Neoinstitucionalismo Esp
Neoinstitucionalismo Esp
Neoinstitucionalismo Esp
Y ROSEMARY C. R. TAYLOR
Tufts Universit y
Institucionalismo histórico
El institucionalismo histórico se desarrolló en respuesta a las teorías grupales
de la política y el funcionalismo estructural prominentes en la ciencia política
durante las décadas de 1960 y 1970.2 Tomó prestado de ambos enfoques,
pero trató de ir más allá de ellos. Desde la teoría del grupo,h Istorical
institucionalistas aceptaron la afirmación de que el conflicto entre grupos
rivales por escasos recursos está en el corazón de la política, pero
buscaron mejores explicaciones para el carácter distintivo de los
resultados políticos nacionales y para las desigualdades que marcan estos
resultados.* Encontraron tales explicaciones en la forma en que la
organización institucional de la política y las estructuras de la economía
estructuran el conflicto para privilegiar algunos intereses mientras
desmovilizan a otros. Aquí, se basaron en una tradición más antigua en
ciencias políticas que asignó importancia a las instituciones políticas
formales, pero desarrollaron una concepción más expansiva tanto de
qué instituciones importan como de cómo importan."
Los institucionalistas históricos también fueron influenciados por la forma en
que
funcionalistas estructurales vieron la política como un sistema general de
partes interactuantes. 5 Aceptaron este contenido,pero reaccionaron contra la
tendencia de muchos funcionalistas estructurales a ver los rasgos sociales,
psicológicos o culturales de los individuos como los parámetros que impulsan
gran parte del funcionamiento del sistema. En cambio, consideraban que la
organización institucional de la economía políticao política era el principal
factor que estructuraba el comportamiento colectivo y generaba resultados
distintivos. Hicieron hincapié en el "estructuralismo" implícito en las
instituciones de la política y no en el "funcionalismo" de enfoques anteriores
que veían los resultados políticos como una respuesta a las necesidades del
sistema.
El funcionalismo estructural y las teorías de conflictos grupales tenían
variantes pluralistas y neomarxistas y el debate sobre este último jugó
un papel especialmente influyente durante la década de 1970 en el
desarrollo del institucionalismo histórico. 6 En
Cf. Peter Evans ci o/. (eds), Bringing fhe State Back In (Nueva York NY, Cambridge
University Press,1985), Stephen Könler ,Defending the National Interest (Princeton NJ,
Princeton University Press, 1980), y Peter Katzenstein (cd.), Bet z men Powder and Plent t
(Madison WI, University of Wisconsin Press, 1978).
6
Hubo un punto significativo de tangencia con la literatura sobre el neo-corporativismo. Véase:
John Zysman, Go vernmenls, Markefs and Grow lh (Berkeley CA, University of California Press,
1983); Philippe Schmitter y Gerhard Lehmbruch (eds), Par rems of Corporatist Policy-Making
(Beverly HillsCA, Sage, 1982); Peter A. Hall, Gobernando el E'onom y.' la Política de
Intervención del Estado en Gran Bretaña y Francia (Oxford. Polity, 1986).
cf. Steinmo ci al., Estructurando #ofifics; R. Kent Weaver y Bert A. Rockman (#2),
¿importa Inst iiut ions? (Washington DC, Instituto Brookings, 1993).
" Cf. John Goldthorpe (ed.), Orden y Conflicto en el Capitalismo Contemporáneo (Nueva York NY,
Cambridge University Press, 1984), David Soskice. ' Determinación salarial: el papel cambiante de las
instituciones en los países industrializados avanzados', 0,xford Re view' de Economic Polic y 6,4
(1990), 36-61, Fritz Scharpf, Crisis and Choice fit Social Democrac y (I thaca NY, Cornell
University Press, 1992).
' Véase Kathleen Thelen y Sven Steinmo, 'H istorical institutionalismo in comparative politics' en
Steinmo ct al., Structuring Politics, p. 2 If; Hall, Gobernando el Econom y, p. 19. Para unejemplo
de una visión más amplia, véase: John I kenberry, 'Conclusion: an Institutional Approach to American
Foreign Policy' en John Ikenberry ct al. (eds), The Stare and American Foreign Policy (I thaca
NY, Cornell University Press, 1988).p. 226.
' 2 Para una excelente visión general de la que se ha beneficiado nuestro análisis, véase: G. John
Ikenberry, 'History's Heavy Hand: Institutions and the Politics of the State', documento presentado a una
Conferencia sobre '¿Qué es el institucionalismo ahora?', Universi ty deMaryland, octubre de 1994.
• Estudios políticos Assoc ation, T 996
Sección de 939
revisión
El centro de cualquier análisis insltutional es la pregunta: ¿cómo
afectan las instltUtions al comportamiento de los individuos? Después de todo,
es a través de las acciones de las instituciones individuales que tienen un efecto
en los resultados políticos. En términos generales, los nuevos institucionalistas
ofrecen dos tipos de respuestas a esta pregunta, que podría denominarse
el "enfoque de cálculo" y el "enfoque cultural", respectivamente. Cada uno da
respuestas ligeramente diferentes a tres preguntas fundamentales: ¿cómo se
comportan los actores, qué hacen las instituciones y por qué persisten las
instituciones con el tiempo?
En respuesta a la primera de estas preguntas, aquellos que adoptan un
enfoque de cálculo se centran en aquellos aspectos del comportamiento
humano que son instrumentales y se basan en el cálculo estratégico. Asumen
que los individuos buscan maximizar el logro de un conjunto de metas dadas
por una función de preferencia específica y, al hacerlo, comportarse
estratégicamente, es decir, que examinan todas las opciones posibles para
seleccionar a aquellos que otorgan el máximo beneficio. En general, los
objetivos o preferencias del actor se dan exógenos al análisis institucional.
¿Qué hacen las instituciones, de acuerdo con el enfoque de cálculo? Las
instituciones afectan principalmente a los comportamientos proporcionando a
los actores mayores o menores grados de certeza sobre el comportamiento
presente y futuro de otros actores. Más concretamente, las
institucionesindefectuan la información relevante para el comportamiento de
los demás, los mecanismos de ejecución de los acuerdos, las sanciones por
deserción y la crisis. El punto clave es que afectan a la acción lndividual
alterando las expectativas que un actor tiene sobre las acciones que otros
probablemente tomarán en respuesta o simultáneamente con su propia acción.
