Sentencia 537-17 2017

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MAGISTRADA PONENTE: GLADYS MARÍA GUTIÉRREZ ALVARADO

Mediante oficio n.° 537-17 del 24 de agosto de 2017, emanado de la Corte de Apelaciones
del Circuito Judicial Penal del estado Falcón, fue recibido en esta Sala Constitucional, el expediente
contentivo de la acción de amparo constitucional ejercida por el ciudadano Salvador José
Guarecuco Cordero, titular de la cedula de identidad n.° V- 13.203.872, abogado, inscrito en el
Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el n.° 101.837, actuando en la condición de defensor
privado del ciudadano JORGE ALBERTO RAMÍREZ GARCÍA, titular de la cédula de identidad n.° V-
22.896.312, contra la decisión dictada el 23 y publicada el 28, ambos días del mes de marzo de
2017, por el Tribunal Segundo de Primera Instancia en Funciones de Juicio del Circuito Judicial
Penal del estado Falcón, que declaró, en el asunto penal identificado con el alfanumérico IP01-P-
2015-000301, “…CULPABLE  a los ciudadanos YOHANDRY JOSÉ CAMPOS VEORES, titular de la
cédula de identidad 20.680.996 (…) y JORGE ALBERTO RAMÍREZ GARCÍA, (…) titular de la cédula de
identidad 22.896.312 (…) por la comisión del delito de APROVECHAMIENTO DE VEHÍCULO
PROVENIENTE DEL ROBO, previsto y sancionado en el artículo 9 de la Ley Sobre el Hurto y Robo de
Vehículo Automotor; imponiéndose la pena a cumplir de 04 años de prisión, más las penas
accesorias de Ley, establecidas en el artículo 16 del Código Penal (…) SEGUNDO: Se ratifica la
medida de privación Judicial Preventiva de Libertad en contra del ciudadano JORGE ALBERTO
RAMÍREZ GARCÍA,  ya que si bien es cierto le fue impuesta una pena menor a 05 años, es
competencia única del Tribunal de Ejecución de pronunciarse sobre la procedencia o no del
Beneficio de Suspensión Condicional de la Ejecución de la Pena…” (Mayúsculas y resaltado del
original) (Subrayado y paréntesis internos de la Sala).

 
Dicha remisión se efectuó vista la apelación ejercida el 23 de agosto de 2017, por los
abogados Salvador José Guarecuco Cordero y Orlando Isaac Hidalgo Barroeta, este último titular
de la cédula de identidad n.° V- 21.668.018, inscrito en el Instituto de Previsión Social del Abogado
bajo el n.° 216.758; contra la decisión dictada el 17 de agosto de 2017 por la Corte de Apelaciones
del Circuito Judicial Penal del Estado Falcón, que declaró inadmisible la acción de amparo
interpuesta, conforme a lo establecido en el artículo 6 cardinal 5 de la Ley Orgánica de Amparo
sobre Derechos y Garantías Constitucionales.

 El 27 de octubre de 2017, se dio cuenta en Sala y se designó ponente a


la Magistrada doctora Gladys María Gutiérrez Alvarado.

 El 27 de abril de 2022, se constituyó esta Sala Constitucional en virtud de la


incorporación de los magistrados designados por la Asamblea Nacional en sesión ordinaria
celebrada el 26 de abril de 2022, publicada en Gaceta Oficial de la República Bolivariana de
Venezuela n.° 6.696, Extraordinario de fecha 27 de abril de 2022; quedando integrada de la
siguiente forma: magistrada Gladys María Gutiérrez Alvarado, Presidenta; magistrada Lourdes
Benicia Suárez Anderson, Vicepresidenta; y los Magistrados y Magistradas Luis Fernando Damiani
Bustillos, Calixto Antonio Ortega Ríos y Tania D’Amelio Cardiet; ratificándose en su condición de
ponente a la Magistrada Lourdes Benicia Suárez Anderson, quien con tal carácter suscribe la
presente decisión.

En virtud de la incorporación de la Magistrada doctora Michel Adriana Velásquez Grillet,


contenida en el acta del 27 de septiembre de 2022, esta Sala quedó constituida de la siguiente
manera: Magistrada doctora Gladys María Gutiérrez Alvarado, Presidenta; Magistrada doctora
Lourdes Benicia Suárez Anderson, Vicepresidencia; Magistrado doctor Luis Fernando Damiani
Bustillos, Magistrada doctora Tania D’Amelio Cardiet y Magistrada doctora Michel Adriana
Velásquez Grillet.

Realizado el estudio acucioso de las actas procesales que dan cuerpo al presente
expediente, esta Sala Constitucional pasa a decidir, previo las siguientes consideraciones:
 

FUNDAMENTOS DE LA ACCIÓN DE AMPARO 

 
Del escrito de amparo esta Sala puede evidenciar los siguientes argumentos:

 Que, “… la acción está siendo interpuesta en contra del Tribunal SEGUNDO de JUICIO de
la Circunscripción Judicial Penal del Estado Falcón, CON SEDE EN CORO…”  (sic) [Mayúsculas del
original].

 Que, “…el acto violatorio (…) que ha motivado esta queja y la consiguiente solicitud de
amparo, (…) no ha sido consentido en ningún momento de forma expresa o sobreentendida y no
existe otra ACCIÓN EXPEDITA Y URGENTE, vía o medio judicial ordinario o preexistente a fin de
lograr se restituya el derecho que ha sido violado, ni tampoco han trascurrido seis (06) meses
después de la transgresión de dicho derecho. ES NECESARIO ESTE AMPARO SOBRE TODO POR LOS
INTERESES DIFUSOS Y/O COLECTIVOS QUE SE PRESENTAN EN CUANTO AL VACIO QUE EXISTE EN LA
NORMATIVA PENAL QUE CHOCA CON LA CARTA MAGNA Y LA PROGRESIVIDAD DE LOS DERECHOS
HUMANOS. La única vía es EL AMPARO CONSTITUCIONAL v no es posible otra acción o medio de
tipo recursivo, por las Violaciones Graves y Urgentes a la Carta Magna…”  (sic) [Mayúsculas del
original].

 Que, “… [el] 13 de Febrero de 2015, se llevo a cabo Audiencia Oral de


Presentación  [del]  ciudadano Jorge Alberto Ramírez,  [imputándosele]  los delitos de Robo
Agravado de Vehículo Automotor, previsto y sancionado en el Articulo 5 de la Ley Sobre el Hurto y
Robo de Vehículos Automotores, Lesiones Personales y Agavillamiento, previstos v sancionados en
los Artículos 413 y 286 del Código Penal, decretándose para el mismo la Medida de Privación
Judicial Preventiva de Libertad…” (sic) [Corchetes de la Sala].

Que, “…[el] 30 de Marzo de 2015, la Fiscalía Tercera del Ministerio Publico presentó ante
la Unidad de Recepción y Distribución de Documentos de este Circuito Judicial Penal formal
ACUSACIÓN en contra del IMPUTADO POR LOS DELITOS DE Robo Agravado de Vehículo
Automotor, previsto y sancionado en el Articulo 5 de la Ley Sobre el Hurto y Robo de Vehículos
Automotores, Lesiones Personales y Agavillamiento, previstos y sancionados en los Artículos 413 y
286 del Código Penal…” (sic) [Mayúsculas del original] [Corchetes de la Sala].

Que, “… [e]l 28 de mayo de 2015, el Tribunal Quinto de Primera Instancia en Funciones


de Control, EN AUDIENCIA PRELIMINAR, ADMITE TOTALMENTE LA ACUSACIÓN FISCAL POR LOS
DELITOS DE Robo Agravado de Vehículo Automotor, previsto y sancionado en el Articulo 5 de la Ley
Sobre el Hurto y Robo de Vehículos Automotores, Lesiones Personales y Agavillamiento, previstos y
sancionados en los Artículos 413 y 286 del Código Penal…” (sic) [Mayúsculas del original]
[Corchetes de la Sala].

Que, “… el 26 de Enero de 2017, se apertura el Juicio Oral y Público ante el Tribunal
Segundo de Primera Instancia en funciones de juicio en Coro, manteniendo la calificación de Robo
Agravado de Vehículo Automotor, previsto y sancionado en el Articulo 5 de la Ley Sobre el Hurto y
Robo de Vehículos Automotores, Lesiones Personales y Agavillamiento, previstos y sancionados en
los Artículos 413 y 286 del Código Penal…” (sic).

Que, “…[e]l 23 de MARZO de 2017, el Tribunal Agraviante al folio 104 del Expediente,
anuncia formalmente el CAMBIO DE CALIFICACIÓN JURÍDICA DE ACUERDO AL ARTÍCULO 333 DEL
CÓDIGO ORGÁNICO PROCESAL PENAL, de Robo Agravado de Vehículo Automotor, previsto y
sancionado en el Articulo 5 de la Ley Sobre el Hurto y Robo de Vehículos Automotores, Lesiones
Personales y Agavillamiento, previstos y sancionados en los Artículos 413 y 286 del Código Penal,
al delito de APROVECHAMIENTO DE VEHÍCULO PROVENIENTE DEL ROBO según el artículo 09 de la
Ley Sobre Hurto y Robo de Vehículo, Y FORMALIZA LA SENTENCIA CONDENATORIA POR EL DELITO
DE APROVECHAMIENTO DE VEHÍCULO PROVENIENTE DEL ROBO Y ABSOLUTORIA POR LOS DELITOS
DE LESIONES Y AGAVILLAMIENTO…” (sic) [Mayúsculas del original] [Corchetes de la Sala].

