Jurisprudencia 902

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sentencia N° 902 de fecha 14 de diciembre de 2018, dictada por la Sala Constitucional

del Tribunal Supremo de Justicia, que establece con carácter vinculante que, en el
procedimiento penal ordinario y en el procedimiento especial por delitos menos graves,
previstos en el Código Orgánico Procesal Penal, la víctima -directa o indirecta- de los
hechos punibles investigados en dichos procesos, puede, con prescindencia del
Ministerio Público, presentar acusación particular propia contra el imputado, cuando ese
órgano fiscal no haya presentado el correspondiente acto conclusivo dentro: i) del lapso
de ocho (8) meses, seguido del denominado plazo prudencial que fije el Tribunal en
Funciones de Control en atención al tipo penal objeto del proceso, establecido en el
Artículo 295 eiusdem, en el procedimiento ordinario; ii) del lapso de 60 días continuos,
previsto en el Artículo 363 ibídem, en el procedimiento especial por delitos menos
graves, publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N°
6.428 Extraordinario de fecha 1º de febrero de 2019.

MAGISTRADA PONENTE: CARMEN ZULETA DE MERCHÁN


El 15 de enero de 2018, el abogado Carlos Javier Chourio, inscrito en el
Inpreabogado bajo el número 46.641, actuando como apoderado judicial del
ciudadano JESÚS GABRIEL LOMBARDI BOSCÁN, titular de la cédula de
identidad números V-9.755.243, interpuso ante la Secretaría de esta Sala Constitucional,
acción de amparo constitucional conjuntamente con medida cautelar innominada, contra
la actuación realizada el 1 de marzo de 2017 por el abogado Richard Linares, en su
carácter de Fiscal Superior del Ministerio Público de la Circunscripción Judicial del
Estado Zulia, mediante la cual ratificó la solicitud de sobreseimiento de la causa
formulada por la Fiscalía Cuadragésima Octava del Ministerio de la mencionada
Circunscripción Judicial, en el asunto identificado con el alfanumérico VP03-P-2015-
018387, seguida ante el Juzgado Quinto Itinerante de Primera Instancia en Funciones de
Control del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, con sede en Maracaibo, con
ocasión de los presuntos hechos delictivos denunciados por el hoy accionante, solicitud
esta, que fue declarada con lugar por el órgano judicial señalado, mediante decisión
número 2339-17, dictada el 19 de junio de 2017.
El 15 de enero de 2018, se dio cuenta en Sala y se designó ponente a la
Magistrada Doctora Carmen Zuleta de Merchán, quien suscribe el presente fallo.

El 8 de agosto de 2018, el abogado Carlos Javier Chourio, en su condición de


apoderado judicial de la parte actora, consignó escrito mediante el cual solicitó
pronunciamiento de esta instancia.

Realizado el estudio individual del expediente, esta Sala procede a decidir,


previas las siguientes consideraciones:
I
FUNDAMENTOS DE LA SOLICITUD DE AMPARO
El abogado Carlos Javier Chourio, actuando como apoderado judicial del
ciudadano Jesús Gabriel Lombardi Boscán interpuso acción de amparo constitucional,
bajo los fundamentos que, a continuación se resumen:

Que, “… todo el agravio cometido contra el Ciudadano (sic) Jesús Lombardi y

terceras personas, antes identificado fue realizado por el Ex Fiscal Superior del Estado

Zulia Abogado Richard Linares en representación de ese Órgano (sic), quien tuvo la

oportunidad procesal de ordenar bajo la normativa expresa del Código Orgánico

Procesal Penal, de rectificar la solicitud de sobreseimiento emanada por la Fiscalía

Cuarenta y Ocho del Ministerio Público de la Circunscripción Judicial del Estado

Zulia, representada en ese acto por la abogada Alcira Josefina Torres Rodríguez, por

faltar pruebas por tramitar para el esclarecimiento de los hechos y la comprobación de

la responsabilidad penal de los autores y participes, sin que estos hayan sido

imputando (sic) según nuestro criterio jurídico, por los delitos de Apropiación (sic)

indebida previsto y sancionado en el Articulo (sic) 468 al inicio de la comisión del

hecho y posteriormente apoderándose de cada uno de los objetos configurando el delito

de Hurto (sic), previsto y sancionado en el Articulo (sic) 453 numeral 1, el delito de


Violación (sic) a la libertad del Trabajo (sic) previsto y sancionado en el Articulo (sic)
192 en el sentido que el ciudadano Jesús Lombardi hasta la presente fecha no ha

dispuesto de sus bienes que constituyen las herramientas para su trabajo, causándole

daño a su ejercicio profesional, y el delito de la Perturbación (sic) a la Posesión (sic)

Pacifica (sic) previsto y sancionado en el Articulo (sic) 472, en virtud que el ciudadano

Jesús Lombardi desde el año 1995 se encontraba en el galpón en referencia donde

ocurrieron los hechos por más de 17 años, siendo perturbado por los ciudadanos

Ernesto Gómez Roo, Ricardo Gómez Roo y el abogado Gerardo González Nagel, este

último quien fungió ser abogado de la parte denunciada, también era abogado del

ciudadano Jesús Lombardi en otros asuntos de sus empresas, generándose un conflicto

de intereses, así como un tipo penal denominado prevaricación, previsto y sancionado


en el artículo 250, todos los artículos señalados corresponde al Código Penal

Venezolano”.

Que, “… [el] diez (10) de Junio (sic) de 2015, la Fiscalía Cuadragésima Octava

del Ministerio Público de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, solicitó el

Sobreseimiento (sic) de la causa, de conformidad con lo establecido en el numeral

primero del artículo 300 numeral 1 del Código Orgánico Procesal Penal,

argumentando que el hecho que dio origen a la investigación no se realizó”.

Que, “… [el] diez (10) de Julio (sic) de 2015, mediante decisión signada bajo el

No. 6200-15, el Juzgado Segundo Itinerante de Primera Instancia en funciones (sic) de

Control del Circuito Judicial Penal del estado Zulia; (…) declaró con lugar la solicitud

fiscal, y en consecuencia decretó el SOBRESEIMIENTO DE LA CAUSA, de

conformidad con lo establecido en el ordinal 1o (sic) del artículo 300 del Código

Orgánico Procesal Penal vigente, a favor de los investigados ERNESTO GÓMEZ ROO,

RICARDO GÓMEZ y GERARDO GONZÁLEZ NAGEL, por la presunta comisión del

delito de APROPIACIÓN INDEBIDA CALIFICADA, previsto y sancionado en el

artículo 468 del Código Penal, cometido en perjuicio del antes mencionado JESÚS

GABRIEL LOMBARDI BOSCÁN”.


Que, “… [el] veinte y dos (sic) (22) de Enero (sic) de 2016, se interpone

RECURSO DE APELACIÓN por parte del Abogado (sic) CARLOS JAVIER CHOURIO,

ante la CORTE DE APELACIONES DEL CIRCUITO JUDICIAL PENAL DEL

ESTADO ZULIA”.

Que, “… [el] tres (03) de Mayo (sic) de 2016, la Sala PRIMERA de la CORTE

DE APELACIONES DEL CIRCUITO JUDICIAL PENAL DEL ESTADO ZULIA,

declara con lugar el recurso de apelación interpuesto por parte del Abogado CARLOS

JAVIER CHOURIO en representación del ciudadano JESÚS LOMBARDI BOSCÁN…”.

Que, “… [el] diez y ocho (sic) (18) de Octubre (sic) de 2016 el Juzgado Quinto

Itinerante del Circuito Judicial penal del Estado Zulia, vista la decisión de la Corte de

Apelaciones, que ordenó la redistribución de la causa correspondiéndole conocer a

dicho juzgado, dictó decisión número 1702-16, Asunto VP03-P-2015-018387, donde

declaró sin lugar la solicitud de sobreseimiento efectuada por la Fiscalía del Ministerio

Publico de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia…”.

Que, el “… uno (01) de Marzo (sic) del 2017, ante la decisión dictada por la

Juez Quinto Itinerante del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, de no decretar el

sobreseimiento y ordenar la remisión de las actuaciones a la Fiscalía Superior del

Ministerio Público de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, de conformidad con

lo previsto en el primer aparte del artículo 305 del Código Orgánico Procesal Penal

vigente para la fecha, la Fiscalía Superior del Ministerio Público de la Circunscripción

Judicial del Estado Zulia, representada para ese entonces por el Abogado (sic) Richard

Linares, emite opinión signada con el número 016-2017 (…), en los siguientes

términos:

‘ ...(omisis)... Sentada (sic) las consideraciones que fueron expuestas sobre este asunto,
estima preciso destacar que practicada (sic) la presente fecha, cualquier otra diligencia
de investigación, resulta inoficiosa, toda vez que la acción penal para perseguir la
acción se encuentra evidentemente prescrita a la presente fecha, por haber operado la
prescripción ordinaria habida cuenta el Delito (sic) de APROPIACIÓN INDEBIDA
CALIFICADA contempla una pena de prisión de uno (1) a cinco (5) años, siendo
aplicable de conformidad con el artículo 37 del Código Penal, su término medio, a
saber tres años de prisión, correspondiéndole en consecuencia un lapso de prescripción
de tres años, según las previsiones del articulo 108 ordinal 5° (sic) eiusdem.
Así mismo se observa que desde la fecha en que ocurrieron los hechos, es decir, el 15
de Octubre (sic) del 2012, la actuación practica (sic) en la presente causa, fue
realizada en fecha Septiembre (sic) del 2014, si es que hasta el día de hoy se halla
presentado circunstancia que interrumpa la prescripción ordinaria establecidas en el
artículo 110 del Código Penal Sustantivo (sic) y habiendo transcurrido desde la fecha
de comisión del hecho 15 de Octubre (sic) del 2012, hasta la presente es fecha es un
total de 4 años y cuatro meses aproximadamente, tiempo este necesario para que opere
la prescripción ordinaria en la presente causa.

Cónsono con lo anterior, se evidencia en atención a lo aludido por el Tribunal,

ciertamente el Ciudadano (sic) Carlos Chourio, apoderado de la Victima (sic) consignó

escrito fundamentando su opinión en contrario a la solicitud de sobreseimiento,

efectuada por la Fiscalía Cuadragésima Octava del Ministerio Publico (sic) de esta

Circunscripción Judicial, no obstante el Ministerio Público no puede ordenar nuevas

diligencias de investigación ni recabar las resultas de las ya solicitadas al momento de

iniciar la investigación, por cuanto tales actuaciones no constituirán fundamento

alguno para emitir un acto conclusivo distinto al aquí solicitado... (omisis)...’".

Que, “[c]on esta expresión del Ministerio Público sentada por escrito se

evidencia, lo inoficioso, perverso, descarado, insensible y contrario a todas las

atribuciones que deben privar en las funciones de un Ministerio Público, de no dejar

perecer por falta de diligencias hacer prescribir una causa y causar un gravamen
irreparable a una víctima, que en todo el transcurso del proceso diligenció activamente
la causa en busca de justicia, lo hacen configurar o presumir como una colusión con la
parte contraria o cualquier otro motivo fraudulento para solicitar el sobreseimiento.

Igualmente es propicia la oportunidad para disentir de ese criterio del Ministerio

Público puesto que de la lectura y de las observaciones de los diferentes elementos de

convicción se desprenden otros delitos que configuran una concurrencia ideal en los

mismos que no se encuentran prescritos”.

Que, “… [el] diez y nueve(19) de Junio de 2017, cumplido el Ministerio Público

con lo previsto en el Primer (sic) aparte del artículo 305 del Código Procesal Penal

vigente para la fecha se ordenó remitir las actuaciones al Juzgado Quinto Itinerante del

Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, quien mediante decisión número 2339-17 (…),

procedió a ratificar la Decisión (sic) de Sobreseimiento (sic) emanada de la Fiscalía

Superior del Ministerio Público de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia,

suscrita por el Abogado (sic) Richard Linares, salvando su opinión en contrario en los

siguientes términos:

‘...(omisis)...En el caso de autos, el Ministerio Público solicita, el decreto de


sobreseimiento, basándose en que el hecho denunciado, no se realizó, tal como se
desprende en la presente investigación.

Ahora bien, ese (sic) Juzgado Quinto itinerante, de conformidad con lo establecido en

el Segundo (sic) Aparte (sic) del Artículo (sic) 305 del texto adjetivo penal, PROCEDE

A EMITIR SU OPINIÓN CONTRARIA, a la solicitud efectuada por la Fiscalía

Superior del Ministerio Publico, bajo los siguientes términos: Quien aquí decide no

comparte lo manifestado por la vindicta pública, al indicar que los hechos investigados

por parte de la Fiscalía Cuadragésima Octava del Ministerio Publico y contenidos en

el expediente Fiscal (sic) número MP-47155-2013, no se realizó (sic) tal y como se

evidencia en el presente expediente, pues considerando que nos encontramos en


presencia de un hecho punible, de Acción (sic) Publica (sic) perseguible de oficio que

no se encuentra evidentemente prescrito y por cuanto faltan por realizar una serie de

diligencias que pueden ser consideradas como necesarias y determinantes para el

esclarecimiento de los hechos objeto del presente proceso penal, para determinar la

identidad de los autores y participes del hecho punible; y siendo que los resultados de

la actividad de investigación podrían llevar a concluir, quizás en un acto conclusivo

distinto al aquí solicitado. A criterio de este Tribunal (sic), al no hallarse motivación

legal por parte del Ministerio Publico (en este caso) que sustente el pedimento de la

Fiscalía 48 del Ministerio Publico, observándose una completa disparidad entre el

pedimento efectuado por la vindicta pública y el contenido de las actas procesales en

las cuales se evidencia una carencia total de investigación y poder así recabar

múltiples y suficientes elemento de convicción que justifiquen la actuación fiscal así

como el pedimento efectuado ...(omisis)...’”.

Denunció la violación de los derechos constitucionales al libre desenvolvimiento

a la personalidad, a la tutela judicial efectiva, al debido proceso, a la defensa, al trabajo,

así como a la propiedad, previstos en los artículos 20, 26, 49.1, 87 y 115

constitucionales.

Que, “[c]onforme a lo dispuesto en los artículos 8 de la Ley Orgánica de

Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, y 5, numeral 18 de la Ley

Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, esta Sala Constitucional resulta

competente para conocer de la presente acción de amparo constitucional, por señalarse


como presunto agraviante a un Ministerio, órgano integrante del Poder Moral,
específicamente al Ministerio Público en representación, de la Fiscalía Superior del

Ministerio Publico del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia (ejercida por el

Abogado Richard Linares)”.