Contrasta esto con un "enfoque cultural" de estas cuestiones. Este último
subraya el grado en que el comportamiento no es completamente estratega,
sino limitado por la visión del mundo de un individuo. Es decir, sin negar que
el comportamiento humano es racional o purposive, se tratade la medida en que
los individuosrecurren a rutinas establecidas o patrones familiares de
comportamiento para alcanzar sus propósitos. Tiende a ver a los individuos
como satisficers,en lugar demaximizadores de servicios públicos, y para
enfatizar el grado en que la elección of un curso de acción depende dela
interpre- tación de una situación en lugar de cálculo puramente instrumental.
¿Qué hacen las instituciones? Desde esta perspectiva, las instituciones
proporcionan plantillas morales o cognitivas para la interpretación y la acción.
Elual individ es visto como una entidad profundamente incrustada en un
mundo de instituciones, compuesta por símbolos, guiones y rutinas, que
proporcionan los filtros de interpretación, tanto de la situación como de uno
mismo,de los cuales se construye un curso deacción. Lasinstituciones no sólo
proporcionan información estratégicamente útil, sino que también afectan a las
mismas identidades, auto-imágenes y preferencias de los actores".
Estos dos enfoques también proporcionan diferentes explicaciones de por
qué los patrones regularizados de comportamiento que asociamos
alasinstituciones wi th muestran continuidad con el tiempo. 14 El enfoque de
cálculo sugiere que las instituciones persisten
' 3 Para una caracterización especialmente trinchera de esta posición, véase James March y
Johan P. Olsen, Rediscoveri ng Institutions: la base organizativa de la política (Nueva
York NY, Free, 1989). « 4 Estas pueden considerarse también como respuestas a una de las
dimensiones más importantes del problema de la estructura- organismo, a saber, el
problema de explicar cómo se puede decir que una institución estructura la acción humana,
940 Sección de
de producir un patrón regularizado de
revisión a fin
en cierto sentido determinante,
comportamiento, a pesar de que la existencia de la propia institución suele dependerde
la presenciade estos patrones de comportamiento y, por lo tanto, de la voluntad de los
actores de comportarse de ciertas maneras. El problema es capturar simultáneamente el
carácter voluntario y determinante de las instituciones. Para una exploración más
general de estos problemas, véase Anthony Giddens, Central Problems in Social Theory
(Londres, Macmillan, 1978).
\t? Asociación de Estudios Políticos, 1996
porque encarnan algo así como un equilibrio nash. Es decir, los individuos se
adhieren a estos patrones de comportamiento porque la desviación empeorará al
individuo de lo que se adherirá.» De ello se deduce que la mordacidad de una
institución contribuye a laràdio de dilemas de acción colectiva o a que cuantos
más ganancias de intercambio sea posible, más robusto será". Un enfoque
cultural, por otro lado, explica la persistencia de las instituciones señalando que
muchas de las convenciones asociadas alasinstituciones sociales no pueden ser
fácilmente los objetos explícitos de la elección individual. En cambio, como
componentes elementales a partir de los cuales se construye la acción colectiva,
algunas instituciones son tan "convencionales" o se dan por sentadas que escapan
de la escrutiny directay, como construcciones colectivas, no pueden ser
transformadas fácilmente por las acciones de ningún individuo. Las
instituciones son resistentes al rediseño en última instancia porque estructuran
las mismas decisiones sobre la reforma que es probable que el individuo tome. 1
7
' Para una declaración radical de este punto de vista, véase: Randall L. Calvert, 'La teoría de la
elección racional de las instituciones sociales' en Jeffrey S. Banks y Eric A. Hanushek (eds).
Modern Political Econom y (Nueva York NY, Cambridge University Press, 1995), pp. 216—66.
' A esto Kenneth Shepsle ha añadido la observación de que los actores dudarán en
cambiar las reglas institucionales porque, aunque la reforma podría permitirles obtener una ganancia
inmediata en el tema en cuestión, se enfrentan a una gran incertidumbre sobre el impacto de las
nuevas reglas en las decisiones aún no previstas. Véase: Kenneth A. Shepsle, 'Equilibrio
institucional e instituciones de equilibrio' en Herbert F. Weisberg (ed.), POlftical Science. the
Science of Politics (Nueva York NY, Agathon, 1986), págs. 51 - 81 .
' 7 Para una crítica radical que comienza desde este tipo de puntos, pero se mueve mucho más allá de
ella, véase:
Robert Graftstein, Realismo Institucional. Social and Political Constraint.s on Rational At lore
(New Haven CT, Yale University Press, 1992).
'' Ellen lmmergut, Política de salud.' Intereses e instituciones en Wesfern Europe (Nueva York
NY,
Cambridge University Press, 1992).
' Victoria C. Hattam, Lahor Visions y Slate Power. los orígenes del unionismo busine.s.f
I/nited States (Princeton NJ, Princeton University Press, 1993).
20
Cf. Steven Lukes, Poder: una visión radical (Londres, Macmillan,1972); y John Gaventa,
Poder e Impotencia. Qufescence and Rebellion in an Appalachian Valley (Urbana I L, University
of Illinois Press, 1980).
2
' Sven Steinmo, Taxation and Democrac y.' Sueco,Británico y AmericanoApproaches a
Financiación del Estado Moderno (New Haven CT, Yale University Press, 1993).
*2 Margaret Weir, 'Ideas y la política de la innovación limitada' en Steinmo ei al., Estructuración
Política, págs. 188-216.
2
* Cf. David Collier y Ruth Collier, Shaping the PoliticalArena (Princeton NJ, Princeton
University Press, 1991); B. Downing, la revolución militar y el cambio político. Orígenes de la
democracia y el autocrac y en la Europa moderna temprana (Princeton NJ, Princeton
University Press, 1992); y Stephen Krasner, 'Sovereignty: an institutional perspective', ComPnrnf
ive Political Studies 21 (1988), 66-94.
