La Figurabilidad Psíquica
La Figurabilidad Psíquica
La Figurabilidad Psíquica
Sobre la dualidad:
Eje vertical (de lo más superficial a lo más profundo): Cc – Pcc – Icc: La representación circula
por él, pero sin transformaciones (tendencia intrapsíquica; lugares psíquicos; modelo de
organización psiconeurótica) Localización en un solo lugar.
Lo negativo del marco analítico: disposición que ideara Freud facilita procesos regresivos.
Doble origen del yo: Para Freud, (pulsiones y destinos de pulsión) lo exterior, el objeto es
odiado. Luego, cuando tb revela ser una fuente de placer es amado, pero tb incorporado al yo,
por lo tanto el objeto nuevamente coincide con lo externo y odiado, por el yo-placer. Mientras
el yo-realidad no pueda confirmar de modo suficiente que el objeto representado existe
todavía y también en la realidad, la percepción seguirá siendo persecutoria para el yo-placer.
La ausencia del objeto no podrá ser reconocida ni podrá ser traumática mientras la
representación del objeto continúe siendo mantenida por el yo-placer. No es la pérdida del
objeto sino el peligro de perder su representación y, por extensión, el riesgo de no-
representación, lo que signa el desamparo. Ejemplo del lobo en la construcción figurada por el
analista con los elementos sensoriales no representados del niño:
Thomas.
Amenaza de castración riesgo de desinvestir a los objetos parentales única salida: figurar
(crear teorías sexuales infantiles; convicción alucinatoria). Antitrabajo analítico.
René Thom: Otorga un lugar capital a la noción de negativo. Crea un marco conceptual que
permite pensar los acontecimientos de la realidad y su significación psíquica.
Thom cree en el carácter continuo del universo y los fenómenos. La experiencia primitiva está
ligada a la sensación o percepción de una discontinuidad cualitativa. En el comienzo, un
continuo alucinatorio surge del impacto de la “intensidad negativa”, de la falta. Pero la
persistencia de la necesidad biológica provoca el fracaso de la solución alucinatoria y el
psiquismo debe decidirse a representarse el estado real del mundo exterior, a reconocer la
percepción alucinatoria como cualitativamente diferente de la que procede del órgano de los
sentidos, al sentir un interior distinto a un exterior. De este fracaso de lo alucinatorio surge la
distinción dentro-fuera.
Percepción de los órganos de los sentidos no es tan simple: pérdida del objeto de la
satisfacción alucinatoria (percepción) + ausencia del objeto investido (representación) = base
de la simetría representación-percepción.
Freud: fundamento primero del sueño no es tanto la realización del deseo sino la actividad
alucinatoria misma, la necesidad de figurar.
Por lo tanto, podemos decir que, la primera tarea del psiquismo consiste en un trabajo de
figurabilidad, a fin de volver inteligible lo que le sucede. “Transformar una cantidad exterior en
cualidad” (Freud).
Figurabilidad no puede ser reducida a la imagen, sino que es producto de un trabajo diurno
complejo emparentado con el del sueño nocturno.
a- A propósito de Schreber
b- Los autoerotismos primarios y los autoerotismos secundarios
No suponen una sucesión temporal.
Autoerotismos primarios o dispersos: Niño sobreinviste las zonas erógenas, el ojo en
lugar de la mirada, las sensaciones musculares de los miembros en lugar de sus
funciones, los ruidos y movimientos de las vísceras, el vértigo ensordecedor, etc.
donde cada una de esas zonas labora por su cuenta. El primer objeto se formaría con
las sensaciones despertadas por la luz del rostro de la madre, el contraste piel-
cabellos, el brillo de sus ojos, su olor, su voz, contacto, el alimento en el aparato
digestivo (primeras vivencias donde lo que es de la madre o del niño resultaría
indistinto para este). Sobrerinvestiduras de la descarga por sí misma, hasta su
agotamiento. No pudiendo unificarse en el seno de una relación, debe organizarse
alrededor de su propio cuerpo.