Que, “[p]ara reafirmar aún más la competencia que en el presente caso

respetuosamente le hemos atribuido a ésta la Sala Constitucional para conocer y

decidir sobre la presente acción de amparo, he alegado a su vez que los derechos

constitucionales denunciados como conculcados, trascienden al interés natural de la

persona del Ciudadano (sic) Jesús Lombardi que con la omisión consiente desplegada

por la Fiscalía Superior del Ministerio Publico (sic) del Circuito Judicial Penal del

Estado Zulia, representada para ese entonces por el Abogado Richard Linares, al

negar realizar las pruebas solicitadas como proposición de diligencias para el

esclarecimiento de los hechos y determinar la responsabilidad penal de los autores y

participes en el presente caso, que de manera manifiesta a través de los escritos

consignados por el ciudadano Ernesto Gómez Roo que se encuentran agregados a la

presente causa, así como los comentarios que los abogados de las personas

denunciadas lo hacían saber en los predios de los Tribunales (sic), que esa causa no

iba a prosperar ni ninguna otra que interpusiera el ciudadano Jesús Lombardi, porque

todo lo iba a resolver el abogado Richard Linares, no constituye una ofensa lo antes

dicho por lo contrario, con las pruebas que se promueven en la presente Acción (sic) de

Amparo (sic) como es la copia certificada de la causa en comento, se evidencia que

algunas de las solicitudes de experticias y pruebas solicitadas por el ciudadano Jesús

Lombardi, nunca fueron evacuadas, ni valoradas, mucho menos tomadas en cuenta por

la Fiscalía (sic) e igualmente se observa la incongruencia en la (sic) solicitudes que el

hecho objeto del proceso no se realizó y en la otra la prescripción de la acción penal,

obviando en forma intencionada decisiones de carácter vinculante de la Sala

Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia y la propia doctrina del Ministerio

Público, que son categóricos en manifestar que deben realizarse todas las pruebas
necesarias y pertinentes antes de solicitar un sobreseimiento”.
Que, “[e]l derecho al libre desenvolvimiento de la personalidad se le ha

conculcado a mi mandante (Jesús Lombardi) quien como condición inherente a su vida

es Arquitecto (sic) de Profesión (sic) y se desempañaba como empresario en distintos

ramos de la industria, tales como la industria de la construcción, la de manufactura de

aluminio, la de manufacturas de maderas y la del reciclaje de desechos sólidos.

Destacándose una amplia trayectoria empresarial que data desde el año 1.993,

llegando incluso a representar gremialmente al empresariado del Zulia al presidir por

tres períodos consecutivos a la centenaria Cámara de Comercio de Maracaibo”.

Que, “[c]on esta acción desplegada se ha hecho nugatorio e inviable todos los

planes existentes en sus proyectos y actividad profesional y empresarial, al perturbar la

posesión del inmueble que venía ejerciendo desde Diciembre (sic) del año de 1994, por

la acción arbitraria, desconsiderada y cruel de los ciudadanos ERNESTO GÓMEZ

ROO, RICARDO GÓMEZ ROO y GERARDO GONZÁLEZ NAGEL, y que hasta la

presente fecha los bienes objeto de la apropiación indebida y la perturbación de la

posesión pacifica se han prolongado de forma permanente en el tiempo por la acción

omisiva y violatoria a la Tutela (sic) Judicial (sic) Efectiva (sic), al Debido (sic)

Proceso (sic), y al Derecho (sic) a la Defensa (sic) por parte del Ministerio Público

específicamente la Fiscalía Superior del Estado Zulia, que no permitió con

conocimiento de causa y no ha permitido el desarrollo y la demostración de los

responsables en el hecho delictivo cometido contra el Ciudadano Jesús Lombardi que

aun continua (sic), conculcando en forma definitiva su Derecho (sic) al Trabajo (sic)”.

Además, el accionante incluyó dentro del libelo, la solicitud de las siguientes

medidas cautelares innominadas:

Ciudadanos Magistrados, el Sobreseimiento (sic) decretado por la Fiscalía Superior del

Estado Zulia con voto salvado del Juzgado Quinto Itinerante de Primera Instancia del

Circuito Judicial Penal del Estado Zulia en fecha 19 de Junio de 2017 y la cual es objeto

de la presente solicitud de pretensión de Amparo (sic) Constitucional (sic), nos coloca


en una situación de desventaja capaz de producirle un daño patrimonial irreversible al

ciudadano Jesús Lombardi, propietario de las empresas Centro de Productos para la

Construcción C.A, siglas CEPROCA, Centro de Productos e Instalaciones para la

Construcción C.A, siglas CEPROINCA y Recuperadora y Distribuidora de Desechos

Sólidos C.A, siglas REDIDESCA. De las cuales, la empresa CEPROCA ha estado en

posesión legítima, pacífica y notoria desde Diciembre (sic) del año 1994, de un

inmueble denominado galpón central, ubicado en la avenida 28 A (antes conocido como

calle 11 o callejón Las Lágrimas) sector La limpia, distinguido con el número 87 A - 50

de la Ciudad de Maracaibo del Estado Zulia, registrado en la Oficina Subalterna del

Segundo Circuito de Registro del Distrito Maracaibo del Estado Zulia, el día 11 de

Octubre de 1.995, bajo el No. 13, Protocolo 1, Tomo 22, (folios 67 al 71 de la pieza 1).

Posesión legitima (sic) ejercida y demostrada por el ciudadano Jesús Lombardi y la

empresa CEPROCA, a través de entre alguno de los medios de pruebas agregados a la

presente causa se encuentra el Registro de Información Fiscal RIF que data del año

1994 (folio 141 de la pieza 1), así como la narración y testimonio del ciudadano Jesús

Lombardi de la forma como se inició dicha posesión en el inmueble antes mencionado,

que se observa en los folios 46 al 55 del Cuaderno (sic) de Apelación (sic), detentando

derechos posesorios hasta la presente fecha. Para lo cual, recurrimos de conformidad

con lo previsto en los artículos 585 y 588 del Código de Procedimiento Civil, en

concordancia con el artículo 130 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia a

solicitar muy respetuosamente ciudadanos magistrados del Tribunal Supremo de

Justicia cese la Perturbación de dicha posesión, acción ejercida por las personas

denunciadas en la presente causa, y se emita medida cautelar de restitución de la

posesión legitima (sic) que se viene ejerciendo sobre dicho inmueble por parte del

ciudadano Jesús Lombardi, hasta que concluya el proceso Penal (sic) que ha de

incoarse contra los autores y participes plenamente identificados en la presente

causa.
Por otra parte, recurrimos a esta honorable sala (sic) como complemento y en protección

del derecho constitucional previsto en el artículo 30 de la Constitución de la República

Bolivariana de Venezuela, el cual establece: "El Estado protegerá a las víctimas de los

delitos comunes y procurará su indemnización...". Solicitamos muy respetuosamente se

dicte prohibición de salida de la Jurisdicción del territorio Nacional (sic) a los

actores denunciados ciudadanos Ernesto Gómez Roo (…), Ricardo Gómez

Roo (…) y Gerardo González Nagel (…), mientras transcurran las investigaciones

necesarias que permitan esclarecer las responsabilidades penales correspondientes.

Por último, solicitamos, muy respetuosamente honorables magistrados del Tribunal

Supremo de Justicia, en la medida de proteger los intereses patrimoniales de los bienes

en disputa se dicte medida cautelar de prohibición de traspasar, enajenar y gravar el

inmueble galpón central ubicado en la avenida 28 A (antes conocido como calle 11 o

callejón Las Lágrimas) sector La limpia, distinguido con el número 87 A - 50 de la

Ciudad de Maracaibo del Estado Zulia, del cual, el ciudadano Jesús Lombardi,

representante legal y propietario de la empresa CEPROCA viene ejerciendo una

posesión pacifica (sic), legitima (sic) y notoria desde Diciembre (sic) del año 1.994,

hasta que concluya el proceso judicial y se determine su propiedad legitima de acuerdo

a nuestra legislación Venezolana.

Y finalizó la demanda de protección de sus derechos constitucionales,

sintetizando su petitorio en los siguientes términos:

Sobre la base de los hechos y argumentos Constitucionales (sic), jurisprudenciales y

doctrinales anteriormente citados, requiero, de la manera más respetuosa posible, de esta


Magna Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia de la República

Bolivariana de Venezuela:

PRIMERO: Que en aplicación del procedimiento establecido por la jurisprudencia

contenida en la sentencia No. 7 de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de

Justicia, bajo la Ponencia del Magistrado Dr. Jesús Eduardo Cabrera Romero, en fecha

1 de febrero de 2000, Exp. № 00-0010, y conforme lo dispuesto en la Ley Orgánica de

Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, solicitamos muy

respetuosamente ciudadanos magistrados se ADMITA la presente Acción de Amparo,

ordenando se notifique inmediatamente al “ENTE AGRAVIANTE”, ampliamente

identificado arriba, en la persona del Ministerio Público (Fiscalía Superior de la

Circunscripción Judicial del Estado Zulia), en la sede de dicha dependencia oficial.

SEGUNDO: Solicitamos muy respetuosamente, ciudadanos magistrados se tome en

consideración que a través de la confesión efectuada por el ciudadano Ernesto Gómez

Roo, que se desprenden de las actas procesales se declare con lugar la presente acción

de Amparo (sic) Constitucional (sic) y se ordene al Ministerio Público realizar todas las

diligencias pertinentes para la demostración de todos y cada uno de los delitos

denunciados que se evidencian de las actas procesales y se proceda con el acto de

imputación correspondiente.

TERCERO: Solicitamos muy respetuosamente ciudadanos magistrados se realice la

audiencia correspondiente.

CUARTO: Solicitamos muy respetuosamente ciudadanos magistrados sea

declarada CON LUGAR la presente Acción (sic) de Amparo (sic), y en consecuencia

se hagan cesar las lesiones a los derechos constitucionales anteriormente expuestos,

librándose el correspondiente mandamiento de amparo constitucional que la Sala

Constitucional estime pertinente para restablecer la situación jurídica denunciada como

infringida o la que más se asemeje a ella.

QUINTO: Declarada con lugar la Acción (sic) de Amparo (sic), solicitamos muy

respetuosamente ciudadanos magistrados se tomen los correctivos y de ser necesario la


apertura de la averiguación pertinente, contra el Ex - Fiscal Superior del Estado Zulia

Abogado Richard Linares y demás fiscales que con su omisión y colusión no

cumplieron con su deber de llevar la tutela de la investigación de manera imparcial,

quienes en forma consciente de sus atribuciones, violaron flagrantemente normas

referidas al Debido (sic) Proceso (sic) y a la Tutela (sic) Judicial (sic) Efectiva (sic).

QUINTO: Declarada con lugar la Acción (sic) de Amparo (sic), solicitamos muy

respetuosamente ciudadanos magistrados se ordene que en la presente causa, se recaben

las pruebas solicitadas por la víctima y el Ministerio Público, las cuales fueron omitidas

totalmente y se analicen con objetividad los tipos penales señalados oportunamente y

que se desprenden de las actas procesales, tomando en consideración que no solo fueron

los bienes objetos de comisión de delito del Ciudadano (sic) Jesús Lombardi, sino

también de un vehículo perteneciente al Ciudadano (sic) identificado como Jesús

María Jiménez.

SEXTO: Declarada con lugar la Acción (sic) de Amparo (sic), solicitamos muy

respetuosamente ciudadanos magistrados se decreten las medidas Cautelares (sic)

Imnominadas (sic) solicitadas en el presente recurso de Amparo (sic) Constitucional

(sic), para asegurar provisionalmente la efectividad de los legítimos derechos

vulnerados del ciudadano Jesús Lombardi.

II
MOTIVACIÓN PARA DECIDIR
La presente acción de amparo ejercida conjuntamente con medidas cautelares
innominadas, contra las actuaciones realizadas por el abogado Richard Linares, en su
carácter de Fiscal Superior del Ministerio Público de la Circunscripción Judicial del
Estado Zulia, mediante la cual ratificó la solicitud de sobreseimiento de la causa
formulada por la Fiscalía Cuadragésima Octava del Ministerio de la mencionada
Circunscripción Judicial, en el asunto identificado con el alfanumérico VP03-P-2015-
018387, seguido ante el Juzgado Quinto Itinerante de Primera Instancia en Funciones de
Control del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, con sede en Maracaibo, con
ocasión de los hechos delictivos denunciados por el hoy accionante, solicitud esta, que
fue declarada con lugar por el órgano judicial señalado, mediante decisión número
2339-17, dictada el 19 de junio de 2017.
Previo a cualquier análisis sobre el fondo, esta Sala debe pronunciarse sobre la
admisibilidad de la acción de amparo constitucional interpuesta, y en este sentido, se
evidencia de actas que, la conducta atribuida al Fiscal Superior del Ministerio Público
de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia ocurrió, según afirma el accionante, el 1
de marzo de 2017, y la presente acción de amparo fue interpuesta el 15 de enero de
2018, es decir, una vez transcurridos más de seis (6) meses desde la actuación señalada
como lesiva; de tal modo que al no evidenciarse respecto de esta actuación, afectación
al orden público, pues los derechos constitucionales cuya tutela se solicitó, no exceden
de la esfera particular de la parte actora, razón por la cual, la acción de amparo
interpuesta resulta inadmisible por caducidad, a tenor de lo previsto en el artículo 6.4 de
la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales. Así se
declara.

Sin perjuicio de lo anterior, esta Sala evidencia además razones suficientes que
harían procedente declarar terminado el procedimiento por abandono de trámite, toda
vez que, se interpuso el amparo el 15 de enero de 2018, y transcurridos más de seis (6)
meses, fue que la parte actora impulsó de nuevo el proceso, esto fue el 8 de agosto de
2018, ello conforme al artículo 25 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y
Garantías Constitucionales y a la reiterada jurisprudencia de esta Sala.

No obstante, del examen de las actuaciones que conforman el presente asunto,


esta Sala ha detectado una grave inconsistencia de orden constitucional en el marco de
la aplicación de la disposición contenida en el único aparte del artículo 305 del Código
Orgánico Procesal Penal, que ocasionó una subversión del proceso penal; en razón de lo
cual, esta Sala procede a revisar de oficio las siguientes decisiones judiciales; i) la
número 1702-16, dictada el 18 de octubre de 2016, por el Juzgado Quinto Itinerante de
Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia,
con sede en Maracaibo, mediante la cual declaró sin lugar la solicitud de sobreseimiento
de la causa formulada por el Ministerio Público, y sin embargo, ordenó remitir las
actuaciones a la Fiscalía Superior del Ministerio Público de la Circunscripción Judicial
del Estado Zulia, “… a tenor de lo establecido en el primer aparte del artículo 305 del
Código Orgánico Procesal Penal vigente…”; y ii) la número 2339-17, dictada el 19 de
junio de 2017 por el mismo Juzgado de Primera Instancia en Funciones de Control, que
decretó el sobreseimiento de la causa, con expresa mención de su opinión contraria,
señalando para ello, fundarse en el único aparte del artículo 305 del Código Orgánico
Procesal Penal.

Es el caso que, esta Sala observa prima facie, en las señaladas decisiones
judiciales, una afectación al orden público constitucional, al desconocer principios como
el debido proceso, la independencia y autonomía judicial, la intangibilidad de la cosa
juzgada formal y material, e igualmente el derecho a obtener la reparación de los daños
sufridos por las víctima de delitos comunes; aunado a ello, que las mismas se
fundamentan erróneamente en el único aparte del artículo 305 del Código Orgánico
Procesal Penal.

Esta Sala advierte que las decisiones n.° 1702-16 del 18 de octubre de 2016 y n.°
2339-17 del 19 de junio de 2017, ambas dictadas por el Juzgado Quinto Itinerante de
Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia,
con sede en Maracaibo, contienen vicios de orden público que inciden en la esfera de
derechos del accionante, así como de la colectividad, pues afrentan los principios del
debido proceso, la cosa juzgada material y formal, e igualmente el derecho a obtener la
reparación de los daños sufridos por las víctimas de delitos comunes, por ello, es
preciso examinar los fallos señalados, por estar construidos erróneamente sobre la base
del único aparte del artículo 305 del Código Orgánico Procesal Penal, con relación al
cual esta Sala ya se pronunció en sentencia n.° 537/2017 del 12 de julio (caso: Oscar
Prim y Otros).

