López Oropeza - Libertad y Pobreza
López Oropeza - Libertad y Pobreza
López Oropeza - Libertad y Pobreza
Pero es precisamente desde aquí que quiero partir para desentrañar el sentido del
concepto de libertad como compromiso con la pobreza. Esto lo haré valiéndome de
ciertos elementos filosóficos que me parecen muy valiosos. ( Sé poco de filosofía, pero
una cosa cierta es que si sentáramos a todos los máximos representantes de las
diferentes corrientes filosóficas para dialogar, esto sería un caos y difícilmente llegarían
a un acuerdo acerca de sus postulados; aunque eso sí, la pregunta acerca del hombre y
su libertad sería siempre el común denominador desde el que surgirían las
interrogantes).
Otro elemento que quiero incorporar como fuente de conocimiento del género
humano es sin duda el religioso (No tengo ninguna intención de presentar una propuesta
acerca de la pobreza y la libertad únicamente desde la religión, aunque les comparto que
mis referentes y mi propia formación tienen un fuerte bagaje en esta línea; pero vista
como riqueza humana que contiene la parte de fe y búsqueda del misterio que algunos
filósofos han dejado fuera). El ámbito religioso es importante ya que integra fuertes
referentes culturales y sociales, además de la dimensión mística que de alguna manera
se relaciona con la filosofía y entra en diálogo con ésta para responder al misterio del
hombre.
De alguna forma todos somos aún ése Adán y ésa Eva que deambulamos sin un
rumbo definido por la vida. Vivimos, en ocasiones, eligiendo no asumir nuestra
conciencia y libertad, para poder así justificar nuestros actos más animales y más
instintivos, tirando por la borda y por completo la posibilidad de hacer uso del mayor
don del hombre que es la posibilidad de elegir desde lo profundo como motor esencial
de nuestra vida.
1
CORETH, Emerich. ¿Qué es el hombre? P. 30
La respuesta instintiva de nuestro ser es lo que históricamente nos ha llevado a
donde estamos el día de hoy; el dejar que la realidad nos vaya guiando por sus impulsos
incontrolables que cambian radicalmente como viento de diferentes frentes, es lo que
nos ha puesto en esta condición de fetos con miedo a enfrentar el destino. Seres
completos y con todas las capacidades que no quieren ya salir al mundo por miedo a
optar. Hombres y mujeres que prefieren quedarse en su entorno seguro y cálido, ya sin
siquiera preguntarse por la realidad de dolor y sufrimiento que existe a nuestro
alrededor, sin pensar en las consecuencias que esto puede tener para el futuro y el peso
que tendrá para las generaciones por venir. Y lo más dramático aún, que es el vivir una
vida sin verdadera libertad aún a sabiendas de que ésta se encuentra justo frente a
nosotros y se nos va de entre las manos con cada decisión que no tomamos y con cada
instinto que dejamos que prevalezca por encima de nuestra voluntad.
El mundo que vivimos hoy en día nos va haciendo cada vez más incapaces de
comprometernos siquiera con nosotros mismos y nuestras propias búsquedas de sentido,
mucho menos aún el comprometernos con otros para conformarnos como seres
integrados.
La cultura de la imagen que prevalece hoy nos hace permanecer insensibles ante
la realidad y simplemente nos dedicamos a responder instintivamente a esos impulsos
que vienen a través de imágenes y productos a nuestra medida, de modo tal que no
hagamos ningún tipo de esfuerzo para preguntarnos quiénes somos y cuál es el sentido
de nuestras vidas: “El predominio de la cultura de la imagen nos ha saqueado la
interioridad. El anhelo de verlo todo ha conducido al intento de mostrarlo todo, incluso
el interior del sujeto. Se quiso sacar a la luz la introspección y ésta se convirtió en
exhibicionismo”.2.
La realidad de desigualdad que se hace cada vez más marcada en todo el mundo
es provocada por la manera en que hemos optado vivir; la globalización, como se ha
conformado en la práctica, acrecienta la brecha entre ricos y pobres; y en gran medida
las estructuras se van fortaleciendo en esta línea de exclusión donde la paradoja es que
los que son el factor más importante para la producción y para la permanencia del
modelo globalizador, son quienes quedan totalmente fuera de posibilidad de acceder a
una mejora significativa en sus niveles de vida.
2
MARDONES, José María. La vida del símbolo P. 22
La gran interrogante de la realidad de hoy es poder elegir cuál es el camino
correcto para encontrar una solución que realmente sea incluyente y promueva el
descubrimiento del sentido de la vida humana desde la vivencia cotidiana y desde la
dimensión de compromiso de los hombres: “ La mayor certidumbre que poseemos, a la
altura del conocimiento actual, es la imposibilidad de eliminar ciertas incertidumbres,
no sólo de la praxis, sino del conocimiento humano “3.
