TEMA 2 Variación Lingüística
TEMA 2 Variación Lingüística
TEMA 2 Variación Lingüística
2. ¿ESPAÑOL O CASTELLANO?
La Academia de la Lengua acordó que se podían usar como sinónimos. Este criterio se sigue manteniendo en la
Diccionario panhispánico de dudas (2005, s.v. español), con el consenso de todas las Academias de la Lengua, aunque
recomienda el uso de español por carecer de ambigüedad. El término castellano resulta preferible para referirse al
dialecto románico nacido en el Reino de Castilla durante la Edad Media o al dialecto del español que se habla
actualmente en esta región.
En las zonas bilingües del Estado español se prefiere el uso de castellano para el idioma, porque se mantiene
que español incluye otras lenguas (gallego, catalán, vasco…), que, a su vez, tienen consideración oficial dentro del
territorio de sus respectivas comunidades autónomas. El término español es el más utilizado, en cambio, en las zonas
monolingües de España. En muchas zonas se usan como sinónimos igualmente.
En el estudio de las variedades de la lengua española, español es el nombre de la lengua y castellano es el
dialecto histórico o la variedad propia de Castilla.
LA NORMA
Se debe reflexionar sobre lo que puede entenderse como normal, lo que usa habitualmente el hablante y siente
como común y corriente porque es su costumbre idiomática, y sobre lo que se considera normativo, es decir, aquellos
regido por reglas o normas que prescriben lo correcto.
Según el DRAE, la norma es:
1.- Conjunto de criterios lingüísticos que regulan el uso considerado correcto: esta definición tiene un carácter
prescriptivo, relacionado con los usos normativos de la lengua
2.- La variante lingüística que se considera preferible por ser más culta: esta supone una elección basada en el
prestigio y tiene el fin de convertir esta variedad en la variedad estándar, sobre la que se basarán las reglas de
ortografía, la gramática y los diccionarios.
La norma no incluye incorrecciones, pero no todo lo que no está en la norma constituye un error: puede tratarse
de una variante de nueva creación (como los neologismos).
La variedad estándar y la norma coinciden si entendemos variedad estándar como la variedad modélica
lingüística (2ª acepción); en el otro caso, no. En el primer caso, representaría un paso de concreción más cercano a la
realidad lingüística del hablante (la lengua estándar sería para todos los hablantes y las normas serían varias,
circunscritas a zonas o áreas geográficas específicas, con sus propios núcleos de prestigio).
Actualmente se ha dado paso a una posición más abierta y abarcadora en la que se reconocen todas las normas
cultas de los distintos países, que son, generalmente, las de las capitales; por ejemplo, se consideran rasgos
perfectamente aceptados el yeísmo, el seseo o la aspiración de /s/, que hasta hace poco estaban estigmatizados. Las
normas ortográficas, sin embargo, con comunes para todo el ámbito hispánico.
LOS FOCOS DE PRESTIGIO DEL ESPAÑOL: LA RAE Y LAS ACADEMIAS DE LA LENGUA DEL MUNDO
Las capitales irradian la norma de prestigio, por residir en ellas el poder político, la administración del Estado, las
instituciones de enseñanza e investigación, las empresas de comunicación con sus editoriales, periódicos, revistas,
cadenas de televisión, etc. No obstante, pueden existir otros núcleos urbanos que ostenten una marca de prestigio
lingüístico por tradición literaria, protagonismo histórico, cultura o sociopolítico.
Los usos del español estándar se regulan a través de las obras conjuntas de las Academias de la Lengua Española
y sus normas por las Academias respectivas de los países. La Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) es
una agrupación internacional de las entidades normativas del español. La entidad fue creada en México en 1951 y está
integrada por las 22 academias de la lengua española existentes en el mundo. Su objetivo es trabajar juntos por la
integridad y crecimiento del idioma español. Su órgano de trabajo se llama Comisión Permanente.
La Real Academia aceptó numerosas variedades diatópicas nuevas de distintos países en la edición del
Diccionario de la lengua española (2003). Una de sus consecuencias fue la preparación del Diccionario panhispánico de
dudas, diccionario normativo en la medida en que sus juicios y recomendaciones están basados en la norma que regula
hoy el uso correcto de la lengua española (entendiendo norma como el uso comúnmente aceptado y que se impone
como código eficaz e instrumento de comunicación).
Otro hito importante en la planificación lingüística de las ASALE ha sido la publicación de la Nueva gramática de
la lengua española, que refleja todas las variedades del español. En 2009 se publicaron los dos primero tomos y en 2011
el de fonética y fonología, acompañado de un DVD con muestras de pronunciación del español en las distintas zonas.
También destaca la publicación de la Ortografía de la lengua española (2010), consensuada por las 22
academias de la lengua y que a partir de ahora se estudiará en colegios y universidades de España y América.
Por último, ha sido muy importante la labor del Instituto Cervantes, ya que todas sus actividades científicas y
didácticas conceden el mismo valor y reconocimiento a todas las variedades cultas del español.
