Este documento explora la naturaleza de la persona humana. Comienza examinando las limitaciones de definir completamente a la persona y presenta dos descripciones alternativas que enfatizan la dignidad, libertad y capacidad de relacionarse con los demás que caracterizan a la persona. Luego enumera cinco características clave de la persona: su sustancialidad, intimidad, naturaleza corporal y temporal, apertura hacia los demás y existencia tanto como hombre como mujer. El objetivo final es resaltar la dignidad inherente de todo ser humano.
Este documento explora la naturaleza de la persona humana. Comienza examinando las limitaciones de definir completamente a la persona y presenta dos descripciones alternativas que enfatizan la dignidad, libertad y capacidad de relacionarse con los demás que caracterizan a la persona. Luego enumera cinco características clave de la persona: su sustancialidad, intimidad, naturaleza corporal y temporal, apertura hacia los demás y existencia tanto como hombre como mujer. El objetivo final es resaltar la dignidad inherente de todo ser humano.
Este documento explora la naturaleza de la persona humana. Comienza examinando las limitaciones de definir completamente a la persona y presenta dos descripciones alternativas que enfatizan la dignidad, libertad y capacidad de relacionarse con los demás que caracterizan a la persona. Luego enumera cinco características clave de la persona: su sustancialidad, intimidad, naturaleza corporal y temporal, apertura hacia los demás y existencia tanto como hombre como mujer. El objetivo final es resaltar la dignidad inherente de todo ser humano.
Este documento explora la naturaleza de la persona humana. Comienza examinando las limitaciones de definir completamente a la persona y presenta dos descripciones alternativas que enfatizan la dignidad, libertad y capacidad de relacionarse con los demás que caracterizan a la persona. Luego enumera cinco características clave de la persona: su sustancialidad, intimidad, naturaleza corporal y temporal, apertura hacia los demás y existencia tanto como hombre como mujer. El objetivo final es resaltar la dignidad inherente de todo ser humano.
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1.
LA PERSONA: DIGNIDAD YMISTERIO
Tomado del Libro: Antropologa Breve Autor: Juan Manuel Burgos
1. Es posible definir a la persona?
La mejor manera de comenzar un libro de antropologa que entiende que el hombre es una Persona parece que debera consistir en dar una definicin que explicara de manera clara y definida su contenido. De ese modo, todo el tema quedara claro y expedito y, en el resto del libro, bastara con dedicarse a desarrollarlo. La cuestin, sin embargo, no es tan sencilla. Probablemente, la mejor definicin que existe de persona es la que dio Boecio al comienzo de la Edad Media (480-525) y que, posteriormente, fue asumida por la escolstica y, en particular, por santo Toms: persona es la sustancia individual de naturaleza racional. Esta definicin, en efecto, pone de relieve muchos aspectos esenciales del ser humano: - la sustancialidad, es decir, el hecho de que la personasubsiste a travs de los cambios y las modificaciones; - la individualidad: la persona es una realidad nica y determinada, cada persona es distinta y diferente; - la naturaleza racional: dentro del amplio mundo de las sustancias, las personas son una clase especfica, las que tienen inteligencia. Sin embargo, no es una definicin del todo perfecta. Por ejemplo, no aparecen caractersticas esenciales de la persona, como la libertad, la conciencia, las relaciones interpersonales o el yo. Por otro lado, resulta difcil reflejar el carcter personal de alguien en cualquier clase de definicin. Por eso dijo Mounier: Solo se definen los objetos exteriores al hombre y que se pueden poner ante su mirada. Ahora bien, la persona no es un objeto. Por estos y otros motivos, la bsqueda de una definicin perfecta de la persona, a partir de la cual se podra construir toda la antropologa, se ha abandonado. Hoy se prefiere comenzar con aproximaciones que sirvan como mera introduccin y entrada a un misterio imposible de describir en un par de frases. Aqu vamos a presentar dos descripciones de este tipo. Una muy hermosa la proporciona Jacques Maritain. Cuando decimos que un hombre es persona, no queremos decir solo que es un individuo, como lo son un tomo, una espiga de trigo, una mosca o un elefante. El hombre es un individuo que se rige con la inteligencia y con la voluntad; no existe solamente en modo fsico sino que sobreexiste espiritualmente en conocimiento y en amor, de tal forma que, en algn sentido, es un