Colomer Teresa La Formacion Del Lector Literario
Colomer Teresa La Formacion Del Lector Literario
Colomer Teresa La Formacion Del Lector Literario
Índice
Introducción
PRIMERA PARTE
La evolución de los estudios sobre literatura infantil y juvenil
SEGUNDA PARTE
La narrativa infantil y juvenil actual.
8. Conclusiones.
Referencias bibliográficas.
Índice analítico.
LA FORMACIÓN DEL LECTOR LITERARIO. NUEVA NARRATIVA IN-
FANTIL Y JUVENIL
Teresa Colomer
a) Un lector propio de las sociedades actuales, a quien se destinan textos que reflejan
los cambios sociológicos y los presupuestos axiológicos y educativos de nuestra
sociedad posindustrial y democrática. Ello permite esperar cambios importantes con
respecto a la narrativa anterior en los criterios de los autores sobre lo que es ade-
cuado y pertinente en los temas que abordan las narraciones, la descripción del
mundo que ofrecen y los valores que proponen.
b) Un lector integrado en la sociedad alfabetizada con un sistema educativo generali-
zado, a quien se dirigen textos creados como literatura para ser leída. De este mo-
do, parece esperable que las obras utilicen recursos más propios de un texto de un
texto escrito que de una narración oral y que este fenómeno haya favorecido la re-
novación de los modelos literarios al permitir una mayor permeabilidad con respecto
a la literatura de adultos, literatura que ha seguido principalmente la transmisión es-
crita desde una época muy anterior.
c) Un lector familiarizado con los sistemas audiovisuales desarrollados en nuestras
sociedades durante las últimas décadas. Cabe suponer, pues, que la narrativa para
niños y adolescentes habrá incorporado nuevos recursos procedentes de estos me-
dios y que contará con hábitos narrativos allí adquiridos, tales como la competencia
en la lectura de la imagen o la costumbre de enfrentar unidades informativas muy
breves.
d) Un lector que se incorpora a las corrientes literarias actuales, a quien se dirigen tex-
tos que siguen las formas literarias vigentes en el conjunto del sistema literario, mo-
dernización que podría incluso haberse producido en forma más acelerada que en
otros momentos históricos por diversas causas antes aludidas, tales como la pre-
sión del mercado o la caracterización posmoderna de la cultura actual.
e) si bien los puntos anteriores convergen en la creación de una nueva configuración
de los modelos canónicos de la literatura infantil y juvenil, es preciso indicar que,
secundariamente, debe pensarse en el lector de una literatura, la de su país, que ha
recuperado "tiempo cultural" de un modo reciente a través de una política activa de
traducciones, lo cual tendría que dibujar un período excepcionalmente rico en la va-
riedad de los modelos ofrecidos.
f) Un lector que aumenta en edad, que amplía progresivamente sus posibilidades de
comprensión del mundo y del texto escrito y a quien, por lo tanto, se dirigen unos
textos que deberían diferenciarse según las características psicológicas de la edad
y según la complejidad de las exigencias de lectura. Si bien podría pensarse que
esta definición forma parte de los rasgos generales del destinatario infantil y juvenil,
la estratificación por edades de los libros es un fenómeno producido como tal duran-
te las últimas décadas, fruto, tanto de su relación con el sistema escolar, como de
las necesidades comerciales, y, por lo tanto, consideramos que es necesario seña-
larlo como una constricción de la narrativa más reciente. Puede esperarse, enton-
ces, que existan fórmulas literarias más homogéneas en el interior de cada uno de
los grupos de edad a los que se destinan los libros.