Fallo Diligencia Preliminar

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Superior Tribunal de Justicia

Corrientes

C01 22022171/6

En la ciudad de Corrientes, a los catorce días del mes de abril de dos mil nueve,

estando reunidos los señores Ministros del Superior Tribunal de Justicia, Doctores

Guillermo Horacio Semhan y Fernando Augusto Niz, con la Presidencia del Dr. Eduardo

Antonio Farizano, asistidos de la Secretaria Jurisdiccional Dra. Norma Plano de Fidel,

tomaron en consideración el Expediente Nº C01 - 22022171/6, caratulado: “CHACHIAN

S.A. Y OTROS S/ DILIGENCIA PRELIMINAR”. Habiéndose establecido el siguiente

orden de votación: Doctores Eduardo Antonio Farizano, Guillermo Horacio Semhan y

Fernando Augusto Niz.

EL SUPERIOR TRIBUNAL DE JUSTICIA

SE PLANTEA LA SIGUIENTE:

CUESTION

¿QUÉ PRONUNCIAMIENTO CORRESPONDE DICTAR EN

AUTOS?

A LA CUESTION PLANTEADA EL SEÑOR PRESIDENTE

DOCTOR EDUARDO ANTONIO FARIZANO, dice:

I.- A fs. 91 y vta., la Excma. Cámara de Goya ha decidido

confirmar la resolución del juez de grado que declaró la caducidad de la diligencia

preparatoria practicada en autos, con costas a cargo de los peticionarios. Contra ese

pronunciamiento, los condenados en costas interpusieron a fs. 99/102 el recurso

extraordinario de inaplicabilidad de la ley en examen.

II.- Los recurrentes alegan error en la interpretación del último

párrafo del art. 323 del Código Procesal Civil y Comercial de Corrientes y consecuente

errónea subsunción de los hechos de estas actuaciones en dicha norma.


Estiman correcto el relato efectuado en las instancias de grado sobre

los antecedentes del asunto. Esto es; que a pedido de ellos el juez de primera instancia

ordenara una diligencia preliminar, emplazando a Domingo Machado a comparecer en los

obrados expresando en qué carácter y a qué título tiene los inmuebles que habían

individualizado; que el emplazado compareció declarando que se encuentra en posesión del

bien y a título de dueño, por una pretensa tenencia animus domine con los caracteres de

pacífica y continua por más de setenta años y que los peticionarios admitieron que dentro

de los treinta días de la práctica de la diligencia no promovieron demanda alguna contra

Machado ni tenían previsto iniciarla por el momento.

Sostienen en cambio, que en esas condiciones fácticas no cabía la

declaración de caducidad de la diligencia preparatoria pues -aducen- el marco de aplicación

de la norma de referencia -último párrafo del art. 323 del CPCyC- requiere iniciación de la

demanda.

Argumenta que la solución de aplicar tal norma procesal en las

actuaciones de la diligencia preliminar acarrea consecuencias no previstas ni queridas por la

disposición legal, a saber: a) obliga a quien formula un pedido de diligencia preparatoria a

iniciar necesariamente la acción y antes de los treinta día y; b) que el peticionario sufra el

perjuicio económico de las costas por la declaración de caducidad de una diligencia

preliminar que ya cumplió sus fines.

III.- El medio de gravamen fue interpuesto dentro del plazo, con

satisfacción tanto de las cargas técnicas de una expresión de agravios como de la

económica del depósito, la vía del recurso extraordinario de inaplicabilidad de la ley

permite analizar la denuncia de errores como el pretenso invocado (art. CPC; art. 278, inc.

2), y la impugnación se dirige contra una resolución asimilable por sus efectos a las

sentencias definitivas, pues de ella se genera, por su imposición de costas, agravio no

susceptible de reparación ulterior. En tales condiciones, se trata de un recurso

extraordinario admisible y corresponde entonces juzgar acerca de su mérito o demérito.


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Expte. Nº C01 - 22022171/6

IV.- Carácter común a todas las diligencias preliminares es que no

causan instancia (MORELLO-SOSA-BERIZONCE Códigos Procesales…, Librería Editora

Platense Abeledo-Perrot, 1986, T.IV-A, p.433; FALCON, Enrique M, Código Procesal

Civil de la Nación, Editorial Astrea, 2006, T.1, p.882). Se tratan de peticiones que por sí

solas no importan el ejercicio de la pretensión y, por ser previas a tal ejercicio, no

introducen la instancia principal. De ahí que el procedimiento que se origina a consecuencia

del pedido de una medida preparatoria es insuceptible de ser alcanzado por el instituto de la

caducidad de la instancia.

Algunas diligencias preliminares, a su turno, por su propia

naturaleza no pueden, lógicamente, caducar, en el sentido de decadencia para producir

efectos de una diligencia ya practicada. Esa es la razón por la cual, por ejemplo, el

legislador no establece término para iniciar la posterior demanda en los supuestos de prueba

anticipada y de las diligencias previstas en los incisos 9, 10 y 11 del art. 323 (art. 323,

último párrafo, CPC).

