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Hola a todos nuestros escuchas.

Mi nombre es Natalia Berenice Andrade Sánchez y mi nombre es Karen Angélica


Almendarez Rayo.

El día de hoy les hablaremos sobre el tema de la evaluación e informe psicopedagógico,


basándonos en la lectura de Vidal J. y Manjón D. (2001).
Trataremos sobre la manera en que el orientador escolar encuentra la guía operativa de
cómo proceder a realizar una evaluación.
El proceso de evaluación, consiste en un proceso dinámico y cooperativo de solución de
problemas que describimos según el conocido heurístico ideal en el que cada letra supone
una fase de trabajo diferente a la identificación del problema, la definición del problema la
elección de una alternativa de solución, la aplicación de la estrategia y la evaluación de los
resultados obtenidos.
De tal manera que, la evaluación implica definir con precisión un problema percibido que se
ha identificado y así tomar una decisión sobre cómo solucionarlo, cómo actuar según el plan
elaborado de la fase anterior y realizar un seguimiento a los resultados que se obtienen con
dicho plan.
Comenzando por la fase de identificación, Bransford y Stein lo describen como un
momento del proceso caracterizado por la toma de conciencia de que existe un problema,
por lo tanto la fácil identificación del problema consiste en la percepción de un desajuste
entre las necesidades educativas del alumno y la respuesta de que la escuela le está
proporcionando.
Definir el problema se trata de efectuar un análisis explícito y detallado la situación del
alumno, por lo tanto es precisamente el objetivo fundamental de la evaluación.
En este sentido, la evaluación psicopedagógica ha de ser siempre un diálogo entre
profesorado y orientador acerca del problema en cuestión a través del cual este último debe
tratar de hacerse cargo de cuáles son las impresiones de los primeros casos acerca del
problema, del modo en que lo están percibiendo y viviendo de cuáles son sus expectativas
respecto a la intervención orientador etcétera.
Al hablar de la evaluación ordinaria nos dice que en esta fase del proceso son contenidos
básicos de la evaluación tanto la competencia curricular como el estilo de aprendizaje del
alumno pero no considerados de forma aislada ni estética sino contextualizada y dinámica.
Por contextualizada se puede entender que es un error analizar el nivel de competencia al
modo de la evaluación tradicional en donde de lo que se trata de otra cosa que elaborar un
perfil de logros del alumno sin tener en cuenta ni la situación didáctica en que se registran
esos logros ni la situación en la que se encuentra el conjunto del alumno en el grupo clase y
por el adjetivo dinámica cómo puede imaginarse estamos haciendo referencia a las
necesidades de examinar no sólo los logros ya alcanzados y más o menos consolidados en
el repertorio de aprendizaje del alumno sino también su competencia potencial en el sentido
que ya conocemos por este terminó.

De acuerdo a las dos perspectivas mencionadas anteriormente los contenidos propios de