En este orden de ideas, se debe reiterar, tal como lo estableció esta Sala en
sentencia n.° 93/2001 del 6 de febrero (caso: CORPOTURISMO), los criterios para la
procedencia de la potestad revisora, dentro de lo cual destaca:
Para determinar el ámbito de la potestad revisora de sentencias de amparo
definitivamente firmes por parte de esta Sala, es necesario ante todo, interpretar lo
establecido en el Texto Constitucional. En este sentido, el numeral 10 del artículo 336
antes citado, establece la potestad extraordinaria de esta Sala para revisar las sentencias
de amparo definitivamente firme, así como de control de constitucionalidad de leyes o
normas jurídicas dictadas por los tribunales de la República. Ahora bien, esta norma
constitucional no intenta de manera alguna crear una tercera instancia en los procesos de
amparo constitucional o de control de constitucionalidad de leyes o normas jurídicas. El
precepto constitucional referido lo que incorpora es una potestad estrictamente
excepcional, extraordinaria y discrecional para la Sala Constitucional. Es por ello que
esta Sala, al momento de ejecutar tal potestad de revisión de sentencias definitivamente
firmes, está obligada, de acuerdo a una interpretación uniforme de la Constitución, y en
consideración de la garantía de la cosa juzgada, a ser excesivamente prudente en cuanto
a la admisión y procedencia de recursos que pretendan la revisión de sentencias que han
adquirido dicho carácter de cosa juzgada judicial.
… (Omissis)…
Por consiguiente, esta Sala considera que la propia Constitución le ha otorgado la
potestad de corregir las decisiones contrarias a las interpretaciones preestablecidas por
la propia Sala o que considere la Sala acogen un criterio donde es evidente el error en la
interpretación de las normas constitucionales. Esto tiene el propósito de imponer la
potestad constitucional de la Sala Constitucional de actuar como “máximo y último
intérprete de la Constitución”. Se desprende entonces del artículo 335 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, que esta norma establece expresamente la
potestad de revisión extraordinaria de sentencias definitivamente firmes que se aparten
de la interpretación que de manera uniforme debe imponer esta Sala. Posee entonces
potestad esta Sala para revisar tanto las sentencias definitivamente firmes expresamente
establecidas en el numeral 10 del artículo 336 contra aquellas, tal como se dejó sentado
anteriormente, así como las sentencias definitivamente firmes que se aparten del criterio
interpretativo de la norma constitucional que haya previamente establecido esta Sala, lo
que en el fondo no es más que una concepción errada del juzgador al realizar el control
de la constitucionalidad, y así se declara.

En tal sentido, la revisión de las sentencias definitivamente firmes, conlleva la


garantía de aplicación de los postulados constitucionales, así como de las
interpretaciones vinculantes que de ellas haga este máximo intérprete de la norma
constitucional. En este propósito, la Sala observa que la parte accionante consignó en
copia certificada, varias actuaciones del proceso penal primigenio, entre las cuales se
distinguen las siguientes:

El 28 de enero de 2013, el ciudadano Jesús Gabriel Lombardi Boscán consignó


escrito ante la Fiscalía Superior de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia,
mediante la cual denunció la ocurrencia de unos hechos relacionados con los bienes de
la empresa mercantil Centro de Productos para la Construcción C. A. (CEPROCA), de
la cual es su representante legal y accionista.

El 7 de febrero de 2013, el abogado Fernando Lossada Uribarri, Fiscal


Cuadragésimo Octavo del Ministerio Público de la Circunscripción Judicial del Estado
Zulia, con sede en Maracaibo, ordenó el inicio de la investigación de los hechos
denunciados por el ciudadano Jesús Gabriel Lombardi Boscán el 28 de enero de 2013, y
le asignó a la causa la nomenclatura MP-47155-13.

El 10 de junio de 2015, la abogada Alcira Josefina Torres Rodríguez, Fiscal


Auxiliar encargada de la Fiscalía Cuadragésima Octava del Ministerio Público de la
Circunscripción Judicial del Estado Zulia, presentó ante la Unidad de Recepción y
Distribución de Documentos del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, con sede en
Maracaibo, escrito mediante el cual solicitó el sobreseimiento de la causa por la
presunta comisión del delito de apropiación indebida calificada, tipificado en el artículo
468 del Código Penal, en agravio del ciudadano Jesús Gabriel Lombardi Boscán, cuya
investigación fue iniciada en virtud de los hechos denunciados por la víctima, con
fundamento en la causal prevista en el numeral 1 del artículo 300 del Código Orgánico
Procesal Penal, relativa a la no realización del hecho objeto del proceso o que no puede
atribuírsele al imputado.

El 10 de julio de 2015, ocurrió el primer pronunciamiento respecto a la


señalada solicitud fiscal, el Juzgado Segundo Itinerante de Primera Instancia en
Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, con sede en
Maracaibo, dictó decisión n.° 6200-15, mediante la cual decretó el sobreseimiento de la
causa en donde aparecen como investigados los ciudadanos Ernesto Gómez Roo,
Ricardo Gómez Roo y Gerardo González, por la presunta comisión del delito de
apropiación indebida calificada, tipificado en el artículo 468 del Código Penal, en
agravio del ciudadano Jesús Gabriel Lombardi Boscán, cuya investigación fue iniciada
en virtud de los hechos denunciados por la víctima; con fundamento en la causal
prevista en el numeral 1 del artículo 300 del Código Orgánico Procesal Penal, relativa a
la no realización del hecho objeto del proceso o que no puede atribuírsele al imputado.

El 22 de enero de 2016, el abogado Carlos Javier Chourio, en su carácter de


apoderado judicial del ciudadano Jesús Gabriel Lombardi Boscán, ejerció recurso de
apelación de autos contra la decisión n.° 6200-15 dictada el 10 de julio de 2015, por el
Juzgado Segundo Itinerante de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito
Judicial Penal del Estado Zulia, con sede en Maracaibo, de la que se dio por notificado
el 19 de enero de 2016, mediante la cual se decretó el sobreseimiento de la causa.

El 12 de abril de 2016, la Sala Primera de la Corte de Apelaciones del Circuito


Judicial Penal del Estado Zulia, con sede en Maracaibo, admitió el recurso de apelación
interpuesto por el apoderado del ciudadano Jesús Gabriel Lombardi Boscán, y el 3 de
mayo de 2016, el mismo juzgado de alzada declaró con lugar el mencionado medio de
impugnación, anuló la decisión judicial recurrida por estar afectada del vicio de “…
falta de motivación…” y ordenó la realización de un nuevo pronunciamiento sobre la
solicitud formulada por el Ministerio Público, con prescindencia del vicio advertido.

El 18 de octubre de 2016, se verificó el segundo pronunciamiento judicial


respecto a la solicitud fiscal de sobreseimiento, en esta oportunidad el Juzgado Quinto
Itinerante de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del
Estado Zulia, con sede en Maracaibo, a cargo de la Jueza Edumary Ferrer Díaz, dictó la
decisión n.° 1702-16, mediante la cual declaró sin lugar la solicitud formulada por el
Ministerio Público y en consecuencia, negó la solicitud de sobreseimiento de la causa
planteada, sin embargo, ordenó remitir las actuaciones a la Fiscalía Superior del
Ministerio Público de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, “… a tenor de lo
establecido en el primer aparte del artículo 305 del Código Orgánico Procesal Penal
vigente…”. La decisión judicial en cuestión, incluyó en su argumentación, los
siguientes motivos:
Consta en actas, que la presente causa se inició en fecha 04/02/2013, en virtud de
denuncia y previa distribución de la Fiscalía Superior, interpuesta por el ciudadano
JESÚS GABRIEL LOMBARDI BOSCÁN, y a la cual le fue asignado el N° MP-47155-
2013 (…).
Se desprende de actas, que no existen elementos de convicción que pueden ser
incorporados al proceso, y con los cuales puedan esclarecerse los hechos objetos del
mismo, elementos que en su debida oportunidad fueron promovidos como diligencias
de investigación por parte del Fiscal del Ministerio Público en la Orden (sic) de Inicio
(sic) de Investigación (sic), pero que no fueron recabados y llevados al proceso.
Siendo el Fiscal del Ministerio Público, el titular de la acción penal, es quien está
obligado a ejercerla, desarrollando para ello, los trámites que correspondan según la
investigación desplegada. Dicha titularidad permite, como parte de buena fe, pronunciar
su apreciación al caso, todo ello en atención al cúmulo probatorio obtenido como resulta
de la investigación por lo que se observa que por parte del Ministerio Público existe el
(sic) no investigar exhaustivamente los hechos que se desprenden de la denuncia
formulada por el ciudadano JESÚS GABRIEL LOMBARDI BOSCÁN, toda vez que se
evidencia del recorrido procesal del presente asunto que el ciudadano ERNESTO
GÓMEZ ROO, accionista de la sociedad mercantil EXPOCERÁMICA C.A.
(EPOCECA), formuló varios escritos dirigidos a la Fiscalía Cuadragésima Octava del
Ministerio Público, donde manifestó su intención de entregar los objetos de sus
reclamantes y que no tenía interés alguno en los mismos, y posteriormente cambiar las
cerraduras que dan acceso al inmueble considera quien aquí decide que se configura
automáticamente un tipo penal como lo es la apropiación indebida calificada,
preceptuada en el artículo 466 en concordancia con el artículo 468 del Código Penal.
Conviene apuntar, que existen diligencias que fueron ordenadas a practicar por el Fiscal
del Ministerio Público lo que indica que el mismo los consideró útiles, pertinentes y
necesarios para el esclarecimiento de los hechos que se investigan, diligencias estas que
no fueron recabadas.
Observa este Tribunal que son atribuciones y deberes del Ministerio Público, ordenar,
dirigir y supervisar todo lo relacionado con la investigación y acción penal; practicar
por sí mismo o por el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas,
o por los órganos con competencia especial y de apoyo en materia de investigaciones
penales, las actividades indagatorias para demostrar la perpetración de los actos
punibles, hacer constar su comisión con todas las circunstancias que puedan influir en la
calificación y establecer las responsabilidades de los autores, autoras y demás
partícipes, así como el aseguramiento de los objetos activos y pasivos relacionados con
la perpetración (art. 16.3 de la Ley Orgánica del Ministerio Público).
Por tanto, el Ministerio Público en todo momento, tendrá la obligación de iniciar la
investigación cuando conozca de la presunta comisión de un hecho punible, bien de
oficio, por denuncia o por querella, y en consonancia con esto, se encuentra la norma
contenida en el artículo 265 del Código Orgánico Procesal Penal (…).
… (Omissis)…
Hay que destacar que la doctrina ha distinguido una serie de momentos, respecto a la
acción penal y actualmente, se habla de dos momentos, uno de la promoción o el inicio
de la acción penal constituido por actos preparatorios, como son: la orden de inicio de
investigación; las diligencias de investigación ordenadas a los fines de determinar las
circunstancias en las que ocurrió el hecho y los posibles autores o partícipes del hecho;
la solicitud de medidas cautelares, entre otras; y dos, el momento del ejercicio,
entendiéndose como tal el requerimiento fiscal, es decir, la presentación del acto
conclusivo (sobreseimiento o acusación) y los actos que siguen a esa actividad.
Es así, como los dos momentos descritos anteriormente constituyen lo que normalmente
se denomina como el monopolio de la acción penal, de la cual es titular el Ministerio
Público, tal como se ha concebido por el legislador en el artículo 11 del Código
Orgánico Procesal Penal.
… (Omissis)…
Estos primeros actos preparatorios, se encuentran enmarcados en una fase preparatoria,
o de investigación, que no es más que una actividad eminentemente creativa, en la cual
se trata de superar un estado de incertidumbre mediante la búsqueda de todos aquellos
medios que puedan aportar información que acabe con esa incertidumbre, se trata pues,
de la actividad que encuentra o detecta los medios que servirán como elementos de
convicción para dictar el acto conclusivo, pues todo acto conclusivo, acusación
sobreseimiento o archivo fiscal, debe ser precedido de una investigación.
… (Omissis)…
Sobre la base de las anteriores consideraciones, puede concluirse que al ser una
obligación del Ministerio Público el ejercicio de la acción penal, impuesta por el
principio de legalidad procesal, al observarse la inactividad y despreocupación del
Ministerio Público, como es el caso que nos ocupa, violenta los derechos de la víctima
dentro del proceso (Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia
N° 1891, de fecha 15/12/2011).
En el caso de autos, del estudio efectuado a las actas procesales, se observa una carencia
de diligencias de investigación tendientes a determinar las circunstancias en que ocurrió
el hecho y los posibles autores o partícipes en el hecho soslayándose con ello las
garantías rectoras del proceso penal venezolano, del debido proceso y la tutela judicial
efectiva, dentro de los cuales se enmarca el derecho a la defensa de las partes, así como
la tipificación de nuevos delitos consagrados en nuestro Código Penal vigente.
… (Omissis)…
De igual modo, consta en actas; escrito interpuesto ante la sede de la Unidad de
Recepción y Distribución de Correspondencia del Departamento del Alguacilazgo del
Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, por el ciudadano ABG. CARLOS JAVIER
CHOURIO, en su carácter de apoderado judicial del ciudadano JESÚS GABRIEL
LOMBARDI, en el cual manifiesta entre otras circunstancias lo siguiente: “(…)
hacemos formal oposición a la solicitud de sobreseimiento para que la misma no sea
decretada y se de cumplimiento a lo previsto en el artículo 30 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, referida a la protección de las víctimas (…)”.
En tal sentido, teniendo en cuenta que si bien es cierto que la norma penal no faculta a
la víctima de autos a los fines de poder oponerse a la solicitud de sobreseimiento
presentada por el Fiscal del Ministerio Publico, no es menos cierto que la víctima como
sujeto procesal de la causa y parte con extremo interés en las resultas del mismo, tiene
derecho a ser oída, es decir, ejercer su derecho a la tutela judicial efectiva, en el sentido
de tener igual acceso al órgano de administración de justicia (…); y en acatamiento al
criterio emitido por el Tribunal Supremo de Justicia, en el cual han establecido que la
víctima adquirió un rol importante en el proceso penal lo que significa, que si se realiza
una solicitud de sobreseimiento de la causa penal en la cual es parte agraviada, la misma
tiene un interés inminente sobre la resolución del planteamiento, por cuanto no puede
verse afectada en lo que deba resolver el juez competente para ello o cuando menos
puede intervenir para controlar los alegatos y dar su opinión al respecto (…),
observándose que el ciudadano JESÚS GABRIEL LOMBARDI BOSCÁN, demostró
interés sobre el presente asunto penal, en vista del escrito presentado por su apoderado y
el cual fue invocado por su propia voluntad asistiendo e impulsando el desarrollo del
proceso y por cuanto a criterio de quien aquí suscribe faltan por realizar una serie de
diligencias que pueden ser y fueron consideradas por el Fiscal del Ministerio Público en
su orden de inicio de investigación, como necesarias y determinantes para comprobar la
comisión del delito y siendo que no consta en actas el resultado de dichas diligencias
ordenadas a practicar, mal podrá considerar el Fiscal del Ministerio Público que el
hecho objeto del proceso no se realizó, tomando en consideración el daño causado a la
víctima de autos.
En conclusión, considerando que nos encontramos en presencia de un hecho punible, de
acción pública, perseguible de oficio que no se le encuentra evidentemente prescrito, y
por cuanto faltan por realizar una serie de diligencias que pueden ser consideradas como
necesarias y determinantes para el esclarecimiento de los hechos objeto del presente
proceso penal, para determinar la identidad de los autores o partícipes del hecho
punible; y siendo que de los resultados de la actividad de investigación podrían llevar a
concluir, quizá en un acto conclusivo distinto al aquí solicitado. A criterio de este
Tribunal, al no hallarse motivación legal por parte del Ministerio Público (en este caso)
que sustente el pedimento de la Fiscalía 48° del Ministerio Público, observándose una
completa disparidad entre el pedimento efectuado por la vindicta pública y el contenido
de las actas procesales en las cuales se evidencia una carencia total de investigación y
poder así recabar múltiples y suficientes elementos de convicción que justifiquen la
actuación fiscal así como el pedimento efectuado considera este Tribunal, que lo
procedente en derecho es declarar sin lugar la solicitud de sobreseimiento de la
presente causa, acordando su remisión a la Fiscalía Superior del Ministerio Público de
la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, a tenor de los establecido en el primer
aparte del artículo 305 del Código Orgánico Procesal Penal. Y así se declara.