2
' Véase Margaret Weir y Theda Sk ocpol,«Estructuras de Estado y posibilidades de respuestas
«keynesianas» a la Gran Depresión en Suecia, Gran Bretaña y las S tates unidas» en PeterB. Evans
el al.
(eds), Bringing the State Back io (Cambridge, Cambridge University Press, 1985), págs. 107 63.
2
' Cf. Paul Pierson, ¿Desmantelando el Estado del Bienestar? (Cambridge,Cambridge University
Press, 1994) y 'When effect becomes cause: policy feedback and political change', World Politics,
45, 4 (1993), 595-628; Jane Jenson, 'Paradigmas y discurso político: legislación protectora en Francia
y los Estados Unidos antes de 1914', Canadian Journal of POlfticOl Stience, 22, 2 (1989), 233-58;
ha Katznelson, C'f/y Trenches. C/rban Palitics and the Patterning of Class in the United
States (Nueva York NY, Pantheon, 1981).
Asociación de Estudios O Politicai, 1996
las consecuencias no deseadas y las ineficiencias generadas por la
indigenciaexistente-
en contraste con las imágenes de las instituciones como más purposivas y
eficientes.» 6
En consonancia con esta perspectiva, muchos institucionalistas históricos
también dividen el flujo de acontecimientos históricos en períodos de
continuidad marcados por "coyunturas críticas", es decir, momentos en los que se
produce un cambio institucional sustancial creando así un "punto de
ramificación" desde el que el desarrollo histórico pasa a un nuevo camino.* 7 El
principal problema aquí, por supuesto, es explicar lo que precipita tales
coyunturas críticas, y, aunque los institucionalistas históricos generalmente
enfatizan el impacto de lacrisis económica y el conflictomilitar, muchos no tienen
una respuesta bien desarrollada a esta pregunta.* 8
Por último, aunque llaman la atención sobre el papel de las instituciones en la
vida política,los institucionalistas históricos rara vez insisten enque las
instituciones son la única fuerza causal en la política. Por lo general, buscan
ubicar instituciones en una cadena causal que se adapte a un papel para otros
factores, en particular el desarrollo socioeconómico y la difusión de ideas. En este
sentido, plantean un mundo más complejo que el mundo de los gustos y las
instituciones a menudo postulado por institucionalistas de elección racional. Los
institucionalistas históricos han estado especialmente atentos a la relación entre
instituciones e ideas o creencias. Goldstein, por ejemplo, muestra
cómolaestructura institucional ideada para hacer política comercial en los
Estados Unidos tiende a reforzar el impacto de ciertas ideas sobre el comercio
mientras socava a otras; y Weir argumenta que las diferencias estructurales entre la
señora de la syste política británica y estadounidenseafectaron el momento en
que las ideas keynesianas se volvieron influyentes y la durabilidad de su
influencia. 29
" Cf. James March y Johan Olsen, "La nueva institucionalidad: factores organizativos en
la vida política", Scien político americano - e Revie ir, 78 (1984), 734-49; Douglass C. North,
Institu- tions, Institutional Change and Economic Performance (N ew York N Y,
Cambridge University Press, 1990).
2
' Cf. Peter A. Gourevitch, Política en tiempos difíciles (I thaca N Y, Cornell University
Press, 1986); Collier y Collier, Dando forma al Politfcal Arena", Stephen Krasner, "Enfoques
para el Estado:
Concepciones alternativas y dinámica histórica', Política comparada, 1 6, 2 (1984), 223-46.
" Esta cuestión merece un examen más completo de lo que los eruditos aún lo han dado.
Para una vista, véase: Theda Skocpol, Estados Unidos y Revoluciones Sociales (Nueva
York N Y, Cambridge University Press, 1979).
2
' Véase: Judith Goldstein, 'Ideas,instituciones y política comercial estadounidense',
Organización Internacional 42, 1 (1988). 179-217: Margaret Weir, 'Ideas y política: la aceptación
del keynesianismo en Britain y los Estados Unidos' en Pedro A. Hall (ed.), The f'o/fiicn/ Power of
Economic Ideas (Princeton NJ, Princeton University Press, 1989), págs. 53 -86; Kathryn S. Sikkim,
Ideas e instituciones.' De velopmentalismo en Brasil y Argenl fnO (I thaca NY, Universidad de
Cornell
Prensa, 1991).
it/ Asociación Política St udies, 1996
mayorías parecen anular cualquier proyecto de ley que se apruebe. 3' Sin
embargo, los resultados del Congreso muestran realmente una estabilidad
considerable. A finales de la década de 1970, los analistas de elección
racional comenzaron a preguntarse: ¿cómo se puede explicar esta
discrepancia?
Para obtener una respuesta, recurrieron a las instituciones. Muchos
comenzaron a argumentar que se podían encontrar mayorías estables para la
legislación debido a la forma en que el reglamento y las comisiones del
Congreso estructuran las opciones y la información a disposición de sus
miembros.» 1 Algunas de estas reglas proporcionan control de la agenda que
limita el rango y la secuencia de las opciones que enfrentan los votos del
Congreso. Otros prorratea jurisdicción sobre temas clave a las comisiones
estructuradas para servir a los intereses electorales de los congresistas o
proporcionar mecanismos de cumplimiento que hagan posible la aplicación de
la ley entre los legisladores. En los términos más generales, se dice que las
instituciones del Congreso reducen los costos de transacción de hacer acuerdos
a fin de permitir ganancias de intercambio entre los legisladores que hacen
posible la aprobación de una legislación estable. En resumen, las instituciones
resuelven muchos de los problemas de acción colectiva a los que
habitualmente se enfrentan las legislaturas32.