Autoerotismos secundarios o unificados: Después del fracaso del primero, el aparato
mental debe decidirse a representar el estado de los hechos real. Apropiación del
placer de la relación continua. Capacitado para retener la excitación. Autoerotismos
primarios reunidos en la forma de chupeteo. El niño se desprende de un objeto ajeno y
lo reemplaza por un órgano o región de su propio cuerpo. La tendencia bucal se vuelve
autoerótica. Forma parte de él el mirarse autoerótico.
c- Mirar, ser mirado, mirarse: Transformación precoz de ser mirado en mirarse. Mirar es
al comienzo autoerótico.
Una repartición armoniosa de las tres corrientes de la pulsión de mirar en la economía
libidinal es indispensable para el buen funcionamiento de todo individuo. Para el
paranoico, ser mirado lo coloca en una pasividad insoportable. Sufre de un fracaso en
la constitución del autoerotismo oral, lo que se extiende a la no-organización del
mirarse autoerótico. La imagen advendrá para aliviar el terror dando forma al afecto.
La no-vista será asociada al desamparo. Funda las primicias de las representaciones del
adentro-afuera.
d- El doble primitivo compuesto: el cuerpo de la madre es el primer espejo, en
condiciones normales. El pequeño no puede existir al comienzo más que como doble
de la madre. Este doble se ejerce ya en el seno de la relación continua, donde ser
mirado, cuerpo erógeno y percepción del doble constituyen la base del mirarse
autoerótico. La apropiación del doble primitivo compuesto tiene el valor de un primer
esbozo de identidad. El desarrollo de la actividad autoerótica persigue dos fines: 1°
renunciar al autoerotismo, reemplazar el objeto que forma parte del cuerpo del
individuo por otro que le sea ajeno y exterior; 2° unificar los diferentes objetos de las
diversas tendencias y reemplazarlos por un objeto único. En los paranoicos falta el
cuerpo erógeno unificado. La actitud altanera es un artificio, alimentado por la
megalomanía, que el paranoico utiliza para unificar un cuerpo no bastante investido
libidinalmente, carente de erogeneidad. La expansión del exhibicionismo en la
analizante del ejemplo coincide con el decaimiento de su persecución. La exhibición es
el antídoto de la paranoia.
e- La suspensión paranoica respecto del objeto real: Freud El paranoico espera de
todos los extraños algo como amor. Recammier necesidad del paranoico de
engancharse permanentemente a un objeto real, exterior, pero a condición de poder
tenerlo “al alcance y a distancia”. Así, el verdadero motor del paranoico es una especie
de suspensión respecto del objeto exterior; pero esta gran necesidad de dicho objeto
exterior le resulta insoportable y le suscita odio. Con la misma insistencia y
permanencia que esta suspensión, el paranoico ejerce una gran fuerza contraria que,
aun conservando un estrecho vínculo con el objeto exterior, vuelve aceptable a sus
ojos ese sometimiento. “Me odia, me persigue” en vez de “tengo necesidad de su
amor”. Maniobras que ponen el objeto a distancia: procurarse objetos malos y
perseguidores, preocupaciones hipocondriacas, como barrera de protección contra el
impulso desmesurado que propulsa hacia el objeto.
Funcionamiento paranoico: suspensión paranoica, proyección y complicaciones
homosexuales. Desprovisto de un cuerpo erógeno, primera fuente del sentimiento de
identidad, está condenado a ir en pos de una figura que refleje ese cuerpo, y buscará
un doble, evidentemente del mismo sexo con la esperanza de alcanzar su identidad. El
perseguidor, el objeto exterior eminentemente narcisista, ese doble suyo del que está
suspendido desde siempre, es quizá lo que no pudo ser atrapado del doble primitivo
compuesto, lo que significa que este doble representa una parte de la relación
continua, perdida, que él no pudo hacer suya. Injusticia de la que el paranoico cree ser
víctima: un fragmento de su identidad, de su narcisismo, se le ha escapado con el
doble.
2- El trabajo en doble.