III
DISPOSITIVA
Por los fundamentos antes expuestos, este JUZGADO QUINTO ITINERANTE DE
PRIMERA INSTANCIA EN FUNCIONES DE CONTROL DEL CIRCUITO
JUDICIAL PENAL DEL ESTADO ZULIA, administrando justicia en nombre de la
República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley,
DECLARA. PRIMERO: SIN LUGAR LA SOLICITUD FISCAL, y en consecuencia
NIEGA EL SOBRESEIMIENTO DE LA CAUSA, solicitado por la Representación de
la Fiscalía Cuadragésima Octava del Ministerio, en la cual figura como víctima el
ciudadano JESÚS JAVIER LOMBARDI BOSCÁN. SEGUNDO: SE ACUERDA
ENVIAR LAS ACTUACIONES A LA FISCALÍA SUPERIOR DEL MINISTERIO
PÚBLICO DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO ZULIA, a tenor
de lo establecido en el primer aparte del artículo 305 del Código Orgánico Procesal
Penal vigente (…).
El 5 de marzo de 2017, el abogado Richard Paul Linares, Fiscal Superior del
Ministerio Público de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, presentó escrito
mediante el cual ratificó la solicitud de sobreseimiento formulada el 10 de junio de 2015
por la Fiscalía Cuadragésima Octava del Ministerio Público de esa misma
Circunscripción Judicial, señalando como fundamento jurídico de tal actuación, el único
aparte del artículo 305 el Código Orgánico Procesal Penal.
El 19 de junio de 2017, se verificó el tercer pronunciamiento judicial
relacionado con la solicitud fiscal de sobreseimiento, en la que, el Juzgado Quinto
Itinerante de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del
Estado Zulia, con sede en Maracaibo, a cargo de la Jueza Edumary Ferrer, dictó la
decisión n.° 2339-17, mediante la cual decretó el sobreseimiento de la causa en el
asunto penal primigenio, con expresa mención de su opinión contraria, sobre la base de
los siguientes motivos:
Siendo el Fiscal del Ministerio Público, el titular de la acción penal, es quien está
obligado a ejercerla, desarrollando para ello, los trámites que correspondan según la
investigación desplegada. Dicha titularidad permite, como parte de buena fe, pronunciar
su apreciación al caso, todo ello en atención al cúmulo probatorio obtenido como resulta
de la investigación.
Es precisamente en la fase investigativa del proceso, que se recaban los elementos
tendientes a confirmar o descartar la sospecha acerca de la comisión de un hecho
punible y sus posibles culpables a fin de lograr en definitiva, que el Ministerio Público
presente el correspondiente acto conclusivo que bien puede ser para promover el juicio
penal (acusación), solicitar su archivo o bien para clausurar la persecución penal
(sobreseimiento), bajo el ejercicio debido de las vías legales en la forma honesta y
prudente para determinar la comisión o no de un hecho punible.
En el caso de autos, el Ministerio Público solicita el decreto del sobreseimiento,
basándose en que el hecho denunciado, no se realizó, tal como se desprende en la
presente investigación.
Ahora bien, ese Juzgado Quinto Itinerante, de conformidad con lo establecido en el
segundo aparte del artículo 305 del texto adjetivo penal, PROCEDE A EMITIR SU
OPINIÓN CONTRARIA a la solicitud efectuada por la Fiscalía Superior del Ministerio
Público, bajo los siguientes términos: Quien aquí decide no comparte lo manifestado
por la vindicta pública, al indicar que los hechos investigados por parte de la Fiscalía
Cuadragésimo Octava del Ministerio Público y contenidos en el expediente Fiscal N°
M.P-47155-2013, no se realizó tal y como se evidencia en el presente expediente, pues
considerando que nos encontramos en presencia de un hecho punible de acción pública,
perseguible de oficio que no se encuentra evidentemente prescrito, y por cuanto faltan
por realizar una serie de diligencias que pueden ser consideradas como necesarias y
determinantes para el esclarecimiento de los hechos objetos (sic) del presente proceso
penal; para determinar la identidad de los autores o partícipes del hecho punible; y
siendo que de los resultados de la actividad de investigación podrían llevar a concluir,
quizás en un acto conclusivo distinto al aquí solicitado. A criterio de este Tribunal, al no
hallarse motivación legal por parte del Ministerio Público (en este caso) que sustente el
pedimento de la Fiscalía 48° del Ministerio Público, observándose una completa
disparidad entre el pedimento efectuado por la vindicta pública y el contenido de las
actas procesales en las cuales se evidencia una carencia total de investigación y poder
así recabar múltiples y suficientes elementos de convicción que justifiquen la actuación
fiscal así como el pedimento efectuado.
DISPOSITIVO
Por los fundamentos antes expuestos, este JUZGADO QUINTO ITINERANTE DE
PRIMERA INSTANCIA DEL CIRCUITO JUDICIAL PENAL DEL ESTADO ZULIA,
administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por
autoridad de la Ley, DECRETA: el SOBRESEIMIENTO DE LA CAUSA, iniciada en
fecha 04-02-2013, por denuncia impuesta ante la sede del Ministerio Público, por el
ciudadano JESÚS JAVIER LOMBARDI BOSCÁN, de conformidad con lo dispuesto
en el Ordinal 1° del Artículo 300 del Código Orgánico Procesal Penal en concordancia
con lo previsto en el segundo aparte del artículo 305 ejusdem, por cuanto el hecho que
dio origen a la investigación no se realizó. Regístrese esta decisión; déjese copia en
archivo, notifíquese y remítase las actuaciones al archivo judicial en su oportunidad
legal.
Una vez verificado el iter del proceso penal primigenio, esta Sala procede a
realizar las siguientes consideraciones:

Inicialmente, encuentra esta Sala necesario indicar que, la decisión n.° 1702-16,
dictada el 18 de octubre de 2016 por el Quinto Quinto Itinerante de Primera Instancia en
Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, con sede en
Maracaibo, estableció por un lado, la declaratoria sin lugar de la solicitud de
sobreseimiento formulada por el Ministerio Público, por encontrar que la misma no
llena los requisitos exigidos por la norma adjetiva penal y, por otro lado, ordenó la
remisión de las actuaciones del expediente penal primigenio a la Fiscalía Superior del
Ministerio Público de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, con fundamento en
el único aparte del artículo 305 del Código Orgánico Procesal Penal.

En este sentido, observa la Sala que, acertadamente el órgano judicial en


funciones de control, sobre la base de la autonomía judicial, mediante un análisis
exhaustivo de la solicitud fiscal, así como los resultados de las actuaciones ordenadas y
las diligencias practicadas en la fase de investigación, a la luz de los postulados
constitucionales y legales, en armonía con la doctrina desarrollada por este Máximo
Tribunal, negó la solicitud de sobreseimiento formulada por el Ministerio Público.

En efecto, el mencionado juzgado de primera instancia penal, declaró sin lugar


el pedimento fiscal al evidenciar en su motivación, la conducta omisiva por parte del
director de la investigación con relación a dos aspectos.

El primero de ellos, relativo a las diligencias de investigación que ese mismo


despacho ordenó, por haberlas considerados útiles, pertinentes y necesarias en el
contexto de esa investigación, y de las cuales no hizo ningún señalamiento expreso
sobre sus resultados.
De manera que, la decisión n.° 1702-16, dictada el 18 de octubre de 2016 por el
Juzgado Quinto Itinerante de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito
Judicial Penal del Estado Zulia, con sede en Maracaibo, se ajusta a la doctrina
jurisprudencial desarrollada por esta Sala, al considerar la falta de práctica de las
diligencias de investigación ordenadas por el Ministerio Público, como un obstáculo
que impide decretar el sobreseimiento. En atención a lo cual, para la procedencia de la
solicitud de sobreseimiento formulada por el Ministerio Público, es necesario que las
labores investigativas se hayan desarrollado suficientemente, conllevando así a la
conclusión inequívoca y sin lugar a dudas, que ese era el acto conclusivo
correspondiente en el caso en concreto y no otro de los previstos en la norma adjetiva
penal (vid. sentencia n.° 991/2008 del 27 de junio; caso: Miguel Soler Aniorte y Otros).

Y el otro aspecto con relación al cual el Ministerio Público desplegó una


conducta omisiva, se vincula al deber constitucional y legal de responder
motivadamente, ya sea en forma positiva o negativa, la solicitud de diligencias de
investigación formulada por el apoderado de la víctima en ese proceso penal
primigenio. Ello, con el fin de garantizar el postulado del artículo 51 constitucional,
tiene asignado el deber de dar oportuna y adecuada respuesta a las solicitudes
formuladas por quienes funjan como víctimas en las investigaciones que estos
adelanten, que en el proceso penal primigenio se trata una petición de diligencias de
investigación orientadas a demostrar el acaecimiento del hecho punible denunciado, así
como de identificar a los autores o partícipes; con relación a lo cual, el órgano fiscal
debió ordenar la práctica de las diligencias solicitadas o, en caso de considerar
improcedente la realización de tales pesquisas, informarle a la víctima en forma
motivada las razones por las cuales negaba su práctica.

De esta manera, la omisión del Ministerio Público de atender los planteamientos


formulados por la víctima, como sujeto procesal con importante interés en los resultados
de la investigación penal, se traduce a la vez en el incumplimiento en el deber de
ordenar y dirigir esa incipiente fase del proceso, tal como lo establece el numeral 3 del
artículo 285 de la norma fundamental.
Aunado a lo anterior, esta Sala Constitucional estableció en sentencia n.°
1335/2011 del 4 de agosto (caso: Mercedes Josefina Ramírez), lo siguiente:
A tal efecto, la Sala observa que el Juez encargado del referido Juzgado de Control,
debió, dentro de su autonomía para decidir, constatar si los actos de investigación
plasmados en el expediente penal, permitían llegar a la conclusión de que, fueron
agotadas todas las diligencias necesarias para concluir la investigación y que no existía
ninguna otra posibilidad de incorporar otras, para poder aplicar el artículo 318.4 del
referido Texto Penal Adjetivo. Así pues, era imprescindible verificar si, durante más de
dos años que duró la investigación, se había realizado todas las actuaciones pertinentes,
entre otras, la citación de la ciudadana que suscribió el examen psiquiátrico, para que
acudiera a la sede del Ministerio Público y manifestase, ya sea en calidad de investigada
o bien de imputada, lo ocurrido en el Centro Hospital de Neuro Psiquiatría ‘Dr. Jesús
Mata de Gregorio’ Sebucán-Área Metropolitana de Caracas. Esa declaración era
fundamental para la investigación, por cuanto de su contenido el Ministerio Público
podía elegir algún otro acto para la conclusión de la misma, amén de que igualmente,
era necesario requerir otro testimonio de distintos profesionales de la medicina adscritos
al referido Centro Hospital de Neuro Psiquiatría.
… (Omissis)…
Lo anterior, concluye esta Sala, demuestra, a ciencia cierta, que la Fiscalía Centésima
Vigésima Segunda del Ministerio Público de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, ni la Fiscalía Novena del Ministerio Público de esa misma
Circunscripción Judicial –que conoció inicialmente la investigación-, cumplieron con su
deber contenido en el artículo 285.3 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, esto es, ordenar y dirigir la investigación penal de la perpetración de los
hechos punibles para hacer constar su comisión, toda vez que, al ostentar el monopolio
de la acción penal, tenían la obligación de ejercerla (como lo establece el artículo 11 del
Código Orgánico Procesal Penal) y realizar una investigación exhaustiva con el objeto
de corroborar si lo denunciado por la ciudadana Mercedes Josefina Ramírez podía
subsumirse en el delito de falsa certificación médica o en algún otro injusto típico.
En efecto, a esta Sala le llama la atención que el Ministerio Público sin motivación y sin
consideración sobre su pertinencia ordenó a los médicos adscritos al Cuerpo de
Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas que se le practicara a la
denunciante, ciudadana Mercedes Josefina Ramírez y en la misma oportunidad en que
dio inicio a la investigación, un “…Examen Psicológico y Psiquiátrico…”; cuando
precisamente era ella la denunciante del presunto hecho punible, y cuando lo propio era,
en el ejercicio pleno de la acción penal y en aras de verificar si, realmente, los hechos
denunciados se correspondían con el tipo penal de falsa certificación médica, que ese
órgano fiscal ordenara la realización todos aquellos actos de investigación que
correspondían para la obtención de la verdad de lo narrado por la ciudadana Mercedes
Josefina Ramírez y velar que los mismos se cumplieran a cabalidad, esto es, que se
practicaran de manera efectiva con la ayuda de todos los auxiliares de justicia
adecuados, incluso con el ejercicio de la fuerza pública, a través de una orden judicial,
como se lo permitía el artículo 310 del Código Orgánico Procesal Penal. De manera
que, al no existir una investigación exhaustiva por parte del Ministerio Público, la Sala
precisa que la misma fue concluida indebidamente con base a la afirmación legal de que
no existía razonablemente la posibilidad de incorporar nuevos datos a la misma.
… (Omissis)…
Por lo tanto, se incumplió el contenido del artículo 30 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, que establece que el Estado está en la obligación
de proteger a las víctimas de delitos comunes y de procurar que los culpables reparen
los daños causados, el cual ha sido reseñado por este máxima instancia constitucional
en la sentencia N° 265, del 16 de abril de 2010 (caso: Rodolfo Barráez Sánchez)(...).
Conforme al precedente transcrito, el órgano judicial al momento de evaluar la
solicitud fiscal de sobreseimiento, debe verificar que se demuestre suficientemente en
actas, la realización efectiva, por parte del Ministerio Público, de una labor exhaustiva
en la fase de investigación, que refleje la práctica de las actividades requisitorias de
carácter científico, que el personal adscrito a los órganos de investigación criminalística
tiene la plena capacidad de hacer. Esto así, garantizaría el mencionado derecho a la
víctima preceptuado en el artículo 30 constitucional, y, lo contrario sólo constituiría el
incumplimiento del órgano encargado de dirigir la investigación en satisfacer con el
cometido dispuesto en el numeral 3 del artículo 285 constitucional ya señalado
anteriormente.

De modo que, la Carta Magna le impone al Ministerio Público el deber de


investigar, de manera suficiente o exhaustiva, todos aquellos hechos que pudieran tener
consecuencias penales, esto es, la obligación de establecer en la fase de investigación
del proceso penal el esclarecimiento sobre la existencia de un hecho punible con todas
las circunstancias que puedan influir en la calificación y responsabilidad de los autores
o autoras y demás participantes del delito que investiga, así como lograr el
aseguramiento previo de los objetos activos y pasivos relacionados con la perpetración
delictiva.

Ese deber de investigación impuesto en la fase inicial del proceso penal,


comporta diversas complejidades, dependiendo del tipo de proceso penal que deba ser
aplicado, de acuerdo a la especialidad que deriva el caso en concreto y la naturaleza del
propio sistema adjetivo penal.