universo por s, un microcosmos en el cual el gran universo todo entero puede quedar comprendido con el conocimiento, y con el amor puede darse todo entero a seres que estn ante l como otros tantos l mismo, relacin de la que es imposible encontrar el equivalente en el mundo fsico. La persona humana posee estos caracteres porque, en definitiva, el hombre, esta carne y estos huesos perecederos que un fuego divino hace vivir y obrar, existe 'desde el tero hasta el sepulcro', por obra de la existencia misma de su alma que domina el tiempo y la muerte. Es el espritu la raz de la personalidad. Otra la propone el autor de estas pginas: La persona es un ser digno en s mismo pero necesita entregarse a los dems para lograr su perfeccin, es dinmico y activo, capaz de transformar el mundo y de alcanzar la verdad, es espiritual y corporal, poseedor de una libertad que le permite autodeterminarse y decidir en parte no solo su futuro, sino su modo de ser, est enraizado en el mundo de la afectividad y es portador y est destinado a un fin trascendente. 2. Principales caractersticas de la persona Las definiciones descripciones nos muestran a grandes trazos, como a pinceladas gruesas, los rasgos principales de la persona. Pero, evidentemente, esto no es suficiente. No es ms que una simple presentacin de la complejidad y riqueza del ser que queremos estudiar y entender. Hace falta ir mucho ms all. Otro pequeo paso consiste en exponer, de modo un poco ms sistemtico, las caractersticas principales del hombre. Recogiendo ideas de varios filsofos, proponemos las siguientes caractersticas esenciales o notas fenomenolgicas. a) Substancialidad-subsistencia Con esta nota de raigambre aristotlico-tomista queremos indicar que la persona es un ser con una densidad existencial tan fuerte que permanece a travs de los cambios. La persona es siempre la misma, aunque cambie el mundo a su alrededor y ella misma cambie. De modo similar al barco de Teseo que fue sustituyendo a lo largo del viaje cada una de las piezas que 10 componan pero continu siendo el mismo barco, la persona humana, aunque cambia interior y exteriormente, incluso orgnicamente, sigue siendo la misma. Adems, ese ser ella misma es algo profundo y decisivo porque la persona no es un mero flujo de vivencias ni una agrupacin temporal de fenmenos que el tiempo disuelve y transforma, sino un ser consistente que resiste el paso de los aos y los das y, aunque a la filosofa le resulte ya ms difcil confirmarlo, posee una dimensin eterna. A esta realidad se le denomina subsistencia del ser personal. b) Intimidad-subjetividad Lo que permanece en los cambios de la persona no es una cosa, sino un quien, un alguien, una realidad muy profunda con una gran riqueza interior que se manifiesta y se ejercita a travs de cualidades especficas: la sensibilidad, los afectos y sentimientos, la conciencia de s. Todas esas caractersticas conforman la subjetividad: lo propio y especfico de cada persona, su mundo interior, ntimo, distinto de cualquier otro hombre o mujer. Este mundo, en parte, se puede manifestar al exterior a travs de los sentimientos y de las acciones, pero su fondo ltimo es inexpresable porque constituye la identidad de la persona, que es intransferible. De ah que los clsicos dijeran que en la persona haba algo incomunicable. Este ncleo ltimo es el que la hace un ser autnomo, consciente de s e independiente, es decir, un alguien, un sujeto, un yo, capaz de decidir sobre s mismo y ponerse frente al mundo. Persona, como dice Karol Wojtyla, es quien se posee a s mismo. c) Ser corporal, espacial y temporal La persona posee una dimensin material y corporal; es subjetividad e intimidad, pero en un cuerpo concreto, fsico y determinado, es alguien corporal, como dice Julin Maras, Esto tiene numerosas consecuencias pero una de las principales es que no es un ser puramente espiritual, sino localizado y herido por el tiempo. El espacio: la persona se mueve en un espacio fsico, geogrfico y humano que le resulta necesario para vivir y le condiciona: la casa, la ciudad, el pas, etc. El tiempo: la persona no es un ser esttico, sino en constante evolucin; es temporal, dinmica y proyectiva. Se sita siempre frente al tiempo del que dispone en una lucha constante y paradjica. Por un lado, busca detenerlo guardando memoria del pasado y eternizando el presente que le resulta placentero o feliz. Y, simultneamente, busca anticipar el futuro para poder decidir su destino y ejercitar el dominio de s que la caracteriza. Pero se trata siempre, al menos a primera vista, de una lucha perdida de antemano. La muerte siempre llega, y el tiempo siempre sale vencedor, aunque