Que, “… [e]n fecha 28 de marzo de 2017, de acuerdo a los artículos 347 y 349 del Código
Orgánico Procesal penal PUBLICA LA DECISIÓN SOBRE LA CONDENATORIA DE LOS ACUSADOS POR
EL DELITO DE APROVECHAMIENTO DE VEHÍCULO PROVENIENTE DEL ROBO (artículo 09 de la Ley
Especial) y absolutoria por los delitos de Agavillamiento y Lesiones personales intencionales menos
graves…” (sic) [Mayúsculas del original] [Corchetes de la Sala].

Que, “…[la] DECISIÓN DE FECHA 23 DE MARZO DE 2017 Y PUBLICADA EL 28 DE MARZO


DE 2017, AL NEGAR LA SUSPENSIÓN CONDICIONAL DEL PROCESO Y NO ADVERTIR LA ADMISIÓN DE
HECHOS AL PRESENTARSE LA INCIDENCIA sobre el cambio de Calificación Jurídica que en ninguna
fase anterior pudo obtener el Acusado. (Nacimiento de un Derecho con la Incidencia DEL ARTÍCULO
333 DEL CÓDIGO ORGÁNICO PROCESAL PENAL) es violatoria de los artículos 19, 21.1, 22, 26 y 258
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela…” (sic) [Mayúsculas del original]
[Corchetes de la Sala].

 
II

DE LOS ARGUMENTOS DE LA APELACIÓN

El 23 de agosto de 2017, los abogados Salvador José Guarecuco Cordero y Orlando Isaac


Hidalgo Barroeta, interpusieron apelación contra la decisión dictada el 17 de agosto de 2017 por la
Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Falcón, que declaró inadmisible la
acción de amparo interpuesta, conforme a lo establecido en el artículo 6 cardinal 5 de la Ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales; argumentando lo siguiente:

Que, “… [al]  NO PERMITIR[SE]  LA POSIBILIDAD DE APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 43 DEL


CÓDIGO ORGÁNICO PROCESAL PENAL, E INCLUSIVE  (…)  tampoco imponerle al acusado el artículo
375 de la misma norma  (…)  es violatorio a la progresividad de los Derechos de todo ciudadano, ya
que ese momento procesal  (…)  nació el 23 de marzo de 2017 con al anuncio del cambio
de    calificación    jurídica…” (sic) [Mayúsculas del original] [Corchetes de la Sala].

Que, “…la figura de la suspensión condicional del proceso que establece la norma, es
dada a cualquier imputado que este sujeto algún enredo penal, teniendo el mismo de manera
voluntaria, la posibilidad de someterse al proceso bajo la figura de condiciones expresas tanto en
fase preparatoria, intermedia o de juicio. Pero en el caso especifico el ciudadano JORGE ALBERTO
RAMÍREZ GARCÍA no tenía ese derecho por el tipo penal que venía arrastrando durante más de 2
años y que el 23 de marzo de 2017 con el nuevo esquema sustantivo, nace la oportunidad de
solicitarla tal como se hizo, pero que al no estar presente en fases anteriores no podía el acusado
hacer uso de ese derecho QUE PUEDEN TENER OTROS INDIVIDUOS porque todos somos iguales
ante la ley, al punto de que el ciudadano JORGE RAMÍREZ con el cambio de situación típica al igual
que cualquier ciudadano en el misino escenario, puede gozar de los derechos irrenunciables en
materia de derechos Humanos…” (sic) [Mayúsculas del original].

Finalmente arguye el recurrente, que la sentencia apelada viola los artículos 19, 21.1, 22,
26 y 258 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

 
III

DE LA SENTENCIA APELADA 

 
En fecha  17 de agosto de 2017, la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del
estado Falcón, declaró inadmisible la acción de amparo interpuesta, conforme a lo establecido en
el artículo 6 cardinal 5 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, fundamentando la motiva en los términos siguientes:
“…  [c]onforme se desprende de los fundamentos de la acción de amparo
esgrimidos por la parte accionante, la acción de amparo que se analiza fue
incoada con la finalidad de cuestionar la decisión dictada en fecha 23 de Marzo de
2017, donde presuntamente fueron vulnerados derechos establecidos en los
artículos 19, 211, 22, 26 y 258 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela de su defendido, al negar el Ciudadano Juez, JOSÉ FRANCISCO MOLINA,
ante la incidencia surgida en ocasión de la advertencia judicial del cambio de
calificación jurídica, la solicitud de la defensa de que el imputado se acogiese a una
Fórmula Alternativa a la Prosecución del Proceso, específicamente la Suspensión
Condicional del Proceso, regulada en el artículo 43 del Código Orgánico Procesa!
Penal (...), el cual considera que vulneró el goce, ejercicio irrenunciable de sus
derechos, el principio de progresividad e irreversibilidad, el derecho a la no
discriminación, la garantía a una tutela judicial efectiva, y el derecho a la
aplicación de otros medios alternativos para resolución de conflictos, estatuidos en
nuestra Carta Magna.

Sin embargo, debe señalar esta Corte de Apelaciones que el Tribunal A Quo, en
cuanto a la solicitud de la defensa sobre la Fórmula Alternativa a la prosecución de
proceso específicamente Suspensión Condicional del Proceso, expuso lo siguiente:

‘…vista la incidencia surgida en ocasión a la solicitud de la Defensa Pública y


Privada respecto a los imputados que se acojan a una fórmula Alternativa a la
Prosecuci6n del Proceso en particular la Suspensión Condicional regulada en el
artículo 43 del COPP y así como fue escuchada la intervención de la representación
fiscal, corresponde a este órgano jurisdiccional pronunciarse en la misma
audiencia y como punto previo a la definitiva en los siguientes términos: Las
Fórmulas Alternativas a la Prosecución del proceso fueron reguladas en la Ley
Penal Sustantiva con la intención de Legislador de evitar a futuro las aperturas del
Juicio Oral y Público y en particular que esta se produjera con posterioridad a la
recepción    de pruebas, a tal efecto el Código Orgánico Procesal Penal establece la
oportunidad procesal para que los acusados se acojan a las mencionadas fórmulas
alternativas. Haciendo una clara distinción entre los delitos graves y menos graves,
en el primero de los casos la oportunidad procesal pare que el imputado se acoja a
la Suspensión Condicional del Proceso es en la Audiencia Preliminar, una vez
admitida la acusación y ante el Juez de Juicio si se trata de un procedimiento
abreviado. Por otra parte debe quedar claro que dentro de unos de los requisitos
para que procese la Suspensión Condicional del Proceso es la admisión de hechos
objeto de la acusación fiscal por parte de los acusados y no de la advertencia que
pudiera hacer el Juez de una nueva calificación jurídica en el entendido que esta
última institución procesal la realiza el Juez en el curso del debate o
inmediatamente después de terminada la recepción de pruebas. De esta forma
queda regulado en el articulo 43 en concordancia con el articulo 311 ordinal 5
ambos del COPP, otorgándole la ultima disposición legal el derecho al imputado de
solicitar la Suspensi6n Condicional del Proceso hasta cinco días antes del
vencimiento del plazo fijado para la celebración de la Audiencia Preliminar.
Aunado a ello se evidencia de la audiencia de presentación de imputado que el
Juez de Control entre otros pronunciamientos estableció continuar la investigación
de acuerdo al procedimiento ordinario establecido en el articulo 282 eiusdem y no
por el procedimiento abreviado establecido en el articulo 372 y siguientes ibídem.
Asimismo como se señaló con anterioridad se requiere que el acusado admita los
hechos objetos de la acusación, pasando por alto la Defensa Pública y Privada que
el Ministerio Público en la apertura a Juicio calificó los delitos de Agavillamiento y
Lesiones Intencionales Personales Menos Graves. De la misma manera en cuanto a
los delitos menos graves, la oportunidad procesal para que el imputado se acoja a
la Suspensión Condicional del Proceso es desde la fase preparatoria, siempre que
acepte los hechos atribuidos por el Fiscal en la audiencia oral de presentación de
imputados y en la audiencia preliminar una vez admitidos por el Juez de Control la
acusación fiscal. De conformidad a lo establecido en los artículos 354, 358 y 365
del COPP. Igualmente cabe resaltar que de acuerdo al artículo 333 del COPP, ante
la advertencia del Juez de una nueva calificación jurídica solo debe preservarse o
garantizarse el derecho a la defensa y a ser oídos a los acusados ante esa nueva
calificación no pudiéndose interpretar por ello que luego de evacuados los órganos
de prueba el acusado admita los hechos de la nueva calificación para suspender el
proceso, una interpretación distinta a esta sería vulnerar el debido proceso y una
justicia expedida y oportuna. Más aun cuando en el caso en particular, si fuera el
caso, los acusados no pueden parcialmente admitir los hechos objetos de la
acusación, haciendo énfasis este juzgador que además del Robo de Vehículos,
fueron acusados por Agavillamiento y Lesiones Personales Intencionales. Respecto
al argumento de la defensa pública, que existe la duda sobre la acreditación del
referido hecho punible, hace el señalamiento de la supuesta incongruencia que
existe entre el avalúo prudencial y el procedimiento de flagrancia, sobre este
particular se evidencia de las actuaciones que el procedimiento lo llevo a cabo
funcionarios adscritos a la Policía del estado Falcón, quienes recuperaron el
vehículo y le corresponde remitir la evidencia al organismo principal de
investigación como lo es al CICPC, resalta este Tribunal que el procedimiento se
llevó a cabo el día 11-02-2015 fecha esta que coincide con el avalúo prudencial
realizado por el CICPC, efectivamente porque para el mismo día no había sido
puesto a la orden y disposición del referido organismo de investigación penal el
vehículo sobre el cual recayó la regulación prudencial. Por otra parte la experticia
al VEHÍCULO data de fecha 12-02-2015 fecha para la cual Poli falcón había
remitido la evidencia a la Brigada de Vehículo ordenándose la experticia de
reconocimiento legal de acuerdo a memorándum 1221 del 12-02-2015. Con
respecto al alegato de la defensa privada que si bien es cierto las oportunidades
para que el acusado se acoja a la Suspensión Condicional del Proceso están
reguladas en el COPP, en el artículo 333 de la citada Ley Penal Adjetiva no prohíbe
de manera expresa que se acojan a dicho proceso. Este Tribunal hace la salvedad
que el legislador ha dejado abierta la posibilidad de disponer situaciones de hecho
y de derecho que no estén expresamente establecidas en la ley en la medida que
no se vulneren garantías constitucionales y por otra parte que no se contravenga
lo dispuesto por el legislador sobre la materia. Estableciendo solo el COPP la
posibilidad de aprobarlos hechos y circunstancias para la correcta solución del caso
conforme a la disposiciones del Código y que no esté expresamente prohibido por
la Ley en materia de pruebas, tal y como se encuentra estipulado en el articulo 182
y 184 del COPP. Esta disposición legal última referida a las disposiciones de las
pruebas por lo que considera esta instancia judicial que la opinión de la Defensa
Privada de que ‘todo lo que no prohíbe de la Ley puede realizarse’, vulnera la
suprema garantía constitucional del Debido Proceso establecida en el artículo 49.1
constitucional, así como la tutela judicial efectiva establecida en los artículos 25 y
257 de la Constitución, en particular, la realización de un juicio sin dilaciones
indebidas para garantizar así una oportuna y expedida administración de justicia.
Haciendo énfasis en particular en el presente asunto se terminó la recepción de las
pruebas ofertadas por las partes, por lo que ya se le concede el derecho a las
partes para sus conclusiones y de derecho de réplica y contrarréplicas y emitir
posteriormente la sentencia que corresponda. En cuanto la opinión de la Fiscalía
que no se opone a la Suspensión Condicional del Proceso siempre y cuando esté
presente la víctima, es criterio de este Tribunal de acuerdo a los razonamientos y
disposiciones legales antes referidas, que aunque estuviese presente la víctima en
esta audiencia es improcedente la Suspensión Condicional del Proceso, de acuerdo
a la oportunidad y formas en que precede la Fórmula Alternativa, debiendo
resaltar que la víctima estuvo presente en la apertura a juicio oral y pública
quedando notificada para su continuación siendo un derecho y no una obligación
su asistencia a las sucesivas audiencias hasta la culminación del debate, toda vez
que de estar presente el Tribunal garantizará el derecho de ser oída y en su defecto
como ocurre en el presente caso el Ministerio Publico representa sus derechos
como titular de la acción penal. Razones por las cuales este Tribunal NIEGA la
solicitud de la Defensa Pública y Privada de la Suspensión Condicional del
Proceso...’

Asimismo, se constata del escrito contentivo de los fundamentos de la acción de


amparo que el Abogado accionante destaca que el presente amparo lo presenta
por la negativa efectuada por el juez a quo de imponerle a su patrocinado, con
ocasión del cambio de calificación jurídica acaecido en el debate oral y público,
una de las Fórmulas Alternativas a la Prosecución del Proceso, específicamente la
Suspensión Condicional del Proceso, regulada en el artículo 43 del Código Orgánico
Procesal Penal.

Desde esta perspectiva, vale indicar que el amparo constitucional es el medio que
tienen los ciudadanos por vía extraordinaria para que se protejan los derechos
fundamentales que la Constitución reconoce a las personas y que está destinada a
restablecer, a través de un procedimiento breve, los derechos lesionados o
amenazados de violación, siendo un mecanismo previsto en la ley, para garantizar
el pacífico disfrute de los derechos y garantías inherentes a la persona, sin
embargo, solo cuando se dan las condiciones previamente expuestas y aceptadas
como necesarias procede dicha institución de amparo, y de conformidad con la ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, la solicitud de
amparo constitucional debe ajustarse a los requisitos establecidos en la Ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, en cuyo Título II
se establece cuando no será admitida la misma, y dentro de las causales
establecidas al efecto está contenida, específicamente, la prevista en el numeral 5
del aludido artículo que consagra lo siguiente: ‘Cuando el agraviado haya optado
por recurrir a las vías judiciales ordinarias o hecho uso de los medios judiciales
preexistentes...’, del texto citado se desprende que el amparo no puede proponerse
cuando en la legislación existan medios legales que logren satisfacer la pretensión
y cuya tutela judicial se procura obtener con la acción de amparo.

Cabe destacar que esa disposición normativa ha sido interpretada por la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en múltiples fallos, entre los cuales
se estima pertinente citar la sentencia N° 198, de fecha 29/02/2012, en la que
ratifica la doctrina fijada en la sentencia N° 2369, del 23 de noviembre de 2001,
caso: Mario Téllez García y otro), en la que dispuso: (…)

En este mismo orden de ideas otro criterio de Sala del Máximo Tribunal de la
República, eh sentencia No 848-280, de fecha 28/7/2000, Exp. N°- 00-0529 que
indico: (…)

En efecto, el accionante debe ejercer un medio procesal ordinario idóneo de


impugnación para lograr una efectiva tutela judicial efectiva, contra la decisión
dictada en fecha 23 de Marzo de 2017, por el Tribunal de Juicio de negar la
imposición de la Fórmula Alternativa a la Prosecución del Proceso, específicamente
la Suspensión Condicional del Proceso, regulada en el artículo 43 del Código
Orgánico Procesal Penal, incidencia esta que fue plantada en el debate oral y
público, luego de anunciado el cambio de calificación jurídica

Al respecto, el numeral 5 del artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo sobre


Derechos y Garantías Constitucionales dispone:

‘No se admitirá la acción de amparo: (omissis)

Cuando el agraviado haya optado por recurrir a las vías judiciales ordinarias o
hecho uso de los medios judiciales preexistentes...’.

La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, al determinar el alcance de


la causal de inadmisibilidad transcrita anteriormente, mediante decisión del 9 de
agosto de 2000, "Caso Stefan Mar C.A" señaló que:

‘...la postura que sirve de fundamento al fallo apelado ha sido corregida


progresivamente por esta Sala hasta el punto de considerar que la parte actora
puede optar entre el ejercicio de la acción de amparo y la vía de impugnación
ordinaria (vid sentencia de fecha 15 de febrero de 2000 entre otras); no obstante,
para ello debe poner en evidencia las razones por las cuales decidió hacer uso de
esta vía -amparo- ya que de lo contrario se estarían atribuyendo a este medio
procesal los mismos propósitos que el recurso de apelación, lo cual no ha sido en
ningún momento la intención del legislador’. Resaltado de la Sala.

De allí que la indicada Sala del Máximo Tribunal de la República haya establecido
que los Tribunales deben revisar si fue agotada la vía judicial ordinaria o fueron
ejercidos los recursos correspondientes y de no constar tales circunstancias, la
consecuencia será la inadmisión de la acción de amparo constitucional.

Por ello, la decisión accionada en amparo ante esta Corte de Apelaciones era
susceptible de ser atacada mediante las vías procesales ordinarias de impugnación
para restablecer la situación jurídica que señalaba infringida por el Juez Segundo
de Primera Instancia en Funciones Juicio del Circuito Judicial Penal del estado
Falcón, denunciado como presunto agraviante; motivo por el cual resulta evidente
que en el presente caso opero la causal de inadmisibilidad contenida en el numeral
5 del artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales. Así se decide…”.  [Mayúsculas del original] [Corchetes de la Sala] 

IV

DE LA COMPETENCIA 

Debe previamente esta Sala determinar su competencia para conocer de la presente


apelación y a tal efecto observa que, conforme al contenido del artículo 25, cardinal 19, de Ley
Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, esta Sala Constitucional es competente para conocer
las apelaciones contra las sentencias que recaigan en los procesos de amparo constitucional
autónomo que sean dictadas por los juzgados superiores de la República y las Cortes de
Apelaciones en lo penal, salvo los que se incoen contra las dictadas por los juzgados superiores en
lo contencioso administrativo.