Estosugiere que los institucionalistas de elección racional en ciencias
políticas extraían herramientas analíticas fructíferas de la "nueva economía de
la organización", que enfatiza la importancia de los derechos de propiedad, la
búsqueda de rentas y los costos de transacción para la operación undesarrollode
las instituciones. 33 Especialmente influyente fue la alegación de Williamson
de que el desarrollo de una determinada forma organizativa puede explicarse
como resultado de un esfuerzo por reducir los costes de transacción de
emprender la misma actividad sin tal institución.» 4 North aplicó argumentos
similares a la historia de las instituciones políticas. 35 Y las teorías del
organismo, que se centran en los mecanismos institucionales por los cuales los
«directores» pueden supervisar y hacer cumplirlas competencias de
sus«agentes», resultaron útiles para explicar cómo el Congreso estructura las
relaciones con sus comités o la agenciereguladoras it superintends3. 6
La eflorescencia del trabajo en la legislatura estadounidense de que la
institucionalidad de elección racional tiene inspirojo está bien representada en las
colecciones recientes. 37 En general se centra en explicar cómo las reglas del
Congreso afectan el comportamiento de
3' Gary Cox y Mathew D. McCubbins, Legislaii ve Le viulhan (Berkeley CA, University of
California Press, 1987); John Ferejohn,'Ley, legislación y teoría política positiva' en Bancos y
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42
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Asociación de Estudios Políticos. 1 996
el logro de estas preferencias, y hacerlo de una manera altamente estratégica
que presupone un cálculo extenso. 43
En segundo lugar, si todas las escuelas de pensamiento tienden a promulgar
una imagen característica delos politéticos, ya sea como una "lucha por el
poder", un "proceso de aprendizaje social" o una elección racional similar, los
institucionalistas también purifican una imagen distintiva de la política.
Tienden a ver la política como una serie de dilemas de acción colectiva.
Estos últimos pueden definirse como casos en los que los individuos que
actúan para maximizar el logro de sus propias preferencias probablemente
produzcan un resultado que sea colectivamente sub-óptimo (en el sentido
de que se podría encontrar otro resultado que haría que al menos uno de los
actosos mejore sin empeorar a ninguno de los demás). Por lo general, lo que
impide a los actores tomar un curso de acción colectivamente superior es la
ausencia de acuerdos institucionales que garanticen el comportamiento
complementario de otros. Ejemplos clásicos incluyen el "dilema del prisionero"
y la "tragedia de los comunes" y las situaciones políticas presentan una
variedad de tales problemas".
En tercer lugar, una de las grandes contribuciones del institucionalismo de
elección racional ha sido enfatizar el papel de la interacción estratégica en la
determinación de los resultados políticos. Es decir, postulan, en primer lugar,
que es probableque el comportamiento de un actor no seaimpulsado, no por
fuerzas históricas impersonales, sino por un cálculo estratégico y, segundo, que
este cálculo se verá profundamente afectado por las expectatlons del actor sobre
cómo es probable que otros también se comporten. Las instituciones estructuran
tales interacciones, afectando el rango y la secuencia de alternativas en el
programa de elección o proporcionando información y mecanización de la
aplicación - isms que reducen la incertidumbre sobre el comportamiento
correspondiente de los demás y permiten "ganancias del intercambio", lo que
conducea losatribuses hacia calculaciones particulares- ciones y resultados
sociales potencialmente mejores. Podemos ver que los teóricos de la elección
racional toman un clásico "enfoque de cálculo" al problema de explicar cómo
las instituciones afectan a la acción individual.
Por último, la elección racional enlos itutionalistas también ha desarrollado un
abordar el problema de explicar cómo se originan las instituciones.
Normalmente, comienzan usando la deducción para llegar a una especiación
estilizada de las funciones que realiza una institución. A continuación,
explican la existencia de la institución en función del valor que esas funciones
tienen para los agentes afectados por la institución. Esta formulación supone
que los actores crean la institu- ción con el fin de realizar este valor, que es
más a menudo conceptualizard, como se señaló anteriormente, en términos de
ganancias de la cooperación. Por lo tanto, el proceso de creación institucional
suele girar en torno al acuerdo voluntario de los actores pertinentes; y,
si la institución está sujeta a un proceso de selección competitiva, sobrevive
prlmarily porque proporciona más beneficios a los actores relevantes
que formas institucionales alternativas. 45
43
y Barry Weingast,'Las bases institucionales del poder del comité',
Cf. Kenneth Shepsle
American Political Science Review, 81 (marzo de 1987), 85-104; cf. Jon Elster y Aanund
Hylland (eds), Foundations of Socfal Chofce Theory (Cambridge, Cambridge University
Press, 1986).
" Cf. G. Hardin, "La tragedia de los comunes",Science 162 (1968), 1243-8; Russell Hardin,
Acción Colectiva (Baltimore MD, Johns Hopkins Press, 1982); Elinor Ostrum, Gobernación de los
Comunes (Nueva York NY, Cambridge University Press, 1990).
"Como era de esperar, los análisis centrados en las legislaturas tienden a enfatizar la importancia
del acuerdo voluntario, mientras que los análisis centrados en las instituciones económicas ponen
más énfasis en la selección competitiva.
t Asociación de Estudios Políticos. 1996
946 Revisión! Sección
Institucionalismo sociológico
Independiente pero contemporáneo de estos avances en ciencias políticas,
se ha ido desarrollando un nuevo institucionalismo en sociología. Al igual que
las otras escuelas de pensamiento, está plagado de debate interno. Sin
embargo, sus colaboradores han desarrollado un conjunto de teorías que
son de creciente interés para los politólogos.
Lo que llamamos institucionalidad sociológica surgió principalmente dentro
del subcampo de la teoría de la organización. El movimiento se remonta
aproximadamente a finales de la década de 1970,cuando algunos sociólogos
comenzaron a desafiar la distinción tradicionalmente dibujada entre aquellos
parts del mundo social que se dice que reflejan un medio formal, pone fin a la
"racionalidad" del tipo asociado con las formas modernas de organización y
burocracia y aquellas partes del mundo social que se dice que muestran un
conjunto diverso de prácticas asociadas con la "cultura". Since Weber, muchos
sociólogos habían visto las estructuras burocráticas que dominan el panorama
moderno, en departamentos gubernamentales, empresas, escuelas,
organizaciones de interés y similares, como el producto de un esfuerzo
intensivo para idear tures struccada vez más eficientes para realizar las
tareas asociadas con la sociedad moderna. Se dijo que las sorprendentes
similitudes en la forma tomadas por estas organizaciones, por lo demás bastante
diversas, eran el resultado de la racionalidad o eficiencia inherentes de tales
formas para realizar estaspreguntast." La cultura era vista como algo
completamente diferente.