1. La evolución del pensamiento de Freud y el doble: “Trabajo de transferencia
homosexual” se encuentra presente en toda cura. Freud: “Parece indudable que el
amor homosexual conviene mucho mejor a los lazos con la multitud, incluso cuando
aparece bajo la forma de una tendencia sexual inhibida en su meta”. Asunto
complejo, porque si la materialización del doble a través del anzuelo de la
homosexualidad ofrece una protección contra el vértigo del pensamiento, el precio a
pagar es la adhesión, la pegadura del pensamiento al doble, el sacrificio de las
diferencias. Sólo el tránsito de la relación con un doble material a la relación con un
doble interno, autónomo, sucediendo al análisis de la homosexualidad, devolverá
toda su originalidad al pensamiento de Freud. Los Botella tiene la sensación de que el
sueño homosexual de Freud acerca de Fliess disfraza el deseo de romper la amistad
con él en su contrario (homosexualidad hipócrita). Intenta esconder el universo de
soledad que surge al desaparecer el doble material, negar la grieta abierta por la
desinvestidura de Fliess, paliar la insuficiencia del doble interior.
Certeza de que las intuiciones del analista en Identidad de Percepción pueden contener la
“verdad” psíquica del analizante. Esto es posible, y ahí se resume la tesis de los Botella,
cuando ese trabajo del analista, hecho especialmente de figurabilidad, se origina en
comunidad con el funcionamiento psíquico del analizante. La convicción que surge primero
en el analista les pertenece, en realidad, a los dos. La convicción de hoy ya no es la
sugestión de antaño, sino el producto de un trabajo en común.
2. Caso Florián: Dos representaciones que figuran, de hecho, dos modos de trabajo
paralelos de un mismo psiquismo. La doble representación incompatible evoluciona
hacia una solución de compromiso, hacia una condensación donde lo agradable de su
recuerdo se reúna con el horror de la pesadilla y lo supere. Pesadilla del analista como
reverso, complemento positivo de la alucinación negativa del analizante. El psiquismo
del analista ha servido de “cámara oscura” para revelar lo que en el analizante sólo
podía inscribirse en negativo.
El trabajo en doble del analista termina aquí. Ha podido formular por fin en palabras lo que
hasta entonces sólo podía aprehenderse en afectos e imágenes. Hicieron falta dos psiquismos
para construir un único objeto psíquico.
- Rememoración.
- Sobreinvestidura del pensamiento preconsciente.
- Investidura homosexual narcisista (aprehensión del objeto exterior como doble de uno
mismo).
4. Olga. Procedimiento dirigido a la no existencia de la percepción de la falta. El obsesivo
se suspende de su propio pensamiento como el paranoico se suspende de la
percepción, sufriendo uno y otro de un desfallecimiento en autoerotismo secundario.
Hay ausencia de la representación de la falta. La figuración más próxima, la más
representativa de una negación de la investidura del objeto, es la de su muerte. Para
evitar el terror a la alucinación de la falta y al dolor del duelo, el obsesivo niega la
investidura de la representación de cosa del objeto. La investidura del recuerdo lucha
contra la percepción de la falta, siendo a la vez negación e instrumento del trabajo de
duelo. La pulverización del dolor en recuerdos-negaciones de la ausencia, abre la vía a
la superación del pensamiento anímico, al reconocimiento de la falta, exigencia de la
evolución psíquica jamás cumplida de veras.
III – LO ALUCINATORIO
- El sueño.
- El recuerdo intencional.
- La reflexión.
- Otros, pero durante la vigilia, este retorno hacia atrás nunca va más allá de las
imágenes mnémicas, no tiene el poder de hacer revivir de manera alucinatoria las
imágenes de percepción. El freno es la imagen-recuerdo, sin él el psiquismo podría
regresar, a plena luz, hasta un estado primitivo de funcionamiento que desembocaría
en lo alucinatorio.
Prestar atención a aquellos accidentes en el curso del trabajo psíquico habitual, que marcan
detenciones temporales de los enlaces de la asociación libre. Son fallas en el espeso tejido de
ligazones y de investidura de representaciones que abren el análisis a un trabajo de
transformación, de figurabilidad.
Freud los consideraba, en un primer momento, debidos a la represión, pero hacia el final de su
obra revelan ser una serie de procesos más complejos para los cuales resultan insatisfactorias
las explicaciones sólo basadas en los modelos psicopatológicos de las neurosis y las psicosis.