Resumen Leccion 9

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RESUMEN LECCION N° 9
Libros, mamelucos y alpargatas: la educación en los años peronistas

El surgimiento del peronismo en los años '40. Su consolidación y su tumultuoso devenir


en las décadas siguientes marcaron los tiempos de la relación entre, el Estado, la
sociedad y la política.
Vientos de cambio
Para trazar el escenario del surgimiento del peronismo necesitamos retrotraernos en el
tiempo e identificar algunos procesos de cambio mundiales que tuvieron efectos en la
El Estado intervino para resolver la crisis que el propio mercado había generado. El
Estado interventor fue la alternativa que permitió, en un primer momento, subsanar los
efectos de la crisis mundial y. posteriormente, reorientar la estructura económica.
Es decir que el Estado se fue fortaleciendo como un actor que procesaba las demandas
sociales. La sociedad en transformación y la economía en crisis lo interpelaron,
requiriendo medidas de gobierno que iban desde el control de cambios y la regulación
de precios, hasta la incorporación y diversificación de ofertas educativas.
En el nuevo escenario de los años '30, el Estado desplegó un accionar que se alejaba de
los postulados del liberalismo y que en la década del '40 daría un giro singular e
insospechado.
En la Argentina, la crisis se manifestó en múltiples aspectos.
Señalemos dos que fueron centrales en términos económicos y políticos.
Por un lado, la crisis del '29 impactó en la estructura económica sobre la que el
país había basado su progreso: el modelo agroexportador. La economía argentina
se había desarrollado hasta entonces —y fundamentalmente— como productora de
materias primas para el mercado mundial.
Por otro lado, el golpe de Estado que derrocó a Hipólito Yrigoyen en 1930 marcó la
interrupción del funcionamiento de las instituciones democráticas. Desde 1916 regía un
sistema democrático ampliado -basado en el voto "universal" (masculino), secreto y
obligatorio— imple- mentado a partir de la Ley 8871. Conocida como ley Sáenz Peña,
sobre el que se organizaba la vida colectiva y se procesaban las demandas políticas
El Estado peronista: las cifras y los nombres
En 1943, y como consecuencia de la pérdida de legitimidad del sistema político, se pro-
dujo un nuevo golpe de Estado encabezado por un sector de coroneles del ejército, de
ideas nacionalistas. Un militar de segunda línea ocupó la Secretaría del Ministerio de
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Guerra y en octubre de ese mismo año fue designado director del Departamento
Nacional de Trabajo. Se trataba de Juan Domingo Perón, en torno a quien se inauguraría
un nuevo tipo de relación entre el Estado y la clase trabajadora.
Desde la entonces recientemente creada Secretaría de Trabajo y Previsión (STP).
impulsó medidas que mostraban signos de una nueva sensibilidad política, como la ley
de despidos, de jubilación y seguro social; la creación de tribunales de trabajo, el
establecimiento del estatuto del peón rural y el reconocimiento de las asociaciones
profesionales, entre otras. En este contexto, las leyes laborales que habían sido
promovidas por socialistas como Alfredo Palacios encontraron mejores condiciones de
recepción y comenzaron a asentar las bases del Estado benefactor. La alianza entre
Perón y los trabajadores quedaría sellada en la movilización del 17 de octubre de 1945.
La llegada de Perón a la presidencia en 1946 debe entenderse en el marco de otro
proceso: el surgimiento de los populismos latinoamericanos.

¿Qué impacto produjo esa nueva modalidad estatal en el ámbito educativo?


En términos cuantitativos
Las políticas que el Estado llevó adelante produjeron la expansión material del sistema
educativo. La tasa de crecimiento de la matrícula escolar a lo largo de la década
peronista fue mayor a la del crecimiento de la población total. El incremento de la
matrícula en la enseñanza primaria durante los gobiernos peronistas (1946-1952 y 1952-
1955) consolidó la tendencia expansiva de las primeras décadas del siglo XX,
acentuando la principalidad del Estado. La sanción de la ley 13.031 en 1947,
estableciendo la gratuidad de los estudios universitarios, es uno de los factores que
permite explicar el aumento sustantivo de la matrícula universitaria.