Frente a esto, los nuevos institucionalistas en sociología comenzaron a
argumentar que muchas de las formas y procedimientos institucionales
utilizados por las organizaciones modernas no fueron adoptados simplemente
porque eran más eficientes para las tareas en cuestión, en línea con alguna
"racionalidad" trascendente. En cambio, argumentaron que muchas de estas
formas y procedimientos deberían ser vistos como prácticas culturalmente
específicas, similares a los mitos y ceremonias ideados por muchas sociedades,
yelimilado en las organizaciones, no necesariamente para mejorar sus
medios formales termina la eficiencia, sino como resultado del tipo de
procesos asociados con la transmisión de
4
' El trabajo pionero fue realizado por sociólogos de Stanford. Véase: John W. Meyer y Brian
Roman, 'Organizaciones institucionalizadas: estructura formal como mito y ceremonia', American
Journal of Sociolog y, 83 (1977), 340—63; John W. Meyer y W. R. Scott, Organizational
En viron- ments: Ritualy Rationalit y (Beverly Hills CA, Sage, 1983); Pablo 1. DiMaggio y
Walter W. Powell, 'Introducción' en Powell y DiMaggio (eds), The New Institutionalism in
Organizational Analysis (Chicago IL, University of Chicago Press, 1991), págs. 1 -40.
' 0 Frank Dobbin, Forjando la política industrial (Cambridge, Cambridge University Press, 1994).
' W. Richard Scott et al., Entornos Institucionales y Organizaciones (Thousand Oaks CA,
Sage, 1994), chs 11 y 12.
*2 Marco Orru et al., 'Isomorfismo organizacional en Asia oriental' en Powell y Di Maggio, El
nuevo institucionalismo en Organanálisisizational, pp. 361 -89; Robert E. Cole, Estrategias
para la Industria. El pequeño grupo Leif se divide en la industria estadounidense, japonesa y
sueca (Berkeley CA, University of California Press, 1989).
' 3 Neil Fligstein, La transformación del control corporativo (Cambridge MA, Harvard
University Press, 1990); Yasemin N. Soysal, Límites de ciudadanía (Chicago I L, Universidad de
Chicago Press,
1994).
4
Cf. John L. Campbell, «Análisis institucional y el papel de las ideas en la economía política»,
documento presentado al Seminario sobre el Estado y el Capitalismo desde 1800, Universidad de Harvard,
1995;
W. Richard Scott, 'Institutions and organizations: towards a theoretical synthesis' en Scott et al.,
Institutional Environments, págs. 55—80.
55
Cf. Gabriel Almond y Sidney Verba, La Cultura Cívica (Boston MA, Little Brown, 1963);
Peter A. Hall, Gobernando el Econom y (Oxford,Polity, 1986), ch. 1.
C) Asociación de Estudios Políticos, 1996
948 Re viweSección
comunidades con la autoridad cultural para presionar ciertas normas sobre sus
miembros." En otros casos, se dice que las prácticas institucionales comunes surgen
de un proceso de discusión más interactivo entre los actores de una determinada
red sobre los problems compartidos,cómo interpretarlos y cómo resolverlos,
que tienen lugar en una variedad de foros que van desde escuelas de negocios
hasta cónclaves internacionales. De tales intercambios, se dice que los actores
desarrollan mapas cognitivos compartidos, a menudo encarnando una
detecciónde prácticasinstitucionales apropiadas, que luego se despliegan
ampliamente. En estos casos, las dlmensions interactivas y creativas del
proceso por el cual las instituciones se construyen socialmente son más
evidentes. 6 Algunos alegan que incluso podemos ver esos procesos trabajando a
escala transnacional, donde los conceptos convencionales de modernidad
confieren cierta autoridada las prácticas de los Estados más «desarrollados» y los
intercambios bajo la égida de los regímenes internacionales fomentan las
posiciones compartidas que llevan prácticas comunes a través de las fronteras
nacionales. 66
Comparación de institucionalismos
En todas susbondades, los "nuevos institucionalismos" avanzan
significativamente en nuestra comprensión del mundo político. Sin embargo, las
imágenes que presentan del mundo político no son de ninguna manera
idénticas; y cada uno muestra fortalezas y debilidades características.
Consideramos,en primer lugar, el problema de especificar la relación entre las
instituciones y el comportamiento.
El institucionalismo histórico tiene la concepción más cómoda de esta
relación. Los analistas de esta escuela utilizan comúnmente enfoques "de cálculo"y
"culturales" para este problema, en nuestra opinión una virtud importante, ya
que encontramos ambas perspectivas plausibles e importantes. Sin embargo, el
eclecticismo tiene sus costos: el institucionalismo histórico ha dedicado menos
atención que las otras escuelas a desarrollaruna comprensión sofisticada de
cómolas instituciones afectan exactamente el comportamiento,y algunas de sus
obras son menos cuidadosas de lo que deberían ser acerca de especificar la
cadena causal precisa a través de la cual las instituciones que identifican como
importantes están afectando al behaviour que están destinados a explicar. Este
es un aspecto en el que el institucionalismo histórico podría beneficiarse de un
mayor intercambio entre las escuelas.
La institucionalidad de elección racional, en cambio, ha desarrollado una
concepción más precisa de las relaciones entre las instituciones y el
comportamiento y un conjunto altamente generalizable de conceptos que se
prestan a laconstrucción sistemática de teorías. Sin embargo, estas
microfundaciones ampliamente vapuleadas descansan sobre una imagen
relativamente simplista de la motivación humana, que puede extrañar al hombre
yde sus dimensiones importantes. 6'
Los defensores del planteamiento se
inclinan por compararlo con un set
" Cf. Paul J. Di Maggio y Walter W. Powell, 'La jaula de hierro revisitada: isomorfismo institucional
y racionalidad colectiva', y Walter W. Powell, 'Ampliando el alcance del análisis institucional' en
Powell y DiMaggio. El Ne Insliiutionali.em en Organi • análisisdealioniil , chs 3 y 8. " En este
punto estamos en deuda con el análisis perspicaz de John L. Campbell, 'Las tendencias recientes en
institutiona 1 análisis', p. 1 I .
"Véase Meyer er al., 'Ontología y racionalización', Meyer, 'Racionalizados environments' y David
Strang y John W. Meyer,'Condiciones institucionales de difusión' en Scott y Meyer, lnsi ituiionalized
Err vironmenis and Organizations, chs 1, 2 y 5.