Así pues, esta Sala observa que el Código Orgánico Procesal Penal no establece,
un lapso específico para la conclusión de la fase investigativa. Sino que, como lo prevé
el artículo 295 eiusdem, el imputado o la víctima pueden solicitarle al Juez de Control
respectivo que establezca, por haber transcurrido un tiempo considerable, un lapso
prudencial para que el Ministerio Público concluya la investigación. A tal efecto, el Juez
de Control, con el fin de resolver la petición del imputado o la víctima, debe verificar si,
desde la oportunidad en que se dictó la orden de inicio de la investigación prevista en el
artículo 282 ibidem, realmente ha transcurrido un tiempo excesivo sin que el Ministerio
Público haya realizado una debida investigación. Ello significa que, a partir de la
oportunidad en que el Juez de Control le señale al Ministerio Público ese lapso
prudencial, la fase de investigación en el proceso penal ordinario deja de ser indefinida.

Distinto sucede en el procedimiento contenido en la Ley Orgánica sobre el


Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en el cual prevalece la pronta y
necesaria adquisición de elementos probatorios que, en la práctica, tienden a
desaparecer en forma inmediata debido a su fragilidad, razón por la cual en dicho
procedimiento el legislador estableció un lapso específico para que el Ministerio
Público concluya la fase de investigación, sin que previamente lo solicite el imputado o
la víctima. En efecto, el artículo 82 de la referida Ley especial le impone el deber al
Ministerio Público de darle término a la investigación en un plazo que no excederá de
cuatro meses y, en el supuesto de que el caso sea complejo, podrá solicitar una prórroga
para su conclusión; para lo cual esta Sala precisa que, ese lapso de cuatro meses debe
computarse a partir del momento que el órgano fiscal dicte la correspondiente orden de
inicio de investigación, tal como lo indicó esta Sala en sentencia n.° 574/2012 del 11 de
mayo (caso: Anselma del Carmen Sánchez Fandiño), de la cual es oportuno extraer lo
siguiente:
… [L]a Sala precisa que el artículo 79 de la Ley Orgánica Sobre el Derecho de las
Mujeres a Una Vida Libre de Violencia establece, en cuanto al lapso para la
investigación, lo siguiente:
El Ministerio Público dará término a la investigación en un plazo que no excederá de
cuatro meses. Si la complejidad del caso lo amerita, el Ministerio Público podrá solicitar
fundadamente ante el Tribunal de Violencia Contra la Mujer con funciones de Control,
Audiencia y Medidas, competente, con al menos diez días de antelación al vencimiento
de dicho lapso, una prórroga que no podrá ser menor de quince ni mayor de noventa
días.
El Tribunal decidirá, mediante auto razonado, dentro de los tres días hábiles siguientes a
la solicitud fiscal.
La decisión que acuerde o niegue la prórroga podrá ser apelada en un solo efecto.
Parágrafo Único: En el supuesto de que el Tribunal de Control, Audiencia y Medidas
haya decretado la privación de libertad en contra del imputado e imputada, el Ministerio
Público presentará el acto conclusivo correspondiente dentro de los treinta días
siguientes a la decisión judicial. Este lapso podrá ser prorrogado por un máximo de
quince días, previa solicitud fiscal debidamente fundada y presentada con al menos
cinco días de anticipación a su vencimiento. El juez o la jueza decidirá lo procedente
dentro de los tres días siguientes. Vencido el lapso sin que el o la fiscal presente el
correspondiente acto conclusivo, el Tribunal acordará la libertad del imputado o
imputada e impondrá una medida cautelar sustitutiva o alguna de las medidas de
protección y seguridad a que se refiere la presente Ley.
Asimismo, la Sala de Casación Penal en sentencia N° 216 del 2 de junio de 2011, al
interpretar el señalado artículo referido al inicio de la investigación, dispuso para los
casos en que el procedimiento se inicie directamente ante el Ministerio Público, lo
siguiente:
Ahora bien, cuando el procedimiento se inicie directamente ante el Ministerio Público,
bien sea mediante la interposición de la denuncia por parte de la mujer agraviada o de
algunas de las personas legitimadas para hacerlo (artículo 70 de la Ley Orgánica Sobre
el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia ) o bien de oficio en los
supuestos que el Ministerio Público tenga conocimiento de cualquier modo del hecho
punible; los cuatro meses para la duración de la fase preparatoria, se comenzarán a
contar a partir de la fecha en que se dicta la orden de inicio de tal investigación, siempre
que en el desarrollo de la referida investigación existan actos de procedimiento que de
manera inequívoca permitan individualizar el presunto sujeto activo del delito como
autor o partícipe de un hecho punible investigado (Subrayado añadido).
De conformidad con el precedente judicial transcrito supra, es claro para la Sala que en
el caso sub lite al haberse iniciado el proceso penal que motivó el amparo de autos
directamente ante la sede del Ministerio Público con la denuncia interpuesta el 16 de
febrero de 2011, por la ciudadana Anselma del Carmen Sánchez Fandiño ante la sede de
la Fiscalía Décima Sexta de la Circunscripción Judicial del Estado Barinas (f.12 del
expediente), y siendo además que en esa misma fecha se dictó la correspondiente orden
de inicio de la investigación (f.15 del expediente); es claro para la Sala, tal y como lo
señaló la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Barinas en el fallo
accionado, que el inicio de los cuatro meses debía computarse, en este caso, desde el 16
de febrero de 2011 y no desde el 28 del mismo mes y año, ya que fue desde esa fecha en
la que se dictó la correspondiente orden de inicio de la investigación; en razón de lo
cual, el Ministerio Público solicitó la prórroga correspondiente extemporáneamente, es
decir fuera del lapso de los diez días a que se refiere el artículo 79 de la Ley Orgánica
Sobre el Derecho de las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia; pues de modo errático
computó el lapso para el inicio de la investigación desde el 28 de febrero de 2011 y no
como era lo correcto, desde el 16 de febrero de 2011.
De modo que, el Ministerio Público deberá realizar su actividad indagatoria o
investigativa en forma exhaustiva y dentro de los parámetros temporales que establece
cada sistema penal adjetivo, todo ello con el objetivo primordial de obtener la finalidad
del proceso penal: establecer la verdad de los hechos y la justicia en la aplicación del
Derecho.

En este contexto debe indicarse que, para la validez del acto conclusivo, la
actividad investigativa dirigida por el Ministerio Público debe ser completamente
apegada a derecho, tanto por la forma en que se desarrollen las pesquisas (entre otras
cosas, garantizando los derechos constitucionales y legales de las partes), como por la
oportunidad en que sean ordenadas, obtenidas e incorporadas, pues cabrían
observaciones respecto a las diligencias de investigación materializadas fuera de esta
etapa procesal. De ahí la importancia de establecer con precisión la oportunidad cuando
inicia y termina la fase preparatoria.

Ahora bien, de acuerdo a los razonamientos expuestos, el particular primero de


la decisión n.° 1702-16, dictada el 18 de octubre de 2016, por el Juzgado Quinto
Itinerante de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del
Estado Zulia, con sede en Maracaibo, mediante el cual se declaró sin lugar la solicitud
de sobreseimiento de la causa solicitado por la Fiscalía Cuadragésima Octava del
Ministerio Público de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, seguido en la
investigación adelantada por ese despacho por la presunta comisión de uno de los
delitos contra la propiedad en agravio del ciudadano Jesús Gabriel Lombardi Boscán, se
encuentra conforme a derecho.

No obstante lo anterior, mención especial requiere el particular segundo de la


señalada decisión judicial, mediante el cual, se ordenó la remisión de las actuaciones del
proceso penal primigenio al despacho de la Fiscalía Superior del Ministerio Público de
la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, indicando para ello, que tal envío se
hizo “… a tenor de lo establecido en el primer aparte del artículo 305 del Código
Orgánico Procesal Penal vigente…”, ante lo cual es preciso observar el dispositivo
establecido en el artículo 305 del Código Orgánico Procesal Penal, cuyo texto es el
siguiente:
Artículo 305. Presentada la solicitud de sobreseimiento, el Juez o Jueza la decidirá
dentro de un lapso de cuarenta y cinco días. La decisión dictada por el tribunal deberá
ser notificada a las partes y a la víctima aunque no se haya querellado.
Si el Juez o Jueza no acepta la solicitud de sobreseimiento, enviará las actuaciones al
Fiscal Superior del Ministerio Público para que mediante pronunciamiento
motivado ratifique o rectifique la petición fiscal. Si el o la Fiscal Superior del
Ministerio Público ratifica el pedido de sobreseimiento, el Juez o Jueza lo dictará
pudiendo dejar a salvo su opinión en contrario. Si el Fiscal Superior del Ministerio
Público no estuviere de acuerdo con la solicitud ordenará a otro u otra Fiscal continuar
con la investigación o dictar algún acto conclusivo (resaltado de la presente decisión).
Según se observa de la disposición legal transcrita, esta se encuentra dividida en
dos partes, en primer lugar, el lapso en que debe resolver el órgano judicial la solicitud
de sobreseimiento planteada, así como el deber de notificar sobre ello a la víctima, lo
cual se preceptuó en su encabezado, y por otro lado, en su único aparte, el supuesto en
que el juez no acepte la solicitud, y la posibilidad de enviar las actuaciones al Fiscal
Superior del Ministerio Público, para que este la ratifique o rectifique motivadamente,
generando la primera de estas alterativas, el deber del órgano judicial de dictarlo, con la
posibilidad de dejar a salvo su opinión en contrario. De esta manera, la disposición
contenida en el único aparte del artículo 305 del Código Orgánico Procesal Penal,
impone al tribunal encargado de resolver la solicitud de sobreseimiento, del deber de
dictarlo desprovisto de autonomía.

Es necesario resaltar, que la disposición contenida en el único aparte del artículo


305 del Código Orgánico Procesal Penal, ya ha sido objeto de estudio por parte de esta
Sala Constitucional en sentencia n.° 537/2017 del 12 de julio (caso: Oscar Borges Prim
y Otros), en la que se acordó la suspensión cautelar del artículo 305 del Código
Orgánico Procesal Penal.

En este orden de ideas, resulta oportuno traer a colación el contenido del artículo
254 constitucional, que preceptúa el principio de autonomía e independencia judicial en
los siguientes términos:

Artículo 254. El Poder Judicial es independiente y el Tribunal Supremo de Justicia

gozará de autonomía funcional, financiera y administrativa (…).


Asimismo, esta Sala Constitucional en sentencia n.° 0487/2018 del 26 de julio
(caso: Franco Agostinelli), estableció lo siguiente:
En este orden de ideas, es evidente que el único aparte del artículo 305 del Código
Orgánico Procesal Penal, al obligar al Juez de Primera Instancia en lo Penal en
Funciones de Control a dictar una decisión de sobreseimiento, previamente solicitada
por la Representación del Ministerio Público, en la cual no está de acuerdo,
permitiéndosele únicamente salvar su opinión, atentando contra la autonomía funcional
del Juez o Jueza Penal.
… (Omissis)…
Ahora bien esta Sala observa que en el presente caso, el Juez del Tribunal Trigésimo
Séptimo de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del
Área Metropolitana de Caracas, estuvo obligado a dictar una decisión de sobreseimiento
previamente ratificado por el Fiscal Superior del Ministerio Público de la
Circunscripción del Área Metropolitana de Caracas, considerando que dicho Juzgado
dejó a salvo su opinión respecto a la decisión tomada, atentando de esta manera contra
la autonomía e independencia en la potestad que tienen los Jueces y Juezas de
administrar justicia en el Poder Judicial.
Es por ello que, esta Sala Constitucional destaca que, respecto a la autonomía del poder
judicial el jurista español JUAN MONTERO AROCA, expresó que “la autonomía del
poder judicial es un problema institucional y atiende al conjunto de los jueces y
magistrados frente a los otros poderes. Es indudable que esta autonomía es un medio
para garantizar mejor la independencia del juez individual en el momento de juzgar,
pero también responde a una concepción política de no superioridad de un poder sobre
otro, sino de igualación dentro del marco de actuación de cada uno de ellos señalado
constitucionalmente”. (AROCA, JUAN MONTERO, Independencia y responsabilidad
del Juez, Editorial Civitas, Madrid, pg 123).
De tal forma que, en el poder judicial es necesaria la autonomía de los Jueces y Juezas
al momento de juzgar, en virtud de que este medio garantiza la independencia del
juzgador, y limita la superioridad de otro poder público sobre el [Poder Judicial].
Así las cosas, el artículo 253 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela establece la potestad que tiene el poder judicial de administrar justicia en
nombre de la República y por autoridad de la ley, asimismo, la facultad de ejecutar y
hacer ejecutar sus sentencias, al tenor siguiente:
“Artículo 253. La potestad de administrar justicia emana de los ciudadanos o
ciudadanas y se imparte en nombre de la República por autoridad de la ley.
Corresponde a los órganos del Poder Judicial conocer de las causas y asuntos de su
competencia mediante los procedimientos que determinen las leyes, y ejecutar o hacer
ejecutar sus sentencias.
El sistema de justicia está constituido por el Tribunal Supremo de Justicia, los demás
tribunales que determine la ley, el Ministerio Público, la Defensoría Pública, los
órganos de investigación penal, los o las auxiliares y funcionarios o funcionarias de
justicia, el sistema penitenciario, los medios alternativos de justicia, los ciudadanos que
participan en la administración de justicia conforme a la ley y los abogados
autorizados para el ejercicio”.
La independencia y autonomía del poder judicial fue objeto de estudio y análisis por
esta Sala Constitucional en la decisión Nº 2.230 del 23 de septiembre de 2002, la cual
ratificó la autonomía e independencia del Poder Judicial (además de los otros Poderes
Público Nacionales), en los siguientes términos “cada una de las ramas del Poder
Público tiene establecidas en la Constitución y las Leyes funciones propias, las cuales
se cumplen ceñidas a las leyes (artículos 136 y 137 Constitucionales). Ello significa que
las atribuciones privativas que la ley señale a un poder no pueden ser cumplidas, ni
invadidas por otro. En particular, al Poder Judicial, corresponde la potestad de
administrar justicia, mediante sus órganos, creados por la Constitución y las Leyes que
la desarrollan (artículo 253 Constitucional)” (Subrayado de esta Sala).
De ello resulta que, en el goce de autonomía e independencia funcional que tiene el
Poder Judicial, no puede existir intromisión de otro órgano del poder público o un
órgano del sistema de justicia, ya que por mandato constitucional todos los Poderes
Públicos gozan de autonomía funcional.
Así mismo y para mayor abundamiento respecto a la autonomía e independencia que
gozan los Jueces y Juezas de la República, esta Sala Constitucional en la decisión N°
1834 del 9 de agosto de 2002, estableció que:
“los jueces gozan de autonomía e independencia al decidir las causas sometidas a su
conocimiento, de igual forma disponen de una amplio margen de valoración del
derecho aplicable a cada caso, por lo cual pueden interpretarlo y ajustarlo a su
entendimiento, como actividad propia de su función de juzgar”.

En atención a lo cual, es indudable que el supuesto contenido en lo dispuesto en


el único aparte del artículo 305 del Código Orgánico Procesal Penal afecta la
independencia judicial, al asignarle el deber de “dictar” el sobreseimiento en los
términos establecidos en la ratificación realizada por el Fiscal Superior, lo cual no
constituía una decisión autónoma fundada en derecho, sino más bien, una especie de
homologación del planteamiento fiscal, mediante una clara intromisión de sus
funciones, tal como lo advirtió esta Sala en la sentencia parcialmente transcrita ut supra.

Así las cosas, la primera decisión objeto de la presente revisión de oficio, inició
su dispositivo estableciendo como primer particular, la declaratoria sin lugar de la
solicitud de sobreseimiento planteada por el Ministerio Público, lo que en criterio de
esta Sala, determinaba la remisión de las actuaciones a la Fiscalía Superior del
Ministerio Público, pero para que éste ordenara a otro Fiscal de Proceso de la misma
Circunscripción Judicial, pues quien formuló la solicitud de sobreseimiento inicialmente
ya emitió opinión al respecto, la continuación de la investigación y posterior
presentación del acto conclusivo a que haya lugar, con estricto cumplimiento de los
requisitos exigidos en la norma adjetiva penal.