el anhelo de la inmortalidad, presente en todo hombre, exige una respuesta. d) Apertura y definicin Aunque la persona tiene una vida propia, personal e intrasferible, no es un ser cerrado en s mismo, sino abierto, que necesita trascenderse y salir de s para desarrollarse con plenitud. Todos los hombres necesitan salir de s y hacerse don para los otros, si quieren realizarse, y lo hacen fundamentalmente a travs de sus capacidades y facultades ms elevadas y espirituales: la afectividad, la inteligencia y la libertad. El hombre se relaciona con la realidad en tres niveles fundamentales: las cosas, las relaciones interpersonales y Dios, y esa relacin se establece, a su vez, en dos direcciones: recepcin e influencia. El hombre es afectado por el mundo que le rodea pero, a su vez, mediante su actividad puede modificar ese mundo y transformarlo de acuerdo con sus deseos y necesidades. Esa apertura, por otra parte, no es la modificacin de un ser indiferenciado, sino la perfeccin de un ser definido y con una naturaleza precisa. Por eso, como indica Luigi Pareyson, la persona es al mismo tiempo abierta y cerrada. Es cerrada por la inmanencia de su pasado en su presente, por la condensacin de toda su historia completa en el instante actual, por una valoracin general que, haciendo el balance de sus conquistas y de sus realizaciones, establece la validez de lo que la persona ha logrado hacer de s misma. Y es abierta porque su presente se abre a su futuro, porque la recorre un impulso que la coloca frente a s misma, porque la exigencia quela mueve la obliga a nuevas decisiones y a una dedicacin cada vez mayor a la tarea en la que ella se reconoce. e) Hombre y mujer Por ltimo hay que advertir que hablar de persona supone colocarse en un cierto nivel de abstraccin porque, en realidad, existen dos tipos o modalidades diversas de persona humana: el hombre y la mujer. No existen personas humanas en abstracto, sino personas humanas masculinas o personas humanas femeninas que aportan una maravillosa diversidad cuajada de misterio y complementariedad. Esto no quiere decir que el hombre y la mujer sean dos seres completamente distintos; son esencialmente iguales, pero el modo especfico en que se constituye su ser personal, siendo igual en los niveles ms radicales, es distinto en sus manifestaciones concretas. La corporalidad, la sensibilidad, la psicologa, la inteligencia y la afectividad recorren caminos distintos en el hombre y en la mujer y enriquecen as el mundo del ser personal. 3. La dignidad de la persona Las cualidades que acabamos de describir apuntan ya en una direccin muy precisa: la toma de conciencia de que los hombres y las mujeres son seres especialsimos por la perfeccin intrnseca que poseen y que les coloca por encima y en otro plano del resto de los seres de la naturaleza. Persona significa lo que es perfectsimo en toda la naturaleza, afirm santo Toms, y, en nuestra poca, esa perfeccin tiene un nombre especfico: dignidad. La persona es el ser digno por excelencia por encima del cosmos, la materia, las plantas y los animales. A pesar de la esplndida perfeccin del universo y de los organismos naturales -que la ciencia nos muestra de manera cada vez ms fascinante, la persona humana los supera de manera radical porque se sita en un plano distinto y superior: el de la personalidad y el espritu. Por eso, solo la persona es digna en sentido radical. Veamos ahora algunos desarrollos de este concepto. - La dignidad de la persona es una perfeccin intrnseca y constitutiva, es decir, depende de la existencia y caractersticas esenciales de su ser, no de la posesin o capacidad de ejercitar determinadas cualidades. Toda persona es digna por el mero hecho de ser persona, aunque carezca o posea de modo deficitario alguna de las caractersticas especficas de lo humano (discapacidades fsicas o psquicas, aspectos no desarrollados, etc.). En otras palabras, se es persona o no se es de manera radical, pero no se puede ser ms o menos persona. Consecuentemente, los planteamientos, como el aborto o la eutanasia, que limitan la condicin de persona y la correspondiente dignidad a la posesin efectiva de algunas cualidades fsicas o psquicas (autoconciencia, calidad de vida satisfactoria, etc.) son incorrectos. - La dignidad de la persona hace que sea un valor en s misma y no pueda ser instrumentalizada. La perfeccin intrnseca de la persona hace que tenga valor por s misma, por el simple hecho de ser persona o de existir. Por eso existe la obligacin positiva de buscar su bien y la negativa de no utilizarla como mero instrumento para otros fines, lo que ira en contra de su dignidad. Nadie (ni siquiera Dios) puede instrumentalizarla, es decir, servirse de ella nicamente como medio para sus intereses porque eso significara que se la est identificando con una cosa y se est prescindiendo de su carcter personal. Como es sabido, la primera formulacin explcita de esta idea se debe a Kant. - El valor de la persona es absoluto. La persona es un valor en s misma pero es importante especificar que se trata de un valor absoluto. Quiere esto decir, por un lado, que es superior a cualquier otro valor que podamos encontrar en nuestro en torno: naturaleza, animales, bienes materiales o espirituales. Pero, ms radicalmente an, significa que es un valor no intercambiable, manipulable o sustituible por nada. No se puede atentar contra la dignidad de la persona. Por el contrario, la actitud adecuada en relacin a ella es la de respeto, reconocimiento y promocin. - La dignidad de la persona es el fundamento de los derechos humanos. El valor absoluto y la dignidad intrnseca de la persona se traducen a nivel jurdico-social en la existencia de los derechos humanos o derechos fundamentales que poseen por el mero hecho de ser persona. Tienen dos dimensiones. Desde el punto de vista subjetivo son los mbitos de libertad social de que dispone y en los que el Estado ni puede ni debe inmiscuirse (libertad religiosa, libertad de expresin, derecho a la intimidad, etc.). Estos derechos no son concesiones del Estado, sino exigencias interiores que dimanan del ser personal y que el Estado, si obra correctamente, no puede menos de reconocer. Corresponde al Estado tambin promover las condiciones adecuadas para que la persona pueda ejercitar sus derechos de manera eficaz y sin trabas (derecho a la educacin, a la vivienda, etc.); en este segundo sentido se habla de derechos objetivos. - La dignidad de la persona hace que cada hombre y cada mujer sean irrepetibles e insustituibles. Las peculiares caractersticas de la persona humana nos permiten comprender que cada persona es nica y tiene un valor irrepetible independientemente de sus condiciones fsicas, intelectuales, etc. Nadie puede ser, en sentido estricto, sustituido, algo que se pone especialmente de manifiesto en la familia y en las relaciones en las que media el amor. La constatacin de este hecho ha obligado a una reelaboracin de las nociones de individuo y especie para los hombres. En el reino animal, lo que cuenta es la especie; el individuo est a su servicio y debe sacrificarse por ella si hace falta. Adems, un individuo de una especie animal-excepto quiz en los animales superiores- es prcticamente equivalente a otro individuo. Las hormigas no tienen nombre. Pero este planteamiento no se puede aplicar sin ms al hombre. La persona no est al servicio de la especie humana ni los hombres somos intercambiables. En este sentido afirma Robert Spaemann que la persona no es un sinnimo del concepto de especie, sino, ms bien, ese modo de ser con el cual los individuos de la especie 'humana' son. Ellos son de tal modo que cada uno de los existentes en esa comunidad de personas que llamamos 'humanidad' ocupa un sitio nico, irreproducible y no susceptible de sustitucin. En la misma lnea, pero yendo todava ms lejos, Pareyson afirma que, en el hombre, todo individuo es, por decirlo de algn modo, nico en su especie. - La afirmacin de la dignidad de la persona est histricamente ligada al cristianismo porque los cristianos fueron los primeros que afirmaron la total y radical igualdad de todos los hombres. En efecto, afirma san Pablo, todos sois hijos de Dios por medio de la fe en Cristo Jess. Porque todos los que fuisteis bautizados en Cristo os habis revestido de Cristo. Ya no hay diferencia entre judo y griego, ni entre esclavo y libre, ni entre varn y mujer, porque todos vosotros sois uno solo en Cristo Jess (Carta a los Glatas, 13, 26-28). De igual modo, la dignidad intrnseca de cada persona, independientemente de su sexo, cultura, valor, riqueza, etc., se impuso inicialmente gracias al cristianismo, aunque luego se ha generalizado como un valor civil. Pero esta no era la praxis vigente en la Antigedad, que aceptaba la esclavitud, la limitacin de derechos civiles segn la condicin social y el sexo, etc. Fue la Iglesia la que reivindic la dignidad de toda persona. Hoy, la situacin es en parte similar. Existe un reconocimiento general de la dignidad de toda persona nacida y normal pero se tiende a restringir esa condicin en las situaciones en las que la persona es ms dbil: las fases previas al nacimiento (aborto) y el momento de la muerte (eutanasia). Y tambin ahora la Iglesia contina en su tarea de defensa de la dignidad de toda persona.