67
Para discusiones más extensas, véase: Karen S. Cook y Margaret Levi (eds), The Limit.s of
Rationalii y (Chicago IL, University of Chicago Press, 1990) y Jane Mansbridge (ed.), Beyond
Self-Interest (Chicago 1L, University of ChicagoPress, 1990).
I Asociación deEstudios Politológicos.
Sección de 951
revisión
ecuaciones de forma reducida, debidamente juzgadas no por la exactitud de sus
suposiciones, sino por el poder predictivo de sus modelos. 6'Pero esto es un
terreno traicionero, ya que las predicciones generadas por tales models son a
menudo sensibles a pequeños cambios en las suposiciones sobre matrices de
pago, estructuras de preferencias y similares, que con frecuencia son arbitrarias
o no están respaldadas por datos. 6« La utilidad del enfoque también se limita
por el grado en que especificalas preferencias o objetivos de los actoresexógenos
al análisis, especialmente en los casos empíricos en los que estas preferencias
subyacentes son multifacéticos, ambiguos o difíciles de especificar en ante.
Sin embargo, dado que el comportamiento instrumental es un componente
importante de la política, la institucionalidad de elección racional ha hecho
contribuciones importantes, en particular destacando aspectos clave de la
política que a menudo son subestimados por otras perspectivas y
proporcionando herramientas para analizarlos. Los miembros de esta escuela
hacen hincapié en que la acción política implica la gestión de la incertidumbre,
largamente una de las características más centrales y descuidadas de la política;
y demuestran la importancia que los flujos de información tienen paralas
relacionespowe r y los resultados políticos.
Tal vez lo más importante es que nos llaman la atención sobre el papel que
desempeña la interacción estratégica entre los actores en la determinación de
los resultados políticos. Esto representa un gran avance en los enfoques
tradicionales que explaen los resultados políticos en gran medida en términos
de la fuerza que las variables estructurales, tales como el nivel de desarrollo
socioeconómico, el logro educativo o el descontento material, se dice que
ejercen directamente sobre el comportamientoindividual. Con ella, losquistes
anales de elección racional pueden incorporar en sus análisis una apreciación
mucho más extensa por el papel que desempeña la intencionalidad humana en
la determinación de los resultados políticos, en forma de cálculo estratégico,
integrados con un papel para las variables struc- turales understood
principalmente en términos de instituciones. La diferencia entre los dos
enfoques se personifica en el movimiento de modelos en los que la causalidad
está representada por los coeficientes de variables estructurales en ecuaciones
de regresión hacia el modo teóricodel juegols de los procesos pOlltical. El
inconveniente, por supuesto, es que este avance tiene un costo de
conceptualizar la intencionalidad en términos de una teoría relativamente
delgada de la racionalidad humana.
Cualquiera que haya esperado en un semáforo cuando nadie más estaba
cerca, however, tiene que admitir que hay dimensiones en la relación entre
instituciones y acciones que pueden no ser altamente instrumentales o bien
modeladas por teorías de elección racional. Los institucionalistas sociológicos
a menudo están mejor situados para esclarecer estas dimensions. Por un lado,
sus teorías especifican formas en que las instituciones pueden afectar las
preferencias subyacentes o las identidades de los actores que los
institucionalistas de elección racional deben tomar como se da. Por otro lado,
nos dicen que incluso unactor mental altamente instruyente puede estareligiendo
estrategias (y rivales) de repertorios culturalmente específicos, identificando
así aspectos adicionales en los que el entorno institucional puede afectar a las
estrategias que los actores eligen. Hay cierto sentido en el que los
sociologistascapturan aspectos de
"Estamos agradecidos por Kenneth Shepsle por llamar esto a nuestra atención. Cf. Milton
Friedman, 'La metodología de la economía positiva' en Essays in Positive Economics (Chicago,
Universidad de Chicago Press, 1953).
'9 El problema se magnifica por el hecho de que muchas soluciones de equilibrio
pueden estar presentes en una situación dada, como sugiere el 'teorema popular'. En
términos más generales, véase: Donald P. Green e Ian Shapiro, Pathologies of Rational Choice
Theory (New Haven CT, Yale University Press, 1994).
ñ ) Asociación de Estudios Políticos. 1996
Sección de revisión del 952
impacto institucional que puede ser el antecedente indispensable para
actionq 70
En cuanto a la segunda de nuestras cuestiones de organización, también hay
fortalezas y debilidades distintivas en los enfoques adoptados por las tres
escuelas sobre el problema de explicar cómo se originan y cambian las
instituciones.
Los institucionalistas de elección racional han llevado acabo los relatos
más elegantes de los orígenes institucionales, recurriendo principalmente a
las funciones que estas instituciones desempeñan y a los beneficios que
proporcionan. En nuestra opinión, este enfoque tiene una fuerza real para
explicar por qué las instituciones existentes siguen existiendo, ya que la
persistencia de una institución a menudo depende de los beneficios que
puede ofrecer. Sin embargo, varias característicasdel enfoque limitan
severamente su adecuación como marco para explicar los orígenes de las
instituciones.
En primer lugar, el enfoque de la institucionalidad de elección racional es a
menudo altamente "funcionalista". Es decir, explica los orígenes de una
institución largely en términos de los efectos que se derivan de su existencia.
Aunque tales efectos pueden contribuir a la persistencia de una institución, el
problema de explicar la persistencia no debe confundirse con el problema de
explicar los orígenes de una institu- ción. Lasconsecuencias no deseadas son
omnipresentes en el mundo social, no se pueden deducir con seguridad los
orígenes de las consecuencias. 7 « Además, este enfoque a menudo nos deja sin
una explicación de las muchas ineficiencias que muestran las instituciones, y
puede exagerar la eficiencia que algunos sí muestran.» 2 En segundo lugar, este
enfoque es en gran medida «intencionalista». En otras palabras, tiende a
asumir que elproceso de creación institucional esmuy purposivo, en gran
parte bajo el control de actores que perciben correctamente los efectos de las
instituciones que establecen y crean precisamente para asegurar estos efectos.