Asimismo esta Sala considera necesario señalar, con relación al caso bajo
estudio que, como el órgano judicial en funciones de control negó la solicitud de
sobreseimiento por haber advertido de las actas, el incumplimiento de algunas
actividades investigativas por parte del Ministerio Público, tal resolución forma parte de
las que tienen carácter de cosa juzgada en su dimensión formal, mas no material. Ello
así porque una vez que el órgano fiscal prosiga con las investigaciones y subsane las
faltas advertidas, es decir, que efectivamente obtenga los resultados de las diligencias de
investigación que ordenó practicar, y asimismo, dé oportuna y adecuada respuesta a las
solicitudes planteadas por la víctima, podrá presentar el acto conclusivo a que haya
lugar tomando en cuenta los resultados de la totalidad de las actuaciones investigativas
realizadas, entre los cuales podría estar el sobreseimiento.
Ante la situación planteada, una vez dictada la decisión por el órgano judicial
que negó el sobreseimiento en los términos planteados, será necesario un cambio de las
circunstancias de la fase preparatoria, constituido por la incorporación de las
actuaciones faltantes, para que admita la posibilidad de presentar el nuevo acto
conclusivo, que como ya se ha dicho, podrá ser incluso el sobreseimiento. De esta
manera, sería inadmisible la simple presentación de un acto conclusivo que constituya la
reedición del presentado inicialmente, por haberse planteado sobre la base de las
mismas actuaciones, sin haber procedido a subsanar las omisiones de investigación que
advirtió el órgano judicial.

Lo anterior, se diferencia sustancialmente de lo establecido en el supuesto


previsto en el único aparte del artículo 305 del Código Orgánico Procesal Penal, pues,
como ya se aclaró, para ello será necesario la prosecución de las actividades de
investigación con la finalidad de subsanar las actividades omitidas, sin que pueda
admitirse la posibilidad de que el Fiscal Superior del Ministerio Público ratifique o
rectifique, ante la suspensión cautelar de tal dispositivo legal vigente en la actualidad.

Con atención a ello, la remisión hecha a la Fiscalía Superior del Ministerio


Público de las actuaciones del expediente penal primigenio con el objeto denotado,
constituye una flagrante violación al principio de independencia y autonomía judicial,
así como a la tutela judicial efectiva y el debido proceso que, ciertamente afecta de
nulidad esa parte específica de la decisión judicial bajo estudio, que no admite
saneamiento ni puede ser convalidado, tal como lo establece el artículo 179 del Código
Orgánico Procesal Penal.

Asimismo, advierte esta Sala que con posterioridad a la publicación de la


decisión judicial estudiada, el Fiscal Superior del Ministerio Público de la
Circunscripción Judicial del Estado Zulia ratificó la solicitud de sobreseimiento, lo cual
fue resuelto con el pronunciamiento emitido por el mismo órgano judicial subjetivo,
mediante la declaratoria con lugar del sobreseimiento de la causa, sin que variaran las
circunstancias en las que ya había sido negado, aunque con la mención expresa de su
opinión en contrario.
Como puede observarse, el Juzgado Quinto Itinerante de Primera Instancia en
Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, con sede en
Maracaibo, a cargo de la misma juez, ya había resuelto dicha solicitud de
sobreseimiento mediante la decisión n.° 1702-16, dictada el 18 de octubre de 2016,
mencionada con anterioridad, y el órgano fiscal no procedió a realizar las actividades
investigativas omitidas que habían denotado la falta de exhaustividad en las pesquisas, y
en esta oportunidad se trataba de una simple ratificación de la solicitud formulada el 10
de junio de 2015 por la Fiscalía Cuadragésimo Octava del Ministerio Público de esa
Circunscripción Judicial, planteada ahora, por el Fiscal Superior.

De tal manera que, al realizar la revisión de oficio de la decisión judicial n.°


2339-17, dictada el 19 de junio de 2017, por el Juzgado Quinto Itinerante de Primera
Instancia en Funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, con sede
en Maracaibo, observa esta Sala que, no le estaba permitido al órgano judicial de primer
nivel de conocimiento resolver nuevamente sobre el mismo asunto, con relación al cual,
por falta de ejercicio de los recursos ordinarios establecidos en la legislación adjetiva,
había adquirido el carácter de cosa juzgada, aunque sólo en su dimensión formal, con
incidencia sobre el carácter de inimpugnabilidad e inmutabilidad de ésta, lo que en
definitiva constituye una afrenta al principio constitucional del debido proceso.

En este sentido, se hace necesario traer a colación el artículo 160 del Código
Orgánico Procesal Penal, que dispone lo siguiente:
Artículo 160. Después de dictada una sentencia o auto, la decisión no podrá ser
revocada ni reformada por el tribunal que la haya pronunciado, salvo que sea admisible
el recurso de revocación.
Dentro de los tres días siguientes de pronunciada una decisión, el Juez o Jueza podrá
corregir cualquier error material o suplir alguna omisión en la que haya incurrido,
siempre que ello no importe una modificación esencial. Las partes podrán solicitar
aclaraciones dentro de los tres días posteriores a la notificación.
La disposición legal transcrita, es una expresión del principio de inmutabilidad
de la cosa juzgada, que establece un obstáculo para modificar el contenido de la
decisión judicial que haya adquirido este carácter, con el objeto de garantizar el
principio de seguridad jurídica, como uno de los fines que fundamentan la existencia de
todo ordenamiento jurídico.
Aunado a lo anterior, debe agregarse que no conforme con haber incurrido en el
error de irrespetar la intangibilidad de la cosa juzgada en los términos expuestos, la
decisión n.° 2339-17 objeto de la presente revisión de oficio, modificó diametralmente
lo decidido, al establecer la procedencia del sobreseimiento solicitado por el Fiscal del
Proceso, ratificado por el Fiscal Superior, partiendo de graves errores de derecho, con
fundamento en un dispositivo legal que no le es aplicable y contraviniendo la
prohibición de reforma, así como el carácter de inmutabilidad de la cosa juzgada, lo cual
menoscaba la garantía constitucional del debido proceso, sobre lo cual esta Sala ya se
pronunció en sentencia n.° 0496/2018 del 26 de julio (caso: Gulfrido José Molina
Sánchez).

Ahora bien, conforme a lo expuesto en el caso de autos, aunque en principio


procedería la declaratoria de nulidad total de las decisiones n.° 1702-16 del 18 de
octubre de 2016 y la n.° 2339-17 del 19 de junio de 2017, ambas dictadas por el
Juzgado Quinto Itinerante de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito
Judicial Penal del Estado Zulia, con sede en Maracaibo, y demás actuaciones
posteriores, con la consecuente reposición de la causa a la oportunidad procesal para
que otro Juzgado de Primera Instancia en Funciones de Control del mismo Circuito
Judicial Penal resuelva la solicitud de sobreseimiento formulada por el Ministerio
Público, conforme a la doctrina establecida en la presente decisión y con prescindencia
de los vicios advertidos; no obstante, esta Sala observa que, mediante los análisis
expuestos, estableció la adecuación a derecho del pronunciamiento establecido en el
particular primero de la decisión n.° 1702-16 del 18 de octubre de 2016, anteriormente
señalada, lo cual, únicamente requeriría ser complementado con la instrucción adecuada
al Ministerio Público para que proceda a realizar las pesquisas faltantes, de manera que
efectivamente concluya con una investigación exhaustiva.

Es de hacer notar, que ordenar tal reposición de la causa, a sabiendas de los


defectos advertidos en la fase preparatoria por el Ministerio Público, lo que constituye
un obstáculo que impide al órgano judicial declarar la procedencia de tal acto
conclusivo, haría que el proceso penal primigenio recorra nuevamente por ese mismo
trámite con el único fin de satisfacer un formalismo en perjuicio de la justicia material.
En atención a lo cual, con fundamento en los principios de celeridad y economía
procesal, preceptuados en los artículos 26 y 257 constitucionales, así como en el
precedente establecido por este Máximo Tribunal en Sala Plena mediante sentencia n.°
155/2007 del 7 de junio (caso: Mariauris Silva Herrera contra Edgar Lucas Rodríguez
García), con el propósito de contribuir a la eficacia de la justicia material; esta Sala
anula el particular segundo de la decisión n.° 1702-16, dictada el 18 de octubre de 2016,
por el Juzgado Quinto Itinerante de Primera Instancia en Funciones de Control del
Circuito Judicial Penal del Estado Zulia con sede en Maracaibo, mediante la cual acordó
enviar las actuaciones del expediente penal primigenio a la Fiscalía Superior del
Ministerio Público del Estado Zulia, “… a tenor de lo establecido en el primer aparte
del artículo 305 del Código Orgánico Procesal Penal vigente…”, quedando vigente lo
dispuesto en el particular primero de la misma, mediante el cual negó el sobreseimiento
de la causa solicitado por el Ministerio Público; se anula igualmente la decisión judicial
n.° 2339-17, dictada el 19 de junio de 2017 por el mismo juzgado, así como las
actuaciones procesales posteriores a tales decisiones judiciales. Y así se establece.

Como consecuencia de lo anterior, se repone la causa identificada con el


alfanumérico VP03-P-2015-018387 (nomenclatura del Circuito Judicial Penal del
Estado Zulia, con sede en Maracaibo), así como con el alfanumérico MP-47155-2013
(nomenclatura de la Fiscalía del Ministerio Público de la Circunscripción Judicial del
Estado Zulia), en donde aparecen como investigados los ciudadanos Ernesto Gómez
Roo, Ricardo Gómez Roo y Gerardo González, por la presunta comisión de uno de los
delitos contra la propiedad, en agravio del ciudadano Jesús Gabriel Lombardi Boscán; a
la oportunidad procesal de remitirla al Ministerio Público, para que sea distribuida a
otro Fiscal de Proceso de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, diferente al
Fiscal que ya conoció de la investigación, con el objeto de que continúe con la fase de
investigación y en la oportunidad que corresponda, formule el acto conclusivo a que
haya lugar, por ser esta una de sus competencias atribuidas en el artículo 285
constitucional, concordado con el numeral 15 del artículo 37 de la Ley Orgánica del
Ministerio Público; ello con estricto cumplimiento de los requisitos de procedencia
prescritos en la ley adjetiva penal; advirtiendo que, si transcurriere el lapso establecido
en la ley para la fase de investigación y su prórroga, si esta procediere, sin que el
Ministerio Público presente el acto conclusivo, o si presentare uno distinto a la
acusación, la víctima quedará legitimada para presentar acusación particular propia con
prescindencia de la representación fiscal. Y así se establece.

Asimismo, en virtud de la reposición de la causa aquí declarada y con el objeto


de garantizar la tutela judicial efectiva de las partes intervinientes en el proceso penal
primigenio, en donde resalta la afectación del derecho de las víctimas de los delitos
comunes a obtener protección del Estado, así como a procurar la reparación del daño
sufrido por parte de sus responsables, tal como lo dispone el último aparte del artículo
30 constitucional, esta Sala Constitucional, declara temporalmente suspendido el lapso
para la prescripción judicial o extraordinaria en la causa penal identificada con el
alfanumérico VP03-P-2015-018387 (nomenclatura del Circuito Judicial Penal del
Estado Zulia, con sede en Maracaibo), el cual deberá computarse, una vez realizado el
acto de juzgamiento correspondiente (vid. sentencia n.° 2.357/2007 del 18 de diciembre;
caso: Carmen B. Guerra); pues lo contrario haría nugatoria la nulidad acordada por
razones de inconstitucionalidad, sobre la base de una investigación que se pretendió
declarar concluida prescindiendo de la realización de las actividades de investigación
necesarias que pudo generar impunidad. Y así finalmente se declara.
III
OBITER DICTUM
No obstante el pronunciamiento anterior, la Sala estima pertinente efectuar las
siguientes consideraciones:
En el caso de autos se verificó la afectación de las garantías del acceso a la
justicia, la tutela judicial efectiva y el debido proceso, el derecho de las víctimas de
delitos comunes a obtener protección por parte del Estado, así como a obtener de los
culpables la reparación del daño sufrido, establecidos en los artículos 26, 49 y último
aparte del artículo 30 de la norma fundamental, respectivamente, y también se vio
cuestionada la potestad atribuida al Ministerio Público a ordenar y dirigir la
investigación, así como ejercer la acción penal en nombre del Estado, todo ello con la
celeridad que el caso amerita, prevista en los numerales 2, 3 y 4 del artículo
285 eiusdem, con motivo del incumplimiento por parte de la representación fiscal del
deber de realizar una investigación exhaustiva con relación a los hechos denunciados
por la víctima del proceso penal primigenio, y presentar un acto conclusivo que
satisfaga las exigencias establecidas en ley adjetiva penal, aún cuando quedó
demostrado en el proceso objeto de la presente revisión de oficio, el interés de la
víctima en la realización de diligencias con el objeto de reunir los medios de prueba
necesarios para el ejercicio de la acción penal contra los sujetos investigados.
En atención a ello, estima esta Sala necesario tomar en cuenta la doctrina
establecida con relación a la participación de la víctima dentro del proceso penal
ordinario, cuya sentencia es la n.° 3267/2003 del 20 de noviembre (caso: Francesco
Porco Gallina Pulice), y en la cual destaca la sentencia n.° 908/2013 del 15 de julio
(caso: Francisco Javier López), que, dentro de sus consideraciones, recogió la
jurisprudencia de esta Sala Constitucional en esa materia
(http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scon/Julio/908-15713-2013-11-1498.html) y a tal
efecto, dispuso lo siguiente:
Del análisis minucioso de las actas que conforman el presente expediente, se observa
que el abogado Rafael Latorre Cáceres y su representado Francisco Javier López, quien
figura como víctima en el proceso penal que inició mediante denuncia interpuesta en el
año 2004, contra el ciudadano Milton Felce Salcedo, por la presunta comisión de los
delitos de estafa, forjamiento de citación, entre otros, manifiestan su temor fundando
debido al tiempo que sigue transcurriendo sin que el Ministerio Público culmine la
investigación con el acto conclusivo correspondiente, lo cual no ha sido posible en gran
medida por la conducta contumaz del procesado al no acudir a las distintas audiencias;
todo lo cual conllevaría a que opere irremediablemente la prescripción de la acción
penal.
… (Omissis)…
1.- Esta Sala, dentro de su función de exhaustividad constitucional y como garante de la
administración de Justicia que es pilar fundamental de la tutela judicial efectiva,
consagrada en el artículo 26 de la Constitución, y sin que ello implique ninguna opinión
sobre el fondo del asunto, considera propicio traer a colación el criterio establecido en la
sentencia N° 3267/2003, según el cual ante la ausencia de acusación por parte del
Fiscal, la víctima tiene la potestad de presentar directamente su acusación, criterio este
que fue reiterado mediante sentencia vinculante N° 1268/2012.
En tal sentido, la sentencia N° 3267 del 20 de noviembre de 2003 (caso: Francesco
Porco Gallina Pulice), estableció lo siguiente:
Ahora bien, en el nuevo proceso penal venezolano, la víctima del delito tiene extremo
interés en las resultas del proceso debido a la lesión que recibe; en todo caso, debe
dársele un trato igual que al imputado, sobre todo cuando la ley no lo prohíbe, sino que
por el contrario lo establece como principio del proceso en el artículo 12 del Código
Orgánico Procesal Penal, en virtud del derecho a la igualdad procesal de las partes
como expresión del derecho a la defensa.
… (Omissis)…
En correspondencia con el derecho a la igualdad como expresión del derecho a la
defensa y el debido proceso coexiste el derecho a la tutela judicial efectiva. La Sala, en
la sentencia del 10 de mayo de 2001 (Caso: Juan Adolfo Guevara y otros), asentó:
“(…) la interpretación de las instituciones procesales debe ser amplia, tratando que si
bien el proceso sea una garantía para que las partes puedan ejercer su derecho de
defensa, no por ello se convierta en una traba que impida lograr las garantías que el
artículo 26 constitucional instaura.
La conjugación de artículos como el 2, 26 ò 257 de la Constitución de 1999, obliga al
juez a interpretar las instituciones procesales al servicio de un proceso cuya meta es la
resolución del conflicto de fondo, de manera imparcial, idónea, transparente,
independiente, expedita y sin formalismos o reposiciones inútiles”(resaltado de la
Sala).
… (Omissis)…
Ahora bien, no consagra la referida norma -ni ninguna otra disposición de la ley
adjetiva penal- que la víctima, ante la inactividad del Ministerio Público de dar término
a la investigación, pueda requerir al Juez de Control la fijación de plazo al Ministerio
Público, menos aún la sanción en caso de vencimiento del lapso prudencial fijado.
Precisa la Sala que, la falta de previsión al respecto coloca a la víctima en una
situación de desigualdad ante la ley y, por ende conculca su derecho a la defensa y a la
tutela judicial efectiva.
En efecto, en sentencia del 20 de junio de 2002 (Caso: Tulio Alberto Álvarez) la Sala
asentó:
“El artículo 26 de la Constitución expresa que toda persona tiene derecho de acceso a
los órganos de administración de justicia para hacer valer sus derechos e intereses,
incluso los colectivos o difusos, y a la tutela efectiva de los mismos.
… (Omissis)…
El artículo 11 del Código Orgánico Procesal Penal, con exclusividad, otorgó la acción
penal al Estado para que la ejerza a través del Ministerio Público, quien está obligado
a ello, salvo las excepciones legales.
Tal exclusividad de ejercicio por parte del Ministerio Público en los delitos de acción
pública, no puede desplazar el verdadero interés de la víctima para perseguir
penalmente al victimario, lo que logra mediante una serie de mecanismos que le
permiten instar y controlar el ejercicio de la acción por parte de su titular; y ello ha
sido reconocido por esta Sala, en sentencia de 3 de agosto de 2001 (Caso: José Felipe
Padilla). Caso que así no fuere, se estaría infringiendo el artículo 26
Constitucional”(resaltado de la Sala).
Por ello, a juicio de la Sala, dicha falta de previsión legal del Código Orgánico
Procesal Penal -que es preconstitucional- estaría limitando los derechos
constitucionales consagrados a las víctimas de delitos, a quienes igualmente debe
tutelarse el derecho del ejercicio de la acción penal.
En tal sentido, la Sala, en aras de garantizar la vigencia plena de los derechos
constitucionales de la víctima, dispone como mecanismo que le permite a la víctima
instar y controlar el ejercicio de la acción por parte de su titular -el Ministerio
Público- poder requerir al Juez de Control -sólo en los casos en que el Ministerio
Público no procure dar término a la fase preparatoria del proceso con la diligencia
que el asunto requiera- la fijación de un plazo prudencial para la conclusión de la
investigación. Para la fijación de dicho plazo el Juez de Control deberá oír al
Ministerio Público y al imputado y tomará en consideración la magnitud del daño
causado, la complejidad de la investigación y cualquier otra circunstancia que a su
juicio permita garantizar los derechos de las partes. Vencido dicho plazo o la prórroga
de ser el caso, la víctima -si se tratare de delitos de acción pública- podrá formular una
acusación particular propia contra el imputado. Así se declara. (Resaltado y subrayado
de este fallo).
Más recientemente, la referida Doctrina fue reiterada y extendida con carácter
vinculante a los procesos iniciados con ocasión a los delitos previstos en la Ley
Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, mediante
sentencia N° 1268/2012 del 14 de agosto, caso: Yaxmira Elvira Legrand, en la cual se
estableció que la víctima -directa o indirecta- de los hechos punibles investigados en
dichos procesos, puede, con prescindencia del Ministerio Público, presentar una
acusación particular propia contra el imputado, cuando ese órgano fiscal no haya
concluido la investigación dentro de los lapsos establecidos en la ley especial para
hacerlo.

