Historia

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Una lengua estándar es una variedad lingüística ampliamente difundida, y en general

entendida por todos los hablantes de un mismo idioma, siendo frecuentemente la


forma usada en la educación formal y la más usada ampliamente por los medios de
comunicación. También se llama estándar lingüístico o variedad estándar. No se debe
confundir con norma lingüística, lengua escrita ni lengua literaria.1

En muchos casos, aunque no siempre, la forma estándar puede ser una lengua
planificada a partir del diasistema de una lengua, con el objeto de obtener un
modelo de lengua unitario para la enseñanza, los usos oficiales y los usos escritos
y formales, que a su vez permita cohesionar política y socialmente el territorio
donde es lengua oficial.

El proceso de estandarización está incluido en la parte de la política lingüística


relativa a la modelación formal de una lengua, a la adscripción de un estatus
jurídico y administrativo, y al fomento de su adquisición, conocido en
sociolingüística como planificación lingüística.2

Índice
1 Proceso de estandarización
2 Tipologías de estandarización
3 Características de los estándares
4 Estándar y conflicto lingüístico
5 Variedades estándares de las lenguas modernas
6 Referencias
7 Véase también
Proceso de estandarización
El proceso de estandarización requiere seleccionar ciertos rasgos del diasistema
que se quiere estandarizar, según la aplicación de criterios restrictivos de criba.
También se requiere la formalización y consensuación de ciertas formas que puedan
ser usadas como convención que marca los límites de lo que se considera y lo que no
se consideran formas de la variedad estándar. Algunas características no
excluyentes que suelen identificar a una variedad estándar son:

Un sistema de escritura que fije las convenciones ortográficas que se usarán para
escribir la lengua y fijar formas comunes y estables.
Un diccionario o grupo de diccionarios estándar, que corporizan un vocabulario y
usará la ortografía estandarizada definida previamente.
Una gramática prescriptiva reconocida que registra las formas, reglas y estructuras
del lenguaje y que recomienda ciertas formas y castiga otras.
Un sistema de pronunciación estándar, que es considerado como «educado» o
«adecuado» por los hablantes y que se considera libre de marcadores regionales.
Una institución o personas que promueven el uso de la lengua y que poseen cierta
autoridad, formal o informal, en la definición de sus normas de uso, como, en el
caso de la lengua española, es la Asociación de Academias de la Lengua Española,
que preside la Real Academia Española.
Un estatuto o constitución que le da un estado oficial en el sistema legal de un
país.
El uso de la lengua en la vida pública, por ejemplo en el poder judicial y el poder
legislativo.
Un canon literario.
La traducción a la lengua de textos sagrados, como la Biblia.
La enseñanza escolar de la ortografía y gramática estandarizadas.
La preferencia de esta variedad particular, por encima de otras variedades
mutuamente comprensibles con la anterior, para el aprendizaje del idioma como una
segunda lengua.
Cuando el estándar es lengua oficial de enseñanza, puede existir una reglamentación
política de tipo coercitivo, que obligue a aplicarlo en exclusiva en el terreno
educativo. Por ejemplo, la ley Moyano de Instrucción Pública, promulgada en 1857,
en su artículo 88, establecía que «La Gramática y Ortografía de la Academia
Española serán texto obligatorio y único para estas materias en la enseñanza
pública [en España]».3

Tipologías de estandarización
Para la estandarización, suelen seleccionarse una o más de los siguientes tipos de
variedades de un diasistema en un determinado momento histórico:

Variedades sociolectales.
Variedades funcionales.
Variedades geolectales.
De entre las diversas variedades sociolectales, es frecuente seleccionar la
variedad de las élites culturales, sociales, económicas y políticas, denominadas
también variedades de prestigio. De entre las diversas variedades funcionales, o
registros, para la codificación gramatical y léxica es frecuente seleccionar la
variedad más fija y tradicionalmente relacionada con los usos de las capas sociales
cultas (y al mismo tiempo más cercana al estándar): la lengua escrita. De entre las
diversas variedades geolectales, es frecuente seleccionar la variedad de la zona
geográfica donde se encuentra el poder político o económico de un país o región
lingüística.

Según la o las variedades geográficas que sirvan de base al estándar, existen tres
tipologías de estándar: unitario monocéntrico, unitario policéntrico (o
composicional) y pluricéntrico:

Se llama estándar unitario monocéntrico al elaborado por un solo organismo


normativo, para el que selecciona una sola variedad geográfica. Hasta la aplicación
de la nueva política lingüística panhispánica,4 el estándar del castellano era
unitario monocéntrico. Además de seleccionar una sola variedad geográfica
(castellano norteño), se elaboraba también a partir del registro escrito de las
clases cultas.
Se llama estándar unitario policéntrico (o composicional) al elaborado por un solo
organismo normativo o por un cuerpo coordinado de organismos normativos, en el que
se seleccionan y fusionan algunas o todas las variedades geográficas de un mismo
diasistema. Este es el caso del nuevo estándar panhispánico policéntrico del
español,4 formado a partir de la selección de variedades cultas y preferentemente
de registros escritos de todo el ámbito hispanohablante, o también el del vasco
unificado, o euskera batúa.
Se llaman estándares pluricéntricos a los distintos estándares elaborados por
distintos organismos, a partir de un mismo diasistema lingüístico. Este es el caso
de la lengua catalana, que suma al estándar unitario policéntrico original, o
estándar composicional5(elaborado a partir de todas las variedades geográficas del
catalán), un nuevo estándar unitario policéntrico elaborado sólo a partir de las
variedades cultas habladas en la Comunidad Valenciana.6
Características de los estándares
La variedad estándar ha de ser conocida, compartida y aceptada por la comunidad
lingüística para cumplir sus cometidos, ya que su objetivo es el de convertirse en
una variedad superadora de la diversidad, una lengua común utilitaria.1

Los estándares, como lenguas elaboradas, restringidas y fijas, no pueden


considerarse variantes naturales de una lengua. Además, como artificios que son,
formados convencionalmente por agentes de planificación lingüística (autoridades
lingüísticas: academias [para el español, la RAE y las 22 academias de países
hispánicos asociadas (las americanas, la filipina y la ecuatoguineana) o
gramáticos, ortógrafos y lexicógrafos normativistas), no se crean por convención
social de una comunidad de hablantes, sino como consecuencia de una actuación
expresa sobre el lenguaje.