 Ahora bien, en el caso sub iudice,  la sentencia apelada fue dictada, el 17 de agosto de


2021, por la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del estado Falcón,  actuando en
funciones constitucionales como tribunal de primera instancia; de modo que, tomando en cuenta
lo señalado en la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia y el artículo 35 de la Ley Orgánica
de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, esta Sala resulta competente para
conocer y decidir la presente apelación. Así se declara. 

 
V

MOTIVACIONES PARA DECIDIR 

Precisado lo anterior y siendo asumida la competencia para conocer del presente asunto,
inicialmente debe emitirse pronunciamiento sobre la tempestividad del recurso de apelación aquí
examinado y a tal efecto se observa que el fallo objeto de impugnación fue dictado el 17 de agosto
de 2017, por la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del estado Falcón, siendo que este
medio recursivo se ejerció el 23 de agosto 2017, por lo que se estima imperioso acotar que el
artículo 35 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales dispone
expresamente que el lapso para interponer el recurso de apelación es de tres días después de
dictado el fallo -entiéndase publicado o notificado según el caso-, al señalar lo siguiente: 
 

“Artículo 35.- Contra la decisión dictada en primera instancia sobre la solicitud de


amparo se oirá apelación en un solo efecto. Si transcurridos  tres (3) días de
dictado el fallo, las partes, el Ministerio Público o los procuradores no
interpusieren apelación, el fallo será consultado con el Tribunal Superior
respectivo, al cual se le remitirá inmediatamente copia certificada de lo
conducente. Este Tribunal decidirá dentro de un lapso no mayor de treinta (30)
días.”  (Resaltado de la Sala).

 En este sentido, debe destacarse que la forma de computar los tres (3) días que
disponen las partes para apelar, previstos en la referida norma, fue precisada en sentencia n.° 501
del 31 de mayo de 2000 (caso: “Seguros Los Andes, C.A.”), en la cual se estableció lo siguiente: 
“(…) en relación con los lapsos para interponer el recurso de apelación en amparo,
esta Sala Constitucional considera que admitir que el lapso de apelación previsto
en el artículo 35 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales debe computarse por días continuos, incluyendo sábados,
domingos y feriados, sería atentatorio contra el derecho a la defensa, principio
cardinal del sistema procesal, pues el ejercicio del recurso de apelación se vería
limitado de hecho, incluso cercenado, bien por la llegada del fin de semana, o
alguna fiesta patria.

...omissis...

Bajo este orden de ideas, considera esta Sala que el lapso de tres (3) días para
interponer el recurso de apelación en amparo, previsto en el artículo 35 de la Ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales,  debe ser
computado por días calendarios consecutivos, excepto los sábados, los
domingos, el jueves y el viernes santos, los declarados días de fiesta por la Ley de
Fiestas Nacionales y los declarados no laborables por otras leyes,  y así se
declara, reiterando con carácter vinculante lo ya expresado en el fallo del 1º de
febrero de 2000 (caso: José Amando Mejía)…”.  (Destacado añadido). 

A la luz del criterio supra invocado, debe acotarse que en reiteradas ocasiones esta Sala
ha declarado inadmisible por extemporánea la apelación interpuesta fuera del lapso de apelación
previsto en el artículo 35 eiusdem, computado en atención al referido criterio (vid sentencia n.°
3213/2003 caso: “Ely Fabio Hernández”), por lo que en esta oportunidad se debe afirmar una vez
más que de conformidad con la interpretación que se le ha dado al texto del citado artículo 35 de
la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales (sentencias 501/2000, del
31 de mayo; y 3.027/2005, del 14 de octubre), el lapso para recurrir de la decisión dictada por la
primera instancia en el proceso de amparo, es de tres (3) días contados a partir de la fecha de
publicación del fallo (sentencia n.° 11/2004, del 14 de enero), los cuales, a su vez, deben ser
computados por días calendarios consecutivos, excepto los sábados, los domingos, el jueves y el
viernes santos, los declarados días de fiesta por la Ley de Fiestas Nacionales y los declarados no
laborables por otras leyes, ello a los fines de salvaguardar el derecho a la defensa, el cual también
tiene una dilatada vigencia en el marco del proceso de amparo.

Precisado lo anterior, esta Sala aprecia que la sentencia apelada fue dictada el 17 de
agosto de 2017, ordenándose la notificación del accionante, la cual se materializó el 21 de agosto
de 2017 (folio 131 del expediente AA50-T-2017-001111), y según el cómputo efectuado el 24 de
agosto de 2017 por la secretaría de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del estado
Falcón, se observa que el accionante ejerció el recurso de apelación contra el referido fallo el 23
de agosto de 2017, esto es, transcurrieron los días 22 y 23 de agosto de 2017, siendo entonces
interpuesto el recurso de apelación el segundo día continuo siguiente de su notificación, razón por
la cual se considera que la apelación resulta tempestiva. Así se establece.

Ahora bien, esta Sala precisa que, tal como quedó asentado en sentencia No. 442 del 4
de abril de 2001, caso: “Estación Los Pinos, S.R.L.” habiéndose establecido en la ley un plazo de
treinta (30) días para que el tribunal de alzada decida la apelación de la sentencia de amparo
constitucional, este plazo debe considerarse como preclusivo para que las partes consignen
cualquier escrito relacionado con la causa. En el presente caso, se puede evidenciar que la
representación judicial de la parte accionante presentó la fundamentación de la apelación en el
mismo escrito recursivo, por lo que esta Sala decidirá dicho recurso con base en los argumentos
expuestos en la acción de amparo, la sentencia apelada, los elementos que cursan en autos, y los
argumentos de la apelación. Así se decide.
 

Establecido lo anterior, la Sala observa que la denuncia fundamental en la acción de


amparo está referida a la supuesta lesión de derechos constitucionales previstos en los
artículos “… 19  (PROGRESIVIDAD DE LOS DERECHOS HUMANOS),  21  (IGUALDAD ANTE LA
LEY),  22  (DERECHOS INHERENTES),  26  (TUTELA JUDICIAL EFECTIVA),  258  (MEDIOS
ALTERNATIVOS - DERECHO PENAL COMO LA ÚLTIMA    RATIO Y EL PRINCIPIO DE
ECONOMÍA  PROCESAL)…” (Mayúsculas y resaltados del original), todos de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, dado que la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal
del estado Falcón, declaró inadmisible la acción de amparo constitucional, presuntamente, sin
considerar que el orden público constitucional fue violentado al negar la aplicación de la fórmula
alternativa de la Suspensión Condicional del Proceso establecida en el artículo 43 del Código
Orgánico Procesal Penal, luego de que el Juez de Juicio anunció el cambio de calificación jurídica
de los hechos, en la oportunidad prevista en el artículo 333 del eiusdem.

Así mismo se observa, que en la fundamentación de la decisión recurrida descansa en la


causal de inadmisibilidad establecida en el artículo 6.5 de la Ley Orgánica de Amparo Sobre
Derechos y Garantías Constitucionales, indicando que contra la sentencia condenatoria, y la
negativa de acordar la suspensión condicional del proceso, dictada en la audiencia del 23, y
publicada el 28, ambos días del mes de marzo de 2017, opera recurso de apelación.

Aunado a lo anterior, esta Sala ha establecido la posibilidad de que el supuesto


agraviado, en el escrito de su pretensión de tutela constitucional, justifique, mediante razones
suficientes y valederas, la escogencia del amparo entre los mecanismos ordinarios de
impugnación; tal justificación, constituye una carga procesal que el quejoso debe cumplir, pues, de
ello depende el éxito de su pretensión. Así, en ese sentido, se dispuso en la sentencia de esta Sala
identificada con el n.° 939 del 9 de agosto de 2000, que: 
 

“…  [e]n este contexto es menester indicar que la postura que sirve de fundamento
al fallo apelado ha sido corregida progresivamente por esta Sala hasta el punto de
considerar que  la parte actora puede optar entre el ejercicio de la acción de
amparo y la  vía de impugnación ordinaria  (Vid. sentencia de fecha 15 de febrero
de 2000 entre otras); no obstante, para ello debe poner en evidencia las razones
por las cuales decidió hacer uso de esta vía -amparo-  ya que de lo contrario se
estarían atribuyendo a este medio procesal los mismos propósitos que el recurso
de apelación, lo cual no ha sido en ningún momento la intención del
legislador…”.  (Resaltado y corchetes de esta Sala).
En igual sentido, esta Sala en Sentencia n.° 369 del 24 de febrero de 2003, caso: “Bruno
Zulli Kravos”, dejó sentado lo siguiente:
“…  [l]a violación o amenaza de violación de derechos fundamentales, el urgente
restablecimiento de la situación jurídica infringida, la eventual irreparabilidad del
daño y la circunstancial inidoneidad e ineficacia de las vías, medios o recursos
judiciales preexistentes (ordinarios o extraordinarios) en un caso concreto, son
circunstancias determinantes de la admisibilidad y procedencia de una demanda
de amparo.