En términos político-culturales
El peronismo produjo un quiebre con respecto a la forma de interpelar a las
masas y generó nuevos sentidos al renombrar a los sujetos sociales, en particular
a los provenientes de los sectores populares. ¿Qué discontinuidad produjo el
peronismo? Efectuemos una mirada retrospectiva.
Desde mediados del siglo XIX. Un desafío reiterado había acechado la imaginación de
la élite intelectual y dirigente: ¿cómo construir un Estado nacional y una sociedad
moderna? ¿Quiénes cuentan en la construcción de ese nuevo orden político? ¿Quiénes
formarán parte en el diseño de una nación y bajo cuáles premisas?
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A mediados del siglo XX. Perón respondió novedosa y disruptivamente a lo que hasta
entonces. y desde una mirada estatal, se había considerado barbarie o multitud.
Para él las masas debían ser organizadas y. en esa estructuración, el lenguaje político y
la pedagogía debían interpelarlas como pueblo.
Los modos de nombrar del peronismo produjeron efectos muy potentes: formaron parte
de una estrategia de reposición y de visibilizarían de lo que hasta entonces había
quedado sustraído: el uso de la categoría pueblo era un modo de incluir y nombrar a los
que a partir de ese momento iban a contar.
El peronismo renombraba sectores sociales ya existentes estableciendo sus propias
marcas: los descamisados, los cabecitas los grasitas: todos ellos fueron sujetos de su
política y de su pedagogía. Esos nuevos sujetos se constituirían apropiándose
positivamente de los nombres que hasta entonces habían servido para descalificarlos.
Los sectores populares fueron interpelados desde un discurso que los englobaba como
pueblo, como sujeto privilegiado de las políticas educativas y culturales.

Pedagogía y docentes para la Nueva Argentina

El discurso pedagógico peronista presentaba un sustrato espiritual que cuestionaba los


principios positivistas sobre los que se había estructurado la pedagogía normalizadora,
ya para entonces en retirada. Como sostiene Sandra Carli, "una atmósfera espiritualista
atravesaba al campo pedagógico" y, más allá de las diferencias políticas que lo recorrían
de izquierda a derecha, existía un "consenso generalizado de crítica hacia el
positivismo, el racionalismo y el materialismo"
En ese contexto, se afianzó una concepción filosófica del saber pedagógico,
desplazando los enfoques científicos que prevalecieron durante el período de
consolidación del sistema educativo.
El espiritualismo planteaba una crítica a las posiciones positivistas, sosteniendo que
habían sobrestimado a la ciencia y a la técnica, exaltándolas como saberes de dominio,
por sobre los valores éticos, desestimando los saberes que tendían al desenvolvimiento
integral de la personalidad
Según Calzetti, la educación es "el proceso que debe seguirse para lograr la
formación cultural del hombre", y así alcanzar, el desarrollo armónico de los valores
que formaran al espíritu humano. Para llevar a cabo esta tarea, propuso la
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superación de la que consideraba la "antinomia pedagógica" fundamental:


aspectos objetivos versus aspectos subjetivos de la educación.
En esa atmósfera espiritualista que atravesaba el campo pedagógico, hubo posiciones
reactivas al escoíanovismo y otras que establecieron diálogos con él.
El espiritualismo era una filosofía que podía articularse con los aspectos didácticos que
la escuela nueva ofrecía
El liberalismo humanista sufriría otra estocada cuando se hiciera ingresar al trabajo en
el currículo. A su vez, la interpelación de nuevos sujetos a partir de propuestas y
experiencias alternativas al sistema educativo tradicional planteó otros escenarios que
conmovieron los formatos establecidos.
A través de esos ejes daremos cuenta de las impugnaciones que el peronismo produjo a
la trama educativa.
Impugnaciones
I. La educación religiosa
En 1947. Mediante la aprobación de la ley 12.978, el peronismo revirtió el proceso de
secularización de la escuela pública —que se había asentado desde la ley 1420—
introduciendo la enseñanza religiosa como materia obligatoria.
La inclusión de la religión en el currículo no era una novedad. Desde la década del '30
se estaba produciendo un avance de la Iglesia en el terreno de la sociedad civil en
general y en el educativo en particular. La reforma educativa Fresco-Noble en la
provincia de Buenos Aires era un antecedente importante en ese sentido, y no era el
único: el gobierno nacional surgido a partir del golpe de Estado de 1943 también la
había establecido, mediante el decreto 18.411, durante la gestión del ministro de Justicia
e Instrucción Pública Gustavo Martínez Zuviría.
Afines de 1954, se suprimió la Dirección General de Enseñanza Religiosa. En mayo de
1955, se sancionó la Ley de Supresión de la Enseñanza Religiosa y la Ley de
Separación de la Iglesia y el Estado. La reacción fue inmediata: "Cristo Vence" era la
consigna de los sectores integristas. Bajo ese lema, en septiembre de 1955, los aviones
de la autodenominada "Revolución Libertadora" despegaron desde Córdoba para
derrocar al gobierno peronista.
II. El trabajo como cuestión pedagógica
La formación orientada al mundo del trabajo había sido históricamente relegada de las
preocupaciones educativas liberales. La articulación entre educación y trabajo puede ser
leída como un síntoma en la historia de la educación argentina; los debates en torno a
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ese vínculo dejan entrever las dificultades que han tenido políticos y pedagogos para
conceptualizar la cultura vinculándola con ideas y sentidos que trascendieran el canon
enciclopedista, o bien que pudieran repensar la relación entre educación y trabajo desde
sentidos democráticos y emancipa torios
El gobierno nacional presentó, hacia 1947, un plan de reforma escolar en el marco del
Primer Plan Quinquenal. Jorge Arizaga, subsecretario de Educación del Ministerio de
Justicia e Instrucción Pública, dio a conocer un informe cuyas cifras daban cuenta de
una realidad preocupante: el 86% de los alumnos que en 1937 habían ingresado a primer
grado no había terminado la escuela primaria. Para dar respuesta a este problema.
Arizaga justificó la implementación de la reforma planteando que la escuela pública
debía estar enraizada "en la posición espiritual del país en el tiempo histórico y
responder a los impulsos y necesidades de la Nación",
La reforma revalorizaba la educación práctica, la capacitación para el trabajo, que
también era considerada "cultura" y se vehiculizaba a través de las manualidades.
Un equivalente escolar del aprendizaje de oficios. Por medio de ellos se desarrollarían
aptitudes y capacidades que convertirían al saber hacer en algo valioso.
Cuál fue el saldo que arrojó la reforma propuesta por José Arizaga? Adriana Puiggrós
sostiene que las ideas pedagógicas de Arizaga, expuestas en el Primer Plan Quinquenal,
representaron la posición más progresista del primer gobierno peronista y reflejaron una
"tendencia nacionalista popular" que guardaba vínculos con el pensamiento de otros
pedagogos como Saúl Taborda, Antonio Sobral y los sectores escolanovistas
democráticos.
III. La educación en los bordes del sistema y la constitución de nuevos sujetos
El peronismo desplegó una serie de acciones educativas por fuera del sistema,
desplazando la centralidad que había tenido la educación formal hacia otras zonas de la
trama cultural. Podemos decir que en este período convivió una fuerte tendencia
expansiva del sistema educativo junto con la creación de nuevas opciones formativas
que tensionaron aquella centralidad. A ello se le sumaba una concepción y un discurso
que, lejos de borrar sus marcas político-partidarias, explicitaba la importancia de la
cultura política como un organizador pedagógico para la nueva Argentina que se
construía bajo la dirección del peronismo.
La educación peronista constituyó un tipo de ciudadanía en conflicto con la
concepción liberal. Para esta tradición, el ciudadano, comprendido en su
individualidad, gozaba de un conjunto de derechos y obligaciones. Con la llegada
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del peronismo al poder, la ciudadanía como concepto se amplió y se complejizó.


Cobró una dimensión colectiva que implicaba no sólo el ejercicio de las
libertades individuales, sino también la adquisición y el ejercicio de nuevos
derechos económicos y sociales. Una concepción de ciudadanía inclusiva que se
fundaba en el concepto de pueblo, de comunidad organizada.
El régimen peronista podía caracterizarse como una democracia de masas en la
medida en la que hubo una participación política masiva del conjunto de los
trabajadores que se extendió más allá del sufragio, a través del voto femenino, de los
sindicatos, de las unidades básicas, etcétera.
Sin embargo, hacia finales del primer gobierno se produjo un viraje hacia estrategias de
mayor control y regulación de la participación. La crisis económica de finales de los
años '40. La institucionalización de la doctrina peronista, el intento de golpe militar en
1951 y la muerte de Eva Perón en 1952 fueron algunos de los procesos y
acontecimientos que marcaron un punto de inflexión dentro del período peronista
El Estado peronista recuperó tradiciones pedagógicas y leyó herencias con una gran
singularidad. En el ámbito educativo, produjo importantes cambios cuantitativos —en
términos de la expansión del sistema escolar— y cualitativos de gran significación —
respecto de los diversos y disruptivos modos a través de los que Interpeló de los sujetos

El hecho peronista fue el resultado de un proceso político-cultural inédito. Sin duda es
una clave de lectura y un analizador del conflicto social en Argentina.
Por eso, la historiografía educativa también está atravesada por las tensiones sociales,
políticas y académicas cuando pretende interpretarlo.

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