Aunque sin duda existe un elemento purposivo para la creación institucional,
tales análisis a menudo implican suposiciones heroicas sobre la preciencia
de los actores históricos y su capacidad para controlar el curso de los
acontecimientos. En algunos casos, también imputan intenciones demasiado
simples a los actores históricos que, en una inspección más estrecha,
pueden verse operando desde un conjunto mucho más complejo de
motivadoy n qs 7/
En tercer lugar, muchos de estos análisis son altamente "voluntaristas". Es
decir, como ha argumentado Bates, tienden a ver la creación institucional como
un proceso cuasi contractual marcado por un acuerdo voluntario entre
actores relativamente iguales e independizados,como un might find en un
"estado de naturaleza". 74 Aunque esto pueda representar con precisión
algunos casos, hay muchos otros en los que tal enfoque subestima el
grado en que las asimmetrías de poder vest algunos actores con
'0
Cf. James Johnson, 'Dimensiones simbólicas del orden social', documento presentado a una
conferencia sobre '¿Qué es el institucionalismo ahora?', Universidad de Niaryland (1994).
" Este es un punto made en Robert Bates, 'Contra contractarianismo: algunas reflexiones sobre el
nuevo institucionalismo', Politics and Societ y, 16 (1987), 387-401.
' 2 Para un poderoso esfuerzo para abordar este problema sin renunciar por completo a las
suposiciones de elección racional, véase: Terry Moe, 'La política de elección estructural: hacia una teoría
de la burocracia pública' en Oliver Williamson (ed.), Teoría de la Organización de Chester Barnard al
Presente y Be yond (Nueva York NY, Oxford University Press, 1990), pp. 116—53.
7
' Por ejemplo, véase el análisis de otro modo valioso en: Norte y Weingast,
«Constituciones y compromisos creíbles». Del mismo modo, puede ser que muchos análisis
de elección racional asuman con demasiada facilidad que la presencia de problemas de acción
colectiva generaráuna "demanda" automatic para nuevas instituciones. Para correctivos,
véase Bates, 'Contra-contractarianism' y Jack Knight, Inc fiftftions and Social Conflict (Nueva
York NY, Cambridge University Press, 1992).
" Véase Bates, 'Contra-contractarianismo' y Grafstein, Instituciónal Realismo, ch. 3.
Asmiation de estudios políticos '-'. 1996
Sección de 953
revisión
más influencia que otros sobre el proceso de creación institucional. 75 Por
último, el carácter «equilibrio» del enfoque de elección racional de las
instituciones envuelvo a estos analistas en una contradicción. Una implicación
de este enfoque es que el punto de partida desde el que se crearán las
instituciones es en sí mismo probable que reflect un equilibrio Nash. Por lo
tanto, no es obvio por qué los actores estarían de acuerdo con un
cambio en las instituciones existentes. Paradójicamente, los esfuerzos de
Shepsle y otros para demostrar que las instituciones son estables, invocando la
incertidumbre que rodea el cambio institucional, hacen que el problema de explicar
por qué las instituciones cambian sea aún más desconcertante. 76 Como mínimo,
este enfoque necesita una teoría más sólida de la equilibria dinámica.
Estas consideraciones sugieren que, aunque la institucionalidad de elección
racional tiene un gran potencial para explicar por qué las instituciones siguen
persistiendo, la explicación que ofrece para la génesis institucional
probablemente se aplica bien sólo a un adormecimiento limitado de entornos.
En concreto, ofrece el mayor apalancamiento analítico en entornos donde es
necesario el consenso entre los actores acostumbrados a la acción estratégica y de
una posición más o menos igualitaria para asegurar el cambio institucional, como
en algunas legislaturas o enlos ámbitosternacionales. Alternativamente, puede
ser aplicable a entornos donde la intensa competencia entre formas
organlzationales selecciona para aquellos con algún tipo de eficiencia que
es claramente especulable ex ante, como en algunos entornos de
competencia del mercado. 77
Por el contrario, los institucionalistas históricos y sociológicos abordan el
problema de explicar cómo las instituciones se originan y cambian de
manera muy diferente. Ambos comienzan insistiendo en que se crean o
adoptan nuevas instituciones en un mundo ya lleno de instituciones. Esto
puede parecer un punto simple, pero mucho se desprende de él. Los
institucionalistas sociológicos lo utilizan para explorar la forma en que las
instituciones existentes estructuran el campo de visión de quienes contemplan
la reforma institucional. Así, centran la atención en los procesos por los que
quienes desarrollan nuevas instituciones se "prestan" del mundo existente de
las plantillas institucionales. Este enfoque útily enfatiza la forma en que el
mundo institucional existente circunscribe la gama de la creación
institucional. Los institutivos sociológicos -los tionalistas también
desarrollan una concepción más expansiva de por qué se podría elegir una
instituciónparticular-, que va más allá de consideraciones de eficiencia hacia
un aprecio por el papel que juegan los procesos colectivos de
interpretación y las preocupaciones por la legitimidad social en el proceso.
Entre otras cosas, tal enfoque va un largo camino hacia la explicación de
la presencia de muchas ineficiencias aparentes
en instituciones sociales y políticas. 7'
75
Para un análisis astuto que intenta construir un aprecio por las asimmetries del poder en una
teoría racional de la elección de la creación institucional, véase: Caballero. IftstftHiiOn5 y
Conflicto Social. Esto puede ser un problema incluso en las legislaturas, donde las mayorías a
menudo pueden hacer cumplir el cambio institucional en las minorías, como están empezando a
enfatizar los estudios de gobierno del partido. Véase: Cox y McCubbins,
COriCtUSiO5
' 4 Para más información sobre este ejemplo, véase Hall, Gobernando el Econom y, págs. 247-8.
t Asociación de Estudios Políticos, 1996
956 Sección de reso visual
Se dice que las expectativas están moldeadas por lo que debería parecer
instrumentalmente viable para el otro actor; en la otra se dice que están
moldeadas por lo que debería parecer socialmente apropiado para el otro actor.
Hay espacio para un diálogo útil aquí. Del mismo modo, no sería difícil para los
defensores del cálculo y los enfoques culturales reconocer que una buena
cantidad de comportamiento está orientado a objetivos o estratégico, pero que
es probable que la gama de opciones exploradas por un actor estratégico sea
circumscrita por un sentido culturalmente específico de la acción apropiada.