Corresponde entonces al supuesto agraviado la puesta en evidencia, en el escrito


continente de su demanda, de tales circunstancias, de lo cual dependerá, en gran
medida, el éxito de su pretensión.

La escogencia, por parte del querellante, entre la demanda de amparo y las vías,
medios o recursos judiciales preexistentes (ordinarios o extraordinarios) es la
excepción, no la regla, y es posible sólo cuando las circunstancias a que se hizo
referencia supra así lo ameriten, para lo cual, se insiste, es necesario que el
agraviado las ponga en evidencia ante el Juez, quien, en definitiva, las
ponderará en cada caso…” (Resaltado y corchetes de esta Sala).

También observa la Sala, que el recurrente esgrime como “razones suficientes y


valederas para escoger la vía del amparo constitucional”, que el presunto tribunal agraviante  se
limitó a declarar la existencia de un medio judicial preexiste, sin considerar que la decisión objeto
de amparo es violatoria del orden público constitucional, que deviene, según su entender, en la
negativa de aplicar las figuras procesales de la admisión de los hechos y de la suspensión
condicional del proceso, afectando con ello, el principio de progresividad de los derechos
humanos establecido en el artículo 19 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Sobre la noción de orden público, esta Sala sentencia del 9 de marzo de 2000 (Caso:
“José Alberto Quevedo”), dejó sentado lo siguiente: 
 

“…  [s]in embargo, no escapa a esta Sala, como ya le ocurrió a la Sala de Casación
Civil de la extinta Corte Suprema de Justicia y que plasmó en fallo del 24 de abril de
1998 al cual luego se hace referencia, que  el conocimiento de unos hechos que no
fueron alegados como supuestos de hecho de las normas constitucionales
denunciadas como infringidas, pueden y deben producir otras situaciones a ser
tomadas en cuenta por los sentenciadores, ya que a pesar de ser ajenas a la
pretensión de amparo, siempre que sean cuestiones de orden público, sobre las
cuales el juez puede de oficio resolver y tomar decisiones, si constata que las
mismas no lesionan derecho de las partes o de terceros. Cuando los afectados por
las decisiones  han sido partes en el juicio donde se constatan los hechos contrarios
al orden público, y ellos son generadores de esos hechos, el derecho a la defensa y
al debido proceso no se les está cercenando si de oficio el juez cumpliera con la
función tuitiva del orden público, ya que es la actitud procesal de las partes la que
con su proceder denota la lesión al orden público, entendido éste como el
“...Conjunto de condiciones fundamentales de vida social instituidas en una
comunidad jurídica, las cuales, por afectar centralmente a la organización de ésta,
no pueden ser alteradas por la voluntad de los individuos...” (Diccionario Jurídico
Venezolano D & F, pág. 57). La ineficacia de esas condiciones fundamentales
generaría el caos social…”.  (Subrayado y corchetes del original).

Este criterio sobre el orden público, fue ampliado por esta Sala al tratar el tema de la
inadmisibilidad de la acción de amparo constitucional, estableciendo que aun en los supuestos de
caducidad y de desistimiento de la acción, la solicitud de tutela constitucional debe ser admitida
cuando medie su existencia:
 

“… [e]s pues que el concepto de orden público a los efectos de la excepción al


cumplimiento de ciertas normas relacionadas con los procesos de amparo
constitucional, se refiere a la amplitud en que el hecho supuestamente violatorio
del derecho o norma constitucional afecta a una parte de la colectividad o al
interés general, más allá de los intereses particulares de los accionantes. Es por
ello que en casos donde un presunto agraviado alega que un hecho, actuación,
omisión o amenaza ocasionó una supuesta violación constitucional a su persona,
sólo se consideraría de orden público, a manera de la excepción de las normas
procedimentales de los juicios de amparo, cuando el Tribunal compruebe que, en
forma evidente, y a consecuencia del hecho denunciado por los accionantes, se
podría estar infringiendo igualmente derechos o garantías que afecten a una parte
de la colectividad diferente a los accionantes o al interés general.
 Ahondando en lo anterior, es necesario considerar que a pesar de la existencia de
elementos de orden público que pudiesen hacerse presentes en los términos
anteriormente expuestos, es necesario ponderar la posible infracción al derecho a
la defensa y al debido proceso del presunto o presuntos agraviantes, que
precisamente se encuentra protegido por las normas de procedimiento establecidas
para los juicios de amparo, en contraposición con las supuesta situación de orden
público que se presuma pueda existir. Es decir, es necesario que el hecho
denunciado ocasione una presunta violación de orden público de tal magnitud que
permita, a pesar de que, por ejemplo, el accionante haya desistido, o que la acción
haya caducado, conocer el fondo del asunto en detrimento del derecho a la debido
proceso y la defensa que protege al presunto agraviante ” (Vid. Sentencia de esta
Sala n.° 1419 del 10 de agosto de 2001) (Subrayado del original) (Corchetes
de la Sala).
Así mismo, sobre el principio de progresividad de los derechos humanos, en Sentencia
n.° 1709 del 10 de agosto de 2007, esta Sala Constitucional estableció:
“…  [e]l artículo 19 de  la Constitución  de  la República Bolivariana  de Venezuela,
establece el deber del Estado de garantizar  “a toda persona, conforme al principio
de progresividad y sin discriminación alguna, el goce y ejercicio irrenunciable,
indivisible e interdependiente de los derechos humanos. Su respeto y garantía son
obligatorios para los órganos del Poder Público de conformidad con esta
Constitución, con los tratados sobre derechos humanos suscritos y ratificados
por  la República  y con las leyes que los desarrollen”.

  Como se aprecia, el propio texto constitucional reconoce expresamente el


principio de progresividad en la protección de los derechos humanos, según el cual,
el Estado se encuentra en el deber de garantizar a toda persona natural o jurídica,
sin discriminación de ninguna especie, el goce y ejercicio irrenunciable, indivisible e
interdependiente de tales derechos.

  Dicho principio se concreta en el desarrollo consecutivo de la esencia de los


derechos fundamentales, en tres aspectos fundamentales: ampliación de su
número, desarrollo de su contenido y fortalecimiento de los mecanismos
institucionales para su protección. En este contexto surge la necesidad de que la
creación, interpretación y aplicación de las diversas normas que componen el
ordenamiento jurídico, se realice respetando el contenido de los derechos
fundamentales.

  Ahora bien, el señalado artículo 19 constitucional no puede ser visto de manera


aislada, por el contrario, debe ser interpretado sistemáticamente con los artículos
22 y 23 de  la Constitución  de  la República Bolivariana  de Venezuela, los cuales
completan el contenido de aquél, enunciándose de esta forma la base para la
protección de los derechos humanos.

  Así, en el artículo 22 se inserta la cláusula abierta de los derechos humanos, según


la cual la enunciación de los derechos y garantías consagrados en el texto
constitucional y en los instrumentos internacionales sobre derechos humanos, no
debe entenderse como la negativa a aceptar la existencia y la aplicación de otros
derechos y garantías constitucionales, que siendo inherentes a la persona, no se
encuentren establecidos expresamente en el texto constitucional o en dichos
tratados; mientras que en el artículo 23 se reconocen como fuentes en la
protección de los derechos humanos, a la Constitución, a los tratados
internacionales en materia de derechos humanos suscritos y ratificados por la
República, y a las leyes que los desarrollen. De igual forma, en dicha norma se
establece, a los efectos de robustecer la protección de los derechos humanos, que
los tratados, pactos y convenciones en materia de derechos humanos, que hayan
sido suscritos y ratificados por Venezuela, predominarán en el orden jurídico
interno en la medida en que contengan normas referidas al goce y ejercicio de los
derechos humanos más favorables que las contenidas en  la Constitución  y en las
leyes de  la República, es decir, cuando tales tratados reconozcan y garanticen un
derecho o una garantía de forma más amplia y favorable que  la Constitución  –u
otra normativa nacional-, dichos instrumentos internacionales se aplicarán
inmediata y directamente por todos los órganos del Poder Público, especialmente
cuando se trate de operadores de justicia.
  Referente a este principio, reitera esta Sala la doctrina señalada en la sentencia
número 1.654 del 13 de julio de 2005, conforme la cual:

  ‘la progresividad de los derechos humanos se refiere a la tendencia general de


mejorar cada vez más la protección y el tratamiento de estos derechos, sin
embargo, la progresividad de los derechos humanos de los imputados,    no puede
ir en detrimento de los derechos humanos del resto de las personas, incluso de las
víctimas de esos delitos, por lo que en ningún caso se autoriza la
desproporcionalidad de las penas aplicables conforme a la gravedad del delito, ni
un tratamiento igualitario respecto de quienes cometen delitos menos graves,
pues sería contradictorio con el verdadero sentido de la justicia y la equidad.

