir “…alguna de las condiciones que se le impusieron, o cuando de la investigación
surgen nuevos elementos de convicción que relacionen al imputado con otro u otros delitos; y en
su lugar procederá la reanudación del proceso o ampliar el plazo de prueba por un año más...”
(Vid. Sentencia n.° 291 del 03 de junio de 2002, Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de
Justicia) (Artículos 46 y 47 del Código Orgánico Procesal Penal).
Así mismo, observa la Sala, que el “error en la interpretación de una norma”, vicio
supuesto en que se concentran todas las delaciones del impugnante, es recurrible en apelación, de
conformidad con lo establecido en el artículo 44.5 del Código Orgánico Procesal Penal, vía
recursiva suficiente, idónea y expeditas para resolver el fondo del asunto planteado en la presente
solicitud de amparo constitucional, considerando que el imputado se abstuvo de declarar en la
fase intermedia y en la fase de juicio, incluso en la oportunidad a que se refiere el artículo
333 eiusdem, y mucho menos admitió los hechos en los términos del artículo 375 ibídem.
Con base a todo lo anterior, considera la Sala, que los argumentos esgrimidos por el
recurrentes no son suficientes y valederos para habilitar la vía del amparo constitucional, y que el
Juzgado supuesto agraviante no actuó fuera del ámbito de su competencia, en abuso de poder o
extralimitación de funciones, ni vulneró el derecho constitucional al debido proceso del
querellante; por el contrario, decidió la controversia de forma expresa, positiva y precisa con
arreglo a la pretensión de la parte actora y a las excepciones y defensas que extemporáneamente
opuso la parte demandada, no obstante que analizó, con suficiencia y coherencia, las figuras de
admisión de los hechos, suspensión condicional del proceso, y del cambio de la calificación jurídica
en la oportunidad que establece el artículo 333 del Código Orgánico Procesal Penal, además de
que expresó los motivos de hecho y de derecho de su decisión.
Así mismo observa, que el recurrente pretende en realidad es que se dicte una sentencia
que modifique y extienda la oportunidad de admitir los hechos y de solicitar la suspensión
condicional del proceso, en cualquier estado en que se encuentre la causa penal en primera
instancia, lo que implicaría realizar un cambio legislativo de los artículos 45, 333 y 375 del actual
Código Orgánico Procesal Penal, asunto que es competencia de la Asamblea Nacional.
Conforme con todo el razonamiento anterior, esta Sala Constitucional concluye que las
argumentaciones expuestas por el recurrente en amparo no son “razones suficientes y valederas
para escoger la vía del amparo constitucional”, como excepcionalidad de lo dispuesto en el
artículo 6.5 de la Ley Orgánica de Amparo Sobre Derechos y Garantías Constitucionales, debiendo
declarar sin lugar el recurso de apelación y confirma la sentencia apelada.. Así se decide.
VI
DECISIÓN
Por los razonamientos antes expuestos, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala
Constitucional, administrando justicia en nombre de la República por autoridad de la ley, declara:
La Presidenta,
Ponente
La Vicepresidenta,
Los Magistrados,
17-1111
GMGA/.-