Varios analistas ya han movido cierta distancia en esta dirección de tal
manera que sugieren que una promesa considerable puede estar en tales síntesis.
En lo que de otro modo podría ser un análisis de elección racional de la forma
en que lasorganizaciones supervisan y aplican el comportamiento entre sus
empleados, por ejemplo, Kreps extiende el argumento para abarcar la
"culturacorporativa",entendida como un conjunto de plantillas colectivas de acción.
Argumenta que las"culturas" suc h pueden ser un complemento eficaz de los
mecanismos tradicionales de supervisión y observancia de una organización,
especialmente cuando ésta no puede especificar fácilmente un comportamiento
adecuado para todas las contingencias." 5
Otros analistas de elección racional hancomenzado a incorporar"cultura" o
"creencias" en su trabajo para explicar por qué los actores avanzan hacia un
resultado cuando un análisis convencional especifica muchos resultados de
equilibrio posibles. Garrett y Weingast,por ejemplo, argumentan que las
normas o ideas fomentadaspor un entorno institucional particular a menudo
proporcionan los "puntos focales" que permiten a los actores racionales converger
en uno entre muchos equilibrios posibles. 86 En un análisis especialmente
intrigante de los juegos con múltiples equilibrios, Scharpf muestra cómo
behaviour podría determinarse conjuntamente tanto por las «normas de
decisión» que representan los incentivos que las instituciones proporcionan a los
actores como calculadoras racionales como por los «estilos de decisión» de dichos
actores, que pueden interpretarse como las creencias sobre un comportamiento
adecuado que los analistas culturales subrayan. Para tomar un solo ejemplo, este
último puede especificar si el actor concede un mayor valor a ganancias
relativas o absolutas cuando la matriz de pago especifica una elección entre los
dos.» 7 Del mismo modo, Bates y Weingast sostienen que las inter-acciones
estratégicas son juegos de señalización, cuyos significados y resultados sólo
pueden especificarse si entendemos el contexto cultural que asigna significado a
símbolos específicos, y van más allá para sugerir que el objeto de muchos tipos
de interacción estrabásticapuede ser precisamente afectara tales creencias."
" David Könc, 'Cultura corporativa y teoría económica' en Alt y Shepsle Perspectivas sobre el
Econom político positivo y, pp. 90- 143.
" Cf. Geoffrey Garrett y Barry Weingast, "Ideas, intereses e instituciones: construcción del
mercado interior de la Comunidad Europea" en Judith Goldstein y Robert Keohane (eds). Ideas y
Polic y Extranjeras(lthaca NY, Cornell University Press, 1993), págs. 173-206. y Stephen
Krasner, "Comunicación global y poder nacional: vida en la frontera del Pareto".
" Fritz Scharpf, 'Reglas de decisión, estilos de decisión y opciones políticas', Journal of
1, 2 (1989), 149-76. Podemos leer mucho el mismo argument en la
Theoretical Politics,
afirmación deRobert Putnam de que aquellas regiones de Italia con experiencia pasada significativa
de asociación colectiva cooperativa proporcionaron un terreno más fértil para el esfuerzocolectivo,
incluso siglos más tarde, que las regiones sin esa experiencia. Putnam, haciendo que la democracia y
el trabajo. Tradiciones cívicas en la Italia moderna (Princeton NJ, Princeton University Press, 1993).
" Robert Bates y Barry Weingast,'Una nueva política comparativa: integración de la elección racional
y perspectivas interpretativas', Harvard Center for International Affairs Working Paper (1995);
Barry Weingast, "Los fundamentos políticos de la democracia y el estado de derecho"
(próximamente); y ohn A. Ferejohn, 'Racionalidad e interpretación: elecciones parlamentarias a
principios de Stuart England'en K risten R. Monroe (ed.), The Economic Approach to Politics
(Nueva York NY, Harper Collins, 1991).
Asociación de Estudios Políticos, 1996
Sección de 957
revisión
El institucionalismo histórico se encuentra en una posición especialmente
fundamental. Muchos de los argumentos producidos recientemente por esta
escuela podrían traducirse fácilmente en términos de elección racional,
mientras que otros muestran claras aperturas hacia el nuevo institucionalismo
en lasociología". Lo mejor de estos análisis ya afecta a algo de integración, por
ejemplo, al mostrar cómo los actores históricos seleccionan nuevas
instituciones con fines instrumentales, como pronosticaría un análisis racional
de la elección, pero las extraen de un menú deunlternatives que se hace
históricamente disponible a través de los mecanismos espiados por el
institucionalismo sociológico.» 0 Como se ha señalado anteriormente, otros
han ido más lejos para sugerir que las respuestas estratégicas a un entorno
institucional determinado pueden eventualmente dar lugar a visiones del
mundo y prácticas organizativas que siguen condicionando la acción incluso
después de que el entorno institucional inicial haya cambiado."
Seamos claros: no estamos argumentando que una síntesis cruda de las
posiciones desarrolladas por cada una de estas escuelas sea
inmediatamente factible o incluso necesaria- sarily deseable. Después de
todo, es precisamente porque el debate implícito entre ellos ha sido
esclarecedor que hemos tratado de hacerlo más explícito aquí, y hay
mucho que decir para el debate tenaz. Nuestro punto principal es que,
después de algunos años en los que estas escuelas de pensamiento se han
incubado en relativo aislamiento entre sí, ha llegado el momento de un
intercambio más abierto y extenso entre ellas. Hay una amplia evidencia de
que podemos aprender de todas estas escuelas de pensamiento y que cada
una tiene algo que aprender de las otras.
" Por ejemplo, véase: Immergut, Health POlHics y Peter A. Hall, «Independencia del
Banco Central y negociación salarial coordinada: su interdependencia en Alemania y Europa»,
German Politics and Societ y (1994); y para ejemplos de estos últimos ver: Hattam,
Laborista Visfons y Poder del Estado y Steinmo, Impuestos y Democracia y.
" Ertman, Nacimiento y el Leviatán.
" Cf. Hattam, Visiones y Poder del Estado.
@ Asociación de Estudios Políticos, 1996