Aunado a lo anterior, considera la Sala que en atención a la progresividad de los


derechos humanos, mal podría aplicarse por razones de conveniencia una norma
que fue derogada hace más de cuatro años, con preferencia a la norma vigente
para el momento de la comisión del delito en cuestión, pues eso aplicaría sólo
cuando la derogatoria de la norma  más favorable y consecuente entrada en
vigencia de la nueva, ocurriese durante el juicio penal al cual se pretende aplicar
la más benévola, lo cual no es el caso de autos…’  (…)” (Corchetes de esta Sala).
 
Observa la Sala, conforme a los criterios precedentes, que es necesario para determinar
la procedencia de las denuncias formuladas por el peticionante y recurrente, revisar el núcleo de
su petición, en razón de que se pretende que esta Sala por sentencia interprete que, ante el
anuncio del juez de juicio de un cambio de la calificación jurídica de la tipicidad en la oportunidad
que establece el artículo 333 del Código Orgánico Procesal Penal, el acusado puede admitir los
hechos y acogerse a la suspensión condicional del proceso, ya que considera la negativa de su
aplicación por parte del presunto agraviante, contraria de lo dispuesto en los artículos 19, 21.1, 22,
26 y 258 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; esta pretensión coloca a la
Sala en la disyuntiva de determinar si estamos en realidad frente a un error de interpretación
violatorio de derechos constitucionales que puede ser atendido mediante sentencia, o por el
contrario, se requiere de otros mecanismos, como por ejemplo, la reforma de la Ley por la
Asamblea Nacional. Por ello, observa:
 

Para sostener esta Solicitud, arguye el recurrente, que la norma contenida en el artículo
333 del Código Orgánico Procesal Penal, establece que el Juez de Juicio tiene la facultad de
anunciar un cambio de la calificación jurídica, hasta “…inmediatamente después de terminada la
recepción de pruebas, si antes no lo hubiere hecho…”, es decir, que desde la apertura del juicio,
puede el juez de juicio advertir dicha modificación; en este punto el recurrente argumenta la
violación del principio de igualdad por parte del presunto agraviante, debido a que si se interpreta
que la oportunidad para admitir de los hechos precluye antes de la recepción de las pruebas
(artículo 375 eiusdem, aplicable ratione temporis), y el Juez de Juicio hace la advertencia del
cambio de calificación en cualquier oportunidad anterior a dicho momento, es admisible el
procedimiento de la suspensión condicional del proceso contenido en el artículo 43 ibídem; asunto
que no posible de aplicar, luego de dicha oportunidad, si se sigue la interpretación dada por
Tribunal agraviante, pese a que el Juez de Juicio anuncia un cambio de calificación jurídica dentro
de la oportunidad establecida en el artículo 333 ibídem; se argumenta entonces, que se trata de
dos momentos procesales que parten de la misma premisa: la advertencia sobre el cambio de
calificación jurídica, pero a los que, por interpretación del agraviante, se les da consecuencias
distintas, al no brindar el mismo tratamiento interpretativo (principio de igualdad), que según el
recurrente, coloca en indefensión a su defendido.

También argumenta el recurrente: ¿si el imputado en la oportunidad para prestar nueva


declaración ante la advertencia del cambio de calificación jurídica conforme al artículo
333 eiusdem, tiene alguna limitación constitucional para manifestar su voluntad de admitir los
hechos? En este punto, el recurrente señala que debe atenderse al principio de progresividad de
los derechos humanos, que en conjunto con el principio de la mínima intervención del Estado, no
debe existir ninguna limitación para que el imputado, las veces que desee, pueda exponer lo que
crea conveniente a favor de su defensa, incluyendo pueda admitir hechos y acogerse a la
suspensión condicional del proceso, careciendo de sentido continuar un proceso hasta la
sentencia definitiva, cuando el imputado ha admitido los hechos.

Ahora bien, al margen de los anteriores argumentos, observa la Sala, que el recurrente
parte de un error en su comprensión de la institución de la admisión de los hechos contenida en el
artículo 375 del Código Penal Adjetivo vigente para el momento de la realización de la audiencia
preliminar y de la decisión hoy recurrida, ya que la asimila a la calificación jurídica dada a los
hechos, y no propiamente a éstos, en tiempo, modo y lugar, siendo ello, dos aspectos totalmente
distintos; en efecto, si el imputado manifiesta su voluntad de admitir los hechos, puede diferir de
la calificación jurídica que ha sido atribuida a los hechos, y de la cual puede recurrir en apelación;
por ello, resulta infundado argüir, como lo expresa el recurrente, que su defendido estaba
impedido de admitir los hechos desde la realización de la audiencia preliminar hasta que el juez de
juicio advirtió sobre el cambio de calificación jurídica, debido a que la calificación jurídica admitida
en la fase intermedia del proceso penal, en nada le impedía, admitir los hechos y apelar de la
calificación jurídica atribuida, tal como lo dispone el artículo 427 del Código Orgánico Procesal
Penal.

Con relación a la institución de la admisión de los hechos, el legislador patrio ha


modificado su tratamiento, en las diferentes reformas del Código Orgánico Procesal Penal (COPP),
a saber:
COPP 1999 COPP 2000 COPP 2006 COPP 2012

En el artículo 376 del “En la audiencia “En la audiencia “Artículo 375: El


Código Orgánico preliminar, o en el preliminar, una vez procedimiento por
Procesal Penal, que caso de flagrancia admitida la admisión de los
entró en vigencia el una vez formulada la acusación, o en el hechos tendrá
1º de julio de 1999, acusación y antes del caso del lugar desde la
disponía: debate, el imputado, procedimiento audiencia preliminar
admitidos los hechos abreviado una vez una vez admitida la
“En la audiencia
objeto del proceso, presentada la acusación, hasta
preliminar, el
podrá solicitar al acusación y antes del antes de la recepción
imputado, admitidos
tribunal la imposición debate el Juez en la de pruebas…”
los hechos objeto del
inmediata de la audiencia instruirá al
proceso, podrá
pena…” imputado respecto al
solicitar al tribunal la
procedimiento por
imposición inmediata
admisión de los
de la pena
hechos,
aplicable…”
concediéndoles la
palabra…”

De la revisión a la figura de la admisión de los hechos, tal como ha sido regulado por el
Código Orgánico Procesal Penal, desde el texto original se observa que, en lo que atañe al
procedimiento ordinario, había sido limitado a la Audiencia Preliminar. Desde la reforma parcial de
2000, dicho cuerpo normativo estableció que, en los casos de flagrancia, la referida forma
alternativa a la prosecución del proceso fue extendida, en cuanto a la oportunidad de
presentación de la correspondiente manifestación, hasta antes del debate. En la reforma del año
2006, se mantuvo incólume dicha extensión, debido a que el procedimiento abreviado es aplicado
a la flagrancia, siendo ello modificado con la reforma del año 2012, que se mantiene en el vigente
código del año 2021, donde el imputado puede admitir hechos hasta antes de la recepción de las
pruebas.

La Sala de Casación Penal, en Sentencia n.° 75 del 8 de febrero de 2001, dejó sentado la
razón por la cual no es procedente la solicitud de admisión de los hechos luego de la oportunidad
prevista en la Ley, señalando lo siguiente:
“…el Código Orgánico Procesal Penal consagra dentro del procedimiento oral, dos
momentos en los cuales el imputado puede admitir los hechos objeto de la
imputación fiscal: 1) cuando solicita la suspensión condicional del proceso, y 2)
cuando en la audiencia preliminar, solicita al tribunal la aplicación del
procedimiento especial de la admisión de los hechos que conlleva la    imposición
inmediata de la pena1.

La medida de suspensión condicional del proceso es un instrumento procesal que


detiene el ejercicio de la acción penal en favor del imputado por la comisión de un
ilícito, quien se somete, durante un plazo, a una prueba en la cual deberá cumplir
satisfactoriamente con ciertas y determinadas obligaciones legales e instrucciones
que le imparta el tribunal para el caso concreto, a cuyo término se declarará
extinguida la acción penal, sin consecuencias jurídicas posteriores; pero,    si se
trasgrede o se incumple la prueba, el tribunal, previa audiencia en la que
interviene el imputado, tiene la facultad de revocar la medida y retomar la
prosecución penal contra él.

Esta medida procesal, establece igualmente para el imputado una garantía    que
consiste que en caso de que el tribunal niegue la solicitud, la admisión de los
hechos por parte de aquél no podrá considerarse como reconocimiento de su
responsabilidad, situación que evita que el imputado se abstenga de solicitar la
medida ante el temor de que el incumplimiento de cualquiera de las condiciones
que se le fijen, ésta podría ser revocada y utilizarse como confesión su admisión
del    hecho o hechos que se le imputan.

Por otra parte, la ‘admisión de los hechos’, es un procedimiento especial que


procede cuando el imputado consiente en ello, reconoce su participación en el
hecho que se le atribuye, lo cual conlleva a la imposición inmediata de la pena con
una rebaja desde un tercio de la mitad, atendidas todas las circunstancias y
considerando el bien jurídico afectado y el daño social causado.    La admisión de
los hechos supone una renuncia voluntaria al derecho a un juicio, principio
garantizado no sólo por el Código Orgánico Procesal Penal sino por instrumentos
internacionales ratificados por la República; y al mismo tiempo, tal admisión
evita al Estado el desarrollo de un proceso judicial que siempre resultará costoso.