Como puede observarse del precedente judicial parcialmente transcrito, esta Sala

Constitucional dispuso que la víctima tiene mecanismos procesales “que le permiten

controlar el ejercicio de la acción por parte del Ministerio Público en aquellos casos en

que no procure dar término a la fase preparatoria del proceso con la diligencia que el

asunto requiera”, aplicables por supuesto a la institución del sobreseimiento,

permitiéndole solicitar el plazo fijado en el artículo 295 del Código Orgánico Procesal

Penal, y una vez “[v]encido dicho plazo o la prórroga de ser el caso, dicha víctima -si

se tratare de delitos de acción pública- podrá formular una acusación particular propia

contra el imputado”.

En este orden de ideas, debe hacerse énfasis respecto al importante rol de la

víctima dentro del proceso penal ordinario, del cual esta Sala realizó una labor

compilatoria en la señalada sentencia n.°908/2013 del 15 de julio (caso: Francisco

Javier López), transcrita parcialmente.

Adicionalmente, es de hacer notar que esta la Sala sistematizó su doctrina

respeto a la víctima en el proceso especial de violencia de género, en la

sentencia n.° 1.268/2012 del 14 de agosto (caso: Yaxmery Elvira Legrand), de la cual
resulta oportuno extraer:
En efecto, conforme al contenido del artículo 30 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, el Estado está en la obligación de proteger a las víctimas de
delitos comunes y de procurar que los culpables reparen los daños causados. Como
desarrollo de esa garantía constitucional, la víctima adquirió mayor relevancia, con el
proceso penal establecido en el Código Orgánico Procesal Penal, toda vez que la misma
se constituyó como uno de sus objetivos primordiales, conjuntamente con el
establecimiento de la verdad de los hechos por las vías jurídicas y la justicia en la
aplicación del derecho; lo cual tiene plena correspondencia con lo señalado artículo 3 de
la Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que
prevé:
… (Omissis)…
Ahora bien, visto que la anterior disposición normativa no establece la posibilidad de
que la víctima (directa o indirecta) de los delitos de violencia contra la mujer pueda
presentar acusación particular propia, con prescindencia del Ministerio Público, una vez
que precluya el lapso para concluir la investigación, más las prórrogas legales en caso
de que se hayan acordado, se hace, por lo tanto, necesario extender la doctrina señalada
en la sentencia N° 3267, dictada el 20 de noviembre de 2003 (caso: Francesco Porco
Gallina Pulice), que garantizan los derechos a la igualdad, acceso a la justicia y la tutela
judicial efectiva de la víctima, aplicable mutatis mutandis, a los procesos de violencia
contra la mujer, con el objeto de permitir que esta última pueda actuar, en forma directa,
mediante la correspondiente presentación de una acusación particular propia, cuando el
Ministerio Público no concluya la investigación bajo las condiciones establecidas en el
citado artículo 103 de la Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a Una Vida
Libre de Violencia, máxime cuando ese texto especial establece, en su artículo 1, como
objeto principal, que se debe garantizar y promover el derecho a una vida libre de
violencia, creando condiciones para prevenir, atender, sancionar y erradicar la
violencia contra las mujeres en cualquiera de sus manifestaciones y ámbitos.

Además, la Sala precisa que, para el efectivo cumplimiento de la doctrina asentada en el

presente fallo, que la víctima podrá presentar la acusación particular propia ante el Juez

de Control, con el respectivo ofrecimiento de medios de pruebas, que esté conociendo la

investigación, para que éste proceda a fijar la celebración de la audiencia preliminar,

conforme a las disposiciones legales establecidas en los distintos sistemas penales

procesales –de acuerdo a la materia-; permitiéndose asimismo, que el imputado ejerza

su derecho a la defensa a través de la oposición de excepciones, medios de prueba, y

descargos necesarios. Si el Ministerio Público presenta una acusación posteriormente a

la interpuesta por la víctima, antes de la celebración de la audiencia preliminar, el Juez

de Control conocerá de las mismas y decidirá sobre su admisión en dicha audiencia. En

el caso de que sea admitida la acusación particular propia presentada solamente por la

víctima, y los medios de pruebas ofrecidos, la causa será enviada al respectivo Juez de
Juicio para la celebración de la audiencia de juicio con prescindencia del Ministerio

Público. Sin embargo, dicho órgano fiscal, como parte de buena fe, podrá coadyuvar

con los intereses de la víctima, facilitando, entre otros aspectos, la evacuación de los

medios de pruebas ofrecidos por la víctima.

Lo dispuesto en tal decisión fue ratificado por esta Sala en la

sentencia n.° 1.550/2012 del 27 de noviembre (caso: María Cristina Vispo López y

otros), mediante la cual se resolvió la solicitud de aclaratoria de la

decisión n.° 1.268/2012 parcialmente transcrita ut supra.


Así entonces, siguiendo el criterio establecido en las sentencias señaladas, de

conformidad con lo establecido en los artículos 26 y 30 de la Constitución de la

República Bolivariana de Venezuela, y 23 del Código Orgánico Procesal Penal, se

extiende a todos los jueces y juezas de la República, con competencia penal ordinaria, la

posibilidad de admitir la acusación particular propia de la víctima, en ausencia de

acusación ejercida por el Ministerio Público, y convocar a la audiencia preliminar, sin

que se corra el riesgo de ser desechada por este motivo.

De esta manera, es concluyente afirmar que si bien el numeral 4 del artículo 285

de la Constitución le atribuye al Ministerio Público el ejercicio, en nombre del

Estado, de la acción penal en los casos que para intentarla o proseguirla no fuere

necesario instancia de parte, salvo las excepciones establecidas en la ley, competencia

prevista en iguales términos en la Ley Orgánica del Ministerio Público (numeral 6 del

artículo 16); en nuestro ordenamiento jurídico no se excluye la posibilidad de que otro

sujeto procesal con gran interés sobre las resultas del proceso penal realice esa

actuación en nombre propio. Todo lo contrario, el último aparte del artículo 285

constitucional indica que la atribución de competencias al Ministerio Público contenidas

en esa norma, no menoscaban el ejercicio de los derechos y actuaciones que

corresponden a los o las particulares, ello aunado a la garantía de la tutela judicial


efectiva, que incluye el derecho de los particulares de acceso a los órganos de
administración de justicia para hacer valer sus derechos e intereses, en el contexto del

proceso concebido como un “instrumento fundamental para la realización de la

justicia”, así como la garantía de reparación de los daños a las víctimas de delitos

comunes, dispuestos en los artículos 26, 256 y 30 eiusdem, respectivamente, faculta

suficientemente a la víctima para ejercer directamente la acción penal en los casos que

sea necesario, con el objeto de evitar la impunidad y lograr la justicia sustancial, como

uno de los valores superiores de nuestro ordenamiento jurídico, establecido en el

artículo 2 ibídem.

