Vitaminas Liposolubles
Vitaminas Liposolubles
Vitaminas Liposolubles
Las vitaminas liposolubles son aquellas que se pueden disolver en las grasas. Dentro de este
grupo encontramos las vitaminas A, D, E y K. Estas se absorben por el cuerpo ante la presencia
de la grasa de los alimentos y posteriormente, se almacenan en el hígado, los tejidos grasos y
los músculos hasta la defecación.
La principal diferencia entre las vitaminas liposolubles y las vitaminas hidrosolubles (vitamina C
y vitaminas del grupo B) es que estas últimas se disuelven en el agua y no permanecen en el
organismo. Mientras que las liposolubles son disueltas por los aceites y las grasas ingeridas.
Vitamina A
La vitamina A (retinol) se obtiene a través de la absorción linfática. Sus cometidos son cuidar la
salud visual, proteger los dientes y mantener la piel y las membranas mucosas en buenas
condiciones gracias a su potencial antioxidante.
Vitamina D
Vitamina E
No obstante, puede haber excepciones. En los casos en que haya deficiencias que no se
puedan suplir con la alimentación, se puede acudir a la suplementación vitamínica. Eso sí, esta
siempre debe ser pautada y controlada por un profesional de la salud.
La vitamina A la podemos ingerir a través de los siguientes alimentos: lácteos, pescados azules
y mariscos, verduras rojas, naranjas (zanahoria, calabaza, batata…) y de hoja verde oscura,
tomates, melocotones y albaricoques, huevos, carne de vacuno e hígados.
Para obtener la vitamina D es fundamental exponerse al sol, ya que esta vitamina se absorbe
en un 80% a través de la piel. Sumado a ello, para cubrir el 20% restante, se recomienda
enriquecer nuestra alimentación con alimentos como: los huevos (especialmente la yema), los
pescados azules y grasos (salmón, atún, caballa, boquerón, sardinas…), los mariscos, los
cereales como el germen de trigo, los lácteos enteros (incluida la mantequilla), las setas y los
hígados.
La vitamina E la contienen los huevos (especialmente la yema), las semillas, las nueces, los
quesos, los hígados, la mantequilla y las verduras de hoja verde, así como las frutas como la
papaya, el mango y el aguacate.
Para absorber la vitamina K es fundamental incluir alimentos como los quesos y la mantequilla,
el tomate, los aceites vegetales, las verduras de hoja verde, repollo, col, coliflor y brócoli, así
como las legumbres, los huevos y las carnes e hígados. También algunas frutas como los higos y
los arándanos azules contienen este micronutriente.