Como modelos de lengua fijos, tienen una variación interna mínima y no están
sujetos a las leyes naturales del cambio lingüístico. Para mutar, es necesario que
un agente normalizador los modifique expresamente, a menudo para adecuarlos a los
cambios que se han asentado en la lengua natural o para adecuarlos a nuevas
necesidades políticas, educativas, económicas o sociales.

Como modelos de lengua artificiales y elaborados, se aprenden tras largos años de


instrucción. Así, el estándar del español, en tanto norma supradialectal,7 no es un
dialecto del español, ni un diasistema. Tampoco es una norma social o norma usual,
entendiendo por norma usual la manera particular del uso de la lengua en un
determinado grupo, sea este social, geográfico o funcional. Si fuera una norma
usual, habría multitud de estándares, ya que «“Habrá tantas ‘normas’ como dialectos
y sociolectos se puedan identificar. Puesto que tales ‘normas’ son hablas de
ciertas colectividades socialmente delimitadas, a cada individuo le corresponderá
una ‘norma’ según el enfoque dialectal que se le aplique”».8

Al margen del estándar o de los estándares oficiales de una lengua, los medios de
difusión masiva (prensa, radio, televisión y editoriales) pueden crear sus propios
estándares, de acuerdo con sus propias necesidades de comunicación y con las
características concretas de los grupos de hablantes a los que se dirigen. Estos
estándares particulares se recogen en los libros de estilo de cada medio. En estos
estándares pueden estar presentes rasgos lingüísticos del diasistema que no están
reconocidos en el estándar oficial.

Estándar y conflicto lingüístico


Artículo principal: Conflicto lingüístico
La creación de una lengua estándar representa a menudo el triunfo de una cierta
variedad funcional, geolectal o sociolectal. Su selección suele ocasionar que otras
variedades que difieren de la estándar pierdan prestigio social. Por eso en algunos
países la selección de una lengua estándar puede generar un conflicto social y
político, al ser entendida como una actitud excluyente. En noruego, por ejemplo:
existen dos estándares paralelos, el bokmål, basado parcialmente en la
pronunciación local del danés en la época en que Dinamarca dominó a Noruega y el
nynorsk, basado en formas dialectales del oeste de Noruega. Por su parte, el
italiano incluye dialectos cuya variación es mayor de la que exhiben las dos
versiones del noruego.

Variedades estándares de las lenguas modernas


El italiano estándar, por ejemplo, deriva de la variante vernacular literaria usada
en Florencia durante la Edad Media (conocida también como toscano letterario), y
adoptada como idioma administrativo y literario, a partir del siglo xvi y de forma
principalmente escrita,9 en todos los antiguos Estados italianos preunitarios.10 El
alemán estándar no se basa en una ciudad o región específicas sino que ha sido
desarrollado en un proceso que duró varios cientos de años, durante el cual los
escritores intentaron expresarse de forma tal de ser comprendidos en un área lo más
extensa posible. Hasta principios del siglo xix el alemán estándar era un idioma
exclusivamente escrito, aprendido casi como un idioma extranjero por los habitantes
del norte del país, cuyos dialectos eran muy diferentes. El resultado fue que estos
hablantes intentaron pronunciar el alemán estándar siguiendo cuidadosamente la
ortografía; esta forma del habla se extendió más tarde hacia el sur.

Otras lenguas estándares presentan menos complicaciones. En el inglés británico, la


pronunciación estándar (Received Pronunciation) se basa en el sociolecto de los
internados privados. En Estados Unidos, el estándar se aproxima a los dialectos del
norte del Medio Oeste.

Referencias
Mollà, Toni (2002). Manual de sociolingüística (en catalán). Alzira: Bromera. pp.
129/139. ISBN 8476607334.
«Política Y Planificación Lingüísticas». Consultado el 2009.
Ley Moyano de Instrucción Pública de 1857 (España).
«Real Academia Española». Archivado desde el original el 19 de junio de 2010.
Consultado el 2009.
Bibiloni, Gabriel. «Sobre l'estàndard composicional» (en catalán). Archivado desde
el original el 18 de octubre de 2009. Consultado el 2009.
Acadèmia Valenciana de la Llengua (ed.). Gramàtica normativa valenciana (en
catalán). Valencia: Publicacions de l'Acadèmia Valenciana de la Llengua. ISBN 84-
482-4422-2.
Ferguson, Charles (1968). Language Developement, en Language Problemes of
Developing Nations (citado por Moyá, Toni (2002) p. 130).
Lara, Luis Fernando (2004). Lengua histórica y normatividad. Barcelona: Ariel.
ISBN 9681211308.
«Università degli Studi di Milano: Storia della lingua italiana. Il Cinquecento».
«Enciclopedia Treccani: Storia della lingua italiana e del suo utilizzo negli
Stati preunitari.».
Véase también
Lengua oficial
Ausbausprache
Dialecto de prestigio
Habla esmerada
Norma lingüística

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