esta fase de la evaluación serían el estilo de aprendizaje del alumno su competencia
curricular actual su competencia curricular potencial el nivel de competencia curricular del
grupo clase y los propios procesos de enseñanza-aprendizaje tal y como tiene lugar en el
aula en sus vertientes tanto curricular como organizativo.
Así que, el proceso podría describirse por los siguientes puntos identificación del estilo de
aprendizaje y del nivel de competencia curricular actual del alumno mediante la observación
de su trabajo en el aula la revisión de sus productos escolares la aplicación de pruebas
pedagógicas de ejecución formales e informales y cualquier otro que se considere
conveniente la identificación del nivel de competencia curricular del grupo clase o recurrir
exclusivamente a las escalas estimativas y pruebas pedagógicas que se podrían aplicar a
todo el grupo clase o solo a nuestro respectivo alumno, también se puede describir como un
examen de las variables relevantes relativas a los procesos de enseñanza tanto mediante la
observación directa como mediante la valoración de la programación de aula y la utilización
de cuestionarios, finalmente por la valoración de la competencia potencial del alumno
mediante la introducción de modificaciones en la práctica educativa seguidas hasta el
momento y la constancia de las eventuales modificaciones de su actuación.
Para completar los puntos mencionados anteriormente se debe de tomar un tiempo, por
ejemplo un par de semanas o tres para completar el proceso del mismo modo.
Es evidente que no se está proponiendo que el orientador es el que realice todo el trabajo
debes de tener un tiempo compartido en dónde participan cooperativamente tanto el
orientador como los diversos profesores que trabajan con el alumno para el cierre final de
esta fase de evaluación tiene que haber una reunión de equipo y donde el orientador
presentará sus primeras conclusiones los discutirá con el equipo docente y con base en
ellos propondrán determinadas medidas de actuación entre las que pueden estar por
supuesto la necesidad de profundizar en el estudio del caso mediante nuevos
procedimientos los propios de los que en su momento denominamos evaluación
psicopedagógica propiamente dicha y evaluación multidimensional.
En la fase evaluación psicopedagógica propiamente dicha es la fase de trabajo en las que
la tarea desarrollada sería el examen de las eventuales variables de desarrollo que en
función de las conclusiones previas elaboradas podrían resultar relevantes para llegar a una
hipótesis explicativa del caso, sobre lo que se basa una propuesta de tratamiento lo más
ajustado posible a las necesidades del alumno y lo más normalizada posible, no obstante la
evaluación también debe recaer sobre aquellos aspectos del contexto social y familiar que
pudieran estar influyendo de manera significativa en la situación del alumno y no solo con el
fin de llegar a comprender mejor está sino con la intención explícita de identificar variables
sobre lo que sería necesario tratar de influir, ya sea mediante la adopción de medidas
tutoriales dirigidos a la familia medidas de educación compensatoria en el ámbito escala de
cooperación o derivación, son otros servicios por ejemplo sociales y del sistema de salud,
no se puede olvidar que estás variables individuales, sociales, familiares y escolares son
importantes sino que deben ser examinadas en la medida en que resulten potencialmente
relevantes para el objetivo perseguido por nosotros para llegar a elaborar una hipótesis
explicativa del caso bastante sólida como para poder tomar decisiones de acción.
Este proceso debe finalizar con la elaboración de un informe psicopedagógico escrito en el
que el orientador debe presentar de forma sintética tanto los principales hechos observados
como su interpretación razonada teórica y empíricamente argumentada y las conclusiones
prácticas que cree que deben extraerse de ellos es decir, las líneas directrices que a su
juicio deben seguir el tratamiento educativo del alumno y función de los hechos y
conclusiones presentadas.
Al hablar del examen de competencia curricular nos dice que la competencia curricular
persigue y valora las capacidades desarrolladas hasta el momento por el alumno en
relación con los contenidos del currículum escolar, de acuerdo con blanco y otros este
aspecto de la evaluación implicará esencialmente 4 actividades:
 En primer lugar debe determinarse el conjunto de las áreas curriculares que precisan
de tal valoración en profundidad con el fin de centrarse en ellos.
 En segundo lugar se debe tomar en cuenta la situación de partida del alumno con
respecto al currículum real.
 En tercer lugar el equipo de evaluación debe tomar en cuenta el momento específico
en que se realiza la valoración.
Y por último aunque no en importancia el equipo debe considerar muy seriamente en qué
medida el referente adoptado por la evaluación curricular del centro grupo resulta de
adecuado para una valoración precisa y a fondo en función de las dificultades concretas que
presenta nuestro alumnado.