En cuanto a las restantes diligencias preliminares previstas en la

enumeración enunciativa del art. 323 del Código Procesal, nuestro ordenamiento impone al

solicitante de alguna de ellas la carga de deducir la demanda dentro de los treinta días de su

realización, bajo apercibimiento de no poder ya invocar tal diligencia. Esto es, con la

consecuencia de perder eficacia dicho acto en caso contrario (PALACIO, Lino Enrique

Derecho Procesal Civil, Abeledo-Perrot, IV Reimpresión T.VI, p.37). Y el fundamento de

la mencionada norma -idéntica a la que contiene el art. 323 del Código Procesal Civil de la

Nación- estriba en que no es conveniente tener abierta la actuación jurisdiccional de manera

indefinida “porque el transcurso del tiempo puede hacer variar la situación” (existente al

momento de practicarse la diligencia). Así lo señaló en la Exposición de motivos la

comisión reformadora de la ley 22434 -que modificó el Código Procesal Civil y Comercial
nacional originado en la ley 17.454- Asimismo, el proyecto LASCANO ya instituía una

preceptiva similar (art. 76, inc. 7).

V.- Por lo tanto, debe reconocerse a los justiciables recurrentes que

el tribunal a quo, incurriendo en un exceso ritual manifiesto, desatendió las particulares

circunstancias de la causa y de ese modo vino a desconocer hasta la propia finalidad del

instituto caducidad de las diligencias preliminares. Aquellos, de acuerdo con lo prescripto

por el inc. 6º del art. 323 del CPN, pidieron, como diligencia preliminar, que la persona a

ser demandada por una acción que exige conocer el carácter en cuya virtud ocupa el

inmueble objeto de la demanda a promover, expresara a qué título lo tiene. Y el destinatario

de la diligencia, requerido por la jurisdicción, respondió que ocupa la cosa a título de

dueño, por una pretensa tenencia animus domine con los caracteres de pública, pacífica y

continua por más de setenta años. Así las resultas de la diligencia preliminar producida,

ésta no puede, lógicamente, caducar. Por de pronto, porque si el requerido ha dicho ser

dueño del bien objeto del futuro litigio, por haberlo tenido con los recaudos de la

prescripción veinteñal, tal situación suya no es susceptible de variar por la mayor demora

en la futura promoción de la demanda en su contra. De modo que la finalidad de la

caducidad no alcanza a la concreta diligencia preliminar practicada y, en su caso, será la

prescripción liberatoria la que podría alcanzar a la demora en la deducción de la futura

demanda. Por lo demás, y en esas condiciones practicada, tampoco es advertible el interés

jurídico que animó al destinatario de la diligencia a solicitar su caducidad. Resulta

inexplicable que si las resultas de la diligencia preliminar le asegura que la demanda a

promoverse en su contra deba tramitar por la vía del proceso de plena cognición, sin

limitaciones para la alegación de hechos en su defensa, inste en que pierda eficacia una

diligencia que precisamente le beneficia.

VI.- Por lo tanto, concluyo que el pronunciamiento impugnado

omitió la consideración de aspectos conducentes del caso y, por vía de un excesivo rigor

formal, interpretó la norma relativa a la caducidad de las diligencias preliminares más allá /
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de su ámbito propio. De modo que si este voto resultare compartido con la mayoría

necesaria, corresponderá hacer lugar al recurso extraordinario deducido, para en su mérito,

dejar sin efecto el pronunciamiento de la Cámara y revocar el interlocutorio de primera

instancia que aquél confirmara. Con costas devengadas del acuse de caducidad, en todas las

instancias, a quien lo formuló. Y devolución del depósito económico a la parte recurrente.

Regulando los honorarios devengados en esta instancia extraordinaria de la doctora Susana

Fasola Vitale en el 30% de la cantidad que se fije para sus aranceles de primera instancia

por la incidencia de caducidad (art. 14 ley 5822), y en la calidad de monotributista.

A LA CUESTION PLANTEADA EL SEÑOR MINISTRO

DOCTOR GUILLERMO HORACIO SEMHAN, dice:

Que adhiere al voto del Sr. Presidente Dr. Eduardo Antonio

Farizano, por compartir sus fundamentos.

A LA CUESTION PLANTEADA EL SEÑOR MINISTRO

DOCTOR FERNANDO AUGUSTO NIZ, dice:

Que adhiere al voto del Sr. Presidente Dr. Eduardo Antonio

Farizano, por compartir sus fundamentos.

En mérito del precedente Acuerdo el Superior Tribunal de Justicia

dicta la siguiente:

SENTENCIA Nº 15

1°) Hacer lugar al recurso extraordinario de inaplicabilidad de la ley

deducido, para en su mérito, dejar sin efecto el pronunciamiento de la Cámara y revocar el

interlocutorio de primera instancia que aquél confirmara. Con costas devengadas del acuse

de caducidad, en todas las instancias, a quien lo formuló. Y devolución del depósito

económico a la parte recurrente. 2°) Regular los honorarios devengados en esta instancia

extraordinaria de la doctora Susana Fasola Vitale en el 30% de la cantidad que se fije para
sus aranceles de primera instancia por la incidencia de caducidad (art. 14 ley 5822), y en la

calidad de monotributista. 3°) Insértese y notifíquese.

Fdo: Dres. Eduardo Farizano-Guillermo Semhan-Fernando Niz.

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