Expuestos los razonamientos anteriores, esta Sala de Casación en su labor de


impartir recta justicia, estima haber aclarado el punto expuesto por la ciudadana
recurrente, con el fin de dilucidar dudas futuras respecto a las diferencias de
los    momentos en los cuales el imputado puede admitir los hechos objeto de la
imputación fiscal…” (Resaltado y subrayado de esta Sala) [“Subíndice 1” de esta
Sala: (1  Desde la reforma del año 2012, la oportunidad para admitir hechos se
extendió hasta antes del inicio de la recepción de las pruebas)].

Por otra parte, esta Sala – con respecto a la admisión de los hechos –  en sentencia n.°
227 del 10 de febrero de 2006, dejó sentado, que dicho procedimiento “…no vulnera el derecho
que tiene toda persona a ser juzgada por sus jueces naturales, con las garantías constitucionales y
legales, pues    -tal como lo establecen los criterios jurisprudenciales expuestos supra-  el legislador
nacional excluyó la posibilidad de que la rebaja de pena por admisión de los hechos, sea inferior
al límite mínimo de aquella que establece la ley para el delito correspondiente, en las especies
delictivas que indica la señalada norma, como lo son los delitos en los cuales haya habido violencia
contra las personas, y en los casos de delitos contra el patrimonio público o previstos en la Ley
Orgánica Sobre Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas (actual Ley Orgánica contra el Tráfico
Ilícito y el Consumo de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas), siempre que sus penas
correspondientes excedan de ocho (8) años en su límite máximo…” (Resaltado y subrayado de esta
Sala); conforme con el criterio inmediatamente anterior, el procedimiento por admisión de los
hechos no vulnera la garantía constitucional del juez natural, ni las establecidas en los numerales 3
y 5 del artículo 49de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, los cuales
textualmente señalan:
“Artículo 49. El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones
judiciales y administrativas; en consecuencia:

(…)

3. Tosa persona tiene derecho a ser oída en cualquier clase de proceso,


con las debidas garantías  y dentro del plazo razonable determinado legalmente,
por un tribunal competente, independiente e imparcial establecido con
anterioridad. Quien no hable castellano o no pueda comunicarse de manera
verbal, tiene derecho a un intérprete.

(…)

5. Ninguna persona podrá ser obligada a confesarse culpable o declarar


contra sí misma, su cónyuge, concubino o concubina, o pariente dentro del cuarto
grado de consanguinidad y segundo de afinidad.

La confesión solamente será válida si fuere hecha sin coacción de


ninguna naturaleza. (…)” (Resaltados y subrayados de la Sala).

Conforme con las normas constitucionales anteriores, observa la Sala, que la admisión de
los hechos es una confesión que se ubica dentro de la categoría doctrinal de la confesión calificada
(rendida por el autor del delito), y que solo puede considerarse válida, “…si fuere hecha sin
coacción de ninguna naturaleza…”; con relación a la validez de la confesión, vale acotar lo
expuesto por la Sala de Casación Penal de este Alto Tribunal, en la Sentencia n.° 214 del 15 de abril
de 2008, referida al cumplimiento de las garantías en la declaración del imputado, señalando:
“…ciertamente el imputado para rendir declaración no debe ser conminado a
hacerla bajo la presión del juramento, ya que este sujeto procesal posee el
derecho a guardar silencio, a no declarar ni total ni parcialmente   y a no
autoacusarse,   podría no decir la verdad sin que ello le trajera otra consecuencia
que la de que su dicho resultara desvirtuado por otra prueba cursante en los
autos, y   a diferencia de la declaración de testigo, ésta sí debe ser tomada bajo
juramento, pues justamente el objetivo que se persigue con ello es el obtener la
fidelidad de la verdad de los hechos.

Lo fundamental   en el presente caso, no es que al imputado de autos se le haya


tomado inicialmente la declaración bajo juramento, sino si la declaración tomada
como testigo y bajo la presión del juramento fue  usada en su contra…” (Resaltado
y subrayado de esta Sala).

Conforme con el mandato constitucional, y la doctrina anterior, en materia penal no es


válida la confesión provocada, sino la rendida de forma libre y espontánea, y ante el juez natural,
independiente e imparcial; por ello, no es válida la confesión emitida ante el órgano policial o el
Ministerio Público, aun cuando sea rendida sin apremios, y espontáneamente; tampoco es válida
la obtenida de un interrogatorio, así se realice ante el juez natural. Tampoco la declaración del
imputado como testigo puede ser usada en su contra.

En este aspecto arguye también el recurrente, la violación del principio de igualdad al


existir una interpretación que da resultados distintos a la norma contenida en el artículo 333 del
Código Orgánico Procesal Penal, creando un obstáculo inconstitucional para que el imputado
pueda admitir los hechos. Esta afirmación cae por su propio peso, primero porque la admisión de
los hechos implica la renuncia a la realización del juicio, y la incidencia del artículo 333 eiusdem
surge cuando el debate ha terminado; y segundo, porque la advertencia sobre el cambio de
calificación jurídica no puede ser asimilada a la institución procesal de admisión de los hechos,
debido a que el Juez de Juicio expone un asunto de derecho, no de hecho, del cual debe brindar la
oportunidad al imputado de defenderse, incluso de promover pruebas; en efecto, aun cuando la
advertencia del Juez de juicio en el cambio de la calificación jurídica de los hechos se produzca
antes de la recepción de las pruebas, se trata de un asunto de derecho, del cual el imputado tiene
el derecho de defenderse; de allí que, una eventual admisión de los hechos no es consecuencia del
cambio de una calificación jurídica de tales acontecimientos, sino de la aceptación del imputado
de los hechos expuestos en la acusación que ha sido admitida en la audiencia preliminar, o ante el
juez de juicio, hasta antes de la recepción de las pruebas; y para el caso del procedimiento
abreviado, ante el juez de juicio; así que el juez de juicio, en el procedimiento ordinario, solo
emitirá pronunciamiento de los hechos cuando los acredite como probados en la sentencia de
fondo.

Finalmente, el recurrente señala que el presunto agraviante lesionó los derechos


humanos de su defendido, en atención de que negó la aplicación de la figura de la suspensión
condicional del proceso establecida en el artículo 43 ibídem.  Para soportar esta afirmación, el
apelante sostiene que debió aplicarse el principio progresivo de los derechos humanos, como
parte de las reglas interpretativas en materia de derechos humanos, especialmente, denunció la
violación de los artículos 19, 22 y 258 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

En este asunto, considera la Sala, que nuevamente el recurrente no tiene una clara
comprensión de la figura de la suspensión condicional del proceso; por ello, atendiendo al fin
orientador de la sentencia, previo a la resolución de la delación, es menester acotar algunos
aspectos de dicha institución procesal.

En este orden de ideas, el artículo 43 del Código Orgánico Procesal Penal, prevé
textualmente lo siguiente:
“Artículo 43. En los casos de delitos cuya pena no exceda de ocho (08) años en su
límite máximo, el imputado o imputada, podrá solicitar al Juez o Jueza de Control,
o al Juez o Jueza de Juicio, si se trata del procedimiento abreviado, la suspensión
condicional del proceso, y el Juez o Jueza correspondiente podrá acordarlo,
siempre que él o la solicitante admita plenamente el hecho que se le atribuye,
aceptando formalmente su responsabilidad en el mismo, y no se encuentre sujeto
a esta medida por otro hecho, ni se hubiere acogido a esta alternativa dentro de
los tres años anteriores. A tal efecto, el Tribunal Supremo de Justicia, a través del
órgano del Poder Judicial que designe, llevará un registro automatizado de los
ciudadanos y ciudadanas a quienes les haya suspendido el proceso por otro hecho.

La solicitud deberá contener una oferta de reparación del daño causado por el
delito y el compromiso del imputado o imputada de someterse a las condiciones
que le fueren impuestas por el tribunal, conforme a lo dispuesto en el artículo 45
de este Código. La oferta podrá consistir en la conciliación con la víctima o en la
reparación natural o simbólica del daño causado.

Quedan excluidas de la aplicación de esta norma, las causas que se refieran a la


investigación de los delitos de: homicidio intencional, violación; delitos que atenten
contra la libertad, integridad e indemnidad sexual de niños, niñas y adolescentes;
secuestro, el delito de corrupción, delitos que causen grave daño al patrimonio
público y la administración pública; tráfico de drogas de mayor cuantía,
legitimación de capitales, contra el sistema financiero y delitos conexos, delitos con
multiplicidad de víctimas, delincuencia organizada, violaciones graves a los
derechos humanos, lesa humanidad y delitos graves contra la independencia y
seguridad de la nación y crímenes de guerra.”
 