La lectura nos dice que lleva necesariamente a competir la competencia curricular del
alumno en objeto central de la evaluación pero no entendida en sentido abstracto sino
referida al currículum del grupo clase al que pertenece, es evaluar la competencia curricular,
es conocer lo que el alumno es capaz de realizar con relación a los objetivos y contenidos
curriculares de su grupo referencia, esa competencia curricular no se refiere solo a
capacidades intelectuales o conceptuales sino también a las capacidades afectivas sociales
y de equilibrio personal, la evaluación debe informarnos tanto de las debilidades o
competencias del individuo como de sus potencialidades.
Ahora bien al hablar de la competencia curricular potencial se cree que el examen del nivel
actual de competencia debe complementarse con una evaluación dinámica de acuerdo con
los principios ya conocidos de potencial de aprendizaje la estrategia consiste en analizar los
tipos de actividades en el aula en los que se ha detectado las dificultades desde la
perspectiva de los siete parámetros del mapa cognitivo a los que añadimos la base al
conocimiento previo del alumno para compararlos luego con las competencias que
efectivamente se han observado que posee el alumno, después se trata de modificar el tipo
de tarea inicial para comprobar si el enfrentarse a tareas con determinados cambios el
alumno puede llevarlos a cabo de forma provechosa y exitosa para realizar las
modificaciones, partimos de considerar en cualquier tarea curricular que podemos
identificar tres elementos, tres vertientes de referencia que influyen en el rendimiento y el
aprendizaje del alumno, al enfrentarse a ellas los conocimientos previos y el repertorio de
procesos y estrategias cognitivas del alumno de las características propias de la tarea en sí,
las condiciones en que la tarea se puede desarrollar en el aula desde esta perspectiva, está
claro que las modificaciones pueden realizarse ya sea manipulando directamente los
parámetros de la tarea, en sí su contenido, su modalidad de presentación, sus niveles de
abstracción y complejidad ya sea interviniendo sobre el propio alumno incluyéndose en
estrategias de procesamiento de este tipo de tareas mediando su actuación durante la
ejecución de las tareas o finalmente modificando las condiciones en que se desarrolla la
tarea, el agrupamiento, tiempo y disponibilidad, el grado y tipo de ayuda.
Así bien, podemos concluir que las técnicas que pueden utilizarse para la recogida de
información respecto a la competencia curricular de un alumno son las siguientes:
● La revisión y el análisis de los productos escolares del alumno en el área
elaboradas en los en las últimas semanas que nos tienen que servir para situar el
nivel curricular del alumno y observar las dificultades más evidentes.
● La entrevista con el profesor con él referente de Los criterios de evaluación para el
ciclo tanto para matizar el análisis de los productos como para ampliarlo con
información relativa a otras actividades que por su naturaleza no quedan registradas
● La aplicación de pruebas informales que nos permiten realizar un chequeo
sistemático de los logros alcanzados por el alumno.
Respecto de la evaluación en un sentido aún más amplio hablando genéricamente de otros
factores significativos que influyen en el proceso de enseñanza y aprendizaje tenemos
factores que se concretan en los siguientes:
● Los diferentes agrupamientos de los que el alumno puede participar en la escuela
● Todos los diferentes tipos de materiales que la escuela ofrece
● Los diferentes enfoques metodológicos y didácticos que la escuela ofrece al alumno
● Los intereses y las motivaciones particulares del alumno en la relación con el
aprendizaje escolar
● La forma en que el alumno suele enfocar la ejecución de las tareas escolares
● El mayor o menor ajuste del alumno a las condiciones del grupo clase por lo que se
refiere a normas actitudes etcétera
● Los canales sensoriales considerados como más adecuados para la recepción de la
información por parte del alumno y los canales motores más o menos útiles para la
ejecución de sus tareas escolares
● Las condiciones de acceso y uso físico de las instalaciones escolares
● El ritmo del cual progresa el alumno en la adquisición de nuevos o más complejas
competencias en relación con los contenidos escolares
● Las condiciones más relevantes que el medio familiar y social ofrece al alumno para
su crecimiento personal expectativas familiares respecto a la escuela y al
aprendizaje escolar etcétera.
● Los elementos ambientales y las preferencias del alumno en relación con estos
elementos en el ámbito escolar y de aprendizaje
● Por último el nivel de desarrollo operatorio y la estructura cognitiva del alumno.

En definitiva cuando hablamos del aprendizaje del alumno como objeto de la evaluación no
hacemos sino llamar la atención sobre la relevancia de un amplio conjunto de variables
cognitivas motivacionales afectivas psicosociales que constituyen verdaderos mediadores
en el sentido que el paradigma mediacional nos otorga.

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