Dada la complejidad de las situaciones que se dan en cualquier sociedad no es fácil describir todos los posibles
contextos en los que se da el bilingüismo, por tanto, citamos los más generales:
Desplazamiento de la población: las invasiones, conquistas o colonizaciones dan lugar a situaciones de
bilingüismo al encontrarse dos o más comunidades en contacto en un mismo territorio
Descolonización: tras la colonización se produce la descolonización y da lugar a un bilingüismo más duradero y
consolidado; normalmente se favorece el uso de una de las lenguas del país (se oficializa) y las demás quedan
relegadas a situaciones de bilingüismo o diglosia
Imposición de una lengua extranjera: por razones históricas es una lengua extranjera la que se impone como
oficial para la comunicación entre los hablantes y convive con las otras lenguas autóctonas en situación de
bilingüismo o diglosia
Política lingüística: tratan de proteger y preservar su diversidad lingüística en una situación de cooficialidad
(caso de las comunidades autónomas bilingües españolas)
Bilingüismo fronterizo: bilingüismo que obedece a las estrechas relaciones políticas, sociales o históricas que
existen entre países limítrofes (Andorra)
Superioridad demográfica: donde existe una lengua mayoritaria, la población monolingüe de otras lenguas se ve
obligada a usar dicha lengua
Relaciones comerciales, económicas y políticas: debido a estas relaciones se impone una lengua que sirva de
comunicación internacional
Emigración: los emigrantes usan a veces una lengua que no funciona en el medio donde viven y otras, la lengua
oficial del país de acogida.
La diglosia es una situación de bilingüismo o multilingüismo donde las lenguas no tienen el mismo reconocimiento
ni cumplen las mismas funciones comunicativas. Estas diferencias se traducen en desigualdades de prestigio y puede
que estén relacionadas con el volumen de la población (lengua mayoritaria/minoritaria) o con términos de poder
(lengua dominante/dominada o alta/baja). Cuando una situación diglósica se extiende en el tiempo, puede ocasionar la
desaparición de la lengua minoritaria o menos prestigiada.
El contacto de lenguas da lugar a fenómenos lingüísticos que afectan a todos los niveles de análisis, provocan
cambios lingüísticos y pueden pasar a la lengua general y ser usados por monolingües. El contacto de lenguas
desempeña un importante papel en la evolución de las lenguas, ya que facilita los cambios lingüísticos debidos, entre
otros factores, a las transferencias (alteraciones de las normas de las lenguas relacionadas: las lenguas receptoras
necesitan hacer una adaptación en sus sistemas para acoger esta nueva forma) y a los préstamos (sobre todo a los
léxicos, seguramente porque no es un sistema tan estructurado y homogéneo como el nivel fónico o morfosintáctico).
La influencia del léxico de una lengua en el de otra ha sido siempre un fenómeno muy rentable que ha enriquecido las
leguas con palabras nuevas de muy distintos orígenes.
Otro fenómeno lingüístico derivado del contacto de lenguas es el cambio de código o alternancia de lenguas, muy
frecuente en comunidades bilingües. Es un fenómeno complejo, característico de grupos con niveles más o menos
equilibrados de competencia bilingüe: si tienen una competencia limitada, sirve para compensar el desconocimiento o
el olvido de una palabra; pero en general, responde a distintas funciones comunicativas.
Una de las consecuencias más interesantes del contacto de lenguas es el de las lenguas pidgin y lenguas criollas,
cuyo nacimiento se remonta a la época de la expansión colonial.
Estas situaciones encierran unos problemas complicados e interesantes: cómo tratar los préstamos de otras hablas o
lenguas, qué variedad de español enseñar y en qué variedad enseñarla, qué variedades deben usarse en los medios de
comunicación social, cómo solucionar dificultades que surgen en la relación entre lenguas, etc.
Una planificación de la lengua española en los territorios bilingües debería atender al estatus que habría de
ocupar respecto a las otras lenguas y a su uso en la enseñanza, la administración, las instituciones jurídicas o los medios
de comunicación social. En cuanto a las situaciones monolingües, la planificación debería ser capaz de proporcionar una
respuesta a la siguiente pregunta, entre otras: ¿qué variedad de español hay que enseñar y cómo hacerlo?
En cualquier proceso de planificación lingüística, sobre todo cuando se trata de proponer y difundir unos
modelos de lengua, es importantísima la función que cumplen las escuelas y centros de enseñanza secundaria, así como
los medios de comunicación social (que llegan donde no llega la escuela), por eso es importante que la variedad que allí
se usa sea objeto de reflexión por parte de los comunicadores. Los medios de comunicación pueden ser un buen
instrumento para la planificación lingüística.
Por último, la planificación del corpus del español se ha venido haciendo prácticamente desde que se iniciaron
las tareas del scriptorium supervisado por Alfonso X. El proceso ha conocido impulsores tan decisivos como Nebrija,
Valdés o la RAE y siempre ha contado con la escuela para su difusión, pero hoy en día la divulgación de cualquier norma
no puede prescindir del apoyo de los medios de comunicación social.