Así las cosas, para el cumplimiento de la garantía de acceso a la justicia, así


como la garantía de “protección y reparación” a la víctima, es que este sujeto procesal
se encuentra facultado para acceder y actuar directamente en el proceso penal, con
prescindencia del Ministerio Público, en el supuesto que este no pueda hacerlo
oportunamente.
Llegado a este punto, esta Sala Constitucional considera necesario traer a
colación el contenido de los artículos 295 y 296 del Código Orgánico Procesal Penal,
los cuales, respecto a la duración de la fase preparatoria en el procedimiento ordinario,
prevén taxativamente lo siguiente:
Duración
Artículo 295. El Ministerio Público procurará dar término a la fase preparatoria con la
diligencia que el caso requiera.
Pasados ocho meses desde la individualización del imputado o imputada, éste o ésta, o
la víctima podrán requerir al Juez o Jueza de Control la fijación de un plazo prudencial,
no menor de treinta días, ni mayor de cuarenta y cinco días para la conclusión de la
investigación.
Para la fijación de este plazo, dentro de las veinticuatro horas de recibida la solicitud, el
Juez o Jueza deberá fijar una audiencia a realizarse dentro de los diez días siguientes,
para oír al Ministerio Público, al imputado o imputada y su defensa, debiendo tomar en
consideración la magnitud del daño causado, la complejidad de la investigación, y
cualquier otra circunstancia que a su juicio permita alcanzar la finalidad del proceso.
En las causas que se refieran a la investigación de delitos de homicidio intencional,
violación; delitos que atenten contra la libertad, integridad e indemnidad sexual de
niños, niñas y adolescentes; secuestro, corrupción, delitos que causen daño al
patrimonio público y la administración pública; tráfico de drogas, legitimación de
capitales, contra el sistema financiero y delitos conexos, delitos con multiplicidad de
víctimas, delincuencia organizada, violaciones a los derechos humanos, lesa humanidad,
delitos contra la independencia y seguridad de la nación y crímenes de guerra, el plazo
prudencial al que se refiere el primer aparte del presente artículo, no podrá ser menor de
un año ni mayor de dos.
La no comparecencia de alguna de las partes a la audiencia no suspende el acto.
Vencimiento
Artículo 296. Vencido el plazo fijado en el artículo anterior, el Ministerio Público
deberá presentar el acto conclusivo.
Si vencido el plazo que hubiere sido fijado, el o la Fiscal del Ministerio Público no
presentare el acto conclusivo correspondiente, el Juez o Jueza decretará el archivo
judicial de las actuaciones, el cual comporta el cese inmediato de todas las medidas de
coerción personal, cautelares y de aseguramiento impuestas y la condición de imputado
o imputada. La investigación sólo podrá ser reabierta cuando surjan nuevos elementos
que lo justifiquen, previa autorización del Juez o Jueza.
Ahora bien, tal como se leyó en las disposiciones legales transcritas, el
Ministerio Público, como órgano con la atribución de ordenar y dirigir la investigación
penal, así como de garantizar que esta actividad se realice con celeridad, tal como lo
establece el artículo 285 numerales 2 y 3 constitucional, debe finalizar la fase
preparatoria y presentar el acto conclusivo en el lapso de ocho (8) meses, a menos que
la complejidad del caso amerite continuar la investigación por un tiempo adicional. Del
dispositivo legal en referencia se observa que, si bien esta fase procesal debe
desarrollarse “con la celeridad que el caso requiera”, interpretada como una expresión
del carácter “breve” del proceso, constitucionalmente considerado como
un “instrumento fundamental para la realización de la justicia” (artículo 257), la ley
adjetiva penal estableció que podría desarrollarse suficientemente en el plazo de ocho
(8) meses, por lo que este debe ser considerado el periodo dentro del cual se debe
desplegar la principal actividad indagatoria tendiente al establecimiento de las
circunstancias del hecho punible investigado.
No obstante lo anterior, en atención a la existencia de casos para los cuales
resulta insuficiente el lapso previsto para la fase preparatoria, previó el Legislador la
posibilidad de extender esa fase durante un tiempo adicional, sin embargo, esta
posibilidad no está concebida en forma genérica para todos los casos, pues, como ya se
dijo, esta debe ser realizada lo más expedita posible. En atención a lo cual, para que ese
tiempo adicional proceda, debe ser acordado en forma motivada por el juzgador con
criterios de interpretación restringida, tomando en cuenta los siguientes aspectos: 1. la
magnitud del daño causado; 2. la complejidad de la investigación, y 3. cualquier otra
circunstancia que a juicio del juez permita alcanzar la finalidad del proceso, que
conforme lo dispone el artículo 13 del Código Orgánico Procesal Penal, es el
establecimiento de la verdad.
Por otro lado, si el Ministerio Público necesita continuar con la investigación
una vez vencido el lapso de ocho (8) meses previsto para la fase preparatoria, el
imputado y la víctima están legitimados para solicitar al órgano judicial la fijación de un
lapso prudencial; en atención a ello, dentro de las veinticuatro (24) horas de recibida tal
solicitud, el tribunal deberá fijar una audiencia dentro de los diez (10) días siguientes,
con la finalidad de oír la representación fiscal antes de resolver sobre el pedimento.
Es de hacer notar que, la extensión del plazo prudencial que puede fijar el
tribunal dependerá de los delitos sobre los cuales verse el proceso de que se trate, pues,
en principio, podrá tener una duración mínima de treinta (30) días y máxima de cuarenta
y cinco (45) días; no obstante, si se trata de uno de los tipos penales expresamente
señalados en el catálogo contenido en el penúltimo aparte del artículo 295 de la norma
adjetiva penal, dicho plazo no podrá ser menor de un (1) año ni mayor de dos (2).
Precisado lo anterior, con el fin de reforzar las garantías a la igualdad, al acceso
a la justicia y a la tutela judicial efectiva de la víctima, esta Sala ratifica con carácter
vinculante, dentro del marco del procedimiento ordinario, en el supuesto que el plazo
prudencial a que se refiere el artículo 295 del Código Orgánico Procesal Penal, haya
sido fijado por el tribunal a solicitud de la víctima, manifestando de esta manera su
interés en el proceso, y el plazo en cuestión transcurra sin que el Ministerio Público
presente el acto conclusivo, la víctima, esté o no querellada, podrá actuar directamente,
y en consecuencia, presentar acusación particular propia en delitos de acción pública,
promoviendo los medios de pruebas correspondientes, y en fin, cumpliendo con los
requisitos exigidos a la acusación fiscal, previstos en el artículo 308 del Código
Orgánico Procesal Penal. Así se establece.
De igual modo, el Código Orgánico Procesal Penal (artículo 363) estableció
dentro del procedimiento especial para el juzgamiento de los delitos menos graves, un
aspecto análogo al analizado ut supra, en los términos que a continuación se
transcriben:
Actos Conclusivos
Artículo 363. El Ministerio Público, recibida la notificación del Juez o Jueza de
Instancia Municipal, acerca del incumplimiento a que se refiere el numeral 1 del artículo
anterior, deberá dentro de los sesenta días continuos siguientes dictar el acto conclusivo
que estime prudente de acuerdo a las resultas de la investigación.
Si en la oportunidad de la audiencia de imputación, el imputado o imputada no hizo uso
de las Fórmulas Alternativas a la Prosecución del Proceso, el Ministerio Público deberá
concluir la investigación dentro del lapso de sesenta días continuos siguientes a la
celebración de dicha audiencia, de acuerdo a lo previsto en el artículo 358 del presente
Código.
De esta manera, se observa que en comparación con el procedimiento ordinario,
el Legislador estableció un lapso más sucinto para la duración de la fase preparatoria en
este procedimiento especial, pues dura tan solo sesenta días (60), con exclusión de la
posibilidad de ser prorrogado.
En atención a lo cual, esta Sala igualmente ratifica con carácter vinculante que,
en el marco del procedimiento especial para el juzgamiento de los delitos menos graves,
si el Ministerio Público no presentare el acto conclusivo en el lapso de sesenta días (60)
continuos siguientes a la audiencia de imputación, o, en el supuesto en que en esa
oportunidad procesal el imputado se haya acogido a la suspensión condicional del
proceso, o a un acuerdo reparatorio estipulado a plazos, y cualquiera de estos fuere
incumplido, en el lapso de sesenta días (60) continuos siguientes a la recepción de la
notificación sobre el incumplimiento de tales medidas alternativas a la prosecución de
proceso, como lo dispone el numeral 1 del artículo 362 de la referida norma adjetiva
penal; la víctima podrá presentar igualmente acusación particular propia, satisfaciendo
los requisitos legales; con la advertencia que, el Tribunal de Primera Instancia Penal
Municipal en Funciones de Control deberá conceder a la víctima la oportunidad para
que presente la acusación particular propia en los términos antes expuestos; y de no
presentarse la acusación, el órgano judicial podrá decretar el archivo judicial previsto en
el artículo 364 eiusdem. Así se establece.
De esta manera, la víctima podrá interponer su acusación particular propia en el
lapso de treinta (30) días calendarios consecutivos (similar al lapso mínimo previsto
para el Ministerio Público en el primer aparte del artículo 295 del Código Orgánico
Procesal Penal) contados a partir desde la oportunidad en que el respectivo Juzgado en
Funciones de Control notifique a la víctima sobre el incumplimiento por parte de
Ministerio Público de la conclusión de la investigación, dentro del lapso de sesenta (60)
días establecido en el artículo 363 de la norma adjetiva penal, en el procedimiento
especial para los delitos menos graves, o dentro del plazo prudencial establecido en el
artículo 295 eiusdem, en el procedimiento ordinario. Asimismo, es necesario indicar que
para el ejercicio de esta facultad, la víctima deberá en forma alternativa, presentarla en
forma personal con la asistencia de abogado o representada por un profesional de la
ciencia jurídica debidamente facultado mediante mandato o poder, tal como lo exige el
artículo 4 de la Ley de Abogados.

En el supuesto que la víctima omita presentar la acusación particular propia


dentro de los lapsos antes establecidos, el Juzgado en Funciones de Control que
conoce del asunto, deberá decretar el archivo judicial de acuerdo con el contenido de los
artículos 296 o 364 del Código Orgánico Procesal Penal, según sea el caso.

Caso contrario, si la víctima ejerce su derecho a presentar la acusación particular


propia en forma oportuna, se celebrará la audiencia preliminar en la cual se verificará
que el libelo acusatorio cumpla con los requisitos de ley, de forma y de fondo, para su
admisión. En tal sentido, el Juez o Jueza en Funciones de Control respectivo deberá
requerirle al Ministerio Público, antes de la celebración de la audiencia preliminar, la
remisión inmediata del expediente contentivo de la investigación.

Considera necesario esta Sala precisar, que al estar regido el procedimiento


ordinario por el principio de libertad de prueba, preceptuado en el artículo 182 del
Código Orgánico Procesal Penal, la víctima tendrá la mayor amplitud en su actividad
probatoria en el ejercicio de la acusación particular propia, en cumplimiento de los
requisitos de pertinencia, utilidad, necesidad y licitud. Asimismo, en el caso de que no
existieren suficientes diligencias de investigación para proponer la acusación particular
propia, la víctima podrá acudir al Juzgado en Funciones de Control, para que, a través
de la figura del auxilio judicial, se recaben elementos de convicción que permitan la
interposición del libelo acusatorio.

En este sentido, interpuesta la acusación particular propia por parte de la


víctima, si el Ministerio Público no ha acusado, podrá actuar dentro del proceso penal
para facilitar la evacuación de los medios de prueba que fueron admitidos en la fase
preparatoria. Cualquier conflicto de intereses que se presente en esta fase entre el
Ministerio Público y la víctima, deberá ser resuelto por el Juez o Jueza que conozca de
la causa penal, en su condición de director del proceso.
En el supuesto que el Ministerio Público solicite el sobreseimiento de la causa,
la víctima (previamente notificada) podrá presentar –si a bien lo tiene- su acusación
particular propia, en cuyo caso, el Juez o Jueza en Funciones de Control para decidir
convocará a las partes para la audiencia preliminar, prevista en los artículos 309 y 365
del Código Orgánico Procesal Penal.

Para aquellos casos en que se decrete el archivo fiscal, el Ministerio Público


deberá notificar al Juez o Jueza en Funciones de Control, así como a la víctima, a fin de
que esta última pueda presentar acusación particular propia en los términos antes
establecidos, o solicitar en cualquier momento, el examen y revisión de los fundamentos
que motivaron el archivo; y si el tribunal estima procedente la solicitud de la víctima
ordenará el envío de las actuaciones a la Fiscalía Superior para que ordene a otro u otra
Fiscal que continúe con la investigación, todo ello sin perjuicio de que la víctima pueda
presentar la acusación particular propia, si el Ministerio Público no concluye la
investigación dentro de los lapsos establecidos en la ley.

Finalmente, visto el carácter vinculante de la presente decisión y su interés


general, la Sala ordena la publicación de la presente decisión en la Gaceta Oficial de la
República, así como en la Gaceta Judicial, de conformidad a lo establecido en el artículo
126 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, con la siguiente mención en
su sumario:

Sentencia de la Sala Constitucional que establece con carácter vinculante que, en el


procedimiento penal ordinario y en el procedimiento especial por delitos menos
graves, previstos en el Código Orgánico Procesal Penal, la víctima -directa o
indirecta- de los hechos punibles investigados en dichos procesos, puede, con
prescindencia del Ministerio Público, presentar acusación particular propia contra el
imputado, cuando ese órgano fiscal no haya presentado el correspondiente acto
conclusivo dentro: i) del lapso de ocho (8) meses, seguido del denominado plazo
prudencial que fije el Tribunal en Funciones de Control en atención al tipo penal
objeto del proceso, establecido en el artículo 295 eiusdem, en el procedimiento
ordinario; ii) del lapso de sesenta (60) días continuos, previsto en el artículo 363
ibídem, en el procedimiento especial por delitos menos graves.

IV
DECISIÓN
Por las razones expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala
Constitucional, administrando justicia en nombre de la República, por autoridad de la
Ley, declara:

PRIMERO: INADMISIBLE la acción de amparo constitucional


interpuesta conjuntamente con solicitud de medida cautelar, por el abogado Carlos
Javier Chourio, actuando como apoderado judicial del ciudadano Jesús Gabriel
Lombardi Boscán, contra la actuación realizada el 1 de marzo de 2017 por el abogado
Richard Linares, en su carácter de Fiscal Superior del Ministerio Público de la
Circunscripción Judicial del Estado Zulia, mediante la cual ratificó la solicitud de
sobreseimiento de la causa identificada con el alfanumérico VP03-P-2015-018387
(nomenclatura del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, con sede en Maracaibo), así
como con el alfanumérico MP-47155-2013 (nomenclatura de la Fiscalía del Ministerio
Público de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia), formulada por la Fiscalía
Cuadragésima Octava del Ministerio de la mencionada Circunscripción Judicial, a tenor
de lo previsto en el artículo 6.4 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y
Garantías Constitucionales

SEGUNDO: REVISA DE OFICIO la decisión n.° 1702-16 dictada el 18 de


octubre de 2016, por el Juzgado Quinto Itinerante de Primera Instancia en Funciones de
Control del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, con sede en Maracaibo, mediante
la cual, en primer lugar, declaró sin lugar la solicitud de sobreseimiento formulada por
la Fiscalía Cuadragésima Octava del Ministerio Público de la Circunscripción Judicial
del Estado Zulia, en el asunto identificado con la nomenclatura VP03-P-2015-018387,
en donde aparecen como investigados los ciudadanos Ernesto Gómez Roo, Ricardo
Gómez Roo y Gerardo González, por la presunta comisión de uno de los delitos contra
la propiedad, en agravio del ciudadano Jesús Gabriel Lombardi Boscán; y en segundo
lugar, acordó enviar las actuaciones del expediente penal primigenio a la Fiscalía
Superior del Ministerio Público del Estado Zulia, “… a tenor de lo establecido en el
primer aparte del artículo 305 del Código Orgánico Procesal Penal vigente…”;
asimismo, REVISA DE OFICIO la decisión n.° 2339-17 dictada el 19 de junio de
2017 por el mismo juzgado, mediante la cual decretó el sobreseimiento de la causa en el
asunto penal primigenio, con expresa mención de su opinión contraria.

TERCERO: Se ANULA el particular segundo de la decisión judicial objeto de


la presente revisión de oficio, mediante la cual se ordenó “… ENVIAR LAS
ACTUACIONES A LA FISCALÍA SUPERIOR DEL MINISTERIO PÚBLICO DE LA
CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO ZULIA, a tenor de lo establecido en el
primer aparte del artículo 305 del Código Orgánico Procesal Penal vigente…”,
quedando vigente lo dispuesto en el particular primero de la misma, mediante el cual
negó el sobreseimiento de la causa solicitado por el Ministerio Público; se anula
igualmente la decisión judicial n.° 2339-17, dictada el 19 de junio de 2017 por el mismo
juzgado, así como las actuaciones procesales posteriores a tales decisiones judiciales.

CUARTO: Se REPONE la causa identificada con el alfanumérico VP03-P-


2015-018387 (nomenclatura del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, con sede en
Maracaibo), así como con el alfanumérico MP-47155-2013 (nomenclatura de la Fiscalía
del Ministerio Público de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia), en donde
aparecen como investigados los ciudadanos Ernesto Gómez Roo, Ricardo Gómez Roo y
Gerardo González, por la presunta comisión de uno de los delitos contra la propiedad,
en agravio del ciudadano Jesús Gabriel Lombardi Boscán; a la oportunidad procesal de
remitirla al Ministerio Público, para que sea distribuida a otro Fiscal de Proceso de la
Circunscripción Judicial del Estado Zulia, diferente al Fiscal que ya conoció de la
investigación, para que continúe con la fase de investigación y en la oportunidad que
corresponda, formule el acto conclusivo que haya lugar, con estricto cumplimiento de
los requisitos de procedencia prescritos en la ley adjetiva penal; advirtiendo que, si
transcurriere el lapso establecido en la ley para la fase de investigación y su prórroga, si
esta procediere, sin que el Ministerio Público presente el acto conclusivo, o si presentare
uno distinto a la acusación, la víctima quedará legitimada para presentar acusación
particular propia con prescindencia de la representación fiscal.

QUINTO: TEMPORALMENTE SUSPENDIDO el lapso para la prescripción


judicial o extraordinaria en la causa penal identificada con el alfanumérico VP03-P-
2015-018387 (nomenclatura del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, con sede en
Maracaibo), el cual deberá computarse, una vez realizado el acto de juzgamiento
correspondiente.

SEXTO: Se ORDENA la publicación de la presente decisión en la Gaceta


Oficial de la República, así como en la Gaceta Judicial, de conformidad a lo establecido
en el artículo 126 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, con la siguiente
mención en su sumario:

Sentencia de la Sala Constitucional que establece con carácter vinculante que, en el


procedimiento penal ordinario y en el procedimiento especial por delitos menos
graves, previstos en el Código Orgánico Procesal Penal, la víctima -directa o
indirecta- de los hechos punibles investigados en dichos procesos, puede, con
prescindencia del Ministerio Público, presentar acusación particular propia contra el
imputado, cuando ese órgano fiscal no haya presentado el correspondiente acto
conclusivo dentro: i) del lapso de ocho (8) meses, seguido del denominado plazo
prudencial que fije el Tribunal en Funciones de Control en atención al tipo penal
objeto del proceso, establecido en el artículo 295 eiusdem, en el procedimiento
ordinario; ii) del lapso de sesenta (60) días continuos, previsto en el artículo 363
ibídem, en el procedimiento especial por delitos menos graves.
Publíquese y regístrese. Remítase copia certificada de la presente decisión al
Juzgado Quinto Itinerante de Primera Instancia en Funciones de Control del Circuito
Judicial Penal del Estado Zulia, con sede en Maracaibo.

Dada, firmada y sellada en el Salón de Sesiones de la Sala Constitucional del


Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los 14 días del mes de Diciembre de dos
mil dieciocho (2018). Años 208° de la Independencia y 159° de la Federación.
EL PRESIDENTE,

JUAN JOSÉ MENDOZA JOVER

VICEPRESIDENTE,

ARCADIO DE JESÚS DELGADO ROSALES

LOS MAGISTRADOS,

CARMEN ZULETA DE MERCHÁN

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