De la norma transcrita se observa:


1)        Que aplica para los casos de delitos cuya pena no exceda de ocho (08) años
en su límite máximo.
2)        Que debe solicitarse ante el Juez o Jueza de Control, o al Juez o Jueza de
Juicio, si se trata del procedimiento abreviado, lo que implica que debe existir
acusación. La suspensión del proceso podrá solicitarse, en cualquier momento,
luego de admitida la acusación presentada por el Ministerio Público y hasta
antes de acordarse la apertura del juicio oral y público, o, en caso de
procedimiento abreviado, una vez presentada la acusación y antes de la
apertura del debate.
3)        Que él o la solicitante admita los hechos.
4)        Que el imputado no se encuentre sujeto a esta medida por otro hecho, ni se
hubiere acogido a esta alternativa dentro de los tres años anteriores.
5)        La solicitud deberá contener una oferta de reparación del daño causado por el
delito y el compromiso del imputado o imputada de someterse a las
condiciones que le fueren impuestas por el tribunal, conforme a lo dispuesto
en el artículo 45 eiusdem.
6)         
Conforme con lo anterior, la suspensión condicional del proceso, constituye una de las
formulas alternativas a la prosecución del proceso, entendida como un mecanismo que inhibe
condicionalmente el proceso penal permitiendo distribuir respuestas potencialmente punitivas, al
margen del proceso tradicional.

La Doctrina aún no es unánime sobre el origen de esta institución procesal, sin embargo
reconoce que su antecedente más cercano lo encontramos en el Código Procesal Penal Modelo
para Iberoamérica, que tiene como fuentes, la figura establecida en el parágrafo 53a de la
Ordenanza Procesal Penal alemana y la pretrial diversion estadounidense; no obstante lo anterior,
en la historia de la literatura jurídica, encontramos algunos ejemplos más remotos de modalidades
de inhibición penal, “…por ejemplo, en los Países Bajos se tienen registros de la compositie desde
el siglo XVI y desde 1838 de la transactie; dichas instituciones coinciden en lograr la paralización de
las actuaciones penales a cambio de que la persona sospechosa realice el pago de una suma de
dinero…” (Spierenburg, Pieter, “The spectacle of suffering: Executions and the evolution of
repression: From a preindustrial metropolis to the European experience” (En español: El
Espectáculo del Sufrimiento: Los Fusilamientos y la Evolución de la Represión: De una Metrópolis
Preindustrial a la Experiencia Europea), Cambridge, Cambridge University Press, 1984; Tak, Peter,
“The Dutch Prosecutor.  A Prosecuting and Sentencing Officer” (En español: El fiscal holandés. Un
oficial de Procesamiento y Sentencia). En Erik Luna & Marianne Wade (eds.), “The Prosecutor in
Transnational Perspective” (En español: El fiscal en Perspectiva Transnacional), Oxford, Oxford
University Press. Disponible en: http://doi.org/10.1093/acprof:osobl/9780199844807.003.0011;
citados por Rocío González Velázquez: “La suspensión condicional del proceso penal: reflejo de la
difícil armonización entre eficiencia y efectividad en los sistemas penales”, Revista IUS, volumen
13, n.° 44, Puebla México, año 2019. https://doi.org/10.35487/rius.v13i44.2019.451).

En tal sentido, la Suspensión Condicional del Proceso, tiene como fundamento el


principio de subsidiariedad, que implica que una pena sólo puede ser legítimamente aplicada
cuando no puede ser sustituida por una medida más eficaz. Esta suspensión capaz de detener
definitivamente el desarrollo del proceso en sus etapas iniciales, descarta la persecución penal,
obviando el juicio oral y evitando, para el caso Venezolano, que se materialice la ejecución de la
sentencia condenatoria; lo que en síntesis, comporta una renuncia condicionada del Estado al
ejercicio del ius puniendi, como una suerte de adelanto de la suspensión condicional de la pena,
prescindiendo de un juicio oral que a la larga podría conducir a ella.

Por ello, la suspensión condicional del proceso trata del derecho de toda persona
sometida a proceso, a solicitar su suspensión, cuando se reúnan las condiciones legales para su
admisibilidad, lo que a su vez, genera el deber estatal de reconocerlo ante cualquier solicitud
correctamente fundada en la ley. (Vid. Sentencia de esta Sala n.° 232 de fecha 10/03/2005).

Ahora bien, en nuestro país, esta obligación del Estado de reconocer su aplicación pasa
por garantizar que la víctima sea resarcida del daño (paradigma restaurativo), sin la cual – la
reparación –, la solicitud resulta improcedente; así mismo, conforme al principio de debida
diligencia, el Tribunal y los órganos auxiliares de justicia, asumen la obligación de supervisión en el
cumplimiento de las obligaciones impuestas al imputado, por ello, basta que, injustificadamente
deje de cumplir “…alguna de las condiciones que se le impusieron, o cuando de la investigación
surgen nuevos elementos de convicción que relacionen al imputado    con otro u otros delitos;    y en
su lugar procederá la reanudación del proceso    o ampliar el plazo de prueba por un año más...”
(Vid. Sentencia n.° 291 del 03 de junio de 2002, Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de
Justicia) (Artículos 46 y 47 del Código Orgánico Procesal Penal).

Así mismo, observa la Sala, que el “error en la interpretación de una norma”, vicio
supuesto en que se concentran todas las delaciones del impugnante, es recurrible en apelación, de
conformidad con lo establecido en el artículo 44.5 del Código Orgánico Procesal Penal, vía
recursiva suficiente, idónea y expeditas para resolver el fondo del asunto planteado en la presente
solicitud de amparo constitucional, considerando que el imputado se abstuvo de declarar en la
fase intermedia y en la fase de juicio, incluso en la oportunidad a que se refiere el artículo
333 eiusdem, y mucho menos admitió los hechos en los términos del artículo 375 ibídem.

Con base a todo lo anterior, considera la Sala, que los argumentos esgrimidos por el
recurrentes no son suficientes y valederos para habilitar la vía del amparo constitucional, y que el
Juzgado supuesto agraviante no actuó fuera del ámbito de su competencia, en abuso de poder o
extralimitación de funciones, ni vulneró el derecho constitucional al debido proceso del
querellante; por el contrario, decidió la controversia de forma expresa, positiva y precisa con
arreglo a la pretensión de la parte actora y a las excepciones y defensas que extemporáneamente
opuso la parte demandada, no obstante que analizó, con suficiencia y coherencia, las figuras de
admisión de los hechos, suspensión condicional del proceso, y del cambio de la calificación jurídica
en la oportunidad que establece el artículo 333 del Código Orgánico Procesal Penal, además de
que expresó los motivos de hecho y de derecho de su decisión.

Así mismo observa, que el recurrente pretende en realidad es que se dicte una sentencia
que modifique y extienda la oportunidad de admitir los hechos y de solicitar la suspensión
condicional del proceso, en cualquier estado en que se encuentre la causa penal en primera
instancia, lo que implicaría realizar un cambio legislativo de los artículos 45, 333 y 375 del actual
Código Orgánico Procesal Penal, asunto que es competencia de la Asamblea Nacional.

Conforme con todo el razonamiento anterior, esta Sala Constitucional concluye que las
argumentaciones expuestas por el recurrente en amparo no son  “razones suficientes y valederas
para escoger la vía del amparo constitucional”, como excepcionalidad de lo dispuesto en el
artículo 6.5 de la Ley Orgánica de Amparo Sobre Derechos y Garantías Constitucionales, debiendo
declarar sin lugar el recurso de apelación y confirma la sentencia apelada.. Así se decide.

 
VI

DECISIÓN 

Por los razonamientos antes expuestos, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala
Constitucional, administrando justicia en nombre de la República por autoridad de la ley, declara:

 1.- SIN LUGAR el recurso de apelación ejercido el 23 de agosto de 2017, por los


abogados Salvador José Guarecuco Cordero y Orlando Isaac Hidalgo Barroeta, este último titular
de la cédula de identidad n.° V- 21.668.018, inscrito en el Instituto de Previsión Social del Abogado
bajo el n.° 101.837, en la condición de defensores privados del ciudadano JORGE ALBERTO
RAMÍREZ GARCÍA, titular de la cédula de identidad n.° V- 22.896.312, contra la decisión de
fecha 17 de agosto de 2017, dictada por  la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal
del  estado Falcón, que declaró inadmisible la acción de amparo constitucional de conformidad
con lo establecido en el numeral 5° del artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo Sobre Derechos y
Garantías Constitucionales.

2.- CONFIRMA la sentencia apelada.

 Publíquese, regístrese,  déjese copia certificada y devuélvase el expediente al tribunal de


origen. Cúmplase lo ordenado.

 Dada, firmada y sellada en el Salón de Sesiones de la Sala Constitucional del Tribunal


Supremo de Justicia, en Caracas, a los 15 días del mes de mayo de dos mil veintitrés
(2023). Años: 213º de la Independencia y 164º de la Federación.
 

La Presidenta,

GLADYS MARÍA GUTIÉRREZ ALVARADO

               Ponente

La Vicepresidenta,

LOURDES BENICIA SUÁREZ ANDERSON 

Los Magistrados,

LUIS FERNANDO DAMIANI BUSTILLOS

 TANIA D’AMELIO CARDIET

MICHEL ADRIANA VELÁSQUEZ GRILLET 


El Secretario,

CARLOS ARTURO GARCÍA USECHE

17-1111

GMGA/.-

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