No hay mayor libertad, ni manera más profunda de sentir plenitud, que la que se
vive en el encuentro del misterio y sentido de la vida a través de los ojos del otro que
me interpela y me conmueve. Alcanzo la libertad para el compromiso cuando logro
entender que aquel al que llamo otro, no es sino yo mismo y que en esos ojos que
parecen ajenos me encuentro a mí mismo con todos mis deseos y esperanzas: “ Entre el
uno que soy yo y el otro del cual respondo, se abre una diferencia sin fondo, que es
también la no-in-diferencia de la responsabilidad”5.
La libertad plena que hemos buscado por tantos años a través de la filosofía
adquiere un sentido auténtico y vivencial en nosotros cuando salimos de nosotros
mismos y de nuestras esferas de cristal para encontrarnos con el compromiso sincero y
entregado por el otro. Esto es lo que en la praxis debe significar la “alteridad”: “Mi
prójimo es lo inenglobable, es la descarga del ser que se desprende. Ante el otro las
lágrimas son, tal vez, eso: Desfallecimiento del ser cayendo en humanidad” 6. “El sujeto
está frente al ser (otro y sí mismo) para recibir el reflejo y en esta reunión se encuentra
la encarnación misma”7.
3
MARDONES, José María. La vida del símbolo P. 233
4
LEVINAS, Emmanuel. Humanismo del otro hombre P. 56
5
LEVINAS, Emmanuel. Humanismo del otro hombre P. 12
6
LEVINAS, Emmanuel. Humanismo del otro hombre P. 13
7
LEVINAS, Emmanuel. Humanismo del otro hombre P. 28
comienzo bajo mi responsabilidad, “algo” ha desbordado mis decisiones libremente
tomadas, se ha escurrido en mí a mis espaldas, configurando así mi identidad”8.
No hay libertad plena mientras sepamos que hay otros cuya libertad ha sido
pisoteada para alcanzar la propia; no importa que no hayamos hecho nada en perjuicio
de los excluidos, es lo que no hacemos lo que nos priva y los priva a ellos de acceder a
la conquista humana más profunda: La libertad.
Estamos ante una realidad inédita ante la cual no hay muchas opciones. O
producimos un cambio significativo en nuestras estructuras y nuestros estilos de vida o
nos enfrentaremos muy pronto a una crisis como nunca antes se había visto. Crisis
8
LEVINAS, Emmanuel. Humanismo del otro hombre P. 121
9
LEVINAS, Emmanuel. Humanismo del otro hombre P. 82
energética, ecológica, de desigualdad social y crisis de valores culturales y personales.
Haciendo referencia a Dussel nuevamente: Nunca la humanidad había presagiado o
había podido prever un mundo en donde la vida podía extinguirse, y por lo tanto jamás
habíamos pensado el futuro como problema ético.
Paulo Freire hace también alusión a estos dos elementos cuando habla de la
educación como camino para terminar con la exclusión: No puede haber palabra
verdadera que no sea un conjunto solidario de dos dimensiones indicotomizables,
reflexión y acción. En este sentido, decir la palabra es transformar la realidad. Decir la
palabra, significa decirla para todos. Decirla significa necesariamente un encuentro
de los hombres.
Hablar de libertad es por ello un concepto sin significado si no trae consigo una
acción por los otros, una acción que se da en situaciones concretas de orden social,
económico y político. Freire habla de la práctica de la libertad como fuente de sentido
para la vida, pero habla también de una práctica de la dominación, práctica que
prevalece en nuestros tiempos y se hace patente en todos los ámbitos cotidianos de
nuestras vidas. Ante esta realidad de dominación se hace cada vez más necesario buscar
una libertad que humanice y se presente como una vocación de los hombres.
La esperanza que se presenta, aunque dolorosa, es fuente de una gran luz para
todos los hombres que no quieren mentirse más a sí mismos. Es tarea de todos
adentrarnos en el compromiso con la pobreza y hacer esfuerzos serios desde nuestras
profesiones y nuestras actividades cotidianas para cambiar una realidad que nos atañe a
todos y que nos interpela para la construcción de un nuevo mundo. La superación de la
contradicción entre el opresor y oprimido viene como un parto que trae al mundo a un
hombre nuevo; ni opresor ni oprimido, sino un hombre liberándose (P. Freire).
A manera de conclusión comparto con ustedes una idea del Padre General Peter
Hans Kolvenbach S.J. que se me presenta como grata fuente de luz ante un panorama
como el que tenemos frente a nosotros: (Dice más o menos así)
Para transformar el mundo en el que vivimos desde todos sus ámbitos es necesario que
en todas y cada una de las decisiones que hagamos realicemos un ejercicio profundo de
discernimiento para entender cómo ésta y todas mis decisiones pueden afectar a otros
inmediatos o no inmediatos, en presente o en futuro, en fin a todos.... pero mucho más
aún, cómo pueden afectar a los más pobres y excluidos.
Gracias,
Mauricio López Oropeza
Académico del Centro Universitario Ignaciano
Universidad Iberoamericana León